POV Jaejoong
Buenos amigos
¿Los
amigos se ayudan entre sí, no? Cuando un amigo necesita tu ayuda, lo primero
que haces es auxiliarlo ¿Estoy en lo correcto? Pues bien, eso fue lo que me
sucedió con Yunho, mi mejor amigo y si, lo que hice fue para ayudarlo, porque…
¿Si no lo hacía yo, su amigo de toda la vida, quien más lo iba a hacer?
Por
siempre él y yo habíamos estado juntos a pesar de lo diferentes que éramos.
Yunho
era el amable y responsable, a quien ninguna persona le caía mal y a quien
ninguna persona podría él caerle mal. Yunho siempre se había caracterizado por
ser el hijo perfecto y el estudiante ejemplar, aunque a veces abusaban de su
ingenuidad y de su tan gentil personalidad. Yo, por otra parte, era al que
siempre miraban con malos ojos. Incluso la madre de Yunho nunca había podido
confiar en ese adolescente tan particular llamado Jaejoong.
Ósea
yo.
A
diferencia de Yunho, yo era alocado, directo y con tendencias sexuales algo
dudosas. La mayoría de gente evitaba acercarse a mí debido a mi mala fama de
rebelde, por eso era sorprendente que alguien tan recto como Yunho se la pasara
tanto con alguien tan descarriado como yo. Tal vez era por ese lema de Yunho de
nunca juzgar a las personas sin conocerlas realmente. Tal vez. Quizá Yunho
logro ver algo en mi digno de convertirse en mi amigo. Quizá.
Lo
cierto es que Yunho y yo éramos uña y mugre, y no había nadie que pudiera
controlarme más que Yunho. No había nadie que me comprendiera más que Yunho.
Por
eso fue tan difícil para mí cuando Yunho consiguió su primera novia. Hwangbo
era dos años mayor que nosotros, era conocida por ser la chica más linda del
colegio y también como la que más experiencia en temas de relaciones tenía.
Muchas le tenían una envidia profunda y al igual que conmigo, rondaban muchos
malos rumores sobre ella. Fue una sorpresa total cuando ella decidió ennoviarse
con Yunho a pesar de que él no era el tipo de novio con el que ella saldría
normalmente. Tal vez eso fue lo que le atrajo de él. Que era tan diferente a
los demás. Tan romántico, tan sincero… y tan ingenuo.
Yo
la detestaba. Sentía que me había quitado el tiempo y el cariño de Yunho.
Porque sí, yo me se sentía atraído por Yunho aunque, por supuesto, nunca se lo
había confesado debido a que ambos éramos hombres. Y que Yunho claramente era
heterosexual y no mostraba indicios de querer descarriarse.
Así
que no me quedaba de otra más que resignarme, aunque no sabía por cuanto tiempo
podía soportar ese dolor de no tener el amor de Yunho.
De
no tener sus besos ni caricias.
Y
que otra menos apta los tuviera en mi lugar.
—Perra.
—Siseé peligrosamente mientras observaba desde mi ventana a Yunho despedirse de
su novia a una cuadra de mi casa. Ella estaba colgando de su cuello,
plantándole un largo beso mientras este la sujetaba de la cintura. Cuando por
fin se separaron de su empalagoso amarre, vi a Yunho acercarse rápidamente a mi
casa con una expresión preocupada en sus ojos. Me pareció extraño.
—Jae
tengo que hablar contigo.
Fue
la frase desesperada que Yunho dijo tan pronto le abrí la puerta de mi casa.
—Hola,
buenas tardes ¿Cómo estás? ¿No se supone que debe decirse eso primero?
—Contesté sarcástico mientras lo invitaba a pasar y él se sentaba en uno de los
sillones de la sala. Yo me senté en el sillón de al lado.
—No
bromees, estoy desesperado.
Fruncí
el ceño. —¿Qué pasa?
—Bueno…
se trata de Hwangbo.
Ok,
otra vez esa perra. —¿Qué pasa con ella?
Yunho
bajo la mirada y entrelazo con nerviosismo sus dedos. Parecía avergonzado de lo
que quería decir, pero sabía que si no lo hacia su problema no podía ser
resuelto. —Yo no sé cómo decir esto pero… ella quiere… ella quiere que
nosotros…
—Por
favor Yunho. —Viré los ojos, fastidiado de los rodeos de mi amigo. —Si vas a ponerte así…
—Ella
quiere acostarse conmigo.
¿Cómo? Quede estupefacto. La sangre me
comenzó a hervir.
—Me
lo insinuó ayer y yo…yo…no sé qué hacer…es que ella…
—¿Qué
ella quiere qué?
—Ella
quiere acostarse conmigo.
—¿Ella?
—¡¡¡Ella
quiere tener sexo conmigo, de acuerdo!!!
Yunho
gritó, exasperado de que yo no captara sus palabras. Tal vez era exagerada su
reacción, pero al ser Yunho un adolescente tan “santurrón”, la idea de tener
sexo con alguien mayor le asustaba. Aun peor era la idea de tener sexo con
alguien que claramente ya había tenido experiencias previas y que era tan
intimidante por así decirlo. Ella hasta apenas era la primera novia de Yunho y
Yunho nunca había tenido ninguna experiencia sexual con alguna otra mujer. Se debía
sentir acorralado.
—¿Qué
le dijiste? —Interrogué al no gustarme para nada lo que Yunho me contaba. En
realidad el hecho de que Yunho tuviera su primera vez con “esa” mujer me
aterraba. Y por montones. En mis sueños más locos siempre soñé que Yunho y yo compartíamos
ese momento juntos. Siempre quise ser la
primera vez de Yunho.
Ja,
como si eso fuera a pasar.
—Le
dije que sí.
—¡¿Cómo?!
—Ella
me preguntó si yo era virgen y le dije que no. —Confesó Yunho totalmente
angustiado, llevándose ambas manos a la cara. —No sé qué hacer Jaejoong, ella
se dará cuenta de mi inexperiencia y tal vez me deje.
—¿Por
qué le dijiste que no eras virgen? Eres un idiota Yunho.
—No
lo sé, no quería que ella se diera cuenta de que soy… un niño.
—Creo
que ya se dio cuenta que eres un niño.
—¿Qué
hare Jaejoong? Si estoy con ella se dará cuenta de que soy virgen ¿Qué puedo
hacer?
Lo
pensé por un momento. Por lo general me aburrían este tipo de conversaciones de
pareja ya que odiaba que Yunho me mencionara a esa puta que me robo a mi
hombre, pero tal vez, en esta ocasión, podría sacar ventaja de ser el consejero
amoroso de Yunho. —Entonces no lo hagas, no te acuestes con ella. —Dije
fríamente, tratando de que Yunho no accediera a la idea de estar con esa tipa.
—¿Qué?
—No
te acuestes con ella, simple. —Levante los hombros, diciendo eso de la manera
más tranquila que pude.
—Pero,
ella dijo que…
—Yunho,
si no quieres hacerlo no lo hagas, no te obligues. Además quien sabe que
cantidad de enfermedades tenga esa…
—Pero
yo lo quiero hacer. —Interrumpió Yunho. —Solo que no sé cómo. —Admitió
avergonzado.
Sentí
ponerme rojo de celos al escuchar que Yunho realmente quería estar con esa
tipa.
—No
quiero que ella me deje, Jaejoong. Ella es la chica más linda del colegio. Es
un sueño.
Fruncí
el ceño. Ver a Yunho hablar tan lindamente de ella me hacía hervir la sangre.
Tenía que ideármelas para hacer a Yunho cambiar de opinión. —He oído que ella
se ha acostado con muchos chicos, hasta mayores que ella, probablemente más
experimentados que tú. —Dije mientras me miraba la uñas con desdén. —Si te
acuestas con ella tal vez se ría de ti. Ahórrate esa vergüenza y simplemente
pasa de ello.
—Pero
temo que si no quiero hacerlo con ella, me deje.
—Pues
que te deje, hay muchos peces en el rio.
—No,
de verdad yo quiero estar con ella. —Dijo determinado y yo rodé los ojos ante
la terquedad de ese hombre. —Debe haber algo que yo pueda hacer… algo.
—Yunho,
no se te quitara la castidad de una día para otro. Ella notara que le mentiste
y que jamás has tenido sexo en tu vida.
Yunho
abrió los ojos. —¿Crees que lo note?
—Estoy
seguro. Es mejor que desistas de esa idea.
Yunho
pareció pensarlo por un segundo. Tuve la pequeña esperanza de que se diera por
vencido pero eso no sucedió, ya que siguió insistiendo con el tema. —Tengo que
conseguir dejar de ser casto hasta que la vuelva a ver… —Susurró bajito, más
para sus adentros que para mí.
Arqueé
las cejas. —¿En qué estás pensando?
—Jae,
tengo que perder mi virginidad lo antes posible.
Contuve
una pequeña sonrisa malévola. —Bien, ¿Cómo se supone que lograras eso? —Cruce
los brazos, curioso por la respuesta que me daría.
—Bueno
teniendo relaciones con alguien… ¿Tal vez? —Yunho dijo no muy seguro de su
respuesta.
—Aja
¿Y quién sería ese alguien?
—Pues…
Una chica…
—¿Cuál
chica?
—Pues…
—¿Y?
—¡Ahh
no se! —Yunho gimió rindiéndose ante el cuestionario. —Tampoco quiero serle
infiel.
Reí
ante la desesperación de Yunho. En realidad mi amigo podía ser bastante
dramático. Debo decir que la situación era horrorosa para mí, aun así no podía
dejar de admitir que también era tremendamente divertida.
—¡Oye,
no te rías! ¡Esto es serio! —Me gritó Yunho. —¿Qué tal si paso vergüenzas
frente a ella? Yo ni siquiera he visto porno en mi vida.
—~Yunho,
Yunho~ El único adolescente que nunca ha visto porno. ¿Acaso sabes como vienen
los bebes? —Acune su cara, evidentemente molestándolo por su ingenuidad.
Definitivamente la inocencia de Yunho podía ser muy tierna.
Yunho
chasqueó la lengua de frustración. —En vez de darme soluciones, te burlas de
mí.
—Ya
te di una solución pero no la quisiste aceptar.
—Esa
no cuenta.
—¿Qué
otra solución te podría dar? No dejaría que te acuestes con ella y que quedes
en ridículo. Los verdaderos amigos no hacen eso. —La verdad esa no era la razón
por la que no quería que Yunho se acostara con Hwangbo, pero algo tenía que
decir para evitarlo.
—Lo
sé, pero eso no suena como a una verdadera solución para mí. —Yunho seguía
pensando. —Algo tengo que hacer… alguien…
Resople
por la conversación. Ahora era yo el que se estaba desesperando.
—Y
si… —Yunho de repente especuló. —Y si voy a un lugar de esos… donde… no, no, mi
madre me mataría. —Desistió rápido de la idea y volvió a su posición de
preocupación.
—¿Estás
pensando en ir a uno de esos prostíbulos? Eso ni yo lo hago.
—No
lo estoy pensando… solo…necesito a alguien…
De
pronto se me alumbro el bombillito. Claro como no lo pensé antes. Si Yunho
necesitaba a alguien con quien perder su castidad, tal vez yo podría ser ese
alguien. Una mirada traviesa se me formó en mis ojos a la par que una sonrisa
amenazaba por aparecerse en mis labios. —Yunho, ya sé cómo ayudarte. —Dije con
autosuficiencia, como si todas las preocupaciones de Yunho fueran a desaparecer
con mi propuesta.
—¿Enserio?
¿Cómo? —Yunho me miro, sintiéndose emocionado.
—Bueno…—Me
levante del sillón y comencé a dar vueltas por la sala. —Tú dices que necesitas
a alguien con quien perder la virginidad antes de estar con tu adorada novia ¿Cierto?
—Sí.
—Bien,
yo podría ayudarte.
—¿Cómo?
—Yo
podría acostarme contigo.
Un
silencio incomodo se formó de repente. Vi a Yunho quedarse en blanco mientras yo
esperaba por algún tipo de respuesta. Si hubiera sido otro, tal vez me hubiera
golpeado ahí mismo… pero Yunho, mi Yunho era tan inocente que tal vez
consideraría la propuesta y se la tragaría todita.
—Pero
Jaejoong… tú eres un chico.
—¿Y?
—Elevé una ceja.
—Que
yo no podría acostarme contigo, yo no soy gay y…
—Mira,
si estás conmigo no es como si traicionaras a tu novia, porque soy tu amigo y
solo te estoy ayudando. Además puedes practicar conmigo y sentirte menos
nervioso cuando estés con ella.
—Pero
es diferente, tú no tienes…
—No,
obvio, no. Me lo puedes meter por atrás. —Dije como si fuera la cosa más normal
del mundo.
—¿Acaso
ya lo has hecho con un hombre?
—Puede
ser.
Yunho
no pareció sorprenderse por mi declaración, aunque si lo sentí incómodo. Estaba
seguro que la idea que le presentaba le resultaba bastante descabellada, pero
tal y como dicen, situaciones extremas requieren medidas extremas. Además estar
conmigo no era tan mala idea ¿No? Es decir se sentiría más cómodo y yo no era
para nada feo. En realidad, con mi piel lechosa, cabello negro, labios rosas y
contextura delgada, bien podría hacerme pasar por una mujer. Una mujer muy
extraña pero al fin y al cabo, mujer.
—¿Qué
dices? —Pregunté al ver como Yunho se quedó pensando con la mirada fija en algún
punto en la pared.
—Bueno…yo…
no lo sé.
—Yunho
solo quiero ayudarte. —Hice un puchero, acercándomele más. —Yo no quiero que te
preocupes más, yo no quiero verte abatido.
—¿No
sería raro para ti? Digo, estar conmigo.
—Yo
me sacrifico por ti. Los mejores amigos hacen eso. —Dije haciendo mi cara de
niño bueno, manipulando a Yunho para hacerlo caer entre mis redes. Para mi
suerte Yunho era lo bastante tonto para creerse eso. Quizá por eso es que me gustaba ser su amigo,
porque Yunho siempre confiaba en mis “buenas intenciones” sin importar que.
—Si
dices que es para ayudarme y no le seré infiel a mi novia por eso, bueno quizá
pueda intentarlo. —Dijo Yunho finalmente al escuchar mis suplicas.
Ante
eso, sentí mi corazón saltar pero di lo mejor de mí para disimularlo. Sentí
luego como Yunho me jalo para un suave abrazo fraternal mientras me murmuraba “Eres el mejor amigo de todos”. Por
supuesto correspondí el abrazo, alegre por haberme salido con la mía, pensando
en los más profundo de mi mente:
“Después
de que estés conmigo, se te van a quitar las ganas de estar con esa perra”
..
Durante
toda la semana, no pude dejar de pensar en el momento en que estaría con Yunho.
Él me había dicho que se vería con su novia el fin de semana por lo que acordamos
hacer tal “acto” el viernes por la tarde.
Yo
no podía creer que Yunho se hubiera creído mi cuento, pero al fin y al cabo era
Yunho, el que aceptaba todo lo que le dijeran. Sonreí para mis adentros. Tantas
noches había soñado estar en la cama de Yunho; enredados, gimiendo, con él
metiéndomela y yo disfrutando… no podía creer que por fin se haría realidad.
Estaba seguro de que después de que Yunho lo hiciera conmigo, no le quedarían
ganas de estar con su noviecita.
Daría
lo mejor de mí para darle a Yunho el mejor sexo de su vida.
Y
que nunca lo olvidara.
Más
bien que empezara a desearlo.
En
la clase de historia, me gire para darle una rápida mirada a Yunho. Él estaba
sentado en su pupitre, prestando completa atención al maestro. “Oh Yunho…” Suspiré. Yo de verdad no
podía entender como un ser tan apuesto como Yunho aún no hubiera tenido su
primera experiencia sexual. Todo en el cuerpo de Yunho gritaba sensualidad y
era risible ver como ese hombre aún era virgen.
—¡Kim
Jaejoong por favor ponga atención! —El maestro me regañó y yo refunfuñé en mi
lugar. No veía la hora en que se terminara la puta clase.
Y
como si el cielo me hubiera escuchado, la campana del timbre sonó dando por
terminada la clase. Me levante de mi asiento en dirección al puesto de Yunho,
pero me quede congelado a la mitad del camino cuando vi como la perra de Hwangbo
apareció en el salón de repente y se abalanzó a los brazos de Yunho.
—Te
extrañe~ —Dijo ella mimosamente mientras le plantaba un nada inocente beso en
la boca, acomodándose en su regazo. Yunho la miró tan ensimismado, y yo tuve
unas ganas locas de ir y apartarla de mi hombre. —Oye, he estado pensando en lo
que haremos este fin de semana… – Dijo ella. Yunho paso saliva con fuerza.
—¿Si?
—Preguntó incomodo como si no supiera que más decir.
—Sí
y… —Ella susurró algo en el oído de Yunho que no pude escuchar, pero a juzgar
por su sonrisita y por el evidente sonrojo de Yunho, debió ser algo sucio.
No
lo pude soportar más y continúe mi camino hacia ellos, aclarándome la garganta
en cuanto llegue para hacerme notar. Yunho se volteo al verme murmurando un
suave “Jae” y ella me miro con cara de pocos amigos.
Vaya,
al parecer el desagrado era mutuo.
—Vamos
Yunho, tenemos clase de algebra.
—¿Y
desde cuando Kim Jaejoong quiere llegar temprano a una clase? ¿No ves que estamos
en algo importante? —Hwangbo me dijo con acidez.
—¿Podrías
aguantarte por lo menos hasta el fin de semana? ¿O es que no puedes esperar
para que alguien te la meta de una vez?
Ella
abrió la boca indignada y Yunho se quedó sin habla. Tome el brazo de Yunho y
abandone el salón junto a él, dejando a la perra esa con la quijada abierta de
asombro.
—¿Qué
te pasa? ¿Porque le dijiste eso? —Yunho me interrogó una vez salimos del salón.
—Solo
estaba jugando, ella sabe que no es verdad.
Yunho
se me quedó mirando no muy convencido de mi respuesta mientras yo me adelantaba
por el pasillo, con una sonrisa pícara de victoria.
..
En
la hora del almuerzo, lleve a Yunho detrás de los lockers de la cancha de futbol
para poder almorzar en privacidad. Antes de que Yunho tuviera novia, ese era el
lugar predilecto de los dos para estar, pero todo eso había cambiado desde que
Yunho había comenzado a salir con ella. Cada vez era menos el tiempo en que
podíamos compartir juntos en ese lugar y eso yo no lo podía permitir.
—¿Qué
te dijo Hwangbo sobre el fin de semana? —Le pregunté a Yunho de manera casual,
ya que me moría de ganas por saber lo que esa perra le había insinuado.
Yunho
miró hacia todos los lados. —Ehh… no mucho en realidad.
—¿No
me dirás? Creí que estábamos en esto juntos, ya sabes, yo soy el que te voy a
guiar en tu primera vez.
—Jae
en verdad me siento incomodo hablar de esto contigo.
—¿Eh?
—Parpadeé. —¿Y aun así me lo harás?
Yunho
se mordió la boca y siguió comiendo su sándwich sin querer continuar con el
tema. La verdad se veía bastante ansioso por lo que fuera a pasar entre nosotros
y si, ya sabía que Yunho me había dicho que sí, sin embargo estaba seguro que él
no podía dejar de sentir vergüenza por el hecho de que su primera vez iba a ser
con su mejor amigo. Un chico al igual que él.
—Yunho
mira, —Suspiré, tratando de relajarlo así fuera un poco. —Si lo vas a hacer
tienes que dejar de pensar que tener sexo es como un delito. Es lo más normal del
mundo. Ambos somos chicos, ambos nos entendemos. No te volverás gay solo por
una vez. Yo soy el único en que puedes confiar con respecto a esos temas.
Yunho
me devolvió la mirada.
—Además…
—hice una pequeña pausa, pasando mi traviesa mano por los muslos de Yunho. —Si
lo vamos a hacer, creo que sería bueno que nos fuéramos acostumbrando. Ya sabes
para que cuando llegue el momento sea menos incómodo.
—¿Acostumbrando?
—Yunho preguntó curioso.
—Sí,
debes estar cómodo para que las cosas fluyan de manera natural.
—¿Y
cómo…?
Me
acerque a Yunho. —Tienes que besarme.
—¿Qué?
—Yunho abrió bien sus ojos.
—Bésame,
así estarás menos nervioso. Hay que empezar a construir intimidad y tenemos
poco tiempo.
¿Yunho
se creería tal estupidez mía? Si, probablemente sí.
No
muy convencido, Yunho tomo mi mejilla y con algo de timidez, beso mis labios de
una manera casi imperceptible, devolviéndose de inmediato a su lugar. Forme una
mueca al instante. —¿Eso es todo?
—Pues…
—Vamos
Yunho.
—Es
que no quiero que nadie nos vea. No quiero que le lleguen con chismes a mi
novia.
—No
hay nadie por aquí tonto. —Resoplé. —Ven. —Utilizando el suéter de mi uniforme, lo coloque sobre nuestras cabezas,
para así darnos algo de privacidad. A
continuación, acaricie el rostro de Yunho y me aproxime con la boca abierta,
permitiéndome entrar mi lengua para que se encontrara con la de él. Yunho quiso
resistirse al beso pero ya era demasiado tarde, yo estaba muy entregado.
—Bésame
mejor Yunho, imagina que soy tu novia. —Susurré debido a que Yunho parecía
estar como un robot ante mi tacto. Se le notaba el miedo, y de qué manera.
—No
pedí que me enseñaras a besar…
—Pero
es necesario para lo que haremos.
Sin
rechistar más, Yunho cerró sus ojos e intento imaginar a Hwangbo, y eso le hizo
mucho más fácil seguirme la corriente. Claro mi boca era muy diferente a la de
ella, Yo sabía a hombre… sin embargo la suavidad de los labios era casi la
misma si comparaba con una chica.
Besándonos
de nuevo, yo me deje llevar por el aroma de la colonia y el olor personal de
Yunho. Tantas veces soñé con besar sus labios mientras me hablaba que ahora
parecía tan irreal. Si hubiera sabido que Yunho era tan fácil de convencer,
hacía tiempo lo habría intentado.
Aprovechando
el calor del beso, roce con una de mis manos su entrepierna con ansias de saber
si él se estaba excitando tanto como yo lo estaba haciendo.
Yunho
de inmediato se sobresaltó por el toque.
—¿Eh?
—Pestañee ante la reacción inesperada de Yunho. —Yunho, ¿Alguna vez te has
tocado? —Le pregunté ya que se me hizo extraño que reaccionara tal a la
defensiva por esa acción.
Yunho
tardó en responderme, algo apenado. —Solo un par de veces. Mis padres
consideran que es pecado.
Entrecerré
los ojos. —Aja, ¿Ósea que es pecado tocarte pero no es pecado tener sexo fuera
del matrimonio, tal y como lo harás con ella?
—Bueno,
ella me debe gustar mucho —Admitió con honestidad.
—…
Claro.
Suspiré,
quitando mi suéter de la cabeza de ambos. Estaba de ánimos para molestar a
Yunho, y ya que tendría sexo con él, ¿Porque no molestarlo con preguntas
sexuales incomodas? Esto iba a ser divertido. Muy divertido.
—¿Así
que solo un par de veces, eh? —Repetí luego de unos segundos y Yunho sacudió la
cabeza en señal de afirmación.
—¿Y
en qué piensas cuando te tocas?
Yunho
me miro, un poco reacio a querer responder. —¿Por qué me preguntas eso?
—Ya
te dije que somos amigos Yunho. Podemos hablar de cualquier cosa.
—Pero
esos son temas privados.
—Yunho,
no te lo repetiré. Te voy a ayudar, por lo tanto necesito saber más de ti en
ese aspecto, para saber cómo ayudarte
por supuesto. —Ok, eso había sonado muy forzado pero Yunho no pareció
percibirlo así. —¿Así que… en que piensas cuando te tocas?
—Yo
pues… —Yunho se aclaró la garganta. —En nada en realidad.
—¿En
nada? Eres un mentiroso.
—Es
en serio.
—Dímelo.
Yunho
bajo la mirada. —Bueno… en pechos grandes, en piernas, no sé, en lo normal.
No
me gustó mucho la respuesta.
—¿Y
tú en que piensas?
Ahora
era él el que me tomaba por sorpresa. —¿Qué?
—¿En
qué piensas cuando te tocas?
Si
respondo con la verdad siempre pensaba en Yunho cuando me tocaba. En su pecho,
en sus brazos, en su pen….pero no se lo podía decir. No en ese momento. —¿Yunho
cuánto te mide?
—¿Qué?
Estas desviando la conversación.
—Yunho
esto se trata de ti, no de mí. Contéstame.
—¿Para
qué rayos quieres saber eso?
—Porque
quiero estar seguro de que no me lastimaras.
—Pero
yo nunca me la he medido.
—¿Ah
no?
Baje
la mirada hacia la entrepierna de Yunho. Un bulto sobresalía de sus pantalones
así que deduje que podría ser grande. Me relamí los labios.
—Oye,
no mirar. —Yunho tomo mi barbilla levantando mi rostro causando que yo me riera
lindamente por la acción. Este hombre me derretiría con su pureza.
—¿Yunho
quieres que te diga algo? —Pregunté luego de un rato de silencio. —Estar con un
hombre, es mejor que estar con una mujer.
—¿Por
qué lo dices?
—Bueno, —Me le acerque ligeramente, susurrando cerca
de su oído. —Un hombre sabe lo que le
gusta a un hombre, sabe dónde tocar y donde satisfacer. Cuando se mete, se
siente más apretado, más caliente, es maravilloso.
Yunho
comenzó a salivar más, su rostro comenzaba a tintarse de un rojo violento para
nada inadvertido.
—Además
la sensación de hacer algo indebido… lo prende más. Es mejor, mucho mejor.
Tienes suerte de experimentar eso primero, ya que después con una mujer no te
sentirás para nada nervioso.
Me
aleje de la oreja de Yunho, disfrutando enormemente ponerlo tan incómodo. —Algo
me dice que nos vamos a divertir mucho el viernes. Nos reiremos como nunca.
..
Al
término de clases el jueves, decidí ir al taller de oratoria en el que
participaba Yunho. A mi usualmente poco me importaban las actividades
extracurriculares, en realidad prefería salir a tomar y fumar en los tiempos
libres por la tarde, sin embargo esa vez decidí quedarme con Yunho ya que
mañana seria el día en que por fin lo tendría. Era obvio que no quería perderle
de vista ni por un segundo.
Por
desgracia, para mi mala suerte, la estúpida de la noviecita de Yunho también
había asistido a la clase, realmente parecía ser ella la del primer noviazgo en
vez de Yunho ¿Por qué tenía que estar como una sanguijuela siempre pegada a él?
El
taller (aburrido como siempre) trascurrió de manera normal, con Yunho participando
activamente, y tanto Hwangbo como yo echándole un ojo como si estuviéramos
marcando territorio. Ya parecíamos enemigos mortales por el tipo de miradas que
nos dedicábamos cada vez que nuestros ojos se encontraban cuando no prestábamos
atención a Yunho. Al parecer ella sabía que Yunho me gustaba y presentía
también que yo era una especie de amenaza a su relación. Que si se descuidaba,
le arrebataría a su novio.
Bueno,
no la puedo culpar por pensar eso. Exactamente esas eran mis intenciones.
Yunho
de repente salió del salón con la excusa de que iría al baño y yo aproveché
esto para seguirlo, con ansias de estar al menos unos minutos a solas con él. Hwangbo
me siguió con su mirada hasta la salida, diciéndome con sus ojos que no me
atreviera a hacer nada. Ja, como si le fuera a hacer caso.
Entrando
en el baño de hombres, me senté en el mesón del lavamanos y esperé a que Yunho
saliera de los cubículos. No tardo mucho, lo oí jalar la cisterna y luego salir
en dirección al tocador.
—¡Oh!
—Yunho se sobresaltó. —¿Qué haces aquí?
—Me
aburrí. —Dije con sinceridad.
—Eso
pensé. —Yunho abrió el grifón del agua. —Realmente se me hizo extraño que
quisieras venir a mi taller de oratoria. A ti no te gustan esas cosas. Estaba
seguro de que te aburrirías.
—Bueno,
—Me acerque, apoyándome con una mano en el mesón donde Yunho se estaba lavando
las manos. —En realidad hay algo que me preocupa y por eso me quise quedar
contigo para hablarlo.
—¿Qué
es?
Me
mordí la boca, sonriendo. —La otra vez me dijiste que no sabías cuanto te
media… y estoy preocupado de que me puedas lastimar. Realmente necesito saber
cuánto te mide para saber que previsiones tomar. Ya sabes, para prepararme
físicamente.
Yunho
evadió mi mirada por mis palabras. Me comenzaba a divertir lo tenso que lo
podía poner con estos temas, también lo fácil que lo podía embaucar. —Ok, si eso te preocupa, esta noche me la
mido y te lo digo por teléfono.
—No,
no queda tiempo para eso. Debe ser ahora.
Yunho
no tuvo tiempo ni para preguntar porque en seguida lo empujé contra uno de los
cubículos y cerré la puerta detrás mío. Por la fuerza, Yunho cayó sentado en el
inodoro mientras yo me arrodillaba frente a él y le mostraba mi usual mirada
traviesa. Esa mirada, esa mirada que todo el mundo conocía y por la cual todos
afirmaban que yo no era para nada una persona inocente.
—¡¿Qué
haces?! —Preguntó consternado.
—Bájate
los pantalones. Te la mediré.
—No.
—Yunho
coopera, por favor. ¿Si no te conoces a ti mismo como esperas tener sexo con
otra persona? ¿Cómo esperas tener sexo con tu novia?
Él
suspiró. —¿Solo me la medirás?
—Sí.
—Ok.
—Desabrochó de mala gana sus pantalones y se los bajo dejándolos caer sobre sus
pantorrillas. A continuación, bajo un poco sus boxers para dejarme observar su
pene flácido. Creo que si Yunho pudiera morir de vergüenza, lo habría hecho en
ese momento.
Al
ver su pene, me mordí los labios por aquella carne sin vida. Si así era
flácido, como sería… —Bien, te masturbare. —Ni corto ni perezoso, cogí el
miembro con mi mano y comencé a sacudirlo de arriba abajo. Yo la verdad era un
sinvergüenza.
Yunho
de inmediato se paralizo. —¡¿Por qué haces eso?! ¿No que solo me la querías
medir?
—Idiota,
si te la voy a medir, debe ser el tamaño real. El erecto.
No
poniéndome más peros, Yunho se dejó hacer lo que fuera de mí mientras parecía
intentar mantener la calma y suprimir los gemidos que se estaban comenzando a
formar en su garganta. Cuando Yunho se masturbaba generalmente lo hacía con
algo de recato puesto que consideraba que era algo indebido; sin embargo ahora yo
lo estaba masturbando con todas mis energías, por lo que la sensación era
totalmente nueva para él.
—Uhm…
—Gruñó. Su ceño profundamente marcado.
—Listo.
—Me detuve cuando el pene estuvo completamente erecto. Vaya, ese pene era tan
grande como ancho. Me relamí la boca inconscientemente y mis ojos brillaron al
imaginar que sería tener toda esa extensión en mi estrecho cuerpo. Definitivamente
Dios dotaba a los que menos les interesaba.
—¿Y
bien…? —Yunho preguntó jadeante al ver que yo solo me mantenía mirando su pene.
—Uhm
estoy calculando. —Entrecerré los ojos. —Quizás 14, 15 o 16… cm…
—¿No
trajiste regla?
—Lo
mido con mis ojos. Yo sé lo que hago Yunho. —Le dije tratando de contener una
risotada por lo absurdo que eso había sonado.
Después
de unos cuantos minutos de “medirlo”, me aparte un poco de su entrepierna y
forme un puchero en mi rostro, como si estuviera preocupado. —Yunho~ Tu pene es
demasiado grande, me lastimara. Estoy seguro que la lastimara a ella también.
—¿Enserio?
—Yunho preguntó consternado. Al parecer él era el único hombre que consideraba
un problema tener el pene grande. —¿Y qué puedo hacer?
—Lubricante,
mucho lubricante. Y ser cuidadoso. Yo te enseñare como moverte.
Yunho
asintió. Lo vi con la intención de levantarse luego por lo que lo volví a
empujar, manteniéndolo en el puesto. —¿A dónde vas?
—A
clases.
—¿Vas
a ir así? —Sonreí mientras indicaba su erección latente. Oh Dios, ¿Acaso iba a
mostrarle su hermoso pene a toda la escuela?
Ante
la falta de respuesta de Yunho, yo solo viré los ojos y le sugerí relajarse antes
de tomar de nuevo su pene y utilizar esta vez mi boca. Yunho de inmediato se
tensiono por mi acción pero no me importó mucho y seguí envolviendo mis labios
en esa erección palpitante y caliente. Yunho sintió su estómago contraerse ante
la sensación de mis labios moverse, mis dientes rozando y mi aliento ardiente mojando
todo su pene.
—Tu
boca… —él dejo salir al cerrar sus ojos por el placer.
—¿Mi
boca? ¿Qué tiene mi boca?
—Es
muy pequeña.
Sonreí.
—Es porque eres enorme. —Volviendo a mi labor, continúe lamiendo y atragantándome
hasta que sentí mi propia erección crecer entre mis pantalones. Sin dejar el
ritmo, guie mi mano hacia abajo y empecé a masturbar mi propio pene para llegar
al clímax.
—¡Uhm
me vengo! —Yunho exclamó y en seguida su semen salió disparado embadurnando mi boca
y mis labios. Dios, si he de ser sincero ya había probado el semen antes, sin
embargo ahora podía decir que el sabor de Yunho era el que más me había gustado
de todos los que había probado. No miento.
En
cuanto Yunho vio el desastre que había hecho, tomo con rapidez el rollo de
papel en el baño y limpio los restos de su semen de mi boca mientras
incesantemente me repetía: “¡Lo siento! ¡Lo siento!”. No pude evitar enternecerme
ante esa acción. Mi Yunho era tan considerado.
—¡Uhm!
—Emití un sonido agudo cuando me vine también y procedí a limpiarme y acomodarme
mis pantalones, como si nada hubiese pasado.
—¡¿Yunho?!
De
repente una voz femenina resonó en los baldosines del baño. Yunho se quedó
helado, yo sonreí con malicia.
Se
trataba de Hwangbo, obvio.
Ahora
me las podía cobrar.
—¡¿Yunho,
estas ahí?! —La chica repitió y cuando estuve dispuesto a abrir mi bocota para
llamarla, Yunho se abalanzo sobre mí y me rodeo fuerte con sus brazos, tapándome
la boca. Casi me desdoble de risa ante la situación. Si no fuera porque Yunho
me estaba tapando la boca, mi risa hubiera estallado en el lugar. En serio la
situación era muy divertida… ¿Qué pasaría si ella descubría que el mejor amigo
de su novio le estaba dando a su novio una mamada en el baño?
Definitivamente
pagaría millonadas por ver esa reacción.
—Uhm
no, creo que no está aquí. —Resignándose, la chica salió del baño y Yunho de
inmediato me soltó. Mi risa estruendosa salió sin restricciones y vi que Yunho
no pudo evitar sonreír también, completamente contagiado por mi aparente
diversión.
—Ya,
no te rías. —Yunho intentó callarme pero yo no podía contener mis ganas. —¿Qué
es tan gracioso?
Le
dedique una sonrisa triunfante. —Nuestra travesura. Ella pudo habernos visto… —Sí,
quizá era un maldadoso pero no me importaba.
—¿Por
qué me la chupaste? ¿No te dio asco?
—Mmm
fue para mostrarte lo que puedes sentir al penetrar una vagina… —Dije lo
primero que se me ocurrió por muy estúpido que sonara. —Aunque un ano, bueno
puede ser más estrecho que eso.
Pasándome
un brazo por sobre mis hombros, Yunho se me acerco. —Eres un pícaro Kim
Jaejoong.
De
inmediato abrí mis ojos. ¿Acaso Yunho había descubierto mis verdaderas intenciones? —Debo comprar
lubricante ¿Ok?... y quizás algunos condones. —Algo nervioso, intenté cambiar
de tema mientras me levantaba del suelo y salí del cubículo junto a Yunho.
—Está
bien. Realmente aprecio que hagas esto por mí.
—¿Para
eso están los mejores amigos, o no?
Sonriéndole,
abandoné el baño sin dejar de saborear los restos de semen que habían quedado
dentro de mi boca.
Bueno,
después de todo, fue bueno quedarme esa tarde en la clase de oratoria.
..
El
gran día por fin había llegado.
Luego
de terminar clases, corrí enseguida a mi casa a terminar los últimos detalles.
Ni siquiera había alcanzado a despedirme de Yunho ya que estaba muy emocionado.
Habíamos acordado vernos en mi casa a eso de las tres de la tarde, por lo que
faltaba poco para que Yunho llegara. Mis padres trabajaban todo el día, salían
muy temprano y llegaban en la noche, propiciándonos el momento perfecto para
estar a solas.
Cuando
me acomodaba unos mechones de la frente al verme en el espejo de mi habitación,
escuché el timbre y supe de inmediato de quien se trataba. Bajé como un
relámpago por las escaleras, me precipite a la puerta principal y descubrí a
Yunho detrás de esta.
—H-Hola.
—Saludo Yunho ansioso.
—Hola.
—Le respondí después, mirándolo en detalle. Yunho estaba vestido con una
chaqueta de cuero café y unos vaqueros azules, como si se hubiera alistado para
una cita. Pensé porque Yunho se había molestado tanto en su ropa si era lo que
menos iba a necesitar. —Sigue.
Yunho
entró y saco de su bolsillo trasero un paquete de condones. —Ya sé que dijiste
que ibas a comprar, pero pensé que quizá necesitaríamos más. No sabes la pena
que me dio comprarlos en la farmacia.
Los
tome con mis dedos y deje escapar una pequeña risa. —Creo que no serán
necesarios, pero gracias de todos modos. —Me los metí al bolsillo.
—¿Estás
seguro de que tus padres no vendrán?
—Seguro.
—¿Y
no hay nadie quien nos pueda descubrir, verdad?
—Yunho,
tranquilo, eso no pasara. Esto quedara entre los dos ¿Ok? Nadie va a saber que perdiste
la virginidad conmigo. Ahora, ven, subamos a la habitación. —Tomándolo de la
muñeca, jale a Yunho a mi habitación la cual se encontraba en el último piso de
la casa.
Ya
adentro, cerré la puerta con seguro y Yunho se quedó de pie en la mitad, entrelazando
sus dedos nerviosamente. Normalmente no había porque tener pena conmigo, Yunho había
ido millones de veces a mi habitación, solo que esta vez era diferente. Esta
vez estaríamos de un modo más “íntimo” y al parecer Yunho no podía dejar de
sentirse incómodo con toda la situación. De verdad, yo no lo entendía. Ya nos
habíamos besado, hasta lo había masturbado y hecho una mamada. ¿Por qué ahora
parecía como si no hubiéramos tenido ningún tipo de contacto íntimo?
Concentrándome,
decidí dejar eso a un lado y rodear a Yunho con mis brazos, disfrutando la
ligera expresión de terror en su cara. Parecía un pequeño venado asustado. Iba
a ser tan divertido jugar con el inofensivo Yunho.
—¿Y
qué hago? —Yunho rompió el silencio cuando solo nos quedamos uno frente al otro
sin decir nada.
—Antes
que nada, debes saber que como soy el que te ayudare hoy, debes obedecer a todo
lo que te diga.
—Está
bien.
—Bésame.
Ya sabes, como a tu novia.
Obedeciéndome,
Yunho tomo mi boca y nos fundimos en un beso suave y tranquilo. Me deje
entonces guiar por el ritmo de Yunho. Algo que debía reconocer es que aunque
Yunho fuera inexperto en todo este tema de relaciones, él sabía besar muy bien.
Muy bien.
—Espera,
—Yunho se separó abruptamente. —Esto es muy raro.
—¿Qué
pasa? Ya lo has hecho antes.
—Es
que eres un hombre, tu….
—Oh
dios, ya no pienses en eso, déjate llevar. —Replique mientras volvía a retomar
el beso, esta vez guiando yo.
Mientras
nos besábamos, empecé a quitar la chaqueta de Yunho lentamente, desabotonando
también los botones superiores de su camisa. Hice un camino de besos desde la
boca de Yunho hasta su cuello. Yunho tan solo se dejó hacer.
—Siéntate
en la cama. —Ordené y él obedeció.
Cuando
me le senté a horcajadas, Yunho de imprevisto tomo su maletín y saco de el un
cuaderno de notas y un lápiz. —Tengo que tomar notas. —Me explicó al ver mi
rostro lleno de confusión.
“`¡Dios mío!” refunfuñé estresado. Si bien me
enternecía la ingenuidad de Yunho, en algunas ocasiones también me llegaba a
exasperar; así que sin decir nada, agarré el cuaderno y lo vote lejos frente a
la mirada incrédula de Yunho. —Carajo Yunho, esto no es nada teórico. Esto lo
tienes que sentir.
—Pero…
—Solo
sígueme.
Acostándolo
en la cama conmigo encima, seguí besando a Yunho mientras me quitaba la camisa
y acomodaba mi pecho desnudo a la altura de su cara. —Piensa que son senos. —Le
dije. —Lámelos. A las chicas les gusta eso.
La
obediente lengua de Yunho viajo por mis tetillas, chupando y jalándolo con sus
labios causando que mi cuerpo se meneara inquieto, no ocultando lo feliz que
estaba por lo que estaba sucediendo. Realmente estaba pasando, Yunho tendría su
primera vez conmigo. Que dichoso me sentía.
A
continuación, me deshice al fin de la camisa de Yunho y luego seguí con sus
pantalones, quitándolos. Me quite también los míos, quedando los dos en ropa
interior. Ambos nos abrazamos, besamos y acariciamos por un buen rato, casi que
olvidándonos cuál era el objetivo de nuestro encuentro. Estaba ansioso por que
me penetrara, aun así pensé que no era necesario acelerar las cosas, al fin y
al cabo tendríamos toda la tarde, y yo no quería tampoco que este momento
terminara tan rápido.
—Ok,
voy a enseñarte a poner un condón. —Le dije luego de sentarme en la cama y
tomar de mis pantalones los condones que él había traído. Yunho me imitó, también
sentándose frente a mí, prestándome toda la atención del mundo. La verdad nunca
pensé enseñarle a alguien como poner un condón, pero bueno ¿Hay una primera vez
para todo, no? Sobre todo para Yunho. —Primero tienes que asegurarte que sean
de tu talla, ¿Ok?
—Sí.
—Yunho asintió.
—Luego,
lo abres así, —Le indique con mi boca como se abría el empaque. —Y lo sacas así.
—Saque el condón y lo sostuve entre mis manos. Lo que paso después fue que utilice
mi propio miembro para poner el condón, explicándole a Yunho como debía desenrollarlo.
Apuesto que Yunho deseó tener su estúpido cuaderno de anotaciones a la mano ya
que parecía prestar demasiado atención a lo que yo estaba diciendo. —Bien,
hazlo tú. —Le alcance otro condón y esperé a que mi alumno aplicara lo que le había
acabado de enseñar
Con
algo de indecisión, Yunho tomo el paquete y lo rasgo con sus dientes de la
misma manera que yo lo había hecho. Algo del líquido del condón quedo entre sus
dientes, haciendo que Yunho escupiera con asco. Me reí al instante por su
torpeza. Intentándolo de nuevo, Yunho tomo otro condón, lo abrió y lo
desenvolvió en su pene.
—¿Así
está bien? —Preguntó luciendo igual a un niño cuando le pregunta a su madre si
ha hecho bien la labor.
No
pudo evitar sonreír por la expresión y el tono de su pregunta. —Sí, mi amor,
sí. —Le di un pequeño beso y luego al pequeño “Yunho”, animándolo a continuar.
Lo
que paso a continuación fue que le entregue la botella de lubricante a Yunho
diciendo que la esparciera por todo su pene, mientras yo mismo sacaba una
cantidad en mi mano y la empezaba a restregar alrededor de mi ano. Metí un
dedo, dos dedos y luego tres, deseando expandirme lo suficiente para que el
pequeño (más bien grande) Yunho no me lastimara con su longitud. Yunho se quedó
mirándome, sus mejillas cobraron aquel color rojizo que siempre se le hacía
cuando estaba avergonzado. —¿Tengo que preparar a mi novia así? —Preguntó, muy
inocentemente.
—No,
ella ya está lo suficientemente abierta. —Me reí de mi propia broma aunque
Yunho no pareció captarla. Por fortuna.
Cuando
me sentí listo, me recosté sobre mis antebrazos en la cama y tome el pene de
Yunho que goteaba lubricante, ajustándolo justo en mi entrada. Sentí que el cuerpo
de Yunho empezó a temblar, de verdad se encontraba demasiado nervioso por su
primera vez.
—Tranquilo.
—Quise calmarlo. —¿Te parece si me pongo encima?
—B-bueno.
—Yunho contesto vacilante.
Sin
esperar, lo empuje para que cayera de espaldas y me senté con ambas piernas a
cada lado de su cuerpo, luego volví a tomar ese pene y con mucha paciencia, me
lo inserte mientras bajaba por el. —Mierda.
—Gemí. Penetrarme con su miembro era más difícil de lo que imagine.
—Jae….
—Yunho gruñó y cerro fuertemente los ojos. La sensación obviamente era nueva
para él por lo que debía sentir mucho éxtasis en este momento. Me alegre de que
fuera yo el que lo hiciera experimentar eso.
Luego
de algunos minutos (y con mucha dificultad) por fin pude insertarme ese pene en
mi cuerpo y no pude esperar para empezar a moverme de arriba abajo, complaciendo
mi deseo y el de Yunho.
Mi
Yunho gemía con los ojos cerrados, era tan lindo verlo excitado.
—¿Qué
sientes? —Le pregunté entre mis respiraciones y sus gemidos.
—Uhm
es extraño… Muy apretado…
—¿Si?
—Baje hasta su rostro, susurrándole en los labios. —Mi culo es rico ¿Cierto?
Yunho
abrió los ojos. —¿Eh?
—Vamos,
admítelo.
Yunho
desvió su mirada, apretando su boca. Obvio, Yunho no iba a decir esas palabras,
por lo que seguí montándolo, acelerando paso a paso la velocidad conforme mi
agujero se ensanchaba. No podía negar que me estaba doliendo, nunca había
tenido un pene de ese grosor dentro de mí, aun así no me importaba. Era de
Yunho y eso era lo único que valía.
De
manera súbita, sentí como Yunho se tensiono, gimió ronco y se vino dentro de
mí. Demasiado pronto.
—Lo
siento. —Yunho estaba rojo de la vergüenza. —Espera, lo siento…
—Tranquilo.
—Trate de reconfortarlo, sabiendo que como era su primera vez se debía sentir
presionado. —¿Para eso estás practicando no?
Yunho
arrugó la cara. —Es que eres… muy estrecho…
—Entonces
volvámoslo a intentar.
Retomando
mis movimientos, intente volver a ponerlo duro como una roca. Bese sus labios,
pasee mi lengua por su pecho, acaricie sus pectorales, hice lo que fuera para
volverlo a excitar. Afortunadamente, no me tomo mucho tiempo porque en menos de
un santiamén, Yunho ya estaba de nuevo fuerte dentro de mí.
Excitado,
seguí con mis meneos, sin embargo, Yunho no estaba cooperando mucho. De hecho
me parecía estar cogiendo con una estatua, no se movía, era evidente que no sabía
qué hacer.
—Yunho,
acaríciame, haz algo. —Le demandé mientras agarraba sus manos y las ubicaba en
mi cintura. Él solo se me quedó mirando.
Ok,
al parecer debía presionarlo más así que me detuve y lo estimulé para que él
fuera el que se moviera, mas sin embargo él seguía sin hacer nada. Argg, rayos.
—Yunho, no te puedas quedar quieto,
tienes que moverte ¿Así te cogerás a tu novia?
—No,
pero…
—Muévete,
penétrame, haz algo.
—No
estoy cómodo.
—Solo
piensa que soy como un muñeco ¿Ok? Desahógate en mí, practica en mí.
Yunho
se mostró vacilante.
—Por
favor, si vas a follar así es mejor que…
De
un momento a otro, Yunho se levantó y me puso de espaldas contra la cama,
encimándoseme. —No me siento cómodo en esa posición. —Sin dejarme objetar,
Yunho empezó a moverse, entrando y sacando su pene a una velocidad que no me
imagine que lo haría.
—¡Oh,
si así! —Grite con mi boca abierta. Yunho estaba siendo… muy agresivo, un tanto
descoordinado quizá, pero definitivamente tenía el entusiasmo. —¡Más rápido, más
rápido!
—¡Urhh!
—Él jadeó. —¿Así?...
—¡Si
así! —Lo atraje a un beso. —Follame duro.
Al
parecer el Yunho pudoroso y tímido quedo olvidado en algún lugar porque ese
hombre que estaba encima de mí no tenía indicios de tener alguna vergüenza.
Yunho se movía, literalmente, como un hombre que nunca había tenido sexo en su
vida, por lo que estaba desesperado por follarme y venirse en mí lo más pronto
posible. Eso me hizo sentir tremendamente caliente. De verdad parecía como si
Yunho fuera algún animal salvaje que me estaba atacando. Acaricié sus brazos,
agarre su cabello, mordí mis labios, hice de todo mientras mi boca gemía sin
filtro, callado solamente por los ruidos que producían mis nalgas al rebotar
contra su cuerpo.
El
instinto sexual al parecer fue lo que le instruyó a Yunho moverse de esa
manera, por lo que no tenía caso decirle cómo hacerlo. Lo estaba haciendo
jodidamente bien. ¿Era acaso porque me tenía tanta confianza que me estaba embistiendo
así? Tal vez. Quizá ya no tenía pena y quería demostrarme lo bien que se podía
mover. Sus ojos me lo decían cada vez que me miraba, como si me preguntara si
lo debía hacer más rápido, más despacio o más profundo.
—Así,
uhm… así está bien…. —Yo le decía, consintiéndolo. —Follame fuerte Yunnie… no
pares…
Después
de unos minutos, Yunho se detuvo debido a que se cansó, así que aproveche y me
le volví a subir encima, estaba vez montándolo de verdad. Quería que él se
sintiera satisfecho, que no deseara estar con alguien más, solo conmigo.
—Yunho,
dime palabras sucias….Uhm… por favor. —le rogué al casi estar cerca de mi
orgasmo.
—¿Cómo…
que…?
—No
se… lo que se te ocurra... ¿Te gusta follarme?
—Uhm…sí.
—¿Mucho?
—Si
mucho.
Sonreí.
—Tu pene… me está partiendo.
—¿Te
estoy lastimando? —Él de inmediato me detuvo, con un dejo de preocupación en
sus ojos.
—No,
no. —Continúe saltando. —Me gusta. —Baje mi rostro y tome sus labios con mis
dientes. —Dime que se siente estar dentro…
—Apretado…
Uhm… muy caliente…
—¿Si?
Dime que te gusta, dime que te gusta mucho…. Dime que yo te gusto.
Yunho
enfocó su mirada en mí. —¿Qué?
—Dime
que te gusto más que tu novia.
Él
no respondió y en su lugar, tomo mis glúteos y se acomodó mejor debajo de mí,
empezando a moverse hacia arriba, penetrándome. No pude evitar soltar un sonido
agudo cuando Yunho toco mi punto más sensible y eso fue la gota que rebasó el
vaso. Realmente me comencé a desesperar. Quería venirme de una puta vez y que él
se viniera dentro de mí. —¡Yunho, por favor!... Dime que te gusto más que ella.
—¿Por
qué?... —La cara y hombros de Yunho estaban rojos. Él también estaba impaciente
por terminar.
—Por
favor, dímelo.
—Uhm…
Jae…
No
lo podía soportar más. En serio, no lo podía soportar. —¡Mierda, Yunho me
gustas! ¡Me gustas y odio que estés con ella!… yo solo quiero que estés
conmigo…
Sin
dejarlo reaccionar, deje que mi torso cayera encima de él y lo bese de la forma
más pasional que pude, entrando mi lengua, no dejándole escapatoria. A
continuación, sentí como Yunho empezó a jadear fuerte en mi boca y su parte de
abajo tembló involuntariamente, anunciando que por fin se había venido.
Dejando
ir sus labios, yo seguí moviéndome encima mientras tomaba mi pene y lo bombeaba
muy rápido, demasiado inquieto. Mi semen mancho el abdomen de Yunho, y yo,
totalmente agotado, me desplome encima de su cuerpo. Lentamente, mi respiración
agitada fue coordinándose con la suya, moviéndose en sintonía. La cabeza me
daba vueltas, no me dejaba razonar. El orgasmo me había hecho confesarle mi más
oscuro secreto.
¿Ahora
qué pasaría? ¿Qué pensaría Yunho de mí?
—No
sabía que sentías eso por mí.
Fue
lo que me dijo Yunho luego de unos minutos de total silencio entre los dos. Yo
levante mi cara, enfrentándolo. —Desde hace mucho tiempo que me gustas Yunho.
Yo de verdad siento cosas fuertes por ti.
—¿Por
qué no me lo habías dicho?
—Tenía
miedo que me rechazaras. Además, —Solté un suspiro. —Tú empezaste a salir con
Hwangbo así que no tuve opción. Tú siempre has sido todo lo que yo he querido.
Me siento triste al pensar que no eres mío.
—Oh
Jae, —Yunho rodeo mi cabeza. —Yo de verdad no sabía que te sentías así. Lo
lamento.
Me
fundí en su abrazo y cuando las emociones de dejarlo ir me sobrepasaron, empecé
a gimotear en su hombro, teniendo unas ganas enormes de llorar. —Yunho no
quiero que vayas con ella. No quiero que hagas el amor con ella. Si quieres
puedes seguir siendo su novio, si quieres puedes besarla y tomar su mano, pero
por favor, no compartas con ella lo que… acabamos de hacer. Dame ese privilegio
solo a mi ¿Si? ¿Puedes hacerlo?
Yunho
lo meditó por un momento y luego, de la manera más dulce, él tomo mi rostro y
me miro directamente a los ojos. —Ok, si eso es lo que quieres, entonces lo
hare. Estuviste conmigo antes que ella y siempre vas a estar antes de ella. —Me
dio un beso en los labios. —Te quiero mucho Jaejoong.
Riendo
de felicidad, me lance de nuevo a sus brazos y comencé a moverme sobre el pene
que aún no había salido de mi cuerpo, como si le estuviera agradeciendo por
hacerme tan feliz. Yunho me apretó contra su cuerpo, acariciándome la espalda y
el trasero, disfrutando de aquel momento de intimidad que ahora solo yo podía
tener con él.
..
Esa
misma noche, Yunho accedió a dormir junto a mí en mi cama. Él estaba recostado a
mi lado enredado en mis sabanas mientras yo permanecía despierto, observando su
apuesto rostro que incluso roncaba con fuerza.
Yo
no podía salir de mi ensueño, no podía creer que Yunho hubiera aceptado mis
sentimientos de esa manera. Definitivamente este era el mejor día de mi vida y
nada ni nadie podrían arruinarlo.
Y
hablando de nadie…
Levantando
medio cuerpo para alcanzar los pantalones de Yunho en el piso, saque su celular
y espiché el botón del costado, entrando en la página principal. Que tierno mi
Yunho, ni siquiera le había puesto contraseña a su teléfono.
Abriendo
la aplicación de cámara, puse la cámara delantera y con todo el amor del mundo,
nos tome a Yunho y a mí una foto en la que nos veíamos todos despeinados,
cubiertos de sudor, con las sabanas hasta la mitad del pecho y muy juntos en la
cama. Todo en esa foto gritaba ¡Sexo! por
donde se viera.
Luego,
fui a la aplicación de contactos y envié la foto al celular de la linda novia
de Yunho, agregándole el siguiente texto:
¿Adivina
quién se te adelanto? :P
Riendo
por mi diablura, deje el celular en la mesita de noche y me recosté junto a
Yunho, haciendo caso omiso al latoso sonido que hizo el celular al recibir una
notificación.
Fin
..
Nota: Ok este fue un lemon con pretexto de fic. Ya saben un Porno sin trama. Hacia mucho tiempo que lo habia escrito (hace como unos 3 años), pero nunca lo termine asi que que dia me puse a ver mis archivos y dije "mmm ¿Porque no publicarlo XD"
Espero que se hayan divertido leyendolo, yo me diverti escribiendolo. Ahora que me pongo a pensar casi nunca escribo a un jaejoong aventando ...mmm y eso que el jaejoong de la vida real es bastante aventado ajaj
Nos vemos cuando publique el capitulo 6 del bosque de daegu.