viernes, 26 de febrero de 2016

Lady Marmalade - Octava Entrega


Octava entrega

“Yo digo: ¿Por qué gastar mi dinero?,
Si puedo gastar el tuyo
—Lady Marmalade


J
aejoong notó un olor extraño. Como a pinturas, muebles viejos y ropa sucia. Definitivamente no era el olor a lavanda de su suite. Abriendo los ojos lentamente, Jaejoong pudo percibir un ambiente ajeno también, pero debido al dolor de cabeza producto de la borrachera, no lograba notar en donde era que se encontraba. Cansado, Jaejoong se aburrió de intentar levantarse y se acomodó más en la cama, hasta que sintió una presencia detrás de él.

Luego se volteo.

Y luego salto de la cama, estrellando su espalda contra una pared cercana.

“¡¡¡¿Qué hago aquí!???!” su mente adolorida le gritó mientras reconocía el lugar y al hombre que dormía al lado de suyo. Era Jung Yunho y al parecer se encontraba en el dormitorio de este. Jaejoong intentó calmarse, tratando de encontrar una explicación lógica. Pero no la había. No había forma de que él hubiera accedido a quedarse en la habitación de Yunho ¿Cómo sucedió todo esto?

Intentando buscar la salida sin llamar la atención, Jaejoong pudo notar que en la habitación había otra cama, en donde reconoció al amigo faldero de Yunho y a su guardaespaldas Yoochun.

“¿Estoy soñando acaso?” se preguntó pensando que todo esto era bastante bizarro para tratarse de la realidad.

—Al fin despertaste. —La voz de Yunho lo asusto haciendo que casi perdiera el equilibrio.

—¡¿Qué hago aquí?! —Inquirió Jaejoong mientras él mismo se acorralaba en una esquina, buscando refugio.

Yunho no pareció inmutarse. —Ok, entiendo. Debí suponer que no recordarías nada.

—¿Recordar que?

Sin ganas de tener que lidiar con el Jaejoong de siempre, Yunho rodo los ojos y se volvió a acostar, pensando que no tenía caso ponerse a discutir con él. Pero Jaejoong no pensaba lo mismo.

—¡Oye, ¿Eres sordo?! ¡¿Te estoy preguntando que qué hago aquí?! —Gritó y jaló las sabanas de Yunho con esperanzas de que así le hiciera caso.

—Oye, tranquilo. Los despertaras.

—¡No me importa! Quiero una explicación. —Demandó —¿Es esto otro de tus planes, Yunho? ¿Acaso me hiciste algo? ¿Me drogaste y me trajiste aquí? ¿Me quieres secuestrar?

—¿Perdón? —Yunho levanto su cuerpo, visiblemente ofendido. —Todo lo que hice ayer fue lidiar contigo borracho. Deberías agradecerme que no te deje botado en la calle, solo y desamparado.

Jaejoong arrugó el entrecejo, tratando de recordar. Lo último de lo que tenía memoria era de estar en su suite tomando y recibiendo un mensaje de un hombre que lo quería ver. Ya luego de eso solo eran lagunas mentales que se reducían a nada. Quizá Yunho estaba diciendo la verdad ¿Pero qué tal que no? ¿Cómo creerle a tu peor enemigo?

—No, no te creo nada. Esto lo estás haciendo para querer destruirme.

—¿Y que sacaría yo trayéndote a mi habitación?

—No lo sé, ¿Hacerme daño?

Yunho rodo los ojos. Aparte de molesto, Jaejoong había amanecido un poco más idiota de lo normal. —Bueno si Jaejoong, cree en lo que quieras creer. No tengo cabeza para soportarte.

—Bien, —Jaejoong se acomodó la ropa, yendo a la puerta —Ahora mismo iré con el oficial Lemoine a denunciar tu intento de secuestro, así que espero que te haya gustado la cárcel la última vez que estuviste ahí.

Dando un portazo, Jaejoong salió y bajo rápidamente por las escaleras, queriendo escapar del lugar lo más pronto posible. Yunho necesito de una gran bocanada de aire para ir detrás de él y no permitir que Jaejoong volviera a hacer de las suyas.

—¡Espera! —justo antes de que Jaejoong llegara a la puerta principal del edificio, Yunho lo volteo con fuerza, encarándolo. —¿Qué carajos te pasa? Ya te dije que yo no te hice nada, solo te ayude.

—¿Y porque habría de creerte? No soy la primera persona en tu lista de amigos que yo sepa. 

—Porque ya te he ayudado una vez y lo sabes.

Jaejoong suspiró profundo, no queriendo admitir que Yunho le había cerrado la boca. —Aun así, todavía es sospechoso de que me encuentre aquí, sin recordar nada.

—Ayer estabas tan borracho que ni siquiera te podías poner de pie tu solo, es obvio que no recuerdes nada.

El castaño negó con su cabeza, no permitiendo dejarse embaucar de Yunho. —No, tú me retuviste aquí por alguna razón. Quizá planeabas hacerme a un lado y quedarte tú con Lady Marmalade.

Exasperado, Yunho arrojó al suelo un perchero que estaba al pie de la puerta, asustando a Jaejoong por un momento. Ya no lo podía soportar más, tenía que terminar esto de una vez por todas. —¡¿Por qué no dejas de fingir y admites que tú no quieres estar con ella?! —Preguntó, su cuerpo casi que titilaba de frustración.

—Porque dices eso, es obvio que quiero estar con…

—Lo sé todo Jaejoong, sé que no tienes ese interés en ella.

Jaejoong se mordió la lengua. —¿Por qué dices eso?

Yunho se aproximó a él, susurrándole al oído. —Porque a ti lo que te gustan son los hombres. —Se alejó viendo como los ojos de Jaejoong se abrían de par en par.

—Tu…no… ¿Quién te dijo eso?

—No importa quién me lo haya dicho, lo importante aquí es saber porque sigues llevando a cabo esta farsa.

—¿Fue Yoochun cierto? Ese maldito…

—¡No importa Jaejoong!

Yunho lo tomó de los hombros, reteniéndolo. Quería saber la verdad, de una vez por todas, quería saber que era lo que impulsaba a Jaejoong a tenerla ciegamente. —¿Por qué sigues insistiendo si no es lo que deseas?

—No te interesa saber eso. —Jaejoong trató de voltearse pero Yunho se lo impidió.

—Si me interesa —Admitió —¿Es acaso por tratar de demostrar algo? ¿Algo que no eres? O…

—Yunho para con esto ¿Si?, No sé de donde hayas sacado esa idea loca pero de donde haya sido, te aseguro que no es verdad.

—¿Ah no? —Yunho se le acercó —¿Entonces por qué ayer me besaste como un loco? ¿Qué? ¿Te sientes atraído por mí?

A Jaejoong casi le da un paro. “¿Qué?” —¿De qué carajos estás hablando?

—De ayer, en el callejón, cuando comenzaste a besarme y a decirme cuanto me envidiabas. —Le susurró mientras que con una mano le corría un mechón de su cabello hacia atrás de la oreja para molestarlo. De inmediato rechazó ese toque.—No sé de lo que hablas. —Le respondió duro tratando de no caer en sus juegos. Quizá le estaba mintiendo para confundirlo pero ahora que comenzaba a recordar, flashbacks del momento pasaron por su cabeza. Jaejoong maldijo a su memoria por hacerle dudar de si eso realmente había sucedido.

—Pues yo creo que si sabes de lo que hablo. ¿Entonces eso quiere decir que te gusto o algo? ¿Te metes conmigo porque quieres llamar mi atención o qué? —Yunho empezó a burlársele y Jaejoong, sin querer hacerle frente a las preguntas de Yunho, giro y abrió con rapidez la puerta tras de él.

La persona detrás de la puerta heló a ambos.

—Kim Jaejoong…  —Lady Marmalade dijo atónita al verlo al frente suyo.

—¿Qué haces aquí? —él le pregunto serio, sospechando por qué ella tendría que estar en la puerta de la residencia de Yunho.

Pero antes de que él pudiera decir algo más, ella se le abalanzo y lo abrazó con fuerza, rodeando sus brazos en su cuello. —No he podido agradecerle lo del vestido, no ha ido al molino rojo en días. —Le dijo mientras miraba intensamente a Yunho.

Este solo se mordió la lengua.

—¿Qué hacías aquí? —Ella le preguntó alejándose solo un poco para ver su cara.

—Nada, nada. —Jaejoong dijo pensando que decir nada era mejor que decir una mentira elaborada. O mejor que decir la verdad…aunque no supiera cual era.

Por la respuesta, ella los miro a ambos. Tal vez Jaejoong se encontraba donde Yunho porque habían estado discutiendo sobre ella ¿Por qué otra razón estarían juntos? Ella sonrió para sus adentros, sintiéndose de nuevo dichosa al tener a esos dos luchando por ella. Por lo pronto, decidió no indagar más.

—Veo —Le respondió quitando con sus dedos una pelusa en el hombro de este. —Me complace mucho verte el día de hoy.

—A mi también —Le respondió mirando de reojo a Yunho detrás de él. —Vámonos, salgamos de aquí —sin esperar más, Jaejoong tomó la mano de la chica y la guio bajando los escalones de al frente del edificio.

—¿A dónde me llevas? —Preguntó ella nerviosa volteándose para ver a Yunho en la puerta.

—¿Qué tal si te invito a un paseo en un velero por el sena?

Ella abrió los ojos, entusiasmada. —¿En serio?

—Sí, tengo un velero solo a mi disposición. —Jaejoong volvió a mirar a Yunho —Ya sabes, son los lujos a los que solo la clase alta tiene acceso.

Ella sonrió radiante y él le acaricio las mejillas. —Vete a cambiar. Mandare a alguien por ti en una hora en el molino rojo ¿Te parece bien?

—Me parece bien Kim Jaejoong.

—Ah, ah —Jaejoong negó con la cabeza —Dime solo Jaejoong.

—Jaejoong. —ella repitió y él se fue con su usual sonrisa altanera, buscando por las calles un taxi que lo devolviera al hotel. Yunho lo siguió con la mirada ajeno a la mujer que todavía se encontraba de pie al término de las escaleras.

—Yunho —ella lo llamó —Te veré en la noche en mi habitación. Te espero. —Le dijo coquetamente y luego se fue caminando a la otra dirección, convencida de tener a los dos hombres comiendo de la palma de su mano.

Sin prestarle mucho cuidado, él volvió a mirar a la calle a donde se había ido Jaejoong, comprobando que él ya no estaba allí.

—¿Por qué haces esto Jaejoong? —se susurró a sí mismo, negando con la cabeza. Luego inconscientemente su mano fue a parar a sus labios, pero una vez que se dio cuenta la retiró, empuñando la misma. A continuación, volvió a meterse dentro del edificio sintiendo como si se hubiera bebido un trago muy amargo.

“¿Sera por alguien más y no por ella?.... ¿Podría ser por mí?”


..



La chica jugueteaba en el velero mientras su ligero vestido blanco se mecía con el viento de verano de Paris. Ella recorría todo el espacio; maravillada por los sirvientes, toda la comida y el lujo de estar en un velero de esas características. Se sintió de repente como una dama de sociedad, o una actriz de cine, o la esposa de un importante político…en vez de una simple cabaret de noche.

“Creo que me podre acostumbrar a esto” pensó divertida mientras bebía una copa de un muy fino champagne. Luego volteo a ver a Jaejoong quien estaba sentado en una silla y la imagen de Yunho de pronto se le presentó. Ella negó con su cabeza. No era tiempo de pensar en Yunho, ni en Jaejoong tampoco. Era tiempo de pensar en la vida de riqueza que podría tener si el plan seguía en marcha.

Jaejoong la miró desde su asiento, algo complacido de que la chica se estuviera divirtiendo tanto por todas las comodidades que le estaba brindando. Pero aun así una pregunta molestaba en su cabeza.

Caminando hacia ella, él la abordo, recibido por una radiante sonrisa de la mujer. —Aun no me has dicho porque estabas en frente del edificio de Yunho… —él le comento sin rodeos y la sonrisa de ella pareció desaparecer.

—Pues… —Ella entrecruzo sus dedos, nerviosa —Fui a devolverle unas cosas que se le habían quedado la noche en que se presentó en el molino rojo.

—Yo no te vi con ningún objeto en tu mano. —él frunció las cejas.

—Bueno…solo le fui a dejar la razón de que tenía que ir por ellas lo más pronto posible. Yo no se las iba a llevar, por supuesto —Se rió —No soy mandadero de nadie.

Por la respuesta, él apretó la boca, sinceramente no muy convencido. —Dime…—rodeándola con su brazo, él empezó lo que intento sonar como una conversación casual —¿Cuántas veces te has visto con Yunho? —Preguntó. Por lo que sospechaba, Lady Marmalade y Yunho se debían haber visto más de dos veces, y eso por supuesto le molestaba. Aunque ahora no sabía si era enteramente por la chica, puesto que sus celos ahora también parecían ir dirigidos al hombre…como si le diera celos de que Yunho estuviera con lady Marmalade y no con él. El sacudió la cabeza ante ese pensamiento. Era ridículo.
 
—¿Por qué lo preguntas? —Ella le preguntó segundos después, dejando mostrar una gran sonrisa fingida. Era obvio que estaba intentando ocultar algo.

—Solo quiero saber, nada más.

Ella suspiró profundo. —Bueno, no han sido muchas veces…solo algunas pocas.

—¿Y ha pasado algo? —él pregunto un poco temeroso de saber la respuesta.

—¿Algo como…?

—Tú sabes…como besos o algo más…

—Oh —ella exclamo aparentando lucir sorprendida —Bueno aparte del beso que nos dimos en el escenario, que fue puramente profesional debo aclarar, no ha pasado nada. Así que puedes estar tranquilo, amor. —Ella le pincho la mejilla, comprendiendo tal vez porque Jaejoong tenía tanto interés en saber de su relación con Yunho. Era obvio, estaba muy celoso y solo quería despejar las dudas para confirmar que Yunho no le estuviera quitando a su chica.

O bueno eso era lo que ella creía.

—Yunho es un hombre muy especial… —Ella murmuró un rato después en que los dos solo habían estado callados mirando hacia las corrientes del Sena. No lo podía negar, a ella le encantaban que los hombres se pusieran celosos y si podía provocar más celos de Jaejoong…¿Por qué no hacerlo?

—¿Por qué? —Jaejoong le preguntó, luciendo algo molesto.

—Bueno es muy talentoso. Se aprendió esa coreografía de tango en apenas una hora. Y es guapo también, y divertido, y tiene una mente abierta, muy liberal quizá pero con encanto. —Su corazón comenzó a emocionarse al hablar de Yunho.

—¿Ah sí?

—Sí y no besa para nada mal.

Ella le dio una mirada de reojo a Jaejoong y Jaejoong de repente se quedó en blanco, recordando lo que Yunho le había dicho esa mañana.

—¿Entonces por qué ayer me besaste como un loco? ¿Qué? ¿Te sientes atraído por mí?

Se sacudió la cabeza en un intento de sacar esa conversación de su memoria. Pero era inútil, ya estaba instalada ahí, y lo peor es que imágenes del momento en si también empezaron a pasar por su cabeza, fijándose en su mente.

—Te detesto y te envidio…al mismo tiempo. Y te…odio también. Te odio mucho…

Jaejoong negaba en sus adentros, no permitiendo que las imágenes se volvieran más vividas.

—¿Qué estás haciendo?

—Solo…quería…comprobar si también besas bien…y  no. Veo que después de todo…no eres tan talentoso para todo…

—¿Ah no? …te enseñare.

“¿Cómo sucedió eso?” Jaejoong se preguntó asustado al confirmar en sus recuerdos que el beso realmente si había sucedido. Pero él no lo quería admitir. Él no quería admitir que había vuelto a besar a un hombre y menos a Jung Yunho ¿Por qué lo hizo? Quizá el estado en que ese encontraba lo impulsó a cometer esa locura, ¿Pero porque? ¿Es que acaso si sentía algún tipo de atracción hacia Yunho aparte del odio? No, eso no podía ser posible. El odiaba a Yunho, lo odiaba con todas sus fuerzas, nunca lo besaría… ¿O sí? Bueno Yunho después de todo no estaba tan mal. Como decía Lady Marmalade, él era talentoso, apuesto y con mente libre; aun así Jaejoong no podía dejar de negar lo sucedido, pensando que él no se podía dejar atraer otra vez de un hombre.

No lo podía hacer. Ya  lo había hecho una vez y las consecuencias le habían salido caras.

Muy caras.

Su padre lo mataría. Esta vez de verdad.

—¿Jaejoong? ¿Jaejoong? —Lady Marmalade le preguntó asustada al ver como el joven permanecía con los fijos en algún punto, como si se hubiera perdido en sus propios pensamientos. —¡Jaejoong!

—¿Huh? —él reacciono segundos después, luciendo confundido.

—¿Te cayo demasiado mal que yo me haya besado con Yunho, cierto? —Le pregunto risueña mientras le acariciaba el lóbulo derecho de su oído.

“Si pero no por ti” Su mente de repente le contestó. —Cállate —Jaejoong susurro bajito queriendo callarla.

—¿Qué?

—Nada, nada. —Él sonrió e intentó volver a la normalidad.

A su realidad.

—Bueno como te decía, Yunho puede ser…

—¿Podemos dejar de hablar de Yunho, si? —Preguntó fastidiado, hablándole también a su mente que no hacía más que repetir el nombre.

Ella se quedó con la palabra en la boca. —Bueno…no debemos hablar de él más…—sonrió —hablemos de nosotros…¿Qué intenciones tienes conmigo Jaejoong?

Él la miro, no queriendo responder esa pregunta. Ya ni siquiera tenía ánimos de conquistarla. Ni de esforzarse. En su mente solo habitaba la preocupación por haber besado a Yunho. —¿Quieres que vayamos de compras? —fue lo único que se le ocurrió decir, luciendo alarmantemente desinteresado.

Ella dio un brinco de emoción. —¡Sí!

—Ok.

Totalmente animada, ella le dio un beso en su mejilla y se apartó de él no sin antes decirle “Yunho podrá tener muchas cosas pero nunca una riqueza como tú, entonces ya podrás saber quién es el vencedor”. Luego se fue dando pequeños saltos dirigiéndose de nuevo a la mesa de comidas. Él soltó un gran suspiro, no prestándole ni atención a la muy interesada frase que ella había dicho. Como hace unos momentos, en su mente, solo estaba el difuso recuerdo de Yunho y él besándose.


..



Yunho tomó una gran bocanada de aire y escaló como lo había hecho antes las paredes del Molino rojo, en dirección a la ventana de la chica de cabello rojo. Llego a la habitación y se sorprendió un poco al ver a la mujer en la cama con una pose seductora, luciendo una especie de baby doll negro con ligueros, cubiertos ligeramente con una túnica transparente del mismo color.

—Te estaba esperando. —Susurro con seducción. Yunho trago fuerte. —¿Qué? ¿El gato se te comió la lengua? O… ¿Solo quedaste en shock al verme así? —ella se levantó y camino hacia Yunho, persiguiéndolo con su mirada de felina.

—Te ves… linda —Fue lo único que pudo decir. La verdad no se sentía intimidado, tan solo confundido.

—¿Solo eso? —Ella se rió —¿Qué opinas de mi vestido? —Ella extendió la bata-velo por ambos lados, dejándole ver el atrevido conjunto.

—Se ve caro…Jaejoong te lo compro. —Afirmó Yunho volviendo a la normalidad.

Ella se volvió a reír. Estaba demasiado risueña el día de hoy. —Sí, de hecho me llevo de compras y me compro muchas cosas bonitas, pero… —Se acercó un poco más —Esto lo compre pensando en ti.  

Yunho arrugo el entrecejo. —¿Ah sí?

—Sí, para nuestra noche…

Yunho hizo una mueca, comprendiendo lo que la mujer quería. Pero él honestamente no tenía ganas de hacer eso, ni siquiera sabía porque había aceptado ir esa noche si realmente no tenía ganas de seguir conquistándola. La verdad, desde que supo que Jaejoong no la deseaba de esa manera, él también había perdido el interés. Y aunque ella se veía atrapante y lujuriosa en ese conjunto, nada de Yunho pareció excitarse ante la vista. Nada.

—¿Qué hicieron con Jaejoong? —Preguntó sorpresivamente al ver como ella se inclinaba para besarlo.

—¿Eh? —Lucio confundida por unos segundos —Oh ya lo entiendo, estas celoso.
Yunho no dijo nada. Ni siquiera una expresión.

—No te preocupes cariño. No hicimos nada. Él es un caballero, va despacio conmigo.

“O quizá no le interese ni siquiera besarte” la mente de Yunho le contestó y Yunho sacudió su cabeza por lo imprudente que eso había sonado.

—Fue muy interesante estar con él sabes…—ella murmuró acariciando con sus dedos el brazo de Yunho —pero me di cuenta de una cosa.

—¿Qué?

—Que me gusta estar más contigo, no con él.

Yunho suspiró, aliviado un poco por su respuesta. Sin embargo algo dentro de sí le dijo que él no estaba aliviado de que ella no quisiera estar con él, sino de que él no iba a estar con ella. Por lo consecuente, Jaejoong estaría libre…y disponible y….Yunho sacudió otra vez su mente para alejar las barbaridades que estaba pensando. ¿Acaso estaba pensando en Jaejoong de esa manera?

—Uhm hoy los hombres están muy distraídos. —Ella se quejó al ver como Yunho tenía exactamente la misma expresión que Jaejoong había tenido todo el día. —¿Quieres un trago? ¿Para relajarte? —caminó hacia una mesa con botellas y le sirvió una copa.

Yunho aflojo sus músculos y analizo que quizás estaba razonando de más.

Ella le entrego la copa y en seguida se sentó en su gran cama color rojo terciopelo, acariciándola suavemente con sus largos dedos. —Yunho en realidad me estás empezando a agradar mucho. Y es extraño porque hombres como tu rara vez llaman mi atención. Pero tú eres diferente.

El moreno se sintió culpable de repente al oírla, puesto que él ya no sentía ninguna atracción especial hacia ella. De hecho, nunca la sintió. Solo coqueteaba las primeras veces con ella porque era linda, nada más. Como con otras del Molino rojo. Pero fue ese día que Jaejoong lo cito a su oficina para decirle que se alejara de ella, que él lo tomo como un reto y empezó a acercársele más, solo con la intención de no dejar a Jaejoong obtener lo que quería.

—Tifanny yo…—Llego a la conclusión que lo mejor sería decirle la verdad para que ella no se siguiera ilusionando con él. Pero entonces de la nada, ella lo empujo a la cama, encimándosele como si se tratara de una fiera hambrienta. Yunho abrió los ojos en demasiada. “Oh dios” Pensó. 

—Yunho Te deseo. —Dijo sin tapujos mientras que sus manos inquietas recorrían todo el cuerpo del artista. —Te deseo mucho.

—No, Tifanny, espera…

—¿Qué? ¿No me deseas también?

Yunho se mordió la lengua. —No es lo que piensas.

—¿Qué? —Preguntó confundida.

—¿Por qué me dices eso si quieres estar con Jaejoong? —Preguntó de pronto intentando desviar la conversación. No estaba seguro de ser lo suficientemente valiente para decirle la verdad. No cuando ella se veía tan ansiosa.

—Ya te dije que tú me agradas más.

—Sí, pero hoy te dejaste comprar cosas de él. Y estoy seguro que no rechazaste una invitación futura de él ¿A que juegas?

Ante la pregunta, ella cerró los ojos, abriéndolos un segundo después. Se tensó un poco pero luego se relajó, debatiéndose internamente si debía confiar en Yunho para lo siguiente que diría. Bueno, tal vez sí.

—Yunho, la única razón por la que quiero estar con Jaejoong es por su dinero. Él puede ser muy guapo pero su dinero pesa mucho más, y tú también pesas más como persona.

Yunho se perdió por un momento.

—Por eso es que quiero estar contigo, pero estar con él a la vez. Porque me puede beneficiar y a ti también.

—¿Qué tratas de decir?

Una sonrisa se formó en sus labios. —Que podemos engañar a Kim Jaejoong para que me dé su dinero y luego fugarnos los dos ¿No te gusta la idea?

Él abrió la boca pero ninguna palabra salió. Esto no se sentía bien. —¿Quieres…estafar a Jaejoong?

—Algo así. Si lo dices así suena feo.

—Pero al fin y al cabo eso es lo que quieres hacer.

—Bueno…—ella se burló —quizá.

Yunho no lo pudo soportar más y se levantó de la cama, apartándola de su cuerpo hacia un lado. Ella arrugó el entrecejo, no entiendo la actitud del otro.

—¿Qué te pasa amor? ¿Pasa algo malo?

—No me digas amor. —Yunho le contestó con un semblante serio en su rostro.

—¿Qué? ¿Por qué me dices eso?

Yunho respiro profundo y se preparó para enfrentarla. —Mira Tifanny, si esos son tus planes conmigo y con Jaejoong, entonces me temo decirte que no voy a estar en ellos. No lo voy a hacer.

Tiffany se levantó de la cama, incrédula. —¿Qué, por qué?

—Porque la segunda cosa que más odio en este mundo aparte de las personas que quieren conseguir todo con dinero, es aquellas personas que desean aprovecharse de los demás solo por su dinero.

La mujer no lo podía creer. —¡¿Es enserio lo que me estás diciendo?! Estoy podría ser una gran oportunidad para los dos. Para nuestra relación.

—No hay ningún los dos, y si me disculpas ya me tengo que ir.

Yunho fue hacia la ventana dispuesto a marcharse pero la voz furibunda de la mujer lo hizo quedarse estático en el alfeizar.

—¡¡¡Creí que lo odiabas!!!

—Sí, pero…—La imagen de Jaejoong borracho y besándolo de repente ataco su mente, seguida de la imagen de Jaejoong durmiendo pacíficamente sobre su cama. —Lo siento debo irme.

—Pero Yunho él también te odia a ti y está dispuesto a hacer lo que sea para acabarte, yo lo sé.

Yunho suspiró profundo. —Entonces quizá ustedes son perfectos el uno para el otro. —Saliendo por la ventana, Yunho se marchó corriendo mientras oía a la mujer exasperada clamar su nombre. 

Sin embargo, Yunho no volteo a verla. 



..


Nota: Recuerden que un comentario siempre es bien recibido :D
y pues no hay mucho que decir XD solo que esperen por el proximo, esto va a ir avanzando mas y mas. 


miércoles, 17 de febrero de 2016

Lady Marmalade - Septima Entrega


Séptima entrega

“Pareciendo tan locamente enamorado,
Me tienes pareciendo,
Un loco enamorado
                                       —Crazy in Love


C
hangmin ajustó su corbatín enfrente del espejo y se dispuso a salir, procurándose ver lo mejor presentable para la persona que esperaba poder encontrar. Había escuchado que Kim Jaejoong se alojaba en el Hotel Ritz en el primer distrito de París, por lo que allí había llegado a dar. Llego a la recepción y pidió verlo, pero le dijeron que no estaba disponible para recibir visitas a esa hora del día.

—Entonces dígale que nos vemos a las nueve de  la noche en el restaurante Le bon bock, en Mortmartre. Dígale que Shim Changmin lo busca y que le interesa enormemente el hecho de que se reúna conmigo. —Le dio una tarjeta a la recepcionista y salió, algo decepcionado pero aun así seguro de que su encuentro tarde o temprano tendría que suceder.

Changmin sabía que si quería que su plan funcionara, entonces él también tenía que cooperar. Su hermana estaba demasiada ocupada haciéndose, según ella, la “difícil” y Jaejoong no había ido al Molino rojo en al menos dos días por lo que él mismo tendría que forzar las cosas para que resultaran. Así no le gustara mucho ensuciarse las manos.

Caminando hacia el cabaret, Changmin se disponía a visitar a su hermana para ver cuales habían sido los “avances”, de no ser porque vio como ella estaba en medio de la calle, hablando con el susodicho Jung Yunho. Oh no, no solo ella estaba coqueteando con él como se lo había prohibido ya más de una vez, sino que también estaba a la luz de la gente, donde todas las personas la podían ver y acercarse (Privilegio exclusivamente reservado para los clientes del Molino rojo).

El moreno los espió un rato, viendo como ella enroscaba su cabello seductoramente mientras él montaba algún tipo de escenario pequeño en la calle. Luego, su hermana se aproximó más, queriendo recargarse en el brazo de este. Decidió entonces que era momento de intervenir.

—¡Tiff! —La llamó haciendo que esta volteara y se quedara por un momento inmóvil. —¿Qué se supone que estás haciendo aquí? —dijo entre dientes tratando de no sonar ni verse enojado.

Yunho observó la escena y sonrió, pensando que el hombre quizá solo era otro de los admiradores locos de la bailarina. —Tranquilo romeo, no te la estoy robando. Solo estábamos hablando.

—No le pregunte a us…

—¡Changmin! —Ella lo interrumpió —¿Qué estás haciendo por aquí? —le pregunto con una sonrisa fingida.

—Pues eso es lo que te estoy preguntando a ti.

Ella se mordió la boca y se aproximó a su hermano, intentando lucir la fachada de inocente que siempre usaba cuando no quería ser regañada. —Bueno pues… salí por algo de comida y me encontré con mi buen amigo Yunho.

—¡Que conveniente! —Changmin se rió. —Sobre todo por el hecho de que en el Molino rojo siempre hay comida.

—Pues hoy no quería la comida del Molino rojo ¿Tienes algún problema con eso?
Yunho observó la discusión de estos dos, pensando que se trataban demasiado en confianza para tratarse solo de una relación Bailarina-Admirador. —Mi nombre es Jung Yunho por si se lo pregunta. —Yunho se metió, intentando con eso tratar de calmar el ambiente.

—Shim Changmin —Recibió el saludo no muy cortésmente. —Es algo famoso aquí en Montmartre. Ya sabe, por su showcitos de la calle.

—Bueno esos “showcitos” son muy bien recibidos.

—Si debe ser. —Changmin rodo los ojos y se dirigió a su hermana. —Vámonos, tenemos que ir a hablar de cosas más importantes. —Dijo esto mirando a Yunho.

—Adelántate, voy después.

Changmin frunció el ceño. —¿Qué?

—Que voy a ir después. Me voy a quedar hablando un poco más con Yunho.

Sin dejarse intimidar de su hermano, ella lo ignoró y siguió en su tarea de coquetear con el guapo artista, pero Changmin no estaba dispuesto a dejarse dar órdenes de su hermana. No señor. Tomándola del brazo, él intento jalarla para que fuera con él, pero Yunho de inmediato interrumpió, no dejando que la tratara de esa manera.

—¡Hey, hey! ¿Qué cree que está haciendo? —Yunho lo interrogó mientras separaba el agarre que él tenía sobre ella.

—Llevándola a donde pertenece, por supuesto.

—Pero esa no es la manera de tratarla. Además, yo ni siquiera sé qué relación tiene con usted.  

—Pues no le debería importar. —Changmin se le enfrentó. —Además, ya que estamos aquí, quiero dejarle bien en claro que si no se aleja de ella habrá problemas. Y serios.

Oh dios, a Yunho todo esto se le hacía muy similar. ¿Ahora no solo tendría que pelear con Jaejoong sino ahora con este aparecido? Dios, ¿Cuántos hombres querían tener a la misma mujer?

—No me alejare, no estamos haciendo nada malo.

—Changmin vete por favor, ¡Me avergüenzas! —ella chilló.

—Tú me avergüenzas a mí, Tiff.

—¿Podemos dejar todo este circo por favor? —Cansado, Yunho suplicó, no queriendo entrar en otro enfrentamiento con otro hombre. Eso lo reservaba exclusivamente para Jaejoong.

—Bien. —Changmin espetó —Pero espero que esto no se vuelva a repetir y espero no volverlo a ver cerca. No sabe de lo que soy capaz de hacer.
Yunho rodo los ojos. —Si lo que sea.

—Te veo allá Tiffany.

Sentenciándole esto último, él se alejó a pasos agigantados, reteniendo toda la ira y furia que sentía en esos momentos. Definitivamente ahora no podía esperar a que fueran las nueve de la noche.

—Lo siento —Ella se disculpó una vez estuvo segura de ver a su hermano desaparecer a la vuelta de una calle —No es lo que piensas, él es solo mi…

—Tranquila Tiffany. —Yunho le acaricio la cabeza. —No será ni el primero ni el ultimo con el que me enfrente por ti ¿cierto? —Le dijo y ella enrojeció por su comentario.

—¡Yunho faltan cinco minutos! —Junsu le grito al otro lado indicándole que su tiempo de salir había llegado.

—Tengo que irme, pero no te preocupes, puedes ir a visitarme a mi residencia, el edificio Bateau-Lavoir.

—Cuenta con eso, Yunho. —Le sonrió. 

Él se despidió cariñosamente de ella y le recomendó volver al Molino rojo para que no causara más problemas. Obediente, ella también se despidió y se marchó, pensando en lo inoportuno que había sido su hermano en aparecer así y avergonzarla frente a Yunho.

—Estas empezando a convertirte en una molestia Changmin. —Ella susurró convirtiendo su semblante alegre en uno más oscuro.


..



Diez en punto de la noche, Changmin miró el reloj en la pared, no queriendo perder las esperanzas de que su mensaje hubiera llegado a Jaejoong y este entrara por la puerta principal del restaurante.

Y ahora podía estar aliviado, porque Jaejoong al fin había llegado, solo que no en las condiciones que hubiera esperado. Entrando con dos guardaespaldas a sus lados, Jaejoong venia totalmente borracho desde la cabeza hasta los pies. Ni siquiera podía sostenerse por sí solo, ambos hombres lo hacían caminar sujetándolo de los brazos.

Desde la pelea que había tenido con Yoochun, Jaejoong no había hecho nada más que beber, y beber y beber un poco más. El alcohol lo alejaba de sus preocupaciones, le hacía perderse en un mundo imaginario y lo relajaba la mayor parte del tiempo. Claro, el alcohol tarde o temprano también lo acabaría metiendo en problemas. 

—Soy Shim Changmin, mucho gusto. —El más alto se apresuró a recibirlo, extendiéndole cortésmente su mano. Jaejoong ni se preocupó en aceptarla y tan solo se sentó, mandando a volar a sus guardaespaldas lejos de allí.

—¿Qué quiere? —le habló y Changmin supo que Jaejoong estaba realmente borracho.

—Bueno, lo he citado aquí para hacer un negocio.

Jaejoong no podía estar menos interesado. —Dígame.

—Bien, Iré al grano —Changmin tomo aire. —He notado que usted es uno de los clientes más frecuentes en el Molino Rojo. También he notado que usted está muy interesado en la llamada chica del cabello rojo…Lady Marmalade.

El castaño frunció el ceño. —Si… ¿Y?

—Bueno, yo podría hacer que usted la tenga a ella de la manera más fácil posible. —Sentenció y Jaejoong se le acercó un poco más, luciendo ahora más interesado.

—¿Quién era… usted?

Changmin se rió ante la pregunta, analizando que tal vez tener a Jaejoong borracho le convendría más. —Soy alguien cercano a Marmalade, por eso le aseguro que yo puedo hacer que ella este con usted. —dijo sirviéndole una copa de champagne.

—¿Cómo?

—Bueno nada es gratis en esta vida. Usted podría tenerla si paga una cantidad sumamente módica de dinero. Solo eso.

Jaejoong lo pensó un poco. ¿Este tipo de ahí le estaba hablando en serio o solo le quería estafar? No podía diferenciar. Estaba tan ebrio que no era capaz de  hacerlo. —¿De… cuánto hablamos?

—Podrían ser… —Changmin lo pensó —¿30.000 francos para empezar?

Jaejoong respiró profundo. No era algo que no pudiera pagar sin embargo sonaba como una gran suma de dinero. Aun así la idea de tener que pagar por Lady Marmalade lo tenía en conflicto. Si, lo había pensado antes. ¿Qué tan difícil podía ser ir hasta ella y ofrecerle millones a cambio de su compañía? Nada difícil por supuesto. Solo que si pagaba por ella era como si no lo hubiera intentado… era como si se demostrase a si mismo que no le podía ganar a Yunho y que no podía llevar a cabo lo que le había encomendando su padre. Ahora era un reto personal, por lo que la idea, aunque tentadora, le resultaba un poco facilona. 

—¿Y qué me garantiza… que si le pago va a…cumplir lo que me….prometió? —Jaejoong casi ni podía hablar ya. El alcohol haciendo mella en su cerebro.

Changmin sonrió. —He traído algo. —De un maletín a su lado, él saco unos papeles y una pluma poniéndola sobre la mesa. —¿Quiere más champagne? —Le ofreció y le sirvió, asegurando tenerlo muy borracho a la hora de firmar.

—¿Qué…es esto? —Jaejoong tomo los papeles, haciendo una mueca.

—Como sabe todos los negocios tienen un contrato. Este es el contrato de este negocio.

—Veo… —Jaejoong susurró mientras inútilmente trataba de agudizar su vista para leer las líneas.

—Oh no, no —Changmin se lo arrebató. —No hay necesidad de que lo lea. Todo lo hablado está aquí. Incluso hasta más.

—¿Mas?

—Sí. —Dijo mostrando una pequeña sonrisa. —Este contrato también estipula que si usted paga puedo hacerme cargo de la competencia. Ya sabe, como dicen por ahí, eliminar a la competencia. ¿Sabe a quién me refiero cierto?

El castaño arrugó el entrecejo, su cerebro no le estaba funcionando correctamente.

—Jung Yunho. —dijo Changmin.

—Yunho…—Jaejoong repitió, acariciando las palabras con su boca.

—Exacto.

A continuación, Jaejoong se recostó en el espaldar, tratando de hallarle sentido a todo esto. Sin esperar, Changmin tomó la pluma entre sus manos y se la ofreció a Jaejoong.

—Puede firmar ahora y todos sus problemas desaparecerán.

“Todos mis problemas desaparecerán” Jaejoong repitió en su mente.

—Solo tiene que firmar ahora. —Casi que hipnotizándolo con sus palabras, Changmin le entrego la pluma a Jaejoong y le señalo donde debía firmar. Ebrio hasta la medula y sin ningún control de lo que estaba haciendo en ese momento, Jaejoong se aproximó a la hoja, empezando a escribir la primera letra de su nombre. Sin embargo, él levanto la vista y algo lo distrajo en seguida.
Un hombre que se le hacía muy familiar salía del restaurante acompañado de otro más alto. También muy familiar.

Él se dispuso a seguirlos.

—¡Oiga vuelva! —Grito Changmin al ver como Jaejoong se levantaba de su asiento y salía del restaurante, tropezándose con algunas mesas en el proceso.

—¡Yoochun! —Jaejoong gritó y entre la multitud, el aludido volteo a verlo; seguido de Yunho, quien lo había acompañado después de su trabajo para ayudarle a conseguir un trabajo temporal.

—¿Jaejoong? —Preguntó Yoochun incrédulo al ver a un no muy lúcido Jaejoong todo despeinado, con su fina ropa mal puesta y tambaleándose entre la gente.
 
—¡No lo puedo creer! —Jaejoong se detuvo, soltando una gran sonrisa —Tu y el pobretón, ¿Ahora… juntos? —se burló pensando en las ironías de la vida.

—¿Qué te paso? —preguntó otra vez Yoochun.

Dando un paso al frente, Jaejoong se resbalo yendo a parar a los brazos de Yunho. Cuando Changmin salió en busca del susodicho, observó como Yunho estaba presente en la escena y de inmediato corrió a esconderse, pensando que este no lo podía ver con Jaejoong ahí.

“Maldición” Changmin pensó al ver como Jaejoong apenas y había puesto su inicial en la hoja.

—¡No puedo…creer…que…estés hablando…con el enemigo! ¡Eres un traidor! ¡¡¡Eres un traidor!!! —Jaejoong gritaba mientras señalaba a Yoochun con su dedo. Luego se dio cuenta que estaba apoyado sobre Yunho y lo empujo lejos, habiéndole trastabillar hacia atrás. —No me…toques. No…me…gusta que me toquen.

—Dios está muy mal. Parece que se hubiera bebido el licor de todo parís. —Yoochun le comento a Yunho.

—¡Tu… Yoochun… eres un traidor! ¡Y tú… —apuntó a Yunho —eres…un tramposo! —Jaejoong seguía gritando sin importar que estuviera protagonizando una escena en medio de la calle.

—¡Hey, hey cálmate! —Yunho lo sostuvo de los hombros pero este se removió con brusquedad.

—¡Ya…te dije…que no me toques…Jung Yunho!

—Tenemos que sacarlo de aquí. —Dijo Yoochun observando como la gente los empezaba a ver. Tomando de la mano a Jaejoong, Yoochun le dijo a Yunho —Ve a la habitación, yo me encargo de él.

—¡Nooo! —Jaejoong de repente grito y se zafo de la mano de Yoochun —Yunho…no se puede ir… ¡Aun no he terminado con él!

Yunho y Yoochun se miraron desorientados cuando Jaejoong empezó a gritar incoherencias acerca de que ambos eran unos traicioneros y que habían jugado con su ¿Confianza? Luego, Yoochun intentó retener una vez más a Jaejoong sujetándolo de los brazos y en cuanto le volvió a decir a Yunho que se fuera, Jaejoong se sacudió violentamente y sin justificación alguna, se precipito hacia Yunho, reteniéndolo como Yoochun lo había hecho con él.

—¡No te vas a salir con la tuya…esta vez…Jung Yunho!

—¡¿De qué carajos hablas?! —Yunho ya se estaba exasperando.

—¡Tu…no te vas a ir!...¡No me dejaras aquí!

Ante el comportamiento obviamente inestable de Jaejoong, Yunho miró a Yoochun, esperando de él algún tipo de respuesta. Pero en vez de indicarle que hacer, Yoochun no le dijo nada, ni un gesto, tal vez esperando que el otro arreglara la situación.

Yunho entonces se dio cuenta de que solo él podría volver a Jaejoong a la normalidad. O al menos intentarlo. —Yoochun. —Suspiró con pesadez. —Ve a la residencia, yo intentare calmarlo.

—¿Estás seguro? Porque yo puedo devolverlo a su suite.

—No, yo me encargo.

—Bien…—Yoochun se volteo, algo inseguro —Te espero en la habitación. —le dijo y comenzó a caminar despacio sin quitar la vista de los dos.

Yunho esperó a que Yoochun se fuera para guiar a Jaejoong hacia un callejón con menos gente, haciendo que se recargara en una pared después. Jaejoong protesto pero Yunho no le hizo caso.

—¿Y bien que quieres Jaejoong? Además… ¿Dónde están tus guardaespaldas?

Levanto los hombros. —No…lo sé.

—Ah ahora andas sin guardaespaldas ¿Qué no aprendiste nada del otro día?

—¿Qué eres tu mi niñera? —Jaejoong replicó —¿O es que acaso…te preocupas por…mí?

Yunho se mordió los labios, incapaz de responder esa pregunta ¿Por qué incluso se molestaba? ¿Por qué no dejó a Yoochun encargarse de Jaejoong y él irse libremente? —Estas muy borracho Jaejoong, no es bueno que un hombre en esas condiciones ande así. —dijo Yunho como si se estuviera contestando a sí mismo. Como si la excusa que había encontrado para justificar sus actos, era hacer un acto de buena fe.

—Estoy hasta la madre…—Jaejoong se rió y luego cerro los ojos, tranquilizándose por un momento.

Minutos pasaron. Jaejoong completamente relajado como si se hubiera dormido sobre la pared y Yunho en frente de él, esperando que este estuviera en mejores condiciones para poder tener una conversación al menos coherente.

A continuación, Jaejoong abrió los ojos enfocando su vista en los de Yunho, y lo que menos espero este fue que Jaejoong se anclara a él, pasando ambos brazos detrás de su cuello. Yunho paso saliva incomodo al ver la distancia tan corta en que sus caras estaban separadas.

—Yunho… —Jaejoong susurró —Me estas volviendo loco, de todas las maneras…en que se puede…enloquecer a alguien.

El moreno arrugó la cara, no entendiendo a que se refería. ¿Quizá era la rabia que le producía pelear contra él lo que lo volvía loco? ¿La frustración y el enojo? ¿Era eso? —Tú también me vuelves loco. —Yunho admitió.

Jaejoong sonrió. —¿En serio?

—Sí, me vuelves loco al tratar de arruinar mi vida y al aparecerte todos los putos días a jodermela.

Jaejoong abrió la boca, algo decepcionado. —Oh…

—No puede ser que seas la única persona en este mundo que me haga perder los estribos.

—¿Soy la…única…persona? —Jaejoong volvió a sonreír.

—Sí y lo peor es que me haces actuar como no quiero. Me haces caer en tu juego y que me enfrente a ti. 

—Tu…fuiste el que quisiste…yo no…te obligue a nada…

—Pero con tu actitud lo haces. —Yunho soplo. —Es esa actitud arrogante y altanera que no me permite ignorarte y me hace querer ponerme en tu contra.

—¿Entonces…disfrutas pelear conmigo?

—No. —Yunho cerró la boca, no sabiendo muy bien como contestar esa pregunta. —Es solo que… es como si…

—¿Qué…?

Yunho guardo silencio llegando a la conclusión que lo mejor era no decir nada. Si el mismo no entendía muy bien que era lo que lo impulsaba a competir con Jaejoong, ¿Cómo le podía explicar a este? Si, era verdad que al principio lo hacía por arruinarle el momento a un odioso ricachón, pero ya a estas alturas, no estaba seguro. ¿Se debía a algo más?

Jaejoong de repente comenzó a reírse, explorando fijamente todos los rasgos del más alto. —¿Sabes… porque me siento tan… intimidado de alguien… como tú?

—¿Por qué?

—Porque a pesar… de que no tengas donde… caerte muerto, eres…alguien con talento, y guapo, y carismático, y valiente al enfrentarte a alguien…con dinero…como yo.

Ante la confesión, Yunho hizo una mueca extraña pensando que si Jaejoong estuviera en sus cinco sentidos, preferiría que le cortaran un pie antes de admitir todo eso. —¿Es esto algún tipo de confesión? —Yunho se rió.

—No…solo que te envidio mucho. Te odio, maldito. —Jaejoong escupió.

Yunho se volvió a reír. —¿Estas admitiendo entonces tu derrota?

Jaejoong negó con la cabeza y se acercó un poco más a Yunho. —Nunca, nunca…solo que a veces quisiera…ser como tu…

El moreno suspiró fuerte al pensar lo irónico que era esa declaración. Jaejoong podía mofarse que tenía todo el dinero del mundo pero aun así envidiada muchas otras cosas que sabía que nunca podría conseguir por esos medios. —Vaya nunca pensé que en lugar de detestarme, me envidiaras.

—Te detesto y te envidio…al mismo tiempo. Y te…odio también. —Jaejoong abrió los ojos los cuales habían estado cerrados. —Te odio mucho. —Diciendo esto último, se acercó de manera imprevista al rostro del otro y comenzó a besar sus labios, dejando a Yunho en blanco por un momento.

¿Qué?

De inmediato Yunho se separó, colocando su mano en el pecho del otro para crear distancia. —¿Qué estás haciendo? —Preguntó totalmente en shock.

—Solo…quería…comprobar si también besas bien… —Jaejoong admitió sin dejar de ver los labios del otro. —Y no. Veo que después de todo…no eres tan talentoso para todo…

—¿Ah no? —Yunho preguntó algo ofendido.

El joven negó con la cabeza.

Tomando eso como un reto, Yunho murmuro un breve “te enseñare” antes de volver a besar a Jaejoong de forma violenta y descoordinada. Jaejoong no se resistió y le siguió el juego, dejando que Yunho tomara el control total del beso. Se quejó cuando Yunho tomo su labio inferior y lo mordió. —Esto es por hacerme pasar todo un día en una comisaria. —le dijo. En respuesta, Jaejoong hizo exactamente lo mismo provocando un gemido del otro esta vez. —Y esto… por besar a lady Marmalade —Le dijo haciendo reír a Yunho.

Luego se separaron, extasiados pero al mismo tiempo con algo de remordimiento, pensando que eso en primer lugar nunca debió haber sucedido. Pero al carajo, había pasado y se había sentido extremadamente bien. Era como si la tensión acumulada que sentían uno por el otro, se hubiera descargado en un beso.

—Tienes que irte. —Le dijo Yunho separándose en definitiva del cuerpo de Jaejoong. Este asintió y se dispuso a dar un paso pero en cuanto lo hizo, cayó al suelo, luchando por levantarse.

“Dios” pensó Yunho. —¿Te tendré que llevar a tu casa? —preguntó fastidiado mientras hacía que Jaejoong pasara un brazo sobre su cuello para que se apoyara en él.

Jaejoong contestó con un murmullo incomprensible.

—Bien. —Suspiró Yunho —¿Dónde queda?

—En las estrellas…—se le burló Jaejoong mirándolo con ojos desorientados.

—Es enserio Jaejoong. —Le dijo mientras trataba de recordar donde Jaejoong lo había citado la vez que se conocieron. Se acordaba de un hotel, en el primer distrito de la ciudad, pero aparte de eso, no lograba recordar nada más.

Tan ensimismado estaba tratando de recordar que no se dio cuenta cuando el cuerpo de Jaejoong había empezado a pesar un poco más. Y Cuando lo volteo a mirar, vio como Jaejoong había perdido momentáneamente el conocimiento.

“Rayos” pensó Yunho, barajeando todas las opciones. —Parece que esta noche te quedaras con nosotros —dijo y arrastro en esa posición a Jaejoong por las calles oscuras ya casi desiertas de Montmartre.


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—¿Así que no conseguiste nada? —Le preguntó Junsu a Yoochun mientras terminaba de organizar las cosas que había utilizado ese día.

—No aun, pero no pierdo las esperanzas. —Yoochun le contesto, mirando a través de la única ventana disponible en la habitación. —Tengo algunos ahorros de mis últimos pagos pero no son lo suficiente para volver a Corea. —Se volteo —Jaejoong nos daba alojamiento y comida por lo que nuestros pagos no eran tan exorbitantes como pudieras creer.

—Ya veo. —Junsu suspiró —¿Y porque no te quedas en Paris? Las cosas están algo feas en Corea por ese asunto de la invasión japonesa.

—No Junsu, Hogar es hogar. Extraño la comida, las costumbres, la gente…—Yoochun suspiró sonando algo melancólico —¿Sabes? después de mucho pensarlo creo que el que Jaejoong me haya despedido fue lo mejor que me pudo haber pasado. Ahora podre vivir libremente, sin tener que cumplir capricho tras capricho. Podre regresar a mi casa y organizar mi vida, tener una familia, ya sabes.

Junsu se le quedo viendo, analizando sus palabras. De lo que había podido conocer hablando con Yoochun, era que este era un tipo muy serio, de poca diversión. La única vez que lo había visto lo que se dice alegre fue la noche en que llegó, pero eso pudo deberse al estado de ebriedad en que se encontraba. Aun así, aunque Yoochun se veía frio en el exterior se notaba que tenía un corazón amable en el interior.

—A propósito hablando de Jaejoong… —Yoochun mencionó y como si los hubiera llamado con sus palabras, Yunho llego casi que dando una patada a la puerta, sosteniendo a un lánguido Jaejoong a su lado.

—Te dije, le gusta recoger cosas de la calle. —Junsu le comentó a Yoochun no luciendo ni un poquito sorprendido de que este hubiera llegado con Jaejoong. Ya se esperaba cualquier cosa de Yunho.

—¿Qué paso? ¿No lo ibas a llevar a su casa? —Yoochun se le aproximo y le ayudo a sostener el cuerpo del otro.

—Sí pero se desmayó de la borrachera.

—¡Un trago más! —de repente Jaejoong se despertó de la nada, gritando a los cuatro vientos.

—Dios, Jaejoong cállate. —Yunho le dijo —Ha tenido reacciones así desde que me propuse llevarlo hasta aquí.

—Bueno tú fuiste él que te quisiste ocupar de él.

De pronto, Jaejoong logro erguirse por sí solo, mirando el espacio que lo rodeaba. —¿Qué…es…esta porquería? —pregunto echándose a reír luego. Tal parece que había llegado a la etapa final de la borrachera: Nada de lo que hacía tenía sentido.

—Ven. —Yunho trato de llevarlo hasta una silla ubicada en un rincón, pero Jaejoong se resistió gritando que quería seguir tomando más.

—¿Tendremos que aguantarlo toda la noche? —Junsu replicó.

Decidido a darle fin al comportamiento loco de Jaejoong, Yunho trató de cargarlo cual costal de papas, pero Jaejoong se hizo el difícil y empezó a patalear, provocando que Yunho lo soltara y fuera a parar a la cama de Yunho. Luego todo fue silencio, Jaejoong estático en la cama. Le  siguieron unos ronquidos leves después: Por fin se había quedado dormido.

—Bien. —Suspiro Junsu, colocando ambas manos sobre su cadera. —¿Ahora donde se supone que vamos a dormir? —le pregunto a Yunho.

—Ustedes duerman en la cama, yo dormiré en el piso. —Agregó Yoochun.

—Nadie va a dormir en el piso. —Yunho reclamó y utilizando ambas manos corrió el cuerpo de Jaejoong hacia un lado, haciendo espacio para que otra persona pudiera caber ahí.

—No voy a dormir con él. —Se zafo Junsu.

Yunho y Yoochun se miraron. Luego Yoochun suspiró con pesadez. —Está bien yo duermo con él. —Caminó resignado al ver que ninguno de los dos propuso querer dormir con Jaejoong.

Pero de pronto la mano de Yunho lo detuvo. —No, yo duermo aquí, es mi cama. —Le dijo. Yoochun arrugo la cara al instante, pensando que era extraño que Yunho quisiera pasar tanto tiempo con Jaejoong, considerando el hecho de que lo odiaba por supuesto. Devolviéndose a la otra cama, Yoochun se metió en ella, compartiendo una mirada con Junsu, quien también le parecía decir que Yunho se estaba comportando extraño.

—Hasta mañana. —Yunho se colocó cuidadosamente al lado de Jaejoong, tratando de que sus cuerpos ni siquiera se rozaran. Luego, enfoco su vista en la del otro, delineando su cara con sus ojos. Así, con su rostro completamente en paz, Yunho pensó que Jaejoong se veía diferente. Más agradable a la vista tal vez. Luego sus ojos fueron a parar en sus labios, recordando lo que había pasado en el callejón.

“Debo estar volviéndome loco en serio” Suspiró y trató de dormir, queriendo dejar ese episodio olvidado en su mente. Por lo que más quisiera.



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Nota: Creo que muchos de ustedes habían estado esperando  lo que paso en este capitulo. *.*

No se pero cuando escribí la parte de changmin con un jaejoong borracho, se me hizo hasta comico de que los planes de changmin no le hayan salido, aun asi les aseguro que èl no se quedara quieto. Causara mas problemas.

Los vere en la proxima actu, comenten!