sábado, 30 de diciembre de 2017

Niños de Ciudad II: Capitulo IV

Por sus palabras, Yunho solo pudo respirar profundo. La explicación, en vez de aclararle dudas, solo lo dejó mucho más confundido. Los posibles motivos por los cuales Jaejoong estaría interesado en contactar a un jefe de la mafia eran difusos. Yunho no pudo evitar que su lado protector saliera a relucir en ese momento. Para ser honesto, le preocupaba, le preocupaba pensar que Jaejoong estuviera buscando a aquel sujeto. Le provocaba temor, y aunque él sabía y se repetía segundo a segundo, que lo que le pasara a Jaejoong no era asunto suyo, él no podía evitar sentirse consternado.

Así que debía continuar con su averiguación, para estar seguro porque Jaejoong buscaba con tanta fijación a Lee Sooman.

General, deme por favor la dirección de esa casa, creo que es importante que la tengamos presente.


..

Capítulo IV: “Así que tú y Yunho…” El Jefe lo observó con fijación. “Que linda familia feliz”




Jaejoong jadeó al doblar sus brazos para subir sobre la barra y luego dejarse caer de nuevo. Lo intentó hacer otra vez, pero sus manos se resbalaron e hicieron que cayera sentado en el pasto. Era la decima vez que le pasaba, era obvio que no lo iba a lograr, así que el General soltó un suspiro y decidió dejarlo descansar.

10 minutos.

Le dijo y luego se marchó hacia el interior de la casa.

Cansado, Jaejoong se recostó sobre el pasto, a sabiendas que Yunho estaría de pie, vigilándolo, tal como lo había estado haciendo la última semana en sus entrenamientos con el General.

Jaejoong enderezó su torso para hablarle. Su presencia le fastidiaba. ¿Qué acaso no descansas?

Yunho lo miró serio. No lo necesito.

Pero yo si quiero hacerlo, así que déjame en paz.  

Mas sin obedecerlo, Yunho se quedó allí, observándolo, pensando en la conversación que había tenido tanto con la señora Choi como con el General. Los últimos días, su mente solo había estado ocupada en Lee Sooman y en la posible relación que este tendría con Jaejoong. Estaba claro que el tema no lo había podido olvidar y por el contrario, entre más lo pensaba, mas se le aumentaba la intrigaba.

Quería saciarse la curiosidad y él sabía muy bien que la única forma de hacerlo era preguntándole a Jaejoong.

Aunque no creía que fuera fácil sacarle información.

De todos modos lo iba a intentar.

¿Sabes? Hace unas noches visite a la señora Choi en el hospital… Comenzó de una forma tranquila, sin querer evidenciar las pretensiones que tenia atrás.

—¿Ah sí? —Jaejoong arqueó una ceja. —¿Y cómo esta ella?

Yunho endureció su cara. —No seas cínico, que si no fuera por tu culpa no estaría allí.

—Tampoco fue para tanto, ni siquiera le di la dosis completa.

Y además sales con esas excusas. Yunho bufó, desviando la mirada. Todo por quererla robar.

No podía simplemente sentarla en una silla y esperar que no me impidiera hacerlo. ¿O sí?

¡La pudiste haber matado!

¡Estas siendo exagerado!

¡¿Exagerado como cuando unos maleantes le dispararon a mi madre por un bolso?!

El grito de Yunho hizo que Jaejoong apretara los labios y decidiera quedarse callado. En realidad, él no había tomado en cuenta la historia de la madre de Yunho cuando dijo esas palabras. La había olvidado por completo y ahora se sentía sinceramente mal. Estuvo tentado a pedir disculpas, pero su orgullo no le permitió. Quizá lo más sensato era no decir nada más.

Yunho, al ver que había perdido la compostura y que involuntariamente había cambiado el rumbo de la conversación, decidió tranquilizarse, queriendo  retornar a su objetivo principal. —El punto aquí es que no te cuento esto para que te enteres de su estado; te lo cuento porque la señora Choi me dijo algo que me dejo pensativo. Algo que tú le preguntaste.

Al escuchar eso, Jaejoong pudo presentir a donde Yunho quería llegar. ¿Acaso él sabía de…?

Ella dijo que tu le preguntaste sobre el paradero de un hombre, tú le preguntaste si conocía a Lee Sooman. Esta vez Yunho fue directo, sin rodeos y la expresión anonadada de Jaejoong le hizo saber que la mujer no había estado alucinando cuando le contó aquella historia. ¿Por qué buscas a ese hombre?

Nervioso, Jaejoong miró un instante al piso, jugando con sus dedos. ¿Lo conoces? Preguntó con escondida ansiedad. No quería evidenciar que en realidad no tenía ni idea quien era Lee Sooman, ni para que mierdas lo buscaba. 

Respóndeme tu primero.

No te diré por que lo busco.

Entonces no te diré lo que sé de él.

De inmediato, Jaejoong se levantó del suelo, acercándose. —¡¿Entonces si sabes de él?! ¡¿Qué sabes de él?!

Sonriendo por la reacción, Yunho supo que lo tenía en la palma de su mano. —Ya te dije que no te lo diré si no me dices primero por que lo buscas. ¿Por qué le preguntaste a la señora Choi si lo conocía? ¿Por qué le preguntase sobre su ubicación? ¿Acaso esa fue la razón por la que entraste a esta casa?

Ante el montón de preguntas, Jaejoong solo pudo exhalar fuerte, debatiéndose si debía contarle o no. La cuestión era que no quería revelarle a Yunho que no tenía ni idea porque lo buscaba, y tampoco quería comportarse amable para sacarle la información. Solo quería satisfacer la duda que lo había estado acompañado todo este tiempo desde su llegada a Gwanju. Quería saber quién era aquel misterioso hombre.

Y por fin entender porque su Jefe estaba tan obsesionado con él.

De manera que, viendo que no tenía más opciones, Jaejoong decidió contar la verdad. No lo busco yo, lo busca mi Jefe y no sé ni quién es. Ha estado molestando con eso desde antes de llegar a esta ciudad.

Por la revelación, Yunho se mordió la boca. No pareció complacido en saber que todo esto se debía al Jefe. —¿Así que buscas a un hombre sin siquiera saber su identidad?

—El Jefe no ha querido revelarme nada.

—Y claro tu tan servicial con TU Jefe. Haces lo que te pida con tal de tenerlo satisfecho, aunque ni tú mismo sepas porque lo haces. Eso debe ser por lo mucho que lo amas…

—¿Puedes dejar eso? ¿Puedes dejar de inferir que yo estoy con el Jefe porque lo quiero?

¿Entonces porque más es? ¿Por qué sigues con él si no es porque lo amas?

Esa pregunta… Jaejoong no tenía la respuesta.

Después de tantas injurias, tantos maltratos, después de lo que le hizo en el pasado; Jaejoong aun no sabía porque seguía al lado de su Jefe. Y no es que no se hubiera intentado ir antes, de hecho en el transcurso de esos años, se había escapado un par de veces, hasta con éxito; no obstante él Jefe siempre lo terminaba encontrando; Jaejoong siempre terminaba regresando a su lado. Así que se acostumbró, se acostumbró a estar con él y a conformarse a la vida que siempre le tocó. Ya no le debía lealtad, ni obediencia; su acompañamiento se debía mas a un tema de conveniencia.

De cotidianidad.

De resignación.

Porque no tengo a donde ir.

Jaejoong llegó a la conclusión, luego de pensar en todo el tiempo que había seguido con el Jefe. Lo odiaba pero así mismo seguía con él. Era una relación tan complicada, que estaba seguro que nadie entendería.

Menos el mismo Yunho.

Y por aquella respuesta y la cara triste que reflejó Jaejoong, Yunho no pudo objetar nada. Incluso algo dentro de sí le dijo que eso era cierto, que Jaejoong le estaba hablando con el corazón. Con honestidad. ¿No has abandonado al Jefe porque él es como tu sustento? Preguntó ahora con más calma, sin ánimos de pelear.

Jaejoong lo miró con ojos vidriosos. Él es lo único que yo he conocido en esta vida Yunho. Para bien o para mal, él siempre ha estado ahí. Pero eso no quiere decir que yo le tenga todo mi aprecio. Es un maldito, me ha causado dolor… me separo de ti…

Eso no es…

¡Es así Yunho! Jaejoong gritó y dos lágrimas corrieron por su cara. Yo nunca te engañe con él, eso solo fue una mentira que él inventó para separarnos. Si, no te lo voy a negar, estuve enamorado de él, incluso mucho antes de conocerte, pero eso sentimiento desapareció cuando apareciste, cuando él me mostró que no era más que un desgraciado. 

Sabía a verdad, todo lo que Jaejoong decía sabia a verdad. El instinto de Yunho instigaba que esas palabras no eran mentira, que Jaejoong no estaba jugando uno de sus juegos o interpretando uno de sus papeles. Que hablaba con sinceridad, como si ese discurso hubiera estado guardado por mucho tiempo y al fin tuviera el alivio de confesarlo.

Aun así su raciocinio no le dejaba creer. —No me digas esto ahora Jaejoong, no cuando he sufrido tanto por ti. Su voz quebrada y sus lágrimas a punto de salir lo delataron. Él estaba a punto de perdonarlo.

—¿Sufriste por mi Yunho? ¿Enserio? Jaejoong habló incrédulo, sarcástico. ¿No te pesó dejarme así como si nada? ¿Con el corazón destrozado y sintiéndome como lo peor del mundo?

Estaba herido, tú me engañaste para acercarte a mí. Me hiciste creer que querías ser mi amigo, cuando lo único que querías era obtener alguna información que debilitara a mi pandilla.

La mirada de Jaejoong perdió fuerza. Lo hice, fui estúpido, lo siento. Lo hice por el Jefe y por mis amigos. Pero luego yo me di cuenta lo buena persona que eras y lo bien que me la pasaba contigo. Yo…

Me fui enamorando de ti.

En ese mismo instante, el General apareció de nuevo y ambos chicos tuvieron que limpiarse las lágrimas las cuales ya habían comenzado a salir. Jaejoong miró a Yunho con ojos rojos y después continuó con el entrenamiento, mientras que el otro se excusó para poder ir al baño.

Necesitaba desahogarse, necesitaba pensar y lo único que quería era estar a solas.



..



Se aproximó a la ventana y ojeó por entre las cortinillas de la persiana. Allí estaba ella, la anciana misteriosa, escondiéndose detrás de un muro. Bingo. Emocionado, Junsu despertó a Yoochun, quien desperdigado en la cama, dormía con el rostro aplastado contra el cojín. Lo sacudió un par de veces y cuando este por fin abrió uno de los ojos, Junsu le informó las buenas nuevas.

Esta abajo” Le susurró al oído. Yoochun pego un salto de la cama.

¿Esta el Jefe? Fue lo primero que preguntó al ponerse una camiseta y sus botas color tierra.

Salió temprano dizque a comprar cigarros. No creo que vuelva sino hasta pasado el mediodía.

Yoochun asintió por eso y luego se dispuso a salir del apartamento junto a Junsu. Ya afuera, los dos muchachos bajaron las escaleras y se escondieron muy hábilmente para que la mujer no se diera cuenta que estaba siendo espiada. Cuando intuyeron que ella se iría, ellos la rodearon contra una pared, acorralándola.

Hola, ¿Me recuerda? Junsu se presentó.

Fue en un tono amistoso, pero la señora no pudo evitar sentirse cohibida. ¿Quienes son ustedes? Preguntó con cautela.

Somos amigos de la persona a la cual busca. Esta vez le respondió Yoochun.

La señora agudizó su mirada al reconocer al chico de facciones redondas. Era el mismo muchacho que le había abierto la puerta la vez pasada, en el apartamento donde estaba Jisung. ¿Acaso ellos eran cómplices de ese hombre? ¿Venían a intimidarla? Usando el paraguas en su mano como escudo, la señora se puso a la defensiva, no dejando que aquellos dos muchachos se le acercaran ni un centímetro más. Váyanse, les aseguro que si no me dejan en paz, gritare.

Junsu y Yoochun se miraron confundidos. No venimos a hacerle daño, venimos a averiguar porque quiere conocer a nuestro hyung. Junsu explicó, tratando de mostrarse inofensivo para que la señora pudiera calmarse. Confié en nosotros.

¿Ustedes que son de Jisung?

¿El Jefe? Yoochun inquirió. Trabajamos para él desde hace muchos años.

Entonces no veo la razón por la cual tendría que confiar en ustedes. Apuesto que él los envió para callarme o peor, para matarme.

Junsu negó aterrado con la idea y Yoochun solo emitió un suspiro, sabiendo que su reacción era totalmente comprensible si antes había sido amenazada. Mire señora, como le dije, trabajamos para Jisung pero no somos sus aliados. Somos amigos de Jaejoong y queremos saber porque lo busca. Si confía en nosotros, hasta puede encontrarlo más rápido sin que el Jefe se tenga que enterar, ¿No le parece eso una mejor opción?

Por las palabras de Yoochun, la señora pareció tranquilizarse y cuando ellos creyeron que ella al fin bajaría la guardia, ella se las arregló para arrojarles el paraguas abierto en la cara y correr lo más rápido que su edad le permitía. Junsu y Yoochun no tuvieron más remedio que observarla mientras desaparecía por las calles del vecindario.

Al parecer conversar con ella iba a resultar más difícil de lo que inicialmente pensaron.



..



Con las piernas adormecidas y las plantas de los pies agonizando de dolor, Jaejoong se sentó en el andén frente a la casa de los Choi. El acumulado del entrenamiento de la semana le estaba cobrando factura, y hoy precisamente, el General le había concedido un permiso para que pudiera pasar el fin de semana con su “familia”. Pff, si supiera él que su supuesto “padre” no era más que su titiritero y que sus “hermanos” no compartían su sangre, aunque casi lo eran.

Cansado, Jaejoong barajó todas las opciones que tenia para llegar al apartamento donde se estaban quedando. No estaba muy lejos, podía caminar, sin embargo sus piernas estaban tan adoloridas, que estaba seguro que solo le responderían a lo mucho la mitad de una cuadra. No pasaba transporte público y tampoco traía consigo dinero para pagarlo. Quizá lo único que podía hacer era esperar que el dolor mermara y emprender camino luego de eso.

Si, esa era lo única opción viable.   

Así que acomodándose en la acera, Jaejoong se preparó para pasar las próximas dos horas sentado en aquella calle, y claro, su plan habría funcionado de no ser porque Yunho pasó justo por el frente, tomando él también camino para su posada.

Jaejoong se percató que Yunho hizo un intento (bastante débil) de ignorarlo, pero su conciencia al parecer lo traicionó y pese a todo le dirigió la palabra:

—¿Qué haces ahí?

Fue lo que le preguntó.

Jaejoong levantó ambos hombros con resignación. Estoy cansado, me duelen las piernas, no tengo dinero y no sé de qué otra forma irme a casa.

Yunho alzó una ceja. ¿Entonces te quedaras ahí sentado hasta que se te pase el dolor?

No tengo otra opción.

El sonido de un trueno retumbó a la distancia. La brisa estaba helada, el cielo gris, era muy probable que lloviera. Yunho suspiró pesadamente. —¿Dónde te quedas?

—En el distrito dong.

—No queda muy lejos de aquí, no hay necesidad de tomar transporte.

—Sí, eso lo sé. ¿Qué parte de no puedo caminar no enten…? —Jaejoong se quedo sin habla cuando vio a Yunho inclinarse de espaldas a él como si le estuviera ofreciendo llevarlo en su espalda. Jaejoong tuvo que refregarse los ojos para saber que no estaba alucinando. —¿Qué…?

Rápido, pronto va a llover y no querrás enfermar. Yunho dijo sin más, sin siquiera ponerse a pensar porque le estaba ofreciendo su ayuda.

¿Me vas a llevar en tu espalda?

Móntate rápido antes de que me arrepienta.

Viendo que no tenía otra alternativa, Jaejoong no renegó tanto y se montó encima de la espalda de Yunho, colocando sus brazos encima de los hombros de este y sintiendo como Yunho pasaba sus brazos por detrás de sus rodillas, para que no fuera a caer. La cara de Jaejoong quedo muy cerca de la oreja de Yunho, dejándole sentir no solo su mejilla contra la parte lateral de su cabeza, sino también su respiración cálida golpear su oreja. La cercanía era tanta que Yunho tuvo que hacer un enorme esfuerzo para ignorarla.

Emprendiendo camino por las solitarias calles de aquel vecindario, Yunho llevó a Jaejoong sobre su espalda, reposicionándolo ocasionalmente cuando sentía que se le resbalaba. La situación era de por sí bastante extraña, así que ninguno de los dos se atrevió a pronunciar palabra durante el recorrido. Cada uno estaba dentro de sus propios pensamientos, ambos nerviosos de establecer un contacto más allá del físico.

Cuando Jaejoong anunció que ya estaban frente a su edificio, Yunho desdoblo sus brazos y Jaejoong posicionó ambos pies en el suelo. Luego se colocó frente a él. —Gracias. Susurró como si le costara. No debiste hacerlo.

Yunho no pareció muy animado a corresponder las gracias. Se dio media vuelta, dispuesto a irse, hasta que la mano de Jaejoong sobre su brazo le hizo voltearse de nuevo.

—¡Espera! Hay algo que quiero decir.

Dilo. Yunho dijo indiferente.

Mirándose por un segundo los pies, Jaejoong levantó su rostro y enfocó sus ojos en aquellos ojos afilados. Lamento lo que dije sobre lo que le hice a la señora Choi. Sé que no estuvo bien, sé que a ti en particular no te gusta cuando la gente roba. Recordé tu historia y ahora me siento arrepentido por eso.

Pese a que las palabras sonaron sinceras, Yunho no estuvo muy inclinado a creerlas. —¿En realidad lo sientes Jaejoong? ¿En realidad estas arrepentido? Porque la verdad no estoy seguro de eso.

Jaejoong se mostró impasible, quizá Yunho tenia razón. —Solo pienso que no es justo. No es justo que algunos tengan todo y otros como yo, no tengamos nada.

¿Y por eso te crees con el derecho de robar a los demás?

Solo estoy tratando de equilibrar la vida. No sabes lo difícil que es.

Claro que sé lo difícil que es. Yunho subió el volumen de su voz. Sé que es estar en la calle, sé que es conseguir tu propia comida y tu techo con gotas de sudor. Yo he vivido lo mismo que tu Jaejoong, la diferencia es que no ando haciendo mal a los demás, no me excuso de mi desgracia para cometer delitos,
Así que no me vengas a decir que no lo comprendo porque…

—¡¡¡¿Cómo te atreves a decir que has vivido lo mismo que yo?!!!

El grito de Jaejoong, desequilibrado y lleno de dolor, hizo a Yunho cerrar la boca. Esta era la primera vez, desde que lo reencontró, que veía a Jaejoong perder la calma. De hecho, si lo pensaba bien, muy pocos veces lo había visto perder los estribos.

—¡¿Cómo te atreves a afirmar que eres como yo?! ¡¿Acaso naciste completamente solo en este mundo?! ¡¿Acaso tuviste que rebuscártelas desde pequeño?! Al menos tu tuviste la fortuna de tener una madre, un hogar, alguien que te amara desde pequeño… en cambio yo… siempre he estado solo, la compañía del Jefe y mis amigos es algo que no se puede comparar, no se comparar al dolor de saber que a tus propios padres ni siquiera les importaste como para abandonarte así.

Ante aquellas palabras, Jaejoong escondió su cara, abatido. El Jaejoong de antes jamás se había mostrado tan perturbado por no tener un hogar, Yunho siempre lo había visto ser fuerte… quizá toda esa actuación de dureza solo se trataba de una máscara para ocultar lo que siempre sintió pero nunca mostro:

El sufrimiento de ser un simple huérfano de la calle.

Lo lamento.

Un paso al frente y Yunho tomó con ambos brazos la cabeza de Jaejoong, acercándola a su pecho para que se pudiera apoyar. Se quedaron en esa posición por unos buenos minutos.

Yunho tu nunca podrás saber lo que he sufrido por no tener a mi mama…

Esas palabras lo quebraron, en realidad dolieron tanto que hasta le hicieron cerrar los ojos a él también. Pronto, sus manos pasaron del cabello a la espalda de Jaejoong y su cuerpo lo acobijó en un abrazo sanador, protector, que quería asegurarle que no importaba el sufrimiento, a veces también podía haber un poquito de consuelo en este mundo desolador. Jaejoong se dejo abrazar por aquellos brazos fuertes, rememorando como en el pasado le gustaba cuando aquel cuerpo lo apretaba contra él. Luego subió su rostro, encontrándose con la mirada conciliadora de Yunho.

Su coraza de disgusto y enfado se desbarato al estar de nuevo tan cerca de él. —¿Yunho… —Él suspiró. —…Aun me amas?

La pregunta cogió a Yunho de sorpresa. —¿Qué? ¿Por qué preguntas eso de repente? ¿No te sentías triste por…?

Respóndeme. Jaejoong lo interrumpió. ¿Aun me amas?

Yunho se tardo unos segundos en formular su respuesta. La verdad era que ni el mismo sabía si aun lo amaba, su cabeza se lo impedía, su corazón lo aceptaba. —Ya paso mucho tiempo de eso Jaejoong. Éramos solo unos niños.

—¿Eso es un no?

—¿Por qué te interesa saber si aun te amo? ¿Acaso no estabas enojado conmigo por supuestamente abandonarte?

Jaejoong chasqueó con la boca. Es verdad, solo tengo la duda.

¿Y qué harías si te lo dijera? ¿Acaso importa ya?

Solo dime.

Pues no, ya no siento nada por ti.

Ok, esa era la respuesta que no quería escuchar, sin embargo… Entonces pruébamelo. Enroscando los brazos por detrás del cuello de Yunho, Jaejoong se anclo a él, acercándolo un poco más. Ya la tristeza se había ido de su cuerpo, ahora lo único que sus ojos reflejaban era determinación, como si estuviera retando a Yunho a demostrar sus palabras. Pruébame que ya no me amas.

¿Qué carajos haces? ¡Quítate! Yunho se sacudió brusco, mas sin embargo no hizo mayor esfuerzo por alejar a Jaejoong. Tal parecía ser que aquella repentina cercanía no le molestaba tanto como su voz quería reflejar. ¿Qué es lo que estás haciendo ahora? ¿Qué es lo que tengo que probar?

Que ya no me quieres.

Bien, ¿Y como se supone que lo probare?

Jaejoong agudizó su mirada. Bésame.

¿Qué? Yunho no podía dar crédito a lo que estaba oyendo. ¿Jaejoong se había vuelto loco o qué? ¿Estás jugando conmigo? Preguntó lo único que se lo ocurrió. No podía concebir como Jaejoong cambiaba de parecer tan volátilmente. Se supone que lo odiaba y ahora quería un beso suyo. Vaya, ya se le había olvidado lo extraño que podía ser Jaejoong.

No estoy jugando contigo, solo quiero comprobar si lo que dices es cierto.

—Pues no lo hare, ni siquiera entiendo porque me pides algo como esto, si tu y yo ya no tenemos nada.

—¿Qué? ¿Tienes miedo? —Jaejoong arqueó una ceja. Una sonrisita artera (de esas que tanto se le facilitaban) se le apareció en el rostro. La verdad él solo le pedía un beso por la única y sencilla razón de saber si Yunho aun tenía sentimientos por él, no tenía otras intenciones detrás de eso…

…o bueno eso era de lo que él se quería convencer. ¿Tienes miedo a que el beso te delate?

Claro que no. Yunho refutó enseguida.

¿Entonces?

Apretándose los labios, Yunho desvió la mirada, meditando si era oportuno o no caer en los juegos de Jaejoong. “¡Apártalo, ignóralo y vete!”  Su raciocinio le gritaba, no obstante, cuando enfocó otra vez su mirada y vio aquellos labios color durazno que tanto lo habían embriagado en el pasado, él tuvo que silenciar su cabeza.

Dejar de pensar con inteligencia, con dignidad, y simplemente obedecer a su estupidez.

¡Uhm!

Jaejoong gimió leve cuando sintió como la boca de Yunho se posó firmemente sobre la suya, quizá demasiado fuerte. Tan rápido como lo sintió, tan rápido lo dejo de sentir. Yunho se aparto en un abrir y cerrar de ojos.

¿Eh? Jaejoong replicó. —¿Solo eso?

¿No querías un beso para comprobar que ya no te amo? Pues ahí lo tienes, ese es tu beso. Saca tus conclusiones.

A Jaejoong le dieron ganas de reírse. No, no estoy pidiendo este remedo de beso. Quiero un beso de verdad… Se volvió a acercar. Y yo sé… que tú puedes besar mejor.  

Jadeando sobre la boca del moreno, Jaejoong abrió sus labios y chupo la boca de Yunho; atrapándola, acariciándola, no dejándole escapatoria. No teniendo opción, Yunho cayó ante sus caricias, siguiéndole el ritmo a la par que sus manos subían y acunaban las mejillas de Jaejoong. No se pudo resistir, esa boca traicionera sabía tan malditamente bien, que ya hasta había olvidado aparentar que no lo amaba.

Porque todo en ese beso, tan dulce y a la misma vez tan hambriento, gritaba a amor.

De repente, alguien a su lado rastrilló su garganta, como si les estuviera informando su presencia. Ambos dejaron ir sus bocas y cuando voltearon, el Jefe los recibió con aquella mirada amenazante tan propia de él.  

Jaejoong se apartó de inmediato, sin embargo no se sintió asustado.

—Sube, ahora.

Le ordenó el Jefe y acto seguido se dirigió hacia las escaleras del edificio. No objetó nada más.

¿Esta es la parte en donde corres a él pidiéndole perdón? —Por supuesto Yunho no desaprovechó la oportunidad para sacar su comentario venenoso; ya que la mirada que les dedicó el Jefe no fue nada más que puro y ardientes celos… o bueno, él lo percibió así.

Al escucharlo, Jaejoong solo pudo bufar en desagrado. —Tienes razón, tú no me amas.

Dándose media vuelta, Jaejoong dejó a Yunho con una expresión confundida y luego subió por las escaleras, totalmente decepcionado por todo lo ocurrido.

Cuando entró al apartamento y vio a su Jefe desparramado en el sofá, con un vaso con whisky en la mano y mirándolo como si lo quisiera matar, supo que no iba a ser fácil lidiar con el problemita que había creado. Opto por aceptarlo todo, tenía hasta pereza de justificarse. ¡Esta bien, lo estaba besando! ¡¿Ahora qué me va a hacer! ¡¿Me va a castigar?! Vociferó mientras levantaba las manos, pero contrario a lo esperado, Jisung no le dijo nada. Es más, parecía como si ni siquiera estuviera prestándole atención. 

Jaejoong se extrañó por eso. —¿Jefe? —Aproximándose, se sentó a su lado, mirándolo con desconcierto. —¿Le pasa algo?

—Creí que hoy lo encontraría, creí que hoy sería el día… —Jisung dijo a la nada; su semblante estaba perdido, su ojo descubierto desorbitado y su aliento apestando a alcohol. —¡¡¡Maldita suerte la mía!!! —Iracundo, arrojó el vaso hacia la pared y Jaejoong se estremeció por el sonido. ¡¡¡¡¿Por qué no puedo encontrarlo?!!! ¡¡¡¿Por qué no me puedo vengar de todo lo que me hizo??!!!

¡¿De qué está hablando?! ¡¿Por qué esta así?! Jaejoong exclamó. ¿Es de nuevo Lee Sooman?

¡¡¡Claro que es Lee Sooman!!! ¡¡¿Creíste que era por tu ridículo romance adolescente o qué?!!!

Bueno, al menos sabía que lo de su beso con Yunho, afortunada y sorpresivamente, había pasado a un muy segundo plano. ¡Dígame entonces que es lo quiere con ese hombre! ¡¿Por qué tanto secreto?! ¡¿Por qué lo quiere encontrar?!

—Porque lo odio, lo detesto con todas las fibras de mí ser, esa es la razón.

Eso no aclaraba dudas. —¿Por qué?

—¡No te puedo decir el por qué!

¡¿Por qué no?!

¡Eso no te importa!

Ante el grito, Jaejoong refunfuñó alto, frustrado al sentirse excluido de la verdad. Luego observó con detenimiento al Jefe, el cual estaba bebiéndose todo el whisky de la boca de la botella. Entonces una idea apareció en su cabeza. Jefe ~ ¿Quiere que le sirva un vaso de soju? Es bueno para el estrés.

El Jefe asintió sin mirarlo, sin sospechar nada.  

Levantándose, Jaejoong fue a la cocina y sirvió todo el soju que pudo en el vaso más grande que encontró. Después se devolvió a la sala, posicionándose de nuevo en el sofá al lado de su Jefe. Si no le podía sacar la verdad sobrio, al menos borracho podría intentarlo.

Tome.

Le alcanzó el vaso y el Jefe se lo tomó de un solo trago. A continuación le sirvió otro, otro y otro más, hasta que el hombre estuvo lo suficientemente desorientado como para poner alto a sus preguntas. Ok, este era el momento de actuar.

Posicionando su peso en el hombro del hombre, Jaejoong decidió comenzar de una manera muy casual, no tan directo pero al mismo tiempo no tan ambiguo. Debía aprovecharlo antes de que perdiera la memoria por el alcohol.

Así que… dígame Jefe, ¿Qué hizo Lee Sooman para que usted lo odie de esa manera?

Jisung se removió incomodo por la pregunta. Ese hombre es el causante de todas mis desgracias Joongie. La razón por la que tú y yo vivimos esta patética ilusión de vida.

Bien, estaba funcionando, pero necesitaba más. No entiendo, ¿Le hizo daño?

¡Él me quito lo que más quería y eso no lo voy a perdonar! ¡Nunca!

Pensativo, Jaejoong se recostó en el espaldar, procesando toda la información: ¿Había arruinado su vida? ¿Le había quitado lo que más quería? ¿Acaso Jisung alguna vez quiso mucho algo que no fuera dinero o poder? ¿Acaso se podría tratar de… una persona? ¿Qué fue eso que le arrebató? No resignado a quedarse con la información a medias, Jaejoong siguió preguntando, a sabiendas del estado desequilibrado de su jefe.

Y pese a todo, pese a su enojo y su empeño en ocultarlo, el Jefe decidió contarle lo que nunca le había dicho: Hubo una vez una mujer Joongie, una mujer que ame y que me traicionó.

¿Una mujer? Jaejoong frunció las cejas. ¿Usted la amo?

¡Claro que la ame! Pero la muy maldita me pago con una moneda demasiado cara. La malnacida esa…

Por cómo se expresaba de ella, Jaejoong dudó si el Jefe realmente la había amado. Además, eso de que el Jefe hubiera sido capaz de amar a alguien además de sí mismo, le parecía demasiado inverosímil como para ser verdad. ¿Qué sucedió?

—Me engaño con otro hombre, Lee Sooman, el hombre que yo detestaba y por el cual mi vida fue un infierno. Ella lo sabía y aun así lo hizo.

—¿Y cómo se llamaba ella?

El Jefe le clavó la mirada. Seojin. Se llamaba Jung Seojin.

“¿Seojin?” Ese nombre le resultaba familiar… Seojin, Seojin… ¡Seojin! Conmocionado, Jaejoong llevó su mano al bolsillo y sacó de el aquella foto vieja. Luego leyó lo que estaba al reverso:

“Para la sonriente mariposa traicionera y el bebe que crece en sus entrañas. Jisung, Seojin y nuestro bebe.

1986”

La mujer de la que hablaba el Jefe era la misma de esa foto, y la mujer de esa foto era nada más y nada menos que la madre de Yunho, ¿Ósea que efectivamente Jisung era el padre de Yunho?

¡Jefe! Excitado, Jaejoong le mostró la foto. En todos esos años que la había conservado nunca se la había enseñado, siempre la mantenía consigo celosamente ya que era un recuerdo de Yunho, sin embargo, ahora, era necesario hacerlo. ¿El de la foto es usted cierto? ¿Y ella es Seojin cierto? Preguntó mientras los señalaba con su dedo.

A Jisung casi se le sale el alma. ¡¿Por qué tienes esa foto?!

Eso no importa ahora, solo quiero que me responda.

—Si somos los de esa foto, pero no entiendo por qué carajo la tienes. Si me permites… —El hombre intentó arrebatársela pero Jaejoong no se lo permitió.

Ella esta embarazada en la foto, al respaldo dice “nuestro bebe”…

Deja de hacer tantas preguntas Joongie. El semblante del Jefe de repente cambió, su mirada se volvió oscura, como si le advirtiera que se estaba metiendo en terreno peligroso.

Sin embargo Jaejoong no estaba dispuesto a parar. Cuando encontré esta foto, yo estaba con Yunho, él la vio y la reconoció a ella… como su madre…

¿De qué estás hablando?

Jefe, esa mujer Seojin… es la madre de Yunho. Y si ella es la madre de Yunho y según esta foto, tú debes ser…

…el padre de Yunho.

Súbitamente todo quedo en silencio.

El Jefe, que había estado recostado sobre el espaldar del sofá, irguió su torso en cámara lenta con una expresión de asombro como si acabara de presenciar el más increíble acontecimiento. No lo podía creer, no daba crédito a las coincidencias del destino. ¿Esto era real?

Al ver la cara de estupefacción del otro, Jaejoong creyó que este al fin había caído en cuenta de la seriedad del asunto, sin embargo lo que paso después lo dejo completamente desorientado. Abriendo con exageración la boca, el Jefe emitió una gran carcajada, de esas que asustan y hasta te hacen erizar. Sus músculos se relajaron y su cuerpo se dejo caer sobre todo el espaldar, ahogándose de la risa.

Jaejoong no concebía lo que veía.

—Así que ese bastardo...  Ya entiendo porque me cayó tan mal la primera vez que lo vi. 

Fue lo que el Jefe dijo cuando se pudo calmar.

¿De qué habla? Preguntó Jaejoong, pensando que el Jefe no había comprendido sus palabras debido a su estado de embriaguez. Jefe, le estoy diciendo que Yunho es su hijo, ¿Capta? Él es su hijo y…

¡No digas que ese malnacido es mi hijo! ¡¡¡No es mi hijo!!!

¡Claro que lo es!

¡No lo es! ¿Y quieres saber por qué?

Jaejoong se quedo callado.

Porque ese bastardo fue el fruto de la traición que Seojin me hizo con Lee Sooman. Ese hijo no es mío, es de Lee Sooman y ahora entiendo porque la gente dice que de tal palo, tal astilla.

Ante tal revelación, Jaejoong solo pudo abrir la boca y dejarse caer en el espaldar, anonadado por toda la tanda de declaraciones que había recibido en tan poco tiempo. Era increíble como todo lo estaba atando de nuevo a Yunho y no podía ni imaginar en que terminaría todo este embrollo.

Poco menos atónito estaba Jisung, quien a su lado, solo se dedicó a seguir tomando de su botella, pensando fuertemente en las palabras del menor:

“Así que tú y Yunho…” El Jefe lo observó con fijación. “Que linda familia feliz”




..

Nota: Sé que de nuevo me demore, lo siento >.< 
La cosa con este fic es que ya lo tengo todo en mi cabeza, pero a veces me da pereza pasarlo a palabras. 

En este capitulo se revelaron algunas cosas, pero muy a medias, todavia queda aclarar muchas cosas. Dejen sus comentarios porfa de como les esta pareciendo.

El proximo capitulo ya casi esta listo. 



7 comentarios:

  1. hola! feliz 2018!

    what! no puede ser!! YunHo es el hijo de Lee SonMan, y ahora "el jefe" los sabe. Todo esto me da mala espina, ese tipejo la puede tomar contra YunHo. JaeJoong esta vez debes sincerarte con el moreno y contarle todo esto.

    Y por otro lado, la abuela de Jae, cualquiera saldria huyendo si le llegan dos chicos asi de la nada; pero Junsu y Yoochun deben perseverar.

    Todos los misterios que rodean a los chicos iran develandose.


    Gracias por el capitulo, éxitos para el 2018!

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  2. #HappyNewYear2018
    Que necio es yh!! Si yh lo lastimó y todo pero el sigue sin confiar en el!!
    Y es aggg desesperante
    Gracias por el cap

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  3. Ohh!!..Se pone cada vez mas interesante!!.escribes muy bien gracias por el capitulo y muuuuy feliz 2018!!

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  4. Omq!! todo se esta complicando , oh dios, pero que tiene que ver la anciana que pregunta por jaejoong , me voy a morir de la desesperacion ya quiero saber de que va todo esto,
    ojala puedas subir otro capitulo pronto ^^

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  5. interesante yunho sabrá que Lee Sooman es su padre quedara sorprendido tanto o mas que Jae al enterarse de la verdad
    Gracias FELIZ 2018

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  6. OMG entonces el parecido de la mamá de Yunho con Jae no era coincidencia!!! Mis teorias locas... oh cielos necesito respuestas!!
    Gracias por el capítulo

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