sábado, 1 de septiembre de 2018

Lady Marmalade - Entrega Final

Entrega Final

Te amo… ahora estoy delante de ti y de nadie más,
¿Acaso estoy aferrado a tus manos?”
—I’ll Protect You.



Nueva York, año 1923.

Los telones cerrándose, las luces del teatro apagándose una a una hasta que solo quedaron prendidas las del escenario principal. El ambiente apestaba a arte y a sueños, algo encantador. Yunho miró a su alrededor y exhaló un suspiró de orgullo al darse cuenta que realmente lo había logrado.

Había cumplido su sueño.

Desde su llegada a América, hacia unos dos años, Yunho no tuvo otra cosa en mente que levantar su negocio de espectáculos, inspirado por su amor a las artes y a la promesa a su musa que le aseguraba que él seria fuerte. Que no sería un hombre que se dejaría derrocar. Y por supuesto lo había cumplido, había inaugurado un enorme teatro en donde los artistas se podían expresar y dejar fluir sus talentos.  Aparte de ser el director, él era ahora lo que se podría considerar un hombre de negocios, sin embargo y pese a todo el dinero que ahora poseía, él seguía siendo humilde. Seguía prestándola poca atención a ese poco de papel sin importancia, y viviendo su vida tan libremente como siempre lo había hecho.

Seguía sonriendo sin parar, mojándose debajo de la lluvia y viviendo aventuras en los lugares más insólitos… pero había una cosa en donde él nunca fue igual: Su corazón no lo volvió a entregar. A nadie, y no es que hubiera tenido la necesidad tampoco, durante ese tiempo después de su partida, Yunho no había tenido intenciones de amar a alguien. No se sentía triste por ello, de hecho se sentía extrañamente en paz. Como si su parte enamoradiza y conquistadora se hubiera diluido.

Su amor a él le había hecho madurar.

Y no se sentía en soledad.

Estaba en un estado de armonía con su ser.

—Yunho.

Su bien amigo Junsu apareció de repente, con un abrigo en sus manos anunciando que era el momento de irse. —¿Todavía no te has alistado? Ya es hora de ir a casa.

—Aun no Su. —Yunho ladeó su cara y le otorgó una pacifica sonrisa. —Quiero quedarme unos minutos más.

Levantando ambos hombros como si no le pareciera extraña esa petición, Junsu asintió con su cabeza y optó por irse primero, meditando que si su hyung quería estar a solas, él lo dejaría en paz.

En cuanto dejo de oír los pasos de Junsu por sobre las tablas, Yunho suspiró y se dispuso a trasladar los elementos de su espectáculo que estaban aun sobre el escenario hacia atrás del telón. Uno por uno, organizando la tarima, despejando el ambiente…

…Una figura de repente apareció en escena, instalándose en el centro del auditorio, totalmente enigmático.

Yunho de inmediato se irguió ante la presencia, confundido. —¿Se le ofrece algo?

La persona, que estaba vestido con una túnica negra que le cubría hasta la cabeza y un antifaz enorme adornado de muchas plumas de colores, solo levantó ligeramente el rostro, susurrando. —He venido a hacer una audición. —Su voz sonaba extraña, como si estuviera esforzando en sonar como alguien más. Como alguien que no era.

—Lo siento hemos cerrado por hoy, no recibimos mas audiciones. —Yunho le respondió, no perturbado de que la persona no mostrara su rostro y en cambo estuviera luciendo ese extraño disfraz. Al fin y al cabo así eran todos los artistas… fuera de lo común.

—Pero quiero estar en su espectáculo.

—Lo siento, no hacemos audiciones.

Sin tolerar un no, la persona subió por las escaleras de la tarima y se le puso al frente, reclamándole con su cuerpo que le diera una oportunidad. Al ver su valentía, Yunho se cruzo de brazos y alzó una ceja, decidiendo que lo mejor sería dejarlo adicionar. Si insistía tanto era porque realmente quería estar ahí. Entonces bajó del escenario y tomó asiento en uno de los sillones de la audiencia, cruzando su pierna izquierda sobre la derecha y haciéndole un gesto con la mano indicando que podía empezar.

La persona solo tomó una gran bocanada de aire antes de entonar su canción:

“Soljihki Japgo Inneun nisonboda neoui kiseuga joha
Uri… mane bimil… moduga jiltuhalgeoya
Haenbokhaeseo Jireun Bymyeongsori mody yeotdeurerosseulgeo…”

Esa canción… a Yunho se le hacía vagamente familiar. Esa dulce voz, tan femenina como masculina, también hizo que el pulso de Yunho aumentara y que su columna sintiera una corriente que fue increíblemente incomoda. Increíblemente dolorosa.

—¿Cómo te llamas? —Le preguntó mientras sus labios temblaban.

—No creo que sea necesario.

Ahora su voz sonaba más natural, incluso algo débil, como si quisiera romperse a llorar.

De repente, Yunho se sintió extrañamente mareado ¿Era él o el auditorio estaba dando vueltas? Un mareo similar al de ese momento lo embargó mientras él intentaba levantarse y caminar hacia el escenario. Subió por las escaleras y cuando estuvo frente a la persona, un miedo le invadió de repente.

¿Y si no era lo que estaba pensando?

¿Pero cómo podría ser posible lo que estaba pensando?

¿Acaso estaba alucinando?

Decidido pero al mismo tiempo aterrado, Yunho tomó el aparatoso antifaz que la otra persona estaba usando y lo arrancó de su cara, arrojándolo a un lado. Unos bellos ojos lo recibieron y Yunho trastabilló unos pasos hacia atrás cuando creyó ver una fantasma.

Era imposible…

…era

…él.

—¿Jae…?

—Hola.

Le dijo anormalmente sereno, incluso con una tímida sonrisa.

Esto no podía ser verdad.

—No, no, no. —Yunho se tomó el cabello cuando un terrible dolor de cabeza lo atacó. Durante los primeros meses después de su partida él había tenido este tipo de pesadillas, en donde se lo encontraba y luego se esfumaba; no quería volver a eso, no quería volver a despertar llorando. En seguida cayó al suelo de rodillas, llorando. Llorando desesperado.

La otra persona se inclinó a su lado y rodeó con ambas manos su rostro, haciendo que se levantara de nuevo. Aunque también abrumado, él estaba más fuerte porque él conservó la esperanza. Él tenía razones para no estar enloquecido. —Tranquilo —Le dijo con su voz suave. —No es un sueño.

Las manos cálidas sobre su rostro de pronto se volvieron muy reales. Tan reales para tratarse de una pesadilla. Abriendo lentamente sus ojos, Yunho decidió hacerle frente. Definitivamente era él; era el idiota, problemático y hermoso ricachón que conoció alguna vez en la ciudad de Paris.

Jaejoong.

—¿Cómo?... ¿Cómo es que…?

—Al fin te he encontrado.

Jaejoong le dijo y se apartó solamente para quitarse la túnica que llevaba, dejando al descubierto aquel cabello castaño que aun era sedoso y liso. El corazón de Yunho casi explota y su vista de nubló antes de volver a caer, solo para ser hábilmente atrapado entre los brazos del otro. Verdaderamente no entendía, no entendía lo que estaba sucediendo. No entendía porque Jaejoong estaba tan tranquilo, ¿Acaso no caía en cuenta de lo que significaba?

¿Acaso no se daba cuenta que él había regresado de la muerte?

—Estás vivo... ¡¿Cómo es que estas vivo?! —Finalmente estable, Yunho se las arregló para preguntar, tan conmocionado como aliviado. Tomó sus mejillas y su corazón se estremeció al reconocer la piel de terciopelo suave a su contacto.

—Tuve que esconderme, tuve que hacerlo.

Eso no aclaraba nada. —¡Tu moriste en mis brazos! ¡¡¡Yo te sentí morir!!! —Yunho apretó los ojos mientras recordaba con amargura aquella horrible sensación de sentir a la persona que amas dar su último suspiro entre tus brazos. Realmente había sucedido, él no estaba alucinando. —¡La policía confirmó que habías muerto! ¡¡¡¿Cómo es que estas aquí?!!!

—La policía me encubrió Yunho. Tuve que pagarles mucho dinero para hacerlo, tuve que fingir desaparecer, darte mi fortuna, hacer como si me hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

—¡¿Cómo?!

—Perdí la conciencia en esa habitación y cuando desperté en un hospital me informaron lo de mi padre. Tuve miedo y decidí que lo mejor es que ellos anunciaran que había muerto.

No tenía sentido, ¡Nada de esto tenía un maldito sentido! —¿Y por qué hiciste eso? ¿Por qué te escondiste de mí? ¿Por qué dejaste…?

—Porque tenía que protegerme, los japoneses mataron a mi padre ese día. Si ellos se enteraban que había sobrevivido, hubieran ido tras de mi… y tras de ti también.

Yunho volvió a esconder su cabeza, tremendamente impactado. Podría jurar que él vio perder la luz de ojos, que el escuchó a su corazón no latir mas… sin embargo ahí estaba, tan real como para que se tratara de un mal sueño o una contusión ¿Entonces había sobrevivido? ¿Entonces había sobrevivido al disparo cruel que recibió de su padre?

—Yunho. —Jaejoong lo llamó después de unos segundos e hizo que lo mirara a los ojos, tan cerca que el enfoque se volvió borroso. —Yo nunca te deje de buscar. Te fuiste de Paris y nunca deje de buscar por ti… hasta ahora.

Una gota, otra más, y otra más, y otra más. Un riachuelo salió de los ojos negros de Yunho al sentir como todo había vuelto a su orden. Como lo que deseó por tanto tiempo y a la persona que deseó por tanto tiempo, volvía a estar a su lado. Jaejoong también se rindió ante el momento, dejando que sus propias lágrimas escaparan cuesta abajo por su cara. Para él había sido difícil, con el poco dinero que le quedó había tenido que subsistir por su cuenta y luchar para atravesar el atlántico para reencontrarse con Yunho. Ahora, después de tantas penurias, él por fin estaba ahí, por fin estaba con el Yunho que lo enamoró en el Molino rojo de Paris.  

Las palabras sobraron cuando la distancia se acortó y sus bocas su unieron, tan fuerte que parecía que se fueran a fusionar en cualquier momento. Toda la tristeza, todo el desamor y la culpa, fue borrado en un segundo y solo le siguió un momento de tremendo alivio, como si todas las penurias del mundo habían llegado a su fin.

Tal parece ser que el cielo y la tierra les habían dado una segunda oportunidad.

Ahogándose en el beso y en sus propias lagrimas, se abrazaron fuerte y dejaron que sus bocas hablaran por si solas, dejaran salir todo el amor que habían retenido por el otro. Dios, si que era liberador.

—Me alegro, me alegro que cumpliste tu sueño. —Jaejoong habló exhausto mientras seguía llenado a Yunho de besos prácticamente por toda su cara. Siempre lo supo, siempre supo que Yunho tenía talento para ser exitoso, y verlo ahí, dueño de su propio espectáculo, le hacia sentir tremendamente dichoso.

Yunho solo se dejaba besar, remplazando su anterior expresión de asombro y consternación, en una de increíble descanso. —Tienes razón, mi sueño se ha cumplido, pero no es el que crees…

Jaejoong se detuvo.

Yunho junto sus frentes, cerró sus ojos, su voz sonó etérea:

—Mi sueño era volver a estar contigo, creí que solo se cumpliría cuando muriera pero creo que el destino me ha premiado por ser tan paciente.

La sonrisa de Jaejoong fue cubierta de nuevo por esa boca que se resistía a dejarlo ir. De ahora en adelante, si pudieran estar siempre besándose, entonces lo harían hasta el final.












El frio era como de madrugada, Yunho lo sentía.

Sentados en el borde del escenario, con Yunho acunando las manos de Jaejoong y este reposando su cabeza en el hombro de Yunho, ambos se mantenían pensativos, tan solo escuchando la soledad del auditorio y el viento helado de la noche. Había tantas cosas por hablar pero al parecer permanecer en silencio era lo único oportuno que hacer en esos momentos. Aun no salían de su shock, se sentían en una realidad alterna, totalmente ajenos al mundo exterior. Ambos rostros estaban enrojecidos por tanto llorar y sus pechos palpitaban disconformes.

Estaban agotados.

Luego de unos minutos, Yunho miró hacia abajo, hacia las manos de Jaejoong y no pudo evitar apretarlas de un modo fuerte, entrelazando sus dedos. —Estas delgado. —Le dijo en un suspiro.

Jaejoong las volteo a ver. —No he comido bien en meses.

Por sus palabras, Yunho se sintió culpable, recordando que el horrible suceso que dio lugar a la supuesta muerte de Jaejoong (y a lo complicado de su vida luego) había sido provocada por su desconfianza. Por no escucharlo a tiempo.

Se giró entonces para tomar por enésima esa noche el rostro de Jaejoong y hacer que lo enfrentara. Él tenía algo que decir: —Jaejoong-ah, ese día… el día que nos separamos… ¿Oíste lo que te dije? ¿Oíste lo que te dije cuando estabas en mis brazos y cerraste los ojos?

Los recuerdos de Jaejoong eran difusos. —No…

—Te dije que lo sentía. —Yunho se detuvo, apretando sus labios para calmar la agitación que desordenaba su boca. —Te dije que te creía que no habías hecho nada contra mí y que te amaba, que te amaba un montón.

Jaejoong exhalo un suspiró, él recordaba escuchar algo.

—Como aun te amo.

Honestamente Jaejoong no necesitaba oír sus disculpas. Él ya las sabia y se sentía de alguna manera mal de que Yunho hubiera cargado con esa culpa todo ese tiempo. —Lo sé, sé que me amas, yo no te culpo por ese día Yunho, esa fue mi decisión, fue mi entrega de amor para ti. Debes pensar que el que me haya esfumado, es como si te hubiera castigado por tu desconfianza, pero no es así para nada. Yo solamente quería que fueras feliz. Jaejoong se detuvo, recobrando aliento, era difícil expresar con palabras todas las emociones que su corazón entumecido estaba sintiendo. ¿En todo este tiempo… no lo has intentado con alguien más?

La pregunta fue incluso ofensiva para Yunho. —¿Quién podría olvidar a este niño caprichoso que me gritaba y luego me besaba? ¿Crees que alguien podría ser lo suficientemente valioso para ocupar su lugar?

—No. —Jaejoong rió nostalgico. —Pero un deseo mío fue el que fueras feliz, así fuera con otra persona. Lo dije en la carta, aquella carta que te escribí. ¿Sabes de lo que hablo?

Jaejoong no tenía necesidad de especificar qué carta era, porque para Yunho era su posesión más preciada. —Parecía en ella que te estuvieras despidiendo, no que me estuvieras alertando que te esperara.

—No sabía si iba a ser capaz de encontrarte ¿Y que si me esperabas para siempre y nunca aparecía?

—¿Pero aquí estamos, no?

Bajándose de un salto de la tarima, Yunho volteó a ver a Jaejoong y le ofreció su mano. El corazón del castaño titiló velozmente al ver a Yunho ahora con una gran sonrisa, con su postura confiada y con su palma extendida, tal como era en los viejos tiempo cuando le impulsaba a cometer locuras. Se sintió de pronto como si hubiera retrocedido dos años.

Ven aquí, sé mi voluntario.

Tomó su mano y la sujeto fuerte, saltando también él fuera de la tarima, siendo arrastrado por un Yunho vivaz que lo conducía fuera del escenario a entrar de nuevo a su vida.

A regresar de lo que nunca debió haber salido.

Al parecer este espectáculo por fin había llegado a su merecido final.


Fin




Nota: Esto es muy inesperado, lo se, pero déjenme explicarles: Resulta que cuando escribí el final de este fic tenia varias alternativas. El original (el que publique) se me hacia el mas desgarrador e impactante, y por eso no publique este capitulo que se suponía era el epilogo. Al volver a releer el fic, no pude soportar que hubiera decidido no dejarlos juntos XD, ya suficiente tenemos lo trágico de la vida real, para que así también sea en ficción. Así que en mis archivos rescaté este capitulo y decidí publicarle, para darle el final dulce que me parece que esta historia se merece. 

Así que este seria el verdadero final supongo. 

Se que es tarde :P  han pasado dos años desde lo publique y probablemente muchas de las personas que lo leyeron en su momento, ni vean este capitulo ni se acuerden. Pero bueno, las que si lo lean, si conocen de alguien que leyó este fic, me gustaría que se los compartieran.

Como nota aparte, hace poco visite por primera vez Paris y pude recorrer todos los lugares que mencionó en este fic, así que mi amor por el resurgió y por eso lo recordé.

Dejen sus comentarios. 


lunes, 27 de agosto de 2018

Fantasía sexual (One shot)




Fantasía sexual (One shot)


Yunho supo que nada bueno podía provenir de que ellos se emborracharan un viernes por la noche en un sauna. Y por ellos se refería a nada más y nada menos que a Jaejoong y Yoochun, quienes estaban compartiendo bebidas, historias y risas en el onsen puesto exclusivamente en su habitación de hotel en Japón. No los podía culpar, la semana había sido extremadamente agitada entre presentaciones, entrevistas y demás actividades relacionadas con sus promociones en Japón; por lo que una buena sesión de relajación y entretenimiento era altamente razonable.    

Los menores del grupo, Changmin y Junsu, se habían ido a dormir temprano alegando que esta era la única oportunidad que habían tenido en días para descansar temprano. El líder los había acompañado, queriendo también recibir una buena dosis de sueño, pero las risas y murmullos atolondrados procedentes de la tina onsen no lo dejaron pegar un ojo.

—¿Así que te cogiste a esa chica en el camerino de Music Bank? —Jaejoong le preguntó a Yoochun en un tono de voz anormalmente alto.

“Oh” Yunho rodó los ojos, ahí estaban de nuevo esos dos… hablando de sexo. Era normal al fin al cabo. Como hombres adultos era bastante común abarcar esos temas, sobre todo para alguien tan alocados como sus dos compañeros de grupo.

Yoochun movió la cabeza en afirmación y luego se echó a reír, recordando  su travesura. —Ella era una de las bailarinas de la compañía, así que fue fácil encerrarme con ella en un cuarto y hacerlo rápido.

—Vaya nunca lo hubiera esperado, contando con el hecho de que casi ni tenemos tiempo de estar a solas en esos eventos. —Jaejoong murmuró.

—Lo sé, pero ella me gustaba y era esa clase de fantasía que quería probar. No sabes la adrenalina que se siente estar a punto de ser descubierto.

—¿Ustedes siguen aquí? —Yunho interrumpió de repente, apareciendo por la puerta corrediza que comunicaba las habitaciones con el onsen.

—Yunho creí que ya estabas en tu séptimo sueño. —Jaejoong dijo mientras veía al otro acercarse.

—Seria así si ustedes dos no me hubieran impedido el sueño con sus risas y su conversación. —Yunho respondió a modo de acusación.

—Entonces ven aquí Yunho, hace tiempo que no compartimos un tiempo de calidad como este. —Yoochun palmeó el lugar a su lado, invitando a Yunho a meterse y sentarse junto a ellos.

Sabiendo que si regresaba a la cama esos dos no le dejarían conciliar el sueño, Yunho se quitó su ropa de dormir y entro rápidamente al Onsen, acomodándose junto a Jaejoong y recibiendo un vaso de sake de Yoochun para entrar en ambiente. Dormir era necesario pero compartir un rato de relajación con sus amigos, también era un plan muy agradable. 

—Entonces Jaejoong, —Yoochun continuo cuando por fin Yunho se acomodó en su lugar. —Yo ya te he dicho la mía, así que: ¿Cuál es tu fantasía sexual? —Preguntó sin vergüenza, provocando que Jaejoong casi escupiera el sorbo de sake que tenía en la boca.

—¿Qué? ¿Por qué de repente me preguntas eso?

—Hemos estado hablando de locuras sexuales y de las cosas que habíamos hecho y que queríamos probar. Yo ya compartí mi experiencia, ahora quiero saber la tuya.

Ante eso, Yunho miró a Jaejoong, queriendo examinar su expresión. El mayor lucía un poco intimidado por la pregunta, como si se sintiera fuera de lugar. Yunho se preguntó si esa actitud se debía a su presencia, ya que Jaejoong siempre parecía un poco más cohibido al tratar esos temas cuando él estaba presente.  

—Bueno… —Jaejoong habló luego de un rato, no muy decidido. —He pensado alguna vez en algo, pero es una locura.

—Esta es la noche de decir locuras. —Le animó Yoochun.

Jaejoong le dio una rápida mirada a Yunho y este sintió como si Jae buscara su aprobación a lo siguiente que diría: —Mi fantasía sexual es hacerlo con un hombre. —Finalmente confesó, provocando que ambos, Yoochun y Yunho abrieran los ojos en exceso.

Yoochun soltó una carcajada después. —Vaya, no sabía que te gustaran los hombres Jaejoongie. De lo que uno se entera poniéndose a tomar con los amigos…

—No me gustan los hombres, solo es algo que quiero probar.

—¿Cómo experimentar?

—Si algo así.

Jaejoong respondió tajante sin querer levantar su mirada del agua. Era obvio que sentía vergüenza el tener que compartir aquella idea privada que hacia un tiempo le tenía rondando en la cabeza, y que Yunho estuviera ahí, en silencio escuchando todo, hacía mucho peor la experiencia. Hablar de ese tipo de cosas con Yoochun era una cosa, pero hacerlo con Yunho era otra cosa totalmente distinta. Se sentía extraño, sentía que no era conveniente tener ese tipo de conversación en presencia de su líder.

—¿Así que entonces… —Yoochun siguió después de un rato, decidido a molestar a Jaejoong por el resto de la noche. — ¿…Te sientes mejor haciéndolo con un hombre que con una mujer?

La pregunta atrapó con la baja guardia a Jaejoong, volteándose para ver los ojos traviesos de Yoochun. Luego chasqueó con la lengua, negándole a Yoochun ya que ni siquiera lo había hecho con un hombre.

—¿Pero si se presentara la oportunidad… lo harías?

—No lo sé.

—¡Ehh, No me mientas Jaejoong! ¡Sabes que sí! Te conozco lo suficiente para saber que si lo harías.

—Para que preguntas entonces.

—Pues porque quiero rectificar, además…

Yunho observó la pelea entre Jaejoong y Yoochun mientras su mente solo se enfocaba en repetir la confesión que el mayor había hecho. “¿Jaejoong quiere estar con un hombre?” Se preguntó en su cabeza, no dando crédito a lo que sus oídos habían acabado de escuchar. Sabía que Jaejoong era alguien que disfrutaba la compañía masculina, que muchas veces incluso confundían con una chica gracias a su apariencia y su inusual comportamiento 4D, pero de ahí a pensar que Jaejoong quería experimentar tener sexo con un hombre; vaya, jamás lo habría imaginado. Tan solo el pensamiento lo hacía sentirse increíblemente incómodo.

—¿Y tú Yunho, tu qué piensas de todo esto? ¿Crees que Jaejoong sería el de abajo o el de arriba?

Yoochun le preguntó divertido y Yunho se quedó estático, sintiéndose un momento absorto de la conversación.

—Ya basta Yoochun, no lo metas en esto.

—Oye, yo solo quiero que Yunho se integre a la conversación. Entonces Yunho, ¿Crees que a Jaejoong le gustaría que le den o él dar? Yo apostaría a que preferiría la segunda opción.

Yoochun hizo una mueca de dolor cuando Jaejoong le dio un golpe en la cabeza y luego este se dirigió a Yunho, haciéndole un gesto con la mano que parecía indicar que era aconsejable no prestarle mucha atención a Yoochun.

—¡Ay eso dolió!

—¡Entonces deja de hacer ese tipo de bromitas!

—Estaba hablando con Yunho, no contigo.

—¡Pero estabas hablando de mí!

De nuevo, Yunho no hizo nada más que observar como Yoochun y Jaejoong discutían, echándose agua como si fueran dos adolescentes malcriados. “Maldita hora en que se me ocurrió dejar mis preciadas horas de sueño, para venir aquí a escuchar a estos dos hablar de sexo” Yunho viró los ojos, deseando estar en cualquier otro lugar que en ese. Ya era suficiente tener que escuchar a Jaejoong hablar sobre sus deseos sexuales, como para que ahora Yoochun quisiera incluirlo penosamente en la charla.

—¡Esta bien, está bien, si tuviera la oportunidad con gusto lo haría!, ¡¿Contento?!

El grito de Jaejoong lo trajo de nuevo al mundo real.

—Así que si estás de acuerdo. —Las orbes de Yoochun de pronto se volvieron más profundas, su sentido provocador volviendo a activarse. — ¿Con quién?

—¿Con quién qué?

—¿Con quién lo harías?

—¿Con quién lo haría de qué?

—¡¿Con cuál carajos hombre lo harías?! —Yoochun exclamó exasperado. — ¿Con cuál hombre tendrías sexo?

Yunho vio eso como una señal en verde para irse. —Bueno chicos, fue un placer estar aquí con ustedes pero yo creo que me voy a… —No alcanzó a completar su escape porque Yoochun lo empujó de nuevo en su puesto.

—No te lo voy a decir. Ni siquiera lo he pensado.

—¿Con cuál de nosotros cuatro? —Yoochun se rió. —Para ponértelo más fácil.

—Con ninguno. —Jaejoong respondió cortante pero aun así Yoochun no iba a parar de insistir.

—¿Con cuál de nosotros dos entonces? ¿Yunho o yo? —Yoochun dijo y Jaejoong lo miro molesto, observando cómo las comisuras de los labios de Yoochun se iban volviendo más marcadas. Jaejoong conocía esa vieja artimaña de Yoochun de querer emparejarlo a la fuerza con Yunho (Por todo eso de su fanservice Yunjae y demás); esta vez no quería darle el gusto de poder burlarse de ellos.

No quería darle la satisfacción de ponerlo en aprietos. —¿Acaso te me estas confesando?

—No, pero debo admitir que también me gustaría experimentar eso. Aunque contigo…creo que sería demasiado raro para los dos.

Jaejoong asintió con la cabeza. —Estoy de acuerdo.

—¿Y Yunho?

Ambos dirigieron su mirada al líder, acorralándolo con la vista. Si la tierra pudiera abrirse y tragarlo en ese momento, Yunho lo aceptaría sin restricciones.

—Oh vamos, no metas a Yunho-Shii en esto. Ya sabemos la respuesta.  —Jaejoong intentó bromear con ansias de aligerar el pesado ambiente que se había formado.

—¿Pero si te gustaría? —Yoochun empujó más.

—¿Porqué hablan de mi como si no estuviera aquí? —Yunho dijo entre risas, tratando de que la conversación muriera en ese punto. No estaba seguro si quería saber si Jaejoong quería tener sexo con él, aunque una parte de él, tenía curiosidad por saberlo.

—Es porque has estado mudo toda la noche. —Respondió Yoochun. —Pero cambiando de tema, aunque Jaejoong lo quisiera, no creo que tú aceptarías tener sexo con él, eres siempre tan correcto.

—Bueno en eso tienes razón… —Yunho concordó con sus palabras. De solo hablar de eso lo hacía sentirse incómodo, ¿Qué pasaría si realmente estuviera dispuesto a hacerlo? ¡Con un hombre, con su amigo! Era impensable y algo que jamás se le habría pasado por la cabeza. Comportarse afectuoso con los hombres era una cosa, ¿Pero de ahí a atreverse a más? Su razón y sus principios no se lo permitirían.

—Sí, debes aceptar que eres un poco mojigato. —Jaejoong mencionó en un tono afectuoso, provocando una risa por parte de Yoochun.

“¿Un mojigato?” Pensó Yunho. —Bueno, tampoco soy tan puritano en esas cuestiones, solo que…

—Te daría miedo, no eres como yo, no estarías dispuesto a atreverte. Es algo aburrido si lo piensas, pensar de esa manera… tan cuadriculada…

—¡Oye tampoco soy tan aburrido! Tengo mi moral que es otra cosa…

—¿Entonces Jaejoong, crees que Yunho es aburrido en el sexo? —Yoochun lo interrumpió con su pregunta dirigida a Jaejoong a manera de broma.

—¡Oh no, no quise decir eso! —Jaejoong se excusó, mirando con cautela a Yunho. —Solo que yo sé que no está abierto a ese tipo de cosas, de fetiches o fantasías sexuales…

—Si lo sé, como hacer un trió. Añadió Yoochun.

—O hacerlo en público, en un baño por ejemplo. ¿No es así, Yunho shii? —Jaejoong le preguntó y Yunho pensó en qué momento su vida sexual se había convertido en un chiste o en un tema de dominio público. —Yunho quedaría satisfecho con una mujer linda, una buena cama y ya. Algo tedioso de hacer todas las veces si me preguntas… Pero así es al fin y al cabo…

—Exacto. —Concordó Yoochun.

“¿Y Qué saben ellos de mi vida sexual? Como si ellos se la pasaran cogiendo todo el día. Además yo estaría dispuesto a hacer unas cuantas cosas de vez en cuando, solo que no hablo tan libremente de eso”. El moreno se sintió tan ofendido que ya ni ganas le quedaron de defenderse.

—Entonces Yunho queda descartado. —Yoochun declaró un rato después de terminar toda la burla hacia su compañero de grupo. —¿Con quién lo harías entonces? —Continúo con su interrogatorio a Jaejoong.

Jaejoong se quedó callado, jugando un rato con el borde del vaso en su mano. —Un amigo japonés me lo propuso un día. —Confesó en un leve suspiro, como si no quisiera revelar toda la verdad.

“¿Cómo?”

—¿Quién? —Yoochun preguntó ansioso.  

Jaejoong le dio una rápida mirada a los dos y se sonrojó, debatiéndose si debía decir o no lo que tenía en su cabeza. Pero que carajos, que importaba ya, ya había revelado demasiado, y se encontraba lo suficientemente prendido por el alcohol para no ponerle filtro a su voz. —No se los diré pero… ¿Puedo confesarles algo?

Yunho tuvo un mal presentimiento. —¿Qué es?

—Hace como dos meses, una noche fui a tomar al apartamento de ese amigo. Y bueno, con el alcohol y todo… nosotros… —Jaejoong se detuvo un momento y observó la intensa mirada de Yunho sobre él. Decidió entonces guardárselo para sí mismo. —No, nada, no es nada.

—Oh vamos, —Yoochun le dio una palmada. —¿Qué es?

—No es nada. Es mejor que no lo sepan.

Yunho endureció sus facciones.

—¿Acaso se las chuparon o algo? —Preguntó Yoochun entre risas.

Jaejoong bajo su rostro y emanó una sonrisa incomoda, revelando que precisamente eso era lo que ocultaba. De inmediato Yoochun soltó un chillido y Yunho se mordió el labio inferior, tremendamente molesto por la confesión. ¿Quién era ese amigo de Jaejoong que se había atrevido a hacerle eso? Ahora ya sabía porque no le gustaba que Jaejoong se reuniera con sus amigos japoneses. Un sentimiento de sobreprotección se le instaló en el corazón. Otro sentimiento también lo ataco, aunque él quiso evitarlo: Se estaba poniendo celoso.

—Oh, se acabó el sake. —Yoochun dijo de la nada al tomar la botella vacía. —Voy por más ¿Ok?

—Ok. —Yunho y Jaejoong respondieron al unísono y se miraron al instante, compartiendo una mirada intensa de esas que solo ellos podían compartir.

Bueno, al parecer esta noche seria larga.




..



Hacia media hora que los chicos habían salido del onsen y se habían ido cada uno a su respectiva cama. Yoochun había elegido la cama libre de la habitación donde se encontraban sus dongsaengs, por lo que a Yunho y Jaejoong no les quedo de otra que compartir la cama doble ubicada en la habitación contigua.

Quitándose la bata de baño, Yunho se sentó en un extremo de la cama y Jaejoong se ubicó al lado contrario, alisando las cobijas para meterse a dormir. Habían dejado la confesión sexual de Jaejoong atrás, aun así Yunho no podía sacarse las palabras de la cabeza. Le inquietaba profundamente, no podía creer que Jaejoong se hubiera prestado para esa clase de actos. No es que Yunho fuera un tipo homofóbico, él estaba perfectamente de acuerdo con lo que la gente quisiera hacer con su sexualidad y su cuerpo, sin embargo el hecho de que Jaejoongie hubiera sido el que…

—Jaejoongie. —Yunho lo llamó cuando sus pensamientos se hicieron tan insoportables para seguir aguantándolos en silencio. Necesita saber toda la historia, necesitaba asegurarse que solo había sido una cosa de una sola noche y que no volvería a pasar. —¿Enserio hiciste sexo oral con un amigo en Japón?

Ante la pregunta, las mejillas de Jaejoong se tornaron de un fuerte color rojizo, ocultando su cara. —Solo fue una vez Yunho. No ha vuelto a pasar.

—¿Y te gusto?

—Yo… —Jaejoong paso saliva. —Sentí un poco de asco la verdad. Fue placentero pero tal vez me pareció así porque estábamos borrachos.

Yunho asintió, ahora sintiéndose más aliviado.

—Lo siento.

Fue lo que escuchó después de los labios de Jaejoong. Yunho arrugó la cara. —¿Eh? ¿Por qué lo sientes?

—No lo sé, siento que te decepciona saber eso.

—Jaejoong yo soy tu líder, pero no puedo decirte que hacer con tu cuerpo. —Yunho guardo un segundo de silencio. —Sin embargo… si te soy sincero, no es que me guste escuchar que hagas eso con tus amigos. Bueno, son tus amigos pero… —No hallaba las palabras correctas para expresarse. Quería decirle a Jaejoong que el asunto le molestaba, pero no estaba seguro si era apto para decirle lo que era bueno o no. Después de todo, Jaejoong era un adulto, suficientemente capaz de decidir qué hacer con su vida.

—No creo que se vuelva a repetir. —Jaejoong dijo al meterse entre las cobijas y acurrucarse en ellas. —Como te dije fue placentero, pero no lo suficiente como para repetirlo.

—Pero dijiste que querías tener sexo con un hombre y que incluso tu amigo te lo había propuesto, ¿Si se diera la oportunidad lo harías con él así solo fuera por curiosidad?

Jaejoong se quedo en silencio. No entendía porque Yunho seguía insistiendo con lo mismo ¿Realmente le interesaba con quien se acostara? —Si estoy demasiado borracho, quizás. Quiero decir muy, muy borracho… como para no acordarme. Él no es muy apuesto que digamos y si decido alguna vez hacerlo con un hombre, él me debe parecer atractivo. Y ese no es el caso de mi amigo.

—Bien. —Yunho sonrió lánguidamente. —Me alegra saber eso.

—¿Por qué?

—Bueno es que imaginándote tener sexo con otro hombre es una imagen que no me gusta. Me causa…

—¿Repulsión?

—Tal vez, pero es algo más... —Yunho se acercó a Jaejoong viendo como este abría los ojos como platos por su cercanía. —Creo que me molesta pensar que un hombre te toque. —Le confesó, no ocultando nada en su mente. Si quería que Jaejoong fuera sincero, él también debía mostrarle sinceridad. —Imaginar a un hombre recibiendo placer de ti es algo que no podría tolerar. Que tengas sexo con una mujer es algo normal, supongo, pero con un hombre… no lo sé. Siento que se aprovecharían de ti.

Jaejoong evocó una media sonrisa ante la confesión de Yunho ¿Podría estar hablando de celos acaso? —Entonces no te gustaría que cumpliera mi fantasía de acostarme con un hombre.

—Absolutamente no.

—Uhm. —Jaejoong se mordió los labios. —¿Y si fuera con alguien que conoces?

—Con nadie Jaejoongie.

—¿Ni contigo?

La pregunta descolocó a Yunho. Se quedo unos segundos en silencio al no saber que responder, y Jaejoong se dio cuenta de la incomodidad que le había provocado, así que en seguida se retractó, haciendo como si solo le hubiera jugado una broma. —No lo tomes en serio Yunho-ah, ya sé que tus principios no te lo permitirían. No serias capaz de hacer algo así.

—¿Quién dice que no lo haría? —Yunho inesperadamente refutó.

—Bueno… siempre has sido tan correcto, realmente me sorprendería si te atrevieras a hacer una locura como esa. Acostarte con un hombre, o acostarte conmigo…

—Yo estaría dispuesto. —Yunho dijo sin pensar. Verdaderamente quería demostrar que no era un hombre aburrido en cuestiones sexuales, que si se lo proponía podía ser bastante aventado. Les callaría la boca a Yoochun y Jaejoong, sin embargo… ¿Estaba cayendo en cuenta de la magnitud de sus palabras?

¿Estaba cayendo en cuenta que lo que estaba diciendo era como si le propusiera a Jaejoong tener sexo con él?

Ante la aparente determinación de Yunho, Jaejoong se sentó en la cama, mirando de reojo la puerta corrediza de la habitación que conectaba con el dormitorio de sus dongsaengs. En realidad no sabía porque Yunho estaba diciendo tales cosas, pero teniéndolo a su disposición y con las ganas presentes en su cuerpo ¿Por qué no intentarlo? A decir verdad, Yunho era un hombre apuesto y fuerte, con el que tenia química sin tener que forzarla. No pensaba que hacer algo como lo que tenía en mente fuera a arruinar su amistad, tan solo sería un excitante episodio en su historia que quedaría como una anécdota y nada más. Eso era lo que se trataba de convencer. —Yunho, —Le susurró con precaución, acercando su rostro. —No sé si te entiendo pero… ¿Qué estás dispuesto a hacer? ¿Qué es lo que quieres?

Yunho encaró a Jaejoong, tomándose el tiempo para responder. Jaejoong se veía especialmente hermoso esa noche; su cabello aun seguía mojado y su rostro estaba tan brillante que sus labios resplandecían de forma seductora. Uhh, esos labios, el solo pensamiento de que Jaejoong hubiera chupado el miembro de un hombre con esa boca hizo sentir tremendamente celoso a Yunho. —Yo quiero que tu… que tu…

Y tan rápido como se decidió, tan rápido se echo para atrás. Al parecer parte de su yo correcto lo estaba reteniendo de cometer esa locura.

Al no escuchar palabra y reconocer indecisión en el rostro de Yunho, Jaejoong supo que este no estaba convencido, así que decidió parar ahí, no continuar mas porque era obvio que no los llevaría a ningún lado. Se giró entonces para apagar la luz de la lámpara y enterrarse de nuevo entre las cobijas. Es tarde, mañana tenemos grabación. Dijo al cerrar los ojos. ¿En que estaba pensando? Era obvio que el inocentón de Yunho no se atrevería a tener sexo con él. ¿Por qué creyó que Yunho se lo estaba proponiendo?

¿Por qué creyó que sería capaz?

Frustración invadió el cuerpo de Yunho al ver que Jaejoong había decidido terminar con la conversación. Él no quería darla por terminado, él todavía seguía con la duda. Y es que cada vez que pensaba en la confesión de Jaejoong y en sus burlas con Yoochun, mas convencido estaba en atreverse a hacerlo. Ellos tenían razón; él era muy precavido, muy cuadriculado, le faltaba sazón a su vida, ¿Qué malo sería si por una vez obedecía a sus impulsos y no a su cabeza?

Su relación con Jaejoong no cambiaria ¿O sí?

Prendiendo de nuevo la luz de la lámpara, Yunho se aproximó a Jaejoong y le depositó un beso en la nuca, haciendo que este abriera los ojos. ¿Eh? Jaejoong preguntó al notar que la cara de Yunho estaba muy cerca de la suya.

—Quiero que me hagas lo que le hiciste a tu amigo. —Dijo aunque se muriera de vergüenza. Su corazón comenzó a latir muy rápido también.

La petición tomó por sorpresa a Jaejoong. —¿Yunho estas escuchando lo que dices? —Inquirió solo para estar seguro. Esto de verdad era extraño. 

—Sí.

Aun confundido, Jaejoong irguió su torso y se le quedo mirando, percibiendo un brillo inusual en sus ojos. Luego tomó el borde de la cobija y la levantó para dejar al descubierto aquel pene flácido que reposaba entre las piernas de Yunho. No pudo evitar relamer sus labios ante la vista. —Solo lo he hecho una vez, así que no sé muy bien…

—No importa, solo hazlo. —Yunho respondió con rapidez. Al diablo sus principios, al diablo sus miedos, esta noche seria otra persona. Otro lado de si mismo que no conocía y estaba ansioso por descubrir.

Pero Jaejoong todavía no estaba seguro. Despojándose de las cobijas, se sentó frente a Yunho, apoyando sus glúteos sobre sus talones. Después miró hacia abajo, recorriendo con sus ojos el cuerpo desnudo de su amigo. Su lujuria comenzó a crecer al imaginar lo que sería hacerle una mamada a su compañero de grupo. Yunho era diferente a su amigo, Yunho era especial, su camarada de vida, casi un hermano, ¿Enserio estaban consientes de lo que iban a hacer? No lo entiendo Yunho ¿Por qué quieres hacer esto? Que yo sepa tu nunca has tenido intenciones de estar con un hombre, y que ahora estés dispuesto… no lo sé, se me hace muy extraño.

Tal vez quiero salirme de mi zona de confort. Respondió. Tal vez quiero intentar algo que yo sé no lo podría hacer con otra persona. Tu dijiste que querías estar con un hombre y si estas con alguien más… Jaejoongie, no quiero que nadie te lastime, es mejor que lo hagas conmigo.

Las mejillas de Jaejoong enrojecieron al escuchar aquellas palabras de protección de Yunho hacia él. Le gustaba, no, le encantaba cuando Yunho se comportaba así. Le hacía sentirse importante. ¿Te molesto también que le hubiera hecho una mamada a mi amigo, no es así?

Sí, mucho.

Riendo, Jaejoong rodeó con su mano el pene de Yunho, dispuesto a mostrarle que no tenía de qué preocuparse, porque lo iba a complacer igual o incluso mejor de lo que lo había hecho con su amigo. Se acomodó mejor entre sus piernas y Yunho también lo hizo, colocando ambas manos sobre el colchón para apoyarse. Comenzó entonces con unos breves tanteos, palpando el pene de Yunho el cual ya estaba medio duro. Yunho jadeó al sentir las manos cálidas sobre su extensión; su raciocinio le gritaba que no siguiera adelante…

…Pero su libido lo impulsaba a más.

¿Te la han chupado alguna vez? Fue lo que preguntó Jaejoong al bombear su pene.

Yunho se aclaro la garganta. No. Confesó.

Esa respuesta no le pareció inesperada a Jaejoong. Ok, entonces solo disfruta. Afianzando su mano en la base, Jaejoong se agachó y comenzó con unas fugaces lamidas, lubricando el miembro para facilitar la chupada. Yunho de inmediato se tensó ante el toque. 

Tranquilo. Jaejoong se volvió a reír al notar lo tenso que lo había puesto. —No te comeré ~ —Con sus ojos llenos de lujuria, Jaejoong regresó al pene y lo succionó de forma leve, tan despacio que hizo a Yunho cerrar los ojos y gemir con placidez. La mente de Yunho se concentró entonces en los sonidos, en las caricias y en las chupadas. Sus pensamientos con respecto a lo incorrecto de la situación fueron quedando olvidados; el hecho de que Jaejoong era su amigo hombre también lo dejó en un segundo plano. Por ahora solo disfrutaría sin restricciones.

Sus manos, que habían estado en los costados, se trasladaron rápidamente a la cabeza de Jaejoong; acariciando, atesorando y de vez en cuando guiando el ritmo de la mamada. Definitivamente esto era algo que no había experimentado jamás y quería grabárselo por siempre en la memoria. 

Jaejoong quería ser suave, quería ser suave para que Yunho se acordara siempre de la sensación de sus labios rozar la piel sensible de su miembro. No es que chupar un pene le resultara irresistible, es que Yunho era diferente. Una sensación de lujuria, de pecado y porque no, de amor, se localizó en su interior al caer en cuenta lo que le estaba haciendo a su amigo del alma. De verdad le estaba gustando y no entendía porque la primera vez le había resultado algo asqueroso, si esta vez no tenía la misma percepción. Quizá el pene de Yunho sabia mejor, quizá era eso.

Dejando la suavidad a un lado, Jaejoong fue un poco más tosco y dio pequeñas mordiditas tanto en el pene como en los testículos de Yunho. Luego hizo una succión fuerte en la punta para metérselo de lleno en la boca. No era experto por lo que no tuvo suficiente habilidad para manejarlo.

¡Uhm! Yunho protestó al sentir como Jaejoong rozó con sus dientes la membrana exterior de su pene.

Jaejoong de inmediato se lo sacó de la boca. ¿Te lastime? Preguntó con preocupación.

No. Sonrió. Solo hazlo con cuidado, ¿Vale?

Asintiendo, Jaejoong regresó a su labor, esta vez más cuidadoso, procurando moverse lento para no tener ningún accidente. Chupaba, se alejaba para recuperar aliento y luego se lo volvía a meter. De vez en cuando enviaba miradas hacia arriba para captar la expresión de Yunho al verlo con su pene dentro de la boca, pero este estaba tan concentrado en su propio placer, que no se daba cuenta de la mirada juguetona que le quería dedicar Jaejoong.

Jaejoong mamó algunos minutos más y cuando sintió como la respiración de Yunho comenzó a aumentar, se alejó antes de que el semen saliera disparado ensuciando las sabanas de la cama. Después ambos se quedaron en silencio: Yunho agitado recuperándose de su orgasmo y Jaejoong viéndolo con una sonrisa dibujada en el rostro. Tenían las mejillas enrojecidas y el rostro caliente.

En realidad había sido una locura.

—Tuviste mas aguante. —Jaejoong le dijo rato después mientras le pasaba un mechón por detrás de la oreja. —Mi amigo no duro mucho.

Es que lo haces bien. Yunho comentó sin atreverse a mirarlo a los ojos.

Jaejoong se lamió el labio, complacido. Acortando la distancia, él colocó ambas manos en los hombros de Yunho, aferrándose. Y tú sabes muy bien. Esto se lo susurró cerca de la oreja, acariciando con su aliento el cartílago de la curvatura. Yunho envolvió en un abrazo a Jaejoong y le acarició la espalda, pensando en cómo pasar ahora a la siguiente fase. Pese a haber iniciado, aun se sentía muy nervioso y con algo de culpabilidad. No negaba que le había gustado, sin embargo el pensamiento de que no debió haber pasado lo seguía atormentando. 

Jaejoong notó ese miedo y ubicó su cara enfrente de la cara de Yunho, tan cerca que la punta de sus narices se tocaron. Yunho lo miró con detenimiento; en verdad Jaejoong era hermoso. —Después de que hicieron sexo oral… ¿Paso algo más? —Preguntó no pudiéndose sacar de la cabeza aquella desagradable confesión. Ahora que lo había experimentado, le daba más cólera saber que otro había pasado por lo mismo.

No Yunho. Jaejoong respondió tajante. Él se durmió y yo también lo hice. En la mañana hablamos sobre lo que había sucedido, pero solo se quedo como un episodio sin trascendencia. ¿Qué es lo que pasa, aun sigues perturbado por eso? ¿Por qué tanta curiosidad?

No puedo creer que después de una mamada las cosas no hayan pasado a más. Mas cuando tu…

¿Mas cuando yo…?

Más cuando tú eres tan… irresistible.

Ante eso, la boca de Jaejoong se abrió sutilmente; sus ojos brillaron como esferas. Dentro de sí, él sabía que Yunho no lo miraba con los mismos ojos que miraba a sus dongsaengs. No es que creyera que le gustara, es que Yunho lo trataba diferente, con más cariño quizá, con delicadeza, como si se tratara de una chica. Tal vez por eso muchos estaban obsesionados con su pareja Yunjae, por la manera en la que Yunho lo veía. Porque lo que no se podía decir, se podia sentir.

Y él sentía, muy dentro de sí, que una parte de Yunho lo deseaba. Así Yunho fuera un hombre (supuestamente) heterosexual. ¿Y tú qué piensas hacer? Lo retó a expresar sus deseos. Él quería escucharlos.

Pero Yunho se mantuvo en silencio.

Jaejoong entonces decidió dar el primer paso. Seré el de abajo, si así te sientes más cómodo.

Yo…

Yunho no alcanzó a completar su frase porque Jaejoong le plantó un beso dulce en los labios, alejándose después para ver su reacción. Yunho gimió cuando Jaejoong de nuevo se acerco y le dio otro beso pequeño, y lo hizo una vez más cuando le dio otro más. Después, inesperadamente Jaejoong se desligó de su abrazo y se acostó de costado en su lado de la cama, mirando en dirección a la lámpara de noche. Yunho no dudo en ubicarse a su lado, moldeando su cuerpo desnudo contra el otro cuerpo. Paso uno de sus brazos por encima del torso de Jaejoong y el otro por debajo de su cuello. Luego le dio un pequeño beso en el hombro, consintiéndolo.

—Jaejoongie ~ —Le dijo en un tono dulce, sonando como un niño. Jaejoong no pudo evitar sonreír; le gustaba cuando Yunho utilizaba su aegyo. Giró su cara y se encontró con la mejilla de Yunho que estaba descansada sobre su rostro, le dio un beso y cuando le iba a dar otro, Yunho giró su rostro y sus bocas se encontraron abiertas una contra la otra. Empezó un beso pacífico, baboso, acariciándose los labios mientras sus lenguas se enredaban sin premura. La mano de Yunho debajo del cuello de Jaejoong tomó el mentón de este y lo acarició esparciendo su pulgar por la suave piel.

Jamás se habían besado así, a lo mucho que habían llegado era a besos pequeños; nunca se imaginaron estar compartiendo un beso tan sexual como ese. Totalmente excitado, Jaejoong tomó la mano de Yunho que estaba sobre su pecho y la dirigió hacia su entrepierna para que masturbara su pene despierto. Al tocarlo Yunho se cohibió un poco, pero luego se relajó, tomando con su mano el pene y batiéndolo despacio pero con ritmo.  Esta era la primera vez que tocaba el pene de otro hombre. 

Yunho… Jaejoong suspiró ahogado cuando por fin se separaron del caliente beso. Sus ojos estaban aun cerrados. —Quiero que me folles. Dijo sin timidez. 

El rostro de Yunho ardió ante la suplica. No quiero lastimarte. Susurró, era obvio que la penetración no iba a ser tan fácil como con una mujer.

No importa, tengo algo.

Erguiéndose por un momento, Jaejoong estiró su mano para abrir el cajón de la mesita de noche y sacar de el una especie de lubricante en una botella. Luego vertió el ungüento en la yema de sus dedos, esparciéndolo en los anillos de su ano y en la extensión del pene de Yunho para no tener complicaciones. El moreno solo lo miraba, pasando saliva al poder presentir la sensación de lo que sería estar dentro de su cuerpo. Dejando la botella de nuevo en la mesa, Jaejoong volvió a su posición: De espaldas a Yunho, entre sus brazos.

Estando ahora lo suficientemente lubricados, Yunho ubicó su palpitante pene en la entrada y se quedo unos segundos quieto. De nuevo beso a Jaejoong. —¿Estás seguro de esto? —Le preguntó con cariño. Más que deseo, él sentía mucho afecto por Jaejoong.

Jaejoong soltó una risita. —No. —Admitió. —Pero es excitante y quiero probarlo.

—¿Nuestra relación seguirá igual?

—Claro que si Yunho. ¿Qué pasa? ¿Te estás arrepintiendo?

No es eso, es que es algo muy loco.

Jaejoong le guiñó un ojo. —Sera nuestra locura ¿Bueno? Nuestro secreto.

Asintiendo, Yunho decidió no objetar más y proseguir con lo que habían empezado. Ya no había marcha atrás.  Con delicadeza, introdujo el glande de su pene en el ano de Jaejoong. El chico de inmediato se sacudió inquieto, soltando leves quejidos por lo extraño y doloroso que se estaba sintiendo. El pene de Yunho no era escuálido, en realidad era de un muy buen tamaño, por lo que era difícil tratar de expandirse. Yunho respiró frustrado al no poder seguir entrando el resto de su miembro. Fueron muchos intentos, todos fallidos, y cuando quiso darse por vencido, Jaejoong fue el que tomó su pene y ayudó el mismo a entrarlo.

Estando un poco más de la mitad dentro, Yunho saboreó la gloria: Se sentía magnificó. De las pocas experiencias sexuales que había tenido, esta no tenía comparación. Se sentía más apretado y caliente, e incluso más excitante, ya que significaba algo prohibido. Yunho cerró sus ojos y apoyó su rostro en la nunca de Jaejoong, colocando su mano izquierda en el glúteo de este para apoyarse y su otra mano rodeándole el mentón para acariciarlo. Jaejoong tenía ambas piernas juntas, solo su pierna izquierda estaba un poco más elevada para permitirle un mejor acceso a Yunho.

Entonces iniciaron las estocadas. Comenzando suave, Yunho trato de abrirse paso para que todo su pene pudiera entrar. No quería ser violento ni duro, no quería hacer sufrir a Jaejoong, por lo que se lo tomo con calma, meneándose lento, dejando en ocasiones breves besos en la nuca y mejillas del castaño para consolar sus gemidos. Jaejoong solo se mantenía con los ojos cerrados y la cara contraída, soportando la intensa sensación de tener un pene partiéndole en dos. Él sabía los riesgos, sabía que sería doloroso, así que decidió relajarse, esperar hasta el momento en que resultara placentero.

Y no tardo mucho. Pronto, los movimientos empezaron a ser mas fluidos, por lo que ambos pudieron disfrutar mucho mejor. Yunho abrazó totalmente a Jaejoong desde atrás y este recibió su abrazo, girando ocasionalmente su rostro para compartir besos abiertos y mojados. El ritmo aumentó progresivamente, pero Yunho nunca fue agresivo; primero, porque no quería herir a Jaejoong, y segundo, porque no quería que los sonidos se hicieran tan audibles como para despertar a sus dongsaengs.

Era su pequeño secreto en la noche, por lo que debían ser silenciosos… bueno, hasta donde fuera posible.  

Yunho-ah… Jaejoong gimió, su boca estaba abierta. —¿Cómo se siente?

—Como si fuera explotar en cualquier… momento. —Respondió sobre su hombro. De verdad se sentía al límite, así de abrumador era el estar dentro de su cuerpo.

Jaejoong jadeó más duro. ¿Te gusta?

Si… Jae… mucho…

A mí también me gusta, tu pene es…¡Ah!

De repente, Jaejoong se erizó cuando una fuerte descarga corrió por su columna vertebral. La posición en la que estaban no les permitía tener una penetración muy profunda, no obstante, el ángulo de penetración si era el ideal para que el pene de Yunho rozara su próstata. Jaejoong gimió más alto y batió su pene cuando una oleada de increíble placer viajó por todo su cuerpo. Comenzó a temblar, Yunho creyó que se trataba de un calambre al estar detrás de él e inesperadamente Jaejoong se vino chorreando su semen entre sus dedos. Se quedo por unos segundos paralizado, incapaz de reaccionar. Vaya, nunca imaginó que tendría un orgasmo anal y menos en la primera vez. ¿Así de bueno era el sexo con Yunho?

Regulando su respiración, Jaejoong trató de asimilar lo que había acabado de ocurrir, hasta que se dio cuenta que Yunho había salido de él y que ya no estaba a sus espaldas. Se echo completamente sobre el colchón y abrió los ojos: Yunho estaba arrodillado frente a él, con su pene aun erguido y lleno de ungüento y líquido preseminal.

Jaejoong lo miró perplejo. ¿Qué haces?...¿Por qué… te detienes?

Yunho ni sabía porque había parado. —Creí que…

—¡No, no!¡Sigue, sigue, no te detengas! —Abrió las piernas y acercó el cuerpo de Yunho con sus manos, desesperado por volver a sentir ese miembro en su interior. Le había dado un orgasmo genial y no iba a estar satisfecho hasta que ambos tuvieran el segundo.

Obedeciendo, Yunho volvió a insertar su pene y las embestidas no tardaron en retomarse. Se apoyó con sus manos a ambos lados de Jaejoong mientras lo embestía ahora con mucho más ímpetu. Jaejoong, aun embobado en su postorgasmo, solo se mantenía gimiendo, de vez en cuando desplazando sus manos por la cara, hombros, espalda o espalda baja de Yunho. Jamás imaginó que Yunho fuera tan bueno para el sexo; tal vez al ser un bailarín tenía el compas y la resistencia para mantener un ritmo.
Como fuera, le estaba haciendo ver estrellas, le estaba haciendo tragarse sus palabras. Yunho no era aburrido… en realidad era bastante apasionado. La imagen de este Yunho sexual tenía a Jae tan confundido como excitado. El encuentro era tan placentero que ya hasta se habían olvidado de sus nombres, mandando al demonio incluso su más pequeño titubeo.

Se sentía tan natural que era como si fueran una pareja de verdad.

En un momento dado, Yunho miró hacia abajo, prestando especial atención al rostro extasiado de Jaejoong que pedía por más. Jaejoong tenía esa expresión de “¡cógeme, cógeme, cógeme!” que nunca se la había visto. O notado. O imaginado. Era hermoso y no podía dejar de felicitarse internamente por haber tomado la decisión de seguirlo en esa fantasía.

Si otro hombre estuviera en su lugar… Urgg, lo hubiera matado.

Recostándose completamente sobre el cuerpo de Jaejoong, Yunho lo enrosco en sus brazos y Jaejoong hizo lo mismo, ocultando su rostro en el cuello de Yunho que lo aplastaba. Los vaivenes nunca decrecieron de velocidad, al contrario, cada vez iban acelerando el paso.

Luego, lo sintió, una presión aguda en su abdomen y los músculos de su entrepierna se contrajeron al anunciar que se iba a venir. Yunho acercó su boca al oído de Jaejoong, susurrándole: Estoy cerca, ya casi... Quiso alejarse pero las piernas de Jaejoong enrolladas sobre sus glúteos le impidieron hacerlo.
 
—Termina adentro, por favor. —Jaejoong suplicó deseoso. —Quiero… que te vengas dentro.

El libido de Yunho subió a niveles inimaginables al escuchar esas palabras. Aumento la rapidez, impaciente por llegar y cuando lo hizo, una nube de placer y satisfacción lo cegó al liberar su leche entre la estrechez de las piernas de Jaejoong.

Eso había sido delicioso.

Yunho... Jaejoong lo llamó y tomó su rostro para que quedara frente al suyo. Él sonrió, viendo como Yunho tenía (al igual que él) las mejillas rojas, las pupilas dilatadas, y el rostro y cabello bañados en sudor. No pudieron evitar reírse al verse en ese estado. Tal vez eso era mejor que pensarlo en profundidad. Te quiero. Le dijo mientras lo besaba con pasión y batía su pene que no se había descargado aun.

Pensando en los vaivenes, las caricias y el pene caliente que aun seguía en su interior, Jaejoong eyaculó exhalando un gemido ronco, doblándose en éxtasis al sentir como sus músculos recibían las corrientes eléctricas. Sintió a Yunho tomar su pene rojo y acariciarlo, besándolo también mientras lentamente se apartaba y salía de su cuerpo. El semen atrapado en seguida resbaló por sus nalgas. 

Definitivamente esta había sido la mejor experiencia sexual que ambos habían tenido.  

Rodando por la cama, Yunho se quedo mirando el techo. Jaejoong hizo lo mismo. Los sonidos característicos de la noche (las luciérnagas, el crujir de la madera, el viento golpear los arboles) era lo único que se escuchaba junto a las respiraciones irregulares y vaporosas de los dos chicos. Fueron varios minutos en los que ninguno se atrevió a decir palabra; dejarían que la situación fluyera con naturalidad.  

—¿Te sientes mal? —Fue Jaejoong el que decidió romper el hielo cuando creyó que había pasado el tiempo suficiente. Su pecho todavía subía y bajaba con violencia, aun se encontraba extasiado. —¿No fue tan raro… cierto?

—No. —Yunho respondió con sinceridad. —Estuvo bien, supongo…

Jaejoong se mordió el labio, él no se conformaba con un simple “bien”. —Si quieres que te sea sincero, no creí que cumpliría esta fantasía y menos contigo. De todos los hombres que me hubiera imaginado… tú eras el menos probable.  

Oh no. ¿Entonces lo volverías a hacer con otra persona? —Yunho preguntó cuando la angustia de pensar en Jaejoong con otro hombre volvió a atormentar su cabeza.

—¿Qué? Yo no dije eso. —Jaejoong se apresuro a negar, aproximándose al costado de Yunho y recostándose sobre él, dejando caer su cabeza sobre los pectorales de este. —No creo que lo vuelva a probar, me gusto estar contigo. —Le dijo para calmarlo. Era verdad, el único lugar en donde quería estar era en los brazos de ese hombre.

Satisfecho con la respuesta, Yunho acobijó el cuerpo del mayor y pasó las cobijas desordenadas por sobre sus cuerpos, apoyando también su cabeza en el cabello húmedo y castaño de Jaejoong. Una de sus manos fue a parar a sus glúteos desnudos, luego a su ano, acariciándolo a sabiendas que debía estar adolorido.

Jaejoong emitió un quejido por la caricia, incomodo.

¿Te duele? Yunho le preguntó. ¿Fui muy brusco?

Solo espero pueda caminar mañana. Jaejoong bromeó y Yunho se rió por sus ocurrencias.

Lo siento si fui rudo, no me supe controlar.

No fuiste rudo Yunho. En realidad fuiste muy dulce, nunca me había sentido tan amado haciéndolo con alguien.

Yunho suspiró profundo por esas palabras. Era verdad, él había sido dulce, porque Jaejoong era alguien digno de ser tratado con cariño. Y besado. Y amado…

…Vaya, aun no lo asimilaba. ¿En verdad lo habían hecho? ¿En verdad había tenido sexo con su amigo? Se sentía como si no fuera real. Como si alguien lo hubiera poseído y ahora hubiera vuelto a su yo normal. Sentía vergüenza, eso no lo podía negar, aun así una parte de él no se retractaba de nada de lo que había experimentado esta noche.

Y todo había sido gracias a la fantasía de Jaejoong.

Jae gracias.

Jaejoong, quien había cerrado momentáneamente los ojos, los volvió a abrir al escuchar el extraño agradecimiento de Yunho. ¿Eh? ¿Por qué?

Por las locuras que me haces hacer.

Estirándose para apagar la luz de la lámpara, Yunho no dijo nada más y se dispuso a dormir junto a Jaejoong, queriendo disfrutar las horas que quedaban hasta cuando la mañana llegara. Estaba seguro que una vez despertara y recapitulara todo sentiría remordimiento, pero por ahora eso no importaba.

Por ahora solo quedaba dormir y descasar en paz. 

Jaejoong también opto por quedarse en silencio y dormir en el pecho de Yunho, sintiéndose feliz, pensando que aunque a veces su impulsividad lo metiera en aprietos…

…en ocasiones como esta, si que le sabía sacar provecho.



..




Antes de que el sol saliera por detrás de las montañas, Changmin se levantó de su cama y deslizó muy cuidadosamente la puerta corrediza entre las dos habitaciones, con cuidado de no despertar a sus hyungs que dormían dentro.

Caminó en puntillas hacia el baño y cuando salió de este, algo en la cama le hizo desviar su atención. Eran sus dos hyung quienes estaban aparentemente desnudos, cubiertos con una fina sabana y en una posición algo extraña: Jaejoong boca abajo y Yunho recostado sobre su costado, también boca abajo y con un brazo reposando sobre la espalda de Jaejoong. Para ellos no era inusual dormir en una misma cama desnudos, lo raro era que la posición en la que estaban insinuaba algo mas… se veía erótico.

En un momento dado, Jaejoong se dio la vuelta, tan enérgico que Changmin creyó que se había despertado. Pero no fue así, solo se reacomodo, quedando su cara a muy pocos centímetros del rostro sereno de Yunho. Estaban tan cerca que parecía que se iban a besar.

Déjalos dormir.

Una voz a sus espaldas y Changmin se volteo para ver a Yoochun quien también se había levantado.

¿Tienes idea de lo que pasa? El menor preguntó al dar un paso afuera y dejar que Yoochun deslizara la puerta.

No estoy seguro, pero lo mejor es que los dejemos descansar. Al parecer anoche no descansaron nada.

Con una sonrisa sabelotodo, Yoochun les dio una última mirada y deslizo la puerta, dejando a un Changmin que, aunque confundido por las palabras, no decidió indagar más. 



..


Nota: Aquí estoy de nuevo después de meses de no publicar nada. Este One shot lo había escrito hace tiempo (ya saben que siempre digo que tengo escritos sin terminar) y bueno, lo había estado terminando de a poquitos y este es el resultado final. Espero que les gustes. Me gusta escribir  cuando tvxq estaba junto antes de que fueran esta boyband emo jajaja

Tengo pensado una continuación, así que quizá sea un two shot.

Dejen sus comentarios, bye!