lunes, 23 de enero de 2017

El Bosque de Daegu - Capitulo 5

Capítulo 5—Sumiso: —Para lograr lo que queremos tenemos que obedecer a quien tiene el control ¿No es así? Tú no tienes el control en esta situación, yo sí. Por lo tanto, tú eres el que tiene que cooperar conmigo.





Aquella noche Yunho tuvo una pesadilla.

Su padre lo había visitado en sus sueños y se había mostrado descontento con su trabajo como Coronel. El hombre percibía que algo tenía frenado a Yunho con respecto a su misión; que aunque su hijo quisiera cumplir las órdenes del Rey, una parte de su alma no se lo quería permitir. Y eso no honraba la memoria del General Jung, el cual siempre había actuado a favor del ejército, mas no con su corazón.  

Despertándose de un sobresalto, Yunho se tocó la frente. Estaba sudando. Su cuerpo también estaba temblando. Se deshizo de sus cobijas y se dirigió a su tocador, queriendo refrescar su cara y olvidar los ojos fríos de su padre que le decían que estaba decepcionado.

Porque así el General Jung estuviera muerto… él podía ver lo que pasaba por la cabeza de su hijo vivo.

Él podía ver lo que Yunho realmente quería.

Y su intención al parecer ya no era destruir el bosque.

Devolviéndose de nuevo a su cama, Yunho se sentó en la orilla y detalló la habitación, la cual estaba siendo iluminada por los rayos tenues del candelabro puesto en su mesa de noche. Miró su estantería y decidió que quizás sería bueno leer un libro para volver a retomar el sueño; para que la imagen de su padre se le borrara pronto de la cabeza.

Escogió un libro cualquiera y cuando se dispuso a leer, su atención fue robada por el ser que dormía plácidamente en la improvisada cama de la esquina, luciendo totalmente ajeno a la inquietud que sentía. Yunho entonces se trasladó a su lado, molesto de ver a Jaejoong tan tranquilo… y él tan en conflicto consigo mismo.

—Tú…

En seguida Jaejoong se despertó al sentir la mirada fría del Coronel sobre él. —¿Q-que pasa? —Preguntó con temor, mientras detallaba mejor al hombre al lado de su cuerpo.

—No es justo que tú seas mi víctima y pese a eso sea yo el que no pueda descansar por la noche.

“¿Qué?” —Ya es suficiente que me atormente todo el día, ¿Ahora también lo hará en la noche?

Sin responder, Yunho desató las manos de Jaejoong y lo instigó a ponerse de pie. Si él no podía dormir… bueno entonces nadie lo haría. —Toma. —Le dijo al coger una escoba y pasársela al joven. —Quiero que barras toda la habitación, que no quede ni una pizca de polvo en el piso al amanecer.

Jaejoong abrió los ojos ante esa petición. ¿Y ahora que le había dado? ¿Por qué lo despertaba en medio de la noche para pedirle eso? ¿Estaba loco acaso? Sin muchos ánimos de ponerse a renegar de nuevo, Jaejoong empezó a barrer de forma muy descoordinada, levantando el polvo de un lado a otro para hacer enfurecer al Coronel. Dormir era lo único que lo mantenía cuerdo en ese cruel encierro, y no permitirle disfrutar aquellas horas de paz, era un atropello que no estaba dispuesto a aceptar.

Al ver lo pésimo que Jaejoong estaba realizando la labor, Yunho le arrebató la escoba, jalándolo después de su camisa. —¡¿Qué no puedes hacer nada bien?!

—¡¿Qué no puede dejarme un minuto en paz?! ¿Por qué me levanta a estas horas a pedirme esta estupidez?

Yunho respiró profundo. —No puedo dormir. Tu existencia no me está dejando descansar. —Respondió con sinceridad.

—No tengo la culpa de que usted me tenga secuestrado.

—¡No es eso!, es que debido a ti… —Yunho decidió guardar silencio antes de decir lo que su propio raciocinio estaba negando. —No hagas preguntas tontas, solo obedece.

—¿Qué yo barra hará que vuelva a conciliar el sueño?

—No, pero al menos no estarás descansando, mientras yo me mato la cabeza con el insomnio.

—¿Si consigo que duerma de nuevo me dejara en paz?

La pregunta inesperada de Jaejoong tomó por sorpresa al testarudo de Yunho. Él quiso decir que no, su orgullo se negaba a recibir ayuda, más sin embargo su cuerpo estresado y sus ansías de descanso, aceptarían cualquier cosa con tal de volver a la tranquilidad.

—¿Y qué piensas hacer? —Le preguntó mientras bajaba la guardia.

—Algo que mi madre solía hacerme.

Sin dar una respuesta clara, Yunho se dirigió a su cama, metiéndose de nuevo entre las cobijas. Jaejoong lo siguió después, sentándose en el borde de la cama, quedando justo al lado del Coronel. No es que Jaejoong deseara ayudar al Coronel con su insomnio, en realidad lo que buscaba era volver a su propia cama. Y si tenía que hacer eso para volver a estar en paz, bueno, valdría la pena el esfuerzo.

Utilizando sus dedos para cerrar los ojos del Coronel, Jaejoong empezó a acariciarle sutilmente la cara, mientras le tatareaba una cancion.

Mientras el color naranja del cielo
El dolor se esparce dentro de mi corazón
El verano terminara de alguna manera, por favor
La temperatura aumenta y quiero que me abrases

Él siempre se había caracterizado por ser un chico hiperactivo, por lo que su madre siempre utilizaba esa táctica para poder hacerle dormir.

Un deslumbrante sol es lo que eres tú
En el sendero de la montaña que esta borroso por el ocaso
La reluciente neblina que va aquí y allá
Solo te refleja a ti
Es la apariencia de un brillante verano
Te quiero…

“Mi madre…” Jaejoong pensó con melancolía. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que vio a su familia. Aunque no lo demostrara, extrañaba a horrores a su madre, a su padre, a sus hermanas… a su querido bosque. A veces pensaba lo feliz que sería al verlos de nuevo, otras veces pensaba si podría ser capaz de verlos de nuevo. El solo pensamiento de perderlos para siempre, hizo encoger el corazón de Jaejoong. Hizo que su fuerza lo traicionara y que de sus ojos comenzaran a brotar lágrimas, inundando su rostro de tristeza y dolor.

—¿Jaejoong? —Yunho le preguntó al abrir los ojos y notar las lágrimas que bajaban por las mejillas del muchacho.

Jaejoong de inmediato alejó su rostro, no queriendo que el Coronel viera lo mucho que lo tenía afectado todo este asunto. —Vuelva a cerrar los ojos. —Le ordenó.

Más sin embargo Yunho no le hizo caso, e irguió medio cuerpo para que su cara quedara a la altura de la cara de Jaejoong. Sin saber por qué, Yunho rodeó con delicadeza el cuerpo de Jaejoong, atrayéndolo a un abrazo ligero como si lo quisiera consolar con su cuerpo. Yunho no sabía de compasión ni de empatía, sin embargo en estos momentos realmente podía sentir la tristeza de Jaejoong. Realmente quería hacer sentir mejor a Jaejoong. No obstante, cuando se separó de su abrazo y prestó especial atención a esos labios rojos húmedos por las lágrimas, sus deseos de reconfortarlo quedaron relegados a un segundo lugar.

La lujuria que comenzaba a sentir por Jaejoong se quedó en el primer puesto. 

—Aléjese. —Jaejoong dijo al secar sus lágrimas y caer en cuenta de la expresión en los ojos del Coronel.  

Pero Yunho no lo escuchó.

—Aléjese.

Yunho seguía sin escucharlo.

—¡Suélteme, ahora!

—Tú no eres el que manda aquí. Así no funcionan las cosas.

—¡Le digo que se ale...!

Cerrando la brecha entre los dos, Yunho presionó fuerte sus labios contra los de Jaejoong, tomando su boca de una manera intensa que hizo a Jaejoong perder el aliento por unos instantes. Yunho chupeteó el labio inferior de Jaejoong con rudeza y cuando este volvió en sí, intentó alejarlo con sus manos libres. Sin embargo, Yunho lo tenía abrazado muy fuerte, comprimiéndolo.

—¡¡¡Suelte… —Jaejoong se las arregló para retirar un segundo sus labios. —…me!!! —Con habilidad, mordió la boca del Coronel, haciendo que este se alejara al instante de su cuerpo.

Llevándose una mano a la boca, Yunho notó como la mordida le había provocado sangrar. De inmediato, fijó su mirada furibunda en el otro y cuando Jaejoong creyó que Yunho lo golpearía o le volvería a gritar, este no hizo más que empujarlo lejos y refugiarse furioso entre sus cobijas.

Totalmente rojo y con el corazón palpitándole a mil, Jaejoong se devolvió a su pequeña cama. Con sus dedos palpó sus labios que se encontraban húmedos por el encuentro. Pero no solo era humedad, la sangre del Coronel también había quedado sobre su boca.

La esencia del Coronel había quedado impregnada en él.



..



—No estoy conforme Coronel Jung. De hecho, me estoy impacientando.

Pronunció el Rey al sentarse en su gran trono, una mañana en la que citó a Yunho para discutir los avances de su intrusión al bosque. Por supuesto, el Rey no estaba contento. Faltaba una semana para que se cumpliera el mes y aun ese bosque no había sido destruido. No sabía que sucedía, no sabía porque se le estaba dificultando tanto al Coronel, y si seguía continuando esa situación… bueno, alguien tendría que pagar.

Alguna cabeza tenía que rodar.

Y esa era la del Coronel Jung.

—Su majestad, solo pido un poco más de tiempo. He estado planeando un ataque que nos permita atacar el punto débil de los guardines del bosque.

—¿Y cuándo será eso? Porque desde hace rato debieron haber iniciado tal ataque.

—El bosque no es un lugar fácil de tomar su majestad. Créame que mis hombres y yo…

—¡Al diablo con tus excusas Yunho!

De repente, el Rey gritó haciendo que Yunho cerrara la boca.  —¡Si no eres capaz de cumplir esto, debiste habérmelo dicho antes de que te encargara esta misión! En este momento, hay soldados muchos más capaces que tú y que no les tiembla la mano para realizar sus labores.

Yunho mordió fuerte su boca ante esas palabras. Lo que le faltaba, no solo Jaejoong lo rechazaba y le contradecía cada vez que se le daba la gana, sino ahora también el Rey dudaba de sus capacidades como líder del ejército. Estaba realmente tan cansado. Todo ese asunto lo tenía estresado y a punto de querer tirar la toalla. Pero su orgullo no lo dejaría. Él sabía muy bien que no lo haría. —No podemos desgastar al ejercito con ataque tras ataque que no de resultado. Debe ser un ataque contundente, seguro. Por eso requiere tiempo en armarse.

—Pues será mejor que aceleres ese tiempo, no vaya a ser que decida darle tu puesto a otro oficial más competente… —El Rey advirtió, mientras se levantaba de su trono y se disponía a mirar por el ventanal. —Yunho yo en realidad creí que eras apto para este puesto, creí que me mostrarías los primeros resultados en la primera semana… pero hasta ahora no has hecho nada. Ni un simple ataque. Que decepcionado estoy de ti.

Yunho bajó su cabeza al oír esas palabras. Tal como el recuerdo de su padre la noche anterior, el Rey también se mostraba decepcionado de él. Toda su vida, Yunho se había acostumbrado a recibir elogios por su mano dura, no comentarios inconformes y miradas de desilusión a su capacidad como líder.   Oír tales quejas lo herían profundamente. Herían todo su esfuerzo, años de dedicación al ejército.

Herían su enorme orgullo.

Así que sin pensarlo, Yunho abrió su boca, decidido a contarle al Rey lo que había conseguido estas semanas. Tal vez así, el Rey dejaría de menospreciarlo, aunque las consecuencias que acarrearía esa revelación era algo que Yunho no contemplaba. —Su majestad, hay algo que debe saber. Nosotros… tenemos a un prisionero de guerra bajo nuestro poder.

El Rey alzó una ceja. —¿Qué? ¿De quién se trata?

—Se trata del hijo menor de la familia del bosque. Él era el que nos causaba más problemas, sin él en medio podemos iniciar un ataque más contundente.

El Rey se volvió a sentar en su trono, sorprendido y al mismo tiempo ofendido por tal noticia. —¿Por qué no me lo había informado antes?

—No… No creí que fuera necesario su majestad.

—¡Claro que es necesario! ¡Yo soy el más interesado en toda esta misión! ¡Tú ni siquiera estarías metido en todo esto si yo no te lo hubiera encomendado! ¡¿Qué derecho crees que tienes en ocultarme algo como eso?!

—El derecho de ser el líder y mente de esta misión. —Yunho irguió su pecho, enfrentándose al Rey. Él podía ser sumiso ante su majestad, aun así, cuando alguien se atrevía a meterse en sus decisiones como Coronel, él estaba dispuesto a defenderse. —Usted lo ha dicho muy bien, usted me encomendó esta labor, por lo tanto soy yo el que tiene el poder de tomar las decisiones e informarlas cuando crea prudente.

Ante eso, el Rey suspiró profundo, no deseando pelear contra la obstinación de Yunho. —Y bien… ¿Qué tienes planeado con el rehén?

—Vamos a proponer un intercambio: Su vida o el bosque.

—¿No dijiste que era el que más causaba problemas? No es muy beneficioso para nosotros liberarlo después, corriendo el riesgo de que pueda volver a atacarnos. Creo que lo mejor es eliminarlo…

A Yunho de repente se le atoró la saliva. —¿Qué?

—Elimínalo y así los demás sabrán que con el Rey no se juega.

—Según el plan no lo debemos eliminar… no aun.

—Pues te ordeno que lo hagas. Ya me desobedeciste lo suficiente no contándome sobre la existencia de ese prisionero, no te atreverías a desobedecerme de nuevo, ¿O si Coronel Jung?

El Coronel no pudo objetar nada contra eso. Al fin y al cabo, él estaba a órdenes de su majestad, aun así, la idea de matar a Jaejoong le provocaba zozobra. Él quería que Jaejoong siguiera a su lado, no quería deshacerse tan pronto de él. Dentro de sus planes personales no contemplaba tener que matar al joven, por lo que esta vez no estaba muy seguro de poder cumplir las órdenes.

No obstante… ¿Era capaz de contradecir lo que le mandaba su alteza?...

—Lo matare cuando sea conveniente, su majestad.

…No, no lo era. Tragándose su descontento, Yunho dijo esas palabras que le causó hasta dificultad pronunciar.

—Entonces que sea lo más pronto posible. —El Rey dijo en cuanto su furia inicial se apaciguó. —Y Yunho una última cosa… Que no me entere que me has vuelto a ocultar algo, porque si es así… bueno, no tendré la misma consideración que esta vez.  

Brindándole una leve reverencia, Yunho se marchó de los aposentos del Rey con un millón de cosas en su cabeza. Parecía que de un tiempo para acá, todo le estaba saliendo mal y no entendía porque el viento estaba soplando ahora en su contra. Necesitaba un trago, necesitaba relajar su mente, necesitaba a alguien que le dijera que todo estaría bien.

Necesitaba un beso; un beso dulce y delicado el cual le hiciera olvidar sus pesares.

Y él sabía dónde y cómo conseguirlo.



..


Al caer la noche, Yunho se demoró un poco más en llegar a su morada.

Cruzado de piernas sobre la cama del Coronel, Jaejoong repasaba y repasaba en su cabeza el suceso que había acontecido la anterior noche, el cual lo tenía en conflicto consigo mismo. Y es que aunque no lo reconociera, ese beso lo había cohibido. Era ridículo que un beso lo hubiera intimidado más que un golpe o una amenaza de muerte, pero es que jamás había experimentado algo así en su vida, y solo sentir la boca del Coronel Jung sobre la suya, le hizo sentir cosas inexplicables.

Cosas que nunca creyó poder sentir en su cuerpo.

¿La razón por la cual Yunho sintió deseos de besarlo? No la sabia, por más que intentaba sacar una explicación, ninguna cosa parecía lógica. No creía que el Coronel tuviera deseos por él; si lo besó debió ser para ridiculizarlo de una manera extraña.

Si, debió ser eso.

La puerta se abrió de manera súbita después, revelando a un poco lucido Yunho quien venía con tragos encima. Al verlo, Jaejoong se estremeció en su puesto ¿Qué pasaría ahora?

Ignorando totalmente la presencia del otro, Yunho se sentó en su cama y comenzó a despojarse de sus prendas, para ponerse algo mucho más cómodo. Jaejoong quiso preguntarle si estaba bien, pero luego se retractó, pensando que ni siquiera debía preocuparse. A continuación, Yunho se recostó en la cama y cerró brevemente los ojos. Luego, al abrirlos de nuevo, lo único que hizo fue fijar su atención en Jaejoong a su lado. El más joven desvió la mirada. 

—¿Dónde aprendiste esa rebeldía, eh? No he conocido a nadie que sea más obstinado que tú. —Yunho susurró de la nada, reflexionando más consigo mismo que hablando con Jaejoong.

El pelinegro se quedó pensando en esa pregunta. De verdad no lo sabía. Tal vez era porque era el único varón entre sus hermanas, que él sentía esa necesidad de ser diferente. Sus hermanas eran pulcras y muy buen portadas, él en cambio siempre había sido el busca problemas de su familia. —No me gusta que me digan que hacer, es todo. —Jaejoong respondió rato después, mientras pegaba sus rodillas contra su pecho.

Yunho soltó una sonrisa amarga. —A nadie le gusta que le digan que hacer, solo que a veces… la misma vida hace que obedezcas los deseos de otros.

Jaejoong frunció el ceño por esas palabras. ¿Acaso Yunho estaba entablando una conversación con él? Debía ser por la embriaguez. Claro, debía ser eso. —Pues así la vida lo imponga, yo no me voy a dejar mandar.

—Eso dices ahora. —Yunho enderezó medio cuerpo y se recostó en el espaldar de la cama. —Pero la vida es mucho más difícil. No lo entiendes porque toda tu vida has vivido encerrado en ese bosque. Para lograr lo que quieres o para evitar algo, tienes que obedecer a alguien por encima de ti. No hay escapatoria de eso.

—¿Por qué me está diciendo esto? —Preguntó Jaejoong al no entender de donde venía tal discurso. ¿Por qué Yunho estaba tratando de razonar con él?

¿Acaso quería algo?

—Tengo órdenes de matarte. —Dijo Yunho de la nada, haciendo que Jaejoong abriera en demasía los ojos. —Si cooperas quizá tenga un poco de compasión.

—¿Cooperar con qué?

Yunho se acercó al pelinegro. —Cooperar conmigo.

Jaejoong no pudo objetar nada, porque sintió a Yunho colocarse encima de él, y presionarlo contra la cabecera de la cama. La vista de Yunho viajó entonces por todo su rostro, como si lo estuviera saboreando con la mirada.
Jaejoong se empezó a sentir muy incómodo. —¿Qué es lo que quiere de mí?

—Para lograr lo que queremos tenemos que obedecer a quien tiene el control ¿No es así? Tú no tienes el control en esta situación, yo sí. Por lo tanto, tú eres el que tiene que cooperar conmigo.

—No puede esperar que yo cooperé si me tiene secuestrado de esta forma.

—Por eso es más sabio que lo hagas. No es inteligente retarme cuando tienes todas las de perder, más aun cuando está en juego tu vida, tu familia y tu adorado bosque. Me he pasado tu mal comportamiento todo este tiempo, pero no aseguro que más adelante lo haga. Piensa bien Jaejoong. Después de todo tú eres mi prisionero y no puedes hacer nada para detenerme. Si quisiera podría incendiar todo el bosque por lo mucho que me has hecho enojar…

Jaejoong mordió sus labios ante eso. Era verdad, si seguía comportándose de esa manera, quizá terminaría pagando las consecuencias. No debía ser egoísta, tal como el Coronel decía, su familia también estaba en juego. Jaejoong no soportaría si su desobediencia fuera la culpable de que les pasara algo. No quería pero él sabía que tenía que tragarse su orgullo y cooperar, así fuera un poco con ese insoportable oficial. No había de otra.

Después de todo, las palabras de Jung eran verdad: Tarde o temprano las circunstancias hacen doblegar hasta el tronco más firme.

—¿Entonces qué quiere que haga? 

Dándose por vencido finalmente, Jaejoong preguntó de mala gana, haciendo que Yunho sonriera por su pequeña victoria. Bingo, ahora si lo tendría a su merced. —Mi Coronel. Desde ahora en adelante me llamaras “Mi Coronel”.

Jaejoong apretó la boca. —¿Entonces qué quiere que haga, Mi Coronel?

—Quiero que enmiendes lo que hiciste anoche. —Yunho se presionó más contra él. —Quiero que me beses. —Le dijo sin quitarle la mirada.

Jaejoong de inmediato arrugó su rostro. —No…No quiero.

—¿No quieres?

—Usted tiene una prometida. ¿La va a engañar?

Yunho dejó escapar una risotada. —Ah sí claro, mi prometida. Una esposa que yo nunca pedí…

—¿Qué?

—¿Lo harás o no?

“¡De ninguna manera!” Jaejoong quiso decir, más sin embargo él entendía que no era prudente desobedecer, no cuando el Coronel ya había amenazado de lastimarlo a él o a su familia si no cumplía sus caprichos.

A continuación, Jaejoong posicionó ambas manos detrás del cuello de Yunho, y se quedó estático unos momentos, sin intenciones de querer subir hacia los labios de este. Aparte de no desearlo, Jaejoong no sabía muy bien como dar un beso. Nunca lo había visto ni experimentado, de hecho, el encuentro de la noche anterior, era la experiencia más cercana que había tenido respecto al tema.

Yunho se empezó a impacientar. —¿Qué? ¿No lo harás? —Le preguntó mientras levantaba medio cuerpo y se apoyaba con sus manos en el colchón.

Jaejoong soltó un bufido.

—Bien, si no estás dispuesto a cooperar me temo que…

Las palabras de Yunho fueron silenciadas, cuando los labios de Jaejoong lo tomaron por sorpresa y lo hicieron cerrar sus ojos lentamente. Jaejoong se mantuvo presionado contra Yunho unos largos segundos, sin saber bien qué hacer con sus labios y solo fue, cuando a Yunho se le ocurrió abrir un poco más la boca, que Jaejoong comprendió que debía hacer a continuación. Succionando uno de los labios del moreno, Jaejoong fue encontrando la manera de besarlos y conseguir el ritmo perfecto. Yunho le siguió la corriente, chupando al mismo tiempo que el pelinegro lo hacía mientras se relajaba con los sonidos húmedos que hacían sus bocas, cada vez que se encontraban. La sensación era placentera, Yunho no lo podía negar, de hecho lo estaba disfrutando a montones.

Cuando Jaejoong decidió que ya era suficiente, se alejó unos centímetros, sin pensar que Yunho no estaba dispuesto a dejarlo ir tan pronto. Sin permitirle escapar, Yunho lo abrazó y lo hundió completamente sobre la cama. El beso se volvió más intenso y a Jaejoong le comenzó a faltar el aire, por lo rápido que Yunho estaba yendo.

—¡Uhm!

Jaejoong gimió cuando al fin pudo zafarse de las garras de Yunho. Como pudo, se escurrió de debajo de él y se acostó a un costado de la cama dándole la espalda. Yunho, por otra parte, tan solo se recostó boca arriba en el mismo lugar, limpiándose con su pulgar los restos de saliva de ambos, que habían quedado sobre sus labios. Se sentía dichoso. Completo. Para él, que todo su mundo había girado siempre en torno a la guerra, un beso era algo jamás experimentado. Algo incomparable. Verdaderamente nunca pensó que se sentiría tan complacido con solo probar unos labios.

Y los labios de su rebelde prisionero eran lo mejor que pudo haber probado.
Satisfecho, Yunho aseguró con una soga la muñeca de Jaejoong a la cama y luego se echó a dormir, pensando que le gustaría acabar siempre sus días con un beso de buenas noches.




..


Nota: Se que dije que estaba bien, pero no no lo estoy T.T estoy pasando una depresion de DB5K muy fuerte, la mas fuerte que he tenido en seis años de venir siguiéndolos. Me siento muy impotente frente a esta situación. Lo unico que me anima es recibir comentarios de este fic :( por eso trato de actualizarlo seguido para no perder la inspiracion.

Espero que les haya gustado este cap,  <3 hubo beso +.+ <3 y habrá mas en los siguientes. Esperenlos..

Y espero tambien que me pueda curar de esta depresion shinki, aunque no se si podre...

ah...Always keep the faith...


8 comentarios:

  1. Se está poniendo interesante la historia.
    Sobre la depresión??? Xq...Es normal q la gente tenga q hacer ciertas cosas y x ende tiende a dejar a personas atrás pero no significa q las dejé en el olvido o q deje de quererlas...No comas ansias, estoy segura q en algún momento habrá un reencuentro entre ellos tal vez no público pero han vivido tanto juntos estás 5 personas (dioses) q su cariño no es fácilmente olvidado entre ellos mismos siempre serán nuestros Dioses

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  2. Me gustó este capítulo. Y ahora pregunto... Cuando habrá lemon? *-*
    XD
    Espero q Yunho no haga daño a Jaejoong. Gracias por escribir esta maravillosa historia y no te deprimas porque haras que me sienta igual u.u
    No te rindas, que ellos necesitas nuestro apoyo.
    Estaré esperando actualización. Fighting! :)

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  3. no creo que Yunho lastime a Jae al contrario el cuidara de el y su familia pues nomas le dijeron que se deshiciera de el y se puso hasta las chanclas pues Yunho esta enamorado de Jae nomas que no se da cuenta por que el nunca se a enamorado espero que pronto se de cuenta de ello y pueda ser feliz con Jae y luche con el en contra de ese rey que los quiere sacar de su bosque
    Gracias
    espero que te sientas mejor pronto y que tu depresión pase y seas de nuevo muy feliz

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  4. Por fin se darán cuenta de que estan enamorándose el uno del otro y Yunho tendra que elegir a quien va a proteger.
    Sobre tu depresión creo que tod@s los fans de los shinkis nos hemos sentido asi en algún momento, y lo que nos mantiene es la fe dr que más allá de ser miembros de un grupo ellos forjaron una gran amistad y siento que aún ahora lo siguen siendo, quiza no tanto como antes pero aún queda el sentimiento.

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  5. Me encanto el capitulo, muchas gracias. Sube el ánimo anda un rumor YJ~

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  6. Muchas gracias por todo tu esfuerzo , hace 3 años igual me vino una depresion horrible por la cancelación del concierto de TVXQ en mi pais 😭😭😭😭😭😭
    no importa si es aqui o en japon, corea pero yo los ire a ver .
    Gracias tu historia es fantastica :)
    Ya quiero leer mas muchas gracias por todos los capítulos, quiero mas besos 😁😍❤❤❤❤

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  7. Omo!!! Beosoo!!!

    Pero que rey mas malvado X-( el que debería desaparecer es él.

    Ahora que va pasar con Yunho y JaeJoong? ...seguiré leyendo!

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  8. Que mugre es el rey, nada más matenlo y ya... Afortunadamente creo que Yunho no lo hará a sucumbido al hermoso Jae y eso que apenas lo beso, que será si ocurre otra cosa, se levanta en armas y hace golpe de estado y solo por un beso. 😘 😍🤩😆

    Gracias!!! ❤️💕💞

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