—Porque
ese bastardo fue el fruto de la traición que Seojin me hizo con Lee Sooman. Ese
hijo no es mío, es de Lee Sooman y ahora entiendo porque la gente dice que de
tal palo, tal astilla.
Ante tal revelación,
Jaejoong solo pudo abrir la boca y dejarse caer en el espaldar, anonadado por
toda la tanda de declaraciones que había recibido en tan poco tiempo. Era
increíble como todo lo estaba atando de nuevo a Yunho y no podía ni imaginar en
que terminaría todo este embrollo.
Poco menos atónito
estaba Jisung, quien a su lado, solo se dedicó a seguir tomando de su botella,
pensando fuertemente en las palabras del menor:
“Así que tú y Yunho…” El
Jefe lo observó con fijación. “Que linda familia feliz”
..
Capítulo VI: Porque
quizá, muy dentro de sí, Changmin presentía que Yunho iba a encontrar más de lo
que estaba buscando.
Una verdad que no
quería escuchar.
Al
término de la jornada del lunes, Jaejoong miró a Yunho con disimulada expectación.
Se había encargado (muy exitosamente) de ignorarlo durante todo el día debido a
que aun sentía molestia por lo que había ocurrido la ultima vez, sin embargo,
la ansiedad de contarle lo que le había revelado su Jefe estaba empezando a
carcomerle la conciencia. Tenía que decirle, por mucho que aun estuviera
enojado con él, tenía que decirle lo que había descubierto. Sencillamente era
algo demasiado importante como para guardárselo para sí mismo.
Por
lo que, tragándose su orgullo, Jaejoong se dirigió a Yunho, el cual estaba
esperando a Changmin frente a la casa del General. —¿Podemos hablar? —Le dijo
con una fingida calma la cual se pudo percibir a metros.
A
Yunho solo le quedo soltar un suspiro de resignación. —Si es por lo del beso
del otro día…
—No
es sobre eso. —Jaejoong hizo una mueca. —Es algo que el Jefe me contó.
—¿Y
crees que me interesa saber lo que ese sujeto te cuente?
—Es
algo sobre ti.
Ante
eso, Yunho se volteó hacia él. ¿Qué tenía que decir ese sujeto sobre él? Claro,
a no ser que… —Oh comprendo,
—Dijo apacible y Jaejoong pensó que ya
lo sabía. —Dile que no
tengo intenciones de interferirme entre ustedes si eso es lo que le preocupa. Puede
ser que te haya besado otra vez, pero eso no significa que esté interesado de
nuevo en ti, así que ni se inmute.
Y
otra vez estaba Yunho con su desconfianza y sus celos. Jaejoong solo rodó los
ojos al escuchar de nuevo aquel discurso aburridor. Más que provocarle cólera, le
estaba comenzando a hastiar. —No es nada de eso, es más, ni siquiera debería
contarte lo que sé por cómo me tratas.
—Entonces
no lo cuentes, no te estoy preguntando nada.
—¡Pero
es importante!
—¡¿Entonces
qué es?!
Precavido,
Jaejoong miró a todos lados antes de acercarse un poco más a Yunho y susurrarle
lo que su boca estaba desesperada por soltar. —¿Recuerdas
lo de Lee Sooman, cierto? —Empezó
lento, considerando prudente tomarse el tiempo.
—Claro
que sí. ¿Qué sucede? ¿Lo encontraron?
—No,
pero ahora sé la razón por la que mi Jefe lo quiere encontrar.
—¿Cuál
es?
—Al
parecer una mujer lo traicionó con Lee Sooman, por eso quiere cobrar venganza.
Bien,
¿Pero eso que tenía que ver con él? —¿Y?
¿Eso es lo que me tienes que contar?
—No,
aun no he acabado. Aquella mujer tenía una relación con mi Jefe, se llamaba…
Justo
cuando iba a revelar el nombre, Changmin apareció de la nada, acaparando toda
la atención de Yunho: “¡¡¡Yunho!!! ¡¡¿Ya saliste?!! ¡¿Vamos a comer?!!” dijo
mientras agitaba sus manos y alejaba a su Hyung del lado de Jaejoong. Podría
parecer alarmista, pero los había visto hablando unas cuadras atrás, y dado que
él muy bien sabía lo que pasaría si Yunho se encariñaba otra vez de Jaejoong,
su misión ahora era separarlos. Era obvio que no podía permitir que su Hyung se
ilusionara.
De
nuevo.
—Hyung,
vamos, quiero ir a casa. —Con algo de brusquedad, Changmin arrastró a Yunho del
brazo, llevándolo hacia la otra acera de la calle.
Por
supuesto Jaejoong no se quedo atrás. —¡Espera,
aun no te lo he dicho! —Tomando
a Yunho de su brazo libre, Jaejoong también comenzó a halarlo hacia el lado
contrario, haciendo a Yunho estirarse por la tensión que estaba recibiendo de
ambos lados.
—¡Esperen! —Yunho gimió mientras intentaba zafarse.
Ambos estaban siendo demasiado rudos, como si se estuvieran peleando por su cuerpo.
La situación incluso era cómica, pero el dolor de verse estirado no lo era.
Si seguían halándolo así seguro le dislocarían un
brazo.
—¡Suéltalo! —Sin negarse a dejarlo ir, Changmin le
gritó a Jaejoong y tiró más fuerte. —¡Él se
tiene que ir conmigo!
—No te metas en esto niño, estábamos hablando de
algo importante. —Jaejoong contraataco.
—¡¿No entiendes que él no quiere hablar?!
—¡¿Y tú que sabes?! ¡Hasta apenas acabas de llegar!
—¡Yo sé lo
que es lo mejor para él, y tu no lo eres, así que suéltalo!
—¡Pero tengo
algo importante que decirle!
—¡No me
importa, suéltalo!
—¡¡¡Pueden ambos cerrar la boca!!!
Con un movimiento fuerte, Yunho se liberó de ambos
lados, haciendo que tanto Changmin como Jaejoong acabaran con su infantil
disputa. Luego se volteó hacia Jaejoong, ya harto de sus rodeos. —Si tienes algo que decirme dímelo rápido y dímelo ya, no tengo tiempo
para tus juegos.
Cansado y con la agitación a mil por la pequeña
pelea, Jaejoong lo miró a los ojos, decidido a ser directo esta vez. —Esa mujer
de la que me habló mi Jefe es tu madre Yunho, ella fue la mujer que lo
traicionó. Y hay algo más, —Hizo una pausa, llevándose una mano al bolsillo
trasero y sacando aquella vieja fotografía. Se la entregó a Yunho. —Ellos sí
tuvieron una relación como lo muestra esta foto, pero el bebe que ella estaba
esperando, ósea tu, no es de mi Jefe.
Yunho quiso preguntar el porqué pero su garganta
cerrada se lo impidió, así que se quedo callado, esperando una respuesta que
intuía no podía ser buena.
—Ese bebe
fue el fruto de la traición que le hizo tu madre con Lee Sooman. Jisung no es
tu padre, al parecer tu verdadero padre es Lee Sooman.
Segundos pasaron de solo silencio mientras Yunho
intentaba procesar la información. Estaba pasmado, como si alguien lo hubiera momentáneamente
petrificado. A su lado Changmin arrugó el rostro, no entendiendo ninguna de las
palabras de Jaejoong. Este vio a su Hyung abrir la boca, para luego cerrarla, y
después volverla a abrir, al parecer no encontrando que decir. —¿Esto qué
dices… es cierto? —Preguntó sin salir de su asombro.
—Claro que es cierto Yunho. —Jaejoong respondió
serio. —Yo no bromearía con algo así. Ese hombre es tu verdadero padre y mi
Jefe quiere encontrarlo para vengarse por ser el hombre con el cual Seojin lo
traicionó.
—Pero mi madre no traicionaría a nadie… esto… ¡Esto
no tiene sentido! —Exclamando al cielo, Yunho levantó sus brazos y los
dejo caer de nuevo a sus costados, no encontrando lógica alguna a esa
revelación. ¿Desde cuándo empezó a ser parte de este embrollo? ¿Por qué su
madre se metería con hombres como Jisung y Lee Sooman? Si era cierto, entonces
su verdadero padre era…
Solo una persona despejaría sus dudas, eso estaba
claro.
Volteándose hacia Changmin, Yunho lo tomó del brazo
y comenzó a arrastrarlo junto a él, explicándole que no irían a su posada hasta
hacer una breve parada. Al ver que se irían, Jaejoong rápidamente se interpuso
en su camino. —¿A dónde vas?
—Tengo que encontrar respuestas.
Algo hizo clic en la cabeza de Jaejoong. —¿Tu sabes
donde esta Lee Sooman, cierto? ¿Lo iras a buscar?
El moreno se mordió la boca, pensando en la
dirección que le había dado el General. —Sí, pero no te voy a decir dónde está.
—Quiero ir. —Jaejoong volvió a cerrarle el paso.
—Mi hyung ya te dijo que no te entrometas.
—Changmin protestó.
—Nadie te pidió tu opinión, yo tengo el derecho de
ir porque esto también me interesa.
—No
Jaejoong, esto no te concierne a ti. —Yunho declaró, no sonando enojado sino
sensato. —Te agradezco
por decírmelo, pero ahora esto es asunto mío, así que apártate. —Lo empujó sutilmente a un lado y siguió
su camino junto a Changmin, sin querer pensar en nada más que encontrar la
solución a esa incógnita.
No
tenía tiempo para Jaejoong, por ahora no.
—¿Me
puedes explicar qué pasa? —Unos pasos más adelante, Changmin interrumpió sus
pensamientos. —¿Quién es Lee Sooman para empezar?
—Al
parecer es un hombre peligroso, así que te pido que seas cuidadoso.
—¿Cuidadoso?
¿Acaso…?
—Sí.
—Yunho respondió como si supiera la
pregunta. —Vamos a ir a
verlo, necesitó corroborar que lo que dice Jaejoong sea cierto. Adelante, te lo
explicare en el camino.
Sin
objetar, Changmin solo se limitó a seguir a su Hyung, quien se veía aterradoramente
decidido, como si no tuviera segundos pensamientos acerca de si visitar a
Sooman era buena idea o no.
Entre
tanto, aun en la acera, Jaejoong se quedo viendo como los dos chicos se
alejaban de su vista. Un sentimiento de indignación lo invadió, frustrado por
el hecho de que Yunho hubiera elegido dejarlo afuera de su investigación.
Aunque él sabía que tenía razón (que él en realidad no tenía nada que ver en
esa situación); era él el que le había contado la verdad, era él el que había
estado buscando a Lee Sooman y él que tenia mas ansias por conocer toda la historia;
por lo que no había razones para ser desplazado de esa manera. Él no se quedaría sin saber la verdad.
Así
que, discretamente, Jaejoong corrió hacia donde se habían ido los chicos y se
escondió detrás de una pared, dispuesto a seguirlos, a encontrar el escondite
de Lee Sooman; sin percatarse que alguien a sus espaldas, estaba haciendo
exactamente lo mismo.
..
—Señora,
¿Quiere que le traiga algo más?
—No
gracias, estoy esperando a alguien.
Asintiendo,
el mesero de aquella pequeña panadería se alejó de la mesa y dejó a la anciana seguir
bebiendo de ese té que ya debía estar frio. Aquella tarde, la señora había
vuelto al vecindario donde intuía, no, sabía
que estaba Jaejoong, e inesperadamente un vagabundo de la zona se le había
acercado para entregarle una nota:
“No
queremos hacerle daño, solo queremos saber que tiene que ver con Jaejoong. Si
nos lo dice, le prometeremos que la ayudaremos a conocerlo, solo confié. Espérenos
en la panadería de la calle 7 a las 6.”
Era
lo que decía aquel papel, seguramente proveniente de aquellos muchachos de la
otra vez. Aunque en la anterior ocasión había huido, su sexto sentido le decía
que ellos no eran de temer y que podían ser una ayuda y no un obstáculo. Que
ellos no le harían daño. Así que aceptó la invitación, esperando que su
intuición no le jugara una mala pasada y que todo esto tuviera una resolución
favorable.
Al
pasar los minutos ellos aparecieron, media hora más tarde de lo que acordaron. La
mujer los siguió con la mirada mientras ellos serpenteaban entre las mesas; el
chico de cabello negro largo y labios carnosos, y el chico de cabello castaño y
cara redonda, así los distinguía ella. Estaba segura que debían tener casi la misma
edad de Jaejoong.
—No
pensé que aceptaría. Qué bueno que este aquí. —Fue Junsu el que habló de
primeras al sentarse frente a ella. Yoochun lo hizo a su lado.
La
mujer hizo una reverencia, con algo de cautela aun. —Decidí hacerle caso a mis
instintos y venir aquí.
—Qué
bueno que lo hizo, ahora díganos para que o porque necesita a Jaejoong. —Sin gastar
el tiempo en cordialidades, Yoochun habló directo, queriendo llegar al punto de
una vez.
—Se
los diré, pero primero necesito saber su relación con Jaejoong… y con Jisung. —La anciana demandó.
—Ya
se lo dijimos la otra vez, Jaejoong es nuestro amigo y Jisung nuestro jefe.
—¿Jefe?
¿De qué trabajan para él?
—Somos…
—Junsu titubeó. —Hemos estado muchos años con él, ya
que nos recogió a todos de la calle. En el pasado nosotros acumulábamos dinero
en la calle para él y él nos brindaba posada a cambio. Ahora, las cosas han
cambiado, pero aun seguimos siendo como su sustento.
La
señora estaba un poco confundida. —¿Todos?
¿Quiénes son todos?
—Nosotros.
—Junsu contestó. —Yoochun, yo y… Jaejoong.
Ahora
si estaba más confundida. —¿Jisung
recogió a Jaejoong de la calle?
—Sí,
o eso es lo que él dice. Desde que los conozco, siempre han estado juntos. —Yoochun dijo, algo desconcertado por
la aparente estupefacción de la señora. —Ya
le dijimos lo que nosotros tenemos que ver con ellos, ahora díganos usted que tiene
que ver, con ambos, porque por lo que dice, no solo se relaciona con Jaejoong,
también conoce a Jisung.
Por
la pregunta, la mujer aspiró una bocanada de aire, afianzándose más firmemente
en su silla. A continuación, se inclinó hacia los chicos, decidida a contarles
toda la verdad: —Deben saber
que he estado mucho tiempo en esta búsqueda y creo que ustedes son mi única salvación.
Ambos
chicos se miraron consternados ante aquellas palabras, dándose cuenta que esto
sin duda no era una simple nimiedad. Le devolvieron sus miradas, dispuestos a escucharla
con atención. Pronto sus bocas se abrieron en asombro y sus mentes estuvieron
más que decididas en asegurarse que lo que ella les contaba se debía saber.
Que
era algo que no se podía ocultar…
…por más tiempo.
..
Dos
pies frente de la residencia y Yunho dirigió su mirada a Changmin. Después de
tomar el autobús y bajarse unas manzanas antes para buscarla, la casa al frente
parecía ser la indicada. Parecía ser el lugar. Se trataba de una vieja casa al
estilo europeo, la cual, aunque deslumbrante, estaba en condiciones
deplorables. El césped del jardín delantero estaba sin cortar, la pintura de la
fachada corroída y algunas ventanas oscuras por la suciedad. Aun así, Yunho presentía
que alguien vivía ahí.
Que
ese hombre estaba ahí.
Oprimiendo
el timbre de la entrada, la puerta no tardo mucho en abrirse, dejándola de par
en par a su disposición.
—¡Si
es del domicilio, llévelo al segundo cuarto del segundo piso!
Una
voz carrasposa gritó desde arriba de las escaleras. Yunho y Changmin se
volvieron a mirar entre sí. Honestamente esto estaba dando miedo.
Entrando
con cautela a la casa, los chicos cerraron la puerta y subieron por las
escaleras. Definitivamente era una casa majestuosa, sin embargo se veía tan
descuidada que de alguna forma le quitaba el encanto. Los cuadros cubiertos de
polvo y los muebles envueltos en sabanas delataban que el que viviera ahí, no
le importaba en lo más mínimo el abandono que lo rodeaba.
Ambos
chicos se ubicaron en la puerta que la voz les indicó y luego la empujaron con
una mano. Cuando entraron, vieron a un hombre adulto, viejo, y gordo, sentado
despreocupadamente sobre un gran sillón de terciopelo. Su aspecto era
desaliñado, como si no se hubiera bañado en días.
Debía
ser él.
Al
verlos, el hombre se quitó el cigarrillo de la boca para poderles hablar. —¿Son
ustedes los del domicilio? ¿Dónde está el paquete?
Yunho
respondió primero. —No traemos ningún domicilio.
—¿Entonces
quienes son ustedes? ¿Por qué entraron?
—Nosotros…
—Vaciló por un segundo. —Nosotros vinimos porque queríamos conocerlo, señor Lee
Sooman.
El
hombre inmediatamente enderezó su torso, poniéndose a la defensiva. ¿Acaso
estos dos chicos venían a hacerle daño? ¿Eran enviados por alguien? —Salgan ahora mismo. —Les ordenó con agresividad.
—¡Espere!
No venimos a buscar problemas, solo queremos aclarar algunas cosas. —Esta vez fue Changmin el que habló, intentando
lucir como el niño indefenso que siempre había sido. —Por favor, déjenos hablar con usted.
—¿Cómo
dieron con mi paradero? ¿Quién les dio esta ubicación?
—Eso
no importa. —Yunho intervino.
—Solo queremos hablar con usted. Le
prometo que será muy rápido y no lo molestaremos más.
Llevado
quizá por la intuición, Lee Sooman se recostó y les indicó que trajeran dos
sillas para que se sentaran al frente. La verdad no tenía ni idea de que o porque
estos dos jovencillos querían conversar con él, sin embargo, él ya estaba tan
viejo, tan cansado, que ya poco importaba lo que sucediera.
Los
atendería y luego los despacharía. —¿Y
bueno, que son esas “cosas” que tienen que aclarar? —Les preguntó una vez ubicados.
Changmin
abrió la boca para responder pero fue silenciado por Yunho, quien le indicó con
su mirada que él se haría a cargo. Al fin al cabo era un asunto que le
correspondía solamente a él. —Escuchamos
que hace unos años usted era dueño de un cartel que operaba en la provincia de
Chungcheong, más específicamente en Gongju. Queremos saber si en esa ciudad…
usted conoció a una persona.
—¿A
quién? —El hombre
preguntó de forma ruda, amenazante. No le agradaba que estuvieran indagando sobre
su pasado.
—Es
una mujer, esta mujer. —Sacando
la famosa fotografía de su bolsillo, Yunho se la entregó a Sooman.
Entre
sus manos, el hombre hizo una mueca indescriptible: entre enojado y asombrado, y
disgustado pero al mismo tiempo sereno. Yunho no supo como catalogar esa
reacción.
—¿Y
bien, la conoce? —Preguntó
algunos segundos después en que el hombre solo se limitó a mirar una y otra vez
la foto.
—Claro
que la conozco, esa mujer se llama… Seojin. La esquiva Seojin.
“¿Esquiva?” —Si… es ella. ¿Qué relación tuvo con
ella?
—¿Para
qué quiere saber eso?
—Solo
dígame. Dígame si usted estuvo involucrado con ella.
Sooman
pareció reacio a contestar; estaba incomodo con el interrogatorio y eso se
podía notar. Tal vez ya no quería cooperar, aun así, Yunho no se iría sin la
verdad. Ya había ido hasta allí y no se echaría ahora para atrás. Necesitaba
saber, necesitaba saber si ese hombre en efecto era… su padre.
—La
conozco, y estuve relacionado con ella, pero no comprendo porque aquello les
interesaría a ustedes.
Dijo
después de un rato en el que solo guardo silencio.
Los
chicos compartieron miradas. Yunho quiso indagar más. —En esta foto ella está embarazada. Creíamos
que el hombre que la acompaña era su pareja, el padre de ese bebe, pero al
parecer no es así.
—Jisung…
—El hombre susurró el nombre.
—Si,
Jisung, pero…
—¿Conocen
a Jisung? ¿Jisung los envió? —El
hombre, quien había estado calmado, de repente se estremeció, mirándolos con
una desconfianza que les hizo erizar la piel.
—Lo
conocemos, pero no nos envió. —Changmin
quiso aclarar las cosas, más cuando lo hizo, el hombre ya se había levantado
del asiento y ahora se dirigía hacia una mesa, sacando un revolver de uno de
los cajones.
Inmediatamente
Yunho y Changmin se levantaron de sus asientos, asustados.
—¡Espere
¿Qué hace?!
—Váyanse
inmediatamente de aquí. —El
hombre los apuntó con la pistola.
—No
somos enviados de Jisung, solo queremos saber la verdad. Queremos saber si el
hijo que tuvo ella fue de él… o de alguien más.
—¡¿Y
yo que tengo que ver en eso?! —Esto
se estaba descontrolando.
—¡¿Qué
relación tuvo con ella?! ¡¿Usted… es el padre de ese bebe?!
Por
la pregunta, el hombre solo afianzó más su arma, ahora convencido de que los tenía
que sacar. Changmin, al ver que el sujeto no estaba jugando sino que realmente
iba en serio, tomó de la camisa a su hyung, instigándole que se fueran. —Yunho, vamos, no sigas más.
—¡No
Changmin! —Yunho contestó
con la adrenalina a flor de piel. —¡Necesito
saber!
—¡Váyanse
ahora mismo de aquí o les vuelo los sesos! —Lee
Sooman advirtió.
—Respóndame
y me iré.
—¡Yunho
vamos!
De
repente, el hombre apretó el gatillo y un disparo salió del arma. La bala paso
justo por el lado de los chicos, aterrizando y provocando un sonido sordo en la
pared a sus espaldas. Los dos se quedaron rígidos, quietos, sin atreverse a
mover un dedo. Cansado, Lee Sooman bajo el arma y se sentó de nuevo en su
sillón, mirándolos con agotamiento. —Ese
bebe no es mío.
Ambos,
Yunho y Changmin inhalaron ante esa declaración.
—Y
lo único que les puedo decir es que ese bebe si es de Jisung.
Volviendo
a subir el arma, él los amenazó por última vez. No queriendo tentar más a su
suerte, Yunho decidió que lo mejor era irse para no seguir exponiendo su vida
ni la de su donsaeng a una muerte estúpida. Tomó a Changmin del brazo, caminó
hacia la puerta, la mirada penetrante del hombre los siguió hasta la salida. Ya
afuera de la casa, el mayor se sentó en un andén, con la cabeza hecha un lio y
con más preguntas, que respuestas. ¿Cuándo iba a saber la verdad?
¿Si Lee Sooman hablaba con
honestidad…?
¿…Entonces el despreciable de Jisung
si era su padre?
Esto
estaba cada vez mas enredado.
—Yunho,
—Changmin se sentó a su lado, posicionando una mano sobre su hombro. —¿Estás
bien?
El
moreno negó con su cabeza. —No entiendo nada Changmin. No entiendo que es lo
que sucede. ¿Por qué Jaejoong me dijo que ese hombre era mi padre si no lo es?
—Quizá
te mintió. Quizá el Jefe negó que fuera tu padre y culpo a Lee Sooman, ¿No
crees que sea una posibilidad?
—No
lo sé, pero sea lo que sea, yo voy a llegar hasta el fin de este asunto.
Aquello
preocupó el corazón del menor. —Yunho, por favor ya no sigas investigando más.
Ese señor casi nos mata, si sigues con esto…
—¡No
Changmin! —Yunho lo interrumpió, mirándolo fijamente a los ojos. —Yo tengo que
saber, tengo que saber la verdad de donde vengo. No voy a estar tranquilo hasta
que no lo sepa, y voy a hacer lo que sea para averiguarlo.
Las
palabras sonaron tan firmes, tan decididas, que a Changmin solo le quedo
suspirar y rogar por lo mejor. No entendía que relevancia tenia para Yunho
saber quién fue su padre en el pasado, si probablemente eso no cambiaria las
cosas en el presente. No cambiaría su situación. Sin embargo si era importante
para él, lo dejaría continuar aunque le preocupara. Porque quizá, muy dentro de
sí, Changmin presentía que Yunho iba a encontrar más de lo que estaba buscando.
Una
verdad que no quería escuchar.
..
En
la noche Jisung ingresó al apartamento con una sonrisa triunfadora. Se sirvió
un vaso de jugo, se preparó un sándwich y se sentó de lleno en el sofá, con una
tranquilidad que no había sentido en muchos meses. Yoochun y Junsu también
estaban ahí, sentados en el comedor, observándolo con una expresión austera
como si estuvieran vigilándolo. Como si estuvieran desconfiando de él. ¡Bah!, a
Jisung no le importó, ya lo que quería lo había conseguido, y nadie la
arruinaría esa felicidad.
La
felicidad de haber conseguido el escondite de Lee Sooman.
—Ya
llegue.
Inesperadamente
Jaejoong cruzó la puerta, luciendo apático como si solo quisiera irse a la cama.
Junsu y Yoochun de inmediato se levantaron al verlo.
—¡Hyung!
—Gritó el menor de los dos. —¿No deberías estar en la casa del General?
Jaejoong
guardo silencio, no queriendo decir que le dio pereza devolverse a la casa de
los Choi porque había estado siguiendo a Yunho y Changmin. —Estoy cansado, me voy a dormir.
—¡Espera!
—Junsu lo detuvo. —Tenemos que hablar urgente. —Lo tomó del brazo y cuando lo iba a
llevar a la habitación, el Jefe les corto el paso.
—Yo
también necesito hablar contigo Jaejoong. —Le
dijo.
Los
tres chicos se miraron entre sí, aquí venia otra vez ese hombre a estropear
todo. —Lo siento
Jefe, pero no hemos podido estar con Jaejoong en días y realmente tenemos algo
muy importante que decirle. —Yoochun
declaró al no querer que su asunto fuera postergado. Si el Jefe quería hablar,
tenía que esperar.
Pero
obvio el Jefe no se iba a dejar apartar. —No creo que sea tan importante como lo
que yo tengo que decirle.
—¡Claro
que lo es!
Junsu
gritó y Jaejoong frunció las cejas al notar aquella extraña reacción (casi
agresiva) de sus dongsaengs, ¿Por qué de repente miraban al Jefe con tanta hostilidad? —¿Qué
sucede aquí?
—Nada,
solo ven con nosotros. —Yoochun
volvió a tomar su mano pero el Jefe lo empujó, alejándolo.
—Les
digo mocosos que necesito hablar urgentemente con Jaejoong, ¿Qué no entienden?
—Nosotros
también necesitamos hablar con él.
—¿Y
que es ese asunto tan urgente que le deben decir?
Ante
eso, los chicos apretaron la boca, debatiéndose si debían soltarlo o no estando
el Jefe presente. Por fortuna, antes de que eso sucediera, Jaejoong decidió interponerse
debido a que no quería que se siguieran peleando por él. —Oigan realmente estoy
cansado, no quiero saber nada de nada, si me disculpan, me voy a la ca…
—¿Por
qué no me lo dijiste?
Una
inesperada pregunta y Jaejoong se volteó hacia su Jefe. —¿Decirle que?
—¿Por
qué no me dijiste que ya sabias donde estaba Lee Sooman?
—N-no…
no lo sabía. ¿Por qué pregunta eso? —¿Acaso lo había
espiado?
—¿Y
cómo ese desgraciado supo donde estaba él? ¿Cómo tiene esa información?
—¿Yunho?
¿Por qué sabe que Yunho sabe donde esta Lee Sooman?
Jisung
mostró una sonrisa soberbia. —No eres el único que te andas escondiendo y
vigilando Joongie. —Se desplazó hacia él, colocándose al frente. —Quise ir a recogerte hoy,
precisamente para evitar que estuvieras con ese escuincle y que volviera a
suceder aquel desagradable beso que tuve que presenciar la anterior vez. Cuando
llegué te vi con él, escuché que le constaste acerca de la conversación que
tuvimos y también escuche… que él iba a buscar a Lee Sooman. Que él sabía dónde
estaba Lee Sooman. Así que lo seguí al lugar donde se dirigía, tal como tú también
lo hiciste.
El
Jefe ofreció sus explicaciones y Jaejoong se mordió los labios. Maldición.
—Ahora,
ya aclarada mi parte, lo que yo quiero saber es: ¿Quién te dijo que le podías
decir que Lee Sooman era su padre? ¿Creíste que tenías el derecho o qué?
El
pelinegro endureció su cuerpo, no sintiendo miedo. —Nadie me dio derecho. Él lo merece
saber porque es algo que lo involucra.
—Él
no tiene porque meterse en esto.
—¡Estamos
hablando de su madre, de su padre! ¡De su pasado! ¡Y si yo no le hubiera contado,
usted no se habría enterado donde está…! —De golpe Jaejoong cerró la boca al meditar
que no era sensato decir a donde los había llevado todo este pequeño suceso.
Aunque
ya fuera obvio.
Y
Jisung ya lo tenía claro. —Bueno, tengo que admitir que en eso tienes razón.
Yunho resulto ser más útil de lo que pensaba. —Dijo
esto y se volteó, dando pasos tranquilos como si por arte de magia se hubiera
tranquilizado. Como si el peso de los hombros que había estado llevando todos
esos días milagrosamente hubiera desaparecido.
Jaejoong,
al reconocer el semblante, la mirada y la postura de su Jefe, pudo presentir
que este no estaba pensando en cosas buenas. —¿Qué tiene planeado? —Inquirió
con caución. —¿Qué tiene planeado ahora que sabe donde esta Lee Sooman?
—Eso…
es lo que tenemos que hablar, y tú, tú mi pequeño angelito, me vas a ayudar.
Sin
darle espacio para negarse, el Jefe atrapó a Jaejoong de la muñeca y lo
arrastro violentamente hacia su cuarto, encerrándolos a ambos ahí. Yoochun se precipitó
a la puerta enseguida la cual ya estaba con seguro. Entonces suspiró resignado.
—Parece que tendremos que esperar hasta que amanezca. —Le dijo conciliadoramente
a Junsu.
Pero
Junsu no estaba pensando en eso. —¿Qué
fue lo que acabaron de hablar? —Preguntó
con sincera confusión.
—No
lo sé, pero presiento que tiene que ver con lo que ahora sabemos.
Vaya,
al parecer el Jefe había logrado su cometido, había encontrado a Lee Sooman,
ahora lo más preocupante era saber que tendría planeado esa maquiavélica cabeza
suya.
..
1
de julio a las 9:00 AM de la mañana.
Yunho
se ubicó frente a la torre de edificios donde había dejado a Jaejoong la semana
pasada. ¿La razón de estar ahí? Fácil, él quería reclamarle a él el porqué le
había dicho que Lee Sooman era su padre, si no era así. Porque le había
mentido. Esa mañana no lo encontró en el entrenamiento, también se enteró que
no durmió en la casa de los Choi, por lo que el único lugar que sabía que podía
estar era en el apartamento que compartía con su Jefe.
Subiendo
por las escaleras, Yunho golpeó en todas las puertas ya que no sabía el número del
departamento. Lo hizo unas veinte veces y cuando se quiso dar por vencido, la
21 fue la vencida.
Fue
Yoochun el que salió a recibirlo, a medio peinar y con los ojos lagañosos como
si se hubiera acabado de levantar. —¿Yunho? —El chico inquirió incrédulo.
—¿Q-que haces aquí?
—Busco
a Jaejoong. —Dijo firme. Aunque no quiso sonar demandante, su determinación lo
hizo sonar así. —Es decir… ¿Esta Jaejoong?
—No,
ni siquiera sé a qué hora se fue. Supongo que esta con el Jefe, salieron muy
temprano en la mañana.
—¿Durmió
aquí?
—Sí.
Yunho
apretó la boca. Su intuición le decía que algo estaba no estaba bien. —¿Sabes a donde fueron?
Yoochun
miró al suelo, un tanto resistente a querer decirle. No era algo que a Yunho le
incumbia. —No tengo ni
idea. —Mintió pese a
que si tuviera una ligera idea de donde podrían estar.
—¿Acaso
tiene que ver con Lee Sooman?
La
pregunta salió por si sola y Yunho comprobó que aquel nombre era cosa seria,
cuando las facciones de Yoochun se tensaron al escucharlo. —Así que si sabes de
ese hombre… —Yoochun comentó segundos después.
—Sé
más cosas de él de las que tú podrías saber.
—Quizás,
ellos hablaron anoche de cómo tú les habías dado su ubicación.
“¿Qué?” Yunho parpadeó. —Yo nunca les di ninguna
ubicación.
—Al
parecer te siguieron cuando lo fuiste a ver… o algo así. La verdad no dieron muchos
detalles, ni tampoco ninguna explicación. Estamos igual de perdidos que tu.
Oh Dios, Yunho resopló, llevándose las
manos a la cabeza. Si ellos ya sabían dónde estaba Lee Sooman, entonces el Jefe
podría llevar a cabo la supuesta venganza que le había mencionado Jaejoong. Y si
Jisung quería revancha y Lee Sooman tenía un arma… Dios mío, las cosas no
tendrían una resolución pacífica.
Sería
peligroso... para Jaejoong.
Mientras
Yunho estaba pensando en los posibles desenlaces, Junsu apareció en la puerta, observándolo
con extrañeza. —Yunho… ¿Qué haces aquí?
—¿Sabes
dónde está Jaejoong? —Repitió por enésima vez. Tal vez estaba siendo intenso,
pero él tenía que asegurarse que lo que imaginaba no era cierto. Que ellos no habían
ido a donde él temía.
Sin
embargo Junsu no fue de ayuda, le dijo lo mismo que le había contestado
Yoochun; por lo que Yunho se comenzó a impacientar, concluyendo que si quería quitarse
la preocupación él mismo tenía que irse a cerciorar. Algo le decía que era su
deber, que aunque hubiera jurado no preocuparse por el bienestar de Jaejoong,
él debía estar allí.
Eliminar
su orgullo.
Y
su enfado.
Y
su despecho.
Y
dejar que actuara su corazón.
Pese
a que no sabía si en realidad Jaejoong estaba en problemas.
—Ustedes
quédense aquí, llámenme si por si acaso llega. Iré a buscarlo.
Dijo
después de unos segundos y cuando estuvo a punto de iniciar su marcha, Junsu lo
retuvo. —¡Espera!, ya que estas aquí, hay un asunto que tenemos que discutir
contigo. Algo sobre ti y Jaejoong.
Honestamente
Yunho no tenía cabeza para nada. —Después me lo dirás, ahora hay cosas más
importantes por hacer.
Sin
preocuparse en lo más mínimo que sería aquel “asunto”, Yunho se desprendió del
agarre del menor y salió corriendo por las escaleras, tan rápido que casi sale
volando por el edificio.
Unos
minutos después y Yoochun encaró a Junsu, serio. —¿Por qué le dijiste eso? Se
supone que esperaríamos para contarle a Jaejoong. —Le reclamó, sonando incluso
decepcionado por el repentino arrebato de su amigo.
—Es
porque también le incumbe a él.
El
pelinegro suspiró. —Se veía preocupado ¿Tienes alguna idea el porqué estaba así?
¿Sera que nuestro Hyung está en peligro?
Junsu
se quedo callado, incapaz de responder puesto que la situación estaba tan confusa,
tan enredada, que cualquiera explicación le quedaría corta a ese misterio que
pronto vería la luz.
..
Nota: Les comento que los próximos capítulos estarán de infarto >.< sobretodo el que sigue.
¡No dejen de comentar que así me inspiro!