lunes, 30 de mayo de 2016

Lady Marmalade - Decimo Novena Entrega

Décimo Novena Entrega


J
aejoong tomo otro sorbo de su costoso champagne y se quedó mirando un punto fijo en la pared, luciendo totalmente miserable. Todo el día se había esmerado en emborracharse para olvidar sus preocupaciones, pero por más que tomaba, el trago no daba ningún resultado en él. Parecía inmune a sus efectos y Jaejoong nunca se sintió tan desesperado.

Quería perder el conocimiento puesto que no sabía qué decisión tomar.

La decepción en los ojos de su padre y el amor en los labios de Yunho lo tenían al borde del colapso. Se sentía atrapado, sentía a cada uno jalándolo para su lado. Y si no se movía, ambos terminarían por romperlo en dos. 

Jaejoong se recostó de lado en su cama, sin  dejar de mirar la pared.

Claro estaba que podía escoger la opción más fácil: Dejar a Yunho y seguir los deseos de su padre tal como lo debió haber hecho en un principio. Sin embargo, esos días junto a Yunho le habían enseñado el verdadero significado de la felicidad y si lo dejaba, era probable que nunca más volviera a sentirse así.

Y no quería, no quería que su vida regresara al estado antes de conocer al artista.

Yunho había sido como su salvavidas, su puerta a la libertad. Seguirlo podría ser su liberación, pero también sería su condena.

Sinceramente, él no sabía qué hacer.

—¡Jaejoong!

La voz sonó detrás de la puerta y Jaejoong se levantó sin alientos en dirección a ella. Ya ni sus guardaespaldas se encontraban con él, el señor Kim se los había arrebatado de su lado.

Abriendo la puerta, Jaejoong cerró los ojos con tristeza al ser atacado por un agitado Yunho, quien le tomo el rostro y le beso la frente, envolviéndolo en sus brazos una vez más. —Tenemos que irnos. —Sin ofrecer explicación, Yunho fue hasta su armario y empezó a sacar sus pertenencias. Era obvio lo que estaba planeando.

—Yunho, espera.

Jaejoong le dijo leve pero Yunho no lo escucho y siguió en su labor de empacar cosas.

—Yunho, detente.

Siguió sin prestarle atención.

—Yunho por favor.

No tenía intención de obedecerlo.

—¡¡¡Yunho!!!

Jaejoong finalmente perdió la calma e hizo que Yunho se volteara, impresionado por el repentino grito. —¿Qué sucede amor? —Le dijo al notar la expresión demacrada de Jaejoong y fue hasta él, acunandole el rostro con sus manos.

—No puedo…. —Jaejoong cerró los ojos. —No puedo irme contigo.

—¿Por qué?

—No puedo dejar a mi padre.

Yunho suspiró ante la frase. Jaejoong estaba siendo muy terco. —Tu bien sabes que él nunca permitirá que estemos juntos. Marcharnos es nuestra única opción. Coordinare todo lo más rápido posible, juntos iremos a América…

—¡No! —Jaejoong se escapó de sus brazos. —Yo soy lo único que le queda a mi padre. No lo puedo abandonar así tan cruelmente.

—¿Acaso no lo abandonaste cuando viniste a Europa?

—Eso fue diferente. Esta vez es como si me despidiera para siempre.

—Pero no nos dejara seguir con esto. Debemos ir…

—¡Ya te dije que no, Yunho!

Jaejoong le gritó y le dio la espalda, decidido a no escuchar más. Sabía que estaba siendo duro pero si no dejaba las cosas claras, Yunho terminaría por convencerlo. Su padre podía ser cruel y egoísta, pero a fin de cuentas era su padre y sumándole la amenaza que tenían de los japoneses, sería muy desconsiderado que lo abandonara tomando en cuenta que su padre tuvo la molestia de ir por él hasta Paris.

—¿Qué quieres Jaejoong? ¿Te quedaras aquí?

Aun así, su corazón no se resistía a dejar ir a Yunho. Pero obviamente no podía tener a los dos, tenía que elegir.  

—Bien. —Yunho suspiró rato después al ver la cara de culpa de Jaejoong —Si eso es lo que decides, entonces seré yo el que me marche. Te veré algún día en América. —Dramáticamente, Yunho se dio media vuelta. Él podía comprender hasta cierto punto las razones por las cuales Jaejoong no quería irse, aun así se le hacía estúpido ese pensamiento. Siendo el hombre sin ataduras que era, él nunca se obligaba a mantenerse unido a alguien que claramente le hacía daño ¿Por qué Jaejoong se empeñaba en estar de lado de su padre, cuando su padre claramente lo rechazaba por lo que en realidad era? No lo entendía, no entendía el pensamiento de Jaejoong. Debía hacerlo entrar en razón, de una manera u otra.

Tenía que ponerlo al borde de la desesperación para hacerle abrir los ojos.

—¿Qué? —Jaejoong se tornó blanco. —¡Espera, no! —Se anclo a su brazo, impidiéndolo seguir. —No quiero que te vayas.

—Está claro que decidiste. Y si decides seguir a tu padre, entonces no tengo nada que hacer aquí.

—Pero no quiero que te alejes de mí.

—Yo respeto tus deseos y sé que no tengo derecho a cuestionarlos.

—Pero te amo. —Afligido, Jaejoong abrazó con fuerza el cuerpo del otro. Yunho se mordió los labios al sentirse derrumbado por la tristeza de Jaejoong. No lo quería ver así, no quería provocarle un sufrimiento innecesario. —¿Entonces iras conmigo? —Le preguntó con el corazón en la boca. Aceptaría cualquier respuesta que recibiera así no fuera la que quería escuchar.

Ante tal ultimátum, Jaejoong levanto su rostro contraído, asintiendo con su cabeza.

Yunho sonrió aliviado por la respuesta. —Bien, entonces tendremos que apurarnos.

Dejando su tristeza atrás, Jaejoong ayudó a Yunho a empacar sus pertenencias. Su ropa, sus joyas, sus elementos personales; todo fue atiborrado en una maleta sin tener el tiempo de ni siquiera acomodarla. No había espacio para eso.

De repente se escucharon unos golpes en la puerta principal de la suite, haciendo que ambos voltearan asustados hacia ella.

¿Acaso era el señor Kim que había venido por su hijo?

Con cautela, Jaejoong fue hasta la puerta, indicándole a Yunho que se mantuviera escondido por si sus sospechas eran ciertas. Pero cuando la abrió, una persona totalmente diferente entro por ella, dejándolo totalmente confundido.

—Buenos días Kim Jaejoong. —Le saludo Changmin, mostrándole una gran sonrisa.

Jaejoong frunció el ceño, reconociendo a aquel extraño hombre que lo había visitado hace unos días atrás. —¿Qué hace aquí?

—Vengo a reclamar mi pago.

—¿Pago? —Ahora si estaba realmente perdido.

—Sí. —Asintió Changmin, mirando disimuladamente alrededor para ver si podía captar a Yunho. Había estado vigilando la suite toda la mañana e indiscutiblemente había visto a Yunho entrar por esa puerta, por lo que estaba seguro que el moreno debía estar ahí presente. Así, la primera fase de su plan tendría éxito. —La última vez que vine no pudo pagarme ¿No se acuerda?

—Honestamente no se de lo que está hablando. —Le dijo Jaejoong al escarbar en su mente y no hallar ningún recuerdo que le aclarara que estaba sucediendo. ¿Qué quería ese sujeto de él?  ¿Por qué justamente lo molestaba cuando tenía que salir de urgencia? —Mire creo que está hablando con la persona equivocada. Así que si me disculpa…

—Le estoy hablando del trabajo que me encargo. Del incendio en Bateau-Lavoir ¿Ahora recuerda?

Jaejoong, quien le había dado la espalda, se quedó estático, volteándose de nuevo hacia él. —¿Disculpe?

—Sí, lo que oyó. Vengo a reclamar mi pago por el trabajo.

Al escuchar esto, Yunho salió de detrás de la puerta en donde había estado escondido. —¿Qué está diciendo?

—Oh, lo siento. No sabía que había alguien más. —Changmin fingió lucir sorprendido, sintiéndose extremadamente emocionado al tener a Yunho en frente suyo para contarle la verdad.

“Verdad” que él mismo se había inventado, claro está.

—Repítame lo que dijo. —Yunho le demandó sin siquiera molestarse en saludar. ¿Sus oídos habían escuchado bien? ¿Se estaba refiriendo al Bateau-Lavoir?

—¿De qué está hablando? —Jaejoong le repitió, al igual que Yunho, muy ansioso.

Changmin curvo una sonrisa al tener a los dos encima suyo y cuando abrió su boca, su malicia salió por si sola. —Kim Jaejoong me contrato para que incendiara el Bateau-Lavoir puesto que quería deshacerse de alguien. Ahora estoy reclamando lo que me corresponde.

Tanto Yunho como Jaejoong abrieron los ojos por la declaración, uno en sorpresa y el otro en confusión. —¡¿De qué rayos habla!? ¡Yo nunca lo envié, ni siquiera sé quién es usted! —Fue Jaejoong quien habló primero, reclamándole al hombre.

¿Qué carajos era todo esto? ¿Por qué ese sujeto…?

—¿Qué está diciendo Jaejoong? —Yunho volteo a Jaejoong del brazo y le demandó una explicación. —¿Por qué…?

—Mire aquí tengo una prueba. —Changmin saco el dichoso contrato y se lo entrego a Yunho. De inmediato, Yunho empezó a ojearlo, leyendo en sus páginas lo del pago por Lady Marmalade y el acuerdo de “arrasar a la competencia”…

…Que no era más que una expresión para referirse a un asesinato.

Siguió por las hojas y al llegar a la última, sus ojos pudieron comprobar que la firma que estaba en la parte inferior derecha era la de Jaejoong, la cual estaba completamente terminada. —¿Qué es esto? —Yunho susurró sin aliento cuando su mente al fin pudo atar todos los cabos.

—No… no lo sé. —Los labios de Jaejoong temblaron por la acusación. El no había firmado eso ¿O sí?

—¡¡¡¿Qué es esto?!!! —Enfurecido, Yunho arrojo el contrato al piso. —Me dijiste que no habías tenido nada que ver.

—¡Porque no lo tuve!

—Pero porque… —Yunho  se tomó la cabeza, su corazón empezando a partirse. —¿Me mentiste acaso? ¿Tú me querías asesinar?

—Esas fueron las órdenes que recibí. —Se entrometió Changmin al recoger el contrato del piso. Estaba haciendo un gran esfuerzo para no echarse a reír en esos momentos.

Su plan estaba funcionando.

Y mejor de lo que había esperado.

—No, no entiendo que está pasando. —Jaejoong de repente se sintió mareado, en alguna parte de sus recuerdos él recordaba ese contrato. Sin embargo, él sabía que nunca le pediría a alguien matar a otra persona. Como había dicho, él no se metía con eso.  —Yunho, tienes que creerme. Yo nunca haría eso.

—En ese incendio… Junsu murió, Jaejoong. No juegues con esto por favor. —Yunho le suplicó con la voz quebrada mientras sentía como sus lágrimas lo traicionarían de un momento a otro. Realmente era grave, si Jaejoong había sido el causante, no estaba seguro de poderlo perdonar.

—Te digo que yo no fui, Yunho. —Jaejoong volvió a repetirle, queriendo que todo se aclarara de una vez por todas.

—Tú dijiste que la muerte no era insignificante para ti. Lo de tu madre… ¿Eso también fue mentira?

Al oír eso, Jaejoong no pudo evitar sentirse realmente dolido. ¿Por qué Yunho desconfiaba así de él? ¿Por qué las palabras de un extraño de pronto tomaron tanta fuerza? —Yunho, no puedo creer que le estés creyendo más a él que a mi ¿No confías en mi acaso? ¿Crees que tuve el corazón para hacer eso?

—Tú me odiabas tanto antes, incluso te atreviste a amenazarme. Me es difícil creer ahora en tus palabras.

—¿Eso significa que no me crees? ¿De verdad piensas que yo lo hice?

Yunho se quedó mirándolo, incapaz de responder a esa pregunta. Su boca se abrió para decir algo pero luego se volvió a cerrar. No tenía las fuerzas necesarias para decir lo que había en su mente. No tenía las fuerzas ni para afrontarlo. Por lo que dándose media vuelta, él decidió que lo mejor era abandonar la habitación, porque no quería caer en el encanto de esos bellos ojos pidiéndole que le creyeran.

—Pero tú me dijiste que era dueño de un hermoso corazón

Escuchó a Jaejoong sollozar y su corazón se partió.

Ante la nula respuesta de Yunho, Jaejoong bajo la cabeza y su alma se sintió traicionada. Al parecer en los ojos de Yunho, él seguía siendo una mala persona. El villano del cuento. Y aunque Jaejoong hubiera tratado de ser amable y dulce, a Yunho nunca podría convencerlo.

Porque a pesar de que se lo dijera mil veces, no le iba a creer.

—Necesito tiempo, necesito tiempo para meditar esto. —Yunho le dijo antes de derrumbarse ahí mismo. —No me busques por ahora Jaejoong. Déjame pensar. —Yunho caminó hasta la puerta y salió sin querer voltear a la persona detrás de él. Luego empezó a correr y correr por los pasillos, queriendo borrar las palabras que ese sujeto había dicho.

Pero ya estaban ahí… ya estaban ahí y él no las podía olvidar.

Él amaba tanto a Jaejoong que le era difícil desconfiar de él, aun así su raciocinio esta vez tomo la delantera… y dejo en segundo lugar a lo que su corazón le decía.




..




Changmin llegó muerto de la risa a su habitación luego de dejar a solas a Jaejoong en su suite. Ese contrato le había sabido beneficiar de alguna manera solo que nunca se imaginó que sería de la forma en que lo hizo. Enemistando a Yunho de Jaejoong y luego haciéndole creer a este que Yunho no volvería porque lo odiaba… era la forma más fácil de cubrir el pequeño regalo que el señor Kim le tenía preparado al artista. La primera fase de su plan había salido a la perfección: El que Yunho y Jaejoong se alejaran facilitaba más las cosas para la ejecución de la segunda fase.

Al parecer, los problemas de Changmin comenzaban a solucionarse y dado los resultados, ya no le sería útil tener que ejecutar otro plan.

Por lo que debía ocuparse de la persona que tenía en su poder.

Abriendo el cajón de su mesa de noche, Changmin saco de ella una gran soga a la cual le hizo un nudo, asegurándola fuertemente con sus manos. Luego abrió su gran armario y le sonrió a la persona que estaba dentro de él, la cual llevaba semanas enteras a su disposición esperando el momento de ser utilizado.

El hombre le devolvió la mirada.

Se trataba de Junsu.

—Buenos días mi obediente prisionero.

Changmin se le burlo, observando al hombre que se encontraba arrinconado en una esquina con ambas manos atadas y un pedazo de tela amordazada en su boca. Se veía miserable, en un estado completamente deplorable. Ya hasta había perdido la noción del tiempo de cuanto llevaba encerrado ahí. Estaba harto. Fuera lo que fuera que le pasara, quería que ese sufrimiento terminara ahora mismo.

Y al parecer ese momento había llegado.

—¿Algunas palabras antes de morir Kim Junsu? —Changmin le sonrió mientras jugaba con la soga, la cual utilizaría para ahorcarlo porque obviamente tenía que matarlo. Y aunque no quería ensuciarse las manos, no lo podía dejar ir, no después de que el hombre había visto su rostro y Yunho estaba a un paso de caer en las garras del señor Kim. Si lo dejaba escapar, quizá Junsu trancaría sus planes…

…Y eso no lo iba a permitir.

—Salúdame a Jung Yunho cuando se encuentren en el infierno. —Changmin sonrió perverso y se ubicó detrás de Junsu, rodeándole la soga en el cuello. Junsu apretó los ojos con las pocas fuerzas que le quedaban y esperó su final. La soga se ajustó fuerte a su cuello y lo hubiera ahorcado de no ser porque alguien entro de improvisto a la habitación, deteniendo su cruel destino.

Era Lady Marmalade.

Changmin de inmediato se alejó de Junsu, mostrándose un poco nervioso por la visita de su hermana. —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el molino rojo? —Le preguntó mientras intentaba inútilmente de ocultar a Junsu con su cuerpo.

La mujer quien venía con un semblante distinto al usual, ignoro su pregunta.  —¿Qué estabas haciendo? —Le preguntó.

Changmin miró con disimulo hacia atrás. —Solucionando asuntos.

Escéptica, Tiffany esquivo el cuerpo de su hermano y miró detrás de él, observando al hombre amarrado y sollozando por su vida. De inmediato ella se alejó.  —¡¿Qué es eso?! ¿¡Quién es ese hombre?!

—Tiffany, vete, regresa al molino rojo.

—No, ¿Qué está pasando Changmin?

—Nada. Regresa —Él la tomo por lo hombros y la dirigió de nuevo hacia la puerta, pero ella se zafo y fue hasta el hombre amarrado, detallándolo ahora mejor.

Ese hombre….ese hombre era el mejor amigo de Yunho, el cual supuestamente había muerto durante el incendio de Bateau-Lavoir. ¡¿Qué hacía amordazado en el piso de la habitación de su hermano?! ¡¿Acaso Changmin aparte de causar el incendio, secuestro también a ese hombre?!

¡¿Qué clase de monstruo era su hermano?!

—¡Él es! ¡Él es!... —Tiffany se volteo conmocionada, señalando al sujeto. —¡Él es Junsu, el mejor amigo de Yunho al cual habían dado por muerto!

Al verse atrapado, Changmin se cruzó de brazos, sin ganas de siquiera negarlo. —Si es él ¿Algún problema?

—¡¿Algún problema?! —Tiffany soltó una risa irónica. —Tú me dijiste que no habías tenido nada que ver y ya con esto último me confirmas que tú fuiste el que incendio el Bateau-Lavoir.

Changmin rodo los ojos ante eso. —¿Enserio eso es importante ahora Tiff? Honestamente eso ya paso hace mucho tiempo, ahora lo que debemos hacer es concentrarnos en Jaejoong y nuestro acuerdo con el señor…

—¡¡¡Cállate!!! —Inesperadamente ella le grito, haciendo que Changmin cerrara su boca. —¡¿No ves lo que has hecho acaso?! ¡¿No ves que jugaste con mi confianza!?

—Fue por tu propio bien.

—No, —Ella negó con su dedo. —No me manipules Changmin. Creo que es bastante claro que lo que menos te interesa es mi bienestar y mis intereses.

—Me interesa nuestro bienestar y nuestros intereses Tiff. Todo lo que he hecho es pensando en los dos, no solo en mí, así que no veo porque te tengas que sentir enojada. Ahora si me disculpas… —Changmin se trasladó hacia el lado del hombre, queriendo terminar la conversación con su hermana pero ella se interpuso en su camino, decidida a no dejar pasar eso.

Ya no iba a ser el cordero obediente que siempre había sido. —Tú me hiciste una promesa de que no lastimarías a Yunho.

—Y te la cumplí. —Changmin se rió irónico. —Al fin y al cabo el incendio no lo lastimo.

La fuerte cachetada que le propino Tiffany hizo a Changmin quitar su mueca burlona. —¿Qué caraj…?

—¡No puedo creer que me hayas hecho esto! ¡No puedo creer que hayas sido capaz de lastimar al hombre que amo!

—¡Basta Tiffany! ¡Soy yo el que no puede creer que sigas enamorada de un hombre que obviamente está enamorado de otra persona! ¡Despierta Tiffany, déjalo en paz!

—¡No voy a permitir que me digas que hacer! Siempre, he seguido tus órdenes, siempre. Ahora creo que es el momento de hacer lo que yo quiera. —Ella camino decididamente hacia la puerta pero fue detenida por el brazo de Changmin que la sujeto fuertemente.

—¿Qué estas planeando? —Le preguntó al reconocer esa señal en los ojos de su hermana la cual le causo intranquilidad.

Ella le mostro una sonrisa. —Tus planes Changmin… no saldrán como lo esperas…

—¿A qué te refieres? —Él apretó aún más su agarre, siseándole con los dientes. De verdad ya se estaba preocupando.

—Le contare a Yunho la verdad, y ni tu ni nadie me lo podrá impedir.

—¡No seas estúpida! ¡¿No ves que eso mandaría a tu preciado Yunho a los brazos de Kim Jaejoong de nuevo?!

—No, yo hare que esta vez este conmigo.

Zafándose del agarre, ella se volteo dispuesta a hacer lo que tenía en mente pero el grito de “¡No lo permitiré!” de Changmin la hizo voltear de nuevo y enfrentar a su hermano. A continuación, un gran golpe la desubico por un momento y luego, un fuerte empujón hizo que perdiera el equilibrio y se estrellara contra la pared de la habitación. Ella intento ponerse de pie de nuevo pero Changmin la volvió a golpear duro en el rostro, tratando de dejarla noqueada. Le dio unas cuantas patadas en el estómago y cuando ella dejo de resistirse, Changmin le dio la espalda convencido de que la había dejado sin aliento.

No obstante, ella tenía un az bajo la manga.

Deslizándose hacia arriba por la pared, se las arregló para sacar de la parte trasera de su vestido un revolver que había robado de la oficina de su jefe y lo apunto justo detrás de la espalda de su hermano, advirtiéndole: —Quédate quieto.

Cuando él se volteo y vio el arma, su semblante de seguridad se fue abajo y una mueca de miedo se instaló en él. —Mi Young… ¿Qué… Haces? ¿De dónde sacaste eso? —Preguntó tartamudeando, levantando las palmas de sus manos como si quisiera protegerse.

—No me alejaras de Yunho, nunca más. —Ella dijo mientras sentía como su cuerpo temblaba. De verdad le estaba costando mucho sostener esa arma, sin embargo era lo único que podía hacer para protegerse y proteger a su amado.

—Por favor Tiff, tú no quieres hacer eso. Soy tu hermano ¿Lo recuerdas?

—Sí y yo soy tu hermana… pero parece que hace mucho tiempo olvidaste eso. —Al decir esto, un imperceptible rio de lágrimas empezaron a escurrir de sus ojos. Su fiel y amado confidente de toda una vida, se había vuelto su peor enemigo, y eso dolía. Dolía profundamente.

—Tiffany solo quiero una mejor vida para los dos. Baja el arma, por favor.

—¡Quieres una mejor vida para ti mentiroso!¡Todo este tiempo siempre has pensado en ti!¡Ni siquiera te ha importado lo que yo siento por Yunho!

—¡Por dios ya deja de vivir en esa fantasía! ¡Esto no se trata de mí! ¡No me puedes echar la culpa porque Yunho no te amé!

—¡Cállate! —La voz de Tiffany ya no sonaba normal. De hecho, toda la angustia y desesperación de su cuerpo empezó a hacer mella en su raciocinio y su cabeza. Estaba como fuera de sí, alterada, dispuesta a reaccionar a cada provocación que se le dijera. —¡Yunho está confundido pero eso no significa que no me pueda amar! ¡¡Yunho me va a amar, haga lo que haga, Yunho me amara!!

—¡¡¡No, no lo hará!!! ¡¿Sabes porque?! —Changmin se acercó a ella con la esperanza de hacerla entrar en razón así fuera de la manera más cruel. —¡¡¡Porque él esta perdidamente enamorado de Kim Jaejoong y no dejara de estarlo hasta que lo eliminemos completamente de la faz de este planeta!!!

—¡¡¡NO!!!

Apretando el gatillo, Tiffany arremetió furiosamente contra el cuerpo de su hermano, disparándole un millón de veces hasta que el cuerpo cubierto de sangre cayó al piso. Junsu, quien había estado observando todo el espectáculo desde una esquina de la habitación, abrió los ojos impresionado al ver el cuerpo de su captor completamente destruido por las balas.

Presa del miedo, Tiffany soltó el arma y cayo de rodillas al piso, no pudiendo dar crédito a lo que había hecho. ¿Había asesinado a su propio hermano? No, ella no lo quería creer. Ella no era una asesina. Sin embargo, los hechos hablaban por si solos y de no ser porque su hermano estaba tirado en el suelo con su cuerpo derramando ríos de sangre, ella no lo hubiera aceptado.

—Por dios…por dios… —Susurró alterada, tomándose la cabeza.

Cuando se hubo recuperado un poco de su shock inicial, Tiffany fue hasta el cadáver y empezó a tocarlo, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar ahora. Las cosas se le habían salido totalmente de las manos. Agarró una sábana de la cama y como pudo enrollo el cuerpo inerte de Changmin en ella, luego lo traslado empujándolo hacia el armario y lo deposito ahí, esperando que nadie se diera cuenta de lo sucedido. Fue hasta Junsu y con todas sus fuerzas lo devolvió también al armario, no queriendo asesinarlo pero tampoco deseando dejarlo escapar. Él era un testigo y no se iba a arriesgar a que él la delatara. Después, trató de limpiar un poco el piso, puso un tapete encima y arreglo la cama, intentando quitar cualquier manchón de sangre que revelara su delito.

Luego de todo eso, ella fue hasta el baño de la habitación y se observó en el espejo. Se veía totalmente demacrada; las lágrimas, golpes y su angustia interna se reflejaban en ese bello rostro que había sido tantas veces motivo de admiración, pero que ahora no era nada más que el rostro de una asesina.

No queriendo que nadie la viera así, abrió el grifo del lavamanos y se arregló lo más que pido para que no se notara lo que había acabado de hacer. Se quitó la ropa manchada de sangre y se cambió con un conjunto viejo que su hermano aun tenia de ella. Sonriendo levemente a su reflejo y convenciéndose de que nada había pasado, ella abandono la habitación, dejando atrás el cuerpo masacrado de su hermano junto al prisionero Junsu quien compartía horrorizado su espacio con un cadáver.



..



En la víspera de media noche, Jaejoong se presentó en el domicilio que su padre había alquilado. No tenía intenciones de quedarse con él, solo quería despedirse de él puesto que ya había tomado su decisión final: Iba a luchar por Yunho. Iría donde el artista y lo convencería de que él no fue el que planeo el incendio. Iba a hacer de todo para volverlo a tener a su lado… porque lo amaba y había llegado a la conclusión de que sin él, su vida no podría seguir.

No podía estar lejos de Yunho.

Y él no iba a pagar las consecuencias de algo que no había hecho.

Realmente no entendía lo que había sucedido esa mañana en su suite, pero fuera lo que fuera que estuviera tramándose contra él, Jaejoong iba a ser más fuerte y no se iba a dejar.

Sin embargo, aún tenía algo que resolver y era la cuestión de su padre. Tenía que hacerle saber qué decisión había escogido y despedirse de él para siempre. Era lo mínimo que podía hacer por el hombre que lo había criado y al cual siempre había querido complacer.

Siendo recibido por uno de los empleados de su padre, Jaejoong subió las escaleras de la casa y fue directo a la habitación en donde le dijeron que estaba el susodicho. Se instaló frente a ella y tomó una respiración profunda, preparándose internamente para enfrentar al hombre detrás de la puerta. Su brazo se estiro para tomar la perilla.

Supongo que ya saben para que los he citado aquí ¿No es así? —Escuchó la voz de su padre conversando al parecer con otras personas. Extrañado, ojeo por la ranura de la puerta para averiguar qué era lo que estaba ocurriendo dentro de la habitación.

Lo que vio lo dejo confundido.

El señor Kim se encontraba sentado en su sillón dándole la espalda y frente a él habían tres hombres que él sabía muy bien no eran empleados de su padre. Parecían ser citadinos europeos, sin embargo, su apariencia y su manera de vestir le decían a Jaejoong que quizás no eran hombres de buena fe. Que quizás eran hombres que se ocupaban de trabajos sucios del bajo mundo.

Oímos que requiere nuestros servicios. —El hombre más alto contesto y Jaejoong arrugó el entrecejo. —¿De quién se trata?

Se llama Jung Yunho, vive en uno de los cuartos del edificio Bateau-Lavoir en Mortmartre. —El señor Kim le respondió —Es un artista de la calle, algo famoso he de decirlo.

Entiendo. Entonces… ¿Cómo quiere que lo matemos?

¿Qué? El corazón de Jaejoong se detuvo por un segundo. ¿Matarlo?

Oh no, no quiero que ustedes lo maten. —El señor Kim negó con sus manos. —Ese privilegio lo quiero tener yo. Solo quiero que me lo traigan ante mí y de paso puede que lo puedan asustar…

Uno de los hombres soltó una carcajada. —¿Lo suficiente para dejarlo inconsciente?

—Lo suficiente para hacerlo suplicar por su vida. Aun así, lo quiero consiente cuando este frente a mí. Quiero mirarlo a los ojos y burlarme por atreverse a meterse con mi familia.

—Bien. —El sujeto asintió. —Entonces téngalo por seguro que así será. Mañana por la mañana iremos a buscarlo al edificio y lo traeremos ante usted en menos de un santiamén.

Perfecto.

Jaejoong escuchó a su padre reírse complacido y sus pasos fueron hacia atrás, abriendo su boca con miedo y confusión al mismo tiempo. ¿De verdad su padre sería capaz de hacer eso? ¿Asesinar al hombre… que amaba? No, eso no podía ser posible.

De inmediato, Jaejoong se alejó lo más rápido que pudo de aquella puerta y salió a la calle, sin dejar que nadie lo siguiera o le impidiera su salida.

Corrió y corrió por las calles abandonadas de esa hora de Paris y se detuvo en un parque cercano, con el pecho subiendo y bajando velozmente. Él miro al cielo, sus emociones estrellándose una contra la otra. Su padre… estaba decidido a acabar a Yunho así fuera ensuciándose sus propias manos. Estaba decidido a acabar con su felicidad y eso era cruel de aceptar. La persona que Jaejoong siempre quiso ser, le demostraba que no era más que un sucio ser humano.

Un sentimiento de profunda decepción se le instalo en el corazón, sin embargo él no se podía dar el lujo de sucumbir ante eso.

Debía avisarle a Yunho lo más rápido posible de lo que tenían preparado contra él, debía interponerse en los planes de su padre para que no pudiera lograr su cometido. Iba a ser todo lo posible, no iba a permitir que lastimaran a Yunho.
Mirando hacia al frente, Jaejoong acelero el paso, decidido a no dejar que el destino ocurriera.

Decidido a que si eso sucedía… entonces él se iba a esforzar para hacer que él que recibiera el castigo… fuera él.

No su Yunho.


..


Nota: Hola, un capitulo de muchas emociones ¿No? Lamento haberme demorado, pero bueno lo importante es que aqui esta.

El proximo cap sera el final y tengo que decirles que se tienen que preparar, aunque aun no tenga decidio cual de los finales en mi cabeza usare. 

Estare publicandolo en el transcurso de esta semana, bye!





domingo, 22 de mayo de 2016

Hyung: Tercera Parte (Final)

Hyung: Tercera Parte (Final)



E

l señor Dakho llegó un día con la noticia de un viaje sorpresa de fin de semana a las playas de Haeundae-gu, conocidas por ser placenteras incluso en esa época del año. Por supuesto todos los ocupantes de la casa estaban invitados, incluso Yihan, que conociéndolo como era, probablemente se había auto-incluido en el paseo para poder investigar más a profundidad el tipo de relación que Yunho tenía con Jaejoong. 

Verdaderamente, empezaba a ser un auténtico dolor de huevos para Yunho.

—¿Has ido alguna vez a Busan Yunho? Puedo jurarte que tiene las mejores playas de toda Corea, incluso mejores que las de la isla de Jeju. —El señor Kim le comentaba a Yunho desde el asiento del copiloto mientras Yihan conducía por la carretera. Yunho estaba ubicado en medio del asiento de atrás, y a ambos lados se encontraban Jaejoong y la señora Young Mí, a su izquierda y su derecha respectivamente. Jieun no había podido acompañarlos y el mayordomo Lee había preferido quedarse en casa. —Ha sido una tradición en mi familia siempre ir por lo menos una vez al año a la playa de Haeundae-gu ¿No es cierto, Jaejoong?

Jaejoong asintió con respeto, dedicándole una ligera sonrisa a Yunho cuando se dio cuenta como este le sonría con afecto. De inmediato, Yunho sintió a su hyung mirarlos a través del espejo delantero de la camioneta, alternando su vista aguda entre la carretera y ellos. ¿De verdad Yihan se comportaría así todo el viaje? ¿Cómo un espía pendiente de cualquier interacción entre el menor y él? Pues debía prepararse, porque Yunho tenía intenciones de pasárselo muy bien al lado de Jaejoong. Y ni Yihan, ni sus constantes acosos le arruinarían el viaje.




Se habían instalado en un punto de la playa el cual se encontraba alejado de la zona central y era el lugar perfecto para relajarse y descansar.  Armaron el BBQ, ubicaron unas cuantas sillas para los mayores y pusieron la red de voleibol playero que habían traído para jugar.

Yunho fue el primero en probar las deliciosas aguas cálidas del mar y no paso mucho antes que los demás también se le unieran. Jaejoong llego después, vistiendo una especie de vestido de baño enterizo oscuro que le cubría el pecho, los brazos y la parte superior de sus muslos. Se ubicó en la orilla de la playa, luciendo sereno mientras sentía como el agua le mojaba los dedos de los pies. Yunho no pudo evitar sentirse embelesado por la vista… Jaejoong se veía tan sublime como el paisaje que estaba delante de él.

Yihan fue el que apareció luego, luciendo su buen formado cuerpo digno de un empresario exitoso. Yunho no pudo negar que se veía bastante bien y hasta le provoco algo de envidia ver como Yihan robaba miradas con su aura, aun así Jaejoong no parecía estar impresionado, prestándole más cuidado a la arena correr entre sus dedos que al cuerpo de adonis de su Hyung.

—¡Jaejoong vamos metete al agua! —Yihan llego al lado del menor y se irguió mostrando con orgullo su porte. Era obvio que quería deslumbrar a Jaejoong con su imponente físico.

—No quiero Hyung, estoy escuchando la brisa…y las olas... —Jaejoong le contestó de manera muy suave y sin ni siquiera regalarle una ojeada.  

—Pero está haciendo calor y el agua está fresca. Te aseguro que después no será tan agradable como ahora.

Prestándole nula atención, Jaejoong cerró los ojos sintiendo el viento fresco golpear sus mejillas.

—¿No quieres, eh? Entonces te voy a tener que obligar.

Jaejoong no tuvo tiempo de negarse de nuevo porque sintió como Yihan lo levanto del suelo y empezó a correr con él hacia una ola inmensa que se aproximaba a la orilla. La ola golpeo sus cuerpos, haciendo que ambos cayeran a las aguas turbulentas del mar. Jaejoong salió primero, abriendo su boca para buscar algo de aire. Quiso nadar de nuevo hasta la orilla, pero Yihan lo retuvo con sus brazos y empezó a abrazarlo, animándolo a que jugara con él mientras se refrescaban en el agua. 

Y tan ensimismado estaba Yunho con su propio baño, que no cayó en cuenta hasta después de un buen rato como Yihan tenía literalmente aprisionado a Jaejoong contra él, “obligándolo” a sumergirse y a nadar en el agua no muy lejos de donde se encontraba él.

Yunho de inmediato reaccionó.

—¿Qué hacen ustedes? —nadando hasta el punto, Yunho preguntó en un intento de sonar casual aunque su voz delato su molestia. 

—Estamos jugando. —Yihan le contestó cortante sin dejar de abrazar a Jaejoong.

—¿Ah sí? —Yunho le sonrió —¿Me puedo unir? —tomando a Jaejoong de las caderas, Yunho se lo arrebato a Yihan e hizo que el menor lo abrazara. Sin esperar, las manos de Jaejoong se anclaron en los hombros desnudos de Yunho como si buscara refugio en el cuerpo del mayor.

Yihan se mordió los labios.

—¡¡¡Yihan, Yunho!!! ¡¡¡Necesito ayuda con el BBQ!!! —El señor Kim fue el que corto el incómodo momento, gritando desde la orilla y batiendo su mano con una espátula de cocina. Fastidiado y un poco resistente a dejar a Jaejoong momentáneamente a solas con Yunho, Yihan nadó hasta el señor Kim no dejando atrás su careta de malestar.

Yunho en cambio, se aseguró de que el otro estuviera en tierra firme para después dirigirse hacia Jaejoong. —¿Qué te hizo?

—Me estaba sumergiendo, como si fuera un juguete. —Jaejoong no pudo evitar sentirse irritado al decir eso.

Yunho apretó los labios. —¿Entonces no dejes que lo vuelva a hacer, de acuerdo?

—De acuerdo.

Yunho le sonrió, debatiendo si sería arriesgado plantarle un beso en ese instante. Por el abrazo, sus rostros mojados se encontraban demasiado cerca, incluso sus partes bajas lo estaban ya que Jaejoong había enroscado sus piernas alrededor de la cintura de Yunho debajo del agua. El pelo de Jaejoong se encontraba hacia atrás y las gotas saladas bajaban por su firme piel blanca. Se veía realmente tentador y Yunho se sintió de repente sumergido en el breve momento de intimidad que se había formado.

—Eres fuerte. —Jaejoong le dijo mientras acariciaba los músculos de sus brazos y pecho. Al parecer, los músculos de Yunho si lo atraían.

—¿Te gusta?

Yunho le preguntó coqueto pero el señor Kim gritándole desde la orilla le hizo recordar que tenía que ir a ayudar.

Entre los tres prendieron la barbacoa y empezaron a asar la carne, mientras Young Mi ayudaba con el resto de la comida y Jaejoong se sentaba de nuevo en la playa a ver el horizonte. Yihan estaba más insoportable de lo usual, regañando y contradiciendo a Yunho en cualquier momento que podía. Si Yunho decía que primero asaran la carne de res, Yihan insistía primer poner el pollo. Si Yunho quería hacerlo de una manera, Yihan imponía hacerlo de la otra. Parecía como si Yihan quisiera desacreditarlo en todo frente al señor Kim y mostrarse como el verdadero sujeto quien debía obtener a Jaejoong.

Como si Jaejoong fuera un premio que conseguir.

—Ya que estamos todos aquí, deberíamos organizar nuestros equipos... —El señor Kim acordó luego de reposar el almuerzo para jugar un partido de voleibol playero. —Jugaremos de esta manera, Yihan y yo estaremos en un grupo mientras que la señora Young Mí y Yunho en el otro. Jaejoong… —El señor Kim busco con su mirada a su hijo, pero este ya se había alejado del grupo, sentándose debajo de una palmera a leer un libro completamente ajeno al resto. A Yunho le causo curiosidad esto, definitivamente Jaejoong era el único adolescente que prefería leer en la playa que hacer otras actividades.  

—Bien, parece que no estará. Entonces, ¡Comencemos! —El señor Dakho se ubicó junto a Yihan a un lado de la cancha y sin esperar, lanzo el balón hacia el aire, viendo como Yunho contrarrestaba su ataque y le devolvía el balón a su terreno. Unos cuantos pases, caídas, y rebotes sucedieron luego; Yihan y Yunho dando lo mejor de sí mientras el señor Kim trataba de alcanzarles el ritmo y Young Mi solo se limitaba a dar manotazos al aire. Jaejoong se mantenía leyendo las páginas de su libro, ocasionalmente mirando a Yunho golpear el balón con sus manos.

Con esas fuertes manos que tanto le gustaban abrazarlo.

Después de unos cuantos minutos de juego, El señor Dakho y la señora Young Mi por fin sucumbieron al cansancio, dejando a solas a Yunho y Yihan quienes se resistían a dejar la cancha.

—Parece que será un versus entre Yihan y Yunho. —El señor Kim comentó y abrió una cerveza en su mano. Jaejoong levantó la vista, ahora un poco más interesado en el partido que iba a comenzar.

—Que gane el mejor. —Yihan le dijo a Yunho con su sonrisa petulante y su confianza desmedida.

—Eso te digo Hyung-nim. —Yunho añadió mostrándose también confiado de sus habilidades. Estaba seguro que no se dejaría ganar de Yihan. No señor.

—¿No sería más interesante una apuesta? —Young Mí agregó de la nada. —Que el perdedor cumpla lo que el ganador le exija.

Ambos voltearon a mirarse ante la sugerencia, sabiendo exactamente lo que había en la mente del otro. —Me gusta esa idea. —Fue Yihan el que se aproximó primero a Yunho, susurrándole al oído para poder mantener su pequeña fuente de rivalidad en secreto. —Si yo gano, debes alejarte de Jaejoong el resto del viaje.

Yunho entonces volteo hacia Jaejoong, observando como este los miraba confundido no cayendo en cuenta de que él era la razón de su disputa. —Acepto. Pero si yo gano, el que se tendrá que alejar eres tú.

—Trato hecho. —Yihan le ofreció su mano y ambos estrecharon el pacto, sintiéndose seguros de que el otro seria el perdedor.

El señor Dakho dio el pitido de inicio y ambos se ubicaron en su posición de juego. Yunho fue el que inicio el saque, siendo violento al lanzar la pelota para no darle tiempo a Yihan de responder, pero este fue hábil, contrarrestando el ataque justo antes de que el balón pudiera tocar el suelo. Tanto Yunho como Yihan no estaban dispuestos a sucumbir, por lo que se movían y atacaban de una forma casi amenazante, tomándose el juego quizás demasiado en serio para tratarse de un partido amistoso entre colegas.

Jaejoong dejo a un lado su libro y observó a Yunho el cual se encontraba completamente concentrado en el juego. Las gotas de sudor le brillaban en su piel morena y sus músculos se tensaban cada vez que ejercían un saque, un remate o bloqueaban el balón. Jaejoong se encontró de repente suspirando muy fuerte, sintiéndose ensimismado por el despliegue de sensualidad que Yunho emanaba en esos momentos. A decir verdad, él nunca ponía demasiada atención en las cualidades físicas de otra persona, pero esta vez le fue casi imposible no dejar de admirar el cuerpo ejercitado del mayor.

—Oh, oh parece que hay un empate. —Young Mi exclamó luego de una serie de partidas en donde ninguno quiso dar su mano a torcer. —Tendremos que decidirlo en esta última ronda.

Los dos clavaron sus ojos en el otro, sabiendo que esta última jugada seria la que decidiría quien tendría el privilegio de quedarse con Jaejoong…

… al menos lo que restaba de su pequeño viaje.

Agudizando su vista en el otro, Yihan utilizo su puño para sacar el balón de su cancha, esperando que Yunho no pudiera responder su ofensiva. Sin embargo, Yunho actuó rápido haciendo que Yihan casi cayera al suelo por lo bajo que fue su lanzamiento. Y cuando Yunho salto para efectuar el remate hacia el balón que Yihan le había lanzado, Yihan no pudo mantener el equilibrio y perdió el balón, aterrizando de cara en la arena justo después.

Young Mi salto emocionada y el señor Kim aplaudió orgulloso.

Ese había sido un partido intenso.

Confirmando su victoria, Yunho alzo ambos brazos, sintiéndose arrogante, imponente y por sobretodo más poderoso que su hyung, demostrándole que aunque él fuera menor y menos experimentado en la vida, de vez en cuando podía hacerle también morder el polvo.

En medio de su celebración, Yunho volteo a mirar a Jaejoong, el cual le mostraba una tierna sonrisa tímida a modo de felicitación por su victoria. Yunho le devolvió la sonrisa retornando después a Yihan, cayendo en cuenta que fuera quien hubiera ganado…

…él era el que a final de cuentas tenía el corazón de Jaejoong.



..



Al atardecer, Yunho aprovecho la calma del lugar para ir junto a Jaejoong a explorar una zona de elevaciones rocosas que estaban ubicadas en la misma playa no muy lejos de allí. El señor Kim y Young Mi desistieron de la caminata, argumentando que se encontraban cansados. Por otro lado, al pobre de Yihan solo le quedo negarse de mala gana, teniendo que aguantarse el hecho de dejar a Jaejoong y Yunho a solas ya que él había sido el perdedor de la apuesta.

Alejándose, Yunho ayudo a Jaejoong a bajar por unas cuantas rocas, mientras el sol al horizonte se ponía sobre el mar. La vista era magnifica.

—Hyung y tú no parecen llevarse muy bien.

Jaejoong mencionó de la nada al sentarse en un cumulo de rocas a mirar el panorama.

—¿Por qué lo dices? —Yunho preguntó queriendo parecer confundido, aunque la verdad él también sentía que la rivalidad con su hyung se había vuelto bastante notoria.

—Lo puedo intuir. Ustedes dos parece que competieran entre sí.

—¿Adivina porque? —Yunho se le acercó y Jaejoong lo miro de reojo, sin quererle contestar su pregunta. Aunque la supiera (O la supusiera) era bastante incomodo expresar lo que había desencadenado entre aquellos dos hombres mayores.

—No odio a Hyung, si eso es lo que crees. —Yunho le dijo después de un rato en que los dos mantuvieron silencio. —Me exaspera solamente. Parece que no entendiera razones.

—Tiene los ojos vendados. —Jaejoong murmuró y Yunho no pudo estar más de acuerdo.

La brisa de repente se volvió un poco más fría, provocando que ambos cuerpos se acurrucaran un poco más cerca para guardar un poco de calor. Con cuidado, Yunho rodeó los hombros de Jaejoong e hizo que este recostara su cabeza en su brazo derecho. Todo se sentía en paz. Muy románticamente.

—He estado pensando en nosotros Jaejoong, en nuestra relación. —Yunho murmuró debido a que la atmosfera parecía ideal para hablar de un tema serio como ese. —De verdad, yo siento cosas profundas por ti. —Le expresó, haciendo que Jaejoong lo mirara directamente al rostro.

La relación que había empezado con Jaejoong era la más extraña que había tenido, pero al mismo tiempo, él no se sentía mal con eso. Honestamente Yunho nunca pensó que se sentiría tan atraído por un adolescente de la edad de Jaejoong; sus ganas de estar con él todo el tiempo superaban con creces las ganas que había tenido de estar con alguien más. No sabía si el hecho de que Jaejoong fuera mucho menor que él, o lo peligroso de su relación lo excitaba, sin embargo, él no daba indicios de querer detenerse.

—Yo también siento cosas fuertes por ti. —Jaejoong fue sincero con su respuesta, no preocupándose en ser ambiguo con sus sentimientos como lo era la mayoría del tiempo.

Yunho junto sus narices. —¿Enserio?

—Enserio.  

El mayor mostro una sonrisa la cual fue opacada por los labios de Jaejoong que le robaron un beso. Yunho se lo recibió sintiendo un gemido profundo de Jaejoong cuando él introdujo su lengua y luego la enredo con la del menor, dando círculos en su boca mientras su brazo lo abrazaba fuertemente por la espalda.  Yunho gruño cuando tomo con sus labios el labio superior de Jaejoong y lo chupo ávidamente, separando sus bocas después. Ambos estaban completamente enrojecidos y su respiración latía unísonamente disconforme.  —Jaejoong…—Yunho jadeo, alejándose de un momento ya que el señor Dakho, Young Mí y Yihan no se encontraban muy lejos de allí. —Si sigues besándome así, no creo que pueda controlarme. Debemos ser cautelosos.

Jaejoong pareció desanimarse por un momento. —¿Cuánto tiempo podremos seguir así? ¿Ocultos?

El mayor mordió su labio ante la pregunta. Ese era un asunto que sabía que tarde o temprano debía atender por mucho que estuviera tratando de ignorarlo. —Las cosas no son tan fáciles Jaejoong. No muchos podrán comprender esto.

—No es asunto de nadie.

—Aun así, no lo permitirían. No me quiero ni imaginar lo que tu padre diría. Me tratarían como a un…

—… ¿Pervertido? —Jaejoong completó su frase.

—Sí. —Yunho suspiró. —Nadie comprendería que esto va más allá de lo que sus ojos puedan ver.

Jaejoong soltó un breve soplido de resignación y se recostó sobre el pecho de Yunho. —Entonces eso significa que no durara.

—No digas eso Jaejoong.

—Pero es la verdad, las cosas no funcionaran con esta diferencia tan grande de edad.

—No ha sido impedimento para ti… ni para mí.

—Pero si para los demás.

Yunho tomó el rostro de Jaejoong y lo alejo de su cuerpo para que le permitiera mirarlo a los ojos. —Nosotros haremos que funcione. No te preocupes, déjalo en mis manos. —Intentando calmarlo con sus palabras, Yunho volvió a adentrarse en un beso profundo, queriendo dejar de pensar en aquello así fuera por solo unos segundos. No estaba muy seguro de poder arreglar lo que perturbaba a Jaejoong, pero al menos le daría alientos para no dejarlo preocupar por lo que restaba de la tarde.



..



En el camino de regreso a Seoul, Yunho se ubicó junto a Jaejoong en el último asiento de la camioneta ya que Young Mi se había recostado en todo el asiento del medio y no les había quedado de otra que correrse hacia los reducidos asientos de atrás. Yihan también se encontraba en modo zombi y el señor Kim era el que había tomado el puesto de volante en este viaje de vuelta.  

Había sido un día extremadamente agotador para todos y solo pensaban en regresar a casa.  

—Yunho… —Jaejoong susurró somnoliento mientras alejaba su cabeza del pecho de Yunho, el cual había estado utilizando como almohada. —Duerme. —fue lo que dijo antes de caer de nuevo rendido a los brazos del otro.

Yunho ignoró su petición y lo acobijo con sus manos, acariciándole la cabeza y la espalda al mismo tiempo. No importaba si se encontraban demasiado cerca corriendo el riesgo de que alguien los viera; todos estaban tan distraídos en su propio agotamiento que no notarían la sospechosa cercanía de los dos ocupantes del puesto de atrás.

En un momento dado, la cabeza de Jaejoong resbaló por el pecho y cayó en la entrepierna de Yunho, haciendo que el mayor se sobresaltara por el toque. La respiración entrecortada de Jaejoong empezó a hacer mella en su pantalón y Yunho se encontró de repente muy nervioso por lo que le estaba provocando el menor.

¿Se estaba excitando por tener la respiración de Jaejoong justo encima de su pene?

Yunho se acomodó un poco más en el asiento, tratando de no pensar mucho en ello.

Luego de aquella vez en su cuarto donde se habían masturbado mutuamente, ellos no habían vuelto a tener un momento de intimidad entre las dos. Simplemente Yunho pensaba que si estaban iniciando algo así como una relación, sería demasiado pronto saltar a la última base tan pronto. Sin embargo el deseo de tener a Jaejoong de esa forma no estaba dejado de lado, de hecho, incrementaba más y más conforme los días pasaban.

Conforme la boca adolescente lo chupaba y lo dejaba sin aliento.

Y es que la cuestión de que Jaejoong fuera mucho menor que él, inexperto e inocente en esos asuntos, lo excitaba. Y de qué manera. La fantasía de ser el primer hombre de Jaejoong lo prendía a mil y estaba seguro que no soportaría mucho hasta que su libido pudiera ser satisfecho.

—Yunho, ¿Qué haces? —Jaejoong se levantó al notar como Yunho lo estaba acariciando más de la cuenta.

El más alto sintió su cara enrojecer. —Nada, nada. —Se trató de excusar pero incluso Jaejoong se dio cuenta de su nerviosismo y sus ganas de ocultar la excitación que su cuerpo estaba sintiendo. —Vuelve a dormir.

—Pero ya no quiero. Quiero hablar contigo. —Jaejoong susurró.

—Bien, ¿Y de qué quieres hablar?

Jaejoong se acomodó un poco más cerca de Yunho, moldeándose justamente al cuerpo del mayor. —Hoy me gusto como te veías jugando voleibol. —Jaejoong le admitió sin una pizca de timidez en su voz.

—¿Ah sí? —Yunho lució extrañado.

—Sí.

—¿Y qué fue lo que te gusto?

—Pues…—La mirada de Jaejoong divago por unos segundos. Su boca apretándose con fuerza. —Tu cuerpo…es atrayente.

Yunho se sintió halado por el comentario. —Pues a mí me gusto como lucias con el cabello mojado y gotas rodando sobre tu piel. —le expresó, mascullando casi sobre la boca del menor para evitar ser escuchado por los demás en la camioneta. —Aun así, me hubiera gustado verte en un vestido de baño… ya sabes, ver tu pecho y tu abdomen…

Ante la pregunta, Jaejoong abrió los ojos, pasando saliva por su garganta. —¿Quieres verme desnudo?

—Si… y no solo verte.

—¿Eso qué significa?

Yunho se mordió los labios al meditar si era correcto expresarle lo que su mente pensaba. —Me gustaría tocarte. —Le dijo con algo de recato, no queriendo asustar a Jaejoong por su repentina lujuria hacia él.

—A mí también me gustaría tocarte. —Jaejoong dejo salir inesperadamente.

—¿Enserio? —Yunho se sorprendió por sus palabras. —Pero el problema es que no solo quiero tocarte.

Jaejoong entrecerró los ojos. —¿Qué más quieres hacer?

Con valentía, Yunho se aproximó a Jaejoong, ronroneando en su oído —Quiero hacerte el amor completamente desnudo.

El silencio reino entre los dos.

Quizá era la atmosfera, el calor, las palabras… porque Yunho estaba convencido que si hubiera sido en otra ocasión, él no hubiera tenido el coraje suficiente de decirle a Jaejoong los deseos pecaminosos que habitaban su mente. Pero ya que más daba, ya le había dicho, ahora solo importaba lo que le respondiera el menor.

Y si Jaejoong aún no estaba listo para pasar a esa fase, él entendería.

—¿Qué dices? ¿Quieres…? —Yunho le preguntó al ver un poco de indecisión en los ojos. Meditó si realmente había sido prudente proponérselo tan rápido.

—Trátame con cariño y lo meditare.

Jaejoong le contestó y se alejó de él, recostando su rostro en la ventana y dejando salir una pequeña sonrisa traviesa mientras se acomodaba mejor contra el cristal de la ventana.



..



—Yihan, necesito que elabores un informe de los balances de este mes. Además, necesito que revises los costos de la inversión y los lineamentos para la asociación con esta empresa que quiere una sociedad.

El señor Dakho le dicto órdenes a Yihan mientras terminaba de arreglar algunos papeles en su escritorio.

—Sí señor. —Yihan asintió. —Trataré de dejarlo listo al término de esta semana.

—Bien, —El señor Kim sonrió. —Yunho, —Se dirigió ahora al hombre sentado en el escritorio de la esquina —necesito que vayas a recoger a Jaejoong a su escuela hoy. No me gusta que salga solo, no cuando puede darle otro de sus episodios en la calle.

Yunho sonrió por la petición, respondiendo con un breve “no se preocupe, lo haré”.

Yihan arrugó el entrecejo. —Señor, ya que Yunho está aquí, pienso que debería ayudarme con mis deberes de vez en cuando. No lo digo por mí, claro está, lo digo para que tome experiencia. —Yihan dejo salir esa sugerencia, más como para impedir que Yunho saliera, que como para ayudarle. Yunho de inmediato capto las intenciones de su hyung y se mordió la boca. Ese Yihan enserio siempre se metía donde no lo llamaban.

—No me parece mala idea. —Concordó el señor Kim.

—Entonces que empiece hoy. —Yihan sonrió. —Puedo pedir un taxi para Jaejoong, o decirle al chofer, o puedo ser yo…

—No hace falta Hyung-nim. —Yunho se interpuso. —El señor Kim me mandó y no nos vamos a complicar la vida pidiendo taxis o choferes. Yo te puedo ayudar en cuanto vuelva.

—Tiene razón Yunho. —Dijo el señor Dakho —Además es mejor que Jaejoong este con alguien de confianza.

Yunho sonrió victorioso ante las palabras del señor Kim y antes de salir, le dedico una pequeña mirada altiva a su hyung como si se le estuviera burlando por no haber conseguido lo que quería.

Al verlo atravesar la puerta, Yihan tuvo que hacer un enorme esfuerzo en calmarse y no correr detrás de Yunho para impedirle ver a Jaejoong. Tenía que mantener la compostura. —Si me permite decirlo señor, me parece que no es muy bueno dejar a Yunho ocuparse de Jaejoong. —Pero sin poder evitarlo, él soltó aquella frase debido a que no quería que esa situación siguiera pasando en el futuro.

Debía poner al señor Kim en contra de Yunho.

—¿Por qué lo dices? —El señor Dakho alzo la ceja.

—Bueno, usted sabe lo reservado que es Jaejoong. No le gusta relacionarse con personas muy a menudo. No creo que se sienta cómodo teniendo que compartir su espacio con Yunho.

—Por lo que he podido ver ellos se llevan muy bien. Hasta me ha sorprendido a decir verdad. Jaejoong nunca se muestra cercano a mis empleados, y míralo ahora… ni contigo se comporta así.

Las palabras del señor Kim hicieron mella en Yihan, quien de nuevo tuvo que controlarse para no lanzar un grito de exasperación.

—Así que creo que todo está bien. —El señor Kim se levantó de su asiento, dando por terminado el tema. —Iré a almorzar con el presidente de nuestra asociación hermana, así que me tengo que ir. —despidiéndose, se trasladó hasta la salida hasta que algo llamo su atención. —¡Oh! Parece que Yunho dejo su celular. —exclamó mientras tomaba el aparato en sus manos.

Yihan de inmediato se volteo.

—Tendré que guardárselo. —Pero antes de que pudiera guardarlo en su bolsillo, Yihan llego hasta él.

—Yo se lo daré señor. Después de todo, me reuniré con él cuando llegue.

Sin sospechar nada raro, el señor Kim se lo entrego, saliendo junto después de la oficina. Al quedarse Yihan solo, miró el teléfono en sus manos y sonrió al caer en cuenta lo que podía averiguar con ese aparatico. Oprimió la tecla de prender que estaba en uno de los costados laterales pero el teléfono tenía clave. Frustrado, Yihan intento desbloquearlo de todas las maneras posibles hasta que la entrada de una llamada hizo que desistiera de su labor.

Yihan leyó el nombre del contacto: Se trataba de Jaejoong.

—¿Hola? —Yihan contestó y trató de que su voz gruesa sonara un poco más suave como la de Yunho.

—Yunho, ya salí de la escuela.

Yihan frunció las cejas. ¿Por qué Jaejoong llamaba a Yunho a decirle eso? —Tu padre me envió a recogerte.

Pudo escuchar una respiración emocionada de Jaejoong. —Entonces no podre esperar para verte.

—¿Por qué?

Porque te he pensado todo el día.

Ok. Esto ya era bastante extraño. Era obvio que esa conversación no era de simples amigos, o conocidos, o lo que sea que fueran Jaejoong y Yunho. —¿Y qué has pensado de mí? —Yihan le pregunto en un intento de averiguar más a fondo.

—Sabes lo que he pensado… lo que hemos estado pensando… los dos…

—N-no…no sé.

Escuchó a Jaejoong reírse al otro lado de la línea. —Entonces ven por mí y lo averiguaras.

Yihan cerró los ojos al reconocer que ese no sonaba a nada más que una táctica infalible de coqueteo. Nunca se imaginó escuchar a Jaejoong decir eso, ni en sus más locas fantasías, nunca se imaginó escuchar a Jaejoong coquetearle así a otro hombre. Pero ahí estaba y de no ser porque lo escuchó con sus propios oídos, él hubiera dicho que era una mentira. —Estaré ahí en unos minutos. —Dijo, esperando que Yunho no se apareciera frente a Jaejoong mientras ellos dos aún estaban hablando.

Te espero. —Jaejoong le contestó. —Y espero tu beso al llegar…

Yihan no lo pudo soportar más y colgó la conversación, sintiéndose terriblemente derrumbado. Entonces sus sospechas eran ciertas: Yunho y Jaejoong estaban en una relación. Su Jaejoong, el que por tantos años había amado, ahora estaba compartiendo con otro hombre lo que era para él. Lo que por derecho le pertenecía.

—Maldito Jung Yunho, me las pagaras. —Yihan siseo con sus dientes al dejar a un lado la tristeza y permitir que un sentimiento de odio le inundara el corazón. —Y tu Jaejoong… —Levantó el celular a la altura de su cara para permitirle ver el número de contacto que había acabado de llamar. —…Voy a asegurarme de que seas mío y de nadie más.



..




Yunho se echó a reír escandalosamente cuando vio a Jieun hacer una careta por el pedazo de bacalao que se había echado a la boca. En la reunión del partido de Corea, Jieun le había ganado a Yunho y según su apuesta, él debía molestarse en cocinarle algo “costoso y rico” a modo de castigo, aunque tomando en cuenta lo mal que cocinaba, más bien el castigo parecía ser dirigido hacia ella.

—¿No esta tan mal cierto? —Yunho le preguntó sonriente aun burlándose de la pobre chica.

Ella le envió una mirada de pocos amigos. —Oppa, te detesto. —Le susurró haciéndole reír de nuevo.

Ambos se encontraban en el apartamento de Yunho, el cual no había tenido tiempo de visitar regularmente desde que trabajaba para el señor Kim. Había llevado a Jaejoong un par de veces pero nunca se había demorado por más de cuatro horas, ya que el tiempo nunca le alcanzaba para poderse quedar. El apartamento lo había adquirido hacia algún tiempo gracias a sus ahorros y al préstamo que sus padres le habían hecho. Obviamente no se comparaba con la enorme casa de los Kim, pero al ser de él, el pequeño espacio tenía un rinconcito especial en el corazón de Yunho.

—Debiste haber desistido de tu premio cuando tuviste la oportunidad. —Yunho le dijo en cuanto vio como la chica terminaba de tragar el empalagoso bocado que le había dado a probar.

—Pero no hubiera tenido la oportunidad de estar aquí…contigo. —Se detuvo por un momento. —Eh…me refiero a que…—empezó a balbucear notando como Yunho la miraba fijamente por su repentino nerviosismo. —Solo olvídalo.

—Ok. —Yunho se rió confundido. —A veces pienso que te comportas de manera extraña conmigo.

Jieun abrió los ojos. —¿Por qué dices eso?

—Porque se te enredan las palabras cuando te diriges a mí.

—¡No es así!...es decir….¡Argg!

Él se volvió a reír, esta vez más fuerte. —¡Ves lo que te digo! No me sorprendería que estuvieras enamorada de mi…—la frase salió más como una broma que como una consideración seria, sin embargo, Yunho no noto la cara de expectación de la chica que le parecía susurrar que eso exactamente era lo que estaba pasando.  
     
—¿Y qué pasaría si eso fuera así?...—Ella se arriesgó a preguntar.

—¿Qué cosa? —Yunho perdió el hilo de la conversación ya que su atención había regresado a la olla humeante de su bacalao.

—A que yo… sintiera algo por ti.

Yunho se le quedo mirando. —¿Lo haces?

El impulso de valentía de Jieun quedo cortado cuando el timbre del apartamento interrumpió su plática y provoco que Yunho se alejara para abrir la puerta. Pero en cuanto lo hizo, Jieun no pudo evitar sentirse confundida puesto que la persona que estaba tras de esta, era la última persona que creería que se aparecería en el apartamento de Yunho.

—Jaejoong… —Yunho susurró en shock al ver al chico entrar como pedro por su casa. —¿Cómo llegaste?

—Un mapa. —murmuró tranquilamente. Nunca había ido solo pero él recordaba a la perfección el camino para llegar. Se volteo hacia la chica clavándole sus ojos para luego voltear de nuevo a Yunho, demandándole una explicación con su mirada.  

Pero Jieun era la que más necesitaba explicaciones. —¿Qué haces aquí Jaejoong?

—Necesitaba ayuda con matemáticas. —Yunho se apresuró a responder y se puso en frente al chico antes de que las miradas matadoras de Jaejoong pudieran hacer algún daño en el cuerpo de Jieun. —Jaejoong necesitaba ayuda con unos ejercicios de matemáticas de la escuela, así que me ofrecí a ayudarlo en mi día libre.

Jieun no pareció muy convencida con la explicación. Había algo detrás de eso que le hacía dudar de las palabras. —Oh ya veo. —Ella se levantó del asiento y recogió su abrigo y bolso. —Lo siento Oppa, me tengo que marchar. Y si van a estudiar no quiero interrumpirlos. Nos vemos en esta semana. —Ella se excusó algo triste por su breve visita. De verdad no quería irse sin embargo algo le hizo saber que en el momento en que llego Jaejoong, ella ya no era necesaria allí.

—Cuídate Jieun. —Le dijo Yunho.

Ella asintió hacia él y cuando se retiró, Jaejoong no espero y se subió en el puesto que había estado ocupando Jieun, como si con eso quisiera borrar la presencia de la chica e instalar la suya. —La invitaste a ella y no a mí. —Fue la afirmación que Jaejoong soltó luego de unos segundos. No había tristeza ni reproche en ella, pero Yunho pudo intuir que Jaejoong quizá si estaba un poco dolido por el asunto.

—Tenía algo de tiempo libre y le debía una comida. No podía retrasarlo por más tiempo. —Yunho le explicó. Ese fin de semana, su familia llegaría de Gwanju por lo que le había pedido permiso al señor Kim de retirarse esos dos días. —Además, ¿No se supone que hoy estarías con tu padre?

—Me escape. —Jaejoong murmuró como si fuera la cosa más normal del mundo.
—Jae, ¿Qué te dije acerca de preocupar a los demás? Además, tu padre podría sospechar de nuestra relación si sigues desapareciendo de su vista de esa manera.

Jaejoong torció la boca ante ese sermón, a él verdaderamente no le gustaba ser regañado. —Parece que no estas feliz por mi presencia. —le dijo haciendo un pequeño puchero, queriendo hacer sentir sutilmente culpable a Yunho para poder recibir uno de sus cariños.

—No, no es eso. —Le funcionó puesto que Yunho se ubicó a su lado, y puso una mano detrás de su espalda baja, comenzando a acariciarlo. —Solo que no quiero que hagas cosas imprudentes por querer verme. Nos vemos todos los días, no sé porque…

—Solo pienso en ti. —Jaejoong se sobrepuso a sus palabras mientras llevaba su mirada hacia arriba y posaba sus ojos en los de Yunho. Pero contrario a su mirada habitual, esta no parecía penetrante ni intimidante. Más bien era una mirada de súplica, como si a Jaejoong le estuviera rogando a Yunho entender sus sentimientos. Y es que Jaejoong pocas veces expresaba lo que sentía con palabras, puesto que siempre intentaba demostrarlos con actos. Si había tenido la necesidad de expresarle a Yunho tal cosa, es que de verdad la estaba sintiendo muy intensamente. —No me concentro, no duermo, porque quiero estar todo el tiempo contigo.

Yunho se quedó perplejo por las palabras. Generalmente eso era algo que él diría, no Jaejoong. —Lo sé, yo siento lo mismo.

Jaejoong sonrió sutilmente por la afirmación y compartió con Yunho un beso mojado que solo duro unos segundos. A continuación, Jaejoong se bajó del asiento y se fue a acomodar al sofá cama lleno de cojines que Yunho tenía desplegado en el centro de su pequeña sala. Busco el control y prendió la televisión. Estaban dando un programa de variedades.

—Tienes que avisarle a tu padre que fuiste a la casa de un amigo. Yo te iré a dejar más tarde en tu casa. —Yunho le dijo mientras se acomodaba detrás de Jaejoong y lo rodeaba con sus brazos.

El menor hizo una mueca por la frase. —No me quiero ir hoy. Se está haciendo de noche.

—Con más razón.

Ignorándolo, Jaejoong cambio de canal, cayendo en uno donde estaban dando un drama.

—¿Estas molesto porque viste a Jieun aquí?

Jaejoong frunció las cejas ante la pregunta, él no había dado indicios de que estuviera enojado.

—No hay nada de que preocuparse, ya te lo he dicho, solo es una amiga. —Yunho le beso la cien. —Además… —Las  manos de Yunho que habían estado en su cadera, se trasladaron más cerca de su entrepierna, tomando indecisamente el borde de la camiseta escolar de Jaejoong. —A ella no la tocaría como quisiera tocarte a ti.

Jaejoong sintió la seducción en la voz de Yunho y se presionó de espaldas contra el pecho de Yunho, ladeando su rostro para poder verlo. —Me quedare esta noche aquí. Te convenceré que me dejes quedarme aquí. —Vino la frase un poco inesperada que hizo a Yunho arrugar el entrecejo.

Luego y sin meditarlo mucho, Jaejoong tomo las manos de Yunho con sus manos y las dirigió debajo de su camiseta, haciendo que estas acariciaran sus pezones que comenzaban a ponerse duros por la excitación. Yunho capto de inmediato el mensaje y empezó a consentir con sus dedos esos pezones; exprimiéndolos, masajeándolos y oprimiéndolos para provocarle gemidos a su Jaejoong.

—¿Me vas a convencer seduciéndome, no es así? —Yunho le susurró en el oído cuando su cuerpo alcanzo el calor necesario para no hacerlo parar. —Debes tener cuidado, porque puedo ser muy impaciente.

Sin importarle la advertencia, Jaejoong se dio media vuelta y le dio un beso abierto a Yunho, mezclando sus salivas entre sí. El menor podía parecer reservado, pero cuando se le incitaba, podría llegar a comportarse bastante provocativo.

Y Yunho no lo iba a desaprovechar.

Haciendo un camino de besos e imperceptibles mordeduras en la piel expuesta del cuello de Jaejoong, Yunho trato de quitarse la camisa y el pantalón en el proceso. Cuando quedo solamente en boxers, agarró las manos de Jaejoong e hizo que lo acariciara, de arriba hacia abajo, para permitirle explorar todo su cuerpo. —¿Ya decidiste que es lo que quieres? —Le preguntó expectante aunque ya supiera la respuesta por las acciones de Jaejoong.

Jaejoong se mordió los labios. —Sí.

Sin esperar más, Yunho lo atrajo de nuevo a su rostro y procedió a saciar las ganas que desde hacía bastante tiempo deseaba su cuerpo. No quería ser demasiado rudo puesto que esta sería la primera experiencia sexual de Jaejoong. Quería que fuera especial, suave y pasional, para que Jaejoong nunca olvidara la vez que dejo de ser un niño.

—Déjame desnudarte. —Yunho fue el que se ubicó esta vez arriba de Jaejoong y empezó a despojarlo de sus uniforme escolar, dejándolo completamente expuesto a él. Queriendo emular el ambiente ideal, Yunho tomo el control de TV y puso una emisora de radio la cual transmitía música que él sabia era perfecta para hacer el amor. Se levantó y atenuó la luz principal para hacer que la atmosfera se sintiera más cálida.

Mucho más pasional.

Volviendo de nuevo hacia Jaejoong, él se bajó los boxers por completo y despojo a Jaejoong de los suyos. Se sentó frente a él para que pudieran besarse mientras se abrazaban y entrelazaban sus piernas. El cuerpo pequeño de Jaejoong lo prendió aún más; la diferencia de edad y tamaño entre los dos era muy perceptible.

Muy prohibida.

—¿Sabes lo que pasara cierto? ¿Estas consiente de esto? —Yunho le preguntó una vez más solo para cerciorarse. No quería quedar como el aprovechado de la situación.

Jaejoong asintió débilmente.

Ante el permiso para poder proseguir, Yunho acaricio los laterales del abdomen de Jaejoong y restregó sutilmente su pene con el de él. Ambos crecieron conforme el libido fue subiendo. Después, vino otro beso hambriento, que dejo sin fuerza a los dos. Jaejoong incluso pudo sentir la desesperación de Yunho por reclamar su cuerpo ya que las respiraciones y gruñidos que ocasionalmente soltaba, no eran más que señales de impotencia por querer descargar todo lo que tenía dentro debido a su abstinencia. Y es que Yunho no había tenido sexo desde hacía mucho tiempo, y siendo él un hombre joven y saludable, era más que comprensible que de verdad estuviera desesperado por enterrarse dentro del menor.

—Espérame aquí. —Le susurró Yunho al levantarse e ir a su cuarto a sacar una botella de lubricante. Cuando regresó, Jaejoong estaba comenzándose a poner listo ya que se recostó contra el espaldar del sofá-cama y abrió con disimulo sus piernas, invitando a Yunho a enterrarse entre ellas.

Yunho se quedó un instante observando la bonita vista del cuerpo tentativo y joven de Jaejoong, y seguidamente, se puso de rodillas ante él, bombeando su pene mientras miraba la cara de Jaejoong que parecía incitar que lo cogiera.
Lubricó su pene y lubricó la entrada de Jaejoongie. Puso una almohada debajo del trasero del menor para que le permitiera mejor acceso y acomodo sus manos a ambos lados, empezando a meterlo.

Pero era difícil, Jaejoong era demasiado estrecho y delgado como para que su pene pudiera entrar.

—¡Ah!... —Jaejoong lloriqueo al sentir la cabeza abriéndose paso en su entrada. Se sentía incómodo y doloroso.

—Relájate. —Yunho le aconsejó e intentó de nuevo, siendo absorbido y luego expulsado por el agujero. Tenía que tratar con más lubricante, no se iba a quedar con las ganas.

Intento de nuevo y no lo consiguió. Trató una vez más y no dio resultado. Ya se estaba comenzando a rendir cuando sintió como Jaejoong tomo su pene y abrió sus piernas completamente, guiándolo suavemente por su entrada mientras él mismo la acomodaba dentro.

Logro entrar apenas la mitad pero eso era más que suficiente para permitirle moverse y liberar su excitación. —Uhhh, eres muy apretado bebe. —Yunho le susurró y beso la frente de su niño. —¿Quieres que te abra un poco más?

—…Si. —Jaejoong asintió con el aliento entrecortado.

Asintiendo, el mayor se empezó a mover muy, muy lento, tratando de no hacer movimientos bruscos para no lastimar a Jaejoong ni dejar que el estrecho agujero lo expulsara de nuevo. Le estaba costando trabajo, pero al menos la sensación era placentera. Su pene estaba siendo aprisionado muy deliciosamente entre paredes vírgenes y estrechas que no hacían nada más que intentar sacarlo.

Los hombros, cuello y rostro de Jaejoong se encontraban enrojecidos. Sus ojos fuertemente cerrados y con lágrimas queriendo brotar de ellos. Yunho se sentía muy grande en su interior, parecía en verdad como si lo fuera a partir. Se sentía totalmente lleno.

—Bebe, ¿Te gusta?... dímelo.

Jaejoong gruño leve a forma de respuesta.

Conforme las embestidas fueron avanzando, el cuerpo de Jaejoong fue cediendo poco a poco, permitiéndole a Yunho enterrarse más hasta que sus bolas estuvieron a ras con la curvatura del trasero de Jaejoong. a partir de ahí, todo se sintió un poco más delicioso, puesto que su pene se pudo mover más fluidamente y el ritmo por consiguiente, fue más rápido.

Yunho notó como Jaejoong seguía con los ojos cerrados, y en un intento de  tranquilizarlo, lo abrazó fuerte y se dejó caer sobre su cuerpo, ubicándose ambos de lado para no recaer todo su peso encima de él. Pasó por debajo de la rodilla de Jaejoong su antebrazo para tener más acceso y comenzó a penetrarlo un poco más fuerte. Las respiraciones se volvieron agitadas y los murmullos salieron sin filtro, ya que estando en la privacidad del departamento de Yunho, podían enloquecer sin ser escuchados.

—¡Mmm! —Yunho gruñó, su lengua mojando sus labios. —Jaejoong… —Busco con su boca la boca agitada del otro, compartiendo caricias y saliva entre sí. Sus frentes y pechos estaban totalmente unidos, sus brazos sosteniéndose uno al otro para evitar ser separados.

—Yunho… duele… —Jaejoong rogó con lágrimas mojando su cara y Yunho se dio cuenta que quizá esa posición no era la ideal para Jaejoong. Decidió mejor cambiarla. Sacando su pene y volteando a Jaejoong de espaldas hacía él, Yunho se pegó por detrás de su cuerpo y levanto una de las piernas del menor, volviéndolo a penetrar esta vez mucho más fácil puesto que el ano se había expandido de tal forma que ya no le tanto trabajo entrar.

El mete y saca se volvió mucho más intenso.

El agujero siendo invadido y el pene atacándolo sin pudor.

—¡Mmm! ¡Ah! —Jaejoong gimió fuerte mientras sentía a Yunho penetrarlo por detrás. El sofá-cama empezó a tambalearse y todo el apartamento a calentarse debido a sus cuerpos.

El orgasmo pronto llegaría a su meta.

En un momento dado, el más pequeño arqueo su cuerpo y pego su cachete con el cachete de Yunho el cual le gemía en el oído, diciéndole lo bello que era estar dentro y lo caliente que estaba por estar penetrándolo de esa forma. Luego, agarró el pene de Jaejoong y comenzó a bombearlo con dedicación para hacerlo correr al tiempo en el que él calculó que se iba a venir. Casi coincidieron, pero Yunho termino viniéndose antes y Jaejoong un poco después.

—¡Yunho…! —Jaejoong exhaló el poco de aire que le quedaba en los pulmones. Los pechos de ambos parecían uno ya que subían y bajaban al mismo tiempo. Las extremidades y sus cabezas temblando por el placer.

—¿Bebe, estas bien? —Yunho se irguió un poco y le preguntó a Jaejoong ya que noto como este no se movió ni siquiera para limpiarse el rastro de su semen que estaba en su abdomen.

Jaejoong estaba completamente agotado y su ojos amenazaban con cerrarse puesto que otro ataque de narcolepsia iba a tomar su cuerpo. Al final, Jaejoong se rindió ante esta y se quedó dormido, siendo levantado por Yunho quien lo llevo hasta su cama y se acostó junto a él.

Lástima, no había cabida para otra ronda de sexo aunque en realidad, esa había sido más que suficiente para satisfacerlos así fuera unas horas.

Y al final, Jaejoong había conseguido lo que se había propuesto.

Se había quedado a dormir en el departamento de Yunho.


..



A la mañana siguiente, Yunho se despertó al ser expuesto al rayo caliente del sol que entro por la ventana de su cuarto. La atmosfera se sentía cálida y Yunho intentó recordar lo que había sucedido la noche anterior en la sala de su departamento. El recuerdo vivido de repente lo inundó: Las caricias suaves, los besos entregados… la estrechez de Jaejoong. Yunho se dejó caer de nuevo en su almohada, sintiéndose relajado y extremadamente feliz.

De ahora en adelante, le haría el amor a Jaejoong todos los días de ser posible.
—¿Jaejoong? —Preguntó a su lado esperando encontrar dormido el cuerpo de su bebe, pero se sorprendió al notar que este no estaba metido entre sus sabanas. Es más, ni siquiera estaba en la habitación.

Confundido, Yunho se levantó de la cama y se colocó unos boxers que saco de su armario, saliendo en busca de Jaejoong.

Lo que vio en la sala lo dejo erizado.

—¡Oh, Buenos días hijo!

Sentado en el mesón de la cocina, Jaejoong se encontraba conversando con ambos, su padre y su madre, quienes habían llegado de gwanju directo a su apartamento. Yunho aclaro su mente; entre toda la cuestión de Jaejoong y su primera vez, había olvidado completamente la razón por la cual pidió permiso para quedarse en su apartamento.

—Yunho… —Escuchó a Jaejoong susurrar mientras lo miraba con ojos cansados. Estaba vistiendo una de sus batas para dormir y a leguas se veía que no llevaba nada debajo de eso. Al menos Yunho lo percibió así.

—¡Hijo ¿Cómo estás?! —Su madre fue a abrazarlo y luego su padre lo hizo. Yunho apenas pudo responder sus abrazos debido a lo consternado que estaba. —Me alegra mucho verte por fin.

Yunho se aclaró la garganta. —A mi también me da gusto verlos. 

—Tu dongsaeng nos contó que lo ayudaste con unos ejercicios de matemáticas. —Dijo su madre mientras se ponía al lado de Jaejoong. —Dijo que es hijo de tu jefe.

—Sí, así es. —Yunho le dirigió la palabra a Jaejoong. —Jae…dongsaeng, ve alístate que tengo que llevarte a tu casa ¿De acuerdo?

Jaejoong asintió y fue directo hacia el cuarto de Yunho, lanzándole una última mirada al mayor antes de desaparecer por la puerta. Al verlo entrar, Yunho exhaló un poco de aire e intento calmarse puesto que no quería levantar sospechas con sus padres. —Tiene un examen de matemáticas el lunes que viene, así que me ofrecí a ayudarlo a estudiar. Se nos hizo un poco tarde por lo que tuvo que quedarse a dormir aquí.

—Oh veo, no sabía que eras tan amigo del hijo de tu jefe. —respondió el padre de Yunho.

—Sí, somos buenos amigos. —Le contestó, imaginando qué pensarían ellos al enterarse de lo que en realidad habían estado haciendo en la noche. De que aquellos ejercicios de matemáticas, se trataban más bien de otra cosa—Es un buen chico.

—Sí, que lo es. —La madre de Yunho se sirvió un poco de café que había puesto en la cafetera. —Es alguien muy respetuoso, y evoca un aire de inocencia. Es un chico muy lindo además. —Se rió suave. —Me alegro mucho de que estés comportándote como un hyung responsable con él.

—Sí —Yunho bajo el cabeza, algo incómodo. —¿Han comido algo? Puedo prepararles el desayuno si quieren. —trasladándose a la cocina, Yunho intentó dejar a un lado el tema y ocupar su mente en otras cosas, ya que el pensamiento de lo que hubiera pasado si sus padres lo hubieran pillado en la cama junto a Jaejoong, lo hizo enrojecer intensamente. 



..



—Tus padres son personas agradables.

Jaejoong le dijo aquel lunes después en la cocina de la casa mientras degustaba un delicioso tazón de chocolate derretido.

—Si lo son. —Yunho concordó. —Y al parecer tú también les agradaste. —Le dijo al recordar como su madre no había parado de hablar en todo el fin de semana de lo lindo y educado que fue Jaejoong en esos pocos minutos que habían compartido dos días atrás. Se sintió un poco aliviado al conocer eso, alegre de que Jaejoong haya obtenido algo así como el visto bueno de sus padres.

—Es bueno escuchar eso. —Jaejoong sonrió y se metió una cucharada de chocolate en la boca. Yunho se relamió los labios al ver al muchacho lamer la cuchara, sacar su lengua para limpiar los restos de sus labios y volver adentrarla en su boca, degustando aquel delicioso chocolate. Jaejoong verdaderamente sabía cómo provocarlo sin ni siquiera intentar hacerlo.

—Jae, eso es una linda vista. —Le susurró —¿No me darás un poco de tu chocolate? —Le preguntó mientras hacía un puchero. —Tengo hambre.

Jaejoong le devolvió la mirada, travieso. —No.

Yunho sonrió al reconocer el modo testarudo de Jaejoong, ese que siempre ponía cuando quería conseguir algo del mayor. —Eres malo conmigo, deberías darme un poco. —Dijo y le intentó quitar la cuchara de las manos, pero Jaejoong fue rápido y la alejo, no dejándosela quitar de Yunho. A continuación, hubo un momento de forcejeo combinado con risas y toqueteos, hasta que Jaejoong tomo un poco de chocolate y se metió la cuchara en la boca. Yunho aprovechó esto para sacarle la cuchara de la boca y tomarle los labios, haciéndole abrir la boca para que pudiera compartirle el chocolate que se había acabado de meter. El beso, lleno de saliva y chocolate, fue convirtiéndose en uno apasionado mientras pasaban los minutos y cuando al fin se les dio la gana separarse, ambos quedaron con los restos en los labios, luciendo como si hubieran metido la cara en el tazón de chocolate.

Yunho tomo una servilleta y se limpió la boca. Le limpio la boca a Jaejoong después.—Si ves, La próxima vez no deberías negarme nada.

—Hay mucho chocolate en la nevera si deseas.

El mayor sonrió y se acercó a su rostro, murmurándole. —Pero yo quería TU chocolate. Además, con tus labios sabe mejor, mucho mejor. —Se dieron otro beso, terminando de limpiarse los remanentes que habían quedado en sus caras. —¿Cómo te fue en la escuela? Escuche de tu padre que sacaste por segunda vez consecutiva el puesto número uno en la clase. —Le dijo mientras volvía a su puesto inicial.

Jaejoong asintió mientras comía otro bocado más.

—Yo también me he esforzado en mi trabajo. Estoy seguro que muy pronto tu padre me dará un ascenso.

—Dejarías de vivir aquí si pasa eso.

—Pero siempre podemos vernos en mi apartamento. —Yunho le dijo seductoramente recordando lo bien que se la habían pasado en su apartamento de Yunho. —Jaejoong, he trabajado duro y quiero una recompensa por mi desempeño. —Yunho le comentó a modo de súplica queriendo recibir una de las atenciones del menor. A veces podía ser muy consentido.

Comprendiendo al instante que era lo que el mimado de Yunho quería, Jaejoong se apartó de su asiento y se ubicó detrás del mayor, colocando ambas manos en sus hombros y brindándole un lento masaje. Yunho sonrió ante las caricias y se relajó en su puesto. Su cabeza cayendo hacia atrás.

Luego, Jaejoong cambio de posición y se ubicó esta vez al frente de Yunho sin dejar de mover sus manos sobre los hombros de este. Yunho aprovecho la cercanía para tomar a Jaejoong de las caderas y subirlo sobre sus muslos. Sus rostros quedaron muy cerca de pronto y el masaje se volvió más lento y pasional conforme fueron pasando los minutos. No les importaba que estuvieran en medio de la cocina, con el riesgo de ser sorprendidos por cualquiera… en ese instante solo importaban ellos dos.

—Bésame.

Jaejoong sintió como Yunho se acercó para un beso, pero de inmediato se bajó, queriendo provocar al otro con sus juegos. —Es suficiente. —le dijo.

—No me puedes dejar así como así Jaejoong. Seduciéndome y después alejándote de mis labios.

—No tengo ganas de un beso.

—Pero yo sí. —Yunho se bajó del asiento.

Jaejoong entonces tomo de nuevo la cuchara y se embarro un poco de chocolate en los labios y la lengua, susurrándole. —Ven por él.

Más rápido que un rayo, Yunho reclamó su tercer beso de la noche, abrazando con fuerza a Jaejoong mientras este intentaba erguirse y enroscar sus brazos en el cuello del mayor. Y el beso hubiera seguido un poco más de no ser porque el ruido de un plato rompiéndose en el piso hizo que ambos se soltarán y se alejaran del otro.

Sus ojos se abrieron en sorpresa.

Alguien los había descubierto y ese alguien era la señora Young Mi, quien incrédula quedo erizada en la puerta de la cocina. —¿Qué…demoni…?

—¡Señora Young Mi! —Yunho de inmediato se limpió la boca y alzo las palmas de manera defensiva. —No es lo que cree, enserio.

—¿Qué…esta…?

—Déjeme explicarle.

—¿Qué esta….?

—Espere.

—¡¡¿Qué está sucediendo aquí?!! —La mujer al fin encontró las palabras para expresarse, dejando callado al pobre de Yunho que estaba temblando por los nervios. —Jaejoong ve a tu cuarto, por favor. —Le ordenó y Jaejoong salió como alma que lleva el diablo de la cocina, abandonando a Yunho con el dilema.

Ahora si estaba metido en problemas.

—Señora Young Mi, espere, déjeme explicarle.

—¿Se puede saber porque estabas besando a Jaejoong? —Young Mi le exigió mientras ubicaba ambas manos sobre sus caderas. De verdad estaba muy confundida.

—Yo…nosotros… —Yunho no sabía cómo empezar a explicarle la situación. Su lengua se trabo en su boca.

—¿Acaso tienen algo? ¿Están juntos?

—Nosotros…

—¡Pero dime Yunho, dime!

—¡Ya está bien! —Yunho al fin pudo controlar a su boca —Yo estoy en una relación con Jaejoong. Él y yo…estamos saliendo.

La explicación salió y Young Mi tuvo que sostenerse del mesón para evitar caer.  ¿En una relación? ¿Una relación de pareja? —¡Pero qué es lo que dices muchacho! Tu eres un hombre y él es un niño… ¿Acaso te has dado cuenta que ese muchacho es diez años menor que tú, cierto?

—Obvio.

—Y que es el hijo de tu jefe además.

—Lo sé. —Yunho suspiró. —Pero tiene que saber que yo no forcé nada. La decisión de  estar juntos fue de mutuo acuerdo.

Young Mi no encontraba una respuesta lógica a todo eso. ¿Desde cuándo ellos habían comenzado con su supuesta relación? Porque por las interacciones que veía entre los dos, Yunho y Jaejoong no eran más que conocidos viviendo bajo el mismo techo.

¿Desde qué momento comenzaron a desarrollar sentimientos por el otro?

La señora tuvo que sentarse y meditar por unos minutos antes de volver a dirigirle la palabra a Yunho. Tenía que pensar con frialdad para saber cómo manejar el tema. —¿Alguien sabe de esto?

Yunho se mordió la boca. —No.

—Tarde o temprano alguien más se tiene que enterar. Sobre todo el padre de…

—Lo sé. —Yunho la interrumpió, luciendo verdaderamente apenado.

Unos cuantos minutos de silencio vinieron después mientras Young Mi intentaba aclarar sus ideas para poder dirigirse a Yunho. Ella conocía a Jaejoong desde que este apenas era un bebe, ahora al pensarlo tener una relación con un hombre mucho mayor, era algo que la asustaba. Su sentimiento materno protector quiso apoderarse de ella, pero su sexto sentido de mujer, le dijo que quizá dejar seguir la relación no era tan malo como sonaba.  

—Mira Yunho… —Young Mi por fin habló. Su voz sonando tan seria como Yunho nunca la había escuchado. —Tú eres un hombre adulto que sabe tomar sus propias decisiones. Jaejoong aunque sea menor de edad, tampoco es cualquier niñato inmaduro y sé que tiene el criterio suficiente para conocer sus actos y sus consecuencias. Si me dices que fue un mutuo acuerdo entre los dos te creo y no voy a interferir entre ustedes. Pero debes saber que tarde o temprano esto tiene que salir a la luz.

Yunho asintió, levantando su rostro.

—Y te pediré algo más… —Young Mi dejo su asiento y se acercó a él. —Debes hablar con Jieun sobre esto. Ella se encuentra muy ilusionada contigo y no quiero que siga pensando que tiene una oportunidad ¿Lo harás?

—Lo hare. —Yunho le prometió.

La noticia de que Jieun tenía sentimientos por él no fue tan inesperada puesto que ya lo sospechaba desde hacía algún tiempo. Sus contantes miradas, nervios y sonrojos, eran una fuerte señal de que algo pasaba ahí. De que ella moría con su presencia. Él debía admitir que quería mucho a Jieun, pero no de la manera en que ella quería que la quisiera, por lo que no podía continuar mostrándose indiferente a sus actos. Al fin y al cabo, Young Mí tenía razón. Debía hablar con ella para aclararle lo que sentía y lo que sentía además por Jaejoong.

—Lamento que te hayas enterado de esta forma. —Yunho le dijo y le ofreció una reverencia a manera de disculpa.



..




Mirando la hora en su reloj de muñeca, Yunho se acomodó en la silla de aquella cafetería en donde había citado a Jieun para conversar. Tomó un sorbo del café humeante que estaba delante de él y trató de lucir sereno para no evidenciar lo tenso que estaba.

Para su buena o mala fortuna, Jieun no tardó en llegar, luciendo un poco más arreglada de lo usual. Su cabello castaño que normalmente estaba atado en una coleta, caía sobre sus hombros y su ropa holgada, esta vez fue remplazada por un conjunto más femenino. Parecía como si en verdad hubiera prestado atención extra a su apariencia y Yunho no pudo evitar sentirse mal al pensar que ella creía que la había invitado a una cita.

Jieun llego a la mesa. —Disculpa, Oppa. ¿Llegue muy tarde?

—No, apenas. —Yunho se aclaró la garganta, pensando cómo sería la mejor forma de iniciar con el tema.

—Bien, me alegro. —Ella se sentó. —Entonces, ¿Cómo te ha ido?

—Jieun… necesito hablar contigo.

Ella hizo una mueca. —Estamos hablando Oppa. —Dejo salir una sonrisa.

—No, de verdad necesito decirte algo importante. —Yunho tomó aire y se removió en su asiento. Ubicando ambos codos sobre la mesa, él la miro fijamente —Ya sé que estas enamorada de mí.

La cara sonriente de Jieun se quedó en blanco para luego transformarse en una mueca incomoda. —¿Pero porque dices eso? —Se rió un poco para ocultar sus nervios. Esto de verdad no lo esperaba.

—Porque tu tía me lo conto y porque lo he notado además.

Mordiéndose los labios, ella bajo un poco la mirada, sintiéndose ahora atrapada y sin opciones de seguir ocultándolo más. —No quería que te dieras cuenta la verdad.

—No, no importa. —Yunho la tranquilizó —No debes sentirte avergonzada de eso. —Se mantuvo un momento en silencio, tratando de seguir con lo que quería decir. —Sin embargo eso no es lo único que quiero decirte.

—¿Qué es?

—Jieun… lo siento, yo estoy en una relación.

Ante la afirmación, ella se quedó perpleja. Su corazón rompiéndose en pedacitos. —¿Con quién? ¿La conozco?

—Sí, lo conoces.

—¿Lo conozco?

Yunho se aclaró de nuevo la garganta, ya completamente preparado para decirle la verdad. —Sí, se trata de Jaejoong.

La mesa quedo en silencio.

Hubo un breve instante en que Jieun se preguntó si Yunho le estaba jugando una broma, pero el hombre se veía tan serio que parecía no estar tomándole el pelo. —¿Jaejoong…? ¿Ese Jaejoong?

—Sí, ese Jaejoong.

Jieun abrió la boca ante la confirmación, sin poder dar crédito a lo que estaba oyendo. Ese Jaejoong… ese Jaejoong adolescente que apenas si mencionaba palabra… ¡¿Era ese Jaejoong!? La mujer enserio no lo podía creer, de todas las personas posibles en este mundo con las cuales Yunho podía tener una relación, Jaejoong era sin duda la más inesperada. —Pero… ¿Por qué…? —Ella intentó formar una pregunta pero le fue imposible. Simplemente estaba demasiado en shock.

—Si te refieres a cómo fue que se dio todo, la verdad no lo sé. Solo sé que nos atrajimos y empezamos con esto. Eso fue todo.

—¿Entonces es serio?

—Sí, es muy enserio.

—¿Tu lo amas?

Yunho apretó sus labios. —Creo que sí.

Jieun de repente se mostró muy pensativa. A Yunho le causo algo de incertidumbre ya que pensó que de un momento a otro la chica se levantaría y le arrojaría su café encima. Pero eso no sucedió. En cambio, Jieun poso su mano sobre la mano de Yunho que estaba sobre la mesa, mirándolo a los ojos. —¿Quién sabe de esto?

—Tu tía solamente.

—¿Y el señor Kim?

Yunho guardo silencio y desvió su mirada, manifestando de esa manera su respuesta.

—Tarde o temprano tendrán que decirle.

—Si lo sé. Es algo que debemos hacer. —Observándola de nuevo, Yunho agarro la mano de la chica que estaba sobre su otra mano y le habló directamente a los ojos. —¿Qué piensas de todo esto? ¿Cómo te sientes?

La chica dudo unos momentos en contestar la pregunta pero luego se armó de valor y exhalando una respiración profunda, lo enfrentó. —Creo que dentro de mí sabía que tú y yo no podíamos estar juntos. Aun así tenía una pequeña esperanza, pero supongo que ya me he enfrentado a la realidad.

Hizo una pausa, tomando aliento.

—Lo de Jaejoong y tú de verdad me deja estupefacta, más por el hecho de que él aun es un adolescente. No obstante, si ustedes se quieren y ha funcionado… no veo porque no deban seguir juntos.

Esa respuesta fue como una brisa de alivio hacia Yunho, el cual ya pensaba que Jieun lo repugnaría, y lo tacharía de aprovechado y pervertido. Jieun de verdad era muy buena persona y buena amiga, quien a pesar de su dolor solo deseaba lo mejor para las demás personas. Su reacción, contrario a la esperada, había sido comprensiva y hasta alentadora. Yunho se sintió de repente muy agradecido por tener a alguien como Jieun dentro de su vida.

—Gracias. —Yunho le contestó con sincero aprecio. —Y de verdad lamento no poder retribuir tus sentimientos.

—No pasa nada Oppa. Siempre podemos seguir siendo buenos amigos —Ella trato de minimizar el daño, aun así Yunho pudo ver tristeza en sus ojos.

—Lo siento.

Un momento incomodo se formó después. Ambos no sabiendo como continuar puesto que las cosas de una u otra manera habían cambiado para los dos.

Y cuando Yunho estuvo a punto de decir adiós y salir de ahí, Jieun le gano la palabra, proponiéndole: —Oppa, va a haber una exhibición de arte en Cheonggyecheon, ¿Quieres ir? 

Sorprendido y hasta más relajado, Yunho aceptó la invitación, saliendo con Jieun de la cafetería, sintiendo que las cosas con ella quizá no iban a cambiar del todo como él creía.



..



Jaejoong esperó en la salida de su escuela a Yunho como ya se les había hecho costumbre hacia unas semanas atrás. Obedeciendo las órdenes del señor Kim, Yunho había tomado como rutina ir por Jaejoong a la hora del almuerzo para poder “robárselo” y competir al menos una hora de su día juntos antes de que llegara la noche.  

Y hoy parecía no ser la excepción.

Siendo sorprendido por dos grandes manos que le taparon los ojos por atrás, Jaejoong sonrió al escuchar cómo le susurraron en el oído “¿Adivina quién?”. Pensando que se trataba de Yunho, Jaejoong se volteo pero cuando lo hizo, la imagen de otro hombre lo dejo confundido. —Hyung…

—Hola Jaejoong. —Yihan le sonrió con una sonrisa resplandeciente. —Me alegra mucho verte hoy.

—¿Qué haces aquí?

—Tu padre me envió a recogerte. Quiere que te lleve a casa.

Hubo algo en esa frase que no sonó correcto. Que no sonó sincero. No obstante Jaejoong lo dejo pasar, después de todo Yihan no le había dado razones antes para desconfiar. —Bien, —asintió —¿Por qué no vino Yunho?

Yihan agudizo su vista ante esa pregunta. —¿Hubieras querido que viniera Yunho? —le dijo a modo de broma aunque por dentro estuviera muriéndose de los celos.

Jaejoong se mordió la boca y no le respondió nada, prefiriendo seguir a Yihan hasta el auto de este. Era extraño de que Yunho no le hubiera avisado que su padre había mandado a Yihan en vez de a él, pero decidió no pensar mucho en ello, meditando que tal vez a Yunho se le había acumulado trabajo y que por eso no había tenido tiempo para ir por él.




—¿Y cómo te ha ido en la escuela Jaejoong?

Yihan intentó iniciar una conversación casual luego de que transcurrieran alrededor de quince minutos de camino. Jaejoong se encontraba callado, mirando hacia afuera por la ventana con un dejo de decepción en su rostro. De verdad quería que hubiera sido Yunho el que hubiera ido por él.

—¿Te sucede algo? —Yihan le preguntó minutos después, al ver que le estaba costando sacarle una respuesta a Jaejoong.

Más de lo usual por supuesto. —No.

—Ok.

Yihan suspiró, regresando su vista al frente. Jaejoong parecía estar un poco más reacio de lo normal, cosa que definitivamente no le gustaba. No le gustaba ser ignorado por su “precioso” Jaejoong. —¿Quieres que te cuente algo? —Trató una vez más, no queriendo darse por vencido.

—¿Qué es? —Jaejoong preguntó con su voz suave, dejando de lado sus pensamientos sobre Yunho.

Yihan le susurró cerca. —Extraño vivir contigo.

Ante eso el más joven se tensionó y se acomodó un poco más en el asiento. La afirmación y el tono en que sonó no le gustaron para nada.
 
—¿Tu no extrañas vivir conmigo?

—Son buenos los cambios.

—No me estas respondiendo.

Jaejoong alejó su rostro, no queriendo darle una respuesta concreta. —Es bueno vivir con Yunho…—su boca le traiciono y la frase salió por sí sola, suspirando el nombre de su novio con adoración.

Yihan apretó el manubrio. —¿Entonces prefieres vivir con Yunho que conmigo?
El más joven se volvió a voltear. Sus ojos clavándose en los del mayor. —Hyung ¿Tienes algo contra Yunho? —Le preguntó al notar el evidente fastidio que Yihan mostraba cada vez que escuchaba  mencionar el nombre del otro. Jaejoong podría parecer desconectado, pero él se daba cuenta de todo.

Absolutamente de todo.

—¿Crees que deba tener algo contra él?

—Solo si te sientes amenazado.

Yihan paso saliva. —Es verdad, me siento amenazado. Entonces debo tener algo contra él.

A Jaejoong no le gusto como sonaron esas palabras. Su hyung lo estaba asustando y ya no hallaba la hora de llegar a su casa.

—Ustedes se llevan muy bien por lo que he notado.

El menor alzo los hombros. —Nos llevamos normal.

—Aun así, yo presiento que pasa algo… ¿No me estarás ocultando algo?

—En primer lugar, no creo que deba contarte algo.

La frase sonó demasiado dura, incluso para el mismo Jaejoong. El muchacho de verdad no entendía lo que estaba provocando y las consecuencias que iba a originar.

Y de un momento a otro, Yihan detuvo bruscamente el auto y se abalanzó hacia el puesto de Jaejoong, acechándolo con su cuerpo. Jaejoong se estremeció un poco al sentir el aliento cálido y demasiado cerca de su hyung. Sus presentimientos no fueron nada buenos. —Hyung ¿Por qué…?

—Solo te lo preguntare una vez más, Jaejoong —Yihan lo interrumpió —¿Qué tienes con Yunho? —Lo interrogó aunque ya conociera la respuesta.

Simplemente quería escucharla de la boca de Jaejoong.

—Hyung, aléjate. —Jaejoong le advirtió pero no lo suficiente amenazante para que le obedeciera.

—Otra vez no me estas contestando. ¿Qué tienes con Yunho?

Jaejoong no estaba dispuesto a revelarle a Yihan de su relación, es mas ni siquiera entendía porque le estaba preguntando aquellas cosas si se suponía que su relación solo la conocían ellos dos ¿Acaso Yunho había revelado algo?

—No puedo más, no puedo más Jaejoong —De un momento a otro, la voz amenazante de Yihan cambio y ahora sonaba derrotado, como si quisiera rendirse de una vez por todas. —No puedo más con esto.

—¿A qué te refieres Hyung? —Jaejoong preguntó algo consternado por el repentino cambio de actitud.

Yihan clavo su mirada en las pupilas oscuras de Jaejoong y antes de que el más joven pudiera impedirlo, Yihan aplasto sus labios encima de ellos moviéndolos con lentitud mientras degustaba el dulce sabor de la juventud de menor. El más chico simplemente se quedó estático, sintiendo como el otro succionaba con fuerza y lo mareaba por segundos. Pero entonces, la imagen de Yunho se le vino a la cabeza y Jaejoong ladeo su rostro, susurrando el nombre del moreno.

“Yunho…”

Yihan quien había estado volando en su propio cielo se sintió caer súbitamente. Abrió en demasía sus ojos y formó una expresión atemorizante en su rostro. —¡¿Qué acabas de decir?!

Jaejoong se encogió en el asiento, ahora si sintiendo temor por la actitud de Yihan. —Quiero ir a casa. —Fue lo único que su boca le dejo decir. Lo único que se le vino a la mente.

—No, no te iras. —Tomando con fuerza las muñecas de Jaejoong, Yihan se aplasto contra el cuerpo del menor, no dejándole escapatoria alguna. —Desde el momento en que te vi sentí cosas por ti. Desde ese momento… quise que fueras mío. He ocultado estos sentimientos por mucho tiempo pero ya no más, no voy a seguir deteniéndome, no voy a permitir que un aparecido como Yunho me aleje de lo que más quiero. De lo que más deseo en este mundo.

Yihan atacó el cuerpo de Jaejoong con toda su lujuria reprimida y su raciocinio voló lejos ya que no quería que lo detuviera. Y es que era verdad, tantos años, tanto tiempo anhelándolo. Su conciencia no le iba a permitir resistirse más.

—¡Aléjate! ¡Aléjate! —Jaejoong lucho contra el cuerpo a pesar de que su hyung estaba demasiado decidido en tomarlo ahí mismo.

—No, Jaejoong. Tú me darás lo que me pertenece. Me lo darás en este mismo instante.

Enojado como nunca, Jaejoong se las arregló para levantar su pierna derecha y darle un rodillazo en el estómago a Yihan, haciendo que este se contrajera y se alejara momentáneamente de su cuerpo. Tomando eso como una oportunidad para escapar, Jaejoong abrió la puerta del auto y corrió lo más rápido que pudo. A continuación, se camufló por las calles y luego se metió a la estación de metro más cercana que vio.

Ya dentro, recostó su cuerpo sobre una pared para poder descansar su acelerado corazón. Un mareo familiar comenzó a abarcar su cabeza pero Jaejoong fue fuerte, diciéndose a sí mismo que no podía darse el lujo de caer en un episodio estando solo en la calle y más encima siendo perseguido por su hyung que había perdido la cabeza.

Tomando alientos, Jaejoong se levantó de la pared, buscando el metro que lo llevaría a su casa.



..



El día siguiente fue tenso para Yunho.

En la tarde del día anterior, había buscado preocupado a Jaejoong en la salida de su escuela, solo para enterarse de que este había sido recogido por otro hombre. Ya en la noche cuando se encontró a Jaejoong en casa, este le relatò lo que Yihan había intentado hacer con él y el moreno no tardo en explotar de rabia. Amenazó con ir hasta Yihan y golpearlo en su petulante rostro, pero Jaejoong lo detuvo, diciéndole que no buscara problemas y que además, él no necesitaba que nadie lo defendiera.

Que él era perfectamente capaz de solucionar sus asuntos.

Aun así, Yunho estaba resistente a dejar pasar el suceso. Él debía hacerle saber a Yihan que el único que podía tocar a Jaejoong era él y que además, por más que su hyung intentara, él tenía el corazón de Jaejoong y eso no se lo podía quitar.

Debía dejarle en claro unas cuantas verdades para que ya no se atreviera a seguir inmiscuyéndose en lo que no le importaba.

Caminando por los pasillos de la empresa, Yunho esquivó a todas las personas y se adentró en la oficina de Yihan, cerrando la puerta a sus espaldas. Yihan estaba tan concentrado escribiendo en unas hojas que no se dio cuenta cuando Yunho entró sino hasta cuando este estrello su puño en su escritorio de cristal.  
De inmediato Yihan reaccionó. —¡¿Qué carajos te pasa Yunho?! ¡¿Por qué vienes a mi oficina y…?!

—No te hagas el santo Hyung, que ya se lo que sucedió ayer con Jaejoong.

Ante eso Yihan se quedó callado, dejando a un lado sus papeles. —¿Y ahora qué? ¿Vienes a comportarte como el protector de Jaejoong?

Yunho no podía creer lo tranquilo que estaba Yihan por todo el asunto. De verdad, era un descarado. —Vengo a decirte que no voy a permitir que vuelvas a hacer lo que intentaste hacer ayer.

—Tú no puedes darme órdenes.

—Pero te puedo advertir que te alejes de Jaejoong, ¿Sabes porque hyung? —Yunho se apoyó en el escritorio del otro. —Porque soy el novio de Jaejoong y tengo derecho a hacer eso.

Al oír esto, Yihan se levantó como un resorte de su asiento, dispuesto a enfrentar a Yunho. Saberlo era una cosa, pero que se lo dijeran en la cara era algo que sobrepasaba los límites de su paciencia. —Aléjate TÚ de él. No sé cómo lo hayas convencido o que táctica sucia hayas usado para estar con él, pero te advierto que no te durara mucho.

—No use ninguna táctica. Es más, el mismo Jaejoong fue el que se me acerco en un principio…

—¡Cállate! —Yihan se exasperó. —Tú no tienes derecho a estar con Jaejoong, yo sí.

—Por favor hyung, escúchate. —Yunho se acercó un poco más, realmente decidido a hacer que Yihan abriera los ojos. —Le doblas la edad a Jaejoong. No hay manera de que sigas tan obsesionado con él sabiendo eso. Es incluso estúpido que ambos, unos hombres hechos y derechos, estemos peleando por algo así.

—Pero de todos modos estas aquí estas ¿No? Tu también eres bastante mayor para Jaejoong y mira en lo que te has metido. Definitivamente, eres un burro hablando de orejas.

Yunho suspiró ante eso. De seguir así, nunca acabarían esa discusión. —Solo déjanos en paz.

—Pues no lo hare. —Yihan rodeo su escritorio y se ubicó frente a Yunho. —¿El señor Kim no sabe de esto, cierto? Pues yo me hare cargo de que lo sepa. Me hare cargo que se entere lo que ha estado haciendo su asistente con su pequeño hijo.

—¿Ah sí? —Yunho se acercó de manera amenazante. —Pues yo le contare como intentaste aprovecharte de él contra su voluntad.

—No te creerá Yunho. Mi palabra pesa más que la tuya. He trabajado con él casi cinco años de mi vida y él me considera como a un hijo.

—Un hijo que ha estado obsesionado con su otro hijo casi cinco años de su vida.
Irritado, Yihan empujó a Yunho, no permitiendo que este volviera a opinar o discutir sobre lo que sentía por el menor. —Lárgate de mi oficina. Lárgate de una buena vez.

—Como quieras. —Yunho fue hasta la puerta. —Pero tengo una última cosa para decirte: Esta vez lo deje pasar, pero si vuelves a tocar a mi Jaejoong, te juro que te romperé el rostro…

...y esto es una amenaza, Hyung-nim.

Azotando la puerta, Yunho abandonó la oficina, dejando a Yihan solo y con sed de venganza.



..



Yunho se sintió algo intranquilo cuando el señor Kim lo cito esa mañana a su despacho de la casa. Era día laboral y normalmente, ellos solo se reunían para trabajo al llegar a la oficina de la empresa, no dentro de la casa.

Sea lo que fuera lo que el señor Kim quería discutir con él debía ser importante.
Y Yunho ya tenía una pista de que era lo que tendría que decirle.

—Estoy aquí señor. —Yunho anunció al asomar la cabeza por la puerta, pero cuando vio a su Hyung Yihan sentado frente al señor Kim, pudo comprobar que sus sospechas eran una realidad.

Entrando con cautela, Yunho se acomodó en el asiento al lado de Yihan, viendo como este le dedicaba una irritante sonrisa de victoria.

—¿Qué sucede? —Yunho al fin se aventuró a preguntar al ver que ninguno de los dos le dirigió la palabra.

El señor Dakho apoyo ambos codos sobre la mesa, entrelazando sus manos. —Me he enterado lo que tienes con Jaejoong.

“Aquí viene” Yunho suspiró fuerte ante la frase y se mordió la boca, preparado para lo que le viniera encima.

—Me he enterado y la verdad me deja estupefacto esta noticia. Nunca hubiera imaginado que ustedes dos tendrían algo. —El señor Kim se detuvo por un momento. —¿Qué tienes que decir acerca de eso?

—Es verdad, yo tengo una relación con Jaejoong. —Yunho admitió sin tapujos. Ya era hora de hablar con la verdad. —Pero usted no se ha enterado de todo.

—Si es por la absurda amenaza que me hiciste Yunho, debo decirte que eso también se lo conto. —Yihan le dijo, dejando confundido a Yunho ¿Acaso este mismo le había confesado lo que le había tratado de hacer a Jaejoong? —Ya no tiene caso de que mientas Yunho. Le conté al señor Kim que tú me amenazaste con inventarte una historia ridícula acerca de querer abusar a Jaejoong, si yo le contaba sobre su relación. Así que ya no hay necesidad de que hagas eso.

Espera ¿Qué? ¡¿Yihan le había dicho eso al señor Kim como una mentira?! No, eso no podía ser posible. No había forma de que alguien fuera tan cínico en esta vida. Su hyung no solo se atrevía a exponer frente al señor Dakho su relación con Jaejoong, ¿Sino también lo calumniaba frente a este? No, Yunho no se iba a dejar. —Espere, señor. Eso no es lo que paso.

—Por favor, Yunho. Ya no tiene caso. —Yihan lo interrumpió. —Es claro que desde el principio, sentiste desagrado por mí. Y no sé si es por envidia o celos pero esto ya me lo venía venir. Es obvio que quieres mi puesto y la única forma que encontraste para conseguirlo, es difamar mi imagen ante el señor Kim. —Yihan dijo seguro no mostrando ni siquiera un atisbo de vacilación en sus palabras.

De verdad era muy bueno para mentir.

—¡Eso no es verdad señor! ¡Es una mentira! —Yunho se defendió, mostrándose terriblemente ofendido por las palabras. Yihan podía ser el favorito del señor Kim, pero eso no le daría ventaja para trapear el piso con él.

—Claro que lo es, Yunho. —Yihan continúo. —Tú te sientes amenazado por mí. No quise enfrentarme a ti antes porque soy tu hyung y se supone que te debo cuidar. Pero creo que esto ya ha llegado muy lejos. Es seguro que quieres mi puesto. Y no solo eso señor… —se dirigió al señor Dakho —Estoy seguro que manipulo a Jaejoong a meterse en esa relación. Estoy seguro que algo le debió haber dicho o hecho para que Jaejoong hubiera aceptado estar con él.

Al oír eso, Yunho no lo pudo soportar más. De verdad tenía que hacer algo para callarle de una buena vez la bocota al insolente de Yihan. Levantando su puño, Yunho estuvo decidido a reventarle la cara al hombre de no ser porque una carcajada estruendosa proveniente del cuerpo del señor Kim empezó a sonar, dejándolos a ambos confundidos.

¿Y ahora que era tan gracioso?

—Realmente eres impresionante Yihan. —El señor Dakho murmuró una vez pudo controlar su risa.

Yihan arrugo su entrecejo. —¿Por qué lo dice señor?

—Por tu capacidad para mentir.

Y de la nada, Jaejoong entro por una de las puertas laterales de la oficina, ubicándose de pie junto a su padre. Tanto Yunho como Yihan abrieron sus ojos pasmados al contrario de Jaejoong que permaneció sereno, mostrándose tal y como era siempre.

En total control.

—Ahora me pregunto si deseas repetir lo que dijiste con mi hijo aquí presente. —El señor Kim lo reto y Yihan se quedó callado, incapaz de mentirle a su “preciado Jaejoong” —Eso pensé. —El señor Kim asintió al ver cómo ni una sola palabra salió de la boca del hombre.

A continuación, de uno de los cajones de su escritorio, el señor Kim saco dos sobres de manila, ubicándolos encima de la mesa. —Reconozco que no me merezco el puesto del padre del año, pero cuando mi hijo se acerca a decirme algo, sé que mi obligación es creerle por sobretodo. Así que su palabra, no hay nadie quien pueda contradecirla.

Yunho miro a Yihan de la misma forma como este lo había recibido unos minutos atrás. “Así que el señor Kim ya lo sabía” Pensó.

—Debo decir que me siento profundamente decepcionado con tus acciones Yihan. De ti me hubiera esperado cualquier cosa, menos esto. —Colocando sus dedos sobre el sobre, el señor Kim lo deslizo hacia el hombre. —Toma, esta es tu carta de despido. Quiero que dejes la empresa y que nunca pero nunca te acerques de nuevo a nosotros. Sobre todo a Jaejoong.

Incrédulo, Yihan tomo el sobre, mirando al señor Kim con marcada aflicción en los ojos. Y aunque quiso defenderse de las acusaciones no lo hizo. Aun le quedaba algo de orgullo.

Aun le quedaba algo de decencia para aceptar que era él el que se había equivocado.

Sin nada más que hacer, Yihan se levantó de su asiento y salió como alma en pena del despacho. Ni una palabra de adiós le provoco decir ante su jefe. Al salir, Jaejoong fue tras él y cuando Yunho quiso ir tras Jaejoong, el señor Kim lo evito, diciéndole: —Aun tenemos algo que resolver tú y yo.

Ante eso, Yunho retorno a su puesto despacio, sin dejar de  mirar la puerta en donde había salido Jaejoong.

—¡Hyung!

Jaejoong le grito a Yihan antes de que este cruzara la reja delantera de la casa. El mayor se volteo, mirando con sus ojos derrotados a Jaejoong.

—Quiero decirte que no te odio Hyung. Siempre fuiste muy bueno conmigo todo este tiempo. —El menor suspiró —Sin embargo, lo que hiciste no tiene perdón y sé que tampoco es bueno que sigas más tiempo cerca de mí. Yo nunca podre retribuir tus sentimientos…

…porque yo estoy enamorado de Yunho.

Yihan bajo la cabeza, mordiéndose los labios. Al fin había caído en cuenta que no había modo de ganar esa batalla.

—Suerte Hyung, te deseo mucha suerte.

Jaejoong bajo los escalones de la puerta y se ubicó en medio del pequeño jardín enfrente a su casa. Noto como Yihan caminó hacia él y aunque supo que debía retroceder no lo hizo. No lo hizo incluso cuando Yihan rodeo su rostro con sus manos y beso sus labios por unos breves segundos antes de perderse por las calles del vecindario.

Yihan había aprendido a las malas la realidad de su fantasía y ese beso había sido la forma de despedirse finalmente de ella.  



..



—Jaejoong me contó todo lo que paso entre ustedes. Todo lo referente a su relación.

De vuelta en la oficina, el señor Dakho no tardo en expresar lo que su hijo le había contado. Lo que tenía que resolver por sus propios medios. Por otra parte, Yunho exhaló un poco de aire y se dispuso a darle la cara  al señor Kim, sabiendo que una vez arreglado el problema de Yihan, ahora venía su turno. —Entiendo señor.

A continuación, el señor Kim se acomodó en su puesto y cerro sus ojos. Jamás se le paso por la cabeza que algo así podría ocurrirle a su hijo, pero ahora sabiendo que Yihan también había desarrollado sentimientos por el menor, ya todo se podía esperar. —Hablemos claro, ¿Te parece?... Quiero saber qué quieres de él.  

Yunho lució un poco confundido por el cuestionamiento. —¿Qué quiero de él?

—Sí. —Asintió —Seamos honestos, tú eres un hombre ya adulto que tiene otras aspiraciones y probablemente otros gustos. Quizás te pareció excitante tener algo con un adolescente, pero no quiero enterarme que solo por esa razón estas con Jaejoong. No cuando él parece… tan ilusionado contigo.

—Señor, le estoy siendo sincero cuando le digo que Jaejoong a mí me importa y mucho. No solo estoy con él para satisfacer alguna fantasía o cumplir un capricho. Yo a su hijo… —Yunho hizo una pausa, pasando saliva —Lo amo. —Yunho contestó firme al sentirse seguro por la actitud calmada que había optado el señor Kim.

Honestamente se esperaba algo peor.

—¿Y qué hay de lo que dije anteriormente? ¿De su diferencia de edad?

—Eso es lo que menos me importa en realidad. Jaejoong ha demostrado ser muy madurado para la edad que tiene. No siento que sea un gran obstáculo.

—Ok. —El señor Kim bajo su cabeza y apoyo los codos sobre la mesa, tratando de llegar a la mejor solución. Su parte racional le decía que tenía que acabar con esa relación de una vez, sin embargo su corazón lo impulsaba a seguir los deseos de su hijo. Por lo que Jaejoong le había contado, el muchacho estaba realmente enamorado de Yunho, y por como Yunho se refería de su hijo, al parecer él también lo estaba.  No obstante, el hecho de que se lo hubieran ocultado todo este tiempo y que Yunho no hubiera hecho ni siquiera el amago de decírselo, era algo que le molestaba y que debía tomar en cuenta a la hora de decidir.

—Vaya esto es complicado. —El señor Kim dijo en voz alta y se tomó un trago del coñac que había dejado sobre la mesa.

Y luego de minutos de meditar, debatir y analizar en su cabeza, el señor Dakho al fin pudo levantar el rostro, dirigiéndose a Yunho quien esperaba impaciente por una respuesta de su jefe. —Yunho te seré sincero. No me agrada mucho lo que tienes con Jaejoong. Debes entenderlo, soy su padre y él es mi único hijo, resulta algo extraño para mi saber que tiene una relación con alguien tan mayor.

—Lo comprendo. —Yunho asintió.

—Sin embargo, algo dentro de mí me dice que su relación puede que tenga futuro.

Yunho se agitó emocionado. —Entonces… ¿Eso significa…?

—Eso significa… que tienen mi bendición.

Solo escuchar el visto bueno del señor Kim hizo a Yunho exhalar y soltar una sonrisa de felicidad. Era como si se hubiera quitado de sus hombros un gran peso de encima.

—Sin embargo, —el señor Kim continuó y Yunho presintió que lo que diría ahora no sería bueno. —No me parece correcto que sabiendo esto sigas trabajando para mí. —El señor Kim deslizó el sobre faltante hacia Yunho. —Temo decirte que estas despedido.

Yunho tomó el sobre y lo acepto sin renegar. Todo no podía ser de color rosa después de todo, y las consecuencias siempre llegan de una manera u otra. —Está bien, lo acepto. Lo siento si lo decepcione señor Kim. De verdad, eso era lo menos quería hacer.

—No me decepcionaste Yunho. Eres un hombre trabajador y sencillo, toma esto como una nueva oportunidad para buscar otros horizontes.

Yunho le hizo una reverencia, sintiéndose tranquilo pero a la vez decaído por el tiempo y esfuerzo que había dedicado en ese trabajo. —Gracias señor Dakho.

—Y cuida de mi Jaejoong, si le haces daño te juro que te matare. Y es enserio. —El señor Kim le advirtió y Yunho se rió leve, pensando que con Jaejoong junto a él, el señor Dakho no tenía nada de qué preocuparse.

Porque él nunca sería capaz de lastimar a Jaejoong.

Ofreciéndole una última reverencia, Yunho abandono el despacho con una rara sensación en su corazón. Se sentía feliz de que el señor Kim hubiera aceptado la relación que tenía con Jaejoong pero al mismo tiempo se sentía triste por haber perdido su trabajo, ese el que tantas ilusiones le había sembrado. 

Sin embargo, la sensación de tristeza le duro poco, puesto que afuera de la oficina lo esperaba Jaejoong, quien lo recibió con una tenue sonrisa a modo de confort. A continuación, el cuerpo de Yunho fue absorbido por el abrazo ligero pero reconfortante del menor, el cual le quiso expresar que fuera lo que fuera que pasara en el futuro, ellos dos iban a estar bien.

Ellos dos estarían el uno para el otro.



..



 1 mes después


Oprimiendo el timbre afuera en la reja, Yunho esperó hasta que alguien le abriera la puerta de la casa. Young Mi fue la que salió a recibirlo, mostrándole una sonrisa mientras amablemente lo invitaba a seguir.

—¡Yunho, que milagro! ¿Cómo te ha ido muchacho?

—Muy bien señora Young Mi. —Yunho le contestó al quitarse los zapatos en la entrada. —Les traje un pequeño regalo al mayordomo lee, a usted y a Jieun. —Le dijo entregándole el paquete de bombones que les había comprado.

—No te hubieras molestado. —Ella lo recibió en sus manos. —¿Y Qué tal tu nuevo empleo?

—Me estas yendo bastante bien, gracias por preguntar.

Luego de su despido, Yunho estuvo mandando hojas de vida a empresas o negocios que lo pudieran contratar. Afortunadamente la espera no fue mucha, porque al cabo de la primera semana recibió una llamada en donde le ofrecieron el puesto de sub-gerente de un pequeño almacén ubicado al sur de la ciudad. Tal vez ese trabajo no le permitiría conocer tantos contactos como él que tenía con el señor Kim, pero al menos podía estar ejerciendo lo que le gustaba.

—Me alegro mucho por ti Yunho. —Young Mi declaró con sinceridad. —El señor Kim también encontró un nuevo asistente.

—¿Ah sí?

—Sí, es un chico de la ciudad. Shim Changmin se llama.

—Veo…—Yunho susurró. —¿Y Jaejoong?

Young Mi posicionó los bombones en la mesa. —Está en su habitación.

—Entonces, si me permite…

—¡Pero Yunho! —Ella lo detuvo antes de que pudiera subir. —Nada de cerrarme la puerta de la habitación, eh.

Sonriendo por su advertencia, Yunho asintió y subió por las escaleras, llegando al frente de la habitación del menor. Entrando despacio, Yunho pudo ver a Jaejoong sentado en su cama de espaldas a él practicando con su taegum alguna melodía folclórica. Cuando este se dio cuenta de su presencia, dejo a un lado la flauta y le sonrió dulce, invitándolo a pasar. —Hace tiempo que no venias. —Le dijo.

—Pero hablamos todos los días ¿No?

—Pero extraño tenerte cerca.

Yunho se aproximó a él y le planto un beso mientras lo rodeaba con uno de sus brazos. —Pero ya me tienes aquí.

Ambos sonrieron y se besaron una vez más, cobrando todos esos besos que no se habían podido dar debido a la lejanía. En este nuevo trabajo, Yunho tenía poco tiempo para el mismo por lo que no había podido visitar a Jaejoong tan frecuentemente como hubiera querido. —Escuche de Young Mi que hay un nuevo residente. Un nuevo Hyung para ti… ¿No estarás pensando en cambiarme o sí?

Jaejoong soltó una pequeña risa y negó con su cabeza, dejándole saber a Yunho que no tenía nada que preocuparse. Que el único Hyung importante que habitaba su vida, era él y nadie más que él.

—Supongo que te creo. —Le dijo después de un rato. —Pero lo que yo necesito es que lo pruebes. —Lo dejo de abrazar y camino hasta la puerta, teniendo una idea en la cabeza. —En realidad no creo que pueda seguir la advertencia de Young Mi. —Murmuró, confundiendo a Jaejoong con su afirmación.

Cuando cerró la puerta con llave y se volteo de nuevo hacia Jaejoong, Yunho quedo decepcionado al ver como el menor había caído de nuevo en el colchón, quedándose profundamente dormido debido a que le había dado otro de sus ataques de narcolepsia.

Sin nada que hacer más que resignarse, Yunho volvió a la cama y se acostó junto a él hasta el momento en que Jaejoong volviera a abrir sus bellos ojos de felino. Al final, las cosas habían salido bien para los dos. Las personas más cercanas habían aceptado su relación sin impedimentos y el que intentó derrumbarla se había ido para siempre.

Cuando Yunho aceptó ese trabajo, él creyó que le traería oportunidad y cosas nuevas a su vida. Y ciertamente no se equivocó: Jaejoong había sido esa nueva oportunidad que le dio vuelco a su vida.  



Fin.

 ..



Nota: Por finnn!!! Al fin pude terminar este capitulo. Lamento haberme demorado mas de un mes pero es que entre la universidad y el otro fic, la verdad no tuve cabeza para este. Pero bueno este capitulo es muy largo y sustancioso asi que espero que las deje conformes.

Tengo planeado escribir un capitulo extra pero no sera tan largo como los regulares. En ese prometo no demorarme. Y espero que les haya gustado el final, los personajes y la historia. 

Y jaja soy yo o jaejoong siempre le da un ataque en los momentos mas inoportunos?


Dejen sus opiniones y comentarios, 
Pronto estare subiendo el cap 19 de lady marmalade quienes tambien sigan ese fic.

Nos vemos.