Entre el bien y el mal - Capitulo 8

Capítulo 8: —El posible indicado: Estas en peligro y no solo es por el cielo, también es por el infierno ¿Cómo es posible que causes tanto alboroto sin siquiera intentarlo?

Las celestiales melodías conjuntas de las arpas, los violines y el canto de los ángeles inundaban el espacio abierto del cielo, sin embargo, Junsu no lograba prestarle demasiada atención a los canticos porque su mente se encontraba en otra parte: En su amigo Jaejoong.

Él sabía que debió haber indagado más cuando noto aquel comportamiento extraño en el otro ángel y ahora sin saber ni una noticia de él, el remordimiento lo estaba comenzando a golpear.

No había visto a Jaejoong en días, ni siquiera cuando oscurecía, el cual era el momento en que usualmente veía a su alocado amigo. Junsu presentía algo malo, él sin duda tenía talento para eso.

Él también pensó que cabía la posibilidad de que Jaejoong se encontrara escondido en alguna parte remota del cielo, aunque siendo así, Junsu no comprendía como es que Jaejoong se la pasaría ahí solo, sin salir. Él sabía que su amigo era algo revoltoso y que no soportaría estar por ahí alejado de la comunidad de ángeles. Así que esa teoría estaba totalmente descartada.

Junsu no podía entender porque se preocupaba tanto si sabía que a los ángeles prácticamente no les podía pasar nada…a menos de que se encontraran con seres sobrenaturales que le quisieran hacer daño, tales como los…

Demonios.

—Pero en el cielo no hay demonios…—Junsu susurro para sí, descartando otra teoría más.

¿Pero si Jaejoong no estaba en el cielo y no era posible que se hubiera encontrado con un demonio, entonces donde estaba? ¿Qué había pasado con él?

El fuerte sonido de las trompetas interrumpió los pensamientos de Junsu. Volteo hacia la bulla que se hacía y observo provenir de los grandes portones color dorado una figura robusta, tan brillante que incluso aclaro más el panorama, si eso era posible.

Junsu detallo al recién llegado y se arrodillo en cuanto vio que se trataba de un arcángel, puesto que los ángeles del cielo tenían ciertos “protocolos” cuando un ángel de mayor rango se presentaba, simbolizando respeto y admiración por sus mayores. 

La quietud se apodero del lugar y Junsu levanto la mirada, observando al majestuoso ser que se encontraba de pie justo en medio del lugar.

—Soy el arcángel Siwoon y he venido a informar algo —Hablo fuerte y claro, con la intención de que todos los ángeles presentes escucharan sus noticias. 

Todos se miraron con rostros confundidos, era muy inusual que los arcángeles llegaran de repente a dar noticias.

—Hace unos días me encontré con uno de ustedes en la tierra, uno que al parecer se ha escapado de este lugar del cielo y ahora anda por ahí con un demonio.

Una fuerte exclamación se oyó por todo el lugar mientras que Junsu solo pudo pensar que el sabia a quien se refería el arcángel.

—Pero…pero ¿El demonio lo rapto acaso?

—¿Cómo pudo pasar esto?

—¿Un ángel del cielo con un demonio de la tierra?

Las preguntas no se hicieron esperar. De todos lados los ángeles preguntaron consternados pero el arcángel Siwoon los callo, continuando con su discurso —El ángel no parecía ser prisionero, más bien parecía estar aliado.

Otra sonora exclamación de incredulidad retumbo en el cielo.

—Así es. Además el ángel afirmo ser un ángel guardián de un humano, cosa que estoy seguro que no es cierta.

—¡¿Pero quién es?! —Grito un ángel entre la multitud.

Siwoon suspiro —Aun no lo sé con certeza. Recuerdo que el demonio lo llamo “Jaejoong” y que lo más resaltable de él era su cabello color dorado. Su vestimenta era normal...sin duda era un ángel del cielo —Tomo una breve pausa —Desafortunadamente lo perdí de vista y por eso me encuentro  aquí, buscando alguna información de ustedes. Tengo entendido que él era de esta parte del cielo…

Ante todo ese torrente de información a Junsu no le cabía duda de que efectivamente se trataba de Jaejoong. Oh, pensó Junsu: ¿Por qué su amigo se metía en esas cosas? ¿Debía decir que lo conocía o permanecer callado?

Junsu dio un paso adelante, debatiéndose si hablar o no, tal vez lo que diría no sería de mucha ayuda pero por lo menos podría confirmarle al arcangel que ese era el ángel que estaban buscando.

—Yo lo conozco —Finalmente se decidió a hablar —es amigo mío.

Al instante todos lo voltearon a ver incluido el arcángel quien ya estaba caminando hacia él. Junsu sintió encogerse un poco cuando el gran ángel se instaló frente a el —¿Qué más sabes?

Junsu se mordido la boca, nervioso —Durante estas semanas se había comportado raro. Casi no lo vea y la única oportunidad que tenia de hacerlo era cuando anochecía en el mundo humano. Debido a eso, le pregunte qué era lo que pasaba pero él me respondió que no me preocupara, que nada ocurría. No lo he vuelto a ver desde hace días.

—¿Qué más?

—Bueno…recuerdo que alguna vez me conto que fue con otro ángel a la tierra…pero que no duraron mucho. Él me dijo que no lo volvería a hacer.

—¿A dónde fueron?

—Mmm creo que en algún lugar del país al que los humanos llaman Corea del sur…pero en territorio deshabitado por el hombre.

El arcángel se aclaró la garganta —Justamente en ese lugar fue donde lo encontré, aunque se encontraba en una zona habitada por hombres, en el condado de Ulleung. Tendré que seguir buscando por allí. Gracias ángel.

El arcángel dio una palmada de agradecimiento en el hombro de Junsu y se volteo hacia los portones, pero la pregunta de Junsu lo hizo detenerse un segundo —¿Arcángel, que va a pasar con él?

—Se le aplicara las penitencias necesarias —dijo mirando por encima del hombro.

—¿Va a ser castigado? —Pregunto con cautela.

—Probablemente. Incluso puede ser desterrado.

Junsu abrió los ojos —¡¿Desterrado?!

—Exacto.

De un momento a otro, Junsu se colgó de las vestimentas del ángel mayor, arrodillándose y suplicándole con desesperación —No, por favor, él no puede ser desterrado. Sé que hizo algo malo pero yo lo conozco, él no es un ángel desviado…solo un poco travieso.

—Ángel para ya. El escapo del cielo sabiendo que los ángeles de su rango no pueden salir, además estaba en compañía de un demonio y me mintió sobre ser un ángel de la guarda. Esto no tiene discusión.

—Pero, pero…

Siwon alejo las manos de Junsu de su cuerpo— Los actos malos deben ser penalizados. No hay discusión —Dicho esto el arcángel voló hacia la salida y se fue tan rápido como había llegado. Los demás ángeles empezaron a cuchichear, algunos mirando a Junsu con lastima y otros mirándolo con reproche.

Junsu se quedó arrodillo en el suelo, pensando alguna solución para ayudar a su amigo.

¿Ahora que debía hacer? ¿Hizo mal en hablarle de su amigo frente al arcángel? ¿Lo había sin querer condenado?

Tenía que alertar a Jaejoong, tenía que advertirle sobre lo que estaba pasando y lo más importante, tenía que saber en qué estaba metido su amigo ángel.

“Tengo que encontrarlo primero que él” dijo dentro de su cabeza, mientras se levantaba y se preparaba para volar hacia la tierra.

..

Yunho lo había estado pensando mucho esa noche y decidió que, aunque no le gustara, esa era la mejor opción. Todos sus pensamientos habían llegado a la conclusión que lo más urgente ahora era sacar a Jaejoong del infierno para no correr el riesgo de ser atrapado por otro demonio…para no correr el riesgo de que el entrometido de Yoochun llevara a cabo su sentencia.

Entre su somnolencia, Jaejoong sintió una sensación agradable cuando una fría corriente de brisa golpeo sus mejillas. Abrió los ojos lentamente y pudo notar como era cargado por Yunho de vuelta a la tierra. Él se removió un poco, confundido por lo que pasaba, pero el viento fresco y el cálido sol de la mañana que comenzaba a salir, hizo que se calmara, recordando que no había sentido esa sensación de tranquilidad en mucho tiempo. 

—Yunho…—Jaejoong susurro con pesadez, intentando despertarse del todo.

—Llegamos —dijo Yunho colocándolo sobre una gran piedra en medio del bosque.

Jaejoong se estiro un poco, recorriendo con la mirada los alrededores, como si estuviera tratando de reconocer el ambiente. Luego lo comprendió. Mirando a Yunho, Jaejoong llego a la conclusión de que Yunho era sin lugar a dudas un indeciso. Primero le había dicho que tenía que ir al infierno porque según él era más “seguro”, pero ahora ¿Lo devolvía de  vuelta a la tierra? Jaejoong no lograba comprender el extraño comportamiento del demonio.

Aunque si se ponía a pensarlo más a fondo, la misteriosa conversación de Yunho con su “amigo” Yoochun quizá tuvo al que ver. Quizá tuvo mucho que ver. Habían pasado pocos días desde ese incidente pero Yunho no le había querido decir nada al respecto desde esa vez, a pesar de que Jaejoong había tratado disimuladamente de sacarle información. Esa falta de confianza de Yunho con él de cierto modo lo mataba.

—No entiendo, dijiste que la tierra era peligrosa para mí —menciono Jaejoong después de un rato, todavía sentado en la roca acariciando el agua cristalina con sus dedos. Yunho se encontraba de pie a su lado, con una expresión en el rostro que reflejaba desorden en su mente.

—Lo sé —Yunho respondió— Pero supongo que los ánimos en el cielo se han restablecido. Pasaste días allá abajo.

—Supongo…pero entonces ¿Por qué no vamos a donde Changmin si ya todo volvió a la normalidad?

—¿Tienes muchas ganas de verlo o qué?

Jaejoong frunció las cejas— Solo pregunto no es para que te pongas así.

—Las cosas se calmaron pero aún no debes arriesgarte, por eso es mejor quedarnos aquí en el bosque, donde no hay humanos que puedan tener ángeles —Yunho explico y Jaejoong guardo silencio ante la aclaración de Yunho.

—Dime Jae,… ¿Cuál es tu relación con Yunho?

Una pregunta de la conversación que había tenido con Yoochun se le atravesó por la mente al ángel. El sacudió la cabeza para pensar en otra cosa.

—¿Por qué crees que te ayuda?

—¿En verdad confías tanto en él?

El ángel se mordió los labios cuando más frases de aquella charla atacaron su cabeza. ¿Por qué mientras menos quería pensar en algo le resultaba el efecto contrario?

Sí, desde que había hablado con el amigo demonio de Yunho, esas simples frases se colaban a su mente, retándolo a contestarlas de la manera más honestamente posible. Sin trampas. Eso no sería un problema si en realidad él supiera como contestar a esas preguntas. ¿Por qué siempre sus pensamientos eran tan enredados?

—Algo me dice que tú no solo sientes amistad por mi queri…

—Jaejoong ven, hay que buscar un refugio —Yunho le hablo devolviéndolo a la realidad. Tomo su mano, incitándolo a seguirlo pero Jaejoong se negó.

Él no se iría hasta encontrar las respuestas.

El realmente quería saber por qué el demonio supuestamente “sanguinario” y “malvado” se había tomado tantas molestias por él.

Deseaba oírlo de los labios de Yunho.

De verdad quería averiguarlo.

—Yunho —se levantó de la roca y encaro al mencionado— ¿Por qué haces esto?

El demonio alzo una ceja —¿Hacer qué?

—¿Porque me ayudas tanto? Sé que somos amigos pero aun así tú eres un demonio…que no debería estar preocupándose por un Ángel. Al principio creí que te acercabas a mí solo por molestarme pero ahora tú en verdad pareces preocuparte por mi ¿Por qué lo haces?

Yunho miro fijamente los ojos de Jaejoong, concentrándose en esas bellas orbes que le devolvían la mirada —No es obvio,  Tú me gustas— le dijo, decidido y con esa vieja sonrisa confiada que utilizaba para molestar al ángel. Al parecer había recuperado el buen ánimo. 

—Bueno, tú también me agradas, somos amig…

—No —Yunho lo interrumpió —No así. No como amigos.

Jaejoong sintió como sus mejillas enrojecieron y su mente se desestabilizó un momento ante las palabras del demonio. No quería admitirlo, pero el demonio lo hacía sentirse tan humano. Esa sensación tan maravillosa de mareo instantáneo, estaba seguro que no podía ser causada por algo celestial. Eran sensaciones que solo los humanos podían experimentar.

Pero…

—¿Es por eso que me besas? —el Ángel pregunto.

—Si —El demonio respondió enfocando toda su atención en los acolchados labios rosas que le hablaban.

—Pero…pero no comprendo. Eso es solo un acto que hacen las personas cuando se enamoran y tu dijiste que no podías sentir el amor.

¿El demonio se había enamorado de él?

—¿Yunho, sientes amor por mí? —Jaejoong pregunto entre risas, tratando de que su simple pregunta sonara en un tono burlesco, pese a que en verdad él quería conocer la respuesta.

El demonio callo por unos instantes, atrapado en sus propias acciones— hay humanos que se besan sin estar enamorados —respondió, no contestando directamente la pregunta del ángel.

—¿Eh?¿Cómo así? —Jaejoong pregunto arrugando la nariz.  

—¿Sabes Jaejoong, que es la lujuria? — Susurro el demonio, aproximándose al Ángel, desviando un poco el tema del amor.

Jaejoong lo dudo un momento. Había escuchado el término alguna vez, sabia el significado teórico sin embargo nunca lo había logrado comprender enteramente porque nunca lo había experimentado ni visto. Lo sabía a medias.

—S-i —respondió inseguro.

—¿Ah sí?

—Si…eso creo.

—Ya veo —el demonio lo tomo por los lados, acariciándolo lentamente, delineando la figura que por la túnica apenas y se podía notar. Jaejoong se sorprendió por la acción, un tanto incomodo pero a la vez emocionado de lo que Yunho lo hacía.

Oh si tan solo lo supiera…

Yunho pensaba ahora en más que solo besos y ahora que lo meditaba, hacía tiempo que no había hecho nada particularmente lujurioso (Desde que conoció al ángel exactamente) y como demonio que era, ese tipo de tentaciones humanas lo atraían. ¿Y qué mejor que probarlo con su bello ángel?  

Además eso le servía para que Jaejoong no volviera a preguntar sobre amor…porque ciertamente ese tema lo debilitaba.

—Creo que tendremos que vivir como exiliados…en la profundidad del bosque —el continuo con su seducción, susurrándole en los labios.

—¿Qué dices?

—Sin humanos, sin demonios, sin ángeles que nos perturben nuestra tranquilidad, solos tú y yo ¿No te gusta la idea?

—¿No podremos salir de aquí?

—No por ahora.

—Pero…—Jaejoong se detuvo cuando sintió como el demonio lo agarraba más fuerte, acariciándolo con más pasión. Él tenía que pensar que tal vez ahora Yunho deseaba más de él pero con lo inexperto que era, la idea no se le pasó ni por un segundo por la cabeza.

—Estas en peligro —siguió hablando Yunho, rozando su aliento contra la piel de la mejilla del ángel, tratando de sofocar su voz tanto como fuera posible.

—¿Qué estás diciendo? —Jaejoong se apartó de inmediato pero el demonio lo volvió a acercar a su rostro.   

—Estas en peligro y no solo es por el cielo, también es por el infierno ¿Cómo es posible que causes tanto alboroto sin siquiera intentarlo?

—No te entiendo.

—No lo debes entender…tan solo no preguntes. Te dije que no pensaras—Sin  previo aviso, Yunho dio unas rápidas lamidas al cuello de Jaejoong, haciendo que este se estremeciera y soltara un gemido lastimero, tapándose la boca al instante. Eso se había sentido tan….extraño. Era como sentir los besos pero de una forma diferente. De una forma más prohibida.

—Mmm eso me gusto —se burló el demonio.

—Yunho me haces cosquillas —se rio bajito el ángel, tratando de aparentar que lo que empezaba a sentir solo era un juego. Un juego inocente y nada más.

—No, no, yo te quiero hacer sentir más que cosquillas.

Yunho comenzó a dar chupadas y succiones al cuello de Jaejoong, tomando cada centímetro de piel que podía con sus labios, amando intensamente como la respiración de Jaejoong se volvía irregular y como de su boca comenzaban a salir pequeños sonidos guturales.

—Yunho…Yunho…

—¿Qué sientes ángel?

—Detente, espera.

—Esa no es la respuesta que quiero escuchar.

Lamio con más frenesí, empezando a explorar partes del cuerpo de Jaejoong que nunca había tocado —¿Qué sientes ángel? —Repitió.

Jaejoong no le respondió, él no quería dar una respuesta de como exactamente se sentía.

—¿Ahora entiendes que es la lujuria? Es…

—Pecado.

—Un pecado que podemos cometer juntos —Incito el demonio. Subió lentamente la túnica blanca del ángel, metiendo sus manos debajo de ella y cuando estaba a punto de llegar a su destino, Jaejoong se apartó al instante, formando distancia entre los dos.

—Yunho me asusta…esto me asusta —Jaejoong hablo con el rostro completamente rojo. Era verdad, este tipo de sensaciones lo estaban empezando a preocupar. Ni lo que sentía por Changmin lo habían hecho ponerse de esa manera.

—No tienes por qué asustarte por esto —Yunho bajo sus ánimos de seducción— Más bien asústate por lo que te dije.

—¿Qué estoy en peligro?...¿Es eso?... Si es así… entonces sí creo que deberíamos quedarnos en el bosque.

—Sí, solos tu y yo en el bosque —Yunho se volvió a acercar, susurrándole —¿Recuerdas que te dije que te iba a comer? Yo estoy pensando seriamente en hacerlo…pero no de la manera que tú crees.

Dejándolo completamente confundido, Yunho se alejó del ángel no sin antes brindarle una vez más, una de sus engreídas y al mismo tiempo encantadoras sonrisas. Jaejoong se tomó el rostro, sintiendo como aún estaba caliente.

¿Yunho se va a comportar de esta manera todos los días en que estemos aquí? Pensó.

Oh, iba a ser una semana muy larga.

..

Aunque dormir no era esencialmente una necesidad para ángeles o demonios, muchos lo hacían por mero capricho.  Y era así, como Jaejoong y Yunho estaban en estos momentos, luego de encontrar una cueva donde “refugiarse” de la vista de CUALQUIER ser sobrenatural.

Y pese a que había intentado todo para volver a conciliar el sueño, el ángel Jaejoong aún no había podido lograrlo luego de que se despertara producto de una pesadilla. Una pesadilla que lo había dejado con una gran inquietud en el alma.

—Qué extraño…—él susurro. Se suponía que los ángeles no tenían pesadillas ¿Por qué él experimentaba una? ¿Por qué justo él?

Y no se trataba de una pesadilla cualquiera…era un sueño que involucraba a Changmin y Yunho, el humano y el demonio que le habían dado a su vida un giro de 360 grados.  Fue algo abstracto, confuso pero aun así Jaejoong distinguió que dentro de su sueño pasó algo malo. Algo muy malo. Algo que lo hizo despertarse de golpe.

Mirando a Yunho dormitar a su lado, Jaejoong pensó que tal vez necesitaría salir a aclarar su mente para lograr de nuevo descansar.  Además, el haber estado días encerrado en el infierno le había creado una sensación de claustrofobia que necesitaba con un paseo liberar.

Con cuidado de no despertar a Yunho, Jaejoong salió de la cueva, estirando sus alas y volando prevenidamente entre los árboles. Estaba seguro que a esta horas de la noche en la tierra ningún ángel lo vería, aun así, él debía ser precavido, solo por si acaso.

Llego entonces al final del bosque y se instaló debajo de un árbol, mirando el valle de flores frente a él y no muy lejos de ahí, la cabaña donde vivía Changmin. Se sintió tentado a ir hacia la cabaña pero decidió que mejor sería mantenerse alejado, no dando oportunidad que lo vieran.

—Tal vez ya has notado mi ausencia —susurro Jaejoong para sí mismo, refiriéndose a Changmin —o tal vez no —continuo con melancolía mientras seguía observando la casa desde la distancia.

Luego un apretón se produjo en su corazón —¿Por qué si no puedes verme ni hablarme siento este tipo de sentimiento por ti? ¿Por qué no puedo alejar esos sentimientos y dejar que Yunho…? —Jaejoong se detuvo, apretando sus manos contra su pecho —¿Por qué no puedo dejar que Yunho obtenga esos sentimientos? —susurro bajito como si quisiera no decir esa frase. 

Era verdad de que a pesar de sentir algo nuevo por Yunho, Jaejoong no dejaba aun de pensar en Changmin. Y eso le dolía, porque sentía que estaba traicionando a los dos al mismo tiempo. Traicionando su creciente apego por el demonio y traicionando su instalado pero confuso afecto por el humano.

Sin embargo él sabía muy dentro de sí, que los sentimientos que sentía aun no eran lo suficientemente fuertes para decir que era “amor”.

A veces pensaba que más bien se trataba de una mezcla de atracción y deseo ¿Cuál de los dos era?

Atracción por Changmin y deseo por Yunho, o atracción por Yunho y deseo por Changmin, o atracción y deseo por Changmin, o más bien…

Atracción y deseo por Yunho.

“No, tampoco es eso”

Jaejoong sacudió su cabeza, tratando de negar las oraciones de su mente. Aunque él no pudiera darle un significado a sus sentimientos, el sentía que era algo más que atracción o deseo. Que no eran sensaciones tan burdas sino más sentimentales.

No obstante él también se sentía un poco tonto al ser el único quien se estuviera cuestionando y sufriendo por eso, y no el demonio o el humano. Yunho no lo había dejado muy claro pero según sus palabras él le dio a entender al ángel que sin duda sentía un tipo de atracción por él. Aun así, de atracción a amor había mucho trecho y por su respuesta de esta tarde, Yunho no menciono nada sobre amor. Estaba seguro que Yunho ni siquiera pensaba en eso. 

Así que, cual fuera de los dos, Changmin o Yunho, Jaejoong pensó que no importaba, porque ninguno de los dos nunca podría amarlo de la misma manera.

Para los dos era imposible, para los dos… su condición era lo que les impedía.

Jaejoong se recostó en el árbol a su lado, sintiéndose ligeramente desdichado.

—¿Por qué no me pude enamorar de un Ángel? Así seria todo más fácil….

Si hubiera sido así, no tendría por qué escapar del cielo, Si hubiera sido así, no tendría la necesidad de mentir. Si hubiera sido así, no tendría por qué estar pensando en la misma cosa una y otra vez.

Si hubiera sido así, el definitivamente no se estaría sintiendo tan culpable.

Porque “amar” a un demonio y a un humano no es de ninguna manera aceptable para un Ángel, porque es indebido y pecaminoso, aunque pensándolo bien, era sin duda más honorable y correcto amar a un humano que a un demonio.

“Entonces la respuesta es Changmin” pensó el Ángel.

Pero…

¿Qué si Changmin no lo hacía sentirse de la misma manera que Yunho?

Porque Changmin podría estar siempre ahí, pero nunca podría notarlo. Nunca podría escuchar provenir de sus labios alguna frase, algún cumplido, algun consejo…alguna frase dirigida a él. No podía sentir un abrazó, un beso, alguna forma de tacto. Con Changmin siempre tendría un amor unilateral y hasta que Changmin dejara de ser humano, Jaejoong nunca sabría si de verdad lo que sentía por él era amor.

En cambio, con Yunho…

Jaejoong cerró sus ojos, recordando el momento en que conocido al demonio, pasando por las experiencias vividas en los días que habían seguido a Changmin y terminando con los besos que había recibido estos últimos días.

Yunho lo había consolado, Yunho lo había ayudado, Yunho le había prometido no lastimarlo.

En teoría, Changmin, por la única razón de ser humano, era el mas apropiado para recibir los sentimientos de un ángel, pero en la realidad, Yunho era el que merecía ese tipo de sentimientos. 

Jaejoong lo comprendio. 

—Entonces, tal vez, mi lugar es a tu lado, Yunho.

Dijo quedándose dormido junto al árbol mientras los primeros rayos de luz salían por el horizonte.

Quizá Yunho nunca podría amarlo por su naturaleza maligna, quizá Yunho lo dejaría al aburrirse de él algún día pero por lo menos, por ahora, simplemente teniendo en cuenta los actos del demonio…Jaejoong podría fingir que era amado.

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Nota: Espero que la ultima parte de este cap no haya sido tan confusa, porque sinceramente cuando la escribí se me hizo un poco difícil y no se si haya quedado tan bien. Como que tenia la idea pero a la hora de pasarlo a palabras me costo mas trabajo de lo que crei.

Gracias a las personas que siguen el fic y pues comenten jejejeje

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