Hyung: Tercera Parte
(Final)
l
señor Dakho llegó un día con la noticia de un viaje sorpresa de fin de semana a
las playas de Haeundae-gu, conocidas por ser placenteras incluso en esa época
del año. Por supuesto todos los ocupantes de la casa estaban invitados, incluso
Yihan, que conociéndolo como era, probablemente se había auto-incluido en el
paseo para poder investigar más a profundidad el tipo de relación que Yunho
tenía con Jaejoong.
Verdaderamente,
empezaba a ser un auténtico dolor de huevos para Yunho.
—¿Has
ido alguna vez a Busan Yunho? Puedo jurarte que tiene las mejores playas de
toda Corea, incluso mejores que las de la isla de Jeju. —El señor Kim le
comentaba a Yunho desde el asiento del copiloto mientras Yihan conducía por la
carretera. Yunho estaba ubicado en medio del asiento de atrás, y a ambos lados
se encontraban Jaejoong y la señora Young Mí, a su izquierda y su derecha
respectivamente. Jieun no había podido acompañarlos y el mayordomo Lee había
preferido quedarse en casa. —Ha sido una tradición en mi familia siempre ir por
lo menos una vez al año a la playa de Haeundae-gu ¿No es cierto, Jaejoong?
Jaejoong
asintió con respeto, dedicándole una ligera sonrisa a Yunho cuando se dio
cuenta como este le sonría con afecto. De inmediato, Yunho sintió a su hyung
mirarlos a través del espejo delantero de la camioneta, alternando su vista
aguda entre la carretera y ellos. ¿De verdad Yihan se comportaría así todo el
viaje? ¿Cómo un espía pendiente de cualquier interacción entre el menor y él?
Pues debía prepararse, porque Yunho tenía intenciones de pasárselo muy bien al
lado de Jaejoong. Y ni Yihan, ni sus constantes acosos le arruinarían el viaje.
Se
habían instalado en un punto de la playa el cual se encontraba alejado de la
zona central y era el lugar perfecto para relajarse y descansar. Armaron el BBQ, ubicaron unas cuantas sillas
para los mayores y pusieron la red de voleibol playero que habían traído para
jugar.
Yunho
fue el primero en probar las deliciosas aguas cálidas del mar y no paso mucho
antes que los demás también se le unieran. Jaejoong llego después, vistiendo
una especie de vestido de baño enterizo oscuro que le cubría el pecho, los
brazos y la parte superior de sus muslos. Se ubicó en la orilla de la playa,
luciendo sereno mientras sentía como el agua le mojaba los dedos de los pies.
Yunho no pudo evitar sentirse embelesado por la vista… Jaejoong se veía tan
sublime como el paisaje que estaba delante de él.
Yihan
fue el que apareció luego, luciendo su buen formado cuerpo digno de un
empresario exitoso. Yunho no pudo negar que se veía bastante bien y hasta le
provoco algo de envidia ver como Yihan robaba miradas con su aura, aun así
Jaejoong no parecía estar impresionado, prestándole más cuidado a la arena
correr entre sus dedos que al cuerpo de adonis de su Hyung.
—¡Jaejoong
vamos metete al agua! —Yihan llego al lado del menor y se irguió mostrando con
orgullo su porte. Era obvio que quería deslumbrar a Jaejoong con su imponente
físico.
—No
quiero Hyung, estoy escuchando la brisa…y las olas... —Jaejoong le contestó de
manera muy suave y sin ni siquiera regalarle una ojeada.
—Pero
está haciendo calor y el agua está fresca. Te aseguro que después no será tan
agradable como ahora.
Prestándole
nula atención, Jaejoong cerró los ojos sintiendo el viento fresco golpear sus
mejillas.
—¿No
quieres, eh? Entonces te voy a tener que obligar.
Jaejoong
no tuvo tiempo de negarse de nuevo porque sintió como Yihan lo levanto del
suelo y empezó a correr con él hacia una ola inmensa que se aproximaba a la
orilla. La ola golpeo sus cuerpos, haciendo que ambos cayeran a las aguas turbulentas
del mar. Jaejoong salió primero, abriendo su boca para buscar algo de aire.
Quiso nadar de nuevo hasta la orilla, pero Yihan lo retuvo con sus brazos y
empezó a abrazarlo, animándolo a que jugara con él mientras se refrescaban en
el agua.
Y
tan ensimismado estaba Yunho con su propio baño, que no cayó en cuenta hasta
después de un buen rato como Yihan tenía literalmente aprisionado a Jaejoong
contra él, “obligándolo” a sumergirse y a nadar en el agua no muy lejos de
donde se encontraba él.
Yunho
de inmediato reaccionó.
—¿Qué
hacen ustedes? —nadando hasta el punto, Yunho preguntó en un intento de sonar
casual aunque su voz delato su molestia.
—Estamos
jugando. —Yihan le contestó cortante sin dejar de abrazar a Jaejoong.
—¿Ah
sí? —Yunho le sonrió —¿Me puedo unir? —tomando a Jaejoong de las caderas, Yunho
se lo arrebato a Yihan e hizo que el menor lo abrazara. Sin esperar, las manos
de Jaejoong se anclaron en los hombros desnudos de Yunho como si buscara
refugio en el cuerpo del mayor.
Yihan
se mordió los labios.
—¡¡¡Yihan,
Yunho!!! ¡¡¡Necesito ayuda con el BBQ!!! —El señor Kim fue el que corto el incómodo
momento, gritando desde la orilla y batiendo su mano con una espátula de
cocina. Fastidiado y un poco resistente a dejar a Jaejoong momentáneamente a
solas con Yunho, Yihan nadó hasta el señor Kim no dejando atrás su careta de
malestar.
Yunho
en cambio, se aseguró de que el otro estuviera en tierra firme para después
dirigirse hacia Jaejoong. —¿Qué te hizo?
—Me
estaba sumergiendo, como si fuera un juguete. —Jaejoong no pudo evitar sentirse
irritado al decir eso.
Yunho
apretó los labios. —¿Entonces no dejes que lo vuelva a hacer, de acuerdo?
—De
acuerdo.
Yunho
le sonrió, debatiendo si sería arriesgado plantarle un beso en ese instante.
Por el abrazo, sus rostros mojados se encontraban demasiado cerca, incluso sus
partes bajas lo estaban ya que Jaejoong había enroscado sus piernas alrededor
de la cintura de Yunho debajo del agua. El pelo de Jaejoong se encontraba hacia
atrás y las gotas saladas bajaban por su firme piel blanca. Se veía realmente
tentador y Yunho se sintió de repente sumergido en el breve momento de
intimidad que se había formado.
—Eres
fuerte. —Jaejoong le dijo mientras acariciaba los músculos de sus brazos y
pecho. Al parecer, los músculos de Yunho si lo atraían.
—¿Te
gusta?
Yunho
le preguntó coqueto pero el señor Kim gritándole desde la orilla le hizo
recordar que tenía que ir a ayudar.
Entre
los tres prendieron la barbacoa y empezaron a asar la carne, mientras Young Mi
ayudaba con el resto de la comida y Jaejoong se sentaba de nuevo en la playa a
ver el horizonte. Yihan estaba más insoportable de lo usual, regañando y
contradiciendo a Yunho en cualquier momento que podía. Si Yunho decía que
primero asaran la carne de res, Yihan insistía primer poner el pollo. Si Yunho
quería hacerlo de una manera, Yihan imponía hacerlo de la otra. Parecía como si
Yihan quisiera desacreditarlo en todo frente al señor Kim y mostrarse como el
verdadero sujeto quien debía obtener a Jaejoong.
Como
si Jaejoong fuera un premio que conseguir.
—Ya
que estamos todos aquí, deberíamos organizar nuestros equipos... —El señor Kim
acordó luego de reposar el almuerzo para jugar un partido de voleibol playero. —Jugaremos
de esta manera, Yihan y yo estaremos en un grupo mientras que la señora Young
Mí y Yunho en el otro. Jaejoong… —El señor Kim busco con su mirada a su hijo,
pero este ya se había alejado del grupo, sentándose debajo de una palmera a
leer un libro completamente ajeno al resto. A Yunho le causo curiosidad esto,
definitivamente Jaejoong era el único adolescente que prefería leer en la playa
que hacer otras actividades.
—Bien,
parece que no estará. Entonces, ¡Comencemos! —El señor Dakho se ubicó junto a
Yihan a un lado de la cancha y sin esperar, lanzo el balón hacia el aire,
viendo como Yunho contrarrestaba su ataque y le devolvía el balón a su terreno.
Unos cuantos pases, caídas, y rebotes sucedieron luego; Yihan y Yunho dando lo
mejor de sí mientras el señor Kim trataba de alcanzarles el ritmo y Young Mi
solo se limitaba a dar manotazos al aire. Jaejoong se mantenía leyendo las
páginas de su libro, ocasionalmente mirando a Yunho golpear el balón con sus
manos.
Con
esas fuertes manos que tanto le gustaban abrazarlo.
Después
de unos cuantos minutos de juego, El señor Dakho y la señora Young Mi por fin
sucumbieron al cansancio, dejando a solas a Yunho y Yihan quienes se resistían
a dejar la cancha.
—Parece
que será un versus entre Yihan y Yunho. —El señor Kim comentó y abrió una cerveza
en su mano. Jaejoong levantó la vista, ahora un poco más interesado en el
partido que iba a comenzar.
—Que
gane el mejor. —Yihan le dijo a Yunho con su sonrisa petulante y su confianza desmedida.
—Eso
te digo Hyung-nim. —Yunho añadió mostrándose también confiado de sus
habilidades. Estaba seguro que no se dejaría ganar de Yihan. No señor.
—¿No
sería más interesante una apuesta? —Young Mí agregó de la nada. —Que el
perdedor cumpla lo que el ganador le exija.
Ambos
voltearon a mirarse ante la sugerencia, sabiendo exactamente lo que había en la
mente del otro. —Me gusta esa idea. —Fue Yihan el que se aproximó primero a
Yunho, susurrándole al oído para poder mantener su pequeña fuente de rivalidad
en secreto. —Si yo gano, debes alejarte de Jaejoong el resto del viaje.
Yunho
entonces volteo hacia Jaejoong, observando como este los miraba confundido no
cayendo en cuenta de que él era la razón de su
disputa. —Acepto. Pero si yo gano, el que se tendrá que alejar eres tú.
—Trato
hecho. —Yihan le ofreció su mano y ambos estrecharon el pacto, sintiéndose
seguros de que el otro seria el perdedor.
El
señor Dakho dio el pitido de inicio y ambos se ubicaron en su posición de
juego. Yunho fue el que inicio el saque, siendo violento al lanzar la pelota
para no darle tiempo a Yihan de responder, pero este fue hábil, contrarrestando
el ataque justo antes de que el balón pudiera tocar el suelo. Tanto Yunho como
Yihan no estaban dispuestos a sucumbir, por lo que se movían y atacaban de una
forma casi amenazante, tomándose el juego quizás demasiado en serio para
tratarse de un partido amistoso entre colegas.
Jaejoong
dejo a un lado su libro y observó a Yunho el cual se encontraba completamente
concentrado en el juego. Las gotas de sudor le brillaban en su piel morena y sus
músculos se tensaban cada vez que ejercían un saque, un remate o bloqueaban el
balón. Jaejoong se encontró de repente suspirando muy fuerte, sintiéndose
ensimismado por el despliegue de sensualidad que Yunho emanaba en esos
momentos. A decir verdad, él nunca ponía demasiada atención en las cualidades
físicas de otra persona, pero esta vez le fue casi imposible no dejar de
admirar el cuerpo ejercitado del mayor.
—Oh,
oh parece que hay un empate. —Young Mi exclamó luego de una serie de partidas
en donde ninguno quiso dar su mano a torcer. —Tendremos que decidirlo en esta última
ronda.
Los
dos clavaron sus ojos en el otro, sabiendo que esta última jugada seria la que
decidiría quien tendría el privilegio de quedarse con Jaejoong…
…
al menos lo que restaba de su pequeño viaje.
Agudizando
su vista en el otro, Yihan utilizo su puño para sacar el balón de su cancha,
esperando que Yunho no pudiera responder su ofensiva. Sin embargo, Yunho actuó
rápido haciendo que Yihan casi cayera al suelo por lo bajo que fue su
lanzamiento. Y cuando Yunho salto para efectuar el remate hacia el balón que Yihan
le había lanzado, Yihan no pudo mantener el equilibrio y perdió el balón,
aterrizando de cara en la arena justo después.
Young
Mi salto emocionada y el señor Kim aplaudió orgulloso.
Ese
había sido un partido intenso.
Confirmando
su victoria, Yunho alzo ambos brazos, sintiéndose arrogante, imponente y por sobretodo
más poderoso que su hyung, demostrándole que aunque él fuera menor y menos
experimentado en la vida, de vez en cuando podía hacerle también morder el
polvo.
En
medio de su celebración, Yunho volteo a mirar a Jaejoong, el cual le mostraba
una tierna sonrisa tímida a modo de felicitación por su victoria. Yunho le devolvió
la sonrisa retornando después a Yihan, cayendo en cuenta que fuera quien
hubiera ganado…
…él
era el que a final de cuentas tenía el corazón de Jaejoong.
..
Al
atardecer, Yunho aprovecho la calma del lugar para ir junto a Jaejoong a explorar
una zona de elevaciones rocosas que estaban ubicadas en la misma playa no muy
lejos de allí. El señor Kim y Young Mi desistieron de la caminata, argumentando
que se encontraban cansados. Por otro lado, al pobre de Yihan solo le quedo
negarse de mala gana, teniendo que aguantarse el hecho de dejar a Jaejoong y
Yunho a solas ya que él había sido el perdedor de la apuesta.
Alejándose,
Yunho ayudo a Jaejoong a bajar por unas cuantas rocas, mientras el sol al
horizonte se ponía sobre el mar. La vista era magnifica.
—Hyung
y tú no parecen llevarse muy bien.
Jaejoong
mencionó de la nada al sentarse en un cumulo de rocas a mirar el panorama.
—¿Por
qué lo dices? —Yunho preguntó queriendo parecer confundido, aunque la verdad él
también sentía que la rivalidad con su hyung se había vuelto bastante notoria.
—Lo
puedo intuir. Ustedes dos parece que competieran entre sí.
—¿Adivina
porque? —Yunho se le acercó y Jaejoong lo miro de reojo, sin quererle contestar
su pregunta. Aunque la supiera (O la supusiera) era bastante incomodo expresar
lo que había desencadenado entre aquellos dos hombres mayores.
—No
odio a Hyung, si eso es lo que crees. —Yunho le dijo después de un rato en que
los dos mantuvieron silencio. —Me exaspera solamente. Parece que no entendiera
razones.
—Tiene
los ojos vendados. —Jaejoong murmuró y Yunho no pudo estar más de acuerdo.
La
brisa de repente se volvió un poco más fría, provocando que ambos cuerpos se
acurrucaran un poco más cerca para guardar un poco de calor. Con cuidado, Yunho
rodeó los hombros de Jaejoong e hizo que este recostara su cabeza en su brazo
derecho. Todo se sentía en paz. Muy románticamente.
—He
estado pensando en nosotros Jaejoong, en nuestra relación. —Yunho murmuró
debido a que la atmosfera parecía ideal para hablar de un tema serio como ese. —De
verdad, yo siento cosas profundas por ti. —Le expresó, haciendo que Jaejoong lo
mirara directamente al rostro.
La
relación que había empezado con Jaejoong era la más extraña que había tenido,
pero al mismo tiempo, él no se sentía mal con eso. Honestamente Yunho nunca pensó
que se sentiría tan atraído por un adolescente de la edad de Jaejoong; sus
ganas de estar con él todo el tiempo superaban con creces las ganas que había
tenido de estar con alguien más. No sabía si el hecho de que Jaejoong fuera
mucho menor que él, o lo peligroso de su relación lo excitaba, sin embargo, él
no daba indicios de querer detenerse.
—Yo
también siento cosas fuertes por ti. —Jaejoong fue sincero con su respuesta, no
preocupándose en ser ambiguo con sus sentimientos como lo era la mayoría del
tiempo.
Yunho
junto sus narices. —¿Enserio?
—Enserio.
El
mayor mostro una sonrisa la cual fue opacada por los labios de Jaejoong que le
robaron un beso. Yunho se lo recibió sintiendo un gemido profundo de Jaejoong
cuando él introdujo su lengua y luego la enredo con la del menor, dando círculos
en su boca mientras su brazo lo abrazaba fuertemente por la espalda. Yunho gruño cuando tomo con sus labios el
labio superior de Jaejoong y lo chupo ávidamente, separando sus bocas después.
Ambos estaban completamente enrojecidos y su respiración latía unísonamente
disconforme. —Jaejoong…—Yunho jadeo,
alejándose de un momento ya que el señor Dakho, Young Mí y Yihan no se
encontraban muy lejos de allí. —Si sigues besándome así, no creo que pueda
controlarme. Debemos ser cautelosos.
Jaejoong
pareció desanimarse por un momento. —¿Cuánto tiempo podremos seguir así?
¿Ocultos?
El
mayor mordió su labio ante la pregunta. Ese era un asunto que sabía que tarde o
temprano debía atender por mucho que estuviera tratando de ignorarlo. —Las
cosas no son tan fáciles Jaejoong. No muchos podrán comprender esto.
—No
es asunto de nadie.
—Aun
así, no lo permitirían. No me quiero ni imaginar lo que tu padre diría. Me
tratarían como a un…
—…
¿Pervertido? —Jaejoong completó su frase.
—Sí.
—Yunho suspiró. —Nadie comprendería que esto va más allá de lo que sus ojos
puedan ver.
Jaejoong
soltó un breve soplido de resignación y se recostó sobre el pecho de Yunho.
—Entonces eso significa que no durara.
—No
digas eso Jaejoong.
—Pero
es la verdad, las cosas no funcionaran con esta diferencia tan grande de edad.
—No
ha sido impedimento para ti… ni para mí.
—Pero
si para los demás.
Yunho
tomó el rostro de Jaejoong y lo alejo de su cuerpo para que le permitiera mirarlo
a los ojos. —Nosotros haremos que funcione. No te preocupes, déjalo en mis
manos. —Intentando calmarlo con sus palabras, Yunho volvió a adentrarse en un
beso profundo, queriendo dejar de pensar en aquello así fuera por solo unos
segundos. No estaba muy seguro de poder arreglar lo que perturbaba a Jaejoong,
pero al menos le daría alientos para no dejarlo preocupar por lo que restaba de
la tarde.
..
En
el camino de regreso a Seoul, Yunho se ubicó junto a Jaejoong en el último
asiento de la camioneta ya que Young Mi se había recostado en todo el asiento
del medio y no les había quedado de otra que correrse hacia los reducidos
asientos de atrás. Yihan también se encontraba en modo zombi y el señor Kim era
el que había tomado el puesto de volante en este viaje de vuelta.
Había
sido un día extremadamente agotador para todos y solo pensaban en regresar a
casa.
—Yunho…
—Jaejoong susurró somnoliento mientras alejaba su cabeza del pecho de Yunho, el
cual había estado utilizando como almohada. —Duerme. —fue lo que dijo antes de
caer de nuevo rendido a los brazos del otro.
Yunho
ignoró su petición y lo acobijo con sus manos, acariciándole la cabeza y la
espalda al mismo tiempo. No importaba si se encontraban demasiado cerca corriendo
el riesgo de que alguien los viera; todos estaban tan distraídos en su propio
agotamiento que no notarían la sospechosa cercanía de los dos ocupantes del
puesto de atrás.
En
un momento dado, la cabeza de Jaejoong resbaló por el pecho y cayó en la
entrepierna de Yunho, haciendo que el mayor se sobresaltara por el toque. La respiración
entrecortada de Jaejoong empezó a hacer mella en su pantalón y Yunho se
encontró de repente muy nervioso por lo que le estaba provocando el menor.
¿Se
estaba excitando por tener la respiración de Jaejoong justo encima de su pene?
Yunho
se acomodó un poco más en el asiento, tratando de no pensar mucho en ello.
Luego
de aquella vez en su cuarto donde se habían masturbado mutuamente, ellos no habían
vuelto a tener un momento de intimidad entre las dos. Simplemente Yunho pensaba
que si estaban iniciando algo así como una relación, sería demasiado pronto
saltar a la última base tan pronto. Sin embargo el deseo de tener a Jaejoong de
esa forma no estaba dejado de lado, de hecho, incrementaba más y más conforme
los días pasaban.
Conforme
la boca adolescente lo chupaba y lo dejaba sin aliento.
Y
es que la cuestión de que Jaejoong fuera mucho menor que él, inexperto e
inocente en esos asuntos, lo excitaba. Y de qué manera. La fantasía de ser el
primer hombre de Jaejoong lo prendía a mil y estaba seguro que no soportaría
mucho hasta que su libido pudiera ser satisfecho.
—Yunho,
¿Qué haces? —Jaejoong se levantó al notar como Yunho lo estaba acariciando más
de la cuenta.
El
más alto sintió su cara enrojecer. —Nada, nada. —Se trató de excusar pero
incluso Jaejoong se dio cuenta de su nerviosismo y sus ganas de ocultar la
excitación que su cuerpo estaba sintiendo. —Vuelve a dormir.
—Pero
ya no quiero. Quiero hablar contigo. —Jaejoong susurró.
—Bien,
¿Y de qué quieres hablar?
Jaejoong
se acomodó un poco más cerca de Yunho, moldeándose justamente al cuerpo del
mayor. —Hoy me gusto como te veías jugando voleibol. —Jaejoong le admitió sin
una pizca de timidez en su voz.
—¿Ah
sí? —Yunho lució extrañado.
—Sí.
—¿Y
qué fue lo que te gusto?
—Pues…—La
mirada de Jaejoong divago por unos segundos. Su boca apretándose con fuerza. —Tu
cuerpo…es atrayente.
Yunho
se sintió halado por el comentario. —Pues a mí me gusto como lucias con el
cabello mojado y gotas rodando sobre tu piel. —le expresó, mascullando casi
sobre la boca del menor para evitar ser escuchado por los demás en la camioneta.
—Aun así, me hubiera gustado verte en un vestido de baño… ya sabes, ver tu
pecho y tu abdomen…
Ante
la pregunta, Jaejoong abrió los ojos, pasando saliva por su garganta. —¿Quieres
verme desnudo?
—Si…
y no solo verte.
—¿Eso
qué significa?
Yunho
se mordió los labios al meditar si era correcto expresarle lo que su mente
pensaba. —Me gustaría tocarte. —Le dijo con algo de recato, no queriendo
asustar a Jaejoong por su repentina lujuria hacia él.
—A
mí también me gustaría tocarte. —Jaejoong dejo salir inesperadamente.
—¿Enserio?
—Yunho se sorprendió por sus palabras. —Pero el problema es que no solo quiero
tocarte.
Jaejoong
entrecerró los ojos. —¿Qué más quieres hacer?
Con
valentía, Yunho se aproximó a Jaejoong, ronroneando en su oído —Quiero hacerte
el amor completamente desnudo.
El
silencio reino entre los dos.
Quizá
era la atmosfera, el calor, las palabras… porque Yunho estaba convencido que si
hubiera sido en otra ocasión, él no hubiera tenido el coraje suficiente de
decirle a Jaejoong los deseos pecaminosos que habitaban su mente. Pero ya que más
daba, ya le había dicho, ahora solo importaba lo que le respondiera el menor.
Y
si Jaejoong aún no estaba listo para pasar a esa fase, él entendería.
—¿Qué
dices? ¿Quieres…? —Yunho le preguntó al ver un poco de indecisión en los ojos.
Meditó si realmente había sido prudente proponérselo tan rápido.
—Trátame
con cariño y lo meditare.
Jaejoong
le contestó y se alejó de él, recostando su rostro en la ventana y dejando
salir una pequeña sonrisa traviesa mientras se acomodaba mejor contra el
cristal de la ventana.
..
—Yihan,
necesito que elabores un informe de los balances de este mes. Además, necesito
que revises los costos de la inversión y los lineamentos para la asociación con
esta empresa que quiere una sociedad.
El
señor Dakho le dicto órdenes a Yihan mientras terminaba de arreglar algunos
papeles en su escritorio.
—Sí
señor. —Yihan asintió. —Trataré de dejarlo listo al término de esta semana.
—Bien,
—El señor Kim sonrió. —Yunho, —Se dirigió ahora al hombre sentado en el
escritorio de la esquina —necesito que vayas a recoger a Jaejoong a su escuela
hoy. No me gusta que salga solo, no cuando puede darle otro de sus episodios en
la calle.
Yunho
sonrió por la petición, respondiendo con un breve “no se preocupe, lo haré”.
Yihan
arrugó el entrecejo. —Señor, ya que Yunho está aquí, pienso que debería
ayudarme con mis deberes de vez en cuando. No lo digo por mí, claro está, lo digo
para que tome experiencia. —Yihan dejo salir esa sugerencia, más como para
impedir que Yunho saliera, que como para ayudarle. Yunho de inmediato capto las
intenciones de su hyung y se mordió la boca. Ese Yihan enserio siempre se metía
donde no lo llamaban.
—No
me parece mala idea. —Concordó el señor Kim.
—Entonces
que empiece hoy. —Yihan sonrió. —Puedo pedir un taxi para Jaejoong, o decirle
al chofer, o puedo ser yo…
—No
hace falta Hyung-nim. —Yunho se interpuso. —El señor Kim me mandó y no nos vamos
a complicar la vida pidiendo taxis o choferes. Yo te puedo ayudar en cuanto
vuelva.
—Tiene
razón Yunho. —Dijo el señor Dakho —Además es mejor que Jaejoong este con
alguien de confianza.
Yunho
sonrió victorioso ante las palabras del señor Kim y antes de salir, le dedico
una pequeña mirada altiva a su hyung como si se le estuviera burlando por no
haber conseguido lo que quería.
Al
verlo atravesar la puerta, Yihan tuvo que hacer un enorme esfuerzo en calmarse
y no correr detrás de Yunho para impedirle ver a Jaejoong. Tenía que mantener
la compostura. —Si me permite decirlo señor, me parece que no es muy bueno
dejar a Yunho ocuparse de Jaejoong. —Pero sin poder evitarlo, él soltó aquella
frase debido a que no quería que esa situación siguiera pasando en el futuro.
Debía
poner al señor Kim en contra de Yunho.
—¿Por
qué lo dices? —El señor Dakho alzo la ceja.
—Bueno,
usted sabe lo reservado que es Jaejoong. No le gusta relacionarse con personas
muy a menudo. No creo que se sienta cómodo teniendo que compartir su espacio
con Yunho.
—Por
lo que he podido ver ellos se llevan muy bien. Hasta me ha sorprendido a decir
verdad. Jaejoong nunca se muestra cercano a mis empleados, y míralo ahora… ni
contigo se comporta así.
Las
palabras del señor Kim hicieron mella en Yihan, quien de nuevo tuvo que
controlarse para no lanzar un grito de exasperación.
—Así
que creo que todo está bien. —El señor Kim se levantó de su asiento, dando por
terminado el tema. —Iré a almorzar con el presidente de nuestra asociación
hermana, así que me tengo que ir. —despidiéndose, se trasladó hasta la salida
hasta que algo llamo su atención. —¡Oh! Parece que Yunho dejo su celular. —exclamó
mientras tomaba el aparato en sus manos.
Yihan
de inmediato se volteo.
—Tendré
que guardárselo. —Pero antes de que pudiera guardarlo en su bolsillo, Yihan
llego hasta él.
—Yo
se lo daré señor. Después de todo, me reuniré con él cuando llegue.
Sin
sospechar nada raro, el señor Kim se lo entrego, saliendo junto después de la
oficina. Al quedarse Yihan solo, miró el teléfono en sus manos y sonrió al caer
en cuenta lo que podía averiguar con ese aparatico. Oprimió la tecla de prender
que estaba en uno de los costados laterales pero el teléfono tenía clave.
Frustrado, Yihan intento desbloquearlo de todas las maneras posibles hasta que
la entrada de una llamada hizo que desistiera de su labor.
Yihan
leyó el nombre del contacto: Se trataba de Jaejoong.
—¿Hola?
—Yihan contestó y trató de que su voz gruesa sonara un poco más suave como la
de Yunho.
—Yunho, ya salí de la
escuela.
Yihan
frunció las cejas. ¿Por qué Jaejoong llamaba a Yunho a decirle eso? —Tu padre
me envió a recogerte.
Pudo
escuchar una respiración emocionada de Jaejoong. —Entonces no podre esperar para verte.
—¿Por
qué?
—Porque te he pensado todo el día.
Ok.
Esto ya era bastante extraño. Era obvio que esa conversación no era de simples
amigos, o conocidos, o lo que sea que fueran Jaejoong y Yunho. —¿Y qué has
pensado de mí? —Yihan le pregunto en un intento de averiguar más a fondo.
—Sabes lo que he
pensado… lo que hemos estado pensando… los dos…
—N-no…no
sé.
Escuchó
a Jaejoong reírse al otro lado de la línea. —Entonces
ven por mí y lo averiguaras.
Yihan
cerró los ojos al reconocer que ese no sonaba a nada más que una táctica
infalible de coqueteo. Nunca se imaginó escuchar a Jaejoong decir eso, ni en
sus más locas fantasías, nunca se imaginó escuchar a Jaejoong coquetearle así a
otro hombre. Pero ahí estaba y de no ser porque lo escuchó con sus propios
oídos, él hubiera dicho que era una mentira. —Estaré ahí en unos minutos.
—Dijo, esperando que Yunho no se apareciera frente a Jaejoong mientras ellos dos
aún estaban hablando.
—Te espero. —Jaejoong le contestó. —Y espero tu beso al llegar…
Yihan
no lo pudo soportar más y colgó la conversación, sintiéndose terriblemente
derrumbado. Entonces sus sospechas eran ciertas: Yunho y Jaejoong estaban en
una relación. Su Jaejoong, el que por tantos años había amado, ahora estaba
compartiendo con otro hombre lo que era para él. Lo que por derecho le pertenecía.
—Maldito
Jung Yunho, me las pagaras. —Yihan siseo con sus dientes al dejar a un lado la
tristeza y permitir que un sentimiento de odio le inundara el corazón. —Y tu
Jaejoong… —Levantó el celular a la altura de su cara para permitirle ver el número
de contacto que había acabado de llamar. —…Voy a asegurarme de que seas mío y
de nadie más.
..
Yunho
se echó a reír escandalosamente cuando vio a Jieun hacer una careta por el
pedazo de bacalao que se había echado a la boca. En la reunión del partido de
Corea, Jieun le había ganado a Yunho y según su apuesta, él debía molestarse en
cocinarle algo “costoso y rico” a modo de castigo, aunque tomando en cuenta lo
mal que cocinaba, más bien el castigo parecía ser dirigido hacia ella.
—¿No
esta tan mal cierto? —Yunho le preguntó sonriente aun burlándose de la pobre
chica.
Ella
le envió una mirada de pocos amigos. —Oppa, te detesto. —Le susurró haciéndole reír
de nuevo.
Ambos
se encontraban en el apartamento de Yunho, el cual no había tenido tiempo de
visitar regularmente desde que trabajaba para el señor Kim. Había llevado a
Jaejoong un par de veces pero nunca se había demorado por más de cuatro horas,
ya que el tiempo nunca le alcanzaba para poderse quedar. El apartamento lo había
adquirido hacia algún tiempo gracias a sus ahorros y al préstamo que sus padres
le habían hecho. Obviamente no se comparaba con la enorme casa de los Kim, pero
al ser de él, el pequeño espacio tenía un rinconcito especial en el corazón de
Yunho.
—Debiste
haber desistido de tu premio cuando tuviste la oportunidad. —Yunho le dijo en
cuanto vio como la chica terminaba de tragar el empalagoso bocado que le había
dado a probar.
—Pero
no hubiera tenido la oportunidad de estar aquí…contigo. —Se detuvo por un
momento. —Eh…me refiero a que…—empezó a balbucear notando como Yunho la miraba
fijamente por su repentino nerviosismo. —Solo olvídalo.
—Ok.
—Yunho se rió confundido. —A veces pienso que te comportas de manera extraña
conmigo.
Jieun
abrió los ojos. —¿Por qué dices eso?
—Porque
se te enredan las palabras cuando te diriges a mí.
—¡No
es así!...es decir….¡Argg!
Él
se volvió a reír, esta vez más fuerte. —¡Ves lo que te digo! No me sorprendería
que estuvieras enamorada de mi…—la frase salió más como una broma que como una
consideración seria, sin embargo, Yunho no noto la cara de expectación de la
chica que le parecía susurrar que eso exactamente era lo que estaba pasando.
—¿Y
qué pasaría si eso fuera así?...—Ella se arriesgó a preguntar.
—¿Qué
cosa? —Yunho perdió el hilo de la conversación ya que su atención había
regresado a la olla humeante de su bacalao.
—A
que yo… sintiera algo por ti.
Yunho
se le quedo mirando. —¿Lo haces?
El
impulso de valentía de Jieun quedo cortado cuando el timbre del apartamento interrumpió
su plática y provoco que Yunho se alejara para abrir la puerta. Pero en cuanto
lo hizo, Jieun no pudo evitar sentirse confundida puesto que la persona que
estaba tras de esta, era la última persona que creería que se aparecería en el
apartamento de Yunho.
—Jaejoong…
—Yunho susurró en shock al ver al chico entrar como pedro por su casa. —¿Cómo
llegaste?
—Un
mapa. —murmuró tranquilamente. Nunca había ido solo pero él recordaba a la
perfección el camino para llegar. Se volteo hacia la chica clavándole sus ojos
para luego voltear de nuevo a Yunho, demandándole una explicación con su
mirada.
Pero
Jieun era la que más necesitaba explicaciones. —¿Qué haces aquí Jaejoong?
—Necesitaba
ayuda con matemáticas. —Yunho se apresuró a responder y se puso en frente al
chico antes de que las miradas matadoras de Jaejoong pudieran hacer algún daño
en el cuerpo de Jieun. —Jaejoong necesitaba ayuda con unos ejercicios de
matemáticas de la escuela, así que me ofrecí a ayudarlo en mi día libre.
Jieun
no pareció muy convencida con la explicación. Había algo detrás de eso que le hacía
dudar de las palabras. —Oh ya veo. —Ella se levantó del asiento y recogió su
abrigo y bolso. —Lo siento Oppa, me tengo que marchar. Y si van a estudiar no
quiero interrumpirlos. Nos vemos en esta semana. —Ella se excusó algo triste
por su breve visita. De verdad no quería irse sin embargo algo le hizo saber
que en el momento en que llego Jaejoong, ella ya no era necesaria allí.
—Cuídate
Jieun. —Le dijo Yunho.
Ella
asintió hacia él y cuando se retiró, Jaejoong no espero y se subió en el puesto
que había estado ocupando Jieun, como si con eso quisiera borrar la presencia
de la chica e instalar la suya. —La invitaste a ella y no a mí. —Fue la
afirmación que Jaejoong soltó luego de unos segundos. No había tristeza ni
reproche en ella, pero Yunho pudo intuir que Jaejoong quizá si estaba un poco
dolido por el asunto.
—Tenía
algo de tiempo libre y le debía una comida. No podía retrasarlo por más tiempo.
—Yunho le explicó. Ese fin de semana, su familia llegaría de Gwanju por lo que
le había pedido permiso al señor Kim de retirarse esos dos días. —Además, ¿No
se supone que hoy estarías con tu padre?
—Me
escape. —Jaejoong murmuró como si fuera la cosa más normal del mundo.
—Jae,
¿Qué te dije acerca de preocupar a los demás? Además, tu padre podría sospechar
de nuestra relación si sigues desapareciendo de su vista de esa manera.
Jaejoong
torció la boca ante ese sermón, a él verdaderamente no le gustaba ser regañado.
—Parece que no estas feliz por mi presencia. —le dijo haciendo un pequeño
puchero, queriendo hacer sentir sutilmente culpable a Yunho para poder recibir
uno de sus cariños.
—No,
no es eso. —Le funcionó puesto que Yunho se ubicó a su lado, y puso una mano
detrás de su espalda baja, comenzando a acariciarlo. —Solo que no quiero que
hagas cosas imprudentes por querer verme. Nos vemos todos los días, no sé
porque…
—Solo
pienso en ti. —Jaejoong se sobrepuso a sus palabras mientras llevaba su mirada
hacia arriba y posaba sus ojos en los de Yunho. Pero contrario a su mirada
habitual, esta no parecía penetrante ni intimidante. Más bien era una mirada de
súplica, como si a Jaejoong le estuviera rogando a Yunho entender sus
sentimientos. Y es que Jaejoong pocas veces expresaba lo que sentía con
palabras, puesto que siempre intentaba demostrarlos con actos. Si había tenido
la necesidad de expresarle a Yunho tal cosa, es que de verdad la estaba
sintiendo muy intensamente. —No me concentro, no duermo, porque quiero estar
todo el tiempo contigo.
Yunho
se quedó perplejo por las palabras. Generalmente eso era algo que él diría, no
Jaejoong. —Lo sé, yo siento lo mismo.
Jaejoong
sonrió sutilmente por la afirmación y compartió con Yunho un beso mojado que
solo duro unos segundos. A continuación, Jaejoong se bajó del asiento y se fue
a acomodar al sofá cama lleno de cojines que Yunho tenía desplegado en el
centro de su pequeña sala. Busco el control y prendió la televisión. Estaban
dando un programa de variedades.
—Tienes
que avisarle a tu padre que fuiste a la casa de un amigo. Yo te iré a dejar más
tarde en tu casa. —Yunho le dijo mientras se acomodaba detrás de Jaejoong y lo
rodeaba con sus brazos.
El
menor hizo una mueca por la frase. —No me quiero ir hoy. Se está haciendo de
noche.
—Con
más razón.
Ignorándolo,
Jaejoong cambio de canal, cayendo en uno donde estaban dando un drama.
—¿Estas
molesto porque viste a Jieun aquí?
Jaejoong
frunció las cejas ante la pregunta, él no había dado indicios de que estuviera
enojado.
—No
hay nada de que preocuparse, ya te lo he dicho, solo es una amiga. —Yunho le
beso la cien. —Además… —Las manos de
Yunho que habían estado en su cadera, se trasladaron más cerca de su
entrepierna, tomando indecisamente el borde de la camiseta escolar de Jaejoong.
—A ella no la tocaría como quisiera tocarte a ti.
Jaejoong
sintió la seducción en la voz de Yunho y se presionó de espaldas contra el pecho
de Yunho, ladeando su rostro para poder verlo. —Me quedare esta noche aquí. Te
convenceré que me dejes quedarme aquí. —Vino la frase un poco inesperada que
hizo a Yunho arrugar el entrecejo.
Luego
y sin meditarlo mucho, Jaejoong tomo las manos de Yunho con sus manos y las dirigió
debajo de su camiseta, haciendo que estas acariciaran sus pezones que
comenzaban a ponerse duros por la excitación. Yunho capto de inmediato el
mensaje y empezó a consentir con sus dedos esos pezones; exprimiéndolos, masajeándolos
y oprimiéndolos para provocarle gemidos a su Jaejoong.
—¿Me
vas a convencer seduciéndome, no es así? —Yunho le susurró en el oído cuando su
cuerpo alcanzo el calor necesario para no hacerlo parar. —Debes tener cuidado,
porque puedo ser muy impaciente.
Sin
importarle la advertencia, Jaejoong se dio media vuelta y le dio un beso
abierto a Yunho, mezclando sus salivas entre sí. El menor podía parecer
reservado, pero cuando se le incitaba, podría llegar a comportarse bastante
provocativo.
Y
Yunho no lo iba a desaprovechar.
Haciendo
un camino de besos e imperceptibles mordeduras en la piel expuesta del cuello
de Jaejoong, Yunho trato de quitarse la camisa y el pantalón en el proceso.
Cuando quedo solamente en boxers, agarró las manos de Jaejoong e hizo que lo
acariciara, de arriba hacia abajo, para permitirle explorar todo su cuerpo. —¿Ya
decidiste que es lo que quieres? —Le preguntó expectante aunque ya supiera la
respuesta por las acciones de Jaejoong.
Jaejoong
se mordió los labios. —Sí.
Sin
esperar más, Yunho lo atrajo de nuevo a su rostro y procedió a saciar las ganas
que desde hacía bastante tiempo deseaba su cuerpo. No quería ser demasiado rudo
puesto que esta sería la primera experiencia sexual de Jaejoong. Quería que
fuera especial, suave y pasional, para que Jaejoong nunca olvidara la vez que
dejo de ser un niño.
—Déjame
desnudarte. —Yunho fue el que se ubicó esta vez arriba de Jaejoong y empezó a
despojarlo de sus uniforme escolar, dejándolo completamente expuesto a él.
Queriendo emular el ambiente ideal, Yunho tomo el control de TV y puso una
emisora de radio la cual transmitía música que él sabia era perfecta para hacer
el amor. Se levantó y atenuó la luz principal para hacer que la atmosfera se
sintiera más cálida.
Mucho
más pasional.
Volviendo
de nuevo hacia Jaejoong, él se bajó los boxers por completo y despojo a
Jaejoong de los suyos. Se sentó frente a él para que pudieran besarse mientras
se abrazaban y entrelazaban sus piernas. El cuerpo pequeño de Jaejoong lo prendió
aún más; la diferencia de edad y tamaño entre los dos era muy perceptible.
Muy
prohibida.
—¿Sabes
lo que pasara cierto? ¿Estas consiente de esto? —Yunho le preguntó una vez más
solo para cerciorarse. No quería quedar como el aprovechado de la situación.
Jaejoong
asintió débilmente.
Ante
el permiso para poder proseguir, Yunho acaricio los laterales del abdomen de
Jaejoong y restregó sutilmente su pene con el de él. Ambos crecieron conforme
el libido fue subiendo. Después, vino otro beso hambriento, que dejo sin fuerza
a los dos. Jaejoong incluso pudo sentir la desesperación de Yunho por reclamar
su cuerpo ya que las respiraciones y gruñidos que ocasionalmente soltaba, no
eran más que señales de impotencia por querer descargar todo lo que tenía
dentro debido a su abstinencia. Y es que Yunho no había tenido sexo desde hacía
mucho tiempo, y siendo él un hombre joven y saludable, era más que comprensible
que de verdad estuviera desesperado por enterrarse dentro del menor.
—Espérame
aquí. —Le susurró Yunho al levantarse e ir a su cuarto a sacar una botella de
lubricante. Cuando regresó, Jaejoong estaba comenzándose a poner listo ya que
se recostó contra el espaldar del sofá-cama y abrió con disimulo sus piernas,
invitando a Yunho a enterrarse entre ellas.
Yunho
se quedó un instante observando la bonita vista del cuerpo tentativo y joven de
Jaejoong, y seguidamente, se puso de rodillas ante él, bombeando su pene
mientras miraba la cara de Jaejoong que parecía incitar que lo cogiera.
Lubricó
su pene y lubricó la entrada de Jaejoongie. Puso una almohada debajo del trasero
del menor para que le permitiera mejor acceso y acomodo sus manos a ambos
lados, empezando a meterlo.
Pero
era difícil, Jaejoong era demasiado estrecho y delgado como para que su pene
pudiera entrar.
—¡Ah!...
—Jaejoong lloriqueo al sentir la cabeza abriéndose paso en su entrada. Se sentía
incómodo y doloroso.
—Relájate.
—Yunho le aconsejó e intentó de nuevo, siendo absorbido y luego expulsado por
el agujero. Tenía que tratar con más lubricante, no se iba a quedar con las
ganas.
Intento
de nuevo y no lo consiguió. Trató una vez más y no dio resultado. Ya se estaba
comenzando a rendir cuando sintió como Jaejoong tomo su pene y abrió sus
piernas completamente, guiándolo suavemente por su entrada mientras él mismo la
acomodaba dentro.
Logro
entrar apenas la mitad pero eso era más que suficiente para permitirle moverse
y liberar su excitación. —Uhhh, eres muy apretado bebe. —Yunho le susurró y
beso la frente de su niño. —¿Quieres que te abra un poco más?
—…Si.
—Jaejoong asintió con el aliento entrecortado.
Asintiendo,
el mayor se empezó a mover muy, muy lento, tratando de no hacer movimientos
bruscos para no lastimar a Jaejoong ni dejar que el estrecho agujero lo
expulsara de nuevo. Le estaba costando trabajo, pero al menos la sensación era
placentera. Su pene estaba siendo aprisionado muy deliciosamente entre paredes vírgenes
y estrechas que no hacían nada más que intentar sacarlo.
Los
hombros, cuello y rostro de Jaejoong se encontraban enrojecidos. Sus ojos
fuertemente cerrados y con lágrimas queriendo brotar de ellos. Yunho se sentía
muy grande en su interior, parecía en verdad como si lo fuera a partir. Se sentía
totalmente lleno.
—Bebe,
¿Te gusta?... dímelo.
Jaejoong
gruño leve a forma de respuesta.
Conforme
las embestidas fueron avanzando, el cuerpo de Jaejoong fue cediendo poco a
poco, permitiéndole a Yunho enterrarse más hasta que sus bolas estuvieron a ras
con la curvatura del trasero de Jaejoong. a partir de ahí, todo se sintió un
poco más delicioso, puesto que su pene se pudo mover más fluidamente y el ritmo
por consiguiente, fue más rápido.
Yunho
notó como Jaejoong seguía con los ojos cerrados, y en un intento de tranquilizarlo, lo abrazó fuerte y se dejó
caer sobre su cuerpo, ubicándose ambos de lado para no recaer todo su peso
encima de él. Pasó por debajo de la rodilla de Jaejoong su antebrazo para tener
más acceso y comenzó a penetrarlo un poco más fuerte. Las respiraciones se
volvieron agitadas y los murmullos salieron sin filtro, ya que estando en la
privacidad del departamento de Yunho, podían enloquecer sin ser escuchados.
—¡Mmm!
—Yunho gruñó, su lengua mojando sus labios. —Jaejoong… —Busco con su boca la
boca agitada del otro, compartiendo caricias y saliva entre sí. Sus frentes y
pechos estaban totalmente unidos, sus brazos sosteniéndose uno al otro para
evitar ser separados.
—Yunho…
duele… —Jaejoong rogó con lágrimas mojando su cara y Yunho se dio cuenta que
quizá esa posición no era la ideal para Jaejoong. Decidió mejor cambiarla.
Sacando su pene y volteando a Jaejoong de espaldas hacía él, Yunho se pegó por
detrás de su cuerpo y levanto una de las piernas del menor, volviéndolo a
penetrar esta vez mucho más fácil puesto que el ano se había expandido de tal
forma que ya no le tanto trabajo entrar.
El
mete y saca se volvió mucho más intenso.
El
agujero siendo invadido y el pene atacándolo sin pudor.
—¡Mmm!
¡Ah! —Jaejoong gimió fuerte mientras sentía a Yunho penetrarlo por detrás. El
sofá-cama empezó a tambalearse y todo el apartamento a calentarse debido a sus
cuerpos.
El
orgasmo pronto llegaría a su meta.
En
un momento dado, el más pequeño arqueo su cuerpo y pego su cachete con el
cachete de Yunho el cual le gemía en el oído, diciéndole lo bello que era estar
dentro y lo caliente que estaba por estar penetrándolo de esa forma. Luego, agarró
el pene de Jaejoong y comenzó a bombearlo con dedicación para hacerlo correr al
tiempo en el que él calculó que se iba a venir. Casi coincidieron, pero Yunho
termino viniéndose antes y Jaejoong un poco después.
—¡Yunho…!
—Jaejoong exhaló el poco de aire que le quedaba en los pulmones. Los pechos de
ambos parecían uno ya que subían y bajaban al mismo tiempo. Las extremidades y
sus cabezas temblando por el placer.
—¿Bebe,
estas bien? —Yunho se irguió un poco y le preguntó a Jaejoong ya que noto como
este no se movió ni siquiera para limpiarse el rastro de su semen que estaba en
su abdomen.
Jaejoong
estaba completamente agotado y su ojos amenazaban con cerrarse puesto que otro
ataque de narcolepsia iba a tomar su cuerpo. Al final, Jaejoong se rindió ante
esta y se quedó dormido, siendo levantado por Yunho quien lo llevo hasta su
cama y se acostó junto a él.
Lástima,
no había cabida para otra ronda de sexo aunque en realidad, esa había sido más
que suficiente para satisfacerlos así fuera unas horas.
Y
al final, Jaejoong había conseguido lo que se había propuesto.
Se
había quedado a dormir en el departamento de Yunho.
..
A
la mañana siguiente, Yunho se despertó al ser expuesto al rayo caliente del sol
que entro por la ventana de su cuarto. La atmosfera se sentía cálida y Yunho
intentó recordar lo que había sucedido la noche anterior en la sala de su
departamento. El recuerdo vivido de repente lo inundó: Las caricias suaves, los
besos entregados… la estrechez de Jaejoong. Yunho se dejó caer de nuevo en su
almohada, sintiéndose relajado y extremadamente feliz.
De
ahora en adelante, le haría el amor a Jaejoong todos los días de ser posible.
—¿Jaejoong?
—Preguntó a su lado esperando encontrar dormido el cuerpo de su bebe, pero se
sorprendió al notar que este no estaba metido entre sus sabanas. Es más, ni
siquiera estaba en la habitación.
Confundido,
Yunho se levantó de la cama y se colocó unos boxers que saco de su armario,
saliendo en busca de Jaejoong.
Lo
que vio en la sala lo dejo erizado.
—¡Oh,
Buenos días hijo!
Sentado
en el mesón de la cocina, Jaejoong se encontraba conversando con ambos, su
padre y su madre, quienes habían llegado de gwanju directo a su apartamento. Yunho
aclaro su mente; entre toda la cuestión de Jaejoong y su primera vez, había
olvidado completamente la razón por la cual pidió permiso para quedarse en su
apartamento.
—Yunho…
—Escuchó a Jaejoong susurrar mientras lo miraba con ojos cansados. Estaba vistiendo
una de sus batas para dormir y a leguas se veía que no llevaba nada debajo de
eso. Al menos Yunho lo percibió así.
—¡Hijo
¿Cómo estás?! —Su madre fue a abrazarlo y luego su padre lo hizo. Yunho apenas
pudo responder sus abrazos debido a lo consternado que estaba. —Me alegra mucho
verte por fin.
Yunho
se aclaró la garganta. —A mi también me da gusto verlos.
—Tu
dongsaeng nos contó que lo ayudaste con unos ejercicios de matemáticas. —Dijo
su madre mientras se ponía al lado de Jaejoong. —Dijo que es hijo de tu jefe.
—Sí,
así es. —Yunho le dirigió la palabra a Jaejoong. —Jae…dongsaeng, ve alístate
que tengo que llevarte a tu casa ¿De acuerdo?
Jaejoong
asintió y fue directo hacia el cuarto de Yunho, lanzándole una última mirada al
mayor antes de desaparecer por la puerta. Al verlo entrar, Yunho exhaló un poco
de aire e intento calmarse puesto que no quería levantar sospechas con sus
padres. —Tiene un examen de matemáticas el lunes que viene, así que me ofrecí a
ayudarlo a estudiar. Se nos hizo un poco tarde por lo que tuvo que quedarse a
dormir aquí.
—Oh
veo, no sabía que eras tan amigo del hijo de tu jefe. —respondió el padre de
Yunho.
—Sí,
somos buenos amigos. —Le contestó, imaginando qué pensarían ellos al enterarse
de lo que en realidad habían estado haciendo en la noche. De que aquellos ejercicios de matemáticas, se trataban más
bien de otra cosa—Es un buen chico.
—Sí,
que lo es. —La madre de Yunho se sirvió un poco de café que había puesto en la
cafetera. —Es alguien muy respetuoso, y evoca un aire de inocencia. Es un chico
muy lindo además. —Se rió suave. —Me alegro mucho de que estés comportándote
como un hyung responsable con él.
—Sí
—Yunho bajo el cabeza, algo incómodo. —¿Han comido algo? Puedo prepararles el
desayuno si quieren. —trasladándose a la cocina, Yunho intentó dejar a un lado
el tema y ocupar su mente en otras cosas, ya que el pensamiento de lo que
hubiera pasado si sus padres lo hubieran pillado en la cama junto a Jaejoong,
lo hizo enrojecer intensamente.
..
—Tus
padres son personas agradables.
Jaejoong
le dijo aquel lunes después en la cocina de la casa mientras degustaba un
delicioso tazón de chocolate derretido.
—Si
lo son. —Yunho concordó. —Y al parecer tú también les agradaste. —Le dijo al
recordar como su madre no había parado de hablar en todo el fin de semana de lo
lindo y educado que fue Jaejoong en esos pocos minutos que habían compartido
dos días atrás. Se sintió un poco aliviado al conocer eso, alegre de que
Jaejoong haya obtenido algo así como el visto bueno de sus padres.
—Es
bueno escuchar eso. —Jaejoong sonrió y se metió una cucharada de chocolate en
la boca. Yunho se relamió los labios al ver al muchacho lamer la cuchara, sacar
su lengua para limpiar los restos de sus labios y volver adentrarla en su boca,
degustando aquel delicioso chocolate. Jaejoong verdaderamente sabía cómo
provocarlo sin ni siquiera intentar hacerlo.
—Jae,
eso es una linda vista. —Le susurró —¿No me darás un poco de tu chocolate? —Le
preguntó mientras hacía un puchero. —Tengo hambre.
Jaejoong
le devolvió la mirada, travieso. —No.
Yunho
sonrió al reconocer el modo testarudo de Jaejoong, ese que siempre ponía cuando
quería conseguir algo del mayor. —Eres malo conmigo, deberías darme un poco. —Dijo
y le intentó quitar la cuchara de las manos, pero Jaejoong fue rápido y la
alejo, no dejándosela quitar de Yunho. A continuación, hubo un momento de
forcejeo combinado con risas y toqueteos, hasta que Jaejoong tomo un poco de
chocolate y se metió la cuchara en la boca. Yunho aprovechó esto para sacarle
la cuchara de la boca y tomarle los labios, haciéndole abrir la boca para que
pudiera compartirle el chocolate que se había acabado de meter. El beso, lleno
de saliva y chocolate, fue convirtiéndose en uno apasionado mientras pasaban
los minutos y cuando al fin se les dio la gana separarse, ambos quedaron con los
restos en los labios, luciendo como si hubieran metido la cara en el tazón de
chocolate.
Yunho
tomo una servilleta y se limpió la boca. Le limpio la boca a Jaejoong después.—Si
ves, La próxima vez no deberías negarme nada.
—Hay
mucho chocolate en la nevera si deseas.
El
mayor sonrió y se acercó a su rostro, murmurándole. —Pero yo quería TU
chocolate. Además, con tus labios sabe mejor, mucho mejor. —Se dieron otro
beso, terminando de limpiarse los remanentes que habían quedado en sus caras. —¿Cómo
te fue en la escuela? Escuche de tu padre que sacaste por segunda vez consecutiva
el puesto número uno en la clase. —Le dijo mientras volvía a su puesto inicial.
Jaejoong
asintió mientras comía otro bocado más.
—Yo
también me he esforzado en mi trabajo. Estoy seguro que muy pronto tu padre me dará
un ascenso.
—Dejarías
de vivir aquí si pasa eso.
—Pero
siempre podemos vernos en mi apartamento. —Yunho le dijo seductoramente
recordando lo bien que se la habían
pasado en su apartamento de Yunho. —Jaejoong, he trabajado duro y quiero una
recompensa por mi desempeño. —Yunho le comentó a modo de súplica queriendo
recibir una de las atenciones del menor. A veces podía ser muy consentido.
Comprendiendo
al instante que era lo que el mimado de Yunho quería, Jaejoong se apartó de su
asiento y se ubicó detrás del mayor, colocando ambas manos en sus hombros y
brindándole un lento masaje. Yunho sonrió ante las caricias y se relajó en su
puesto. Su cabeza cayendo hacia atrás.
Luego,
Jaejoong cambio de posición y se ubicó esta vez al frente de Yunho sin dejar de
mover sus manos sobre los hombros de este. Yunho aprovecho la cercanía para
tomar a Jaejoong de las caderas y subirlo sobre sus muslos. Sus rostros quedaron
muy cerca de pronto y el masaje se volvió más lento y pasional conforme fueron
pasando los minutos. No les importaba que estuvieran en medio de la cocina, con
el riesgo de ser sorprendidos por cualquiera… en ese instante solo importaban
ellos dos.
—Bésame.
Jaejoong
sintió como Yunho se acercó para un beso, pero de inmediato se bajó, queriendo
provocar al otro con sus juegos. —Es suficiente. —le dijo.
—No
me puedes dejar así como así Jaejoong. Seduciéndome y después alejándote de mis
labios.
—No
tengo ganas de un beso.
—Pero
yo sí. —Yunho se bajó del asiento.
Jaejoong
entonces tomo de nuevo la cuchara y se embarro un poco de chocolate en los labios
y la lengua, susurrándole. —Ven por él.
Más
rápido que un rayo, Yunho reclamó su tercer beso de la noche, abrazando con
fuerza a Jaejoong mientras este intentaba erguirse y enroscar sus brazos en el
cuello del mayor. Y el beso hubiera seguido un poco más de no ser porque el
ruido de un plato rompiéndose en el piso hizo que ambos se soltarán y se
alejaran del otro.
Sus
ojos se abrieron en sorpresa.
Alguien
los había descubierto y ese alguien era la señora Young Mi, quien incrédula quedo
erizada en la puerta de la cocina. —¿Qué…demoni…?
—¡Señora
Young Mi! —Yunho de inmediato se limpió la boca y alzo las palmas de manera
defensiva. —No es lo que cree, enserio.
—¿Qué…esta…?
—Déjeme
explicarle.
—¿Qué
esta….?
—Espere.
—¡¡¿Qué
está sucediendo aquí?!! —La mujer al fin encontró las palabras para expresarse,
dejando callado al pobre de Yunho que estaba temblando por los nervios. —Jaejoong
ve a tu cuarto, por favor. —Le ordenó y Jaejoong salió como alma que lleva el
diablo de la cocina, abandonando a Yunho con el dilema.
Ahora
si estaba metido en problemas.
—Señora
Young Mi, espere, déjeme explicarle.
—¿Se
puede saber porque estabas besando a Jaejoong? —Young Mi le exigió mientras
ubicaba ambas manos sobre sus caderas. De verdad estaba muy confundida.
—Yo…nosotros…
—Yunho no sabía cómo empezar a explicarle la situación. Su lengua se trabo en
su boca.
—¿Acaso
tienen algo? ¿Están juntos?
—Nosotros…
—¡Pero
dime Yunho, dime!
—¡Ya
está bien! —Yunho al fin pudo controlar a su boca —Yo estoy en una relación con
Jaejoong. Él y yo…estamos saliendo.
La
explicación salió y Young Mi tuvo que sostenerse del mesón para evitar caer. ¿En una relación? ¿Una relación de pareja? —¡Pero
qué es lo que dices muchacho! Tu eres un hombre y él es un niño… ¿Acaso te has
dado cuenta que ese muchacho es diez años menor que tú, cierto?
—Obvio.
—Y
que es el hijo de tu jefe además.
—Lo
sé. —Yunho suspiró. —Pero tiene que saber que yo no forcé nada. La decisión
de estar juntos fue de mutuo acuerdo.
Young
Mi no encontraba una respuesta lógica a todo eso. ¿Desde cuándo ellos habían
comenzado con su supuesta relación? Porque por las interacciones que veía entre
los dos, Yunho y Jaejoong no eran más que conocidos viviendo bajo el mismo
techo.
¿Desde
qué momento comenzaron a desarrollar sentimientos por el otro?
La
señora tuvo que sentarse y meditar por unos minutos antes de volver a dirigirle
la palabra a Yunho. Tenía que pensar con frialdad para saber cómo manejar el
tema. —¿Alguien sabe de esto?
Yunho
se mordió la boca. —No.
—Tarde
o temprano alguien más se tiene que enterar. Sobre todo el padre de…
—Lo
sé. —Yunho la interrumpió, luciendo verdaderamente apenado.
Unos
cuantos minutos de silencio vinieron después mientras Young Mi intentaba
aclarar sus ideas para poder dirigirse a Yunho. Ella conocía a Jaejoong desde
que este apenas era un bebe, ahora al pensarlo tener una relación con un hombre
mucho mayor, era algo que la asustaba. Su sentimiento materno protector quiso
apoderarse de ella, pero su sexto sentido de mujer, le dijo que quizá dejar seguir
la relación no era tan malo como sonaba.
—Mira
Yunho… —Young Mi por fin habló. Su voz sonando tan seria como Yunho nunca la había
escuchado. —Tú eres un hombre adulto que sabe tomar sus propias decisiones.
Jaejoong aunque sea menor de edad, tampoco es cualquier niñato inmaduro y sé
que tiene el criterio suficiente para conocer sus actos y sus consecuencias. Si
me dices que fue un mutuo acuerdo entre los dos te creo y no voy a interferir
entre ustedes. Pero debes saber que tarde o temprano esto tiene que salir a la
luz.
Yunho
asintió, levantando su rostro.
—Y
te pediré algo más… —Young Mi dejo su asiento y se acercó a él. —Debes hablar
con Jieun sobre esto. Ella se encuentra muy ilusionada contigo y no quiero que
siga pensando que tiene una oportunidad ¿Lo harás?
—Lo
hare. —Yunho le prometió.
La
noticia de que Jieun tenía sentimientos por él no fue tan inesperada puesto que
ya lo sospechaba desde hacía algún tiempo. Sus contantes miradas, nervios y sonrojos,
eran una fuerte señal de que algo pasaba ahí. De que ella moría con su
presencia. Él debía admitir que quería mucho a Jieun, pero no de la manera en
que ella quería que la quisiera, por lo que no podía continuar mostrándose
indiferente a sus actos. Al fin y al cabo, Young Mí tenía razón. Debía hablar
con ella para aclararle lo que sentía y lo que sentía además por Jaejoong.
—Lamento
que te hayas enterado de esta forma. —Yunho le dijo y le ofreció una reverencia
a manera de disculpa.
..
Mirando
la hora en su reloj de muñeca, Yunho se acomodó en la silla de aquella
cafetería en donde había citado a Jieun para conversar. Tomó un sorbo del café
humeante que estaba delante de él y trató de lucir sereno para no evidenciar lo
tenso que estaba.
Para
su buena o mala fortuna, Jieun no tardó en llegar, luciendo un poco más
arreglada de lo usual. Su cabello castaño que normalmente estaba atado en una
coleta, caía sobre sus hombros y su ropa holgada, esta vez fue remplazada por
un conjunto más femenino. Parecía como si en verdad hubiera prestado atención extra
a su apariencia y Yunho no pudo evitar sentirse mal al pensar que ella creía
que la había invitado a una cita.
Jieun
llego a la mesa. —Disculpa, Oppa. ¿Llegue muy tarde?
—No,
apenas. —Yunho se aclaró la garganta, pensando cómo sería la mejor forma de iniciar
con el tema.
—Bien,
me alegro. —Ella se sentó. —Entonces, ¿Cómo te ha ido?
—Jieun…
necesito hablar contigo.
Ella
hizo una mueca. —Estamos hablando Oppa. —Dejo salir una sonrisa.
—No,
de verdad necesito decirte algo importante. —Yunho tomó aire y se removió en su
asiento. Ubicando ambos codos sobre la mesa, él la miro fijamente —Ya sé que
estas enamorada de mí.
La
cara sonriente de Jieun se quedó en blanco para luego transformarse en una mueca
incomoda. —¿Pero porque dices eso? —Se rió un poco para ocultar sus nervios.
Esto de verdad no lo esperaba.
—Porque
tu tía me lo conto y porque lo he notado además.
Mordiéndose
los labios, ella bajo un poco la mirada, sintiéndose ahora atrapada y sin
opciones de seguir ocultándolo más. —No quería que te dieras cuenta la verdad.
—No,
no importa. —Yunho la tranquilizó —No debes sentirte avergonzada de eso. —Se
mantuvo un momento en silencio, tratando de seguir con lo que quería decir. —Sin
embargo eso no es lo único que quiero decirte.
—¿Qué
es?
—Jieun…
lo siento, yo estoy en una relación.
Ante
la afirmación, ella se quedó perpleja. Su corazón rompiéndose en pedacitos. —¿Con
quién? ¿La conozco?
—Sí,
lo conoces.
—¿Lo
conozco?
Yunho
se aclaró de nuevo la garganta, ya completamente preparado para decirle la
verdad. —Sí, se trata de Jaejoong.
La
mesa quedo en silencio.
Hubo
un breve instante en que Jieun se preguntó si Yunho le estaba jugando una
broma, pero el hombre se veía tan serio que parecía no estar tomándole el pelo.
—¿Jaejoong…? ¿Ese Jaejoong?
—Sí,
ese Jaejoong.
Jieun
abrió la boca ante la confirmación, sin poder dar crédito a lo que estaba
oyendo. Ese Jaejoong… ese Jaejoong adolescente que apenas si mencionaba palabra…
¡¿Era ese Jaejoong!? La mujer enserio no lo podía creer, de todas las personas
posibles en este mundo con las cuales Yunho podía tener una relación, Jaejoong
era sin duda la más inesperada. —Pero… ¿Por qué…? —Ella intentó formar una
pregunta pero le fue imposible. Simplemente estaba demasiado en shock.
—Si
te refieres a cómo fue que se dio todo, la verdad no lo sé. Solo sé que nos
atrajimos y empezamos con esto. Eso fue todo.
—¿Entonces
es serio?
—Sí,
es muy enserio.
—¿Tu
lo amas?
Yunho
apretó sus labios. —Creo que sí.
Jieun
de repente se mostró muy pensativa. A Yunho le causo algo de incertidumbre ya
que pensó que de un momento a otro la chica se levantaría y le arrojaría su
café encima. Pero eso no sucedió. En cambio, Jieun poso su mano sobre la mano de
Yunho que estaba sobre la mesa, mirándolo a los ojos. —¿Quién sabe de esto?
—Tu
tía solamente.
—¿Y
el señor Kim?
Yunho
guardo silencio y desvió su mirada, manifestando de esa manera su respuesta.
—Tarde
o temprano tendrán que decirle.
—Si
lo sé. Es algo que debemos hacer. —Observándola de nuevo, Yunho agarro la mano
de la chica que estaba sobre su otra mano y le habló directamente a los ojos. —¿Qué
piensas de todo esto? ¿Cómo te sientes?
La
chica dudo unos momentos en contestar la pregunta pero luego se armó de valor y
exhalando una respiración profunda, lo enfrentó. —Creo que dentro de mí sabía
que tú y yo no podíamos estar juntos. Aun así tenía una pequeña esperanza, pero
supongo que ya me he enfrentado a la realidad.
Hizo
una pausa, tomando aliento.
—Lo
de Jaejoong y tú de verdad me deja estupefacta, más por el hecho de que él aun
es un adolescente. No obstante, si ustedes se quieren y ha funcionado… no veo
porque no deban seguir juntos.
Esa
respuesta fue como una brisa de alivio hacia Yunho, el cual ya pensaba que
Jieun lo repugnaría, y lo tacharía de aprovechado y pervertido. Jieun de verdad
era muy buena persona y buena amiga, quien a pesar de su dolor solo deseaba lo
mejor para las demás personas. Su reacción, contrario a la esperada, había sido
comprensiva y hasta alentadora. Yunho se sintió de repente muy agradecido por
tener a alguien como Jieun dentro de su vida.
—Gracias.
—Yunho le contestó con sincero aprecio. —Y de verdad lamento no poder retribuir
tus sentimientos.
—No
pasa nada Oppa. Siempre podemos seguir siendo buenos amigos —Ella trato de
minimizar el daño, aun así Yunho pudo ver tristeza en sus ojos.
—Lo
siento.
Un
momento incomodo se formó después. Ambos no sabiendo como continuar puesto que
las cosas de una u otra manera habían cambiado para los dos.
Y
cuando Yunho estuvo a punto de decir adiós y salir de ahí, Jieun le gano la
palabra, proponiéndole: —Oppa, va a haber una exhibición de arte en
Cheonggyecheon, ¿Quieres ir?
Sorprendido
y hasta más relajado, Yunho aceptó la invitación, saliendo con Jieun de la
cafetería, sintiendo que las cosas con ella quizá no iban a cambiar del todo
como él creía.
..
Jaejoong
esperó en la salida de su escuela a Yunho como ya se les había hecho costumbre
hacia unas semanas atrás. Obedeciendo las órdenes del señor Kim, Yunho había
tomado como rutina ir por Jaejoong a la hora del almuerzo para poder “robárselo”
y competir al menos una hora de su día juntos antes de que llegara la noche.
Y
hoy parecía no ser la excepción.
Siendo
sorprendido por dos grandes manos que le taparon los ojos por atrás, Jaejoong sonrió
al escuchar cómo le susurraron en el oído “¿Adivina
quién?”. Pensando que se trataba de Yunho, Jaejoong se volteo pero cuando
lo hizo, la imagen de otro hombre lo dejo confundido. —Hyung…
—Hola
Jaejoong. —Yihan le sonrió con una sonrisa resplandeciente. —Me alegra mucho
verte hoy.
—¿Qué
haces aquí?
—Tu
padre me envió a recogerte. Quiere que te lleve a casa.
Hubo
algo en esa frase que no sonó correcto. Que no sonó sincero. No obstante
Jaejoong lo dejo pasar, después de todo Yihan no le había dado razones antes
para desconfiar. —Bien, —asintió —¿Por qué no vino Yunho?
Yihan
agudizo su vista ante esa pregunta. —¿Hubieras querido que viniera Yunho? —le
dijo a modo de broma aunque por dentro estuviera muriéndose de los celos.
Jaejoong
se mordió la boca y no le respondió nada, prefiriendo seguir a Yihan hasta el
auto de este. Era extraño de que Yunho no le hubiera avisado que su padre había
mandado a Yihan en vez de a él, pero decidió no pensar mucho en ello, meditando
que tal vez a Yunho se le había acumulado trabajo y que por eso no había tenido
tiempo para ir por él.
—¿Y
cómo te ha ido en la escuela Jaejoong?
Yihan
intentó iniciar una conversación casual luego de que transcurrieran alrededor
de quince minutos de camino. Jaejoong se encontraba callado, mirando hacia
afuera por la ventana con un dejo de decepción en su rostro. De verdad quería
que hubiera sido Yunho el que hubiera ido por él.
—¿Te
sucede algo? —Yihan le preguntó minutos después, al ver que le estaba costando
sacarle una respuesta a Jaejoong.
Más
de lo usual por supuesto. —No.
—Ok.
Yihan
suspiró, regresando su vista al frente. Jaejoong parecía estar un poco más
reacio de lo normal, cosa que definitivamente no le gustaba. No le gustaba ser
ignorado por su “precioso” Jaejoong. —¿Quieres que te cuente algo? —Trató una
vez más, no queriendo darse por vencido.
—¿Qué
es? —Jaejoong preguntó con su voz suave, dejando de lado sus pensamientos sobre
Yunho.
Yihan
le susurró cerca. —Extraño vivir contigo.
Ante
eso el más joven se tensionó y se acomodó un poco más en el asiento. La afirmación
y el tono en que sonó no le gustaron para nada.
—¿Tu
no extrañas vivir conmigo?
—Son
buenos los cambios.
—No
me estas respondiendo.
Jaejoong
alejó su rostro, no queriendo darle una respuesta concreta. —Es bueno vivir con
Yunho…—su boca le traiciono y la frase salió por sí sola, suspirando el nombre
de su novio con adoración.
Yihan
apretó el manubrio. —¿Entonces prefieres vivir con Yunho que conmigo?
El
más joven se volvió a voltear. Sus ojos clavándose en los del mayor. —Hyung
¿Tienes algo contra Yunho? —Le preguntó al notar el evidente fastidio que Yihan
mostraba cada vez que escuchaba mencionar el nombre del otro. Jaejoong podría
parecer desconectado, pero él se daba cuenta de todo.
Absolutamente
de todo.
—¿Crees
que deba tener algo contra él?
—Solo
si te sientes amenazado.
Yihan
paso saliva. —Es verdad, me siento amenazado. Entonces debo tener algo contra él.
A
Jaejoong no le gusto como sonaron esas palabras. Su hyung lo estaba asustando y
ya no hallaba la hora de llegar a su casa.
—Ustedes
se llevan muy bien por lo que he notado.
El
menor alzo los hombros. —Nos llevamos normal.
—Aun
así, yo presiento que pasa algo… ¿No me estarás ocultando algo?
—En
primer lugar, no creo que deba contarte algo.
La
frase sonó demasiado dura, incluso para el mismo Jaejoong. El muchacho de
verdad no entendía lo que estaba provocando y las consecuencias que iba a
originar.
Y
de un momento a otro, Yihan detuvo bruscamente el auto y se abalanzó hacia el
puesto de Jaejoong, acechándolo con su cuerpo. Jaejoong se estremeció un poco
al sentir el aliento cálido y demasiado cerca de su hyung. Sus presentimientos
no fueron nada buenos. —Hyung ¿Por qué…?
—Solo
te lo preguntare una vez más, Jaejoong —Yihan lo interrumpió —¿Qué tienes con
Yunho? —Lo interrogó aunque ya conociera la respuesta.
Simplemente
quería escucharla de la boca de Jaejoong.
—Hyung,
aléjate. —Jaejoong le advirtió pero no lo suficiente amenazante para que le
obedeciera.
—Otra
vez no me estas contestando. ¿Qué tienes con Yunho?
Jaejoong
no estaba dispuesto a revelarle a Yihan de su relación, es mas ni siquiera entendía
porque le estaba preguntando aquellas cosas si se suponía que su relación solo
la conocían ellos dos ¿Acaso Yunho había revelado algo?
—No
puedo más, no puedo más Jaejoong —De un momento a otro, la voz amenazante de
Yihan cambio y ahora sonaba derrotado, como si quisiera rendirse de una vez por
todas. —No puedo más con esto.
—¿A
qué te refieres Hyung? —Jaejoong preguntó algo consternado por el repentino
cambio de actitud.
Yihan
clavo su mirada en las pupilas oscuras de Jaejoong y antes de que el más joven
pudiera impedirlo, Yihan aplasto sus labios encima de ellos moviéndolos con
lentitud mientras degustaba el dulce sabor de la juventud de menor. El más
chico simplemente se quedó estático, sintiendo como el otro succionaba con
fuerza y lo mareaba por segundos. Pero entonces, la imagen de Yunho se le vino
a la cabeza y Jaejoong ladeo su rostro, susurrando el nombre del moreno.
“Yunho…”
Yihan
quien había estado volando en su propio cielo se sintió caer súbitamente. Abrió
en demasía sus ojos y formó una expresión atemorizante en su rostro. —¡¿Qué
acabas de decir?!
Jaejoong
se encogió en el asiento, ahora si sintiendo temor por la actitud de Yihan. —Quiero
ir a casa. —Fue lo único que su boca le dejo decir. Lo único que se le vino a
la mente.
—No,
no te iras. —Tomando con fuerza las muñecas de Jaejoong, Yihan se aplasto
contra el cuerpo del menor, no dejándole escapatoria alguna. —Desde el momento
en que te vi sentí cosas por ti. Desde ese momento… quise que fueras mío. He
ocultado estos sentimientos por mucho tiempo pero ya no más, no voy a seguir
deteniéndome, no voy a permitir que un aparecido como Yunho me aleje de lo que más
quiero. De lo que más deseo en este mundo.
Yihan
atacó el cuerpo de Jaejoong con toda su lujuria reprimida y su raciocinio voló
lejos ya que no quería que lo detuviera. Y es que era verdad, tantos años,
tanto tiempo anhelándolo. Su conciencia no le iba a permitir resistirse más.
—¡Aléjate!
¡Aléjate! —Jaejoong lucho contra el cuerpo a pesar de que su hyung estaba
demasiado decidido en tomarlo ahí mismo.
—No,
Jaejoong. Tú me darás lo que me pertenece. Me lo darás en este mismo instante.
Enojado
como nunca, Jaejoong se las arregló para levantar su pierna derecha y darle un
rodillazo en el estómago a Yihan, haciendo que este se contrajera y se alejara
momentáneamente de su cuerpo. Tomando eso como una oportunidad para escapar,
Jaejoong abrió la puerta del auto y corrió lo más rápido que pudo. A
continuación, se camufló por las calles y luego se metió a la estación de metro
más cercana que vio.
Ya
dentro, recostó su cuerpo sobre una pared para poder descansar su acelerado
corazón. Un mareo familiar comenzó a abarcar su cabeza pero Jaejoong fue
fuerte, diciéndose a sí mismo que no podía darse el lujo de caer en un episodio
estando solo en la calle y más encima siendo perseguido por su hyung que había
perdido la cabeza.
Tomando
alientos, Jaejoong se levantó de la pared, buscando el metro que lo llevaría a
su casa.
..
El
día siguiente fue tenso para Yunho.
En
la tarde del día anterior, había buscado preocupado a Jaejoong en la salida de
su escuela, solo para enterarse de que este había sido recogido por otro
hombre. Ya en la noche cuando se encontró a Jaejoong en casa, este le relatò lo
que Yihan había intentado hacer con él y el moreno no tardo en explotar de
rabia. Amenazó con ir hasta Yihan y golpearlo en su petulante rostro, pero
Jaejoong lo detuvo, diciéndole que no buscara problemas y que además, él no
necesitaba que nadie lo defendiera.
Que
él era perfectamente capaz de solucionar sus asuntos.
Aun
así, Yunho estaba resistente a dejar pasar el suceso. Él debía hacerle saber a
Yihan que el único que podía tocar a Jaejoong era él y que además, por más que
su hyung intentara, él tenía el corazón de Jaejoong y eso no se lo podía
quitar.
Debía
dejarle en claro unas cuantas verdades para que ya no se atreviera a seguir
inmiscuyéndose en lo que no le importaba.
Caminando
por los pasillos de la empresa, Yunho esquivó a todas las personas y se adentró
en la oficina de Yihan, cerrando la puerta a sus espaldas. Yihan estaba tan
concentrado escribiendo en unas hojas que no se dio cuenta cuando Yunho entró
sino hasta cuando este estrello su puño en su escritorio de cristal.
De
inmediato Yihan reaccionó. —¡¿Qué carajos te pasa Yunho?! ¡¿Por qué vienes a mi
oficina y…?!
—No
te hagas el santo Hyung, que ya se lo que sucedió ayer con Jaejoong.
Ante
eso Yihan se quedó callado, dejando a un lado sus papeles. —¿Y ahora qué?
¿Vienes a comportarte como el protector de Jaejoong?
Yunho
no podía creer lo tranquilo que estaba Yihan por todo el asunto. De verdad, era
un descarado. —Vengo a decirte que no voy a permitir que vuelvas a hacer lo que
intentaste hacer ayer.
—Tú
no puedes darme órdenes.
—Pero
te puedo advertir que te alejes de Jaejoong, ¿Sabes porque hyung? —Yunho se apoyó
en el escritorio del otro. —Porque soy el novio de Jaejoong y tengo derecho a
hacer eso.
Al
oír esto, Yihan se levantó como un resorte de su asiento, dispuesto a enfrentar
a Yunho. Saberlo era una cosa, pero que se lo dijeran en la cara era algo que sobrepasaba
los límites de su paciencia. —Aléjate TÚ de él. No sé cómo lo hayas convencido
o que táctica sucia hayas usado para estar con él, pero te advierto que no te
durara mucho.
—No
use ninguna táctica. Es más, el mismo Jaejoong fue el que se me acerco en un
principio…
—¡Cállate!
—Yihan se exasperó. —Tú no tienes derecho a estar con Jaejoong, yo sí.
—Por
favor hyung, escúchate. —Yunho se acercó un poco más, realmente decidido a
hacer que Yihan abriera los ojos. —Le doblas la edad a Jaejoong. No hay manera
de que sigas tan obsesionado con él sabiendo eso. Es incluso estúpido que
ambos, unos hombres hechos y derechos, estemos peleando por algo así.
—Pero
de todos modos estas aquí estas ¿No? Tu también eres bastante mayor para
Jaejoong y mira en lo que te has metido. Definitivamente, eres un burro
hablando de orejas.
Yunho
suspiró ante eso. De seguir así, nunca acabarían esa discusión. —Solo déjanos
en paz.
—Pues
no lo hare. —Yihan rodeo su escritorio y se ubicó frente a Yunho. —¿El señor
Kim no sabe de esto, cierto? Pues yo me hare cargo de que lo sepa. Me hare
cargo que se entere lo que ha estado haciendo su asistente con su pequeño hijo.
—¿Ah
sí? —Yunho se acercó de manera amenazante. —Pues yo le contare como intentaste
aprovecharte de él contra su voluntad.
—No
te creerá Yunho. Mi palabra pesa más que la tuya. He trabajado con él casi
cinco años de mi vida y él me considera como a un hijo.
—Un
hijo que ha estado obsesionado con su otro hijo casi cinco años de su vida.
Irritado,
Yihan empujó a Yunho, no permitiendo que este volviera a opinar o discutir
sobre lo que sentía por el menor. —Lárgate de mi oficina. Lárgate de una buena
vez.
—Como
quieras. —Yunho fue hasta la puerta. —Pero tengo una última cosa para decirte:
Esta vez lo deje pasar, pero si vuelves a tocar a mi Jaejoong, te juro que te
romperé el rostro…
...y
esto es una amenaza, Hyung-nim.
Azotando
la puerta, Yunho abandonó la oficina, dejando a Yihan solo y con sed de
venganza.
..
Yunho
se sintió algo intranquilo cuando el señor Kim lo cito esa mañana a su despacho
de la casa. Era día laboral y normalmente, ellos solo se reunían para trabajo
al llegar a la oficina de la empresa, no dentro de la casa.
Sea
lo que fuera lo que el señor Kim quería discutir con él debía ser importante.
Y
Yunho ya tenía una pista de que era lo que tendría que decirle.
—Estoy
aquí señor. —Yunho anunció al asomar la cabeza por la puerta, pero cuando vio a
su Hyung Yihan sentado frente al señor Kim, pudo comprobar que sus sospechas
eran una realidad.
Entrando
con cautela, Yunho se acomodó en el asiento al lado de Yihan, viendo como este
le dedicaba una irritante sonrisa de victoria.
—¿Qué
sucede? —Yunho al fin se aventuró a preguntar al ver que ninguno de los dos le dirigió
la palabra.
El
señor Dakho apoyo ambos codos sobre la mesa, entrelazando sus manos. —Me he
enterado lo que tienes con Jaejoong.
“Aquí viene” Yunho suspiró fuerte ante la frase
y se mordió la boca, preparado para lo que le viniera encima.
—Me
he enterado y la verdad me deja estupefacto esta noticia. Nunca hubiera
imaginado que ustedes dos tendrían algo. —El señor Kim se detuvo por un momento.
—¿Qué tienes que decir acerca de eso?
—Es
verdad, yo tengo una relación con Jaejoong. —Yunho admitió sin tapujos. Ya era
hora de hablar con la verdad. —Pero usted no se ha enterado de todo.
—Si
es por la absurda amenaza que me hiciste Yunho, debo decirte que eso también se
lo conto. —Yihan le dijo, dejando confundido a Yunho ¿Acaso este mismo le había
confesado lo que le había tratado de hacer a Jaejoong? —Ya no tiene caso de que
mientas Yunho. Le conté al señor Kim que tú me amenazaste con inventarte una
historia ridícula acerca de querer abusar a Jaejoong, si yo le contaba sobre su
relación. Así que ya no hay necesidad de que hagas eso.
Espera
¿Qué? ¡¿Yihan le había dicho eso al
señor Kim como una mentira?! No, eso no podía ser posible. No había forma de que
alguien fuera tan cínico en esta vida. Su hyung no solo se atrevía a exponer
frente al señor Dakho su relación con Jaejoong, ¿Sino también lo calumniaba
frente a este? No, Yunho no se iba a dejar. —Espere, señor. Eso no es lo que
paso.
—Por
favor, Yunho. Ya no tiene caso. —Yihan lo interrumpió. —Es claro que desde el
principio, sentiste desagrado por mí. Y no sé si es por envidia o celos pero
esto ya me lo venía venir. Es obvio que quieres mi puesto y la única forma que
encontraste para conseguirlo, es difamar mi imagen ante el señor Kim. —Yihan
dijo seguro no mostrando ni siquiera un atisbo de vacilación en sus palabras.
De
verdad era muy bueno para mentir.
—¡Eso
no es verdad señor! ¡Es una mentira! —Yunho se defendió, mostrándose terriblemente
ofendido por las palabras. Yihan podía ser el favorito del señor Kim, pero eso
no le daría ventaja para trapear el piso con él.
—Claro
que lo es, Yunho. —Yihan continúo. —Tú te sientes amenazado por mí. No quise
enfrentarme a ti antes porque soy tu hyung y se supone que te debo cuidar. Pero
creo que esto ya ha llegado muy lejos. Es seguro que quieres mi puesto. Y no
solo eso señor… —se dirigió al señor Dakho —Estoy seguro que manipulo a
Jaejoong a meterse en esa relación. Estoy seguro que algo le debió haber dicho
o hecho para que Jaejoong hubiera aceptado estar con él.
Al
oír eso, Yunho no lo pudo soportar más. De verdad tenía que hacer algo para
callarle de una buena vez la bocota al insolente de Yihan. Levantando su puño,
Yunho estuvo decidido a reventarle la cara al hombre de no ser porque una
carcajada estruendosa proveniente del cuerpo del señor Kim empezó a sonar,
dejándolos a ambos confundidos.
¿Y
ahora que era tan gracioso?
—Realmente
eres impresionante Yihan. —El señor Dakho murmuró una vez pudo controlar su
risa.
Yihan
arrugo su entrecejo. —¿Por qué lo dice señor?
—Por
tu capacidad para mentir.
Y
de la nada, Jaejoong entro por una de las puertas laterales de la oficina,
ubicándose de pie junto a su padre. Tanto Yunho como Yihan abrieron sus ojos
pasmados al contrario de Jaejoong que permaneció sereno, mostrándose tal y como
era siempre.
En
total control.
—Ahora
me pregunto si deseas repetir lo que dijiste con mi hijo aquí presente. —El
señor Kim lo reto y Yihan se quedó callado, incapaz de mentirle a su “preciado Jaejoong”
—Eso pensé. —El señor Kim asintió al ver cómo ni una sola palabra salió de la
boca del hombre.
A
continuación, de uno de los cajones de su escritorio, el señor Kim saco dos
sobres de manila, ubicándolos encima de la mesa. —Reconozco que no me merezco
el puesto del padre del año, pero cuando mi hijo se acerca a decirme algo, sé
que mi obligación es creerle por sobretodo. Así que su palabra, no hay nadie
quien pueda contradecirla.
Yunho
miro a Yihan de la misma forma como este lo había recibido unos minutos atrás. “Así que el señor Kim ya lo sabía” Pensó.
—Debo
decir que me siento profundamente decepcionado con tus acciones Yihan. De ti me
hubiera esperado cualquier cosa, menos esto. —Colocando sus dedos sobre el
sobre, el señor Kim lo deslizo hacia el hombre. —Toma, esta es tu carta de
despido. Quiero que dejes la empresa y que nunca pero nunca te acerques de
nuevo a nosotros. Sobre todo a Jaejoong.
Incrédulo,
Yihan tomo el sobre, mirando al señor Kim con marcada aflicción en los ojos. Y
aunque quiso defenderse de las acusaciones no lo hizo. Aun le quedaba algo de orgullo.
Aun
le quedaba algo de decencia para aceptar que era él el que se había equivocado.
Sin
nada más que hacer, Yihan se levantó de su asiento y salió como alma en pena
del despacho. Ni una palabra de adiós le provoco decir ante su jefe. Al salir,
Jaejoong fue tras él y cuando Yunho quiso ir tras Jaejoong, el señor Kim lo
evito, diciéndole: —Aun tenemos algo que resolver tú y yo.
Ante
eso, Yunho retorno a su puesto despacio, sin dejar de mirar la puerta en donde había salido
Jaejoong.
—¡Hyung!
Jaejoong
le grito a Yihan antes de que este cruzara la reja delantera de la casa. El
mayor se volteo, mirando con sus ojos derrotados a Jaejoong.
—Quiero
decirte que no te odio Hyung. Siempre fuiste muy bueno conmigo todo este
tiempo. —El menor suspiró —Sin embargo, lo que hiciste no tiene perdón y sé que
tampoco es bueno que sigas más tiempo cerca de mí. Yo nunca podre retribuir tus
sentimientos…
…porque yo estoy enamorado de Yunho.
Yihan
bajo la cabeza, mordiéndose los labios. Al fin había caído en cuenta que no había
modo de ganar esa batalla.
—Suerte
Hyung, te deseo mucha suerte.
Jaejoong
bajo los escalones de la puerta y se ubicó en medio del pequeño jardín enfrente
a su casa. Noto como Yihan caminó hacia él y aunque supo que debía retroceder
no lo hizo. No lo hizo incluso cuando Yihan rodeo su rostro con sus manos y
beso sus labios por unos breves segundos antes de perderse por las calles del
vecindario.
Yihan
había aprendido a las malas la realidad de su fantasía y ese beso había sido la
forma de despedirse finalmente de ella.
..
—Jaejoong
me contó todo lo que paso entre ustedes. Todo lo referente a su relación.
De
vuelta en la oficina, el señor Dakho no tardo en expresar lo que su hijo le había
contado. Lo que tenía que resolver por sus propios medios. Por otra parte,
Yunho exhaló un poco de aire y se dispuso a darle la cara al señor Kim, sabiendo que una vez arreglado
el problema de Yihan, ahora venía su turno. —Entiendo señor.
A
continuación, el señor Kim se acomodó en su puesto y cerro sus ojos. Jamás se
le paso por la cabeza que algo así podría ocurrirle a su hijo, pero ahora
sabiendo que Yihan también había desarrollado sentimientos por el menor, ya
todo se podía esperar. —Hablemos claro, ¿Te parece?... Quiero saber qué quieres
de él.
Yunho
lució un poco confundido por el cuestionamiento. —¿Qué quiero de él?
—Sí.
—Asintió —Seamos honestos, tú eres un hombre ya adulto que tiene otras
aspiraciones y probablemente otros gustos. Quizás te pareció excitante tener
algo con un adolescente, pero no quiero enterarme que solo por esa razón estas
con Jaejoong. No cuando él parece… tan ilusionado contigo.
—Señor,
le estoy siendo sincero cuando le digo que Jaejoong a mí me importa y mucho. No
solo estoy con él para satisfacer alguna fantasía o cumplir un capricho. Yo a
su hijo… —Yunho hizo una pausa, pasando saliva —Lo amo. —Yunho contestó firme
al sentirse seguro por la actitud calmada que había optado el señor Kim.
Honestamente
se esperaba algo peor.
—¿Y
qué hay de lo que dije anteriormente? ¿De su diferencia de edad?
—Eso
es lo que menos me importa en realidad. Jaejoong ha demostrado ser muy madurado
para la edad que tiene. No siento que sea un gran obstáculo.
—Ok.
—El señor Kim bajo su cabeza y apoyo los codos sobre la mesa, tratando de
llegar a la mejor solución. Su parte racional le decía que tenía que acabar con
esa relación de una vez, sin embargo su corazón lo impulsaba a seguir los
deseos de su hijo. Por lo que Jaejoong le había contado, el muchacho estaba
realmente enamorado de Yunho, y por como Yunho se refería de su hijo, al
parecer él también lo estaba. No
obstante, el hecho de que se lo hubieran ocultado todo este tiempo y que Yunho
no hubiera hecho ni siquiera el amago de decírselo, era algo que le molestaba y
que debía tomar en cuenta a la hora de decidir.
—Vaya
esto es complicado. —El señor Kim dijo en voz alta y se tomó un trago del coñac
que había dejado sobre la mesa.
Y
luego de minutos de meditar, debatir y analizar en su cabeza, el señor Dakho al
fin pudo levantar el rostro, dirigiéndose a Yunho quien esperaba impaciente por
una respuesta de su jefe. —Yunho te seré sincero. No me agrada mucho lo que
tienes con Jaejoong. Debes entenderlo, soy su padre y él es mi único hijo,
resulta algo extraño para mi saber que tiene una relación con alguien tan
mayor.
—Lo
comprendo. —Yunho asintió.
—Sin
embargo, algo dentro de mí me dice que su relación puede que tenga futuro.
Yunho
se agitó emocionado. —Entonces… ¿Eso significa…?
—Eso
significa… que tienen mi bendición.
Solo
escuchar el visto bueno del señor Kim hizo a Yunho exhalar y soltar una sonrisa
de felicidad. Era como si se hubiera quitado de sus hombros un gran peso de
encima.
—Sin
embargo, —el señor Kim continuó y Yunho presintió que lo que diría ahora no sería
bueno. —No me parece correcto que sabiendo esto sigas trabajando para mí. —El
señor Kim deslizó el sobre faltante hacia Yunho. —Temo decirte que estas
despedido.
Yunho
tomó el sobre y lo acepto sin renegar. Todo no podía ser de color rosa después
de todo, y las consecuencias siempre llegan de una manera u otra. —Está bien,
lo acepto. Lo siento si lo decepcione señor Kim. De verdad, eso era lo menos quería
hacer.
—No
me decepcionaste Yunho. Eres un hombre trabajador y sencillo, toma esto como
una nueva oportunidad para buscar otros horizontes.
Yunho
le hizo una reverencia, sintiéndose tranquilo pero a la vez decaído por el tiempo
y esfuerzo que había dedicado en ese trabajo. —Gracias señor Dakho.
—Y
cuida de mi Jaejoong, si le haces daño te juro que te matare. Y es enserio. —El
señor Kim le advirtió y Yunho se rió leve, pensando que con Jaejoong junto a él,
el señor Dakho no tenía nada de qué preocuparse.
Porque
él nunca sería capaz de lastimar a Jaejoong.
Ofreciéndole
una última reverencia, Yunho abandono el despacho con una rara sensación en su
corazón. Se sentía feliz de que el señor Kim hubiera aceptado la relación que tenía
con Jaejoong pero al mismo tiempo se sentía triste por haber perdido su trabajo,
ese el que tantas ilusiones le había sembrado.
Sin
embargo, la sensación de tristeza le duro poco, puesto que afuera de la oficina
lo esperaba Jaejoong, quien lo recibió con una tenue sonrisa a modo de confort.
A continuación, el cuerpo de Yunho fue absorbido por el abrazo ligero pero
reconfortante del menor, el cual le quiso expresar que fuera lo que fuera que
pasara en el futuro, ellos dos iban a estar bien.
Ellos
dos estarían el uno para el otro.
..
1 mes después
Oprimiendo
el timbre afuera en la reja, Yunho esperó hasta que alguien le abriera la
puerta de la casa. Young Mi fue la que salió a recibirlo, mostrándole una
sonrisa mientras amablemente lo invitaba a seguir.
—¡Yunho,
que milagro! ¿Cómo te ha ido muchacho?
—Muy
bien señora Young Mi. —Yunho le contestó al quitarse los zapatos en la entrada.
—Les traje un pequeño regalo al mayordomo lee, a usted y a Jieun. —Le dijo entregándole
el paquete de bombones que les había comprado.
—No
te hubieras molestado. —Ella lo recibió en sus manos. —¿Y Qué tal tu nuevo
empleo?
—Me
estas yendo bastante bien, gracias por preguntar.
Luego
de su despido, Yunho estuvo mandando hojas de vida a empresas o negocios que lo
pudieran contratar. Afortunadamente la espera no fue mucha, porque al cabo de
la primera semana recibió una llamada en donde le ofrecieron el puesto de sub-gerente
de un pequeño almacén ubicado al sur de la ciudad. Tal vez ese trabajo no le permitiría
conocer tantos contactos como él que tenía con el señor Kim, pero al menos podía
estar ejerciendo lo que le gustaba.
—Me
alegro mucho por ti Yunho. —Young Mi declaró con sinceridad. —El señor Kim también
encontró un nuevo asistente.
—¿Ah
sí?
—Sí,
es un chico de la ciudad. Shim Changmin se llama.
—Veo…—Yunho
susurró. —¿Y Jaejoong?
Young
Mi posicionó los bombones en la mesa. —Está en su habitación.
—Entonces,
si me permite…
—¡Pero
Yunho! —Ella lo detuvo antes de que pudiera subir. —Nada de cerrarme la puerta
de la habitación, eh.
Sonriendo
por su advertencia, Yunho asintió y subió por las escaleras, llegando al frente
de la habitación del menor. Entrando despacio, Yunho pudo ver a Jaejoong sentado
en su cama de espaldas a él practicando con su taegum alguna melodía folclórica.
Cuando este se dio cuenta de su presencia, dejo a un lado la flauta y le sonrió
dulce, invitándolo a pasar. —Hace tiempo que no venias. —Le dijo.
—Pero
hablamos todos los días ¿No?
—Pero
extraño tenerte cerca.
Yunho
se aproximó a él y le planto un beso mientras lo rodeaba con uno de sus brazos.
—Pero ya me tienes aquí.
Ambos
sonrieron y se besaron una vez más, cobrando todos esos besos que no se habían
podido dar debido a la lejanía. En este nuevo trabajo, Yunho tenía poco tiempo
para el mismo por lo que no había podido visitar a Jaejoong tan frecuentemente
como hubiera querido. —Escuche de Young Mi que hay un nuevo residente. Un nuevo
Hyung para ti… ¿No estarás pensando en cambiarme o sí?
Jaejoong
soltó una pequeña risa y negó con su cabeza, dejándole saber a Yunho que no tenía
nada que preocuparse. Que el único Hyung importante que habitaba su vida, era él
y nadie más que él.
—Supongo
que te creo. —Le dijo después de un rato. —Pero lo que yo necesito es que lo
pruebes. —Lo dejo de abrazar y camino hasta la puerta, teniendo una idea en la cabeza.
—En realidad no creo que pueda seguir la advertencia de Young Mi. —Murmuró,
confundiendo a Jaejoong con su afirmación.
Cuando
cerró la puerta con llave y se volteo de nuevo hacia Jaejoong, Yunho quedo
decepcionado al ver como el menor había caído de nuevo en el colchón, quedándose
profundamente dormido debido a que le había dado otro de sus ataques de
narcolepsia.
Sin
nada que hacer más que resignarse, Yunho volvió a la cama y se acostó junto a él
hasta el momento en que Jaejoong volviera a abrir sus bellos ojos de felino. Al
final, las cosas habían salido bien para los dos. Las personas más cercanas habían
aceptado su relación sin impedimentos y el que intentó derrumbarla se había ido
para siempre.
Cuando
Yunho aceptó ese trabajo, él creyó que le traería oportunidad y cosas nuevas a
su vida. Y ciertamente no se equivocó: Jaejoong había sido esa nueva oportunidad
que le dio vuelco a su vida.
Fin.
..
Nota: Por finnn!!! Al fin pude terminar este capitulo. Lamento haberme demorado mas de un mes pero es que entre la universidad y el otro fic, la verdad no tuve cabeza para este. Pero bueno este capitulo es muy largo y sustancioso asi que espero que las deje conformes.
Tengo planeado escribir un capitulo extra pero no sera tan largo como los regulares. En ese prometo no demorarme. Y espero que les haya gustado el final, los personajes y la historia.
Y jaja soy yo o jaejoong siempre le da un ataque en los momentos mas inoportunos?
Dejen sus opiniones y comentarios,
Pronto estare subiendo el cap 19 de lady marmalade quienes tambien sigan ese fic.
Nos vemos.