martes, 21 de junio de 2016

Lady Marmalade - Epilogo



Epilogo

:::Au Revoir Paris:::




El puerto de París se encontraba atiborrado de personas y barcos que partirían a diferentes direcciones. Los viajeros se despedían de sus familias, los comerciantes empacaban su mercancía y los aventureros mandaban besos al cielo, felices de poder iniciar un viaje muy lejos de sus fronteras conocidas.

En el pasado, Yunho hubiera sido uno de esos sujetos, emocionado por descubrir nuevos horizontes, sin embargo esta vez el sentimiento era diferente. La melancolía y tristeza de su corazón no lo abandonaban y aunque estaba emocionado por dejar parís, también se sentía abatido de no poder haber compartido eso con Jaejoong.

De no poder cumplir los sueños que tenía junto a él en América.

Todo por ese trágico suceso que cambió drásticamente todos sus planes.

Estas últimas semanas habían sido difíciles para Yunho. No había abandonado su habitación y comer era algo que no le apetecía. Las noticias de que un hombre muy rico había sido asesinado junto a su hijo en una casa al oeste de Paris rápidamente se esparcieron por toda la ciudad. Nunca se encontró a los responsables y todo quedo en la impunidad. Caso similar sucedió con lady Marmalade, quien luego de ser encontrada junto al cadáver de su hermano, fue echada del Molino rojo y forzada a convertirse de nuevo en  prostituta del mundo bajo de Paris.

Jamás volvió a contactar a Yunho. 

—Su barco es el siguiente, el mío parte hasta las tres de la tarde. —Yoochun les dijo a Yunho y Junsu mientras les entregaba los boletos de embarque.

—¿Estás seguro que no quieres venir con nosotros? —preguntó Junsu.

—Seguro. —Le respondió. —Mi sueño siempre ha sido regresar a Corea a formar mi propia familia, así que tendré que rechazar la propuesta. Sin embargo pueden ir a visitarme cuando quieran.

Yunho lo acobijo en un gran abrazo y le palmeo la espalda con una de sus manos. —Lo haremos. Y espero que tú también nos visites en Nueva york.

—Lo hare. —Yoochun les mostro una pequeña sonrisa y luego se alejó unos cuantos centímetros. —Me alegra mucho haberlos conocido. Agradezco toda su ayuda y su apoyo cuando no tenía a nadie.

—No tienes que agradecerlo Yoochun. Nosotros también estamos complacidos de haberte conocido. Recuerda que siempre nos tendrás para cualquier cosa que necesites.

Yoochun escuchó las palabras de Yunho, y casi se le salió una lagrimilla por lo reconfortante que sonaron. Él siempre había sido un hombre serio acostumbrado a no tener muchos amigos, por lo que escuchar decir esas palabras tan cariñosas hicieron conmover a su corazón. —Bien, tienen que irse ahora. Dense prensa. —No permitiendo que su despedida fuera aún más triste, Yoochun los empujó levemente y se despidió de ambos, observándolos luego batallar entre la gente amontonada la cual también se disponía a ingresar al barco rumbo Estados unidos.

Ya en la cubierta, Yunho y Junsu se sentaron en unas banquetas mientras esperaban que el barco alzara anclas para irse a despedir en el borde.

A continuación, Junsu se levantó por un rato y Yunho ubicó una de sus valijas a un lado, abriéndola con disimulo. Dentro de ella estaba la fortuna que Jaejoong le había dejado tras morir, dinero que usaría ahora para fundar su propio establecimiento de espectáculos y ayudar a artistas de la calle. Siempre había sido un sueño lejano, pero ahora y viendo las circunstancias, Yunho pensó que era el momento de dar rienda a su proyecto.

Suspirando levemente, Yunho estuvo dispuesto a cerrar la maleta hasta que visualizo una hoja de papel doblada a la mitad la cual no había percibido hasta ese momento. Extrañado, Yunho saco la hoja y la desdoblo, descubriendo que era un manuscrito el cual tenía la letra de Jaejoong.

No, no era un manuscrito. Más bien parecía ser una carta.

Yunho la leyó:




“Mi adorado Yunho…

Siendo sincero nunca he hecho esto. Nunca he escrito una carta para alguien, así que no sé muy bien que decir ni que expresar. Sin embargo lo intentare… ¿Sabes porque? Porque te amo. Te amo con todas las fuerzas de mi corazón y supongo que eso es suficiente para que broten mis palabras por ti ¿No es así?

Cuando te conocí, te deteste por completo. Deteste como me mirabas y te burlabas, como podías sin siquiera conocerme, saber lo había en mi interior. Las debilidades que llevaba por dentro. Quise hacer lo mismo, burlarme y desnudar tu armadura…pero no pude. No pude porque tú eres tan sincero contigo mismo y con el mundo que no hay manera de hacerte debilitar. Quizá por eso me enamore de ti: porque tú eres lo que siempre quise ser y nunca pude lograr. Porque tú eres esa parte de mí que quiere gritar, luchar y vencer todo los obstáculos sin miedo a nada.

Tú eres mi otra mitad.

Yunho, no sabes cuánto significas ahora para mí.

Yo en realidad no creía en el amor. No creía que yo fuera merecedor de algo así. Pero tú me hiciste pensar de otro modo, me hiciste darme cuenta de lo valioso que soy para ser amado. De que a pesar de mis defectos, alguien puede lograr pasar por encima de eso y admirar mis cualidades, las cuales no sabía que tenía. Y ese alguien eres tú.

¿Quieres que te confiese algo? Siempre lo tuve todo… Cuando pedía dinero, lo tenía, cuando pedía poder, de alguna forma lo lograba… pero esto que tú me haces sentir, eso nunca me atreví a siquiera solicitarlo.

Siempre lo tuve todo, menos el amor que tú me das.

Vaya soy tan feliz a tu lado. No puedo esperar para estar contigo en América. Para vivir aventuras junto a ti y que me hagas apreciar cada segundo de mi vida. Me pregunto como será y de solo imaginármelo me lleno de emoción. Sé que tendré que dejar cosas atrás, mi dinero y mí… padre. Es difícil, lo sé, pero estoy seguro que tú me darás las fuerzas que necesito para enfrentarlo. Porque no quiero seguir viviendo así. No quiero seguir viviendo sin una meta y sin alguien que me importe. Quiero dedicar mi vida a alguien: compartirla, celebrar los momentos felices y también convivir los tiempos difíciles. Quiero saber lo que es luchar por algo y lo que es vivir de verdad. Y sé que a tu lado lo conseguiré.

Yunho, no sé si alguien antes te ha amado así, supongo que si por lo maravilloso que artes, sin embargo yo solo quiero que sepas que en este momento no hay un hombre que te amé tanto como lo hago yo. Desde este instante, te doy mi corazón. Es tuyo desde ahora, por lo que por favor cuídalo bien, porque puede romperse si lo maltratas. Es muy delicado, así que consiéntelo y recuérdale porque eligió amarte. Quizá no te tenga que dar tantos consejos, porque esto seguro de que no lo lastimaras.

Estoy seguro de que me amas como yo te amo a ti.

Ahora solo me queda agradecerte. Gracias por mostrarte una nueva vida, por enseñarme que no todo es riqueza y que lo que verdaderamente vale es lo de adentro. Gracias por regalarme tu hermoso amor y por permitirme darte el mío. Estoy siendo demasiado cursi, lo sé, pero esto sale de lo más profundo de mi alma y no puedo contenerme ahora. Estoy demasiado inspirado… por ti.

Espero que seamos muy felices juntos, tu y yo, y si por algún motivo no podemos estar juntos, quiero que seas muy feliz por el resto de tu vida, porque te lo mereces. Tu solo mereces cosas buenas mi amor.

Recuerda que siempre estaré para ti, no importa que.

Te amo mucho.

Con cariño,

Jaejoong.”



Yunho cerró la carta y miro al cielo, las lágrimas brotando de sus ojos.


Esta era la carta que Jaejoong le preguntó si podía regalarle para que pudiera ponerla en su muro de cosas importantes. Que hubiera llegado a sus manos de esa forma era verdaderamente amargo. Tal vez Jaejoong nunca encontró el momento para entregársela, aun así, si la tenía en su caja fuerte con sus joyas y dinero, debia ser porque el castaño consideraba que era algo muy valioso. 

De alguna manera Yunho sabía lo mucho que significaba para Jaejoong, sin embargo, leerlo fue algo que hizo que su corazón se acongojara aún más. Entendía ahora la felicidad desmedida de Jaejoong y lo trascendente que fue para cambiar su vida. Le entristeció conocer lo que Jaejoong esperaba de su nueva vida en América, puesto que eso nunca se cumpliría y el sueño de estar juntos ya no existía más. Que cruel fue el destino con ellos, pero así es la vida, después de todo, nadie la tiene comparada.

Aun así y aunque la carta le dejaba un sentimiento de melancolía, también le provocaba algo parecido a un sentimiento de consuelo, como si las palabras de Jaejoong hubieran sanado un poco el dolor de su alma. Era extraño puesto que con esto se suponía debía sentirse más destrozado, pero no era así. Se encontraba de algún modo en paz, tranquilo al saber que al menos él logro darle un pequeño tiempo de felicidad a Jaejoong y le enseño lo bueno que es el amor.
Así que no debía llorar más lágrimas, porque al fin y al cabo, toda su travesía juntos había dado al menos un resultado favorable.

—¡Yunho, ven rápido el barco va a partir! —Junsu lo llamó desde el borde y Yunho se levantó en dirección a él, buscando después un lugar junto a Junsu ya que la gente había empezado a amontonarse.

Mirando las caras emocionadas de los viajeros que se despedían y de las personas en tierra que les recibían el gesto, Yunho se dijo a si mismo que iba a obedecer a Jaejoong. Él iba a ser feliz, no se dejaría derrotar por el dolor de perderlo.

Iba a continuar su vida a pesar de su sufrimiento. Porque eso era lo que hubiera querido Jaejoong, y si Jaejoong deseaba eso, él lo iba a hacer.

No estaba seguro si podría volver a enamorarse o a encontrar otra persona que lo llenara de la forma en que lo hizo Jaejoong, mas sin embargo lo iba a intentar.

Recostándose en la baranda, Yunho alzo su brazo y batió su mano al público a sus pies, dejando salir de su boca una hermosa sonrisa que no había mostrado en semanas.

Una bella sonrisa que le dedicaba al cielo… a su Jaejoong.


“Solo tienes que saber esto antes de irte
Que soy el único hombre que te ama solo a ti”
—Before U go.





..

EDIT (2018): Aquí no acaba, hay un capitulo extra. Leanlo ;)

Nota: Bueno, estoy feliz de poder al fin terminar este fic. ¿Cómo les pareció este epilogo? ¿La carta de Jaejoong? espero que les haya movido su corazón y dejado un poco menos tristes.

Gracias por siempre apoyar el fic y comentar.

Hablando sobre futuros proyectos, pues tengo ideas en la cabeza, pero ahora no me animo a escribir sobre ellas. En los próximos meses estaré súper ocupada así que no creo que pueda iniciar un nuevo serial. Quizá suba pequeños one—shot pero no prometo nada.

Ahora sí, quiero hablar de algo que me ha tenido triste estos días y la razón por la cual (entre otras cosas) me demore en subir este epilogo.
Como muchas sabrán, Yoochun está acusado de cargos de violación a 4 mujeres. Quiero tratar este tema como persona adulta que soy, no como fan loca ni quinceañera enamorada, así que espero que escuchen mi opinión.

La verdad esto me tiene muy decepcionada de él. Pero antes de que pongan el grito en el cielo, empecemos por partes:

Los diferentes casos de las 4 chicas son muy confusos en realidad. Los medios dicen una cosa, la agencia otra y la policía otra. Por un lado están los que dicen que Yoochun es culpable y puede ser factible, ya que violar a una prostituta es menos riesgoso que violar a una mujer normal. Muchos dicen que si realmente las hubieran violado, ellas lo hubieran acusado al instante, pero hay que entender que una violación no es como reportar un celular robado; muchas personas se demoran años en admitirlo, además, también hay que entender el hecho de que al ser prostitutas piensen que nadie les va a creer o que de alguna manera se lo merecen. Que hayan salido una tras la otra, significa que toman fuerza entre sí en un momento que saben que Yoochun está débil.

Por otra parte, también está el otro punto de vista, que dice que las mujeres solo están buscando dinero de él. Muchas prostitutas están acostumbradas al dinero fácil y al moverse en ese mundo, aprenden artimañas sucias. Quizás piensen que extorsionar a un hombre el cual probablemente tuvo sexo con ellas, puede ser una salida fácil a su vida, por lo cual también es muy factible que solo estén transgiversando la verdad.  

Mi posición es que yo no estoy de lado de ninguna de las partes. Las acusaciones de las chicas tienen varias inconsistencias pero también tienen cosas que pueden ser verdad. Para muchos es difícil ver a Yoochun como un violador, puesto que lo hemos conocido ya desde hace varios años, no obstante,  también hay que entender  que nosotros no convivimos con él, no estamos dentro de su cabeza para saber bien si lo que muestra es como es en realidad. Incluso, personas con las cuales convivimos día a día pueden estar engañándonos sin que nosotros nos demos cuenta. Así que hay que dejar de lado nuestro fanatismo, y observar las cosas con objetividad. 

Por lo tanto, mi postura es del lado de la verdad. No es justo en este momento culpar a ninguna de las dos partes puesto que la investigación aún está en curso. Verdaderamente, Yo solo espero que Yoochun no sea el culpable de esto. Créanme si fuera otra celebridad, ya estaría con antorcha en mano gritando que lo encarcelaran LOL pero como es Yoochun quiero darle el beneficio de la duda puesto que es alguien que he seguido por años.

Así que solo queda esperar los resultados de la policía y espero que ninguna de las dos partes utilice juegos sucios para voltear los resultados a su favor. Siendo honesta, la CJES tiene un trasfondo turbio con la mafia así que no me fio mucho de esa compañía que digamos.

Como vi en alguna otra parte, esperemos lo mejor pero preparémonos para lo peor.

Ahora tengo que aclarar que no estoy decepcionada de Yoochun por lo de la “supuesta” violación (y todo lo siguiente como lo que utilizo gánsters para callar a la chica), puesto que aún no se ha probado nada. Lo que me tiene decepcionada es el comportamiento promiscuo que lo llevo a todo esto.

No nos digamos mentiras: Muchas fans ya sabíamos que Yoochun era del tipo de acostarse con muchas mujeres. Han salido innumerables rumores de él por años y él muchas veces ha hecho comentarios (a veces disimulados) de su gusto por el sexo. Incluso en un fanfic que nunca publique, escribí como Yoochun les relataba a los chicos la vez que tuvo sexo con una bailarina en un armario LOL

El caso es que no nos debería sorprender que tenga una vida sexual tan activa, por lo que la noticia de que frecuenta prostíbulos no es tan inesperada para la mayoría. 

Sin embargo, un mal sabor de boca me deja todo esto.

Sé que él es un hombre de 30 años que puede hacer con su pito lo que se le venga en gana, aun así me decepciona un poco esa vida tan promiscua que tiene y como parece no respetar a los mujeres. Pareciera que solo las ve como huecos en donde meterse y es triste llegar a la conclusión de eso.

Ahora, lo que me tiene MAS decepcionada de todo el asunto es lo terriblemente irresponsable que fue con sus acciones al visitar un prostíbulo (HIGH CLASS pero prostíbulo de todos modos) estando en el servicio militar. No solo arruino su carrera, sino también el nombre de Junsu y Jaejoong, la reputacion de su madre y hermano que también esta en la industria, y de JYJ en conjunto,  sabiendo que los tres han tenido que soportar dificultades para poder siquiera salir en TV. Además, también destrozo en parte la fantasía de volver a ver a todo dbsk reunido (no en grupo sino como amigos) puesto que este escándalo básicamente lo sepulto en vida.

La verdad pienso que todo este embrollo se lo busco él solo, por básicamente no manejar sus deseos y meter su pito en vaginas de dudosa reputación, sin saber lo que esas mujeres pudieran hacer contra èl en un futuro (de ser el caso).

Si Yoochun es inocente, espero que aprenda a ser mucho más responsable con su vida y que tome terapia, porque en verdad creo que es un maniático al sexo. Tampoco es que tenga 15 años para estar tan calentón todo el tiempo. Ya es momento de madurar.

No sé si el hecho de que después de salir de la SM, y que tuviera más libertad y MUCHO más dinero, lo descontrolo hasta ese punto pero bueno, solo son suposiciones mías y como dije anteriormente, no vivo en su cama para saber qué es lo que le pasa.

Ahora también hay que tener en cuenta que no es la única celebridad que tiene una vida sexual así (no se sorprendan si otro de los shinkis anda en las mismas), y que no toda la culpa tiene que recaer sobre él. Aun así, como fan yo espere que supiera sobrepasar esas tentaciones que a veces vienen con la fama y dinero (o simplemente de ser hombre) : s

Para finalizar con todo esto, no dejo de sentirme intranquila con Jaejoong. Él también tiene muchos rumores acerca de su vida sexual y temo a que se descubra algo que no queramos oír. Muchas de nosotras tendemos a ponerlo en un pedestal y puede que él también tenga algunos secretitos guardados.

Citando una publicación de una youtuber mitad coreana que fue anteriormente parte del fan club oficial de DBSK (lo cuenta en uno de sus videos), dijo que tvxq solía visitar prostitutas cuando iban a Japón. Es un poco triste que tengan que recurrir a eso, pero bueno al fin y al cabo es su vida, aun así como fan, uno no se deja de sentir decepcionado por esas verdades. (https://www.facebook.com/nowayKANDY/posts/313922818752339)

Dejando eso de lado y llegando a la conclusión de todo este meollo, Yoochun me tiene decepcionada por su irresponsabilidad y por la imagen sucia que salió a relucir en este desagradable episodio. Con respecto a las acusaciones de violación, yo espero (y quiero creer) que no son ciertas y son solo casos de difamación. Espero con toda mi alma que sea así, o si no, me voy a poner aún más triste TT.TT

Si resulta ser verdad… pues que pague el precio de la ley, es lo único que puedo decir.

Ahora, ¿Ustedes que opinan de todo esto? ¿Están incondicionalmente con Yoochun? ¿Creen que las mujeres mienten? ¿Creen que es una conspiración del gobierno para tapar otros asuntos XD? ¿O creen que es culpable?

No teman decirlo, no todos podemos tener el mismo punto de vista.
Ah pero por favor, no traten a la violación como si fuera algo de risa, porque es muy insultante, tanto para las posibles víctimas de este caso, como a la verdaderas víctimas si esto llega a ser falso.

Sin nada más que decir me despido.



Hasta la próxima historia.  


..



viernes, 10 de junio de 2016

Lady Marmalade - Veinteava Entrega

Veintava Entrega

“Siguiendo un camino final, deambulando para encontrarte,
Me temo que voy a perderte…”
—In heaven. 


S
e despertó esa mañana sintiéndose cansado, sin embargo él sabía que no era producto de algo físico. Era más bien su corazón y su cabeza, las cuales se sentían agotadas de estar dando vueltas al mismo asunto una y otra vez.

Yunho se sentó en su cama, llevándose las manos al cabello. Él de verdad quería ser ingenuo y creerle a Jaejoong, su corazón le decía que confiara en él, sin embargo había pruebas de que Jaejoong había sido la mente de todo el plan del incendio y puesto a que él no tenía más enemigos, y que obviamente eso había sido tramado para asesinarlo, no había otra conclusión de que no fuera él.
Todo apuntaba a Jaejoong.

Por más que quisiera negarlo, todo apuntaba a Jaejoong.

Pero ahora… ¿Qué debía ser? ¿Debía ir hasta Jaejoong y reclamarle lo del incendio? ¿Debía golpearlo? ¿Acusarlo frente a las autoridades? O simplemente… ¿Dejar las cosas así?

Rayos, eso era difícil.

Cualquier opción era difícil puesto que aunque él sabía que debía ser duro con Jaejoong, el presentía que su amor por él no lo iba a dejar recriminarle del todo. El rostro angustiado y bello de Jaejoong no le permitiría acusarlo, y por consiguiente, volvería a caer bajos sus encantos.

Y entonces regresaría con él, pese a todo.

Yunho se levantó de la cama y fue hasta el mural en donde tenía su colección de cartas, dibujos y demás. Tomo entre sus manos la caricatura de Jaejoong y la rozo levemente con sus dedos. Ese hombre enojado que estaba ahí… ese hombre que lo tenía con el corazón hecho pedazos. Luego, miró hacia el lado y vio una carta de Junsu la cual le había escrito cuando ambos se habían reencontrado en Paris. La carta expresaba sentimientos de felicidad, hermandad y amistad, todo lo que siempre había compartido con Junsu.

Ese gran amigo que había muerto por culpa de ese incendio.

Si perdonaba a Jaejoong, sería como escupir directamente en la tumba de Junsu, y él no se merecía eso. Sus memorias debían ser respetadas, por sobre todo, su muerte debía ser respetada. Por lo que no había cabida para una reconciliación con Jaejoong.

¿Debía irse ahora entonces? Quizás si, quizás abandonar Paris era lo mejor que podía hacer en ese momento. Irse para no enfrentarlo y para no volverlo a ver. Después de todo, marcharse era su plan inicial y ya que no había razones para seguir estando ahí, esa era la única elección que le quedaba.

Aunque el recuerdo de Jaejoong se lo dificultara.

A continuación, Yunho se volteo y fue hasta su armario con la intención de empezar a empacar sus pertenencias. Lanzo todos los trajes que Jaejoong le había regalado a la cama y después saco una maleta. Yoochun entro de repente a su habitación.

—¿Qué haces? —Este le preguntó con el ceño fruncido al verlo con la maleta abierta y las cosas desperdigadas sobre la cama.

Yunho alzo la mirada. —Voy a irme de Paris.

—¿Qué? —Yoochun abrió su boca. —¿Vas a irte… con Jaejoong?

Ante la mención del otro, el rostro de Yunho puso una muy evidente mueca de dolor.—No,  Jaejoong no ira conmigo. —Le susurró entre dientes. —Su padre llego de Corea.

“¡¿Su padre?!” A Yoochun de repente se le hizo un nudo en la garganta, sus manos empezaron a sudar. —¿Ya está aquí?

—Sí.

El pelinegro desvió la mirada y se mordió la boca. Bueno, había pasado más rápido de lo que había pronosticado y a pesar de que él era participe de lo que iba a suceder, dentro de sí, quiso que los planes no resultaran como estaban previstos. Pero no había nada que hacer ahora, el señor Kim ya estaba en Paris y no faltaría mucho para que los subordinados del imperio japonés pusieran en marcha su plan.

Un leve pero al mismo tiempo marcado sentimiento de remordimiento le inundo el corazón. Su conciencia empezando a sofocarle duro. —¿Entonces… no se ira contigo por eso? —Preguntó y trató de normalizar su voz para no evidenciar lo contraído que estaba.

—En realidad no quiero hablar de Jaejoong, por favor.

Al verlo hablar así, Yoochun supo que no había caso preguntarle a Yunho mas sobre el asunto, ya que el otro parecía demasiado enojado (O triste) para querer abarcar el tema. Se resignó entonces a dejarlo continuar mientras él se sentaba en una de las sillas de la habitación aunque el pensamiento de que el padre de Jaejoong ya estuviera en Paris lo mantenía intranquilo. Los japoneses tarde o temprano actuarían y los matarían a ambos, padre e hijo.  ¿En qué momento se le ocurrió ayudar con ese plan? ¿Por qué tuvo la necesidad de traicionar a la familia a la que tantos años había servido? ¿Había sido por venganza a ser despedido? ¿O por qué él inconscientemente sabía que debían tener un castigo? No lo sabía, no sabía la respuesta a esa pregunta. No obstante, algo que si sabía es que la culpa lo estaba matando.

Porque después de todo, Yoochun era un hombre noble.

—Yunho…—Yoochun suspiró y se preparó para contarle la verdad. No podía retener esa angustia por más tiempo. —Tengo algo que decirte…

Por lo difícil que fue escuchar a Yoochun pronunciar esas palabras, Yunho se quedó quieto en su lugar, algo confundido por la repentina seriedad del otro. Yoochun estuvo a punto de contarle todo a Yunho, sin embargo, la inesperada aparición de alguien en la puerta hizo que la importante confesión quedara relegada a un segundo plano.

—Tifanny… —Yunho suspiró asombrado al ver a la mujer de pie en el marco de su puerta.

—¡Yunho!  —Ella soltó una autentica sonrisa de felicidad y fue hasta él a abrazarlo. —¡Por fin te veo! ¡¿Por qué desapareciste así?! ¡¿Por qué nunca más fuiste al Molino rojo?!

Ella preguntó exaltada y le acaricio el rostro con sus manos pero él las alejó sutilmente, luciendo no tan emocionado. —¿Qué te sucedió? —inquirió al ver los rastros de moretones y cortadas que el hermano de la chica le había hecho hace unos cuantas horas atrás.

—Nada, nada. —Ella trato de ocultarse con su cabello. —¿Cómo estás? Desde que sucedió ese incendio, no he sabido nada de ti…

—Tiffany, ¿A qué vienes? —Le pregunto sin rodeos. Como había dicho antes, él ya no quería tener nada con esa mujer. Y menos ahora.

Tiffany se mordió los labios por lo directo de las palabras del hombre.  Al parecer él no se encontraba tan feliz como ella estaba por su reencuentro. —Yunho, te he extrañado todo este tiempo. Tú sabes lo que siento por ti. Tu sabes que me tienes enamorada, por lo he decidido luchar por este amor. Quiero que vuelvas a mí.

Yunho hizo una mueca. —Tiffany, tu sabes que tú y yo nunca vamos...

—¡No, no lo digas! —Ella lo interrumpió. —Yo quiero que esto funcione. Si me das una oportunidad…

—Basta. —Yunho se alejó de ella. —Tiffany si te soy sincero ahora no tengo tiempo para eso. En realidad, tengo tantas cosas en la cabeza que no quiero arriesgarme a herirte por lo que creo que te deberías ir.

—Pero Yunho no lo entiendes. Yo… he venido a salvarte…

—Por favor vete.

—Yunho tienes que escucharme.

—Tiffany enserio, no tiene caso, me iré de París. Ya no hay nada que me mantenga aquí, ya no hay nada en París para mí.

—Te equivocas. —Ella pronunció, sin pensar ni un segundo que era lo que diría a continuación. Se encontraba muy desesperada para pensar en las consecuencias de sus palabras. —Aún hay alguien que está aquí en Paris y que te interesa.

Yunho arrugó el entrecejo. —¿Quién?

—Si me acompañas, te lo mostrare. —Ella extendió su mano hacia él y se mostró seria, esperando que él le creyera. Yunho se quedó mirando su mano y se mordió la boca, no sabiendo que hacer ¿Acaso era una forma de persuadirlo para que la siguiera? Era probable, sin embargo, algo dentro de Yunho le dijo que quizás ella no mentía. Quizás si había alguien por lo cual tuviera que quedarse.

—Está bien, te acompañare. Pero que sea lo más rápido posible ¿De acuerdo? —Él aceptó su mano y salió en compañía de ella de su habitación, no sin antes darle una breve mirada a Yoochun quien se había mantenido en silencio durante toda la conversación.

Después de su salida, Yoochun se quedó mirando la puerta. Una leve intuición de que algo no muy bueno pasaría se le instalo en el corazón.

Hoy iba a ser un mal día.

Absolutamente para todos.



..



Jaejoong dejó escapar un fuerte resoplido de cansancio cuando se instaló frente al edificio Bateau-Lavoir. Había estado caminando prácticamente toda la noche y por fin había conseguido llegar hasta su destino.

Ahora solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Entrando impulsivamente y subiendo las escaleras lo más rápido que pudo, Jaejoong llego a la habitación de Yunho solo para descubrir que este no estaba presente. Un miedo se apodero de su corazón ¿Acaso esos hombres ya habían ido por él? Jaejoong ojeo el espacio, buscando rastros de alguna evidencia. Toda la ropa de Yunho se encontraba desperdigada y una maleta estaba al borde de la cama. Parecía indicar que había estado empacando.

¿Yunho planeaba irse… sin siquiera consultárselo?

—Jaejoong.

Una voz a sus espaldas hizo a Jaejoong sobresaltarse y dar media vuelta de inmediato.

Se trataba de Yoochun.

—Tu… —Jaejoong susurró con algo de incomodidad, ya que esta era la primera vez desde su despido que se encontraba cara a cara con el hombre. —¿Dónde está Yunho?

—Se fue con Lady Marmalade. —Yoochun le respondió.

—¿Con lady Marmalade? —Jaejoong abrió los ojos ante esa respuesta. ¿Por qué razón estaba Yunho con Lady Marmalade? ¿Acaso estaba con ella por despecho? ¿Para provocarle rabia? No quería enterarse del porque. De hecho, Jaejoong tuvo que hacer un enorme esfuerzo para tragarse su tristeza y no derrumbarse frente a Yoochun. Su mente empezando a hacer miles de historias.

—Sí, pero no creo que se demore mucho. —Yoochun expresó y se sentó en la misma silla que había ocupado hace unos minutos atrás cuando estaba hablando con Yunho. —Entonces…— se mordió el labio. —Tu padre llego.

—Sí. —Jaejoong le confirmó dejando de lado sus teorías acerca de Yunho y la mujer.

Yoochun asintió ante eso y bajo la cabeza. Era obvio que la culpa no le iba a dejar en paz, al menos de que él hiciera algo. Que intentara remediar sus acciones. Por lo que acercándose a donde estaba Jaejoong, él decidió que lo mejor era advertirle. —Jaejoong, debes irte lo más pronto de Paris, por favor. Peligra tu seguridad.

El otro arrugó el entrecejo. ¿Y ahora que le había dado? —¿Por qué me dices eso?

—Los están buscando, a tu padre y a ti. Debes irte lo más pronto posible.

—No me voy a ir sin Yunho. —Jaejoong dijo con determinación. La verdad no entendía porque Yoochun le estaba advirtiendo aquellas cosas, pero lo que si tenía bien claro, es que no se iba a ir sabiendo que la vida de Yunho peligraba por su culpa.

—Por favor Jaejoong. Esto es serio. De verdad, tienes que salir de inmediato de Paris.

Jaejoong negó leve ante esa advertencia. No estaba entendiendo nada. Mas sin embargo no tuvo tiempo de preguntar más porque al voltear su vista hacia la ventana, pudo ver a los hombres con los que su padre había hablado la noche anterior, los cuales parecían estar buscando el Bateau-Lavoir. De inmediato se puso alerta, tratando de buscar que hacer en esos momentos.

Luego se le vino una idea a la cabeza. —Yoochun, necesitó que busques a Yunho y lo mantengas donde quiera que esté.

—¿Qué? —Ahora el perdido era Yoochun.

—Busca a Yunho y retenlo lejos del Bateau-Lavoir.

—¿Pero porque quieres que haga eso?

—Por favor Yoochun no me cuestiones, solo haz lo que te pido. Si aún te queda algo de aprecio por mí, haz lo que te pido.

Yoochun miro a los ojos de Jaejoong: Esa voz, esos ojos y esa expresión no recordaba habérsela visto jamás. Ni en todos los años que había sido su fiel sirviente, había observado hablar a Jaejoong con tanta seriedad. Debía estar realmente convencido de lo que pedía y porque lo pedía. No parecía ser algo por capricho, de hecho parecía ser parte de una acción completamente desinteresada.

Decidió entonces hacerle caso. —Está bien pero tienes que prometerme que saldrás de París.

Jaejoong asintió, no muy seguro de poder cumplir aquello. —Y quiero que hagas una cosa más. —De su bolsillo, Jaejoong saco las llaves de su suite y se las entregó —Quiero que le digas a Yunho que vaya a mi suite y saque todo de la caja fuerte; dinero, joyas, absolutamente todo. Dile que ahora son de él.

—¿Por qué de repente…? —Yoochun paso saliva. —¿Por qué parece que te estuvieras despidiendo?

—Solo hazlo. —Jaejoong rogo. —Y recuerda, no dejes que se acerque aquí. Ahora ve.

Dándose media vuelta, Yoochun se alistó dispuesto a cumplir la última orden que iba a recibir de Jaejoong. Pero cuando casi cruzo la puerta, Jaejoong volvió a hablarle, deteniéndolo por unos segundos antes de su salida. —Y Yoochun…perdóname por todas las cosas que te hice en el pasado. La verdad fui un completo idiota por no valorar una persona como tú.

—No te preocupes Jaejoong, ya olvide eso.

—No, enserio. Estoy muy apenado por todo lo que sucedió. Quiero que sepas…que siempre fuiste el empleado en que yo más confié.

Sintiéndose algo mal por las palabras sinceras de Jaejoong, Yoochun le asintió de nuevo y salió del edificio en busca de su amigo. Y aunque presentía que no debía hacer del todo caso a lo que Jaejoong le decía, dentro de su corazón sintió que era como una oportunidad para redimirse.

Jaejoong, por otra parte, se quedó en la habitación, esperando a los hombres quienes ya a estas alturas debían haber encontrado el edificio. Y de hecho fue así, pues no le toco esperar más de un minuto cuando los hombres llegaron a la puerta de la habitación, mirándolo con sus ojos amenazantes.

—¿Que necesitan? —Preguntó Jaejoong desafiante aunque por dentro estuviera temblando del miedo.

—Buscamos a Jung Yunho. —Uno de los hombres le contestó.

—¿Jung Yunho? —Él se les acerco. —Soy yo. —Afirmó y deseo internamente que esos hombres no hubieran visto la cara de Yunho antes.

Los hombres se miraron entre sí por la respuesta y cuando Jaejoong creyó que no le habían creído, uno de ellos se le acercó y le propino un fuerte golpe en el rostro mientras los demás vigilaban a los alrededores para que no hubiera nadie que les pudiera impedir llevárselo. El golpe lo dejo medio noqueado, mas sin embargo no lo suficiente para evitar sentir como los hombres le amordazaban la boca, le cubrían el rostro con una bolsa de tela negra y se lo llevaban lejos de la habitación, metiéndolo a un auto que él muy bien sabia a donde se dirigía.



..



Tiffany se dio cuenta de su gravísimo error al entrar en la habitación de su hermano junto a Yunho y percatarse de que ella no podía revelarle que tenía a Junsu ahí. Era estúpido si lo hacía. En primer lugar, Junsu estaba secuestrado por la idiotez de su hermano de quemar el Bateau-Lavoir, si lo liberaba era probable que se descubriera la verdad detrás de todo el asunto. Además, él había sido un testigo presencial de su asesinato por lo que no había forma de que se echara ella misma la soga al cuello. Sin embargo, Yunho la había acompañado porque creía que alguien lo esperaba y si confirmaba que no era así, él volvería a dejarla sola.  

¿Y ahora que le iba a decir?

¿Cómo iba a lograr retenerlo?

—¿Qué hacemos aquí? —Yunho preguntó algo molesto al entrar a la habitación y ver que estaba completamente vacía. Ya lo sospechaba, pero ahora era obvio que la chica le había mentido para asegurar que fuera con ella.

—Pues…—Tiffany bajo la mirada, mordiéndose levemente la boca. —Yunho, yo…

—¿No hay nadie cierto?

—Yunho yo solo quiero que te des cuenta de que tu lugar pertenece junto a mí.

—¡Al carajo! —Yunho se dio media vuelta, dispuesto a irse. Ya había perdido demasiado tiempo en esa estupidez. Tiffany intentó retenerlo colgándose a él pero él estaba convencido de que nada de lo que ella hiciera, lograría mantenerlo ahí por más tiempo. Caminó hacia la puerta y solo le faltaron unos pasos más para salir hasta que un ruido altamente sospechoso lo hizo detenerse por un momento.

El ruido había provenido desde dentro del armario.

—¿Qué fue eso? —Yunho preguntó mientras caminaba hacia el mueble, y aunque Tiffany intento impedírselo, una corazonada le dijo que debía ir a averiguar lo que sucedía.

Y su corazonada no le fallo.

Abriendo una de las puertas del armario, Yunho casi queda paralizado al ver a Junsu amarrado en el piso. El castaño había estado tratando de causar ruido ya que había escuchado la voz de Yunho, y por supuesto, sus señales no fueron ignoradas. De inmediato, Yunho se arrodillo y le quito la mordaza de la boca. Sus lágrimas se apoderaron de sus ojos, su voz se volvió un hilillo de lamento. Tanto tiempo había pasado desde que se había hecho la idea de que Junsu estaba muerto que ahora verlo ahí vivo era simplemente increíble para él.

Era como si estuviera en uno de sus sueños.

—Junsu…estas vivo. Yo creí… ¿Por qué…?

—¡Yunho aléjate de él! —Lady Marmalade llego enfurecida hacia donde estaban ellos dos e interpuso su cuerpo para separarlos. Luego, cuando Yunho intento de nuevo acercársele, ella hábilmente tomo su muñeca y lo jalo fuertemente hacia el borde de la cama, atando su mano a una barra horizontal de esta con unas esposas. Quizá fue el shock o lo rápido que sucedió todo, porque Yunho no pudo dar crédito a como había caído tan fácilmente en la trampa de la mujer.

—¡¡¡Suéltame loca!!! —Yunho trato de zafarse pero ni su voluntad podía con la fuerza en que fueron puestas esas esposas. —¡¿Qué carajos estás haciendo?!

—¡Cuidado Yunho! —Junsu grito desde el armario. —Tiene un arma.

—¡Cállate o si no, no respondo! —Tiffany lo amenazó y luego se dirigió a Yunho. —Amor, tienes que entender que todo esto que yo hago es por tu bienestar, por nuestra relación.

Exasperado, Yunho estuvo preparado para sacar de su interior todo lo que no le había dicho a la mujer por miedo a herirla. Pero al carajo eso, ella estaba loca y si no la enfrentaba cruelmente, ella nunca dejaría esa absurda obsesión por él. —¡Ya deja de decir que somos algo cuando no! ¡Yo no estoy enamorado de ti, no lo estoy y no lo voy a estar! ¡¿Qué no sabes?! ¡Mi corazón le pertenece a alguien más! ¡Y tú no podrás desalojar a esa persona de mi interior! Además…. —Yunho paso saliva. — ¡¿Qué demonios hace Junsu aquí?!

—Estuve secuestrado desde el incendio Yunho. —Junsu le explicó antes que la mujer pudiera responderle a esa pregunta. —Ese día cuando baje a la habitación, vi a un hombre iniciar un incendio y obstaculizar nuestra puerta con un mueble. Luego cuando lo enfrente, él corrió tratando de huir y salí tras de él para alcanzarlo. Llegamos hasta un callejón y forcejeamos un poco. Desafortunadamente, él me golpeo y me dejo inconsciente. Cuando desperté, él ya me tenía amarrado y he estado aquí metido en este armario desde entonces.

“Entiendo” Pensó Yunho, eso explicaba porque los rescatistas nunca encontraron el cuerpo de Junsu, aun así ¿Qué tenía que ver Lady Marmalade en todo eso?  ¿Por qué se encontraba Junsu dentro de la habitación en donde lo había llevado? —¿De qué hombre me estás hablando Junsu? —Yunho le preguntó, queriendo  llegar al fondo, ya que solo así todas sus dudas acerca del dichoso incendio se aclararían.

—De su hermano. Del hermano de Lady Marmalade. —Diciendo esto, Junsu le dio una patada a la otra puerta del armario y en cuanto lo hizo, el cuerpo de Changmin envuelto en la sabana llena de sangre cayó al piso.

Yunho de inmediato abrió los ojos de horror y Lady Marmalade se pegó de espaldas contra una pared, escurriéndose lentamente hacia abajo mientras se tapaba la cara con sus manos.

—¡¡¡¿Qué es esto?!!! —Yunho exclamó cuando su shock le dejo articular palabra alguna. Realmente ese día había sido extremadamente intenso para él.

—Él fue quien me secuestro….Shim Changmin.

Shim Changmin…¡Shim Changmin! él era el hombre que había ido a la suite de Jaejoong el día anterior y le había revelado la mente maestra detrás del incendio. ¿Ese hombre era el hermano de Lady Marmalade? Yunho cerró los ojos, intentando poner en orden su mente. Ahora que hacia memoria, a ese hombre ya lo había visto  algún tiempo atrás cuando estaba coqueteando con la mujer en calle ¡¿Cómo se pudo haber olvidado de eso?! Dios, era un idiota.

Las piezas empezaban a cuadrar pero aun Yunho tenía un montón de preguntas, la cual la más importante era: ¡¿Por qué rayos ese hombre yacía ensangrentado dentro de un armario junto a Junsu?!

—¡Esta bien, está bien! ¡Lo acepto!

Y como si le hubiera leído su mente, Tiffany de la nada empezó a gritar, gateando lentamente hasta el centro de la habitación, con su cuerpo y cara inundado en un rio de lágrimas. —Estoy dispuesta a contarte lo que pasa Yunho. Toda la verdad.

“Ya era hora” Yunho pensó. Si no conseguía respuestas, era seguro que enloquecería por todo el circo que estaba sucediendo frente a sus ojos.

Transcurrieron unos cuantos minutos mientras Tiffany tomaba valentía y luego, cuando ella alzo su rostro, Yunho estuvo seguro de que al fin escucharía toda la verdad. —Mi hermano planeo todo esto. Desde el principio, desde que Jaejoong se acercó a mí. —Tiffany dijo, tratando de calmar sus lágrimas. —Él quería que yo estuviera con él por su dinero y esa era nuestra meta hasta que apareciste tú, y me cautivaste con tus encantos. Luego, yo descubrí que tú tenías algo con Jaejoong y mi hermano decidió entonces que tenía que quitarte del camino para que no trancaras sus planes. Esa fue la razón de que incendiara el Bateau-Lavoir.

Yunho paso saliva. —¿Entonces fue idea de tu hermano y de nadie más?

—Así es. —Ella asintió. —Todo lo que hizo Changmin fue siempre para separar a Jaejoong de ti. —Ella se sentó en cuclillas y junto ambas manos como si estuviera rezando —Por eso tuve que hacer lo que hice. Por eso tuve que dispararle y matarlo. Él estaba cegado con su plan de que yo estuviera con Jaejoong, y nada ni nadie podía hacerlo cambiar de parecer… Solo la muerte.

La mujer empezó a llorar de nuevo y Yunho sintió un millón de emociones acumularse en su pecho ante la revelación. Si había sido idea de Changmin y nadie más que Changmin, entonces Jaejoong estaba libre de toda culpa. Jaejoong era inocente, su Jaejoong era inocente y él lo había juzgado injustamente. Yunho bajo la cabeza, sintiéndose terriblemente mal. Si tanto decía que amaba a Jaejoong, él debió haberle creído en primer lugar, no dudar de él como lo había hecho. Ahora tenía que redimirse, tenía que buscar a Jaejoong para hacerle saber que creía en él.

Antes de que el señor Kim lo alejara completamente de su alcance.

No obstante, aún estaba el problema de que estaba atado y la loca de Lady Marmalade no estaba dispuesta a dejarlo ir. Sabía que si seguía usando la resistencia, la mujer no lo liberaría e incluso sería capaz de hacerle daño. Y es que, si ella se había atrevido a matar a su propio hermano, Yunho estaba seguro que con él tampoco tendría compasión, por mucho que dijera que lo amaba. Tentar a una mujer armada no era una buena idea, por lo que tenía que idear otra estrategia. Usar algo de psicología para poder desenredarse de su trampa.

Y no por nada él era un mago escurridizo de la calle.

Era hora de usar alguno de sus trucos.

—Tiffany, lo siento. —Yunho le dijo después de unos minutos, mostrando un semblante totalmente diferente al anterior. Junsu arrugó el entrecejo al notar ese cambio tan drástico del comportamiento de Yunho, pero al reconocer sus facciones, su voz y sus ojos, él pudo descubrir lo que Yunho estaba intentando hacer. Así que lo dejo seguir.  —No sabía todo esto. De verdad no entendía lo fuerte de tus sentimientos por mí. He sido un estúpido.

La chica levanto su rostro magullado y sonrió internamente por la aparente disculpa de Yunho. —Nunca había estado enamorada de alguien antes como lo estoy de ti.

—Lo sé. —Yunho le respondió. —Y viendo que has hecho todas estas cosas por mí, quizás te mereces una oportunidad. Ven aquí. —Yunho la llamo con su brazo libre y la chica fue gateando  hacia él, sin tener la menor idea de las verdaderas intenciones del hombre. Una persona cuerda se habría dado cuenta al instante de que era una trampa, nadie cambia de parecer tan rápido, sin embargo Tiffany se encontraba tan inestable por todos los acontecimientos, que ya su mente no parecía razonar.

—No llores mas Tiffany, no quiero verte llorar más. —Yunho le susurró en cuanto ella se posó sobre su regazo. —No tienes la culpa de lo que sucedió, solo eres una víctima de las circunstancias. Lamento no haberme dado cuenta de eso antes. —Utilizando su mano libre, Yunho acaricio el rostro de la chica y luego la uso para envolverla en un cálido abrazo. —Déjame consolarte, es lo menos que puedo hacer por lo mucho que te has sacrificado por mí…

A continuación, Yunho se acercó a su rostro y comenzó a besarla lento, uniforme, como si de verdad quisiera hacerla sentir mejor con sus caricias. Tiffany se dejó embriagar por el sabor y la aparente dulzura de Yunho que no noto que a medida que el beso se fue profundizando, la mano de Yunho fue bajando de su rostro hacia los bolsillos de su vestido, buscando con sus dedos la llave de las esposas. Cuando Yunho las encontró, envolvió su brazo por detrás de la espalda de la mujer y la apretó más contra él mientras intentaba encajar la llave en la cerradura.

La llave encajo perfecto y las esposas se abrieron al instante. Yunho tuvo que ser cuidadoso para no dejar que ella notara como su brazo quedo libre y en su lugar, la muñeca de ella era conducida a la trampa.

Sus labios de repente se separaron, Yunho le sonrió a la chica.

—Listo.

Las esposas se cerraron en su muñeca. Tiffany solo se dio cuenta de lo sucedido al ver a Yunho levantarse con total naturalidad y ella quedar apresada en el borde de la cama. Había sido engañada.

—¡¿Qué es esto?! —Exclamó confundida. —¡Yunho! ¡Suéltame! ¡¡¡Suéltame te lo ordeno!!!

—No, Tiffany. —Yunho le mostro la llave. —El que se enamora pierde. —En seguida arrojó la llave por la ventana y fue a desatar a Junsu, ayudándolo a sostenerse luego puesto que el hombre se encontraba muy débil.

A continuación, ambos se dirigieron a la salida de la habitación para ir en busca de Jaejoong. Junsu la abandono primero y luego Yunho se quedó en el pie de la puerta, mirando a la chica que se retorcía y daba alaridos en el suelo. Sin nada más que hacer, Yunho se dio media vuelta pero la frase que ella le dijo después le quedo retumbando en los oídos.

¡El que se enamora pierde Yunho, y ni tú ni Jaejoong van a poder ganar esta vez! ¡¿Me oíste?!

Algo perturbado por eso, él abandono la habitación, pensando que aunque ella había perdido todos los sentidos…

…Quizá lo que decía no estaba tan lejos de la realidad.

Saliendo a la calle, Yunho y Junsu se mantuvieron corriendo por los calles de Mortmartre para alejarse de ella lo más lejos que pudieran  hasta que por sorpresa se encontraron con Yoochun quien venía corriendo justo en la dirección contraria.

—¡Yunho…! —Le dijo muerto de cansancio. Luego volteo a la persona que estaba junto al otro. —¡¿Junsu?! ¡¿Estas… vivo?!

—No hay tiempo de explicaciones Yoochun. —Yunho se interpuso. —Tengo que ir por Jaejoong.

—Jaejoong…Estaba en tu habitación hace unos minutos.

—¡¿En mi habitación?! —Sin escuchar más, Yunho salió corriendo hacia el Bateau-Lavoir, siendo perseguido por Yoochun y Junsu.

—¡No espera, no puedes ir allí! —Yoochun intentó detenerlo pero Yunho corría tan rápido que le fue imposible alcanzarlo.

En menos de 5 minutos, Yunho llego de nuevo al Bateau-Lavoir y subió las escaleras casi como si las estuvieran escalando. Empujando la puerta de su habitación, Yunho se alisto para recibir de nuevo en sus brazos a su amor pero cuál fue su sorpresa que ahí ya no se encontraba Jaejoong. El cuarto estaba completamente vacía.

Yoochun llego después, seguido por Junsu, ambos tratando de recuperar algo de aire.

—Me dijiste que estaba aquí. —Yunho le reclamó a Yoochun con notable preocupación en su voz. No tenía buenos presentimientos.

—Pero aquí estaba. —Yoochun le respondió, al igual que él, muy confundido.

—Voy a ir a su suite.

Yunho hizo el amago de salir de nuevo pero la mano de Yoochun sobre su brazo lo detuvo por un instante. —Él no está ahí, él me dio las llaves de su suite.

Ante eso, Yunho se tomó la cabeza, tratando de pensar en que otro lugar podría estar metido Jaejoong. Luego, como si de una bala se tratara, el recuerdo de la casa que el señor Kim lo había llevado lo impacto de manera súbita y sin dudarlo por un segundo más, salió de la habitación en aquella dirección acompañado por Yoochun y Junsu.

Tenía que encontrar a Jaejoong. Algo le decía que debía hacerlo.

Antes de que fuera demasiado tarde.



..



En la incertidumbre que le otorgaba esa bolsa enrollada en su cabeza, Jaejoong recibió el enésimo golpe de la tarde. Los hombres lo tenían atado a una silla y entre los tres, se turnaban para golpearlo hasta que el señor Kim hiciera presencia. Jaejoong sentía sangre correr por su boca y moretones formarse en su cara, pero él seguía fuerte, queriendo aguantar hasta el momento final. Aun así, el dolor mezclado con el mareo en su cabeza cada vez se incrementaba más y honestamente, ya no estaba muy seguro de poder soportar por más tiempo. En realidad estaba sufriendo pero más allá del padecimiento, estaba agradecido de que él fuera el que estuviera recibiendo la golpiza en vez de Yunho. El solo pensamiento de ver a Yunho sufrir así, le quemaba el corazón.

En seguida, un golpe particularmente fuerte en su estómago lo dejo sin respiración y luego, una intensa bofetada en su ojo casi le hizo perder el conocimiento. La sangre empezó a acumularse en su boca y él estuvo a punto de clamar por un poco de piedad de no ser porque esa mordaza le tenía imposibilitada el habla.

Estaba a poco de desfallecer. La muerte le llegaría de esa forma y Jaejoong no pudo evitar sentirse miserable. Evocó por un minuto los momentos felices de su vida: Su infancia en Corea, la relación con su madre y los recuerdos vividos con Yunho. Recordó las manos amorosas de Yunho, las cuales lo acariciaban y consentían, muy diferentes a las manos que ahora le pegaban hostilmente. Por un instante, quiso tener a Yunho a su lado, así esa tortura sería más fácil de sobrellevar.

—Yunho…por favor…

Pero no podía siquiera desear eso. Yunho era la persona que estaba intentando proteger. Y así Yunho estuviera enojado con él, Jaejoong soportaría hasta que su cuerpo dijera basta.

De repente, Jaejoong dejo de escuchar a los hombres reírse y esos sonidos fueron callados por unos pasos particularmente fuertes que entraron a la habitación donde se encontraba.

Al parecer su padre había llegado.

—Aquí esta señor, hemos cumplido. Ahora denos nuestros pagos. —Uno de los hombres le informo al recién llegado y este no tardo en sacar un fajo de billetes de su bolsillo y tirárselos en la cara, ordenándoles salir de ahí después debido a quería estar completamente a solas con su víctima.

Satisfechos, los hombres se largaron y el señor Kim se quedó ahí, mirando al pobre hombre atado a esa silla. Prendió un cigarrillo y merodeo un tanto por la habitación,  pensando en el mejor monologo antes de darle su “merecido” final.  

—Te lo advertí Jung Yunho. —Él empezó. —Te advertí que si te metías con mi familia, no saldrías bien librado. Pero no me quisiste hacer caso, quisiste dártelas de sabelotodo, arriesgando tu pellejo frente a un hombre como yo…  

El señor Kim arrojó su cigarro al suelo y lo pisó con la punta de su zapato.

—…Que mala decisión tomaste. En realidad te vez como un hombre más inteligente. Pero supongo que no es así. —Hizo una pausa; una sonrisa maligna curvándose en sus labios. —Tendrás que pagar las consecuencias de tus actos. Con la familia Kim no te metes y menos con Jaejoong. —Agarró la bolsa de tela que le cubría la cara al hombre con ansias de quitársela para poderle ver los ojos al momento de matarlo, pero al último momento decidió no hacerlo. —No, mejor así. —él dijo. —No tiene sentido ver tu insolente rostro.

A continuación, el señor Kim saco de su traje su revólver y lo apuntó justo en el pecho del hombre.

—Hasta nunca infeliz.

Jaejoong cerró sus ojos, su aliento evaporándose en un suspiro.

El señor Kim apretó el gatillo.

El sonido de un disparo haciendo eco.

La puerta abriéndose repentinamente.

Un hombre quedando aturdido.





Yunho, Junsu y Yoochun se ubicaron en una esquina en diagonal a la casa alquilada por el señor Kim. La observaron por unos breves minutos y luego se acurrucaron en círculo, planeando que era lo que iban a hacer. La casa no parecía muy custodiada, de hecho se veía muy solitaria, como si a los empleados se les hubiera dado un día de libertad. Sin embargo, la salida de tres hombres por la puerta principal no pasó inadvertida por los tres, preguntándose entre ellos porque esos hombres estaban en la residencia temporal de la familia Kim.

—¿Creen que Jaejoong esté ahí? —Junsu les susurró a ambos luego de pasar unos minutos mostrándose indecisos.

—Es probable. Si no está en su suite, debe estar aquí. —Yoochun le contesto, mirando de reojo la residencia. —¿Qué hacemos? —Se dirigió esta vez a Yunho, ya que al parecer él era el que tenía las riendas de la situación.

Yunho se demoró unos minutos en responder, y luego de analizar toda la situación, él se dirigió a ambos. —Voy a entrar a buscarlo. Quédense aquí y espérenme. Prometo no tardar.

Sin esperar respuesta, Yunho se escabullo entre la calle y no dudo en abrir la puerta principal de la casa, no importándole si alguien dentro impedía su entrada. Yoochun se quedó observándolo desde la esquina y como si su sexto sentido le advirtiera, él noto la presencia de un auto negro que se encontraba ubicado en la acera en frente de la casa.

De inmediato los reconoció.

Eran los subordinados del imperio japonés y al parecer habían escogido ese preciso día, esa precisa hora, para dar marcha a su golpe final.

Yoochun se mordió los labios. Yunho había caído en la boca del lobo, ahora solo esperaba que fuera lo suficientemente rápido para no quedar envuelto en el asunto.

Yunho, por otro lado, entro a la casa y tal fue su suerte que se encontraba totalmente vacía, al menos la planta inferior. Realmente era muy extraño. Subiendo las escaleras con cautela, Yunho llego hasta un pasillo que estaba en completa oscuridad y visualizó algo de luz proveniente de la ranura inferior de una puerta. Sin pensarlo demasiado, él llego hasta la puerta y la abrió de par en par a la vez que un sonido de un disparo retumbo en las paredes de la casa.

Todo se volvió más lento en un segundo.

Yunho se quedó paralizado.

De pie en el centro, se encontraba el señor Kim con un arma recién disparada apuntando a un hombre anónimo el cual estaba amarrado a una silla.

—¿Qué es esto? —Yunho preguntó confundido, profundamente impactado con la escena.

Al verlo, El señor Kim trastabilló unos pasos hacia atrás y abrió sus ojos como si hubiera visto un fantasma. —Tu…tu… —él tartamudeo, sin poder dar crédito a lo que sus ojos veían. De verdad no lo podía entender, si Yunho estaba ahí, entonces… el hombre al cual le había disparado…

De inmediato, se acercó y jalo bruscamente la bolsa de tela que tenía el otro sujeto alrededor de su cabeza.

Su verdadera identidad quedo expuesta.

Y ambos, el señor Kim y Yunho se sintieron desfallecer.

—¡¡¡Jaejoong!!! —Yunho fue corriendo hacia el otro y lo desamarro de la silla, cayendo este a sus brazos. Su rostro estaba completamente magullado por los golpes, casi irreconocible y de su pecho brotaba sangre producto del disparo. Yunho le quito la mordaza y un rio de sangre salió de su boca. Se encontraba realmente mal, sus ojos amenazando en cerrarse en cualquier segundo. —Jaejoong, Jaejoong…estoy aquí.  —De los ojos de Yunho comenzaron a emerger lágrimas, su cuerpo estaba temblando y su mundo se estaba comenzando a derrumbar.

—Yunho… —Jaejoong susurró con la poca fuerza que le quedaba. Aunque estuviera casi moribundo, el hecho de ver a Yunho ahí le provoco una inmensa felicidad.

—Estoy aquí. Resiste. —Yunho lo calmo y luego volteo a mirar al señor Kim. —¡¡¡¿Qué ha hecho?!!! ¡¡¡¿Qué demonios ha hecho?!!! —Le gritó enfurecido.

El señor Kim cayó de rodillas y se quedó mirándolos con ojos apagados como si de repente le hubieran quitado la vida. ¿Qué había hecho? ¿Por qué Jaejoong estaba ahí?... ¿Por qué…? Tantas preguntas inútiles que ahora no importaba si tenían respuesta. Lo único que contaba es que él le había disparado a su único hijo, a la única persona por la cual estuvo dispuesto a matar.

Que irónica y cruel era la vida.

—¡Pensé que eras tú! ¡Yo quería matarte a ti! ¡No sabía que era Jaejoong! —El señor Kim le respondió histérico y se acurrucó tomándose la cabeza, impidiendo que sus lágrimas dejaran ver su orgullo e impotencia mezcladas.

Yunho no pudo reaccionar ante eso porque sintió a Jaejoong contraerse en sus brazos, tratando de respirar algo de aire.  —Jaejoong, no cierres los ojos. —le rogó al acariciar las heridas de su rostro. Se sintió de repente muy culpable, como si él hubiera sido el que le hubiera propinado esos golpes. —Te creo. Sé que no fuiste tú el del incendio…perdóname por dudar de ti. Te amo, te amo mucho.  —Yunho cerró los ojos cuando las lágrimas de arrepentimiento inundaron su cara. Comprendió entonces todo el meollo del asunto y porque Jaejoong había sido disparado por su padre.

Jaejoong se había sacrificado por él.

Jaejoong había hecho un acto de amor por él.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! —exclamó fuerte y junto su frente con la del otro en un intento de mantenerlo consigo en el presente.

Sin embargo, sus disculpas no fueron escuchadas.

Al momento de abrir los ojos de nuevo, Jaejoong ya los había cerrado. Ya se había marchado completamente de este mundo.

El disparo le había atravesado el corazón y no había forma de volverlo a resucitar.

Todo estaba perdido.

—¡¡No!! —Yunho grito y se aferró al cuerpo como si estuviera aferrándose a la propia vida de Jaejoong. —¡No me puedes dejar! ¿Recuerdas que estaríamos en América? ¿Lo recuerdas? No me dejes…

Le suplicó con el aliento quebrándose mientras los recuerdos junto a Jaejoong lo golpeaban intensamente. Si tan solo hubiera llegado un segundo antes, si tan solo él hubiera estado en el momento en que Jaejoong  estuvo en su habitación, si tan solo le hubiera creído…nada de eso estuviera pasando. Él estaría junto a Jaejoong y no tendría ahora que sentir ese horrible dolor que lo carcomía por dentro.

Pero todos esos Si hubiera se traducían en suposiciones, que en el mundo real no tenían cabida.

—¡¡No hijo!! —El señor Kim se levantó e intento llegar hasta Jaejoong pero Yunho se lo impidió, manteniéndolo fuera de su alcance lo más lejos que pudo.

—¡¡¡No se atreva a tocarlo!!! ¿No ve que todo esto es su culpa?

—¡Yo no quería hacerle daño! ¡Yo solo pensaba en su bienestar!

—Y por querer pensar en su bienestar, terminó matándolo… —Yunho se ahogó en sus propias lágrimas, estaba tan conmocionado que ni siquiera podía hablar con fluidez. —Nunca pensó en Jaejoong… nunca pensó en lo quería o en lo que sentía…. ¡¡¡Siempre pensó en usted mismo!!! …y eso termino por devolvérsele.

Las crueles palabras hicieron mella en el corazón del señor Kim y este solo pudo retorcerse en el piso, sintiendo como ahora todo se volvía en su contra. Era cierto, todo lo que él hizo siempre fue pasar por encima de los deseos de Jaejoong y ahora todo el daño que le causo, el mundo se lo cobraba con brutalidad. Le había quitado la vida y ahora tendría que cargar por siempre con la culpa.  

Definitivamente, nada en esta vida se queda sin cobrar.

Y el señor Kim había aprendido a las malas esa lección.

Lástima que él no quería darse por vencido.

Levantándose del suelo, el señor Kim estuvo dispuesto a vengarse del hombre que había causado indirectamente el asesinato a su propio hijo y utilizando el mismo revólver, él apunto a la cabeza de Yunho, no importándole nada en esos momentos.

—¡Yunho!

Repentinamente Yoochun apareció en la puerta, luciendo afanado y terriblemente preocupado. —Yunho… ¿Qué…? —Las palabras se le quedaron en la boca al ver a un destrozado Yunho con el cuerpo inerte de Jaejoong en sus brazos y el señor Kim con un arma apuntándole a la cabeza. —¿Qué… sucede? —Se aventuró a preguntar, aunque ya sabía la respuesta a esa pregunta.

—Lo mato... Jaejoong está muerto….

Ante la confirmación, Yoochun se llevó una mano a la frente e intentó respirar. ¿En qué momento sucedió aquello? ¿Por qué el señor Kim le arrebato la vida a su único hijo?

De improvisto, un sonido sordo proveniente desde la planta inferior de la casa hizo a Yoochun poner a un lado sus preguntas, y ejecutar lo que había estado dispuesto a hacer en el momento que decidió ir en busca de Yunho.

Los japoneses habían llegado y estaban dispuestos a reclamar la vida del señor Kim, y cualquiera que estuviera presente.

—¡Yunho rápido tenemos que irnos! —Dejando el shock de ver a Jaejoong muerto, Yoochun intentó arrastrar a Yunho fuera de la habitación pero este no estaba preparado a dejar el cuerpo de Jaejoong.

—¡No, no me iré! —Le suplicó, aun abrazando con fuerza a su amado en sus brazos.

—¡No lo entiendes! ¡Te mataran! ¡Tenemos que irnos!

—¡¡No lo dejare!!

—¡¡¡No, él no se ira!!! — El señor Kim inesperadamente intervino —¡Me las pagara! ¡Me las pagara por lo que me hizo hacer! —volvió a levantar su arma, y Yoochun, ante la terquedad de Yunho y la locura del señor Kim, no tuvo otra opción que tomar de las axilas al moreno y arrastrarlo fuera del cuarto, intentando controlar el cuerpo inquieto de Yunho que quería volver con Jaejoong. El señor Kim apretó el gatillo pero las balas se le habían acabado, por lo que no le quedó otra opción de vengarse de Yunho con sus propias manos. A continuación, Yoochun se las arregló para alejar a Yunho del señor Kim y luego lo impulsó por un pasillo a la par que el señor Kim salía y los japoneses subían por las escaleras en dirección al cuarto principal. Lo último que Yoochun escuchó al salir por la parte trasera fue una balacera de disparos que muy posiblemente fueron dirigidos al señor Kim.

A las afueras, Junsu los esperaba en una esquina cercana y cuando vio que Yunho venia hecho trizas, fue directo a abrazarlo aunque no supiera porque Yunho estaba en esas condiciones. En cuanto su cuerpo lo recibió, sintió la tristeza saliendo del alma de Yunho a la vez que sentimientos de impotencia y desesperación se hacían presentes. Y Cuando Junsu se volteo a Yoochun y le reclamó una explicación, este solo negó levemente, como si le quisiera decir que no existían palabras para lo que había acabado de suceder.


















..




















La música en vivo sonaba fuerte.

Los platillos, bombos y saxofones tocados al unísono mientras las bailarinas alzaban pierna y se divertían con los hombres. Otra vez esa atmosfera sensual, apasionante y de alguna manera prohibida volvió a atrapar los sentidos de Yunho, pero en esta ocasión hubo algo diferente. También estaba presente la melancolía: la tristeza de llegar a ese lugar y sentir un vacío profundo.

Como todas las noches hace unas semanas después de la muerte de Jaejoong, Yunho entraba al Molino rojo, se ubicaba en la barra, pedía un coctel fuerte y esperaba hasta que fuera el cierre del lugar. No disfrutaba el show, ni coqueteaba con bailarinas u otras personas, no. Él solo se quedaba ahí, mirando hacia el mismo punto en ese balcón exclusivo como si estuviera esperando su llegada. Como si estuviera esperando que repentinamente apareciera y volteara su mirada hacia él.

Pero eso no sucedía.

Por mucho que esperara, el asiento en el balcón permanecería vacío.

Y así se quedaría, aunque Yunho no lo quisiera admitir.

Jaejoong se había ido y eso era algo que él no podía cambiar.

Bajando su cabeza, Yunho dejo escapar dos lágrimas solitarias que le humedecieron el rostro. Probablemente se quedaría seco de tanto llorar, pero él sinceramente no sabía que más hacer para combatir lo desgarrado que se sentía por dentro. Jamás en su vida había experimentado un dolor así, ni siquiera cuando creyó a Junsu muerto, experimentó esa sensación de vacío que le estrujaba el corazón. 

Él siempre se creyó tan fuerte, tan resuelto sobre todas las cosas que nunca se imaginó que algo pudiera impactarlo así. Pero al parecer se había equivocado.

Ese hombre de ojos negros, tez suave y cabellos marrones lo había hecho. 

Aun recordaba a la perfección la primera vez que conoció a Jaejoong: Esa mirada despectiva, ese aire de superioridad y esa declaración de guerra hacia él. Recordaba bien las peleas que propiciaban al codiciar a Lady Marmalade, sin saber que entre más se pugnaban más se iban atrayendo entre sí. Luego, fue su primer beso, ese que había sido confuso y apasionante, y millones de besos le siguieron después cuando al fin reconocieron que era lo que sentían por el otro. Yunho nunca pensó que se llagaría a enamorar tanto de alguien como de Jaejoong y nunca pensó también que las cosas terminarían así. Tan injustas y amargas. Él estaba seguro que ninguno de los dos se lo merecía, sin embargo a veces la vida es cruel y las personas que menos hacen daño, son a las cuales más daño les causan.

Por un momento deseó que todo se hubiera tratado de una cruel mentira, un mal sueño…una horrible pesadilla. Que lo despertaran, y Jaejoong estuviera ahí, sonriéndole y recibiéndolo con un beso, diciéndole que no tenía que preocuparse más porque no estaba en la realidad.

La cuestión era que si lo estaba y si no se acoplaba a ella, terminaría por arruinarlo.

Bebió otra tanda de esa bebida amarga que le raspaba la garganta, intentando con eso poder aliviar así fuera un poco el dolor de su alma.

Más tarde, cuando la noche fue llegando a su desenlace, Yunho estuvo convencido de que al fin había llegado el momento de dejarlo pasar. De admitir que Jaejoong no aparecería por arte de magia en ese cabaret y se comportaría como nada hubiese pasado. Debía dejar ir a Jaejoong y atesorar solo en sus recuerdos lo lindo que fue estar a su lado.

De hacerlo descubrir su verdadero yo y lo costoso que en realidad era por dentro.

Porque Jaejoong valía millones pero no por la cuenta de su banco.

Sino por lo hermoso que fue su corazón al arriesgarse por amor.

Pagando la cuenta, Yunho se fue del lugar con la cabeza en alto, prometiéndose a sí mismo que esa era la última vez que visitaría el famoso Molino rojo de Paris.




Fin




Nota:

Antes que nada:

El final se siente muy abrupto porque quise dejar algunas cosas para el epilogo (detallitos que faltan y el destino de algunos personajes), por lo cual el final final sera el epilogo, que es ya la conclusión de todo.
Bueno ya aclarando esto, empiezo:

NO ME ODIEN TT.TT

Sé que muchas odian los finales tristes, pero yo quería darle este final a este fic. Cuando imagine la historia (hace más de un año) solo tenía presente cual iba a ser el principio y el final. Y aunque me fui encariñando con este Yunho y Jaejoong conforme fui escribiendo los capítulos y quise cambiar el final para hacerlo feliz o menos triste, no me gustaba el resultado final. No me satisfacía. Así que decidí dejarlo como lo pensé en un principio, así rompiera algunos corazones. 

Espero que este capítulo les haya movido algo o entristecido porque o si no ahí si me voy a poner más triste TT.TT quiero saber si logre conmoverlas así fuera un poco.

Todos mis Fics siempre habían tenido finales felices y por eso también quise cambiar un poco esta vez. Lo siento u.u

Espero que tengas ganas para leer el epilogo, que será muy sentimental.

Gracias por leer y por dejar comentarios. Siempre es bonito que miren a algo que le has puesto ganas. Déjenme sus comentarios del final y del fic en general, por favor. Para mí fue algo difícil comenzar a escribir esta historia porque no tenía inspiración, y el bloqueo me duro un año hasta cuando pude sobrepasarla. Me he esforzado y sé que esta temática no es lo que la mayoría de las fans les gusta leer, pero de igual forma quise hacerlo porque me parece importante escribir cosas diferentes a lo que escriben los demás.


No teniendo nada mas que decir, los espero en la próxima actu.