miércoles, 30 de julio de 2014

Entre el bien y el mal - Capitulo 10


Capítulo 10: Mentira blanca: —No sé, siento como si nosotros ya nos hubiéramos visto en otra parte. Como si nuestro destino era volvernos a encontrar.


—¡Argggg!

—¿Te puedes quedar quieto? Ya casi acabo…

E
n realidad, los ángeles y demonios al ser seres sobrenaturales prácticamente no se podían lastimar con nada, pero habían ciertas excepciones que se aplicaban a algunos casos: Ser herido por otro ser sobrenatural, ser herido por algo propio de la naturaleza de la tierra o ser herido por sí mismo.

Por lo que en estos momentos, en uno de los tantos juegos que se le habían ocurrido al ángel para querer imitar a los humanos, el demonio sin querer se había tropezado y se había lastimado en uno de sus brazos con la parte inferior de su ala, haciéndole un rasguño más o menos considerable. Jaejoong de inmediato había corrido a socorrerle y ahora se encontraban en medio del bosque, con un sobre dramático Yunho quejándose al ser auxiliado por su Ángel.

En verdad a Yunho no le gustaba mostrarse como el pobre mártir dañado por unos simples rasguños de su ala, pero el dolor ya le estaba empezando a fastidiar y la manera en que lo ayudaba Jaejoong en realidad no lo calmaba mucho que digamos.

—Ya Yunho, quédate quieto, no te comportes como una niña —Jaejoong se le burlo cariñosamente mientras que con sus manos trataba de limpiar la herida que se le había formado.

Yunho bufo molesto. —No estoy siendo como una niñita, solo que tú eres muy torpe para esto.

—¿Torpe? Yo no fui el que me caí y me lastime con mi propia ala.

Jaejoong se rio y Yunho rodo los ojos, fastidiado de verse vulnerable ante el ángel. Normalmente Yunho siempre se mostraba como el fuerte y cool de los dos, por lo que esta vez no podía tolerar ser el frágil a quien tenían que ayudar con una sencilla herida en el brazo.

Yunho siguió haciendo mala cara, negándose a mirar al ángel pero una acción por parte del menor lo hizo enrojecerse y mirar hacia abajo, donde estaba su herida. Jaejoong le estaba besando el brazo, con besos cortos pero tiernos, tratando de así curar el “dolor” del demonio.

—¿Así está mejor, Yunho? — el ángel pregunto inocentemente y el demonio solo pudo asentir moviendo la cabeza, de alguna manera sonrojado por la ternura del Ángel.

Jaejoong sonrió por la respuesta y se acomodó al lado del demonio, siguiéndole acariciando el brazo —Ves, ya sé cómo cuidarte.

—¿A qué te refieres?

—Que siempre que te beso pareces ponerte de buen humor y olvidar todas tus preocupaciones.

Yunho bajo la mirada, negándolo —No es así.

—¡Si es así! —Refuto el Ángel —Yo ya te conozco Yunho y ya se todo sobre ti.

El demonio miro la cara sonriente del Ángel pensando que aunque en parte eso fuera cierto, al Ángel todavía le faltaba saber mucho sobre su naturaleza. Sobre su carácter y su verdadera personalidad. Con el Ángel podría ser un poco más blando, porque Jaejoong de alguna extraña manera lo había vuelto así, pero con los demás, Yunho estaba seguro que seguía siendo el mismo. El mismo demonio que siempre había sido…O bueno eso era lo que se trataba de convencer.

Además él no le había dicho aun al Ángel la verdadera razón del porque se le había acercado y estaba seguro que si se la contaba, el Ángel se alejaría y nunca más querría saber sobre él.

Así que por lo pronto eso no estaba entre sus planes.

De hecho, ese pequeño engaño nunca saldría de su boca.

—Yunho —Jaejoong paso una mano sobre el rostro del demonio, verificando su atención —¿Me estas poniendo cuidado?

—S-sí. ¿Qué decías?

El Ángel suspiro, haciendo un puchero —Te decía que yo te conozco como si te hubiera conocido toda mi vida…

—¿Qué? —el demonio se sintió perdido.

—No sé, siento como si nosotros ya nos hubiéramos visto en otra parte. Como si nuestro destino era volvernos a encontrar.

Yunho frunció las cejas, no comprendiendo para nada al ángel —Pero yo nunca había visto a un ángel como tú ni mucho menos hablado con él. Bueno, me había encontrado antes con ángeles guardianes pero con un ángel del cielo…jamás.

—Lo sé —Jaejoong se rio, un poco incómodo por el tema —Yo tampoco me había encontrado con un demonio hasta que te conocí a ti, pero no me refiero exactamente a eso… me refiero a que quizás nosotros nos conocimos en otra vida.

—¿Otra vida?

—Sí.

Yunho volvió a hacer una mueca —explícate.

—Bueno… —Jaejoong se acomodó en su lugar, empezando —Los ángeles pueden tener varios orígenes. Pudieron ser siempre ángeles habitando en el cielo o pudieron ser humanos que por diferentes razones murieron, y gracias a su bondad se convirtieron en ángeles —Jaejoong se detuvo, tomando una breve respiración —Tal vez yo termine siendo ángel por la ultima razón. Quizá yo si viví aquí en la tierra, pero por alguna circunstancia morí y me convertí en un ángel.

—¿Tú fuiste un humano antes, Jaejoong?

—No, no es lo que quiero decir. Es decir no estoy seguro, la verdad desde que tengo memoria siempre he sido un ángel, pero… ¿Puede ser una posibilidad, no?

Yunho lucio confundido—¿Y eso que tiene que ver conmigo?

—Pues que de pronto tú también pudiste ser un humano y ambos nos conocimos aquí en la tierra ¿No?

Ante eso, Yunho miro a Jaejoong. ¿Ese ángel se había terminado de volver loco? Desde que recuerda, Yunho siempre había sido un demonio, no tenía ninguna memoria de que hubiera sido un humano alguna vez. Tal vez Jaejoong si podría haber sido un humano antes y que quizá él lo hubiera visto en su forma de demonio, pero Yunho sin duda recordaría haber visto una cara como la de Jaejoong. Además, si eso fuera cierto, Jaejoong no se acordaría de él, ya que obviamente los humanos no pueden ver a los demonios.

¿Entonces que era?

¿Él había sido antes un humano?

No, eso no era posible. Los humanos al pecar y morir van al infierno como almas a sufrir por el resto de la eternidad, nunca podrían convertirse en demonios. A menos que…

—No, Jaejoong, estas equivocado. Un humano no puede convertirse en un demonio, así que yo nunca he sido humano. Te estas confundiendo. —le contesto frio, tratando de retirar todos esos pensamientos tontos de la mente del Ángel.

—Oh —el Ángel contesto desanimado —Bueno, solo era una teoría.

Jaejoong se levantó de su lugar, mirando hacia el cielo —Solo olvídalo —le contesto para luego ponerle una mirada cariñosa —¿Ya estas mejor? —Jaejoong pregunto de pronto, tocándole el brazo.

Yunho solo movió la cabeza en señal de afirmación.

—Bien, ¡Sigamos jugando! —como si nada el Ángel salto y volvió a mostrar su cara feliz —Cuando llegues a 50, vas a buscarme ¿Ok?

Yunho levanto una ceja —No voy a jugar otra vez después de esto. Además ya sabes que no me gustan esos estúpidos juegos de humanos.

—¿Qué, tienes miedo de volverte a caer? —el Ángel le reto.

—No.

—Entonces juega conmigo, ¡Es fácil! solo tienes que quedarte aquí, cerrar los ojos, contar hasta 50 y luego salir a buscarme.

El demonio rodo los ojos, a él en realidad le molestaban ese tipo de comportamientos infantiles, pero con tal de tener al Ángel complacido él haría lo que fuera. —¿Y qué pasa si alguien te encuentra? Sabes que no me gusta quitar mi vista de ti.

—No me va a pasar nada —Jaejoong se rio —no voy a salir del bosque, no es como si fuera a ir a la cabaña de Changmin…

De inmediato Yunho se puso en alerta —¿Changmin? ¿Iras a donde Changmin? ¿Por qué? —no pudo evitar no sentirse nervioso por la mención del humano.

—¿Eh? ¿Acaso me estas escuchando? Dije que no voy a ir a donde Changmin…aunque —Jaejoong hizo una pausa, jugando con la tierra debajo de sus pies —No vendría mal ir a visitarlo una vez ¿No crees? —Jaejoong pregunto con cautela. Era comprensible su preocupación ya que al haber estado “cuidando” al humano por semanas, él solo se interesaba por  su bienestar.  Él quería averiguar en qué estado se encontraba su humano y pese a sus sentimientos anteriores, él no tenía otras intenciones con eso; el amor que sentía antes por Changmin lentamente se iba borrando por la presencia de Yunho.

Aun así, el demonio lo dudo, tratando de disipar esos llamados celos que lo carcomían desde su interior. Él no pensaba que Jaejoong sintiera algo por el humano, pero al ver al ángel tan preocupado y pendiente por él, su envidia comenzaba a florecer. A veces él sentía que su posesión por Jaejoong era tan inmensa, que no soportaba si quiera ver a Jaejoong hablando con otro ser.

Tales eran los celos que hasta incluso en muchas ocasiones se había llegado a imaginar poder encerrar a su ángel en una bolita de cristal para tenerlo para sí mismo siempre, pero por supuesto la sola idea era absurda.

No obstante, él quería seguir siendo el único centro del ángel. 

—No, no aun ¿Entendido? No quiero que vayas donde él, no por ahora —Yunho le respondió serio después de unos segundos.

Jaejoong noto algo extraño en la respuesta del demonio pero lo dejo pasar, acercándose a él—Está bien, no voy a ir. Pero no te pongas bravo, no me gusta verte así —Jaejoong le respondió mimado y se colgó del cuello del demonio, mirándolo con dulzura.

La anterior preocupación del demonio quedo en el olvido cuando los tiernos labios del ángel lo besaron y sus manos revolvieron el cabello de la parte posterior de su nunca. Diablos, Jaejoong no solo lo calmaba con sus besos, ahora también había descubierto la manera de controlarlo.

—¿Entonces jugaras conmigo?

—Si —respondió Yunho, aun embobado por la caricia.

—Bien —Jaejoong salto en su lugar —No hagas trampa y búscame cuando termines de contar hasta 50 ¡Adiós! —dijo para después salir corriendo por el bosque.

Yunho se sentó en un pedazo de tronco, rodando los ojos y empezando a contar de mala gana.

“Oh las cosas que hago por ti”


..



Jaejoong corrió y corrió por el bosque, buscando el mejor lugar para esconderse. Desde esa vez que vio a unos niños jugando en la calle esté juego, realmente quiso intentarlo, pero no lo había podido hacer gracias a su labor con Changmin y a que él usualmente trataba de pasar inadvertido con los demás ángeles de la tierra. Ahora con Yunho a su lado, verdaderamente podía hacer cosas que siempre quiso, oh que lindo era el amor.

Jaejoong siguió pensando en su juego y no se dio cuenta cuando por detrás, alguien le tapó la boca, arrastrándolo a unos pocos metros de allí. Jaejoong trato de liberarse juguetonamente, pensando que era Yunho quien lo había encontrado pero cuando el agarre se hizo más fuerte, él realmente se asustó.

Liberándose con todas sus fuerzas, Jaejoong se volteo hacia su opresor, abriendo los ojos cuando se dio cuenta de quien se trataba.

—Junsu… —el ángel susurro incrédulo.

—¡Jaejoong al fin te encuentro! ¡He pasado días enteros buscándote! —Junsu se arrojó emocionado hacia Jaejoong abrazándolo con efusividad pero Jaejoong no le devolvió el gesto, tan solo se quedó ahí estático con ambos brazos cayendo sobre sus lados. —Lo siento por lo de ahorita, no te quise asustar; solo que como te vi corriendo como un loco trate de atraparte, además tenemos que tener cuidado acabo de ver demonios en este bosque —Junsu le susurro esto último, como si tuviera miedo de que lo escucharan.

“¿Demonios? Yunho…” —¿Dónde?

—Muy cerca de aquí. El primero estaba sentado en un tronco, recitando algo que no pude entender…y el otro, se encontraba vagando cerca de un rio, casi al principio del valle.

—¿El otro?

—Sí, el segundo. Ellos no se veían tan feos ni monstruosos como me los había imaginado, como nos lo habían relatado, sin embargo hay que tener cuidado, tenemos que salir de aquí. Además me debes una gran explicación.

—Junsu, —Jaejoong lo detuvo —¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me estás buscando?

—¿Cómo que porque te estoy buscando? El que debería responder tu pregunta de porque me encuentro aquí deberías ser tú. Has desaparecido por semanas y en el cielo ya están desesperados. Allí también te andan buscando.

Jaejoong recordó entonces el incidente con el arcángel y todo el revuelo que eso le había provocado.

—Ven aquí, deja de jugar y vamos al cielo —Junsu tomo el brazo de Jaejoong, alistándose para volar junto a él, pero Jaejoong se mantuvo anclado a la tierra, negándose a seguirlo.

—No Junsu, no me puedo ir.

—¿Qué? ¿Porque no?

Jaejoong negó con la cabeza, abrazándose a sí mismo —No, no puedo. Simplemente no puedo.

—¿Jaejoong, que te pasa? ¿Por qué escapaste del cielo? ¿Qué andas haciendo aquí?

—No te lo puedo decir Junsu —Jaejoong susurro bajito —Vuelve al cielo, no te preocupes por mí.

—¡¿Qué vuelva al cielo sin ti?! ¡No lo entiendes Jaejoong! No puedo volver sin ti…ellos te atraparan. Dijeron que te desterrarían por escapar del cielo y el también menciono otra cosa…

¿Desterrar? ¡No podía ser posible! Él no podía ser desterrado. Él no quería dejar de ser un ángel —¿Qué… más dijeron?—pregunto intranquilo, ya estaba comenzando a caer de nuevo en la seriedad de la situación.

—Bueno él menciono que tu…que tú te habías aliado con un demonio —dijo Junsu, como si las palabras no quisieran salir de su boca —¿Es eso cierto Jaejoong? Dime que no es cierto, por favor.

Jaejoong se mordió la boca, incapaz de contestar la pregunta. Él no quería mentirle a Junsu, él no quería mentir de nuevo sin embargo él tampoco podía decir la verdad tan tranquilamente.

—¡¿Es cierto Jaejoong?! ¡¿Estas con un demonio?! —Junsu se tomó la cabeza, intentando procesar las cosas. Por el rostro culpable de su amigo y debido a su falta de respuesta, Junsu entendió que tal vez era así. Él se recostó en un árbol, tapándose el rostro como si quisiera llorar. Esa era la peor traición que un ángel podía cometer a sus semejantes, era lo peor que un ángel podía hacer. Jaejoong no tenía salvación. —¡¿Por qué Jaejoong?! ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué nos traicionaste así?! Yo te defendí en el cielo, dije que no eras un ángel malo…pero creo que me equivoque.

Jaejoong se sintió dolido cuando las palabras de su ángel amigo lo atravesaron sin piedad. El no soportaba verlo llorar y hacerlo decepcionar, tampoco soportaba que le dijeran que era malo. Nadie lo entendía, nadie lo podía entender, él no estaba haciendo nada malo…el solo estaba amando.

Todo lo que hacía Jaejoong en su vida era amar y por eso siempre le iba mal.

—No, Junsu, no es así. No es cómo crees —Trato de excusarse pero Junsu no lo escuchó, estaba tan metido en su sufrimiento que cualquier palabra que le dijera el Ángel no tendría ningún efecto en él.

—Basta Jaejoong, creo que si es mejor que te quedes aquí y nunca regreses.

—No, no Junsu. No lo entiendes.

—¡¿Qué no entiendo?!

—Yo…yo lo amo —Jaejoong dijo de pronto. 

Junsu se helo por un momento —¿Qué? —logro musitar segundos después de la confesión de su amigo. Esto no podía ser posible. —¿Me estás diciendo que estás enamorado de un demonio? ¿Eso es lo que quieres decir? ¡¿Qué me estas tratando de decir?!

Jaejoong miro cabizbajo a Junsu, viendo como la cara de su amigo se volvía cada vez más roja. “Dios, ¿Por qué siempre hablo sin pensar?”.

¡Eso es aún peor Jaejoong! ¡¿Cómo puedes amar a un demonio?! ¡Enamorarte de un demonio! ¡¿Qué no lo sabes?! Ellos son bestias infernales que solo provocan el mal, ellos no pueden amar, ninguno te correspondería.

—Pero, pero Junsu…

—¡Los demonios y los ángeles no se pueden amar! ¡Eso es imposible! ¡Somos enemigos desde el principio de los tiempos!

—Pero…

—¡¿No ves que ellos son los que nos roban las almas de los humanos?! ¡¿No ves que están en contra nosotros?!

Jaejoong se quedó callado, incapaz de refutarle a Junsu. El tenia miles de argumentos en la cabeza, sin embargo, no sabía cómo poder explicarle a Junsu sin parecer un traidor.

Junsu, derrotado y cansado de gritar se recostó de nuevo sobre el árbol, hablando con voz ahogada —¿Por qué eres así Jaejoong? ¿Cuándo te descarriaste? ¿Cuándo soltaste…la mano de Dios? —pregunto para luego sollozar, perturbado por todo lo que pasaba. Él amaba a su amigo pero aun así no podía dejar pasar tan falta de Jaejoong. —Lo mejor es que dejes de ser un ángel.

Jaejoong también comenzó a llorar bajito, herido por todo lo que decía Junsu. Él no quería lastimar a nadie, le dolía lastimar a alguien…él no podía permitir que Junsu pensara eso de él.

—Te equivocas Junsu —Jaejoong se limpió las lágrimas luego de unos segundos —Yo no estoy enamorado de un demonio.

—¿Ah no?

—No.

—¿Entonces?

Jaejoong cerró los ojos, preparado otra vez para ocultar la verdad —Estoy enamorado de un humano.

—¿Qué?

—Su nombre es Shim Changmin, un joven estudiante. Él vive cerca de aquí, en la cabaña ubicada en el valle.

Junsu frunció las cejas, tratando de comprender lo que escuchaba. No negaría que sintió un alivio inmenso de que Jaejoong no estuviera enamorado de un demonio, pero aun así estar enamorado de un humano tampoco era una cosa buena. Aunque con toda seguridad era mucho mejor que estarlo de un demonio.

Él dejo escapar un suspiro cansado.

—Yo vine a la tierra porque lo vi una vez y quise seguirlo. Luego al descubrir que no contaba con un ángel de la guarda quise ser su protector, quise cumplir con ese papel —continuo Jaejoong, tratando de hablar con seriedad —es por eso que me he quedado aquí. Es por él que no he vuelto a la tierra…—Jaejoong bajo la cabeza —…porque lo amo profundamente.

Jaejoong sabía que tal vez esta pequeña mentirita blanca lo metería en aprietos más adelante, pero por ahora, él solo quería tranquilizar a Junsu, no dejar que Junsu pensara lo peor de él. Además así le sería más fácil tratar de negociar con su amigo puesto que si Junsu hablaba lo del demonio, los demás ángeles estarían mucho más motivados de lograrlo separar de Yunho. Y la condena seria por supuesto mucho mayor, no tendrían piedad.

Él realmente empezaba a odiar las mentiras… pero no tenía otra solución. Aunque pensándolo bien, esta era una verdad que había sido más o menos cierta por lo que él no estaba mintiendo completamente ¿No?

—Pero sabes que no nos tienen permitido enamorarnos de los humanos —Junsu, visiblemente más calmado, volvió a hablar.

—Lo sé, por eso lo oculte.

—Tú debes dejar esos sentimientos Jaejoong. Debes dejarlos y regresar a casa, conmigo, con los demás ángeles.

—Lo sé pero no puedo —Jaejoong se quebró, otra vez sus lágrimas floreciendo —Yo debo estar con él.

—Jaejoong si te quedas, los Ángeles mayores te castigaran. Dios te castigara. Recapacítalo, por favor.

—Junsu siento que no hay vuelta atrás, yo ya me he enamorado.

Ante la respuesta Junsu suspiro de nuevo, intentando comprender —¿Y el demonio? ¿Tú estabas con un demonio?

Jaejoong alzo la vista — S-sí. Pero él no importa, él no importa nada.

—¿Él no tiene nada que ver en esto?¿No estas aliado con él?

—Para nada. Solo fue un tropiezo que me encontré por el camino —musito.

Junsu se calló y miro entonces al cielo como si esperara recibir alguna respuesta de que hacer. Su amigo se había enamorado ingenuamente de un humano, no era un acto atroz sin embargo estaba prohibido. Las reglas de los Ángeles lo prohibían y las reglas estaban ahí para ser cumplidas. 

—Jaejoong… —Junsu lo llamo suave —Como tu amigo te puedo comprender, no obstante sé que los Ángeles mayores no tendrán esa misma compasión. Yo no dejare que sufras y seas expulsado, por eso, he decidió darte una semana más  para que decidas que hacer, si quedarte o irte conmigo y olvidarlo todo. Te daré una semana y si no recibes mi oferta…me temo que no podré hacer nada por ti.

Jaejoong lo miro.

—Hasta pronto. Nos vemos en una semana, Jae.

Junsu alzo vuelo, desapareciendo entre los árboles, elevándose de nuevo al cielo mientras dejaba a Jaejoong con el corazón totalmente desolado. Al momento en que se fue, el Ángel oprimió su pecho, pensando en que debería hacer. Él no quería abandonar a Yunho, su amor por él no se lo permitía. Él de verdad sentía que las cosas ya estaban relativamente bien…¿Por qué arruinarlo todo? ¿Por qué apartarse de alguien que lo hacía feliz? Jaejoong no lo entendía.

Además, él tampoco deseaba alejarse por completo del humano a quien tanto había querido y vigilado por semanas.

Aun así, él no podía renunciar a su vida y abandonar su naturaleza como Ángel. Él no quería deshonrar a sus compañeros ni a su Dios. El cielo por siempre seria su hogar, por mucho que a veces lo olvidara, el cielo por siempre seria su primer hogar.

“¿Qué voy a hacer?”

—Un, dos, tres, te encontré.

Una voz le susurro en el oído y Jaejoong se volteo completamente sobresaltado. ¿Por qué todo el mundo tenía esa fea costumbre de sorprenderlo de esa forma?

—Yunho me asustaste —dijo aliviado Jaejoong cuando vio al demonio en frente a él, pero a pesar del tono juguetón que había empleado en la frase anterior, Yunho no se veía de ese modo. Más bien estaba serio, totalmente erguido mirando al Ángel con una expresión severa.

El Ángel se sintió nervioso.

—¿Quién era?

—¿Eh?

—¿Quién era él? —lo repitió más claro.

—Oh, es un amigo del cielo. Junsu. —Jaejoong menciono —pero no tienes por qué preocuparte, él no va a decir nada de mi paradero, él no está en contra de mí.

Yunho no dijo nada por la respuesta y en cambio comenzó a caminar dándole la espalda al ángel. —Sígueme, vamos a la cueva —le dicto sin mirarlo y continúo caminando, alejándose lentamente de Jaejoong.

Jaejoong se sintió ansioso, un poco confundido por la expresión del demonio.

¿Acaso había escuchado su conversación con Junsu?

Inseguro, el ángel comenzó a seguirlo, con un gesto de incertidumbre en su rostro.




..




martes, 22 de julio de 2014

Entre el bien y el Mal - Capitulo 9


Capítulo 9: Polos opuestos: —Demonio malo…me obligas a hacer cosas malas, indebidas…tú me orillas a pecar.



Y
unho dio un último vistazo hacia las afueras de la caverna y se metió dentro, colocando en el proceso una gran piedra en la entrada para bloquear el paso. Luego se acostó junto a Jaejoong quien ya tenía los ojos pequeños, indicando que pronto rendiría ante el sueño. Yunho tuvo un extraño impulso de acariciar la cabeza del ángel con sus manos, pero viendo sus garras, decidió que era mejor no hacerlo, que sus manos no eran aptas para hacer un movimiento tan delicado. Jaejoong vio la intención y sin importarle, tomo las garras del demonio llevándolos hasta su cara —Son cálidas —susurro con suavidad mientras guiaba las manos del otro por su cara.

Yunho sonrió ante la acción y se acomodó de lado junto a su ángel, pensando en que jamás había tratado a alguien tan delicadamente. Él se sentía de alguna manera tonto por ser ahora tan “cariñoso” pero estaba seguro que Jaejoong sería el único en recibir esa clase de atenciones.

Aun así él no se sentía del todo cómodo y con mente en eso, retiro abruptamente su mano, alejándose del ángel. Jaejoong lo noto y se acercó de nuevo queriendo recibir otra vez las atenciones de Yunho.

—Yunho ¿No te gusta ser suave conmigo?

—No, no es eso.

—¿Entonces? ¿Por qué solo eres dulce conmigo cuando me besas?

Jaejoong pregunto y Yunho hizo mala cara, desviando por un momento su mirada de la del ángel. A pesar de que Jaejoong era bello y que muchas veces simplemente quería tocarlo con delicadeza, Yunho se resistía, argumentando que él no debería hacer eso. Su alma y cuerpo no estaban diseñados para tratar con suavidad.

—No lo sé, solo es así —afirmo cortante el demonio.

Jaejoong suspiro, queriendo comprender al otro —Yo creo que lo haces porque sientes que dejas de ser un demonio.

—¿Qué?

—Yo creo que te sientes absurdo haciéndolo, que sientes que es incorrecto.

Yunho bufo —Yo hago lo que quiera cuando se me venga en gana, si quisiera ser todo dulce contigo lo haría pero como no quiero…—se calló y se volteo boca arriba dando a entender que él quería dar por terminada la conversación pero Jaejoong solo sonrió, divertido por la terquedad del demonio.

—Mentiroso —el Ángel susurro en el oído del demonio, molestándolo —tú te reprimes de ser cariñoso la mayoría del tiempo pero no porque tú quieras.

—¿Ah no? ¿Entonces por qué es, ángel sabelotodo?

—Es porque sientes miedo.

Yunho se sintió atacado y en seguida se burló, tratando de menospreciar la verdad en las palabras del ángel —¿Qué? Por favor, Jaejoong, creo que por pasar tanto tiempo conmigo te has vuelto loco. Yo soy un demonio, yo no siento miedo. Yo nunca tengo miedo.

—Sí, sí creo que lo sientes, y te escudas en palabras necias. Además todos tenemos miedo, seamos ángeles o demonios o humanos ¿Sabes porque lo sé?

—¿Por qué? —el demonio pregunto con incredulidad. De un momento a otro Jaejoong se sentó, esta vez poniendo cara de seriedad. Yunho hizo lo mismo al notar el estado del ángel.

—Porque yo era un ángel miedoso…bueno aun lo sigo siendo —se rio bajito —pero al tenerte aquí conmigo, al tener a mi lado a un ser supuestamente sanguinario y cruel, me he dado cuenta que no es como lo pintan y que en realidad no debería tener miedo porque comprobé que lo malo a veces no es tan malo, y no hay que temer. No hay nada por qué temer.

Yunho miro al ángel, pensando en la sinceridad de esas palabras.

—Yo creo que tú me haces fuerte —continuo el ángel devolviéndole la mirada al demonio, esperando una respuesta de su parte.

Ante eso Yunho solo guardo silencio, tocado y desordenado por las confesiones de su ángel. De hecho él mostraba su lado fuerte ante todo el mundo pero con Jaejoong sentía como lentamente su lado débil se desnudaba, que Jaejoong lograba sacar de si su parte más vulnerable y eso era precisamente lo que no le gustaba, que Jaejoong, siendo un ángel tan corriente pudiera lograr todo eso.

 —En cambio, tú me haces débil —respondió sin querer el demonio, hablando lo que decía su mente.

—¿Mmm? ¿Yo te hago débil?

Yunho giro hacia Jaejoong por la pregunta, maldiciéndose internamente por decir eso y dejar que la cara triste del ángel apareciera —No me hagas caso y ya duérmete —Yunho le dijo con rudeza y luego se recostó, tratando de dormir él también.

Jaejoong lo imito recostando su cabeza en el pecho del demonio —Yunho no es malo sentir miedo, tampoco es malo sentirse débil —él se calló y cuando Yunho pensó que el ángel al fin había conseguido el sueño, lo volvió a escuchar entre dormido, murmurando —Tú me das lo que yo no tengo, yo te doy lo que tú no tienes ¿No es eso genial?

El demonio arrugo el entrecejo.

—Nosotros nos complementamos, tú con tu apariencia tan tosca y yo con mi apariencia tan suave. Tú con tú malgenio y yo con mi buen humor. Tú con tu experiencia y yo con mi ignorancia. Tú con tu atrevimiento y yo con mi modestia.

Sin darse cuenta, Yunho empezó de nuevo a acariciar al ángel por la espalda, poniendo atención a lo que le decía.

—¿Quieres saber algo? Yo realmente he empezado a creer que esa frase de los humanos la cual dice que los polos opuestos se atraen, tal vez sea cierta. Y es tan hermoso, porque así hay oportunidad de que cualquiera…caiga en el amor. Que las cosas diferentes, tienen oportunidad de estar juntas —Jaejoong susurro estas últimas palabras y finalmente se quedó dormido, suspirando levemente en el pecho de Yunho.

El demonio se quedó pensando en esas palabras, razonando que quizá el Ángel tenía razón. Él lo miro un momento: Su cabello dorado cayendo en su frente, sus labios rosas entreabiertos y su piel fresca…de verdad era divino. Era todo lo opuesto a él.

Se acomodó mejor para seguir admirando al Ángel, para seguir admirando su belleza y su porte. Ese ser era tan delicado que merecía ser tratado de la mejor manera…aunque un notable deseo proveniente de su interior lo impulsaba a querer aprovecharse del Ángel, pero no de una forma maligna, más bien de una manera sexual.

Yunho metió sus escurridizos dedos debajo de la túnica blanca de Jaejoong y comenzó a tocar la piel no visible, explorándola y acariciandola. Recorrió su pecho por debajo, tocando superficialmente los pezones del Ángel.

“Mmmm” Yunho gimió lascivamente en su pensamiento cuando toco esa parte. Se trasladó luego hacia su abdomen y llego a sus partes íntimas, tocando todo lo que podía. Acaricio el miembro que yacía inerte entre sus manos y después se dirigió hacia la parte trasera, rozando los gluteos de su Ángel. Tuvo pensamientos poco inocentes: Se imaginó al ángel cubierto de excitación, gimiendo, jadeando y hasta llorando, pensando que sería la primera vez que el ángel probaría algo así, y que el responsable de ello sería solo y nadie más que él.

Yunho nunca había tenido tantos deseos de tener a alguien como lo deseaba ahora. Claro, él había experimentado antes la lujuria y el deseo sexual, pero nunca de una manera tan fuerte. Él había tenido miles de encuentros de esa índole, no era algo nuevo para él, pero esta vez, sin duda era la primera vez que quería hacerlo con una criatura así. Pensar en hacerlo con un ser tan celestial, puro e inocente solo lo prendía aún más. La palabra Prohibido siempre lo lograba excitar.

Inesperadamente Yunho aparto su mano avergonzándose un poco por sus pensamientos.

“Maldición, ¿Jaejoong acabándome de decir todas esas “Palabras bonitas” y ahora yo pensando en eso?” él reflexiono, un poco arrepentido, pero luego se tranquilizó y sonrió, pensando que no había nada de malo que tuviera sus usuales pensamientos pervertidos.

—Bueno eso quiere decir que entonces no me estoy volviendo tan débil. —Dijo e hizo una mueca petulante, mirando dormitar con el rabillo del ojo a su Ángel.

—Pronto serás mío.


..


A la mañana siguiente, Yunho se estiro perezosamente buscando a tientas el cuerpo que supuestamente debería estar acurrucado a su lado. Sin embargo no sintió ni el más mínimo toque que le indicara que estaba ahí. Eso lo preocupo. Levantándose como si de un resorte se tratara, Yunho enfoco su vista dándose cuenta de que el ángel no se encontraba ahí con él. Maldición.

Le había dicho a ese travieso que no se separara de él ni un minuto y eso era lo primero que había hecho. Si estaba solo, Jaejoong sería un blanco fácil para el arcángel que lo quería atrapar y para el demonio que lo iba a capturar.

“Mi ángel desobediente”. Yunho pensó molesto mientras se dirigía hacia las afueras de la caverna decidido a buscar al pequeño busca problemas.

Navegando un poco por la espesa maleza del bosque, Yunho no tuvo que recorrer demasiado antes de encontrar a Jaejoong nadando cerca a la orilla de una pequeña cascada que se encontraba en el centro del bosque. Vio como este jugaba con el agua, la lanzaba hacia arriba con sus manos, hacia pequeñas olas con sus alas o se sumergía completamente en ella. Jaejoong se reía tanto de su juego y Yunho no podía entender que era tan divertido de eso.

Buscando tener una mejor vista, el demonio se escondió entonces detrás de unos árboles para poder espiar al ángel. Enfoco toda su atención en él, observando como el agua cristalina hacía que el pelo se le pegara completamente a la cara y como las gotas resbalaban por el perfil de su rostro. A pesar del comportamiento infantil, Jaejoong se veía tan seductor en esos momentos.

—Oh ángel, que me has hecho, te ves tan tentador –Susurro para sus adentros, mordiéndose el labio ante la vista de Jaejoong echándose el cabello completamente empapado hacia atrás. Él no lo iba reconocer (Tampoco estaba dispuesto a si quiera intentarlo) pero el sentía que tal vez, solo tal vez, lo que sentía por Jaejoong no solo era una atracción. Algo como lo que Jaejoong había mencionado…

—Cállate Yunho —Hablo consigo mismo cuando el pensamiento le cruzo un segundo por la cabeza.

Decidido a dejar de ser un acosador rarito detrás de unos árboles, Yunho salió de su escondite con ganas de cumplir los deseos de su mente…o al menos intentarlo. Jaejoong estaba tan concentrado en sus juegos que ni siquiera se percató de la figura de Yunho de pie sobre una de las grandes rocas.

—Me desobedeciste —Yunho hablo de repente haciendo sobresaltar a Jaejoong.

—Yun, Yun-nho  —Tartamudeo el ángel —No te vi llegar.

—Y yo no te vi salir ¿Qué no te dije que estabas en peligro?

—Lo sé pero…¡El agua! —Jaejoong de repente grito— ¡El agua me está mojando, ¿No es genial?! El agua del cielo no tiene ese efecto en mi… ¡es increíble que algo de la tierra lo pueda lograr!

Jaejoong exclamo emocionado, ignorando la evidente mueca de enojo de Yunho —¡Ven metete al agua!

—No me quiero mojar.

—¡Ahh, Yunho amargado y aburrido! —Jaejoong hizo un puchero.

—No soy amargado, solo no me quiero meter.

Jaejoong estiro sus brazos, llamando lindamente a Yunho —Ven aquí conmigo —Dijo. Obviamente a Yunho no le agradaban las meloserias ni las cursilerías, pero ¿Cómo le podía decir no a tal lindura? No había forma.

Echando un suspiro de resignación y tomando impulso hacia atrás, Yunho se precipito al agua, saltando y provocando un gran impacto en cuanto su cuerpo toco el agua. Jaejoong se rió por las gotas que le cayeron en la cara. Sin salir del agua, Yunho nado por debajo de esta, sujetando a Jaejoong por las piernas y alzándolo, haciéndolo sumergirse nuevamente. Jaejoong salió de inmediato, tratando de limpiarse las gotas de la cara y riéndose por los juegos de Yunho.

—¡Yunho aguantemos la respiración bajo el agua! —Dijo de repente. El ánimo de Jaejoong estaba verdaderamente jovial el día de hoy, en realidad, Yunho nunca lo había visto tan emocionado.

—Podríamos quedarnos horas allá abajo ¿Es ese un juego estúpido de humanos?

—Solo estoy proponiendo cosas para divertirnos.

Yunho sintió su ánimo revitalizarse —Oh yo sé de una manera en que nos podremos divertir —puso su usual voz de “conquista” mientras se acercaba al ángel y lo envolvía en sus brazos. Jaejoong rodo los ojos al notar la voz coqueta y ese tipo de mirada de Yunho, que le decía que el demonio otra vez lo iba a fastidiar…de esa manera.

—Yunho deja ya, deja de molestar.

—Te ves tan bien cuando estas mojado —Susurro —¿Yo no me veo bien? ¿No me veo sensual?

¿Qué clase de pregunta era esa?

—Sí, sí, pero suéltame.

—¿No me veo atractivo? El otro día lo dijiste ¿No?

Jaejoong enfoco su vista: Yunho, todo mojado, con su cabello desordenadamente empapado y las gotas viajando por su piel morena desembocando en su barbilla, se veía sin duda magníficamente apuesto. No era ese tipo de hermosura que Jaejoong le había dicho la vez pasada, era una belleza diferente. Efectivamente una más sensual. Se veía más apuesto de lo que había visto a Changmin jamás.

Jaejoong sacudió la cabeza ante el nombre de Changmin. No, ya no es Changmin, ahora eres t…

…pero sus pensamientos fueron bloqueados por uno de los besos húmedos de Yunho.

Jaejoong se dejó llevar por el momento, devolviéndole el beso a Yunho tan intensamente como lo recibía. Debajo del agua, sus cuerpos se empezaron a juntar más y más, el demonio traslado sus manos hacia abajo, acariciando una vez más la silueta del ángel.

De un momento a otro, Yunho los saco a ambos del agua, colocando a Jaejoong en una de las piedras en la orilla y siguiendo besándolo con pasión. Luego de unos segundos, Yunho se apartó del ángel, mirando como la túnica se le pegaba ceñidamente al cuerpo producto del agua. Delineo la figura con sus ojos, queriendo tanto rasgar la prenda y ver desnudo a su ángel. Oh sí que estaba muy caliente…

—Yunho…Yunho —el Ángel comenzaba a sentir de nuevo ese cosquilleo impaciente en su interior. Ese cosquilleo tan inoportuno e indebido.

—¿Si? —el demonio pregunto tocando más notoriamente el cuerpo debajo de él.

—¡No detente! —Jaejoong de repente se retiró, volando tan rápido como pudo hacia la cueva donde se habían instalado.

Jaejoong aterrizo y toco su pecho, asustado y a la misma vez emocionado por lo que Yunho le hacía sentir. El presentía que iba a pasar algo que no era permitido pero también presentía que no era del todo incorrecto. Que era algo que tarde o temprano tendría que pasar…algo que  por contradictorio que pareciera, él quería que sucediera. Él quería que sucediera a pesar de los nervios, la confusión y el miedo.

Sea lo que fuera a suceder claro está.

Segundos después entro Yunho a la cueva y se instaló justo detrás de su espalda. El ángel tomo una gran respiración, encarándolo, llenándose de valentía. —¿Vamos a hacer cosas que solo los humanos enamorados hacen, cierto?

Yunho se rio —Tal vez.

—Entonces eso significa que…¿Estamos enamorados? ¿Tú estás enamorado de mí? —Jaejoong pregunto lento, con un particular brillo en los ojos.

—Shh calla —Yunho puso uno de sus afilados dedos sobre los labios del ángel para remplazarlo luego con su boca, la cual ya exploraba los labios del otro. Jaejoong acepto el contacto, enroscando sus brazos lentamente en su cuello, cerrando los ojos para profundizar la unión. Sintió como Yunho lo guio hacia abajo, acomodándolos a ambos en el piso. Jaejoong oyó su alma latir más rápido cuando los ojos felinos de Yunho se enfocaron en él. Era ese tipo de ojos extraños que solo salían cuando Yunho quería hacer algo maligno, pero esta vez la sensación que daban no era de miedo, era más bien una mezcla de seducción y pasion que Jaejoong no sabía muy bien como describir.

—Yo te deseo ángel, te deseo con cada parte de mi cuerpo —empezó Yunho, hablando sin restricción —¿Sabes una cosa? Desde que te vi me sentí atraído a ti, yo me acerque porque me atrajiste y desde ese día no he dejado de desear no alejarme de ti. Tienes un encanto que hipnotiza ¿Sabes? y yo anhelo nunca irme de tu lado. Nunca dejar que alguien más te tenga—Él se detuvo, susurrando sobre el cabello del ángel— Jaejoong por favor entrégate a mí, entrégate a mí.

—¿Entregarme a …ti?

—Sí. Solo a mí y a nadie más.

Yunho no espero por otra palabra del ángel y sin más demora, el comenzó a subir la túnica del ángel, queriéndola desprender del cuerpo del otro. Jaejoong se asustó un poco pero luego comprendió que lo que sucedería era parte del amor, que era un símbolo de unión con Yunho, y se sintió ansioso porque sabía que lo que experimentaría iba a ser algo nuevo, algo mágico e intenso.
Yunho se maravilló cuando logro quitarle la prenda al ángel y vio su cuerpo desnudo: blanco, suave y magnifico el cual parecía brillar. Sin duda era el primer demonio que haría tal cosa con un ángel y eso le hizo sentir importante, porque aunque los demonios odiaran a los ángeles, también era cierto que se sentían tentados por su belleza.

Te deseo tanto, ángel.

Quitándose sus ropas hechas de cuero negro, Yunho también se desnudó, dejando al aire libre su cuerpo quemado, mirando la virilidad de ambos que se comenzaban a erguir con el pasar de los momentos. La de Yunho tan roja y palpitante, la de Jaejoong tan dulce y rosada.

Con timidez Jaejoong echó un vistazo al cuerpo desnudo del demonio, mirando la piel color canela la cual ya empezaba a jadear de excitación. Lentamente, Jaejoong exploro con sus manos el cuerpo de Yunho haciendo reír a este por la ternura del ángel.

—Yunho somos iguales —Dijo Jaejoong —Tu y yo a parte de nuestras rasgos como demonios y ángeles, somos iguales en fisico.

—Sí, tonto, ¿Qué creíste que tenía?

—Pero si somos iguales, ¿Por qué es tan malo que estemos juntos? —Jaejoong pareció entristecerse de un momento a otro pero Yunho lo calmo dándole un beso, hablando sobre sus labios.

—No es malo, solo somos polos opuestos ¿Lo recuerdas? —Yunho le sonrió —Jaejoong no quiero que estés triste. Quiero que me desees como yo te deseo a ti, quiero que quieras esto tanto como yo lo quiero. Quiero que me llores, que me supliques por más. Que pidas que nunca abandone tu cuerpo, quiero tenerte doblegado ante mí.

Ante esas palabras el ángel dejo la timidez y abrazo al demonio, tan fuerte como podía, besándolo con todas sus fuerzas. Yunho hizo lo mismo, creando con sus alas y las del ángel una capa protectora, un escudo que los alejara de todo a su alrededor. Las manos de ambos comenzaron a moverse por el otro cuerpo, explorando cada rincón de la piel desnuda. Jaejoong empezó a sentir de nuevo esa leve excitación en la parte baja del abdomen, la cual lo hacía estremecer. Su boca también comenzó a agitarse.

—Ángel tu piel es tan suave…tan suave —Yunho murmuro comenzando a bajar lentamente por el pecho de Jaejoong. Sin darle previo aviso, el demonio tomo el miembro de Jaejoong con su larga lengua bifurcada y la chupo de arriba a abajo, haciendo estremecer al cuerpo debajo de él.

—Yun…—Jaejoong jadeo, cerrando los ojos, sintiéndose tan vulnerable y expuesto.

—¿Qué ángel? ¿Qué sientes cuando te hago esto? —comento Yunho burlándose, masturbándolo esta vez con su larga cola afilada. Los movimientos eran rápidos y a la vez lentos, envolventes y al mismo tiempo asfixiantes.

—Yunho…tu…te burlas de…mí.

—¿Ah sí? ¿No te gusta lo que te hago? ¿No te hago feliz? —Yunho le dijo mimosamente, jugando descaradamente con el ángel —¿No te hace feliz esto?

—Si…Yun…si me hace feliz.

—¿No me quieres hacer feliz a mí?

Pregunto travieso, mirando con ojos luminosos a Jaejoong. Dejo de masturbarlo y se posiciono frente a él, sonriéndole y besándolo, posicionándose luego entre sus piernas, separándolas con sus manos. Otra vez con su cola, el acaricio las partes bajas del ángel, estimulando esa parte en donde quería enterrarse. Jaejoong no estaba muy seguro que pasaría, los ángeles del cielo en realidad eran muy ignorantes en cuanto a sexualidad se refería. En muchos casos eran como niños pequeños, inocentes y poco enterados de las cosas terrenales.

Pero sea lo que fuese que pasara, ya estaba seguro que lo deseaba. Él quería ser de Yunho.

Yunho dejó escapar un gemido y cuando el ángel menos lo espero, Yunho enterró su larga cola de demonio dentro de la entrada del ángel, haciendo que este gritara levemente por la intromisión. Jaejoong lloro cuando los movimientos empezaron a ser más circulares preparando la cavidad para el miembro del demonio. Yunho, por su parte, solo sonría satisfecho pensando que esa entrada se sentía tan apretada y que sería magnífico cuando se enterrara de una vez ahí.

—Jaejoong, tócame —rogo Yunho guiando la suave mano del ángel a su miembro. Jaejoong le obedeció y se estremeció por cómo se sentía, caliente y titilante, la textura de la piel era sin duda diferente.  Sus movimientos eran torpes, muy inexpertos, pero él quería de verdad satisfacer a Yunho, imitar lo que él había hecho antes.

—Ahora eres un ángel obediente ¿cierto?

—¿Mmmm?

—Mi ángel obediente… —susurro Yunho, sacando su cola traviesa de la entrada del ángel. El tomo su propio pene, batiéndolo y alistándolo a lo que vendría. Ante eso el cuerpo de Jaejoong se petrifico, preguntándole con ojos asustados que es lo que haría.

—Quiero estar pegado a ti, física y espiritualmente unido a ti —le respondió el demonio y justo después él fue entrando lentamente en el cuerpo de su ángel, gimiendo levemente por la estrechez que lo rodeaba.

Celestial, fue lo único que se le vino a la mente.  

Por la unión Jaejoong se retorció sintiendo que lo quemaban por dentro, lo hacía sentirse en estado de peligro pero no quería que la sensación se esfumara. Yunho, por otra parte, soltó una sonrisa de placer, maravillándose por estar dentro del cuerpo de un ángel y no paso mucho antes de que el demonio comenzara a moverse dentro y fuera del ángel, embistiéndolo con cautela pero no por eso, con menos pasión. Jaejoong empezó a jadear cuando ese vaivén se volvió más coordinado, y abrazo a Yunho fuerte, queriendo reforzar el contacto.

—Mi ángel…solo mi ángel —Yunho respiro entrecortado, sujetando con sus brazos los muslos del ángel y siguiendo cubriéndolo con las alas. Jaejoong no decía nada, tan solo se mantenía suspirando agitadamente mientras sus ojos cerrados marcaban una mueca en su cara. Se sentía tan extraño en estos momentos…sin embargo él lo estaba disfrutando. A pesar de todo, él lo estaba disfrutando.

Las gotas de sudor de ambos cuerpos comenzaron a brillar, las del ángel de un color claro celeste y las del demonio con una tonalidad rojiza. Las alas de ambos casi que se movieron por voluntad propia mientras Yunho fue acelerando el ritmo, tornando su color de piel más intenso con el incremento de las embestidas.

El demonio parecía en verdad un lobo hambriento encima de su inocente presa.

—Yo te quiero devorar…ah…te quiero comer —Yunho susurro, besando la piel a su alcance, lamiendola y marcándola superficialmente —De verdad, te devorare.

—Malo…Yunho malo…esto es malo —Jaejoong logro murmurar entre su aliento y los besos de Yunho que lo callaban. Él todavía tenía un poco de raciocinio en su cabeza, el todavía sentía lo incorrecto de la situación, aun así él no quería dejar de estar unido a Yunho de esta manera.

—¿Qué ángel? ¿Quieres parar?

—No… —Jaejoong respondió bajito.

—¿Qué?... No te escuche —el demonio paro momentáneamente, deseando que el ángel le rogara. Oh que fantasía tan caliente tenía con el ángel.

—Demonio malo…me obligas a hacer cosas malas, indebidas…tú me orillas a pecar. —Jaejoong hablo ido, como si en lugar de estar hablando con Yunho, estuviera hablando consigo mismo.

—No ángel yo no te obligo, tú lo deseas. Dime que lo deseas.

Jaejoong negó con la cabeza, tímido. Oh, se va a ser el difícil.

—Dime ángel ¿Quieres que siga o pare?

—Sigue…

—Entonces ruégamelo.

Jaejoong miro a Yunho esta vez, sin saber cómo decir lo que él quería —Yunho por favor, sigue, por favor no pares.

—¿No pare con qué?

—Con esto…con lo que me haces.

Yunho sonrió por la respuesta. Tomando a su ángel por las caderas, el los volteo a ambos, dejando a Jaejoong arriba sin dejar que su pene abandonara el cuerpo del menor —Entonces hazlo tú —dijo Yunho retando a su ángel a que lo montara. Al demonio sin duda le encantaba llevar a ese inocente ángel al camino incorrecto.

Jaejoong se mordió los labios, dudándolo por un momento pero luego le hizo caso a Yunho, tratando de subir y bajar del cuerpo de Yunho. Él apoyo ambas manos sobre los pectorales del demonio y con ayuda de este, monto al demonio viendo la mirada y sonrisa sórdida de deseo que el demonio le dedicaba.

Jaejoong se veía tan diferente, todo desnudo, mojado y su pelo pegado a su cara, no era como el ángel pulcro de todos los días, Jaejoong se veía más maduro, un ángel sexual.

—Mmmm…—Jaejoong gimió con vergüenza cuando sus movimientos comenzaron a tornarse más desesperados, instruido por Yunho.

—Así, ángel, así.

 —Yunho…no puedo…yo…

De un momento a otro Jaejoong dejo caer su cuerpo agotado pero Yunho lo abrazo y se sentó con el ángel encima, renovando sus embestidas, fuertes y rápidas deseando llegar al punto máximo de placer que su ser le permitía alcanzar. La aureola de luz a su alrededor mezclo ambos colores que desprendían los cuerpos volviéndose tan intensa que ilumino toda la cueva. Los gritos ahogados, los gemidos y jadeos hicieron eco, y el demonio pensó que la energía era tan fuerte que sería visible para los humanos. La energía era tan fuerte que tal ver alertaría a los ángeles…

…pero a él no le importaba, solo le importaba seguir embistiendo a su ángel,  seguir haciéndole el amor a su Ángel.

En un momento dado el cuerpo de Jaejoong se volvió tan ligero que Yunho lo levantaba sin hacer mayor esfuerzo, alzándolo y dejándolo caer de nuevo en su pene. Quizá Yunho se volvió demasiado violento pero Jaejoong no se quejó, a estas alturas Jaejoong estaba tan amaestrado de Yunho, que simplemente dejaba que el demonio hiciera lo que quisiera con él. Justo como Yunho lo quería.

—Ohh Jaejoong…hazme terminar…hazme desear presenciar el maldito paraíso… —Yunho rogo con desesperación, mientras sus ojos felinos y su rasgos demoniacos se acentuaban cada vez más, mientras sus movimientos rudos y bruscos literalmente destrozaban al Ángel.

De repente el demonio lo sintió y noto como Jaejoong chillo y lloro cuando su espíritu experimento un estado completamente metafísico, indescriptible, era casi irónico que un alma sintiera algo así siendo un ser del mas allá. Las alas de ambos se erizaron y su aureola de luz exploto al momento que ambos llegaron a su límite y su clímax.

—Yunho…te amo —el Ángel dijo en la lengua de los ángeles, reposando en los brazos del demonio mientras todo su ser lentamente caía en un estado de reposo e inconciencia. El demonio (al no entender) no dijo nada y tan solo se recostó en la superficie dura de la cueva, pensando que aunque viviera 10,000 años, este sería por siempre el momento más placentero de toda su existencia.



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Nota: Bueno y aqui esta otro capitulo mas de este fic. La parte del lemon no queria que fuera como tan mundana sino mas ¿celestial? pero no por eso mas pasional (Bueno solo queria decir eso :P)

Espero que disfruten este capitulo porque desde aqui las cosas se veran color gris para los personajes, ya no sera todo tan bonito.

Bueno, nos vemos hasta la proxima actu.