lunes, 13 de octubre de 2014

Entre el bien y el mal - Capitulo 18

Capítulo 18 — La corte de arcángeles: La verdad seria la llegada a su alivio espiritual, pese a que esta también sería su condena.



“Yunho, Yunho, Yunho….

—¡Jaejoong….No te preocupes por mi… vete!

Yunho, ¿Dónde estás?... ¿qué te ha hecho?

—¡¡¡Jaejoong vuela!!!”


El ángel se despertó sobresaltado e hizo una mueca cuando la fría pero acogedora brisa le estrello en las mejillas. Un tanto desorientado, Jaejoong alzo su rostro lentamente y su mente se activó ante el ambiente resplandeciente que lo recibió esa mañana. Luego, con los sentidos ya alerta, el ángel se percató de estar en una silla dorada, sentado en ella. Él quiso moverse de su lugar, pero sus extremidades no le respondieron, era como si estuvieran atadas por lazos invisibles. Luego el miro su cuerpo. No había ningún rastro de maltrato, suciedad ni heridas. Sus alas también parecían estar en perfecto estado así que al parecer los ángeles lo habían curado.

Dirigiendo su mirada al frente, Jaejoong vio a los arcángeles reunidos en una mesa dorada, mirándolo fijamente. Al contrario de sentirse asustado, Jaejoong solo dejo escapar un suspiro de resignación, sabiendo que este día vendría. Que el día que tendría que responder por sus travesuras y sus actos osados de estos últimos meses, al fin había llegado.

—Creo que ya sabes porque te encuentras aquí, Joven ángel —Inicio el arcángel Leeteuk, hablando con voz prominente.

—Si…—Respondió Jaejoong bajando la cabeza.

—Has tenido unos días muy agitados estas últimas semanas ¿No ángel?

Jaejoong no respondió nada, tan solo se limitó a esconder la cabeza, en un signo claro de vergüenza.

—Ángel, sabemos una parte de tu historia, pero queremos oírla de tu boca. Queremos oír tus razones de cometer tal desobediencia. Así que sin más preámbulos, comencemos. Adelante, te escuchamos.

El arcángel líder se cruzó de brazos y los demás arcángeles se inclinaron levemente hacia adelante, con ansias de escuchar lo que diría el pequeño ángel al frente.

Sin quererlos mirar a los ojos, Jaejoong se mordió la boca, inhalando aire una y otra vez, como si eso le diera el coraje para poder hablar. Y aunque le resultara difícil contar todos los detalles de su historia de algo estaba seguro: él no quería decir mentiras de nuevo. No quería seguir en este círculo vicioso de deshonestidad.

La verdad sería la solución a todos sus problemas.

La verdad seria la llegada a su alivio espiritual, pese a que esta también sería su condena.

—Yo baje a la tierra por curiosidad. Quise ver la vida humana y experimentar lo que los ángeles guardianes experimentaban —Jaejoong empezó, lento y bajo, sin permitirse levantar el rostro —y conocí a un humano en el proceso. Shim Changmin.

El arcángel Siwon, presente en el juicio como todos los demás, apretó los labios ante la mención del nombre, pensando en lo escurridizo que el destino podría ser.

—Él no contaba con un ángel guardián, por lo que para pasar más tiempo con él, yo decidí ser su ángel guardián contra todas las reglas…

—¿Por qué razón ángel? —pregunto el líder.  

Jaejoong escondió aún más su cara (si eso era posible) y tomo una larga respiración antes de confesar su primer gran delito.   

—Vamos, Jaejoong, hazlo. Solo así podrás quitarte ese peso de encima —Escucho a hablar a su amigo Junsu, que se encontraba a unos pocos metros de su lado, actuando como testigo.

Incitado por los ánimos de su amigo, el ángel prosiguio. —Porque me enamore de él. —Jaejoong admitió y Los arcángeles se tensaron al escucharlo. Claro, ya lo sabían, Junsu les había dicho la vez anterior, pero escucharlo de la boca del joven Ángel era la confirmación que necesitaban.

—Pero esperen hay mas —interrumpió de repente Jaejoong cuando uno de los arcángeles se proponía a hablar. —También hay un demonio.

Oh, esa era la parte que faltaba. La parte que aún no habían escuchado y que seguramente sería la más escandalizante de todo el relato. Siwon se ajustó en su asiento, recordando la primera vez que había encontrado al ángel con el demonio, complacido que después de todos esos meses, al fin escucharía la verdad que había estado esperando…pese a que su mente ya había comenzado a sospechar que era lo que se trataba.

—Cuéntanos ángel, cuéntanos del demonio. —Tomo la palabra el líder otra vez, tratando de hablar lo más tranquilamente que podía.

—Es un demonio que se acercó a mí en una noche…y luego jamás se volvió a ir. Su nombre es Yunho y durante mi estancia con Changmin, el me acompaño todos los días, alegando que quería ser mi amigo.

—¿Un demonio queriendo ser amigo de un ángel? Eso no tiene sentido.

—Lo se señor arcángel, y también pensé que era extraño, pero yo, siendo tan solo un ángel inocente del cielo, no supe ser más precavido…y acepte ser su amigo.

Los arcángeles arrugaron la mirada por varios segundos, pensando en lo extraña que se ponía esta historia. —Y bien ¿Qué sucedió?

Jaejoong entrelazo sus manos con nerviosismo, temeroso de continuar con su declaración. Si los arcángeles se habían tensado por escuchar su confesión de amor hacia un humano, no sabía cómo iban a reaccionar por lo siguiente que iba a decir. 

—Pues…yo…yo y él….yo…

—¿Ustedes qué?

—Yo…—De repente, Jaejoong se quedó mudo, no logrando articular palabra alguna. Eso alarmo a los presentes.

—Jaejoong, ¿Qué sucede? —Junsu se acercó cuidadoso, tratando de no sobrepasar el límite que los arcángeles le habían impuesto para poder quedarse en el juicio —¿Acaso ese demonio te hizo algo malo?

—No, No…—el ángel negó, intentando controlar sus emociones —es que es muy duro de decir….realmente esto es duro de decir. Yo cometí algo malo…mi corazón cometió algo malo.

—¿A qué te refieres?

El ángel estiro su rostro, tratando de tomar una respiración que le ayudara a testificar de una vez por todas —Mi corazón comenzó a amar a ese demonio también. Mi corazón se enterneció con los gestos amables que Yunho me dedico…y no lo pude evitar.

—¿Tu entonces te enamoraste del demonio? —pregunto el arcángel Siwon.

—Sí, Así es.

“Entonces lo consiguió” Pensó el arcángel Siwon al oír la declaración del pequeño ángel en la silla “Ese busca problemas de Jung Yunho lo logro”  

—¿Qué? ¡Pero tú me dijiste que no te habías enamorado de un demonio! —Interrumpió Junsu, reclamándole al ángel —¿Me mentiste?

“Supongo que ni la muerte lo pudo evitar”                                                                                                                
—Si lo hice, Junsu. Mentí más de una vez…pero ya estoy cansado de hacerlo. Quiero dejar de mentir. Lo siento Junsu, siento no habértelo dicho antes.

—Pero porque…yo…no sé qué decir —Junsu trastabillo hacia atrás, con una mueca que mostraba decepción y tristeza a la vez. Entonces él había estado en lo cierto la vez que se encontró a Jaejoong en el bosque. Jaejoong efectivamente si se había enamorado de un demonio.

—Lo siento Junsu —escucho repetir de nuevo a Jaejoong mientras el ángel volvía a dirigir la mirada hacia la corte que lo juzgaba —También pido perdón al cielo, porque no debí…pero no pude evitarlo.

—¿Comprendes que eso es un pecado, no Jaejoong? —dijo el ángel Leeteuk.

—Si, por eso pido perdón, ahora y a ustedes. —Jaejoong paso saliva duro, continuando con su declaración —Pronto los sentimientos que creía sentir por Changmin se fueron esfumando convirtiéndose en sentimientos de amor por Yunho…y el me correspondió. El me abrazo y me acobijo dejando de lado sus sentimientos perversos…aun así, una parte de él seguía siendo maligna. O tal vez todo de él, no lo sé, este es el momento en que no sé qué creer.

—¿Por qué?

—Porque él me mostro su verdadero yo cuando se enteró de mis sentimientos ya casi olvidados por Changmin. Él lo malinterpreto y se quiso vengar haciendo que Changmin matara a su novia, convirtiéndolo en un pecador.

—¿Entonces el alma del humano que sostenías cuando te rescatamos es inocente?

—Sí, yo lo condene porque deje que las cosas se salieran de control. Changmin siempre había sido un humano ejemplar, amable y bueno, pero fue por los celos de Yunho que lo hicieron perder la cabeza y cometer tal barbaridad. Yunho lo poseyó completamente, uso toda su fuerza…Changmin no pudo negarse. No pudo resistirse ante el mal. —Jaejoong se detuvo en seco, tratando de tomar aliento ya que había estado hablando sin parar —Fue ahí cuando decidí remediar las cosas e ir al infierno por su alma, pero termine equivocándome, termine cayendo en la trampa de otro demonio y  termine en las manos del mismo diablo. —el ángel cerro los ojos al recordar todo el horror que había vivido allí abajo —Les pido por favor que no lo condenen, que lo dejen entrar al cielo porque él no tiene la culpa de nada. Por favor.

Leeteuk suspiro, tratando de mantener su mente fría—¿Y qué hay de ti ángel? ¿Vas a rogar la misma petición para ti?

—Yo…de verdad…no lo sé…

—¿Por qué no?

—Porque… yo no estoy arrepentido del todo.

—¿A qué te refieres?

—Porque, porque…yo creo que aún sigo enamorado del demonio —Jaejoong admitió, no solo a los arcángeles sino también a su corazón. Decir que el acto que había hecho Yunho por el: de ir contra su voluntad, enfrentarse a su amo, entregarle a Changmin y finalmente liberarlo; no lo había tocado, sería un total engaño.

—Pero el demonio causo todo esto, causo toda tu desgracia ¿No es así, ángel?

—Sí, pero él también fue a rescatarme. A pesar de que sus intenciones al principio no eran buenas, a pesar de que me hizo creer cosas…yo…no lo sé, yo siento que él actuó con honestidad. Algo dentro de mí me dice que él también se enamoró de mí y que realmente se arrepintió de lo que me causo. Mi sexto sentido me lo dice.

Y si aunque el corazón de Jaejoong fuera ingenuo e inocente, también podía ser muy certero.

—Pero eso no puede ser posible, un demonio no es capaz de amar ni de sentir aquella clase de sentimientos, su espíritu no está diseñado para eso —Argumento el arcángel Donghae.

—Pero tal vez pueda cambiar, su alma puede cambiar por la acción de un ángel —refuto el arcángel Kangin.

—¿Entonces el alma de un demonio puede convertirse en buena así de la nada? —pregunto otro arcángel.

—No, ¡Eso es una calamidad!

Los arcángeles comenzaron a discutir de repente, soltando argumentos, preguntas o negaciones del porque era o no posible que un demonio fuera contra su naturaleza del mal.

¿Acaso lo era?

—¡Silencio, Silencio! —Interrumpió entonces al fin el arcángel Leeteuk, decidido a poner orden y continuar con el juicio —no estamos discutiendo eso en este momento, así que no viene a colación este tema.

—Pero señor —intervino el arcángel Siwon, inusualmente callado entre todo el alboroto —puede ser que el alma de un demonio pueda recuperarse de todas formas si es capaz de sentir amor.

—Tal vez pero aún falta saber muchas cosas, cosas que faltan de esta historia —el arcángel volvió a mirar a Jaejoong, dirigiéndose ahora hacia él —Ángel necesito que me respondas algo y quiero que lo hagas con total honestidad. ¿Tú fuiste íntimo con el demonio?

Ante la pregunta Jaejoong se sonrojo, imaginando lo que significaba —¿Qué?

—¿Yunho y tu consumaron su supuesto amor?

El ángel abrió los ojos, comprendiendo al instante las intenciones de la pegunta. Bajando la cabeza, apretando los ojos y dando un tímido asentimiento de cabeza, Jaejoong dejo saber lo que sus labios no querían decir. Ante la afirmación, los arcángeles dejaron escapar un suspiro compartido de asombro y desaprobación. Esto era lo último que faltaba para condenar aun más al ángel.

—Entonces tú y el demonio pecaron…de esa forma…

—Sí, así es. —musito el ángel bajito, casi entre dientes.

—Jaejoong…¿Es eso  cierto? ¿Tú cometiste eso? —susurro el joven Junsu desde un lado, terriblemente impresionado por todo.

—Sí, Lo siento.

Leeteuk, Siwon y los otros arcángeles volvieron a compartir una mirada, sabiendo que las cosas para Jaejoong no iban a ser buenas. Quizá podrían perdonar que Jaejoong haya escapado del cielo y se haya otorgado un título de ángel que no le correspondía; quizá podrían dejar pasar el ingenuo enamoramiento del ángel por un humano, pero definitivamente el que el ángel se haya dejado engatusar por un demonio y realizado actos impuros con él, era algo que no tenía discusión. Era como una traición a sus semejantes, Una burla a los parámetros divinos establecidos en el cielo. La deslealtad más grande que un ángel podía cometer.

Aun así…

—Ángel Jaejoong —Hablo segundos después el arcangel Leeteuk, interrumpiendo el silencio acusatorio —¿Dónde está ese demonio, donde esta él?

Jaejoong levanto el rostro, recordando el destino del pobre demonio. Por la interrupción de los ángeles, él no había podido ver lo que finalmente le había sucedido a Yunho, pero por la ira y crueldad del ser supremo de los demonios, el ángel podía llegar a imaginar el final aterrador que el demonio había tenido. Aunque cabía la posibilidad que dentro de todo el alboroto, Yunho hubiera logrado escapar. Jaejoong esperaba que fuera así. —Yo no lo sé. Él fue a liberarme del encierro, pero resulto completamente herido y su amo lo castigo cruelmente por llevarle la contraria.

—¿Ese demonio se interpuso a su amo, por intentar liberarte?

—Si…pero él nunca debió hacerlo. —Susurro, sus lágrimas de nuevo agolpándose en sus ojos —él se sacrificó por mí bienestar y no estoy muy seguro de que paso con él. Por tal razón, siento que mi deber es ir a ayudarlo…yo debo ir a ayudarlo. —Jaejoong dicto determinante, sin molestarse en pensar las consecuencias.

—¿Estás diciendo que a pesar de todo lo quieres ayudar?

—Sí.

—¿Te das  cuenta de lo que dices Jaejoong? ¿Te das cuenta que esto te perjudica aún más frente a nuestros ojos?

Jaejoong cerró los ojos. —Sí.

Ante la afirmación, los arcángeles supieron que era tiempo de dar un veredicto. Casi que comunicándose con sus mentes, ellos discutieron entre sí, para decidir cuál sería el destino del pobre ángel descarriado. Ellos sabían que Jaejoong no era un Ángel malo, que por sus palabras y sus acciones, Jaejoong era un ángel más que misericordioso al querer perdonar a un demonio que le había causado problemas, aun así, las reglas existían y existían para todos, por lo que no podían simplemente actuar como si nada hubiera sucedido.

Jaejoong, por otra parte, tan solo se mantenía con la cabeza gacha, lanzando miradas a la corte y a su amigo Junsu de vez en cuando. El estar atado a una silla, con ojos mirándolo acusatoriamente y esperando un juicio, lo hacían sentir como el peor maleante del universo, pero a pesar de aquello, su mente solo se dedicaba a pensar en el destino de Yunho. Tal vez era patético y demasiado crédulo el preocuparse, considerando que su mismo bienestar corría peligro en esos precisos momentos, pero sinceramente, él prefería sacrificar su destino ahora mismo si con eso conseguía saber del estado del demonio.

No cabía duda que Jaejoong era, a pesar de todo, un ángel. Un angel incapaz de sentir rencor pese a todos los sucesos. 

—Bien, hemos tomado una decisión —dicto el arcángel Leeteuk cuando la corte al fin se pudo poner de acuerdo. Siwon mostraba una cara de terrible preocupación, pero confiaba en que la decisión que habían tomado era la correcta y que tal vez, a la larga, sería beneficiosa para el ángel.

—Jaejoong, ángel del cielo, la corte de arcángeles te hemos encontrado obviamente culpable de traición a la comunidad celestial y al reglamento establecido por el supremo. Bajaste del cielo sin permiso, te hiciste pasar por un ángel de la guarda, te enamoraste de un humano y un demonio, y por último, cometiste un acto carnal indebido con él. Por tales razones y de acuerdo a nuestros códigos, tu condena será ser desterrado del paraíso y se te quitaran todas las condiciones de ser angelical que ahora posees.

Jaejoong bajo la cabeza, escuchando con sumisión las consecuencias de sus acciones.

—Aun así…hay una oportunidad, hay una oportunidad para que tu alma y la del demonio puedan salvarse.

De inmediato, Jaejoong volteo a mirarlo con un dejo de esperanza en su ser.

—Según tu relato, ese demonio es algo inusual. Pese a su naturaleza como criatura del inframundo, el demonio desarrollo un supuesto afecto hacia ti y se aventuró a rescatarte, yendo contra los deseos de su amo. Eso prueba que el demonio tiene aún algo de bondad en su corazón y que su alma puede ser rescatada. —El arcángel Leeteuk de pronto se levantó de su sitio, apuntando al ángel con su cetro —Como ángel debes probarnos que eres fiel a nosotros, así que tu misión será devolver el alma de Yunho al paraíso. Si lo logras, tus pecados serán perdonados y seguirás siendo un ángel hasta el fin de los tiempos, si no, tus poderes serán revocados y se te condenara a vivir como un alma en pena por el resto de tus días.

¡¿Alma en pena?!

Oh no, convertirse en un alma en pena era lo peor que le podía suceder a un ser, puesto que era existir sin existir realmente. Las almas en pena eran almas que no pertenecían al cielo ni al infierno. Seres vagando sin rumbo por el mundo, sin un lugar a donde ir ni un propósito que cumplir, sin estar siquiera conscientes de su existencia.

Si aceptaba la oferta de los arcángeles, Jaejoong sabía que se arriesgaría a mucho, sin embargo…

—¿Entonces si logro que Yunho entre al paraíso, él y yo podemos estar siempre juntos?

—Así es.

…ese era el riesgo que tenía que correr para poder alcanzar la felicidad.

—Entonces acepto —dijo el ángel decidido, más decidido de lo que había estado nunca. 

—Bien, libérenlo.

A continuación, Jaejoong sintió como las cadenas invisibles que lo apresaban a la silla lentamente se esfumaban y él se pudo poner de pie, listo para cumplir con su cometido.

—Yo te acompañare ángel, por si el demonio intenta hacerte daño de nuevo —le dijo Siwon mientras se acercaba a él y le ponía su mano amistosamente en el hombro. El menor le respondió con una leve sonrisa valiente.

—Ángel Jaejoong, tienes una misión, y los arcángeles y yo esperamos que tengas éxito en la misma. Recuerda que el precio a pagar si fallas es muy alto. —sentencio el líder de la corte.

—Lo sé.

—Bien, si no hay nada más que decir, les permito que salgan y vayan en busca de ese demonio. Que el bien los acompañe. —Sentencio Leeteuk para luego extender su cetro en dirección hacia las puertas del cielo, dando la señal de salida tanto al arcángel como al ángel. Los demás miembros de la corte hicieron lo mismo, imitando a su líder con sus cetros en la mano.

Antes de salir, Jaejoong se aproximó hacia Junsu, viendo al pequeño ángel sentado en una nube, con su cuerpo recogido y sus brazos acobijando su cuerpo.

—Junsu, —Jaejoong lo tomo del rostro —Sé que estas decepcionado de mí y que tal vez ni me quieras hablar en este momento, pero solo quiero que sepas que te quiero y que estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por mí. Eres el mejor amigo del universo. —le confesó para luego darle una abrazo reconfortante, dejando escapar unas cuentas lágrimas en el proceso.

—Jaejoong, estoy molesto contigo, sin embargo no quiero que te suceda nada malo. Si te conviertes en un alma en pena quizá nunca más te pueda volver a ver. —le respondió Junsu inquieto, dejándole saber todas sus preocupaciones.

Ante eso, el ángel tan solo le dedico una sonrisa y se inclinó para darle un beso suave en la frente, con ansias de calmarlo —No te angusties. Estoy seguro que encontraremos la manera.

Dándole unas últimas palabras de adiós, Jaejoong se despidió de Junsu y junto a Siwon, emprendió vuelo hacia abajo, en busca del alma en desgracia del demonio Yunho.



..



Arrastrándose débilmente por el piso, el demonio se percató de que se encontraba en el campo de flores cerca al bosque donde había estado con Jaejoong los últimos meses. En el pasado, realmente odiaba ese campo, todas esas flores con sus aromas dulces y sus colores vivos lo mareaban, pero ahora, honestamente no había lugar en donde quisiera estar más que ese campo. La suavidad de los pétalos rozando contra su alma herida era reconfortante y el aroma agradable lo hacía recordar tanto pero tanto a Jaejoong.

Porque estar con Jaejoong era como sentir aquellas sensaciones reconfortantes y agradables en su cuerpo.

—Si tan solo pudiera volver a verte… aunque fuera solo por ultima vez —el demonio se susurró a sí mismo, luchando para que su voz pudiera escucharla al menos el mismo. Su estado era completamente deplorable, su amo lo había lastimado hasta el grado que ya ni siquiera podía mantenerse de pie. Se sentía como si se estuviera literalmente rompiendo por dentro.

Quemándose por dentro.

—¡Yunho, Yunho…! —el demonio se rio ante las burlas de su mente cruel, la cual reproducía sin cesar la voz celestial del tierno ángel.

Como si Jaejoong estuviera ahí mismo con él.

—Quizá mi castigo es perecer solo…por todo el daño que le hice.

—¡Yunho!

El demonio escucho a la distancia y se dio cuenta de que no era su mente la que le reproducía la voz de Jaejoong en su cabeza, sino que era èl mismo Jaejoong quien venía volando hacia él de manera desesperada. El ángel aterrizo y se arrodillo a su lado, sosteniéndolo boca arriba con sus dos brazos.

—Oh dios, mira como estas…—el ángel sollozo bajito observando los retazos de los cuernos y alas destrozadas que habían quedado en el demonio. —lo lamento tanto.

—Jaejoong, —Yunho se las arregló para hablar, incrédulo por la aparición del ángel —¿Por qué…estas aquí? ¿Qué… haces…aquí?

—No es obvio…he venido a ayudarte, Yunho. —Explico el ángel —¿Cómo lograste escapar?

—En todo el alboroto…yo pude escapar…me las arregle…para salir por el túnel…

—Oh me alegro tanto de que lo hayas hecho. —Jaejoong consoló a Yunho dejando sutiles besos en su cara, recordado como en el pasado, sus besos eran la curación para Yunho —No te preocupes Yunho, todo estará bien. Te recompondrás de tus heridas y muy pronto volverás a estar sano. Quizá no vuelvas a tener las alas que tenías…pero yo haré que las mías sirvan para los dos.  

—¿Qué? ¿Por qué…dices…eso? ¿Por qué…eres tan dulce conmigo? …pensé que me odiabas…

Jaejoong se quedó mirando a Yunho, sus ojos nublándose. —No. Soy incapaz de odiarte. Soy incapaz de hacerlo…yo simplemente no puedo.

—Jaejoong…no seas así…no seas así conmigo. Debes odiarme…yo te hice daño. ¿No lo recuerdas…acaso?

—Claro que sí, sin embargo yo ya te perdone. Ya te he perdonado.

No, no era posible tanta misericordia. Jaejoong era tan bueno, él de verdad no se lo merecía. —Jaejoong vete…por favor. Ve al… cielo y no mires atrás… no te preocupes por mí.

—No, no puedo hacerlo Yunho. Yo debo estar contigo. Te curare y todo saldrá bien ¿De acuerdo? —Jaejoong acuno entre sus brazos el rostro malherido del demonio, susurrándole al oído —Te hare una cama de flores para que descanses y curare las cicatrices de tu cara. Nada volverá a salir mal porque yo te enseñara a ser bueno,  te enseñare a ser bueno, te enseñare a ser bueno Yunho —Jaejoong repetía, repetía y repetía una y otra vez, como si tan solo con decirlo, se fuera a convertir en realidad.

Los ojos de Yunho se quedaron mirando el rostro amable del ángel, que parecía que se iba a quebrar una vez más. —¿Por qué? ¿Porque lo haces…? Arggg…no deberías.

Jaejoong lloro débil, acariciando las marcas rojas en las mejillas del demonio. —Lo sé, pero quiero. Yo quiero estar aquí contigo…¿sabes porque Yunho? Porque te amo….¿tú me amas a mi Yunho? —pregunto Jaejoong entre sollozos con la ansiedad palpitando en sus labios.

¿Jaejoong lo amaba? Entonces…

Yunho entonces cerró los ojos, tomando una breve respiración mientras los abría y soltaba con las fuerzas que le quedaban:

—Sí, yo también te amo.

Ante la respuesta, Jaejoong dejo salir una sonrisa enternecedora, la sonrisa más linda que había soltado en su vida mientras que sus lágrimas seguían lavando su cara. Luego, su sonrisa se transformó en una mueca de preocupación cuando noto al demonio ponerse cada vez y cada vez más rojo, aumentando su temperatura corporal.

—¡Ahh! —Jaejoong dio un chillido cuando la piel del demonio le comenzó a quemar las manos y se alejó un poco del cuerpo que parecía desprender humo. —¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué pasa Yunho?! —pregunto Jaejoong atemorizado, sus manos y su cuerpo temblando.

—Esto…esto…es lo que hablaba el amo. Mi cuerpo se comienza a derretir, derretir por dentro…es por eso que mis lágrimas…me lastimaron…yo…efectivamente…no estoy hecho…para amar…

—¿Qué? No te entiendo.

—Jaejoong…voy a….desaparecer. Dejar de existir.

—¡Pero tú dijiste que los demonios no podían morir!

—No ángel, no es morir. Es solo un método de autodestrucción—Siwon, quien había estado mirando la escena desde la distancia, se acercó lentamente al ángel, explicando lo que ahora sucedía con el demonio. —El demonio Yunho ha dejado su ser maligno, él ahora puede amar, pero su naturaleza no se lo permite. Por eso debe destruirse para evitar manchar el honor a un demonio.

—¿Qué? Entonces…eso significa —Jaejoong se  dirigió a Yunho —¡Yunho, Deja de amarme! ¡Deja de amarme y ódiame si eso significa que no desaparezcas por favor!

—Lo siento ángel… ya es demasiado… tarde. Todo mi ser… ya te está amando.
Jaejoong cerró los ojos de impotencia, empuñando sus manos. —¡No! ¡No!

—Jaejoong…tu siempre has sido un Ángel…no importa que… —fue lo último que alcanzo a decir Yunho antes de que su cuerpo comenzara a prenderse en llamas y su piel comenzara a convertirse en ceniza, dejando una espesa capa negra alrededor de lo que antes era su cuerpo.

Era todo él se había ido y su existencia había desaparecido con él.

El ángel miro con desdicha las cenizas que el demonio había dejado pero no alcanzo a reaccionar completamente cuando sintió como un dolor le comenzó a recorrer su columna vertebral, dejándolo completamente debilitado. 

—¿Qué…pasa ahora? —Jaejoong se las arregló para decir, observando al magnifico arcángel de pie a su lado.

—Tu misión no se completó Ángel. El demonio Yunho ya no existe y por lo tanto, tus oportunidades de regresar al cielo tampoco.  Temo que tu condena se hará realidad.

—No…¡Ahhh! —Jaejoong gimió cuando sintió como piel comenzó a pegarse literalmente a sus huesos, y su cabello y sus manos empezaron a perder color, tornándose en un tono cada vez más grisáceo.

—Angol, Ángel escúchame por favor —Siwon tomo de los hombros a Jaejoong, haciendo que lo mirara y no perdiera la concentración —Aun hay una salvación pero no es fácil. No debes olvidar, no debes olvidar al demonio y el amor que compartían, no debes olvidar el último acto de bondad que el demonio cometió por ti, tal vez eso pueda salvar a ambos…

Jaejoong ya no escuchaba bien, tan solo sentía como sus labios se partían y su piel se hacía áspera. Sus alas también comenzaron a desintegrarse, perdiendo plumas con cada ráfaga de brisa que el viento soplaba. Su aureola finalmente se apagó.

—No olvides, no olvides… 

Entre el dolor, la confusión y el miedo de dejar de ser un ángel, Jaejoong tomo una de las largas uñas que habían quedado reposadas en el monto de cenizas del demonio, y estiro sus brazo derecho, observando como su túnica de angel también comenzaba a agujerarse.

—No olvidare, no te olvidare Yunho —susurro Jaejoong mientras que con la garra comenzaba a tallar letra por letra el nombre del demonio en su antebrazo, haciéndole gemir por el dolor que esto le causaba.

Y    U      N…    

Una por una, mientras sus fuerzas desaparecían.

… H   O

Cuando terminó la última letra y observó como la marca que se había hecho se tornó de un color negro, Jaejoong cerró los ojos, teniendo en mente que nunca pero nunca debía olvidar.

Que el nombre tallado en su brazo lo haría algún día recordar.





..


Nota: Cuanto habia esperado por fin escribir esta ultima parte de este capitulo. Muy triste y desgarrador :( pero las cosas pueden mejorar....tal vez.

Del siguiente capitulo aun  no tengo escrito casi nada asi que se demorara un poco....supongo.

Dejen sus comentarios, por favor.

Gracias por leer. 


sábado, 4 de octubre de 2014

Entre el bien y el Mal - Capitulo 17


Capítulo 17 — Un acto noble:— ¿Y quién te dijo que no sentía afecto por ti?


En su estado somnoliento, Jaejoong abrió poco a poco sus adormilados ojos, recobrando un poco la compostura de su cuerpo. Él dejo escapar un gruñido de incomodidad cuando se acurruco contra la pared de la jaula y su cuerpo adolorido respondió, quejándose por la posición en que había estado durmiendo. La dureza del piso no era un buen lugar para descansar y menos después de recibir cualquier clase de maltratos por parte del ser supremo de los demonios.

Recargándose en la superficie vertical, Jaejoong levanto su rostro y fue ahí cuando sus ojos se fijaron en la sombra oscura y tenebrosa que estaba fuera de su jaula.

La sombra oscura que lo había visto dormitar con sus ojos de hielo de una manera escalofriante.

Era Yoochun y por su expresión, parecía que no traería nada bueno.

—¿Por qué estas …aquí? Tú... Tu….aléjate —Jaejoong exclamo lo más desafiante que pudo pero a estas alturas ya hasta su voz luchaba por salir.

Contrario a la orden, el demonio se acercó aún más, usando sus dos garras, para abrir la jaula. Jaejoong se preparó, tratando de responder cualquier cosa que quisiera hacerle el otro.

—Vaya Jaejoong, Veo que mi amo no ha perdido tiempo contigo —dijo el demonio en cuanto estuvo frente al ángel,  mirándolo de pies a cabeza, observando como estaba hecho un desastre.

—¡Vete, Vete! ¡No entiendo que haces aquí, tú me engañaste, tu eres tan malo como él!—Jaejoong se acurruco en su puesto, tomando las mantas de su túnica fuertemente entre sus puños. — Tan solo vete.

De un momento a otro, Yoochun se acercó hacia Jaejoong, amenazándole peligrosamente —No Ángel estúpido, no me iré. Porque tú ahora me tendrás que pagar.

—¿Qué?

—Si lo que oyes. ¿Quieres que te muestre algo? —Yoochun se puso de medio lado, permitiéndole al ángel mirar su ala rota. Jaejoong solo abrió la boca —Esto me lo hizo tu amorcito, tu querido amorcito Yunho ¿Por cierto, donde esta él?

Jaejoong negó con la cabeza, sabiendo que las cosas podrían empeorar…de nuevo.

—¡¿El muy maldito me hizo esto por nada!? ¡¿Me amenazo y me hirió para saber tu ubicación y Ni siquiera se encuentra aquí?! —Yoochun tomo su cabeza, tratando de controlarse. Estaba iracundo —Bueno, pero tal vez tú puedas remediar eso. ¿O no Jaejoong?

—¡No sé de lo que hablas, por favor, vete de aquí!

—“Ojo por ojo, diente por diente”…¿Nunca escuchaste eso de los humanos? Yo no la comprendía…hasta ahora —Usando su garra, el demonio Yoochun tomo bruscamente el ala del ángel y en un movimiento rápido, rasgo las plumas provocando que el ángel soltara un gritillo de dolor. Complacido por eso y decidido a hacerlo de nuevo, Yoochun afianzo su agarre en el ala pero Jaejoong fue fuerte, y lo golpeo con su otra ala antes de que el demonio pudiera poner sus garras de nuevo en él.

Tambaleándose un poco en el piso, Jaejoong se puso de pie, sorprendido de que aun tuviera fuerzas para defenderse. Yoochun por otra parte, se levantó del golpe repentino que había recibido, esta vez aún más decidido de lastimar al Ángel.

—¡Yunho lastimo mi ala por ti y ahora yo haré lo mismo! ¡Ustedes no se burlaran de mí! ¡No se saldrán con la su…

La frase fue interrumpida.

El silencio lleno el lugar.

La boca y los ojos de Yoochun se abrieron aterradoramente mientras una fina garra larga casi que le atravesaba el cuerpo.

Jaejoong quedo estático, impregnado contra la pared al ver la espeluznante escena. Yoochun cayó al suelo y la vista del Ángel percibió una luz enceguecedora en cuanto Yoochun salió de su vista. Los rayos, el miedo y su mente cansada no le permitían ver que era lo que estaba a su frente, hasta que dentro de su mirada borrosa, pudo observar una sombra negra quien traía la luz brillante.

Jaejoong se sintió confundido, alarmado y un poco aliviado cuando vio que la sombra negra pertenecía al demonio Yunho y que la luz brillante que traía, no era nada más que el alma de Changmin, el cual estaba totalmente inconsciente. Jaejoong se acomodó un poco más en su sitio, esperando una explicación.
—Se ha acabado. Ese maldito ya no molestara —Menciono Yunho de repente, mirando al cuerpo herido de Yoochun.

—¿Esta…Muerto?  —Pregunto Jaejoong con cuidado.

Yunho lo volteo a mirar. —Claro que no, es un demonio, no puede morir. Solo  lo he dejado lo suficientemente herido para que no vuelva a molestar en un buen rato.

Ante la explicación, el ángel cerró los ojos, llevándose una mano al pecho  para tratar de calmar las emociones que había acabado de experimentar. Luego se concentró en Yunho y “lo que había traído” ya que con todo el alboroto de Yoochun, no había podido procesar bien lo que estaba a su frente. 

—¿Por qué de nuevo estas….

—Aquí esta. Puedes irte con él —Yunho dijo fríamente sin molestarse de dar alguna explicación, mientras se arrodillaba y dejaba el alma de Changmin sobre el piso.

Jaejoong arrugo la nariz, no logrando comprender nada. El levanto de nuevo su rostro, notando esta vez como la cara del demonio estaba herida con unas notables cicatrices rojas que partían desde su lagrimal y terminaban en la punta de sus mejillas. —¿Qué te pas…? —Jaejoong hizo el amago de acercarse, queriendo revisar las cicatrices pero se detuvo en el acto, pensando que él no debía mostrar ningún tipo de compasión hacia el demonio. —No entiendo esto y ya te dije que no aceptaría tu ayuda. —dijo dignamente mientras volteaba a mirar hacia otro lado. 

—Lo sé, pero mi mente no podía estar tranquila sabiendo que tú estabas aquí —dijo, sin permitirse mirar al ángel. Esto de verdad le estaba costando —Aun así no he venido a rogarte que vengas conmigo. He venido a liberarte y a traerte el alma del humano, para que juntos…partan al cielo. —Yunho trago duro, mirando con el rabillo del ojo al ángel.

Jaejoong quedó estupefacto. ¿Por qué el demonio era tan difícil de entender?  Primero se había llenado de una rabia incomprensible y había sido el causante de la muerte de Changmin, luego había ido a supuestamente “rescatarlo” recalcándole que era de su propiedad y ahora, ¿Llegaba con el alma del humano a quien quiso destruir diciéndole que se fueran juntos?

No lo lograba comprender.

¿Se trataba de otra trampa?

Acurrucándose lentamente hacia el piso, Jaejoong se arrastró hacia Changmin tocando por primera vez el cuerpo del alma inerte. De inmediato levanto el rostro, queriendo encontrar respuestas. —¿Qué es lo que quieres Yunho? —le pregunto con voz directa, no dejándose intimidar esta vez.

—Quiero que tomes esa alma y te vayas. Te estoy dejando el camino libre.

—¿Por qué? ¿Qué quieres conseguir con esto?

—Nada, No quiero conseguir nada —Yunho exclamo fuerte —solo quiero que te marches.

Jaejoong apretó sus manos, sintiéndose confundido y  al mismo tiempo ofendido. ¿Por qué Yunho cambiaba de un momento a otro así? ¿Por qué le decía que se fuera con Changmin cuando juro que no permitiría jamás que estuvieran juntos? ¿Por qué, por que, por que su vida era tan complicada?

Acurrucándose contra la pared y escondiéndose entre sus alas, el ángel se rehusó a caer de nuevo —Dije que no te creería…ni a tus buenas intenciones. Por favor márchate.

—Ángel no seas terco. Tienes el alma del humano aquí. ¿No bajaste por eso acaso? ¿A querer recuperar el alma del ser que…amas?

Jaejoong negó, cerrando los ojos, no deseando escuchar ni una palabra más. Oh no, otra vez su debilidad innata se hacía presente y el ángel no quería permitir que se apoderara de él.
 
—Jaejoong escúchame. El amo no debe tardar y lo estás haciendo realmente difícil…más de lo que me costó a mí realizar esto. Te estoy ayudando a escapar y entregándote el alma de Shim Changmin ¿Qué es lo que quieres ahora?

—Quiero una explicación, quiero una explicación honesta de porque haces esto.

Yunho bajo la mirada, mordiendo su lengua cuando las palabras salieron de su boca —Yo solo quiero que estés bien —susurro —quiero que seas feliz. Aunque no lo creas, yo desarrolle un tipo de afecto hacia ti en los días que estuvimos juntos…y como manera de retractarme de mis acciones pasadas, yo solo te estoy ofreciendo mi ayuda, esta vez de verdad. Te estoy dejando ir.

El ángel abrió sus alas, permitiendo que el demonio lo viera—¿Tu… estas… arrepentido?

Yunho cerró los ojos—Tal vez.

Ante la declaración el ángel mantuvo silencio. Pese a que no lo quisiera admitir; las palabras, el tono y la expresión del demonio de verdad parecían provenir de alguien que estuviera totalmente arrepentido. Jaejoong dirigió su mirada a Changmin. Echado e inconsciente, el alma se veía tan miserable como él mismo se encontraba en esos momentos. Tratando de dejar sus pensamientos negativos de lado, Jaejoong comprendió entonces que tenía que ayudarlo y fue ahí cuando supo que para lograr eso tenía que acatar lo que el demonio le decía. El humano no podía pagar por su orgullo, tenía que reivindicarse con él. Debía pensar en su bienestar y si aceptar la propuesta de Yunho era la única forma de salvar a Changmin del fuego eterno, entonces no había otra opción.

Aceptaría la ayuda del otro.   

Igual ya nada tenía que perder. Ya lo había perdido todo.

Con su cuerpo herido, Jaejoong se las arregló para levantarse de su lugar y levantar el alma de Changmin, sin permitir que el demonio lo auxiliara en el proceso. Se quejó cuando Yunho lo libero de las cadenas que le apresaban los pies y acto seguido, salió por el hueco pequeño que Yunho había hecho en la jaula para permitirle escapar.

—Te he hecho un camino especial para que puedas irte sin que nadie te vea —Yunho le dijo mientras le señalaba una especie de túnel subterráneo hecho en la parte inferior de una de las paredes.

Jaejoong le asintió a Yunho caminando lentamente hacia donde le señalaba, pero la mano del demonio en su brazo lo detuvo por unos momentos.

—Espera, Solo quiero una cosa Jaejoong.

—¿Qué es?

Yunho susurro despacio—Quiero un beso. Un último beso tuyo.

Jaejoong desvió el rostro. —¿Para qué?

—Solo quiero que me lo des, solo quiero recibirlo por última vez.

—Pero Yunho…—Jaejoong hablo calmado, tal vez fatigado por todos los hechos —Los besos no son algo que tu das y simplemente recibes. Los besos son una expresión de amor, de afecto y de cariño, como si tu alma quisiera entregarse al otro ser. Yo no te puedo besar…

—Pero aun así lo hacías estando enamorado de otro ser, tú me besabas aunque no sintieras afecto por mí.

—¿Y quién te dijo que no sentía afecto por ti? —Jaejoong le pregunto, sus lágrimas comenzando a reunirse en sus ojos.

—Tú mismo me lo dijiste Jaejoong, tú admitiste sentir algo por el alma del humano que ahora sostienes.

—Pero…—Jaejoong se detuvo, evitando que sus lágrimas salieran de sus ojos —Lo siento, debo irme —Quiso cambiar de tema y caminar hacia el pequeño túnel pero el brazo de Yunho volvió a detenerlo, encarándolo.

—Jaejoong, por favor cúmpleme esta petición final, te lo ruego.

—¿Si te lo doy, prometes que me dejaras en paz?

—Sí, prometo que nunca volveré a aparecer en tu vida.

Jaejoong dejo salir un leve suspiro mientras pensaba en lo que debía a hacer a continuación. Vio el rostro del demonio magullado, observando como este cerraba lentamente los ojos con inseguridad, mostrando una actitud vulnerable impropia del ser. Jaejoong se precipito hacia adelante, depositando un beso casi que insignificante en la frente del demonio. Ante la acción Yunho solo pudo suspirar, obligado a resignarse por lo poco que recibía. De igual forma, eso era lo que merecía.

—Adiós —Fue lo último que escucho de Jaejoong antes de verlo caerse fuertemente al piso con el humano a sus brazos.

Yunho se alarmo, arrodillándose al lado del ángel, escuchando como el ángel susurraba una y otra vez “Ya está aquí, Ya está aquí”.

De repente un gran estruendo retumbo en la sala y los ruidosos pasos gigantes de alguien se escucharon a la cercanía.

Yunho levanto su rostro, observando el origen del alboroto.

El amo había llegado.

Y ellos estaban en problemas.

—¡Jaejoong rápido escapa por el túnel! —Yunho le grito al ángel quien temblorosamente se retorcía en el piso.

—No puedo….no puedo —gimió —Cada vez que llega…se lleva todas mis…fuerzas.

—¡Pero…!

Yunho no tuvo tiempo para decir algo más porque la figura gigantesca del amo postrado en la entrada lo hizo callar de inmediato. Él se levantó del sitio, preparado para afrontar lo que se vendría. El amo los miraba a ambos con una mirada bestial, confundido pero a la vez enterado de lo que pasaba.

—¡Demonio Yunho!—Su gran voz gruesa se hizo presente —¡¿Cómo osas a presentarte en mis aposentos sin permiso y a sacar a mi ángel de su jaula?! ¡¿Con que derecho te crees a venir a perturbar mi morada?! —Grito y camino con sus grandes pies a donde se encontraban. Estaba iracundo.

—Mi señor, yo no he venido a perturbarlo, solo vengo a liberar lo que no es de nadie —Yunho tuvo la valentía de hablar, oponiéndose a su líder por el bien de Jaejoong.

—¡Cállate!¡¿Cómo osas a traicionar a tu amo?! ¡Al que te convirtió en lo que ahora eres! ¡No mereces existir! ¡Ya no mereces ser parte de aquí! —El amo levanto su gran brazo; y con su puño estuvo dispuesto a acabar a ambos, al demonio frente a él, y al ángel a sus pies.

Todo el ser de Yunho reacciono y antes de que el diablo pudiera estrellar su puño contra los dos, Yunho se precipito hacia Jaejoong y lo abrazo fuertemente entre sus brazos, extendiendo sus alas para protegerlos del impacto.

El ángel sintió lentamente como las fuerzas iban regresando a su cuerpo, mientras su vista se esclarecía y sus extremidades recuperaban el movimiento.

—Te doy mis energías ángel…para que puedas escapar. Yo lo distraeré —escucho al demonio susurrar en su oído y acto seguido, sintió como junto a Changmin, el demonio los lanzo hacia la pared donde se encontraba el túnel de escape.

Yunho logro soportar el impacto, pero ahora se encontraba echado lánguidamente sobre el piso, indefenso al otorgar al Ángel todos sus poderes para defenderse. En cuanto se recuperó del choque, Jaejoong se acurruco contra la pared atemorizado, abrazando al alma del humano protectoramente mientras veía por primera vez con claridad a la espantosa criatura responsable de su sufrimiento esos últimos días. Y a pesar de haber recuperado sus fuerzas, Jaejoong se sentía aun tan conmocionado.

—¡¿Te crees muy listo, eh Yunho?! —el ser hablo y utilizando sus garras,  tomo al demonio por una de sus piernas y lo estrello contra una pared, haciendo que este chillara de dolor. —¡¡¿Crees que te me puedes enfrentar?!!

—Amo…solo hago lo que…mi mente pide…

—¡¿Y qué te pide ah?! ¡No olvides que tú me sirves! ¡No olvides que tu patética alma me pertenece! ¡¿O es que ya lo has olvidado Yunho?! ¿Ya olvidaste que me prometiste servirme si yo te cumplía algo? —el diablo se le acercó un poco más, gritándole.

Yunho se contrajo contra la pared, tratando de levantarse —¿A qué… se refiere?

—¡Tu hiciste un pacto conmigo en el pasado y yo cumplí lo que te prometi!

—¡No sé de lo que habla amo!... ¡Usted está equivocado!

—¡No oses a olvidar tus palabras y a retarme de esa manera!¡Yo te cumplí Jung Yunho! — El amo señalo al ángel y al humano acurrucados en la otra pared —¡Ellos son la prueba de que yo te cumplí!

Yunho miro hacia Jaejoong no entendiendo para nada las palabras de su supremo. ¿Qué era todo eso? ¿Cómo que en su anterior…? Sus pensamientos quedaron en el olvido cuando sintió a su amo aproximársele y tomarlo de su pecho, presionándolo duro contra la pared.

—Pero ahora tú me has desobedecido y has incumplido nuestro acuerdo, y por eso creo debes dejar de ser un demonio ¿O no Yunho? —el amo sonrió sórdidamente y con sus dedos tomo uno de los cuernos del demonio, doblándolo fuertemente hacia un lado provocando que se rompiera. Hizo lo mismo con el otro y se satisfacía sádicamente cuando el demonio en sus manos empezó a gritar de dolor.

Lo estaba destrozando.

—¡Yunho! —el ángel grito, levantándose de su lugar viendo como el demonio sufría. Era cierto que el demonio le había hecho daño, pero tampoco merecía sufrir así, no así.

—¡Quiero ver como volaras cuando te quita estas! —el amo estrello a Yunho boca abajo en el suelo y le arranco las dos alas de un solo jalón.

Yunho se revolcó en el piso, sintiendo las punzadas de suplicio recorrer todo su cuerpo.

—¡Yunho, Yunho! —el ángel gritaba exasperado, la escena tan cruel lo estaba matando.

—¡Jaejoong….  vete, tienes que irte!

—¡No, no!

—¡Vamos…escaarrrrggg! —Yunho volvió a gritar cuando su larga cola de demonio fue separada de su cuerpo. Con el cuerpo temblando y su cara vuelta en sollozos, Yunho trato de ver al ángel, intentando por lo menos tener en su mente el ultimo recuerdo de su rostro.

El bello rostro al que había hecho sufrir por su irracional ira.

“Jaejoong, lo siento tanto”

—¡Mírate ahora no eres más que una simple alma, hasta pareces un humano! —el ser supremo se burló mirando con placer al pobre demonio quien ya parecía querer rogar por un poco de compasión. 

Para que la tortura acabara.

—¡Yunho…. por favor, déjelo en paz! —de repente el ángel comenzó a llorar, acurrucándose en el suelo, incapaz de soportar ni un segundo más. Era como si el dolor físico de Yunho lo estuviera experimentando el mismo. Era como si todos los recuerdos malos del demonio que había pensado durante su encierro, hubieran desaparecido y todo lo que creo borrar de su corazón hubiera mágicamente resucitado.

El ángel no quería ver al demonio sufrir, el ángel quería que esa pesadilla acabara.

—¡Jaejoong….No te preocupes por mi… vete! —El demonio hablo con la poca fuerza que le quedaba —Solo vete…

—¡Ah pero que tenemos aquí! ¡¿Acaso te has enamorado Yunho?! —el amo se volvió a burlar, presionando su gran garra en el cuerpo del otro —si lo has hecho, entonces no creo que te tenga que destruir ahora mismo. Tu propio cuerpo hará ese trabajo. —el diablo se alejó de Yunho y dirigió su mirada al pequeño ángel, planeando su próxima víctima. —Ahora sigues tú.

—¡¡¡Jaejoong vuela!!!

De repente, un ensordecedor sonido retumbo en el inframundo, cuando una sorda de arcángeles interrumpió en el lugar, llenando todo el espacio de su presencia. Jaejoong no alcanzo a reaccionar porque sintió como su cuerpo era levantando y junto a Changmin, una gruesa capa resplandeciente los recubrió, alejándolos de todo peligro.

Luego todo se convirtió en un confuso revuelto de sonidos, ráfagas de imágenes y destellos, mientras los ángeles trataban de distraer al diablo y sacaban al ángel del lugar. Jaejoong apretó el cuerpo de Changmin con fuerza, sintiendo toda la sucesión de hechos fuera de su burbuja de protección.

Después de unos instantes de solo bullicio, todo se calmó.

El silencio se hizo presente y el calor del inframundo ya no se sintió tan abrumador. De hecho, ahora ni se sentía.

Un tanto asustado y con el corazón latiéndole a mil, Jaejoong dejo abrir sus alas, sacando su cabeza para revisar que era lo que había sucedido y en donde estaba. Sintió un cuerpo detrás de él, abrazándolo y cuando se volteo para revisar quien era, pudo ver el rostro húmedo de Junsu, mirándolo con adoración.

—¡Jaejoong! ¿Estás bien?  Te encuentras muy heri…—Junsu paro en seco cuando vio el alma del humano en el regazo del otro ángel —¿Tu… Lo lograste?

Jaejoong arrugo la cara, aturdido —¿Estamos…en la tierra? —pregunto cuando se dio cuenta de que el lugar a donde habían llegado a parar no era nada mas sino el campo de flores que se encontraba cerca de la casa de Changmin.

—Sí, los arcángeles te rescataron.

—¿Los arcángeles? —el ángel volvió a preguntar aun visiblemente confundido. Se sentía tan conmocionado que su mente no lograba procesar bien las cosas.
Junsu asintió con la cabeza, abrazando al ángel luego de dejar escapar unas cuentas lagrimas —Jaejoong, me alegro tanto que estés bien. Aunque te encuentres herido, estoy seguro que las cosas mejoraran. Ya lo veras.

—Yo…Yo también me alegro de que tú lo estés….pero…Yunho…¡Yunho! —Jaejoong exclamo cuando cayó en cuenta todo lo que había pasado —¿Dónde está? ¿Dónde está él?

—¿Quién?

—Yunho…él…, Junsu necesito que me ayudes. Tienes que  llevar esta alma al cielo por favor —Le dijo con apuro mientras le entregaba el alma de Changmin —Yo tengo que regresar, tengo que saber…—Jaejoong ni siquiera lograba articular bien sus palabras.

—Pero Jaejoong de que hablas…

—Tengo que irme — Jaejoong se levantó, tratando de volver, pero fue ahí cuando se  dio cuenta de que una docena de arcángeles lo comenzaron a rodear en un círculo,  atrapándolo entre sus cuerpos.

Jaejoong volteo hacia todos los lados sintiéndose extremamente confundido.

—Hasta que al fin te he encontrado —Dijo el arcángel Siwon, caminando hacia el ángel.

—¡No, tengo que irme! ¡Tengo que irme! —Jaejoong forcejeo con Siwon, tratando de escapar del círculo, pero el más grande por supuesto no lo dejo y lo acorralo de nuevo hasta el centro del círculo. Jaejoong intento entonces por otro lado, pero los cetros y los cuerpos fornidos de los ángeles mayores no le permitían avanzar más.

Jaejoong se sintió impotente, atrapado, sin ninguna posibilidad de poder ayudar al demonio. ¿Y porque lo tendría que ayudar? ¿Por qué se tenía que si quiera preocupar? Jaejoong no lo entendía, el solo entendía lo que su corazón le decía.

—¡Por favor, escúchenme, hay un demonio que….!

—No ángel ya no mas —Siwon volvió a caminar hacia él, apresándolo contra otro cuerpo. Jaejoong se volteo; mirando a un arcángel de cabellos dorados que le dijo:

—Tus días de desobediencia han acabado, ángel.

Jaejoong sintió al arcángel Leeteuk poner la mano derecha en su frente y antes que pudiera hacer algo, todo su ser se relajó lentamente y una intensa mancha de color blanco se presentó ante sus ojos, haciéndole perder el conocimiento. El cuerpo del ángel de desvaneció al instante y cayó en los brazos del arcángel Siwon, donde juntos ascendieron con los demás ángeles al cielo.


..


Nota: Diran que cada capitulo termina en algo malo, pero es que me encanta el drama XD
Les cuento tambien que el fic esta proximo a acabarse, entonces ya estamos en la recta final.
Gracias por leer y los comentarios siempre son bien recibidos.

..