Entre el bien y el mal - Capitulo 7

Capítulo 7 — Condición errada: ¿Acaso estaba presenciando una bizarra historia de amor la cual no tendría un final feliz?

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aejoong se creería tanto que le dijeran que había estado en esa cueva un mes como que le dijeran que había estado solo 3 días. No percibía cuando acababa el día y cuando comenzaba la noche ya que en esa relativa oscuridad era imposible tener alguna idea del tiempo.

Durante esos “días” que había pasado en los aposentos de Yunho, Jaejoong no había hecho mayor cosa. No es que se pudiera hacer mayor cosa de todas formas. El espacio era tan reducido y la falta de objetos era total que prácticamente no había opciones para entretenerse.

El aburrimiento era aguantable cuando Yunho se encontraba con él, ya que podía hablar con alguien y podía recibir ese ataque de besos que Yunho espontáneamente le daba. Pero cuando Yunho salía, Jaejoong se quedaba solo y no tenía más opciones que acostarse en el lecho a meditar.

Y eso era precisamente lo que no le gustaba porque lo hacía pensar más de lo cuenta. Lo hacía preguntar porque Yunho salía tanto.

En el tiempo en que el demonio lo había seguido, casi nunca se desprendía de él ¿Ahora porque si lo hacía?, ¿Era porque Jaejoong finalmente había accedido a quedarse en sus aposentos y ahora Yunho lo dejaba olvidado ahí? Jaejoong se preguntó si Yunho salía a molestar a otros ángeles y solo pensar en eso, hizo que su corazón se amargara. El sentimiento era muy parecido a cuando la chica seohyun estaba con Changmin.

Hablando de Changmin, empezaba a extrañar también a ese humano. Se preguntaba si estaba bien y aunque era verdad, que él no hacía mayor cosa para cuidarlo, solo tenerlo en su vista lo hacía tranquilizarse. Jaejoong pensó que desprenderse de él por unos días sería más difícil, pero Yunho lo distraía tanto que no lo hacía pensar casi en el humano. Que suerte.

También pensaba mucho en el cielo y en los demás ángeles. Ahora comprendía esa frase que dice que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Era cierto que Jaejoong no se la pasaba mucho tiempo en el cielo pero ahora, estando en un lugar tan horrible como el infierno, la paz y quietud del paraíso lo hacía extrañarlo a horrores. Pensaba en Junsu, su amigo, preguntándose qué pensaría al no verlo por allí.

Jaejoong a veces trataba de olvidar en el espacio en que estaba. Trataba de ignorar los lamentos de sufrimiento de las almas en pena y la tortura que lo demonios ejercían sobre esas almas. No solo había cumplido su promesa con Yunho de no salir por el simple hecho de ser una promesa, sino porque de verdad no quería salir. No quería ser testigo de las inmundicias del infierno. De solo imaginarlo lo enfermaba.

Además él no quería encontrarse con otro demonio.

El conocía a Yunho y sabía que pese a su imagen ruda, Yunho muy en el fondo tenía algo así como sentimientos, pero no podía pensar lo mismo de otros demonios. De modo que cuando sentía pasos extraños acercarse, Jaejoong se escondía debajo de la estrecha cama de Yunho haciéndose un ovillo para evitar que lo descubrieran.

Y hoy era una de esas veces que Yunho lo había dejado solo. El demonio nunca decía a donde iba, solo se marchaba sin mencionar palabra alguna. A Jaejoong le molestaba eso, se sentía utilizado.

Con lo que parecía ser arcilla humedad entre sus dedos, Jaejoong pintaba una pintura en la pared. Era una imagen del cielo. Pensaba que si no podía estar allí al menos podría tener un recordatorio del firmamento. Algo que lo hiciera sentirse en casa.  Dibujo varias nubes y algunos ángeles por aquí y por allá, y se maravilló de su trabajo, porque no creyó que podía pintar tan hermoso.

Luego un sentimiento de culpa y melancolía inundo su ser, recordando el lugar que pertenecía.

Dejando su pintura, Jaejoong fue hasta la improvisada cama de Yunho y junto sus manos. Él iba a orar, como en tanto tiempo no lo había hecho. Dudo que dios lo escuchara desde el lugar en que se encontraba, dudo de si dios querría escucharlo luego de haberlo desobedecido, dudo de rezar porque tal vez lo encontrarían…pero el necesitaba hacerlo.

Necesitaba sentirse en paz con su alma.

“Dios, hola soy yo ¿te acuerdas de mí? — empezó con incomodidad, el nunca aprendió como rezar correctamente — Si soy Jaejoong, este ángel feo que no hace mas que meterse en líos. Sé que he estado alejado de ti, más de lo que debería. Sé que falle al querer otorgarme obligaciones que no me competen y que falle también, al escapar aquí, a las profundidades del infierno donde obviamente no debería estar. Sé que probablemente no debería estar pidiendo esto…pero quiero que me des fuerza. Fuerza y paz para soportar estas duras épocas. Yo lo siento —su voz se quebró, comenzó a llorar— siento ser un ángel tan rebelde que no sabe comportarse.  Pero por favor te pido que me ayudes esta vez”.

Jaejoong se limpió las lágrimas con la manga, odiando su debilidad.

“No solo he querido hablarte para pedir cosas sino también para agradecer. No sé si debo decir esto…pero…pero gracias por él. Por Yunho. Él es un buen amigo que me ha ayudado. Tengo presente que él es un demonio pero en el tiempo en que lo he conocido yo realmente creo que es más que eso, aunque él lo trate de negar —Jaejoong se rio levemente— yo he empezado a quererlo. Mucho más de lo que tendría que hacerlo. — Jaejoong paro abruptamente ante el pensamiento de Yunho. No solo ahora le gustaba estar con Yunho, sino que también le gustaba las cosas que hacía con Yunho. Le gustaba la sensación de ser besado y acariciado, y aunque Yunho no era para nada cariñoso luego de esos actos, a Jaejoong le gustaba pensar que Yunho había doblegado su carácter por él. Que él había logrado domar a Yunho. Que un ángel tenía la posibilidad de acercar las almas manchadas con el mal al cielo.

“Por favor cuida de él y de Changmin y…. bueno, bueno también de su novia…am…”

—Amen.

Jaejoong escucho detrás de su oído y pensando que podía tratarse del centro de sus pensamientos, Jaejoong se volteo abrazando al cuerpo apretadamente.

—Te eche de menos ¿A dónde fuiste?— dijo tímidamente pero cuando sintió que el cuerpo que sostenía no se parecía ni de lejos al cuerpo de Yunho, se separó de inmediato, trastabillando algunos pasos cuando se percató que en su presencia se encontraba otro demonio.

Quien lo miraba de la misma manera que Yunho lo había mirado cuando lo conoció.

—Creo que he encontrado al Ángel mascota de Yunho —dijo burlonamente — Dime ¿Dónde está tu amo?

Jaejoong no quiso responder nada, recordó las advertencias de Yunho.

—El prisionero no quiere hablar, ya veo.

—Yo no soy prisionero.

—¿Ah no?

—No, soy el invitado de Yunho, él me está ayudando.

El demonio intruso abrió los ojos, evitando que la risa que provenida desde el fondo de su pecho estallara escandalosamente frente al rostro del ángel. Pero no lo pudo evitar.

— Yah, ¿De qué te ríes demonio?

El recién llegado se apoyó con una mano en la pared, incapaz de detener su risa. Tan solo el pensamiento era gracioso…Yunho….¿Ayudando?

—¿Qué es tan gracioso? — el ángel cuestiono, luciendo molesto.

—Nada, Nada —el demonio se limpió las lágrimas. Miro la pared enfrente a él, detallando la pintura y arañándola con las garras apenas unos segundos después, mencionando con menosprecio lo horrible que era. Jaejoong sintió vergüenza de lo que antes había sentido orgullo.

—Cuéntame ángel, ¿Desde cuándo te encuentras aquí?

—Se supone que no debo decir nada.

—¿Yunho te pidió no hablar con extraños?

—Algo así.

El demonio mostro una sonrisa —Pero yo no soy ningún extraño, soy amigo de Yunho —Mintió— Mi nombre es Yoochun.

El demonio le brindo la mano, esperando que la estrechara pero Jaejoong dudo. No estaba seguro de fiarse de otro ser demoniaco, pero analizando que no había pasado nada realmente malo con Yunho y que ese sujeto decía ser amigo del susodicho, quizá podría confiar. Él le devolvió el saludo.

— Soy Jaejoong, el ángel.

— Pues eso ya lo veo — Dijo mirándolo de pies a cabeza — Ahora contéstame ¿Desde cuándo estas aquí?

— Hace…un par de días. No lo sé bien.

Yoochun alzo la ceja —Ya lo veo— dijo. Por su respuesta parecía que probablemente hubiera estado un buen tiempo en ese lugar. Realmente se le hacía raro que Yunho no hubiera entregado al ángel teniéndolo ya en el infierno. ¿Qué otra cosa esperaba? Tal vez esperaba el momento correcto…pero se notaba a leguas que el ángel confiaba plenamente en el demonio ¿Qué otra cosa quería Yunho conseguir?

O acaso él…

—Dime Jae, ¿Te puedo llamar Jae cierto? — Pregunto y el Ángel asintió débilmente — ¿Cuál es tu relación con Yunho?

Jaejoong se puso nervioso —…Solo somos amigos.

—¿Solo eso?

—Sí.

Yoochun se mordió la boca —¿Qué te ha dicho el?

— ¿De qué?

—¿Por qué crees que te ayuda? — pregunto.

—Bueno ya lo dije, porque somos amigos. Muy buenos amigos. Los amigos se ayudan entre sí.

— ¿En verdad confías tanto en él?

—Pues…sí. No me ha dado razón para que desconfié.

Yoochun entonces soltó una sonrisa confiada, bastante petulante, como si se estuviera burlando de la ignorancia del ángel y enorgulleciéndose de saber las verdaderas intenciones de Yunho, por lo menos las que conocía…

Aunque él incluso comenzaba a sospechar de la certeza de los planes del demonio. Observo al ángel y comprendió la razón por la que tal vez el demonio no se haya querido desprender de él. Ese ángel era como la personificación perfecta de un ser celestial. Pequeños, inocentes y frágiles, era de ese tipo de ángeles inaccequibles que se encontraban solo en el firmamento y muy pocas veces en la tierra…por no decir ninguna vez. Sería un logro para un demonio conseguir ese tipo de ángel y teniéndolo a la mano, a lo mejor Yunho cambio de parecer.

Yoochun incluso sintió envidia que Yunho hubiera logrado atrapar un ángel.

Sintió envidia también de que Yunho probablemente no hubiera cambiado de idea y planeara entregarle ese ángel a su amo. Se convertiría en el favorito del señor y eso no quería permitirlo.

—A veces me sorprende la bondad de ustedes —Yoochun soltó de la nada, hablando como si estuviera reflexionando— él debe haber puesto su mejor cara ante ti para que tu confíes de esa manera. — Jaejoong frunció el ceño — Y tal vez tu eres demasiado inocente o ingenuo para no notarlo…¿O es algo más?

—No te entiendo.

—Algo me dice que tú no solo sientes amistad por mi queridísimo amigo Yunho.

Jaejoong abrió los ojos, sonrojándose profundamente y escondiendo la cara para evitar mostrarlo. ¿Tal vez eso era cierto?

Yoochun rio ante la expresión del ángel, dándose cuenta que había dado en el clavo. ¿Acaso estaba presenciando una bizarra historia de amor la cual no tendría un final feliz? No lo sabía, pero de lo que estaba seguro, es que entre ángel y el demonio pasaba algo. Algo que los metería en problemas.

—Ven, ¿Por qué no me lo cuentas todo a tu amigo Yoochun? Un amigo de Yunho es un amigo mío —extendió su mano— Vamos demos un paseo.

El demonio tomo su mano, jalándolo, sin embargo Jaejoong no se movió de su lugar— Pero no debo salir de aquí.

—No te pasara nada si estás conmigo.

—Pero Yunho…

—Yunho, Yunho, Yunho…¿Acaso es tu dueño?

—Casi —contesto la voz que había acabado de llegar.

Tanto Yoochun como Jaejoong voltearon a la figura que se encontraba de pie en la entrada. Tenía los puños marcados y una mirada bastante seria de pocos amigos. Ante esa expresión, Jaejoong alejo su mano del agarre del otro demonio. Yoochun giro su cuerpo quedando frente a frente con Yunho.

—¿Qué haces aquí, Yoochun? —empezó Yunho. A pesar de su rostro segundos antes, él hablaba con tranquilidad, intentando no lucir perturbado por la aparición de Yoochun frente a Jaejoong. Tal vez este le había dicho algo al Ángel, pero no quería alarmarse antes de confirmarlo.

—No, no, no, esa no es la pregunta ¿No sería más bien que hace este Ángel aquí?

—Te lo he dicho como mil veces, mis asuntos no son problema tuyo.

—Él dice que es tu invitado y que son buenos amigos ¿No es cierto Jae? — Yoochun se dirigió a Jaejoong, recibiendo un enérgico asentimiento por parte del menor. Jaejoong se sentía nervioso, no sabía exactamente la razón, pero ver hablar a los dos demonios lo ponía inquieto, como si algo no estuviera bien.

El cuerpo de Yunho se tensó. Algo en el tono de voz de Yoochun le decía que este estaba ansioso por soltar una verdad…y él no lo iba a permitir. Tenía ese ánimo burlesco en su mirada. Además ¿Desde cuándo le estaba poniendo apodos a Jaejoong? ¿Dejaba al ángel unas horas y este ya había agarrado tanta confianza con un desconocido?

—Vete ahora o tendremos problemas.

—Ya lo tienes aquí ¿Por qué no entregarlo al amo? —Yoochun hablo en una lengua desconocida para Jaejoong. Era oscura y siniestra, como un sonido gutural que se escuchaba casi como un susurro. Jaejoong se preguntó si esa era el lenguaje de los demonios.

—Aun no es conveniente —Yunho respondió en la misma lengua y Jaejoong se echó instintivamente para atrás, no gustándole para nada el sonido de la conversación.

—¿Cuándo será conveniente entonces? Por lo que él me ha dicho que ustedes son muy buenos amigos, lograste engañarlo perfectamente, ya vendría siendo hora de que te deshagas de él….además yo ya le dije al amo lo que tienes planeado hacer.

Yunho abrió los ojos. — ¿Tu qué?

—Lo que escuchaste, él está ansioso por ver que le iras a regalar…si es que eso es lo que piensas hacer claro, o de lo contrario creo que tendrías problemas, y graves, por cierto.

—Mis planes no han cambiado de rumbo.

—¿Ah no? No sé por qué algo me dice que sí.

—Pues tienes una pésima intuición.

Yoochun se rio— puede ser — se fue acercando hacia Yunho — ¿Pero quieres que te diga algo Yunho? Él se está volviendo impaciente, no quiere esperar y si tú no te decides rápido — dio una rápida mirada a Jaejoong, susurrando en el oído de Yunho — Yo tendré que ser el que lo entregue por ti.

A Yunho se le crisparon los nervios en cuanto oyó la sentencia de Yoochun. Entrecerrando los ojos y cerrando sus puños, vio como el demonio salía por la entrada de sus aposentos, no sin darle antes una mirada de advertencia picara como si se estuviera burlando descaradamente de él. Maldito.

—¿De que hablaban? —Jaejoong se le acerco cuidadoso tan pronto Yoochun salió.

Yunho no le respondió.

..

A pesar de estar tan cerca, Jaejoong sentía a Yunho en estos momentos tan lejos.

Recostados sobre la cama improvisada del demonio, Jaejoong lo miraba detenidamente con su cuerpo echado de lado mientras que el otro sostenía la mirada fija en el techo, lanzando respiraciones de vez en cuando y manteniéndose callado en una actitud poco usual de él. Jaejoong se preguntaba a que se debía el repentino cambio de estado de Yunho. Se preguntaba si Yunho estaba enojado porque él había hablado con otro demonio, pero algo en su expresión le decía que Yunho no estaba enfadado. En lugar de eso su rostro denotaba preocupación.

“Esa conversación que tuvo con el otro tuvo algo que ver” pensó Jaejoong. Yunho no había soltado ni una sola palabra y eso era de sospechar. 

—¿Yunho…que pasa? —Pregunto al fin el ángel con cautela, tratando de no molestar el estado de ánimo del demonio.

Él lo miro de reojo —Nada.

—¿Nada?

—Nada.

El ángel suspiro sabiendo que no conseguiría alguna información del mayor.

—¿Por qué estabas con Yoochun, ah? Dime, ¿Qué acaso no te advertí no hablar con otro demonio?

Jaejoong abrió los ojos, un poco perdido de la pregunta de Yunho— Si, si lo hiciste pero…

—¿Pero qué?

—El llego de repente no es como si yo hubiera tenido tiempo de ocultarme, pero además él dijo que era tu amigo ¿No es así Yunho yah?

El demonio guardo silencio, la verdad no tenía ganas de discutir el tema de Yoochun en estos momentos. Lo siguiente que escucho fue la leve disculpa del ángel—Lo siento si eso te molesto. ¿Estás enojado?

El demonio suspiro, tratando de controlar las emociones de frustración, miedo y enojo que querían irremediablemente explotar de su cuerpo —No —se las arreglo para decir, aunque sabía que esa no era la verdad.

—¿Ustedes hablaron de algo malo?

—Hablamos de algo sin importancia. 

—Veo.

La calma volvió al lugar, tan silencioso como había estado unos segundos atrás… a Jaejoong realmente le incomodaba la situación. Miro de nuevo al demonio, tomándose el tiempo para fijarse en las facciones del otro. Realmente nunca lo había hecho con tanta dedicación.

—Yunho —Él levanto medio cuerpo, sin dejar de mirar a Yunho —Eres tan hermoso.

Ok, tal vez esa no era la mejor forma de romper el hielo, pero él solo quería contentar de nuevo al demonio, aunque no estuviera seguro de si eso lo lograría debido a la mirada confusa que el susodicho le daba.

—¿Qué?

—Que eres muy hermoso.

—¿A qué viene todo esto?

—No lo sé…solo quería decírtelo.

El demonio se volteo dándole la espalda al ángel, tratando de bloquearlo con sus grandes alas —Claro que no, los demonios no son hermosos. Deja de decir estupideces.

—Yo lo pienso así…—el ángel hizo un puchero haciendo todo lo posible de apartar esas enormes alas de su cara que lo intentaban apartar. De un momento a otro, algo cansado pero con su estado de ánimo juguetón, Jaejoong se abalanzo encima de Yunho, riendo traviesamente mientras intentaba lidiar con la amargura del demonio.

—¡Yahh quítate, ángel!

—Yunho…eres tan infantil. Te pones de mal humor solo porque te digo que eres lindo.

—Tú eres el infantil, actuando de esta manera y riéndote de estas cosas….además ¿Cuándo te he dado el derecho de tratarme así?

¿Desde cuándo los pájaros le tiran a las escopetas?

—Desde que me pediste que fuéramos amigos.

Yunho arrugo las cejas e hizo lo posible por quitarse al travieso ángel que lo tenía sobre la cama. Aun así no le fue posible. Aunque él era más fuerte, Jaejoong podía ser muy hábil también.

—¿Quieres saber porque te digo que eres hermoso?

—No, no lo quiero saber.

—Mira tu cara…—Jaejoong delineo el rostro de Yunho con suavidad, obviamente no escuchando la respuesta de Yunho —es muy fina; y tus ojos son tan profundos, rasgados…

—Jaejoong, cállate —Yunho lo interrumpió, odiando la manera en como Jaejoong le decía las palabras. Nadie nunca le había dicho eso, ni el mismo se consideraba así. Sentía como su rostro lentamente empezaba a enrojecer.

—Shh, déjame continuar. Tu pelo a pesar de estar siempre tan desordenado, es tan magníficamente atrayente—Jaejoong siguió hablando con lentitud, como si estuviera totalmente entregado a las frases que decía, restándole importancia a lo que eso significaba. Con sus manos tomo los robustos cuernos del demonio, acariciándolos, para luego coger entre sus manos las alas de murciélago que revoloteaban de manera intermitente a sus lados—Y estos cuernos y estas alas…a pesar de parecer tan rudas, yo creo que son majestuosas. ¿Quieres que te diga una cosa? Antes pensaba que los demonios eran seres inmundos, horribles… porque oía las palabras que los ángeles guardianes les contaban a los ángeles del cielo. Pero ahora sé que eso no es del todo verdad, porque te vi y confirme por mí mismo que ellos estaban equivocados…y no solo con la apariencia, también con algo más…

—¿Algo más? ¿Qué quieres decir?

—Que tú pareces ser hermoso hasta en el interior.

—Basta—Yunho alejo a Jaejoong de encima, no gustándole los empalagosos halagos que le dedicaba el ángel —No me describas así, yo no soy así. Yo solo soy un demonio. Nadie considera hermoso a un demonio.

—Yo lo considero así. Para mis ojos lo eres.

—Ya cállate. Tú eres el hermoso aquí…no yo.

—¿Crees que soy hermoso, Yunho?

—Algo... ¿No te lo había dicho antes ya?

—Sí, pero cuando me molestabas. Nunca me lo habías dicho de forma seria.

Yunho desvió la mirada, aclarándose la garganta —Pues ahora lo sabes. Hermoso es una de las palabras con la que se describen a los ángeles…no a los demonios.

Jaejoong sonrió de forma dulce, con esa característica expresión que hacia cuando se sentía desanimado —Pues será la única cosa que cumplo como ángel, porque en lo demás soy un fracaso.

—¿Siempre eres tan duro contigo? —Cuestionó Yunho —Yo creo que aunque seas algo diferente a los demás, tú sigues siendo un ángel. Eres ingenuo, bondadoso y amable…todas esas idioteces que son los ángeles.

—Pero soy desobediente.

—¿Y?

Jaejoong se apartó de la “cama”, caminando pausadamente por el lugar, pensando en la conversación. Él dejo esa actitud alegre, ahora su semblante parecía serio —¿Tengo mucho tiempo libre sabes? Y cuando lo tengo no puedo evitar pensar —Hizo una pausa, a Yunho le resultó extraño la repentina seriedad de Jaejoong —En los días que he pasado aquí contigo,  en el infierno, he estado meditando que… si yo soy capaz de desobedecer por una buena razón, tal vez también podría ser capaz de causar dolor.

—¿Eh?

—Porque mi ser es tan contradictorio —Jaejoong continuo— Sin querer yo podría lastimarte. 

—¿De qué carajos hablas?

—Yo nunca quisiera lastimarte, Yunho —dijo con la voz quebrada.

—Ya Jaejoong para —Yunho imito el acto de Jaejoong levantándose del lecho y fue directo a donde el ángel, tratando de consolar (como se le había hecho de costumbre) a ese ser tan complicado —No sé porque vienes con esto y a que te refieras con esta conversación pero ya no más. Ya no pienses más, deja de hacerlo. Tú eres un ángel, los ángeles no pueden lastimar. Simplemente, no están hechos para eso.

Jaejoong abrazo a Yunho, tratando de seguir su consejo y no pensar. Minutos pasaron antes de que Jaejoong volviera a preguntar algo que dejo congelado a Yunho:

—¿Yunho, Tu… me lastimarías?

Ante eso el demonio se quedó mirándolo. Era cierto que sus planes iniciales eran esos, pero ahora estaba convencido de que tal vez no podría ser capaz. Aunque…

—No, no lo haría —Le respondió, pensando que esa respuesta también respondería a sus dudas interiores.

Jaejoong sonrió con incomodidad— Los demonios causan dolor, sin embargo tu no podrías causármelo. Los ángeles no pueden lastimar, sin embargo yo lo podría hacer…¿No es eso raro, Yunho? —sus ojos empezaron a humedecerse.

Yunho no podía entender porque siempre tenía conversaciones tan extrañas con Jaejoong y no comprendía a que venía ese tipo de pensamientos —Lo es, somos extraños —él se burló —aunque también sé que a veces simplemente no podemos rechazar nuestra naturaleza…. —esto lo musito en voz baja.

—¿Mmm?

El demonio sonrió, tratando de ocultar sus palabras —Yo estoy seguro que tú no podrías lastimar a nadie.

El Ángel le devolvió el gesto y lo apretó contra su cuerpo, ocultando la cabeza en su pecho y respirando el tenue aroma a azufre que desprendía —Yo me siento tan bien cuando estoy contigo.

—Yo también.

—Es como estar de nuevo al lado de Changmin.

El demonio no soltó ni una palabra al escuchar ese nombre…ni una respiración.

Era cierto lo que le había dicho, él no iba a lastimar a su ángel…a menos que tuviera razones para hacerlo.

..

Nota: Bueno volvi con otro nuevo capitulo luego de ya casi un mes. Cuando escribo soy como cuando leo: No me gusta esperar, por lo tanto no me gusta dejar esperando...pero como lo habia dicho en la pagina principal, por todo esto del mundial, la verdad no habia tenido ganas de escribir. La historia en realidad ya la tengo ideada toda en mi cabeza (desde que comence el fic de hecho) pero de pensarla a escribirla hay mucho trecho jejeje sin embargo ya estoy otra vez con los animos de escribir, asi que el otro no se demorara tanto. 

Una cosa que quiero decir: Cuando empecé a escribir el fanfic realmente no quería hacer tan indefeso/Inocente a Jaejoong, pero las cosas se dieron así. Me gusta esta especie de Jaejoong pero al mismo tiempo no me gusta, no era la idea original jajajajaj pero ya que, de todos modos espero que a ustedes sí les guste. Creo que es inevitable no relacionar a un angel con inocencia. Por otra parte, Yunho creo que si me quedo como queria: asi como todo picaro y travieso, malevolo pero moleston (?)...o bueno juzguen ustedes.

Esta ultima parte del capitulo creo que es importante para lo que viene despues...(Bueno no es que sea importante, pero es como dar un relativo adelanto a lo que se viene). 

Y por ultimo como anecdota del capitulo, una parte de este capitulo se me vino a la mente mientras veia malefica en cine O.o (¿Angelina jolie me recordo a este Yunho?). 

Agradesco a las personas que escriben y visitan el blog, de verdad me hace feliz.

Gracias, chao!