Capítulo 20 Final — Tu
ángel de la guarda: —¿Y cómo seré feliz si no te tengo a
ti?
Desde
la punta de un poste ubicado al pie de un pequeño camino de tierra, el arcángel
alisto sus alas doradas, mirando en dirección al cementerio.
—Parece
que después de tanto tiempo, al fin llegó el momento…
Susurro
para sí mismo, esperando un poco más, esperando que el alma llegara hasta él.
—…Aun
así, solo él tendrá el poder de decidir, si esta historia continua o aquí se
acaba.
..
“NO, NO, NO”
El
alma se fue hacia atrás cuando el acumulo de recuerdos de ambas vidas abrumaron
indiscriminadamente su cuerpo. Todo había sido tan rápido pero a la vez tan
lento, todo había sido tan irreal pero al mismo tiempo tan perturbadoramente real.
Fue como si retrocediera en el tiempo, como si viera su vida desde otro punto
de vista, como si se hubiera convertido en un testigo omnipresente de los
hechos que habían causado el estado actual de su condición.
Él
miro su brazo: las letras marcadas no eran coincidencia, significaban algo, o más
bien alguien, el cual prometió nunca olvidar y al cual le había fallado…hasta
ahora.
Sobresaturado
con miles de emociones asfixiantes, el alma de túnica blanca se levanto de la
tumba, tambalandeandose, corriendo fuera del cementerio en dirección al campo
de flores multicolor donde yacía aquella mancha oscura, la cual significaba la
muerte del demonio.
Llegando
por fin al sitio y cayendo de rodillas, el alma comenzó a sollozar fuerte,
mirando al cielo con esperanzas de que alguien oyera sus suplicas. —¡Lo he
recordado, he recordado todo! ¡¿Y ahora qué puedo hacer?! ¡¿Cómo podre remediarlo?!
—grito con los ojos aguados, perdiendo la fuerza en su voz.
Y
si, el alma en pena de Jaejoong por fin había recordado todo…quizá más de lo
que quería saber. Él se había acordado no solo
de su vida como ángel sino también de su vida como humano. Aquellas épocas en
donde solo era un muchacho común, un chico rodeado de amigos y familiares, sin ninguna
preocupación seria en su vida. Aquellas épocas en donde conoció por primera vez
al pequeño Jung Yunho por culpa de una pelota de beisbol que se le desvió…
..
“Desde
ese primer encuentro Jaejoong se había sentido interesado por Yunho. Lo había
persuadido de ir a visitarlo todos los días y pese a la resistencia del otro al
principio, ellos lograron convertirse en mejores amiguitos, a pesar de estar
siempre separados por una reja. A Jaejoong le parecía simpático Yunho. Casi
nunca hablaba y era de los de escuchar, por lo que Jaejoong podía hablar y
hablar y hablar sin nunca ser silenciado. A veces se había sentido tentado de
cruzar el otro lado de la reja para estar con el moreno sin embargo Yunho lo había
detenido, argumentando que no era necesario que estuvieran los dos en un lado. Jaejoong
se preguntaba si Yunho le decía esto para evitar estar frente a frente.
Por
su personalidad silenciosa, se podía decir que Yunho era un misterio. Jaejoong
no sabía muchas cosas de él y cuando compartían juntos, Yunho casi nunca expresaba
nada por lo que Jaejoong dudaba si a Yunho verdaderamente le gustaba estar con
él. Debido a esto, muchas veces llego a pensar si Yunho solo iba a visitarlo
por la comida que él le daba y se sentía ansioso, pensando en que si él dejaba
de compartir su lonchera, quizá Yunho nunca volvería a visitarlo.
Cuando
este fue a su casa la primera vez, Jaejoong noto en sus ojos un brillo particular
al jugar con sus juguetes y sin pensarlo mucho, le regalo uno de sus favoritos,
un set de Soldaditos de plomo que su padre le había traído de uno de sus viajes
de Japón. Luego él se sintió dolido cuando Yunho le conto en voz muy baja, que
los juguetes los había perdido y se preguntó si Yunho realmente había valorado
su regalo.
Yunho
jamás le conto el incidente con su madre.
La
secundaria entonces llego y Jaejoong vio como una oportunidad para conocer más
de Yunho el que ellos dos hubieran terminado en la misma escuela.
Desafortunadamente no fue así, ya que cada vez que Jaejoong intentaba integrar
a Yunho en sus planes con sus demás compañeros siempre obtenía un “no” como
respuesta.
—Yunho-yah… Los chicos de nuestra clase van a tener un partido con los
chicos de otra escuela y estará interesante. Ven con nosotros.
—No tengo ganas de ir a ver a todas esas personas, me iré a casa.
—Pero…
Yunho
se negaba y Jaejoong se quedaba con la palabra en la boca, viendo una vez más a
Yunho alejarse por la puerta. Incluso, cuando ellos dos estaban juntos, Yunho
tendía a irse cada vez que algún compañero venía a hacerles la plática. Y es
que alejarse funcionaria si solo ellos dos existieran en el mundo, pero
Jaejoong era un ser sociable y solo quería que Yunho también lo fuera, que
aprendiera a relacionarse más y a tenerle más confianza.
“Quizá a él le gusta
estar solo. Quizá eso lo hace más feliz” Jaejoong llego
a la conclusión un día después de que Yunho rechazara la invitación a sus
planes por milésima vez. Jaejoong había pensado que Yunho estaría más feliz si salía
más con los de su grupo pero al parecer Yunho estaba cómodo comportándose así
como era, por lo que el pelinegro desistió a su idea, creyendo tal vez que si
insistía más, Yunho terminaría por aborrecerlo.
Aun
así, él no se alejó por completo y siguió atendiendo a Yunho, ayudándolo cuando
él otro lo necesitaba y ofreciéndole su cariño de vez en cuando. Lentamente él comenzó
a notar una mejoría en la actitud del Yunho y una amabilidad hasta ahora casi inexistente
hasta que un día Yunho volvió a cambiar.
Más
precisamente desde que apareció Changmin en sus vidas.
Este
era un chico callado (Como Yunho) pero a diferencia del mencionado, Changmin
parecía ser un poco más proclive a expresar sus sentimientos y pensamientos,
por lo que había congeniado al instante con Jaejoong. Fue tan rápido el
desarrollo de su amistad, que Jaejoong no dudo en invitarlo al viaje que sus
padres le habían regalado como celebración de su cumpleaños número 17. Y aunque
pensó también en invitar a Yunho, Jaejoong se retractó, imaginando que lo único
que recibiría del moreno serian unas frías palabras de negación.
—¿Por
qué no me lo dijiste?
Por
eso, fue una total sorpresa para él cuando Yunho se mostró dolido al enterarse de que no había
sido invitado.
“¿Y aquellas veces en que me moleste
en invitarte y no quisiste aceptar mi oferta? ¿Por qué es diferente ahora?”
Jaejoong
quiso decir pero se calló, sintiéndose de alguna forma culpable. No le quedo
más que responder con la verdad.
—Bueno,
suponía que no te agradaría la idea, ya que como nunca sales con nosotros…
—Pero
me hubiera gustado ir contigo.
Quizá
ahí estaba la respuesta de todo pero Jaejoong no lo capto. Era tan joven. Invadido
por un sentimiento de culpa y arrepentimiento, Jaejoong prometió a Yunho viajar
los dos luego de que regresara de su viaje, sintiendo que tal vez había sido
demasiado brusco su desplante. No obstante esa promesa nunca se cumplió. A
Jaejoong se le paso el tiempo y Yunho nunca le volvió a hablar de eso, por lo
que el pelinegro pensó que tal vez a este se le había olvidado.
—Yunho…Lo
lamento tanto, te juro que no quería hacerte sentirte mal, solo creí que no te
divertirías en un viaje de esos. Perdóname.
—No
es nada, no estoy enfadado por eso.
—¿Estás
seguro?
—Sí…
Y
como siempre Yunho mentía, no dejándole ver a Jaejoong que era lo que sentía.
Que era lo que su corazón quería decir.
Luego
las cosas entre ellos empezaron a empeorar poco a poco. El niño tímido y un
tanto asustadizo que conoció en su infancia había desaparecido y en su lugar, se
encontraba una persona totalmente distinta, casi como un extraño, a quien
saludaba aleatoriamente. El moreno faltaba más a clases por lo que a Jaejoong
cada vez le era más difícil poder comunicarse con él. Era como un ciclo; Jaejoong
se alejaba por que Yunho se alejaba y Yunho se alejaba porque Jaejoong lo hacía.
Circulaban
muchos rumores, rumores malos de que Yunho estaba metido en delincuencia y
demás cosas, y aunque Jaejoong no quisiera creer de antemano en eso, tampoco tenía
las pruebas suficientes como para negar su veracidad. Yunho era un misterio
para él y cabía la posibilidad de que el muchacho si se hubiera desviado, y que
por tal razón su actitud hubiera cambiado. Podría averiguarlo todo tan solo
preguntándole al susodicho, pero estaba seguro de que si se atrevía a hacer eso,
Yunho no le diría nada, se guardaría las cosas y por enésima vez no confiaría
en él.
“Tal vez él encontró
otros amigos fuera de la escuela, unos más maduros como él”
“Él nos ve como unos
niños, él me ve como un niño”
La
mente adolescente de Jaejoong había comenzado a formar miles de historias en su
cabeza e inevitablemente se había entristecido por eso, pensando en lo mucho
que había querido ayudar a Yunho en el pasado. Luego sus pensamientos se
dirigieron a las épocas en las que él compartía su comida, cuidaba a Yunho
cuando estaba enfermo y lo ayudaba con sus tareas, y pensó que quizá, debido a
que él eventualmente había dejado de hacer eso, Yunho se había sentido
desinteresado por su amistad. Como si solo lo que le ofrecía fuera el lazo que
los había mantenido unidos por tanto tiempo. Claro, Jaejoong nunca había
esperado nada a cambio porque cuando se enfermaba sus padres lo cuidaban,
cuando no tenía comida sus otros amigos le ofrecían, al igual que con sus
tareas, pero a pesar de tener toda la atención del mundo, dentro de sí, él
había esperado la ayuda de UNA sola persona, la cual casi nunca se había
manifestado. La única vez que recordaba, fue aquella tarde en que su amigo lo
había defendido de un matón, pero fuera de eso, Yunho rara vez había mostrado
algún tipo de generosidad hacia él.
La
universidad llego más tarde y Jaejoong creyó que no volvería a ver a Yunho jamás,
concluyendo que quizá eso era lo más saludable. Para ambos. Aun así, Yunho
logro entrar a su misma universidad (Pese a su pésimo rendimiento académico en
la escuela) y Jaejoong no pudo evitar sentir una leve felicidad al saber la
noticia. No obstante, Yunho seguia comportándose distante y aunque Jaejoong
hubiera tenido muchas veces el deseo de acercársele de nuevo, su corazón se sentía
inseguro. Estaba seguro que si lo hacía, Yunho, con su actitud cambiante y
silenciosa lo alejaría de nuevo, impidiendo no poder aproximársele. Era frustrante,
era frustrante el poder hablar con todos menos con él. El poder acercarse a
todos menos a él. Sentía temor solo de pensar intentarlo… ¿Qué podía hacer?
—¿Jaejoong
te llevo?
Y
cuando Yunho se acercó un día ofreciendo llevarlo en su nueva moto, Jaejoong se
sintió confundido al darse cuenta que aun Yunho lo tenía presente. Confundido
de ver a Yunho ofrecerle algo, ya que eso rara vez había sucedido en su pasado
como amigos.
—Wow,
Yunho, no te hubieras molestado.
—No,
no es una molestia. Por ti no es una molestia.
Y
pese a que Jaejoong hubiera dudado al principio, él acepto. Acepto el que Yunho
tuviera que esperar hasta 4 horas para poder llevarlo a casa, acepto que
tuviera que recorrer la ciudad y luego irse de vuelta a pesar del tráfico, el
gasto de dinero y tiempo. Jaejoong pensó que ese gesto ayudaría a que los dos
volvieran a ser amigos, pero su relación con Yunho no avanzaba, por lo que él decidió
invitar a Yunho a cenar en su casa algunas veces, con ánimos de que esto los
hiciera compartir un poco más y como una muestra de gratitud por las molestias
tomadas.Y aunque Yunho aceptaba su invitación cada vez que la ofrecía, este no
se quedaba mucho, yéndose una vez que hubiese terminado su comida.
—Omma,
—Jaejoong entro en la cocina, recostándose en el borde de la puerta. Su madre
cocinaba algunas verduras —¿Por qué crees que Yunho no se queda más tiempo
cuando lo invito a quedarse?
Ante
ese nombre, la señora Kim se tensó pero luego volvió a la normalidad, cortando
las verduras en trocitos. —No lo sé…quizá tenga cosas más importantes que
hacer…
—¿Mas
importantes?
—Sí,
o tal vez solo le interese venir a llenarse el estómago. —su madre se burló. No
lo hizo con malicia pero si hubo algo de brusquedad en su voz.
—Yo
lo hago como una forma de agradecerle por traerme todos los días de la
universidad, no quiero ser una carga… —Jaejoong susurro unos segundos después,
hablando con la cabeza gacha.
—Pues
entonces deberías no dejar que te traiga. Te daré dinero para un taxi o te
comprare un carro en cuanto pueda. Es extraño que ese muchacho te esté trayendo
así de la nada, de hecho ese muchacho por si solo es extraño. Debe estar
esperando algo a cambio.
Jaejoong
se cruzó de brazos, pensando en lo que decía su madre. Efectivamente era
extraño que después de tanto tiempo, Yunho hubiera querido ofrecerle ese favor.
Tal vez se sentía en deuda por los favores recibidos en el pasado o tal vez
solo le había ofrecido un día y él se había tomado el atrevimiento de creer que
sería para todos los días, por lo que Yunho se había visto obligado a
cumplirle, guardando silencio para no incomodar a Jaejoong. Debido a eso, el
pelinegro empezó a sentirse como un aprovechado, como si él no requiriera de la
ayuda de Yunho tomando como ejemplo lo que su madre le decía. Él siempre podía
tomar un taxi o irse en auto para no tener que incomodar al otro. Era extraño,
era extraño como a Jaejoong siempre le
gustaba ayudar pero se sentía mal ser ayudado, sobre todo por Yunho. Nuevamente,
su mente había comenzado a divagar, creando miles de historias inciertas en la
cabeza.
Por
lo tanto cuando Changmin recibió su nuevo auto, Jaejoong pensó que sería mejor
para los dos que Changmin lo llevara en vez de Yunho, así el moreno no tendría
que preocuparse en esperarlo o en gastar en gasolina.
—¡Yunho,
Yunho! Tengo buenas noticias. Como ahora Changmin tiene carro y él vive más
cerca de mí, ya no tienes que llevarme a mi casa todos los días. ¿No es eso
genial?
Jaejoong
le dijo alegre, imaginado que la noticia sería un alivio para Yunho, aunque lo
que sus sentidos no notaron, fue la tristeza presente en el rostro del otro.
Después
los días pasaron sin ninguna novedad, hasta que Yunho volvió a hablarle,
pidiéndole que lo acompañara al funeral de su padre. Vaya, Yunho estaba
haciendo lo que en sus días de escuela nunca había hecho. Jaejoong le había
dicho que sí y cuando estuvo a punto de salir de su casa en rumbo a la estación
de gasolina en donde Yunho lo recogería, su madre lo había detenido,
ordenándole que no fuera.
—Pero
omma, su padre acaba de morir…
—Sí,
lo vi en las noticias locales. Al parecer su padre no andaba en negocios
buenos, por eso te pido que no vayas. Esa familia no parece ser buena y no
quiero que te arriesgues, ese chico no es buena influencia para ti…
—Pero
Omma tú no lo conoces.
—¿Y
tú sí?
Jaejoong
guardo silencio, sabiendo que él no tenía la respuesta a eso. De nuevo, Yunho
era un total misterio para él.
—Jaejoong
no quiero ser tu enemiga, pero soy tu madre y yo solo quiero lo mejor para ti. Así
que no me desobedezcas y hazme caso. Invite a Changmin y su familia hoy a
cenar, espero que los recibas y que ambas familias se unan aún más, ya que
ustedes dos han empezado una relación. —Ella paso un brazo por sus hombros y él
respondió un débil “Si, omma” no queriendo llevarle la contraria.
Y
cuando las noticias del accidente de Yunho llegaron a sus oídos, él no dudo en
correr hacia el hospital, arrepentido de haberle fallado a la única petición
que el otro le había hecho.
—¡No
me importa quien pague, solo espero que no me vuelvan a molestar con estas
nimiedades ¿Entendido?! Y recuerda Yunho que ya no soy responsable de ti, así
que para la próxima que no me llamen.
La
madre de Yunho había aparecido en escena y Jaejoong sintió un retorcijón en su
corazón al oír los reclamos crueles que le había hecho a su hijo malherido.
“Ahora ya entiendo por qué nunca me
invitaste a tu casa”
—Yo
no sirvo en este mundo, yo no sirvo en esta vida. Tal vez necesito otra.
Y
su corazón retorcido, se rompió al ver a Yunho sollozar, viéndolo por primera
vez tan vulnerable en su vida.
—No,
Yunho, no digas eso me haces sentir triste…
—¿Qué
sabes tú sobre la tristeza Jaejoong? ¿La has experimentado alguna vez?
“No, tal vez no
seriamente…pero ¿Y tú sí? Porque no me lo cuentas, ¿Por qué no me dices lo que
te pasa? ¿Por qué es tan difícil para mí leer tus sentimientos?”
—Cuando
lloras me siento así.
—Claro,
como me has visto llorar tantas veces…apenas y tengo suerte de que me dirijas
la palabra por tu propia cuenta.
“¿Y tú me has visto a
mi llorar? ¿Cuántas veces te salude o te incluí en mis planes y tú te alejabas?
¿Qué es lo que quieres Yunho? ¿Quieres estar conmigo? ¿Si deseas mi
amistad?...te comportas tan amablemente a veces pero tu actitud en general me confunde
terriblemente.”
Jaejoong
trato de silenciar a sus pensamientos acusatorios que le echaban la culpa a
Yunho, Ya que, muy dentro de sí, él sabía que también tenía parte de la culpa.
—Me
empujas Jaejoong. Me empujas lejos de ti y no puedo hacer nada. No me
importaría si fuera alguien más, pero tú…
¿Por
qué eres así conmigo? ¿Por qué lo haces sin intención no permitiendo que me
enoje?
Y
ante esas palabras, Jaejoong se dio cuenta de todos sus errores. Quizá el debió
ser más persistente, quizá el debió dar más en su amistad porque Yunho parecía
ser una persona incapaz de expresar sus sentimientos debido a problemas
externos. Bueno eso no lo sabía, pero ahora que Yunho se había sincerado con él
a medias por primera vez, Jaejoong hizo una promesa consigo mismo de tratar de
remediar su amistad perdida y de dar todo de sí para no volver a fallarle a
Yunho.
No
importaba, no importaba si él no recibía nada a cambio, él volvería a ser el
soporte y la ayuda de Yunho, porque él era apto, porque él no tenía problemas
graves y estaba lleno de amor de otras personas. Su mente trato de creer que él
no necesitaba la atención de Yunho, que el que él le brindara las atenciones a
Yunho sería suficiente para volver a restablecer su relación.
—Lo
siento, siento no haberte avisado y que hallas tenido que ir a mi casa…Pudiste
haber muerto y todo esto es mi culpa, mi culpa.
Jaejoong
se quebró al instante, sintiéndose tan arrepentido y tan malvado por haberle hecho caso a su madre. Las pequeñas
preocupaciones de su mente relacionadas con Yunho se habían agrupado y lo
habian atacado en conjunto, haciéndolo vulnerable a su efecto. Y fue ahí por
primera vez que Jaejoong pudo decir que experimento la tristeza de verdad.
Y
los días pasaron, y a diferencia de la anterior promesa fallida, esta si se cumplió.
Jaejoong había visitado casi todos los días a Yunho desde su salida del
hospital, y su propósito de re enmendar su amistad había comenzado a tomar
forma. Yunho parecía ahora un poco más inclinado a mostrar su verdadera
personalidad, lo que hacía que para Jaejoong fuera más fácil poder entrar en su
vida. De la manera en que siempre lo había deseado. Y aunque Yunho aun ocultara
muchas cosas íntimas, como por ejemplo lo referente a su familia, Jaejoong
estaba seguro que con el tiempo, el moreno se sinceraría completamente con él.
—Yunho,
¿Por qué no te gusta estar con la gente?
—Quizá…les
temo.
—¿Temes
a qué?
—A
que me hagan daño.
Yunho… el moreno confeso mientras bailaban
en la azotea del inquilinato.
—Yunho…eres
muy apuesto.
Siempre
lo había pensado pero nunca había encontrado la oportunidad para decirlo.
Y
de pronto cuando sus bocas se encontraron por inercia, Jaejoong sintió un fuego
en su interior, como si alguien le hubiera electrizado el cuerpo. Él se alejó
un poco, riéndose, sin saber porque había hecho eso. Y Cuando levanto la mirada
de nuevo, Jaejoong no dudo en volver a besar a Yunho, sintiendo algo que jamás
había experimentado ni siquiera cuando besaba a Changmin. Se sentía como magia.
Confundido,
atemorizado y un tanto entusiasmado, Jaejoong tenso sus dedos colocados en los
hombros de Yunho, los cuales estaban temblando por la acción.
—¿Esto
solo es un juego Yunho, cierto? ¿Solo estamos jugando, cierto?
Él
se aventuró a preguntar, poniendo a prueba a Yunho, tratando de minimizar lo
que había hecho. Tenía miedo de que Yunho se enojara por haberle besado, a
pesar de que él sintió que el otro había cooperado con el acto.
—Claro.
Y
Yunho le había respondido con un simple “Claro” como si estuviera de acuerdo
con la pregunta. Riéndose con incomodidad, Jaejoong se recostó en el cuello de
Yunho, sintiéndose vagamente decepcionado. No sabía porque pero le había
gustado ese beso, aun así, se sentía confundido, nervioso, porque no sabía que
era lo que le estaba pasando.
“¿Y si me gusta Yunho?
¿Y si siempre me ha gustado?”
El
pensamiento se le paso por la cabeza pero Jaejoong trato de olvidarlo, pensando
que era estúpido el tan solo imaginarlo. Si con Yunho era difícil mantener tan
solo una amistad, estaba seguro que Yunho jamás podría enamorarse de él.
Sintiéndose indefenso ante el pensamiento del impenetrable Yunho, Jaejoong le
agradeció por su recuperada amistad, sintiendo que quizá eso era más que
suficiente.
Y
Durante las siguientes semanas, Jaejoong trato de olvidar el incidente en la
azotea, convenciéndose de que sería mejor tratar de preservar su amistad con
Yunho que echarla a perder por un sentimiento equivocado. Además, él se sentía
culpable por haber besado a Yunho estando aun con Changmin, por lo que su mente
se encontraba decidida a dejar ese suceso atrás.
—¡Oh
Yunho, ven! Changmin y yo iremos a tomarnos un café al pueblo después de clase,
me pregunto si quieres venir con nosotros.
Jaejoong
invito a Yunho una mañana de enero en el piso último de la universidad.
Sorprendentemente y para felicidad de Jaejoong,
Yunho había aceptado aun sabiendo que esa invitación nunca se cumpliría.
Que ese día la vida de los tres cambiaria abruptamente.
—Jaejoong…¿Tu
estas muy enamorado de Changmin?
Y
esa pregunta había tomado con la guardia baja a Jaejoong, el cual le había
estado diciéndo a Yunho lo mucho que esperaba que en el futuro los tres
pudieran volverse más cercanos.
—Creo
que si…¿Se nota mucho? La verdad no estoy muy seguro.
Jaejoong
respondió con nerviosismo, no estando completamente convencido de sus palabras.
Claro, Changmin y él habían sido buenos amigos durante mucho tiempo, congeniaban
bien y se la pasaban genial…¿Pero de ahí a estar enamorado? No, no lo creía.
Changmin era solo su novio de juventud, alguien a quien quería y apreciaba,
pero no hasta el grado de estar enamorado.
—¿Por
qué te enamoraste de él?
—No
lo sé. Tan solo fue así. Creo que es lo bonito del amor, que uno nunca sabe de
quien se va a enamorar…solo lo haces…naturalmente.
Hacia
final de la frase, Jaejoong se perdió completamente en los ojos filosos de
Yunho, sintiendo verdaderamente esas palabras. Uno nunca sabe de quien se puede enamorar.
—Jaejoong,
Bajare al último piso por mi morral, así que te veo en un rato en la entrada.
De
repente, Changmin lo saco de su ensimismamiento, regresándolo a la realidad.
Despidiéndose con un beso, Jaejoong vio a Changmin en dirección al elevador,
pero cuando observo a Yunho detenerlo, Jaejoong sintió que sería el momento
perfecto de dejarlos a solas para que pudieran hablar así fuera al menos una
vez.
Y
sus pies alcanzaron el elevador, y su dedo apretó el botón, y su vida se
encontró al borde de un hilo cuando el ascensor se precipito hacia abajo
estrellándose fuertemente en la planta baja del edificio. Su historia en la
tierra había terminado y quizá, si Yunho hubiera esperado un poco más, si
hubiera dejado pasar el tiempo, Jaejoong y él habrían podido descubrir sus
sentimientos y encontrado la felicidad juntos. Pero no, no fue así, y su
historia momentáneamente había terminado, hasta que como ángel y demonio se
volvieron a encontrar, para retomar lo que había quedado pendiente.
Y
efectivamente, ese amor que había quedado sin desarrollarse en su anterior
vida, se había completado en esta nueva vida, había logrado emerger pese a
todas las dificultades. En esta ocasión Yunho no era el que se escondía y se
alejaba, él era el que presionaba, el que no dejaba al ángel respirar, el que
pícaramente besaba y coqueteaba sin importar las consecuencias. Jaejoong no
tenía que forzar nada, era el demonio que lo causaba. Y Jaejoong ahí logro finalmente
conocer lo que se trataba el verdadero amor, de sufrir y sacrificar, y dejar
atrás todo lo que causaba duda.
Como
ángel y demonio ellos habían logrado por fin estar, aunque hubiera tenido al
mismísimo cielo e infierno en su contra.”
..
—¡¿Qué
puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?! —el alma en pena de Jaejoong siguió
lamentándose, retorciéndose en el piso como si se tratara de un gusano.
Todo
era tan triste, tan desolador… se sentía tan culpable.
Jaejoong
no tuvo tiempo de llorar mas ya que ante sus ojos un esplendor de luz se postro, encegueciendo por un momento
sus sentidos. Era el arcángel Siwon. Postrándose en el aire a unos pocos
centímetros del suelo, el arcángel detallo al alma, mirándolo con tristeza y
determinación al mismo tiempo.
—Arcángel
Siwon, —Jaejoong se limpió las lágrimas, recordando a su superior —¿Qué hace
usted aquí?
—Te
dije que nunca tenías que olvidar ¿lo recuerdas? Y aunque lo hiciste, volviste
a evocar todas tus memorias, incluso las de tu vida como humano, cuando todo
era más simple. Cuando tenías el amor de una familia, de amigos y un futuro
prometedor.
Jaejoong
se encogió en su puesto, tratando de tranquilizarse. —¿Tu lo sabias?
—Sí,
Kim Jaejoong, lo sé porque en esos tiempos yo era tu ángel guardián, el ángel que
te cuidaba y guiaba tu camino hacia el bien. —Siwon declaro y el alma abrió la
boca, totalmente sorprendido por la confesión. —Aún recuerdo la primera vez que me asignaron
a ti, a un pequeño bebe quien nació en un poblado del sur de corea. Siempre di
mi mayor esfuerzo para que no te sucediera nada, para que fueras feliz, para
que los demonios no tuvieran oportunidad de acercarte a ti…pero lamentablemente
mi esfuerzo no valió lo suficiente, porque ese chico desviado Jung Yunho
inevitablemente entro en tu camino. En nuestro camino. Cada vez que lo veía mi
sexto sentido de ángel me advertía, que algo no estaba bien, que si lo dejaba
acercarse demasiado quizá las cosas no saldrían bien, y en parte, estaba en lo
correcto, porque tu falleciste a causa de su error y yo deje de ser tu ángel
guardián.
Hizo
una pausa, tratando de tomar aliento.
—Y
el cielo estuvo a punto de perderte, ya que Yunho rompió su trato y el diablo
cobro tu alma como venganza. Durante tu estancia en el hospital después del
accidente, tuve que luchar para que no se llevara tu alma, para que no
perecieras el resto de tu eternidad en el infierno. No era justo, tu no pertenecías ahí y por su error no podías pagar por eso. Cuando llego el
noveno y ultimo día, el diablo y yo llegamos a un trato, tú irías al cielo como
ángel pero tú no serias feliz, te sentirías inapropiado, deprimido y preocupado,
siendo tu condición la causante de tu desobediencia y tus mentiras que ocurrirían
después. También por esa razón buscaste auxilio en la tierra, desencadenando
los hechos que te harían conocer al humano y demonio de nuevo. Yo dejaría el
puesto como ángel guardián, convirtiéndome en un ángel común y corriente, pero
afortunadamente Dios intervino, y debido a mi lucha por no dejar que tu alma
fuera al infierno, el me premio convirtiéndome en un arcángel, teniendo
misericordia de mi alma.
El
alma se llevó una mano al pecho, abrumado por todo lo que el arcángel decía.
¿Él estuvo a punto…de ir al infierno? ¿El diablo había maldecido su alma de ángel?
Ahora sabía porque su vida como ángel siempre estuvo llena de inquietudes. La razón
del porque no se sentía como un ángel de verdad.
—Cuando
te vi por primera vez con el demonio, en verdad no te recordé, porque había
estado intentando suprimir los recuerdos de mi fallida labor como ángel guardián.
Aun así, luego de días de buscarte, mi mente recordó, al igual que la tuya ahora,
y me propuse a tratar de remediar las cosas. Desafortunadamente otra vez volví
a fallar, permitiendo que cayeras en esta condición…de alma en pena.
Jaejoong
miro su cuerpo, observando sus manos y su vestimenta rota. Se encontraba
pálido, sucio y desnutrido, como si hubiera vivido 1000 años en agonía. —¿Cuánto
tiempo…ha…pasado? —se las arregló para preguntar, con temor a la respuesta.
—Ya
es un nuevo milenio en el mundo de los humanos. El catorceavo año, exactamente
26 años, 6 meses y 12 días desde que el demonio pereció y tu dejaste de ser un ángel.
Jaejoong
abrió los ojos sorprendido, incapaz de creer. —¿Han pasado 26 años desde que me
separe de Yunho? ¿26 años viviendo sin conciencia?
—Si
ángel, aunque pareciera como si hubiera sido ayer que te encontrabas con él en
este mismo campo de flores.
Ante
eso, el alma tuvo unas ganas inmensas de llorar, pensando en todo el tiempo
perdido, sin embargo, ahora no había espacio para sentirse triste. Ahora tenía
que ser fuerte. —¿Y qué sigue? ¿Qué es lo que debo hacer? Tú me dijiste que tenía
que recordar…y ya lo he hecho.
—Si
joven alma, pero ahora debes decidir qué es lo que quieres para ti.
—¿Cómo?
—Jung
Yunho fue una alma manchada, que sucumbió ante el mal, que causo desgracia a
personas inocentes en sus dos vidas. Mis presentimientos como ángel guardián no
estaban del todo tan errados. Yunho no fue bueno para ti, porque te causo
problemas, me causo problemas a mí y a los que te conocieron y amaron. Después
de todo, Yunho no es un ser bueno…
—¡No,
te equivocas! —Jaejoong alzo la voz, interrumpiéndolo —Yunho solo fue una víctima
de las circunstancias. Él no tuvo la culpa de nacer en una familia que no lo
quería, el no tuvo la culpa de ser incapaz de relacionarse con los demás. Él se
convirtió en una persona oscura porque el mundo lo obligo. Y Aun así, a pesar
de todos sus problemas, él no sucumbió completamente ante el mal, él fue capaz
de amarme y de arrepentirse al final por el sentimiento bueno que tenía por mí.
—Jaejoong hizo una pausa, llevándose ambas manos al pecho mientras bajaba la
mirada. —Yo en cambio tuve una vida amorosa, yo era más fuerte, más estable,
más feliz… pero fui ciego y no lo ayude como debí…Yo soy el malo aquí, yo soy
el que no merece ser perdonado.
Ante
el discurso del ángel, Siwon se sintió dolido, sin dar crédito a lo que
escuchaban sus oídos. —Y aun así, fuiste tú él que tuviste de las de perder en
todo esto.
Jaejoong
alzo la mirada —¿Mmm?
—Mírate
alma, te encuentras solo, acabado y desolado, algo que tu no merecías. Yunho
acabo con tu vida dos veces: como humano haciendo ese inútil pacto que por poco
te hizo ir al infierno, y como ángel haciendo que tú te arriesgaras por él para
tratar de salvar su alma. Él, con sus acciones té alejo de todos los que te quisieron y a
todos los que tu querías.
Jaejoong
recordó entonces a todas las personas que pasaron por su vida, todos a los que
nunca había vuelto a ver “Omma, appa…Changmin,
Junsu…” —Pero él nunca tuvo tanta gente que lo quisiera…Quizá yo soy el que
tengo que sufrir ahora.
—¿Sufrir
más de lo que ya lo has hecho? —el arcángel bajo un poco más, acercándose al
cuerpo de rodillas del alma —como ángel no eras feliz por la maldición que satanás puso sobre ti, luego sufriste
por un amor no correspondido y cuando lo encontraste al fin en los brazos del
demonio, él se descontrolo, matando a una chica buena y orillando a la muerte
al humano que cuidabas con cariño. Por sus acciones, tú tuviste que bajar hasta
el propio infierno y caíste prisionero, sufriendo por días, hasta que te
logramos rescatar, pero entonces tu corazón bueno lo logro perdonar y fue ahí
cuando tu alma se condenó a vagar por la eternidad. Tú ya has sufrido bastante,
no te mereces sufrir más.
—¿Y
Yunho si? A pesar de todos sus errores, él tuvo la capacidad de arrepentirse. A
pesar de su condición como demonio, él pudo amar, èl me ayudo a salir del
inframundo y luego fue destrozado vivo por ello. ¿Quién vela por él entonces?
¿Acaso él tuvo un ángel guardián?
Por
la pregunta, Siwon respiro fuerte, mirando firme desde su posición. —No.
—¿Y
porque no lo tuvo y yo sí? ¿Por qué el universo fue tan injusto con él?
—Es
complicado de decir. Como veras el mal cada vez ganas más fuerzas y son pocas
las almas que llegan a estar en el cielo como ángeles. También son poco los ángeles
que tienen la aptitud necesaria para poder cumplir las labores de un ángel guardián
por lo que no hay suficientes guardianes para cubrir el rápido crecimiento de
la población humana. —Siwon se inclinó, tomando al ángel de la barbilla, haciendo
que lo mirara. —Tú fuiste afortunado Kim Jaejoong, tú me obtuviste a mi como tu
ángel de la guarda. Ni siquiera tu amigo Changmin ni su novia Seohyun tuvieron
uno, por lo que le fue más fácil al demonio acercarse a ellos.
Jaejoong
le devolvió la mirada, bañado en lágrimas. —Pero yo no necesitaba un ángel guardián.
Yo tenía el amor de mis padres, de mis compañeros, de mis amigos, de Yunho…en
cambio él…
—Lo
se alma, son cosas que no se logran entender…aun así él te tuvo a ti.
—Pero
yo no fui lo suficiente. Yo no supe quererlo y ayudarlo como lo debía hacer. Si
hubiera sabido el infierno que él vivía cada día…
—Exacto,
si hubieras sabido, pero no lo supiste; no tenías ningún poder para saberlo, no
obstante, tu no eras el único en la vida del joven Jung. Había otras personas;
su familia, compañeros y conocidos los cuales nunca le prestaron atención…y
luego apareciste tú, la única persona que se le acercó y le ofreció su amistad
sin esperar nada a cambio. Tú fuiste el unico que fue capaz de dejar a un lado
todos los prejuicios y querer a un chico atormentado. No subestimes tu valor
Jaejoong, eres un alma buena, que siempre sin importar que, pertenera al cielo.
Por
enésima vez, Jaejoong se limpió las lágrimas, hablando con voz bajita. —¿Entonces
tu no quieres que Yunho este conmigo? ¿Tú piensas que Yunho es malvado sin
importar que?
—No,
joven alma, yo no pienso eso. Yo solo quiero que razones las cosas, que veas
los hechos desde dos puntos de vista, y que tomes tu decisión con base en ello.
¿Qué
decisión podía tomar?
Levantándose
lentamente del suelo, Jaejoong agarro su pecho con fuerza, tambaleando en el
proceso —Yo…yo… Yo quiero volver a Yunho, quiero que él sea feliz porque al
parecer nunca lo fue totalmente. Yo en mi vida como ángel también lo hice
sentirse triste cuando le oculte mis sentimientos y le deje creer que amaba a
Changmin de esa manera.
Oh,
ahí faltaba la otra pieza de este rompecabezas. —¿Y en todo esto…Qué piensas
ahora de tu relación con Shim changmin?
—Yo
a Changmin…lo quiero mucho. Él fue un buen amigo en mi adolescencia. Él era muy
afín a mi…sin embargo no creo haberlo amado tanto como amo a Yunho. Como ángel,
por causalidad yo lo vi y sentí un reflejo de mi cariño cuando era humano, aun así…yo
nunca estuve enamorado de él.
—¿Y
ahora Yunho? ¿Qué hay de él?
Jaejoong
se preparó para hablar lo que había en su alma, tomando aire con su boca. —Siempre
quise ser cercano a Yunho…a pesar de todo. Había algo en él que me atraía y me
gustaba, pero desafortunadamente, como humano nunca lo pude averiguar. En mi
vida como ángel, Yo pude ver realmente a Yunho a pesar de su naturaleza como
demonio, y me entrego felicidad, me hizo sentir completo, amado…fue como si
completará lo que faltaba en mi vida como ángel y lo que no sabía que no tenía
en mi vida como humano. A pesar de los problemas, yo logre amar a Yunho y el
logro amarme a mí, sin importar que.
—Lo
sé, pero quiero. Yo quiero estar aquí contigo…¿Sabes porque Yunho? Porque te
amo….¿tú me amas a mi Yunho?
—Sí, yo también te
amo.
—¿Ahora
lo ves, Jaejoong? —el arcángel pregunto de pronto, confundiendo al más pequeño —El
amor no es algo que te encuentras a la vuelta de la esquina y surge así de la
nada. El amor el cual se dice utópico, el amor a primera vista…ese tipo de amor
no existe. Tu relación con Changmin siempre fue vista con buenos ojos, fue fácil,
sin dolor, por otra parte tu relación con Yunho fue prohibida, en las dos
vidas. Sus condiciones hicieron que fuera difícil, como dos polos opuestos, la
cual les hizo sufrir y llorar intensamente. Aun así ese tipo de amor fue el que
pudo salir a flote, a pesar de todos los inconvenientes en el camino. —Siwon
aterrizo en tierra colocándose frente al alma con su cetro —El amor Jaejoong,
hay que trabajarlo, construirlo, hacerlo fuerte para que pueda traspasar todas
las tempestades y nunca ser derribado. Yunho y tú se ayudaron mutuamente como ángel
y demonio, compartieron, discutieron y se consolaron, ustedes dos lograron
formar un vínculo que como humanos no alcanzaron a realizar.
Ante
eso, Jaejoong dejó escapar una sonrisa melancólica, recordando las épocas
cuando estaba con Yunho. —¿Entonces él y yo podremos estar juntos?
—¿Tú
crees que merecen estar juntos? ¿Tú crees que él te merece a ti y tú te mereces
a el? —Siwon le pregunto finalmente, poniendo a prueba al alma. Sus palabras podrían
realizar un milagro, solo si Jaejoong las decía. Al parecer estas dos almas podrían tener su
final feliz.
Entonces
Jaejoong alzo la cara, hablando con determinación, más decidido que nunca —Ambos
cometimos errores en el pasado, nos hicimos daño el uno al otro, a mayor o
menor escala. Sin embargo aunque los errores de Yunho fueron peores, él siempre
estuvo en desventaja frente a mí. Yo conocí el amor de todas las formas
posibles, nunca pase necesidades y siempre fui muy feliz, incluso como ángel,
con todas mis inquietudes encima, tuve amigos como Junsu y gente que velaba por
mí. —Jaejoong miro a Siwon y este le devolvió una sonrisa —Yunho por otra
parte, fue infeliz y estuvo solo casi toda su existencia. Sufrió maltrato y
desamor lo que lo obligo a ver el mundo de una manera negativa. Sin embargo,
una luz nació dentro de su interior, su alma aún no estaba perdida y él pudo
comprobar que él todavía guardaba bondad en su corazón. Que el merecía ser
amado. Yunho y yo merecemos estar juntos porque…hemos pasado tanto y aun nos
queremos, yo estoy seguro que no podre ser feliz si él no está a mi lado y lo
mismo pasa con él…donde quiera…que él este…—Jaejoong finalizo, quebrándose al
decir esas últimas palabras.
—Bien
Jaejoong, te has dado cuenta de lo bueno que tenía el demonio en su interior.
¿Quieres que te diga algo? —Siwon puso una mano en su hombro y se inclinó, susurrándole
al oído —Bien dicen que hierba mala nunca muere y puede ser que el escurridizo
de Yunho haya logrado entrar también en este mundo, a su manera.
—¿Qué?
—A Jaejoong casi se le salieron los ojos de sus orbitas al eso.
—Ve,
búscalo y tráelo aquí, creo que ya sabes quién es.
—Pero…pero
—el alma intento buscar en su mente alguna respuesta de lo que le estaba
diciendo el arcángel, hasta que recordó el alma de vestimenta negra al cual se había
encontrado en el cementerio hacia tan solo unas horas. Sin despedirse del arcángel,
el alma salió corriendo en dirección al lugar, haciéndolo tan rápido como sus
pies se lo podían permitir.
Cuando
por fin llegó, vio al ser de pie frente a la última tumba que habían visitado.
Sin pensarlo, Jaejoong corrió hacia él y lo abrazo pero la otra alma lo empujo,
ofendido por su acción.
—¡¿Qué
te pasa alma?! ¡¿Por qué haces eso?!
Sin
prestarle cuidado, Jaejoong arranco la tela que cubría parte de la cara del
otro ser, descubriendo su rostro el cual tenía unas características cicatrices
negras que iban desde su lagrimal hasta el borde de sus mejillas. Sin duda, era
él. De inmediato, el alma trastabillo hacia atrás, sintiendo como lágrimas de
alegría y tristeza inundaban sus ojos.
—Eres
tu…—susurro, acunando la cara del otro con sus manos —Yunho.
—¿De
qué hablas? Tú eres el que te llamas Yunho —Dijo mientras se apartaba con
brusquedad pero Jaejoong negó suavemente, mirándolo con dulzura.
—Vamos,
tenemos que ir hasta donde el arcángel Siwon. —Con apuro, el alma tomo la mano
del otro y lo obligo a correr junto a él, devuelta a la mancha negra en donde había
estado hablando con Siwon.
Sin
embargo cuando llegaron, el arcángel ya no se encontraba ahí y Jaejoong sintió
como su alegría de hace un momento se iba convirtiendo en un sentimiento de
preocupación. Luego noto un peso extra en su mano y cuando volteo a su lado
para ver lo que sucedía, él vio al alma de vestimenta negra echada en el piso,
retorciéndose. No tuvo mucho tiempo de reaccionar, porque un resplandor inmenso
se formó frente a sus ojos y cuando pudo por fin abrirlos, la mancha y el alma habían
desaparecido y en su lugar se encontraba un ángel con alas blancas encima de
unas flores recién florecidas.
El
Ángel levanto el rostro y Jaejoong pudo jurar que era el ser más hermoso que había
visto jamás.
—Yunho
—Él se arrodillo para quedar a su altura, adorándolo con su vista.
El
demonio ahora era un Ángel, su pasado oscuro había muerto y un futuro nuevo había
nacido. Uno mejor. Su apariencia también había cambiado. Ahora sus facciones
eran más amables, sus ojos un poco más claros y su cabello negro se había teñido
de café, creciéndole hasta los hombros. Por supuesto, sus rasgos de demonio ya
no estaban y en su lugar una bella aureola y unas lindas alas hacían juego con
su túnica.
—Jaejoong
—El Ángel hablo, su voz también era más suave —¿Qué te paso? —pregunto con
preocupación, acariciando el rostro acabado del Ángel.
—Nada,
nada…solo que ya no soy bello, no importa…
—No,
no. Tu siempre serás bello para mí. —Yunho lo consoló y Jaejoong se sintió
derretir por la delicadeza de esas palabras.
—Yunho,
ahora que eres un Ángel puedes ir al cielo. No te preocupes por mí, puedo
quedarme aquí…y me puedes visitar cuando quieras. —dijo con tristeza, ocultando
sus ojos en el proceso.
Yunho
negó con la cabeza, sujetando al alma fuerte entre sus brazos. —No, no puedo
permitir eso. No puedo permitir que te quedes aquí.
—Pero
es tu tiempo de ser feliz Yunho, de no sufrir más…
—¿Y cómo
seré feliz si no te tengo a ti?
Las
palabras hicieron a Jaejoong sonreír, convencido de haber hecho lo correcto.
—Jaejoong
—oyeron a sus espaldas, observando a la corte de arcángeles levitando en el
aire formando una especie de U con sus posiciones. —Cumpliste la misión que te
dimos, lograste devolver el alma de Yunho al paraíso al recordar todas las
cosas buenas que hizo por ti. Por tal razón, tú dejaras de ser un alma en pena
y volverás a ser un Ángel.
Ante
eso, Jaejoong miro emocionado a Yunho, sonriéndole con felicidad.
—Y
por realizar el milagro de restaurar el alma de un demonio, la comunidad de arcángeles
ha decidido convertirte en un Ángel de la guarda, como siempre quisiste serlo. Tendrás
la oportunidad de guiar a un recién nacido que llegue a la tierra, y de cuidar
y velar por su bienestar. Sera un humano cualquiera, él que tu escojas, él que
tu creas necesario que tenga un Ángel guardián. —Dicto el líder, el arcángel
Leeteuk.
Los
ojos luminosos de Jaejoong de pronto se fueron apagando, imaginando lo que vendría.
—¿Pero eso significa qué me tendrá que apartar de Yunho?
—Bueno,
Yunho es ahora un Ángel normal, debe quedarse en el cielo.
Suspirando
con pesadez, Jaejoong abrazo el cuello de Yunho, mirando a los arcángeles con decisión.
—Entonces no puedo aceptar su oferta. Agradezco inmensamente la oportunidad
pero ahora solo quiero estar con Yunho, no quiero nada más. Nosotros, esperaremos
pacientemente hasta que nos toque nuestro turno y juntos podamos ir a cuidar un
alma desprotegida, pero por ahora, Yo solo
deseo ser el ángel guardián de Yunho.
Los
arcángeles se tensaron un poco al oírlo pero luego se tranquilizaron,
comprendiendo totalmente las razones del alma.
—Está
bien Jaejoong, respetamos tu decisión.
—Jaejoong
—Yunho; quien había estado callado lo llamo desde su lado, haciendo que lo
mirara —Lo lamento tanto…lamento haberte ocultado cosas, lamento no haber
tenido confianza en ti y siento tanto haberte quitado la vida…alejándote de tu
futuro y tu familia. Espero que te vuelvas a encontrar con tus padres algún día
y hasta entonces, espero que mi amor compense el amor de ellos, para que no
tengas que sentir tristeza.
Jaejoong
solo pudo responderle asintiendo con la cabeza, conmovido hasta el corazón.
—También
lamento lo de Changmin y seohyun, y las cosas que cause siendo un demonio. No
fue justo para ti.
—Basta
—Jaejoong puso un dedo en la boca de Yunho para evitar que siguiera hablando —yo
también tengo que decirte cosas que espero sean perdonadas. Lo siento por no haberte
brindado todo mi amor, por creer que estabas bien y no ver tu sufrimiento. Lamento
las cosas que dije e hice como Ángel que pudo haberte afectado, en serio no tenía
intención de herirte. Te amo tanto Yunho, lamento no haberme dado cuenta antes.
—Recostándose en el hombro del otro, Jaejoong dejo que Yunho lo acariciara,
sintiéndose débil ante el tacto de un ser tan celestial.
Todo,
absolutamente todo, había sido aclarado. Sus errores habían sido perdonados y
una nueva oportunidad había aparecido en el horizonte, para que juntos, los
dos, pudieran verdaderamente ahora ser completamente felices. Ya nada podría
separarlos, si no lo hizo ni el cielo ni la tierra ni el infierno, entonces
nada podía causarlo ahora.
—El
día está hermoso, parece que Dios ha bendecido su amor pero es tiempo de que
todos partamos. —El arcángel líder dijo y envolviendo a los dos seres en una
nube, fue elevándose por el aire hasta los cielos, mientras que Jaejoong se
convertía de nuevo en el ángel que había sido.
El
arcángel Siwon por su parte se quedó en la tierra, sonriendo mientras miraba el
tumulto de flores brillantes las cuales ya no estaban marchitas sino que ahora
estaban pintadas de un tenue color blanco, dando así indicio, de que una alma
buena en la tierra había logrado por fin subir a los cielos.
Fin
..
Nota: Bueno y se acabo esta historia. Y si, se que quedo demasiado cursi con eso de "¡El amor lo puede todo! o ¡El bien siempre triunfa sobre el mal!, pero asi habia ideado terminarlo desde el principio.
Y bueno me gustaria que comentaran en general como les parecio el fic, que escriban "Oh fue genial" o "Uhh fue una mierda", bueno lo que sea, e invito a las personas que leyeron pero que nunca comentaron, para que tambien digan, para saber su opinion.