sábado, 23 de agosto de 2014

Entre el Bien y el mal - Capitulo 13


Capítulo 13 - Los alcances del mal: Su naturaleza demoníaca había salido y había borrado todo lo lindo que creyó sentir alguna vez por el ángel.



E
l ángel se quedó en la cueva alrededor de tres días después de su última discusión con Yunho. Era una suerte para él que Yunho no hubiera regresado durante ese tiempo, ya que sin duda no deseaba volver a tener otra pelea con el demonio. En efecto, él no deseaba volver a tener NINGUN tipo de conversación con el demonio.

Durante su estancia solitaria él solo tuvo ganas de dormir. No quería mantenerse despierto porque eso le hacía recordar a Yunho y todo lo sucedido, y él en realidad no quería ponerse triste. No quería volver a llorar.
Ya era el atardecer del tercer día y Jaejoong se levantó sobresaltado por enésima vez producto de una pesadilla. Exactamente La misma que había tenido días atrás la cual involucraba a su humano y al demonio. Esa pesadilla que parecía ser una premonición…

—Vaya ni en mis sueños puedo estar tranquilo —Jaejoong susurro con melancolía mientras sacudía su cabeza y salía de la cueva, luego de tres largos días de pura oscuridad. Él miro hacia el cielo; el sol estaba pronto a ocultarse y la luna ya se encontraba instalada en lo alto del firmamento.

“Mi única opción es volver” Jaejoong pensó, sintiendo como la opresión horrible en su pecho volvía a aparecer. Él sentía un poco de miedo de regresar al cielo y afrontar cual fuera el castigo que los demás ángeles le tenían preparado, pero él también creía que después de todo él se merecía tal castigo, por ser tan ingenuo de escapar y no ver el peligro que había en la tierra. El peligro del que siempre le habían advertido.

“Si tan solo hubiera escuchado” Jaejoong sollozo, limpiándose las lágrimas con la manga para evitar que nublaran su vista.

Él miro a su destino: Ese cielo inmenso que se encontraba bañado de una mezcla de colores en degrade que iban desde el amarillo intenso hasta el violeta oscuro. Se preparó para partir al hogar que nunca debió haber abandonado pero antes de eso, él primero tenía que hacer algo.

Tenía que despedirse de Changmin.

De ese humano que inconscientemente le había robado el corazón pero que luego se lo había entregado a otro ser, y después este lo había pisoteado con crueldad.

No.

—Changmin no tiene la culpa, no tiene nada que ver —Jaejoong susurro.

Lanzando un gran suspiro reconfortante, Jaejoong alzo vuelo en dirección al valle al lado de la casa de Changmin. Él aterrizo justo en el centro donde las flores más bonitas de la primavera empezaban a florecer, indicando que pronto la temporada vendría. Él vio hacia la casa, admirando su quietud desde la distancia.

“¿Sería mejor si solo le digo adiós desde lejos?” Jaejoong pensó observando el cielo, pero un sonoro grito lo saco de su tranquilidad.

Él miro hacia todos lados, tratando de encontrar la fuente del grito.

¡¡¡Ahhhhh!!!

Lo volvió a escuchar pero esta vez fue más fuerte y más desgarrador, como si proviniera desde el fondo de la garganta. Era como un grito de terror. Luego el tercer grito se escuchó y Jaejoong se dio cuenta que se trataba de la voz de una mujer, de la voz de una muchacha.

Una muchacha…

¡Seohyun!

Seohyun…

¡¡¡Changmin!!!

Jaejoong vio la casa y comenzó a caminar rápido, con ganas de saber que era lo que pasaba —¡Auxilio!¡Auxilio!¡Ayúdenme! —las voces se volvieron más frecuentes, mas desesperadas y más escandalosas, y Jaejoong ya no solo estaba corriendo sino también volando bajo mientras trataba de llegar lo más pronto posible.

No estaba seguro pero él comenzó a sentir un horrible presentimiento en su corazón. Empezo a percibir la angustia que había experimentado en su pesadilla.

Cuando por fin llego, atravesó la puerta principal de la gran cabaña. La casa estaba a oscuras, en una inusual calma que lo hizo sentir intranquilo. Caminando con precaución, el ángel entro casi que en puntillas, explorando todos los rincones de la planta inferior que estaba en penumbras. Nada.

Los gritos y llantos desesperados ya no se escuchaban, el lugar estaba en absoluto silencio. Jaejoong subió al segundo piso (también a oscuras) y tampoco noto nada extraño. Ahora solo quedaba la última planta, el altillo donde se encontraba el cuarto de Changmin.

Él observo la puerta desde abajo de las escaleras, donde se podía ver una tenue luz amarilla que se colaba por debajo de la puerta entreabierta. Jaejoong comenzó a subir despacio, escalón por escalón, con el alma palpitando fuerte y los nervios haciéndolo trizas. Él presentía que en cuanto se asomara por detrás de la puerta de madera, él ya no sería el mismo.
Todo cambiaria.

Por fin llego al último escalón y trago fuerte, atravesando la puerta frente a él con los ojos completamente cerrados.

Todo se volvió más lento.

—Oh pero mira a quien tenemos aquí, al angelito de la guarda. 

Una voz chillona lo recibió y Jaejoong abrió los ojos, presenciando el peor escenario posible. En el suelo se encontraba la novia de Changmin, bañada completamente en sangre de los pies a la cabeza, en una figura casi irreconocible y justo a sus pies estaba Changmin, de pie, sujetando con fuerza un cuchillo lleno de aquella sangre. Sus ojos estaban casi desorbitados y su pecho subía y bajaba agitado, signo de que había realizado la labor lo más enérgicamente posible. Como si hubiera descargado todo su odio en la inocente víctima.

Pero lo que más llamaba la atención no era eso, oh no. Al lado de Changmin, recubriéndole todo el cuerpo, estaba una espesa nube negra que casi llegaba hasta el techo y dentro de esa nube, estaba ese demonio, ese demonio el cual había jugado con su cuerpo y su corazón, ese demonio quien lo miraba divertido, casi burlonamente, con sus ojos de gato y su sonrisa malévola. La nube se esparcía por todo el cuarto tal como lo hace una gota de tinta dentro de un vaso de agua, lento y llenando todos los lugares posibles.

Jaejoong sintió la sensación  de deja vu….era la imagen de su pesadilla. Era su pesadilla hecha realidad y él había pronosticado lo que pasaría. Lo que pasaría por meterse con un demonio y un humano al mismo tiempo. Trastabillando hacia atrás, el ángel se quedó con las palabras en la boca, llegando hasta una pared y recargándose en ella con el cuerpo totalmente rígido, y los ojos inundados de lágrimas. Esto no podía estar pasando.

—Yo no te esperaba aquí angelito, pero me alegra que hayas venido —comenzó a hablar Yunho con el tono de voz volviendo a la normalidad —Aunque hubiera querido que presenciaras la función.

—¿Ella… esta…?

—Si, muerta. Un arcángel se llevó su alma.

—Tu…Tu….¿Por…por qué? —Jaejoong ni podía hablar, estaba muy impresionado.

—¿En serio creíste que tu Changmin era todo bueno y que no sucumbiría ante el mal? ¿En serio lo creíste? —Yunho se alejó de Changmin, haciendo que la gran mancha de color oscuro comenzara a decrecer —Que iluso eres ángel, ya veo porque eres un ángel del cielo y no de la tierra, no sabes nada de los humanos. Nada de nada.

Jaejoong seguía estático. Sus lágrimas fluyendo con vigorosidad por todo su rostro.

—¿Y dónde estabas tú en estos momentos? ¿Dónde estaba el gran ángel guardián que supuestamente protegería a su humano de todo mal y peligro? —Yunho se burló —aunque no creo que hubieras podido hacer mucho en realidad, fue tan fácil controlarlo… —mintió. En verdad había sido bastante difícil poder manejar al humano. Changmin era demasiado bueno y poco influenciable, un hueso duro de roer, pero Yunho no se daba por vencido tan fácil, por lo que durante tres días había tenido que usar todo su poder demoniaco para poder poseer al humano y al final lo había conseguido. La ira, los celos y los deseos de venganza habían sido el aliciente de Yunho para lograr dominar al humano —¿Lo ves Jaejoong? ¿Ves que tu humano es insignificante en comparación a mí? ¿Qué harás ahora que sabes que tu amorcito es un cruel asesino?

—¡Tú la mataste! —Logro al fin gritar el ángel, invadido por la rabia.

—No, te equivocas, ¡El la mato! ¡Él clavo el cuchillo en su cuerpo!

Jaejoong negó repetidamente, tocándose el pecho.

—¿Qué cruel es el amor, no? A pesar de que él supuestamente la amaba, él la asesino sin piedad. Tal parece que esa rara enfermedad llamada amor, no existe.

Yunho se aproximó hacia Jaejoong, tomando su mentón con rudeza, obligándolo a dirigir su mirada hacia la víctima —¿Sabes cuantas fueron? Aproximadamente 27…27 como las veces que tú apuñalaste mi orgullo.

—¡Basta! —Jaejoong se apartó —¡Basta ya! ¡Deja de pensar que eres la victima! ¡¿Qué no ves lo que has hecho?!

—¡Claro que lo veo Jaejoong!, ¿Y quieres saber algo?, no me arrepiento de nada, ¡No estoy arrepentido por nada!

—¡Basta, basta ya! No te quiero oír —Jaejoong se tapó los oídos con ambas manos, encogiéndose y sacudiendo la cabeza con efusividad. Él quería olvidarlo todo, quería largarse de ahí.

—¿Quieres que te diga algo? Al verla ahí, tirada y ensangrentada con todas esas puñaladas en su cuerpo, yo de verdad me sentí mal. ¿Sabes porque? Porque me hubiera gustado que hubiera sido otro quien hubiera recibido esas puñaladas ¿Sabes quién es? —Yunho señalo a Changmin con su dedo —A ese imbécil que está ahí parado, me hubiera gustado en verdad, clavarle ese cuchillo en todo su cuerpo —Yunho recalco las palabras, jugando con su lengua como si le diera placer decir eso.

—Silencio, silencio…

—Pero por más que quisiera, si hubiera hecho que un humano hubiese matado a Changmin, Yo hubiera cometido un gran error…Porque si Changmin hubiera muerto así como así, él se iría al cielo y se convertiría en un ángel, y tú hubieras tenido la oportunidad de estar con él, esta vez de verdad. Pero menos mal que no lo hice, porque Changmin es ahora el asesino a sangre fría, él que mato a su novia… y ¿Sabes cuál es la condena que le dan a los asesinos en corea del sur? —Yunho tomo la muñeca de Jaejoong obligando a retirar la palma de su oído —La pena de muerte —susurro en la oreja del ángel.

¿La pena de muerte? El alma de Changmin… —No, no —Jaejoong negó con la cabeza.

—El alma de Changmin ha sido manchada con el pecado, tentada por el mal…y su justo castigo es morir y sufrir en el infierno por toda la eternidad. —Yunho se rio —Me la llevare conmigo y tú nunca podrás volverlo a ver. Ustedes nunca estarán juntos.

¿Por qué, por qué Yunho? ¿Por qué eres tan cruel? —Jaejoong recitaba en voz baja, repitiendo sus palabras una y otra vez.

—Si tu humano hubiera sido más fuerte, más bueno según tú, nada de esto estaría pasando. Pero no es así, tu humano es exactamente a los demás…seres despreciables que se dejan manipular por el mal. Aunque pensándolo bien…—Yunho volvió a tomar a Jaejoong de la muñeca, acercándolo bruscamente —el verdadero responsable de todo esto eres tú y nadie más que tú. Por haberte atrevido a jugar conmigo y a engañarme, a tentarme y a burlarte de mí. Tú eres el verdadero malvado, no yo. Tú eres el responsable de la desgracia de estos dos humanos.

Yunho soltó con rudeza a Jaejoong y se complació por el rostro de sufrimiento del ángel. Lastimarlo de esta manera era mucho mejor que lastimarlo de una manera física. Yunho estaba tan cegado por los celos, la furia y la supuesta traición, que eso no lo dejo ver más allá. Su naturaleza demoniaca había salido y había borrado todo lo lindo que creyó sentir alguna vez por el ángel.
Su parte maligna había ganado esta vez.

—Hablando de eso, —continuo el demonio, mirando el reloj de la mesita de noche de Changmin —Pronto llegaran.

Jaejoong alzo el rostro —¿Llegaran quiénes?

—La policía humana por supuesto. Veras, mientras me divertía correteando junto a Changmin a la chica por toda la casa, le di tiempo para que llamara a alertar a las autoridades, diciendo que su novio de pronto había enloquecido y quería matarla. Ellos no deben tardar, tu humano no podrá escapar de esta.

Jaejoong, asustado y afectado, no podía dar crédito a los actos del demonio: No solo había hecho esto, él también no se arrepentía de nada y se atrevía a culparlo a él. Yunho era el primero que lo había estafado, Yunho era el malvado…aunque él no lo podía culpar completamente, después de todo Yunho era un demonio y él mismo se había engañado creyendo que Yunho podía ser algo más. —Yunho…Yo creí que te conocía, Yo creí que tú podías cambiar. No creí que fueras capaz de hacer estas cosas —El ángel menciono derrotado, hablando como si el aire le faltara.

Yunho aparto la mirada —Pues te equivocaste. Este es mi verdadero yo, este siempre ha sido mi verdadero yo, y estoy orgulloso de serlo —Él se dirigió hacia los grandes ventanales mirando hacia el cielo que ya había anochecido —Jaejoong en realidad las cosas buenas no existen. Mira a tu humano, dijiste que era bueno y gentil pero acaba de matar a su novia. Él no pudo resistirse a mí. Desde ahora el mundo y dios lo verán como el asesino que es, para los humanos él solo es un vil asesino.

Jaejoong lo pensó.

—No, no te equivocas. Tal vez para los ojos del mundo y dios él sea el asesino pero para mis ojos…tú siempre lo serás.

Jaejoong ataco con frialdad y Yunho no pudo evitar sentirse dolido por la afirmación. Pero a pesar de eso el demonio dio lo mejor de sí para disimularlo, para no hacerlo notar, inflando su pecho y mordiéndose la boca, observando al ángel con la mirada fija.

La conversación se vio interrumpida cuando un grupo de agentes de la policía irrumpieron en la habitación, contemplando la traumante escena y capturando a Changmin, quien había permanecido inmóvil durante la pelea de los seres. Jaejoong vio con tristeza como a Changmin lo esposaban y se lo llevaban con brusquedad a la patrulla, mientras otros agentes miraban con ojos apagados a la infortunada muchacha, que yacía muerta en el piso de la habitación.


..



El juicio fue demasiado rápido. Jaejoong se sorprendió de la efectividad de la justicia en ese país, aunque quizá, la labor de la familia y la presión social tuvieron algo que ver. En menos de un mes Changmin había sido sentenciado a la pena de muerte y moriría a manos de un verdugo, en la silla eléctrica. La noticia del asesinato de la joven Seohyun a manos de su brutal novio había dado la vuelta al país, y el ángel había tenido que soportar todos los insultos y desprecio que su humano recibió en el transcurso de la condena. 

Durante el interrogatorio, Jaejoong se las arregló para que Changmin confesara que había sido él (Aunque era más que obvio que había sido él), imaginando que tal vez eso libraría a Changmin de la pena de muerte y recibiría en cambio, cadena perpetua. Changmin lo hizo y Jaejoong sonrió con tristeza pensando que quizá esa había sido la única vez que el humano lo había escuchado. Sin embargo esa declaración no le dio ningún beneficio a Changmin, y su destino entonces fue escrito: él moriría y como pecador que era, iría al infierno.

En los últimos días de Changmin como humano, Jaejoong había permanecido junto a él, había tratado de consolarlo, intentado hacerle saber que él no había tenido la culpa…sino que todo había sido obra de un cruel demonio que había actuado por venganza. Jaejoong lo había acompañado en los juicios, en la celda, en los procesos judiciales. Se había horrorizado de ese lugar llamado cárcel, en donde se cometían las mayores barbaridades y en donde había muchos demonios, parecía como si un pedazo del infierno hubiera salido a la tierra. 

Fue tal la entrega de acompañar a su humano sus últimos días que él ni siquiera de acordó de la sentencia de su amigo Junsu, quien le dijo que esperaría por él máximo una semana.

Y Desde esa vez en el cuarto de Changmin, Jaejoong no había vuelto a ver a Yunho. De verdad pensó que Yunho de un momento a otro aparecería y se burlaría de la desgracia de su humano, pero en lugar de eso, Yunho no dio señas de vida durante todo el proceso judicial contra Changmin…parecía como si se lo hubiera tragado la tierra. Jaejoong estaba tan agradecido de eso, definitivamente ya nunca más quería volver a saber del demonio. Nunca más. Para él sus caricias, sus besos, las veces que le hizo creer que podía cambiar…era tiempo muerto. Tiempo perdido.

—¿Por qué dios? ¿Por qué me has abandonado? —Changmin sollozo en su celda con el rostro completamente aplastado contra el colchón de la cama. Jaejoong se acurruco a su lado, tratando de acariciarle la cabeza, llorando con él. Dios no había abandonado a Changmin, era él quien lo había hecho. Lo había abandonado en el momento en que había decidido irse con el demonio, creer en lo que el ser le decía y dejarlo a la deriva, incumpliendo la promesa que el mismo se había propuesto.

Jaejoong cerró los ojos, presionándose contra Changmin pero se asustó cuando un juez y dos policías llegaron a la celda, anunciando que la hora vendría.

El momento había llegado.

Ellos sacaron a Changmin de su celda, esposado y custodiado por los lados, iniciando su camino por el corredor de la muerte. Jaejoong los siguió detrás, caminando como alma que se lleva el viento, dando pasos cortos y lentos. Él miro a los lados: Los demás reos observaban a Changmin con ojos caídos, como si hubieran perdido la esperanza. Había unos cuantos demonios que Jaejoong no se atrevió a mirar a la cara y también unos cuantos ángeles de la guarda, que pasaron desapercibido la presencia del ángel intruso.

Llegaron al cuarto de ejecución y Jaejoong no fue capaz de entrar junto a Changmin, y en lugar de eso, él se trasladó hacia el pequeño cuarto conjunto donde había una gran vitrina de vidrio; el lugar donde generalmente los familiares del condenado a muerte daban el ultimo adiós a su ser querido.

En el pequeño espacio no había mucha gente: Dos muchachos que Jaejoong apenas y pudo reconocer (tal vez amigos de la universidad o familia de Changmin), una señora de edad que consolaba a otra señora, la cual Jaejoong pensó se debía tratar de la mama de Changmin. La señora se encontraba sentada en una silla, totalmente encogida, llorando desconsoladamente mientras sus manos arrugadas escondían su cara. En una esquina de la habitación, había un señor adulto, probablemente el padre de Changmin, quien se encontraba mirando a la pared, con pose firme y con sus manos hacia atrás, como si no quisiera ver lo que le pasaría a su hijo. Como si no aceptara lo que estaba a punto de suceder. Jaejoong pudo ver como el hombre repetidamente apretaba los labios en un gesto claro que estaba reprimiendo sus emociones.

No paso mucho antes de que entrara Changmin vistiendo su uniforme de recluso, seguido por algunas personas (entre los que se encontraban policías, jueces, etc.). Cerrando la puerta tras ellos, ellos dieron inicio a la ejecución. Jaejoong trago saliva, preparándose mentalmente para lo que vendría.

Changmin se acomodó en el asiento y los oficiales empezaron a ajustarle las correas alrededor de sus brazos y piernas. Él miro hacia al frente pero sin fijar su vista en algún punto en particular, como esquivando las miradas. Él quería morir con la frente en alto porque sabía, muy en su interior, que era completamente inocente. Él nunca hubiera imaginado hacerle daño a seohyun. Todo había pasado tan rápido…sus recuerdos de aquella fatídica noche eran borrosos, incomprensibles; Changmin no podía dar explicación que fue lo que exactamente le sucedió esa noche.

Un oficial le coloco una especie de soporte alrededor de su cuello, y el electrodo fue acomodado luego en su cabeza y en su pierna derecha. Una bolsa negra de tela fue puesta en su cabeza.

Una vez terminaron, el juez general del caso alzo la voz.

“El ciudadano Shim Changmin ha sido hallado culpable de asesinato en  segundo grado cometido contra la joven Seo Joo Hyun y es condenado a morir en la silla eléctrica”

El juez dicto la condena y Changmin cerró los ojos, esperando lo que su futuro depararía. Imágenes de su vida comenzaron a pasar frente a sus ojos: su infancia, adolescencia, el día de su primer beso,  todo absolutamente todo lo que había experimentado en esos 22 años de vida. Se acordó de su primer gran amor, ese que había perdido fatídicamente hace 2 años en circunstancias poco comprensibles y también del reciente amor, presentando en la forma de una dulce muchacha la cual había logrado curar las heridas que la perdida le había dejado.

—Lo siento tanto —fue lo último que sollozo antes de que el oficial a cargo bajara la palanca y una intensa corriente eléctrica recorriera su cuerpo.

—¡Noo! —la madre de Changmin grito desesperada, recargándose contra la pared de vidrio que lo separaba de su hijo; mientras los demás asistentes solo bajaron la cabeza, incapaces de ver la cruel escena.

Jaejoong soltó unas cuentas lágrimas, abrazando su cuerpo, intentando así darse algo de consuelo. Esto era terrible.

Subieron la palanca de nuevo y luego la volvieron a bajar, dando corrientazos eléctricos por segundos. El cuerpo de Changmin literalmente convulsiono por los choques mientras que de la parte superior de su cabeza comenzaba a salir un tenue humo indicando que ya había terminado.

Eso era todo.

La muerte al fin había venido por él, ya se había salvado dos veces de ella, pero al parecer la tercera era la vencida.

La habitación entonces se llenó de silencio, solo dejándose escuchar los diferentes lamentos de los familiares y la quietud incomoda de los jueces presentes.

Jaejoong alzo la vista y soltó un leve quejido cuando vio a Yunho de pie junto a la silla eléctrica, mirándolo con una expresión seria en el rostro. Jaejoong vio como Yunho extrajo el alma de Changmin de su cuerpo inerte y la cargo entre sus brazos mientras atrás de ellos, una llama del infierno comenzaba a iniciarse por sí sola.

Yunho dio media vuelta aun sujetando el alma de Changmin, pero antes de marcharse, él volvió a mirar a Jaejoong.

Se mantuvieron la mirada durante muchos segundos de solo silencio, sin nada más que sus caras observándose fijo sin ninguna expresión notable en el rostro. Yunho no tenía esa mueca burlona que había mostrado la anterior vez en el cuarto de Changmin, en lugar de eso, él estaba completamente solemne, y Jaejoong pudo jurar que en sus ojos vio un atisbo de remordimiento, tan solo un poco, aunque probablemente fue solo su impresión.

Cortando el leve momento íntimo, Yunho se giró completamente y entro dentro del fuego, perdiéndose entre las llamas abrazadoras, llevándose consigo el alma que nunca debió haber partido. El alma que nunca debió haber muerto esa tarde de febrero de 1988.




..


Nota : Cuando pensé en el fic, esta parte no se me hacia tan triste pero cuando la escribi, dije como que “Uy no que fuerte”. Aun asi estaba tan ansiosa de escribir este capitulo porque es una de las partes de la historia que mas me gusto imaginarme, porque se ve la maldad del demonio. Todo ese descontrol que un ser malévolo puede tener por algo a veces tan intrascendente como los celos. 

Si, esto fue triste y cruel pero espero que haya sido de su agrado ,y hay cosas de este capitulo que se explicaran mas adelante. 

¡hasta la proxima!




jueves, 14 de agosto de 2014

Entre el bien y el mal - Capitulo 12


Capítulo 12 — Había una vez…: —Porque ese Ángel eres tú y el demonio… es Yunho.


J
aejoong llego a las afueras de la cueva que compartía con Yunho pero contrario a lo que había imaginado, el demonio no se encontraba dentro sino fuera, sentado en un pequeño barranco frente a la caverna, mirando la inmensa luna que estaba en su fase llena. El demonio parecía tranquilo pero al mismo tiempo ansioso, masticando una rama repetidamente como si estuviera pensando en algo. Jaejoong vio su silueta de espaldas y sintió como su corazón se agujeraba lentamente amenazando con romperse.

Él caminó hacia el demonio.


*Flashback*

—¿La noche es linda, no lo crees Jae? Ideal para contar una historia…

El demonio Yoochun le hablo justo después de que Jaejoong se acomodara a su lado, admirando desde su lugar la noche oscura que estaba inusualmente despejada.

—Supongo, es muy linda —le contesto Jaejoong.

—¿Quieres que te cuente la historia del Ángel y del demonio?

 —¿De qué se trata?

Yoochun se aclaró la garganta, preparándose—Había una vez no hace mucho tiempo… un demonio amigo mío con el que yo me encontré muy cerca de aquí, en las horas de un atardecer moribundo…

Jaejoong frunció las cejas, sin idea de cuál sería el objetivo de la historia.

—Tal demonio se había comportado raro esos últimos días. No había ido al infierno tan seguido y casi siempre se encontraba ausente. Sin duda, estaba realmente extraño —Yoochun tomo una breve respiración, continuando —Le pregunte del porque su accionar y su única respuesta fue que encontró un ángel.

Jaejoong alzo la mirada, prestando más atención ahora al relato.

—Me pareció extraña su declaración, en realidad no es nada difícil encontrarse con un ángel ya que nosotros siempre nos relacionamos con ellos cuando peleamos por un alma, pero él lo aclaro, él me dijo que ese ángel no parecía ser un ángel guardián sino más bien un ángel del cielo que al parecer se había extraviado. Fue ahí cuando mi interés por su historia aumento.

Yoochun sonrió.

—Él me dijo que era un ángel extraño.

Jaejoong recordó entonces una de las tantas primeras veces que llego a la tierra, cuando jugando con uno de sus ángeles amigos vio una extraña sombra escondida entre los arbustos. Lo que llamo su atención fue su apariencia, pero recordó que lo que más lo intimido fue su mirada: roja, salvaje y aguda…tan parecida a la de Yunho. 

—Y el detonante que me hizo quedar completamente cautivado por su relato… fue cuando me dijo que él lo quería atrapar.

*Flashback*


Jaejoong se detuvo a muy poca distancia del demonio, tragando saliva fuerte mientras sus manos comenzaban a temblar. El demonio parecía ajeno a la presencia del Ángel. Tan concentrado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Jaejoong se instaló justo detrás de él.

—Ya estoy aquí —Anuncio Jaejoong con voz suave pero a la vez firme.

Yunho se sobresaltó un poco por la repentina interrupción, pero luego se sereno, mirando con el rabillo del ojo al Ángel —Si ya lo he notado. Metete a la cueva —dijo indiferente sin darse la vuelta. Era obvio que aún estaba enojado.  

Contrario a lo que Yunho hubiera esperado Jaejoong no le hizo caso y se mantuvo anclado a la tierra, fijo en su sitio observando aun la espalda de Yunho. El demonio por supuesto noto este comportamiento y no se molestó en repetirle que entrara a la cueva pero Jaejoong siguió sin hacerle caso.

—No estoy de ánimos para hablar y si me molestas ahora te juro que no responderé por mis actos —Yunho le hablo más brusco, intentando que con eso el Ángel le obedeciera.

Pero Jaejoong siguió sin acatar sus órdenes —Yunho…—Jaejoong susurro —Quiero que me beses.

El mencionado se volteo, un tanto sorprendido —¿Qué?

—Quiero que me beses.

Yunho no podía comprender que Jaejoong viéndolo así, aun quisiera contentarlo con un beso. Que descaro.

Él se levantó de su lugar, encarando al Ángel, mirándolo con ojos agresivos que reflejaban no estar de un buen humor. Aun así y aunque inestable, Jaejoong le sostuvo la mirada no dejándose intimidar por el enojo del demonio.

Como lo había dicho, Él ya no le tenía miedo.


*Flashback*

—¿Atrapar? —pregunto el ángel un poco confundido con la historia.

—Sí.

—¿Pero para qué?

Yoochun le hizo una seña con la palma de la mano —Espera, espera. No te adelantes, todo a su debido tiempo —él suspiro, continuando con su historia —Sin duda pensé que mi amigo se había vuelto loco ya que atrapar a un ángel no es para nada fácil, pero él me dijo que ese angelito loco parecía ser bastante vulnerable y débil, demasiado inocente; y que sería fácil llevarlo hasta sus redes.

—¿Y qué paso después?

—En primer instancia comprendí el deseo de mi amigo, engañar y capturar un ángel es una fantasía compartida por varios demonios pero aún me quedaba la duda de cuál era el objetivo de todo esto. Cuál era la razón de tomarse tantas molestias y el me la respondió, todo era por nuestro amo ¿Sabes Jaejoong cuál es nuestro amo?

Ante la pregunta Jaejoong lo pensó un poco, imaginando cual sería el ser al cual llamaban amo —¿Te refieres al…Diablo? —Jaejoong pregunto bajito como si con solo mencionar el nombre le diera temor. Aunque los ángeles hablaban mucho de los demonios,  rara vez mencionaban al líder de estos: ese ser abominable de muchos nombres el cual vivía en las profundidades más recónditas del inframundo. Poco sabían los ángeles menores sobre su aspecto debido a que los ángeles mayores daban diversos y contradictorios testimonios sobre él, pero lo único cierto para la mayoría de los ángeles es que era el ser con el que nunca se querían encontrar. Los arcángeles y ángeles de la guarda eran valientes contra los demonios, pero contra el ser supremo era diferente. Ellos Lo evitaban.

El tal amo era una criatura tan poderosa que solo podía ser derrotada por Dios.

—Exacto Jae —Le respondió Yoochun —¡Que ángel tan inteligente eres! —le tanteo la cabeza como si se tratara de un perro al que felicitaban por su buen comportamiento. Jaejoong sonrío por la acción aunque algo le dijo que eso no era precisamente un halago.

—Ok continuare —menciono Yoochun acomodándose por enésima vez en su lugar —Los demonios siempre tratamos de obedecer a nuestro amo, ya que él es nuestro líder y el que tiene las riendas del inframundo. Él también es el que decide nuestro destino. Por lo tanto y debido a eso, cuando se ofrece una oportunidad para complacerlo no dudamos en tomarla ¿Comprendes?

El Ángel asintió.

—El amo al igual que muchos demonios tiene una retorcida tentación por los ángeles, ángeles como tu Jae: lindos, pacíficos e inocentes que se encuentran en el cielo. A ese demonio se le ocurrió la gran idea de tratar de convencer a ese ángel, volverse su compañero para engañarlo y así poder dárselo a su amo de ofrenda ¿No es muy malo este demonio? —Yoochun se rio.

—Sí, creo que es malo.

—Yo, como buen amigo que soy, trate de advertirle lo malo de eso, trate de decirle que eso era demasiado cruel —Yoochun mintió, fingiendo una falsa indignación —pero él no me escucho y siguió llevando a cabo su malvado plan. ¿Y adivina en que termino?

—¿En qué?

—Bueno eso aún no lo sé, porque la historia aun no acabado ¿Y sabes porque Jae?

—¿Por qué?  —Jaejoong pregunto curioso.

—Porque ese Ángel eres tú y el demonio… es Yunho.

*Flashback*


¿Para qué carajos quieres que te bese Jaejoong? ¿No ves que estoy enfadado?

Jaejoong se mordió los labios, dándose valor para decir —Pero yo necesito un beso tuyo… para comprobar algo.

—¿Comprobar qué?

—No lo sé. Eso quiero saber —el Ángel le hablo y Yunho pareció dudarlo, pensando qué diablos quería Jaejoong comprobar. Tal vez el Ángel quería reafirmar su atracción por él y olvidarse de su amor por el humano, pero Yunho alejo eso de su mente, pensando que no podía volver a ser tan iluso de creer que Jaejoong lo veia de esa manera.

—Por favor, solo un beso. Nada más.

Él se decidió a rechazar la petición del Ángel pero cuando enfoco su vista en el rostro de Jaejoong y vio esos bellos labios rosas, no pudo intentar negarse a ese par que lo llamaban tan desesperadamente a tomarlos. Las otras partes de la cara de Jaejoong tampoco ayudaron mucho a su decisión. Su rostro bañado por la luz de la luna, se veía tan elegante y claro…y sus ojos, esos ojos color negro que se veían más oscuros que la noche misma. El cabello dorado que parecía brillar y su pequeña aureola titilante que lo alumbraba, como si fuera un tesoro que tenía que ser conquistado.

Ante esa vista Yunho se maldijo a si mismo por ser tan débil en caer en la tentación.

Sin más demora, el tomo el rostro del Ángel fuerte, marcando en sus mejillas las uñas de sus garras pero cuando estaba a punto de besarlo, Jaejoong alejo su rostro un poco, apartándolo momentáneamente del agarre.

—No Yunho, no me beses así, no lo hagas así. Bésame suave…como si me amaras.

Yunho entonces alejo sus garras de la cara del Ángel y las traslado a su espalda baja, aprisionando al Ángel entre sus brazos mientras que sus alas lo cubrían de pies a cabeza. Jaejoong puso ambas manos sobre el pecho del demonio y cerró los ojos lento, esperando que Yunho lo besara. No tardo mucho antes de que el demonio posara sus labios sobre los del Ángel, uniéndolos pacíficamente.

Él comenzó chupando los labios del menor, suave y sin prisa, tomándose el tiempo para degustar ambos lados con suavidad. Luego su lengua se abrió paso y exploro la boca del Ángel, pero no de una forma lasciva sino más bien de una forma dulce, enroscando su lengua con la del Ángel cada vez que se encontraba. El agarre de sus brazos fue aumentando conforme el beso se volvía más profundo.

Ambos, de pie sobre ese acantilado besándose, era una vista tan extraña y a la vez tan hermosa. Yunho con sus rasgos demoniacos y rudos, Jaejoong todo angelical y dulce, era casi imposible que dos criaturas así estuvieran ahora compartiendo un beso a la mitad dela noche.  Jaejoong dejo a Yunho manejar el beso pero inverso a la intensidad de este, Jaejoong no se volvía con la intensidad más vivo, más bien parecía que lentamente iba perdiendo las fuerzas.

Tus besos…

Primero fueron dos lágrimas solitarias, luego fue otro par y más tarde eran una manada de lágrimas las que inundaron su rostro, bajando una tras una mientras el Ángel aun seguía besando al demonio. Se sintió tan ultrajado, tan herido, tan…engañado. El comprendió porque había caído en su trampa, sus besos eran tan…

Yunho se despegó de pronto, haciendo un leve gesto feliz cuando sintió el cariño del Ángel pero lo que se encontró lo dejo un momento confundido.

—Tus besos son tan venenosos.


*Flashback*

 Fueron unos instantes los que el Ángel no pronuncio ni una palabra, ninguna frase, ningún gesto…Yoochun se llegó a preguntar si el Ángel verdaderamente había entendido.

—¿Qué es lo que dices, ese Ángel…? Pero no puede ser.

—¿Qué no es posible?

—No entiendo, no entiendo tu historia.

Yoochun arrugo el entrecejo, ya exasperado —¿Qué no entiendes de ella?

—No entiendo que tiene que ver con Yunho y conmigo.

Ante esa respuesta Yoochun perdió los estribos y olvidándose de la falsa cortesía que debía mantener frente al Ángel, tomo a Jaejoong por el brazo y lo sujeto tan fuerte que le rasgo parte de la túnica del brazo. Jaejoong en seguida se asustó.

—¡¿Qué es lo que no entiendes estúpido Ángel?! ¡El demonio de la historia es Yunho, siempre ha sido él, él fue quien ideo el plan para engañarte y entregarte a nuestro amo! —dicho esto el demonio Yoochun lanzo al Ángel lejos, haciendo que cayera en el pasto y rodara por el suelo.

—¡El plan de Yunho siempre fue lastimarte a ti! ¡¿O porque crees que se te acerco?!

Completamente atemorizado Jaejoong se arrastró por el suelo, alejándose del demonio —¡No, no te acerques!¡Yunho!¡Yunho auxilio! —Jaejoong grito sin pensarlo.

—¡¿Qué y aun lo llamas?! Que poca dignidad tienes Ángel, te gusta que trapeen el suelo contigo.

—Pero, pero, lo que dices no puedo ser posible, él no me haría eso ¡El me lo prometió!

Yoochun se burló —Y tu tan ingenuo que crees en las promesas de un pobre diablo. ¡Despierta Jaejoong! ¡Yunho siempre fue en tu contra! ¿Recuerdas esa vez en el infierno donde nos conocimos que Yunho llego y hablo conmigo?

—…Si.

—¿Qué fue lo que te dijo? ¿Te dijo de qué habíamos hablado?

El Ángel lo pensó —Él no me dijo nada sobre eso…dijo que no era nada importante.

—¿Y porque crees que fue? ¿Por qué crees que no te dijo nada? — Yoochun de nuevo se rio.

Jaejoong se quedó callado, reflexionando la verdad en las palabras del demonio. ¿De verdad Yunho todo este tiempo solo había jugado con él? ¿Sus palabras, sus atenciones, sus ayudas, sus besos…todo era un engaño? Jaejoong se levantó aun sin creer todo el torrente de información que le atacaba la cabeza. El no pudo haber sido tan tonto.

—Jae —Yoochun de repente se calmó, volviendo a su estado “amigable” —La idea de Yunho era engañarte tratando de ser tu amigo, tratando que confiaras en él. Él te veía como un ser débil, un ser fácil de atrapar. Él ideo todo esto y justo cuando se aburra de ti, el té entregara a que te pudras en una celda en el infierno por el resto de la eternidad.

Jaejoong levanto su rostro el cual ya estaba húmedo, adolorido por las confesiones del demonio amigo de Yunho —Pero yo creí, yo creí que él era un demonio bueno. El me hizo creer…yo…

—Obvio, él estaba tratando de ser todo amable y lindo contigo para que confiaras en él, para que no escaparas. A él no le satisfacía raptarte a la fuerza y llevarte al infierno, el prefirió engañarte de la manera más cruel que se le ocurrió —Yoochun hablo sintiéndose complacido de arruinar los planes de Yunho —¿Crees que de verdad podías cambiarlo? ¿Crees que un demonio puede volverse bueno así de la nada?

—Yo creí que era posible.

—Pues no lo es. Yunho nunca te quiso, Yunho solo te miro como un regalo. Como un objeto demasiado estúpido para darse cuenta de sus verdaderas intenciones.

El demonio guardo silencio y solo observo como el Ángel se desplomo lentamente, llorando desconsoladamente mientras se tapaba la cara con las manos. ¿Yunho podía ser tan vil de entregar su alma como si no valiera nada a un ser tan abominable como el diablo? ¿Por qué? ¿Por qué era así? ¿Por qué le tuvo que pasar esto?

Yoochun se acercó al Ángel y puso la palma de su mano en su hombro, pero Jaejoong se removió brusco no queriendo recibir ninguna clase de contacto. Luego de un momento a otro él se levantó, con una expresión menos dolorosa en su rostro.

—No te creo, no creo lo que dices —Le dijo determinante. Él todavía tenía la esperanza de que todo se tratara de una pésima broma de mal gusto. O quizá una calumnia hacia Yunho.

—¿Y Por qué no me crees Ángel?

—Porque yo conozco a Yunho.

Yoochun suspiro cansado, el de verdad quería que ese Ángel se alejara del demonio —Yo lo conozco mejor, yo soy un demonio como él. Créeme yo sé de lo que estoy hablando…y si no me quieres creer, bueno allá tú, luego no te arrepientas cuando estés confinado en lo más profundo del inframundo.

La mente de Jaejoong se convirtió en un revoltijo, no sabía si creerle a su razón o a su corazón. Algo en si le decía que Yunho no era tan malo pero su otra parte le decía que tal vez el demonio Yoochun tenía razón.

¿A quién le hacía caso?

—Si no confías en mí, ve y pregúntaselo a él, a ver si tiene la valentía de confesarte todo. Trata de comprobar su honestidad.

—¿Pero cómo?

—No se Ángel, tu solo hazlo.

Jaejoong se mantuvo estático unos cuantos segundos, sin saber qué hacer. Luego con el corazón totalmente confundido Jaejoong se puso en marcha hacia la caverna pero las palabras de Yoochun lo retuvieron.

—Yo te dije esto porque de verdad me caes bien Jae, mi intención no es lastimar a Yunho, pero espero que te des cuenta en quien puedes confiar…
…y en quién no.

Dicho esto Yoochun solo recibió un asentimiento de cabeza por parte del Ángel y lo vio partir, en rumbo a lo que sería su destino de ahora en adelante.

—Pero que estúpida parejita, —susurro Yoochun después de un rato que se fuera el ángel —Yunho fue un tarado al contarme su plan en primer lugar y Jaejoong es igual de tarado, al dejarse influenciar por dos demonios al mismo tiempo.

Yoochun empezó a caminar con pasos grandes hacia el bosque, victorioso —De verdad son el uno para el otro, aunque desafortunadamente no estarán juntos…porque Jae, tu destino será el del Ángel iluso del cuento.

*Flashback*


Yunho no tuvo tiempo de descifrar a que se refería Jaejoong con su oración porque sintió una gran fuerza que lo mando disparado hacia atrás, chocando contra uno de los arboles presentes en el lugar. El alzo la vista un poco mareado y lo único que vio fue a su ángel con las alas extendidas y con el cuerpo temblando agitadamente. Su mirada no era la usual, de hecho, era una mirada que nunca le había visto al ángel.

Yunho se levantó, asombrado por la repentina fuerza del Ángel, pero más se asombró por lo que Jaejoong se había atrevido a hacerle.

—¡¿Qué crees que haces ángel?! ¡¿Por qué me empujas así?! —Yunho le grito pero Jaejoong ni se inmuto.

Este ángel ya no sería tan dócil.

—Ya lo sé todo —Jaejoong susurro —Sé de tu plan y tus mentiras. Lo sé todo.

Yunho, quien había estado caminando hacia Jaejoong se petrifico ¿Qué?

¿Qué quieres decir? —Pregunto temeroso aunque ya tenía idea a la respuesta que correspondía a esa pegunta.

—Se porque te acercaste a mí, sé lo que intentabas conseguir de mí y porque me trataste tan gentilmente, ayudándome cuando yo lo pedía —Jaejoong hablo serio, tratando de no derrumbarse. —Dime la verdad, por favor.

—No sé a qué te refieres —El demonio le negó.

—Yo creo que si sabes a lo que me refiero ¿Por qué no haces lo que me hiciste hacer y confesarlo todo?

—¡Porque no sé a qué mierda te refieres!

—¡No me mientas más y ten valor para decirlo! —Jaejoong grito con todas sus fuerzas, sintiendo tan alterado como jamás lo había estado en toda su existencia —¡Tu planeaste deshacerte de mí una vez que confiara en ti y entregarme a tu amo!

Ante la determinación de Jaejoong, Yunho se quedó callado debatiéndose si debía confesarse o no. Su plan hace tiempo que lo había echado a la basura pero si en verdad él sentía algo así fuera mínimo por el ángel, entonces Jaejoong merecía saber la verdad —Es verdad, todo fue por un plan. Desde que te vi, idee ese plan sin pensar realmente en las consecuencias.

El corazón de Jaejoong que había estado junto por un hilito de esperanza se derrumbó en cuanto escucho las palabras del demonio. Él ya se sentía de alguna manera destrozado pero que se lo confirmara Yunho era la última cosa que faltaba para despedazarlo completamente.

—¿Por qué? —Jaejoong susurro sin ganas, herido —¿Por qué lo hiciste?

—¿Cómo te enteraste?

—¡Eso no importa aquí! —Le contesto iracundo Jaejoong —¡¿Por qué lo hiciste?!

El demonio camino hacia su ángel, tomándolo de los hombros —¡Yo no sé porque lo hice! De verdad no lo sé…pero te puedo asegurar Jaejoong que yo ya no tenía en mente eso, mis planes hace tiempo perdieron su rumbo ¡Yo no lo iba a terminar!

—¡Mentira! —se alejó Jaejoong —Ya no me digas más mentiras, por favor. No sé cómo pude confiar en ti, debí creer en las advertencias de los otros ángeles, debí alejarme de ti cuando estuve a tiempo…pero no, me deje engatusar de tus palabras…Tú me enamoraste y…

—¿Enamorarte? —Interrumpió Yunho, riéndose con amargura —No te engañes a ti mismo Jaejoong, tú mismo le dijiste a ese otro ángel que tú estabas enamorado de ese humano, tú no te enamoraste de mí.

—¡No estamos discutiendo eso!¡No metas a Changmin en esto! —Jaejoong no podía creer que Yunho se atreviera a echarle en cara aquel tema cuando tenían asuntos más importantes y graves de los de qué discutir.

—¡¿Por qué no lo puedo meter?! ¡Tú dices que yo te engañe pero tú también me engañaste, comportándote como si estuvieras enamorado de  mi todo este tiempo cuando en realidad pensabas en otro!

—¡Ya basta! —Jaejoong comenzó a llorar, tan enojado con todo. No podía creer el descaro de Yunho, no podía creer las ofensas hacia él que había recibido del demonio. Esto no podía quedarse así, Yunho también tendría que sufrir. 

Si Yunho pensaba que él estaba aún enamorado de Changmin, entonces le haría creer que  efectivamente era así.

Caminando cabizbajo por el lugar, Jaejoong permaneció unos momentos callado, sin decir ni una palabra. Luego se dirigió de nuevo a Yunho, hablando tan decidido para no hacer notar el sufrimiento que su alma ahora mismo experimentaba. Para no hacer notar las verdades que  intentaban esconder sus palabras —Está bien. Lo admito —Él empezó —Yo si estoy enamorado de Changmin y siempre lo he estado todo este tiempo.

Yunho guardo silencio, sintiendo como su orgullo era cruelmente pisoteado por las palabras del ángel.

—¿Y quieres que responda a tu pregunta, Yunho? ¿Cuándo me dijiste que si acaso era más honorable y bueno amarlo a él en vez de a ti? Pues lamento decirte que sí. Es mucho mejor amarlo a él que a ti. Yo lo amo por ser un humano con tan buenos sentimientos y aunque tú hubieras fingido y pretendido ser otra cosa, yo no hubiera podido enamorarme de ti…

Yunho sintió su ira florecer…

—Porque tú eres malo, feo, despreciable y nunca serás nada más que un cruel ser.

Sin pararse a pensarlo, Yunho levanto su brazo, y sus garras aumentaron una cuarta parte de su tamaño, volviéndose tan agudas y filosas que podían cortar en dos a una vaca. Él fue directo hacia su ángel, decidido a destrozarlo y Jaejoong solo tuvo tiempo para cubrirse con sus alas, acurrucándose en su lugar. Cuando sintió que este sería su fin se dio cuenta de que en realidad nada había pasado y que el demonio ni siquiera le había provocado un rasguño. Retirando sus alas lentamente, Jaejoong pudo ver como Yunho retenía su mano salvaje con su otra mano, como si esta le impidiera cometer una locura.

A pesar del odio y la ira del demonio en estos momentos, él no había sido capaz de lastimar a su ángel…al menos no físicamente.

—¡¿Crees que él es mejor que yo, no?! ¡Crees que él es todo perfecto y que nunca podría ser capaz de cometer el mal!¡Pues te equivocas!¡Tú te equivocas y yo te comprobare que no es así! —le grito Yunho unos instantes después cuando pudo controlar su cuerpo.

—¡Yo sé que él es así! ¡Changmin es una persona buena y él es un millón de veces mejor de lo que eres tú!

—¡Ya cállate! ¡No puedo creer que prefieras a un insulso humano en vez de a mí! ¡Yo soy más poderoso, yo soy más fuerte….Yo soy mucho mejor que él! ¡Yo soy mejor que él!

—Pues no me importa si es insulso o débil o no tenga ningún poder….yo lo amo a él y eso ni tu ni nadie lo podrá cambiar —Jaejoong le dijo, sabiendo que otra vez había recurrido a las mentiras para intentar defenderse.

Yunho se quedó callado por un momento, mirando con odio a Jaejoong. Todas las palabras de Jaejoong le calaban profundo, todas esas palabras comenzaban a borrar las palabras lindas que el ángel le había dicho en el pasado ¿Qué todo eso fue mentira? ¿Por qué el ángel tenía necesidad de mentirle?

Con el alma llena de ira y dolor, él se acercó levemente, susurrándole en el oído —¿Recuerdas la vez que te dije que los humanos eran como marionetas? Bueno yo estoy dispuesto a probar mi teoría. De verdad te lo voy a comprobar.

Dándole un leve empujón al ángel, Yunho se alejó, sentenciando sus últimas palabras —No me importa si no puedo cambiar el hecho de que estés enamorado de Shim Changmin, pero te juro Jaejoong, te juro que ustedes nunca estarán juntos. ¡Yo nunca dejare que ustedes estén juntos!

Sin más que decir, Yunho arranco vuelo, impulsándose por el barranco y abriendo sus enormes alas negras mientras que el viento vertiginosamente le golpeaba la cara. Él intento volar lo más rápido que pudo, lo más rápido que alguna vez había intentado, tratando con eso borrar las penurias de su alma.
Una lagrima salió de sus ojos, pero el viento enseguida la borro sin permitir que esta siquiera tocara la piel del demonio.

“Eres un estúpido Jaejoong, te odio tanto…y te daré en lo que más te duele” pensó cambiando de dirección y haciendo un giro en el aire mientras que las pupilas de sus ojos se transformaban de una forma circular a una forma verticalmente elíptica.



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