… —Supongo
que ya no lo puedo seguir ocultado por más tiempo ¿Cierto?
Jaejoong paso saliva al sentir como la mirada de su Jefe lo penetró. —¿Qué pasa?
—Que quizá
yo si sea el padre de Yunho… pero eso no es lo único.
—¿Entonces
qué otra cosa es? ¿Qué quiere decir este hombre con que mi madre tuvo otro
hijo? —Fue Yunho el que esta vez preguntó.
Levantando su rostro para inhalar un poco de aire, el Jefe les regreso
la mirada, ya no temiendo nada:
—Que ese otro hijo que ella tuvo esta aquí y que yo soy el padre de los
dos.
..
Capítulo VIII:
—Las cosas pasan por algo. Si los tres
hubiéramos crecido juntos, tú y yo… nos amaríamos como hermanos y…
—Pues hubiera
preferido eso. Hubiera preferido crecer con mama.
Las
palabras no procesaron bien en la mente de Jaejoong ¿Qué? ¿Hijo? ¿Padre? ¿Cómo? Su confusión no le dejaba pensar con
claridad. Había tantas inconsistencias, tantas preguntas, tantas inquietudes
que ni siquiera sabía por dónde empezar. Su Jefe… ese que lo había cuidado solo
por compasión cuando era niño, ese que después lo utilizó y humilló… ¿Ese
hombre era su padre?
¿Le
mintió todo este tiempo para no hacerse cargo de él?
¿Por
qué?
Más
importante: ¿Ese hombre también era el padre de Yunho?
¿Yunho
y él eran… hermanos?
No
podía ser verdad.
—¿Por…que?...
Fue
lo único que pudo preguntar cuando por fin salió de su estupefacción. ¿Por qué?
¿Por qué? ¿POR QUE?
—Joongie,
—Jisung suspiró, mirándolo fijo. —De verdad no quería que te enteraras.
Al menos no así.
—¡¡¡¿POR
QUE???!! —Jaejoong volvió
a decir, esta vez en un grito desgarrador; las lágrimas empezaron a salir de
sus ojos, su voz quebrada por el dolor. —¡¿¿Por
qué me hizo esto?!!! ¡¿Por qué me arruinó la vida?!!
Jaejoong
se acurrucó contra una pared y comenzó a llorar… de rabia, de tristeza, de
impotencia, de todas las emociones negativas que pudieran existir en este cruel
mundo. Yunho, a su lado, solo podía negar con la cabeza, como si no pudiera aceptar
lo que Jisung les había contado. Ahora entendía porque su madre siempre le había
hablado con rencor sobre su padre; era un maldito, un desgraciado, un ser que
no merecía vivir, y lo peor de todo es que Jaejoong era el que había pagado los
platos rotos al final.
Era
el que mas había sufrido. —¿Cómo pudo? —Le preguntó enfurecido. Estaba tan
enojado que le estaba siendo difícil controlarse. —¿Cómo pudo alejar a mi madre
de su hijo? ¿Cómo pudo hacernos esto a los tres?
—¿Qué?
¿Ahora te vas a comportar como un
buen hermano cuando ambos sabemos que lo único que quieres con Jaejoong es…?
—¡¡¡¡Cierre la boca!!!!
No
dejándole terminar, Yunho se abalanzo a él pero Jisung rápidamente lo apuntó
con el arma, no permitiéndole acercarse. —¡Quédate
ahí mocoso, no me obligues a provocar más muertes de las que tengo pensadas!
—¡Usted
es el que debería morir! ¡Usted es el que merecía morir y no mi madre!
—¡Yo
no tengo nada que ver con la muerte de Seojin, ni siquiera sé como murió y ni
me interesa saberlo!
—¡Y
no tiene derecho de hacerlo!
Ambos
discutiendo, Jaejoong en un rincón llorando y Lee Sooman, al ver que el foco de
atención había dejado de ser él, aprovechó para escurrirse por el suelo y poder
llegar hasta la puerta. Sigilosamente acercó su mano al pomo y cuando lo giró,
el sonido que hizo puso en alerta a Jisung.
Este
le apuntó de nuevo con el arma. —¿A
dónde crees que vas viejo? Aun
no he terminado contigo.
—Ji,
por favor, detén esto. —Lee
Sooman rogó al verse de nuevo entre la espada y la pared. —Ya tienes muchos problemas como para
que ahora te metas en uno más. Solo déjame ir, soy un viejo decrepito, ya nada
puedo hacer contra ti.
—¿Y
entonces por qué ruegas si solo eres un viejo decrepito? ¿No crees que sería
mejor si te volara la cabeza de una buena vez? ¿Por qué esperar? ¿Por qué
esperar a que se acabe tu miserable vida?
Lee
Sooman negó con su cabeza, sus facciones marcadas por la desesperación. —No,
por favor…
A
Jisung se le escapó una risita. —¿Sabe? Me es tan satisfactorio verlo así luego
de todo lo que me hizo. Después de todo lo que sufrí bajo su verdugo, el verlo así,
derrotado, recompensa todo esos años de maltrato. Esto es lo que merecen
personas como usted, quienes doblegan y destrozan a los demás, así es como
merece morir…retorciéndose por perdón.
—Tú
no eres diferente a mi Jisung.
Aquellas
palabras y Jisung quedo desconcertado. —¿Qué dice? No se atreva a compararse a
mi… ¡Yo no soy igual a usted!
—Si
lo eres Ji. Robaste a ese niño de las manos de su madre, luego lo mantuviste, y
cuando te fue útil lo obligaste a trabajar para ti. ¿No es acaso lo mismo que
hice yo contigo? Con una variación claro; yo por lo menos no tenía ningún vínculo
fraternal contigo.
Un
apretón al gatillo y una bala salió impactando en el muslo derecho de Lee
Sooman. El hombre gritó de dolor, casi que arrepintiéndose de haber dicho
aquello. Pero era verdad, el mismo ciclo de violencia se había vuelto a
repetir, y Jisung no estaba dispuesto a admitirlo. Él no se creía tan malvado. —Retráctese ahora de sus palabras, ¡Retráctese
de lo que dijo! —Le exigió mientras
sostenía más fuerte el arma.
—No…
no me retractare... —Sooman
dijo con el aliento agitado. —
Te digo esto… para que recapacites… y pienses que lo que me haces ahora… te
podría pasar a ti… en el futuro. Perdona... y serás perdonado. Por favor… no seas como yo… ¡Ahhh!
—El hombre volvió a chillar cuando
Jisung volvió a disparar, esta vez en su brazo. Viendo que dialogar sería
inútil, Sooman optó por arrastrarse hasta su sillón en un último intento de cubrirse.
Un camino de sangre dejó su cuerpo al arrastrarse.
Yunho,
al ver que las cosas se estaban saliendo de control, se acercó a Jaejoong que
estaba acurrucado y lo abrazo contra él, como si quisiera formar un escudo
protector para ambos, que los alejara de la terrible muerte que estaban a punto
de presenciar.
—Por
favor Jisung… no más… por favor… —Sooman
imploró con la voz desecha, el sudor resbalando de su frente y su cuerpo ya
débil por la pérdida de sangre. Se veía patético pidiendo compasión, él, que
siempre fue un hombre temido y respetado…
…Ahora estaba llorando como un
desdichado.
—Eso,
ruégame por perdón. Ruégame viejo. —Jisung disfrutaba a montones cada segundo
de verlo destruido frente a él.
Finalmente
era el más fuerte, el más poderoso.
El
que tenía el control.
—Por favor,
déjame… déjame ir…
—Tú
tuviste la culpa de todo, incluso de lo que le hice a mi propio hijo. Si no
hubiera sido por usted, yo no habría tenido la necesidad de vengarme de Seojin
y no le hubiera arrancado a Jaejoong de sus manos, ¡Eres el culpable de eso
también! ¡Solo tu!
—¡Yo
no soy responsable… de tus acciones! ¡Tú fuiste el que decidiste no creerle… y
vengarte de ella!
—¡No! ¡¡Yo fui la víctima… Yo soy la
victima!!
Enceguecido
por sus errores, su rencor y su odio, Jisung accionó una vez más el gatillo y
disparó contra el cuerpo de Lee Sooman hasta que se le acabaron las balas. El
cuerpo del hombre rebotó ante cada impacto, soltando sangre a borbotones mientras
el último suspiro de vida se le acababa. Jaejoong y Yunho se acurrucaron aun
mas al escuchar los disparos y el sonido de estos impactando contra un cuerpo.
Después
todo quedo en silencio.
Como
la calma que viene al acabar la tormenta.
Jisung
bajó su brazo, con su pecho palpitando fuerte y una media sonrisa bailoteando
en su cara. No podía creerlo, su verdugo, el hombre que siempre había odiado,
ahora estaba rendido y cubierto de sangre. Su fantasía de asesinarlo al fin se
había hecho realidad.
Luego
se volteó hacia los chicos, los cuales lo estaban observando con una mezcla de emociones
que Jisung no supo descifrar. O averiguar. Quiso acercarse pero el grito de
Jaejoong inmediatamente lo detuvo:
—¡Aléjese! ¡No se acerque a mí!
Él
entendió, él entendió perfectamente que ese no era el momento, así que decidió
marcharse, huir antes de que alguien más llegara.
Yunho
lo siguió con la mirada hasta la salida y cuando estuvo seguro de que se había
ido, se recargó contra la pared, aun sentado y al lado de Jaejoong. Ellos
también debían irse, no debían quedarse ahí corriendo el riesgo de que alguien
los viera y los incriminara en el asesinato.
—Jae…
—Suave, Yunho le tocó el hombro,
queriendo verle el rostro el cual se había escondido. —Hay que irnos… Jae…
Jaejoong
levantó la cara. —No quiero ir
al apartamento, no quiero verlo… no quiero estar junto a él. —Dijo con la voz temblorosa.
—Entonces
te llevare conmigo.
No
poniendo resistencia, Jaejoong se dejo ayudar a levantar por Yunho y junto a él
salió de la residencia, no sin antes darle un último vistazo al hombre que
yacía muerto en un charco de sangre, mirándolos con los ojos entreabiertos.
La
vida siempre cobra los errores.
..
Changmin
arrugó la cara cuando vio a su Hyung entrar a la habitación con otra persona a
la cual tenía abrazada, y le estaba escondiendo el rostro y parte del torso con
una chaqueta.
—Dile
a los vecinos que te dejen quedar esta noche con ellos.
Le
dijo en un tono serio, por lo que Changmin decidió no hacer preguntas y
obedecer. Al oír el sonido de la puerta cerrarse, Jaejoong se alejó del abrazo
de Yunho y se sentó en el borde de la cama de este mientras intentaba calmarse.
Desde que habían salido de la casa de Lee Sooman no había dejado de llorar.
Vio
a Yunho dirigirse al baño, trayendo consigo una vasija con agua y un paño para retirarle
el maquillaje corrido y las lagrimas. Luego Yunho se ubicó frente a él y empezó
a limpiarle el rostro a leves roces. Jaejoong se mostró reacio al principio, pero
luego se dejo limpiar; sintiéndose avergonzado por encontrarse en esas condiciones
frente a Yunho.
La
humillación por la que tuvo que pasar, el acoso de Lee Sooman, la revelación de
Jisung… todo lo tenían vacio, desolado y no tenía ánimos ni de quitarse el
vestido que le estaba sofocando.
Así
que Yunho lo hizo por él.
Buscando
con su mirada su aprobación, Yunho empezó por quitarle esos ridículos ligueros
junto con sus zapatos. Después siguió con el lazo en la cabeza y de últimas se
deshizo del vestido, dejando a Jaejoong solo en bóxers y una camisa blanca sin
mangas que tenía debajo. Jaejoong solo se dejaba hacer, sin moverse, como si
literalmente fuera una muñeca inerte. Ya estando limpio y sin retazos de la
burla por la que su Jefe le había hecho pasar, Yunho lo posicionó contra la
pared a sus espaldas para que pudiera descansar.
Jaejoong
lo miró con los ojos vidriosos. —Me
quiero morir. —Susurró.
—No,
no. —Yunho negó
con la cabeza. —No digas eso.
—Me
duele mucho el corazón…
—Entonces
duerme, mañana será otro día.
—No.
—Jaejoong tomó la mano de Yunho que
estaba a punto de arroparlo con las cobijas. —No
quiero dormir, solo quiero olvidar lo que paso, solo quiero olvidar lo que nos
dijo.
Por
su mirada, Yunho se quedo callado, intuyendo lo que Jaejoong quería. Podrían
haber pasado años, sin embargo aun entendía lo que esos bellos ojos le querían decir
sin necesidad de palabras.
Comenzó
depositando un casto beso en su frente, siguiendo con su parpado y luego en su
nariz. Cuando llegó a su boca se detuvo por unos momentos, no sabiendo que
hacer. Jaejoong se impacientó al sentir la respiración de Yunho sobre su cara y
rodeó con sus brazos el cuello de este para poder atraerlo hacia sí. La boca de
Yunho quedo aplastada sobre la comisura del labio de Jaejoong, luchando contra
el impulso de moverse y posicionarse en su boca. —No
debemos, Jae…
—No
me importa…
Jaejoong
susurró y se movió solo un centímetro más para que sus labios quedaran pegados,
unidos en un beso que al principio fue vacilante y pronto se fue convirtiendo
en algo más atrevido. El sonido húmedo, los labios chasqueando; ambos ignoraron
por un minuto que lo que hacían era inmoral.
Prohibido.
Un
pecado.
—Por
favor. —Jaejoong rogó cuando se separó de la boca de Yunho. —Hazme olvidar todo
lo que nos conto, de que tú y yo somos…
Yunho robó su boca de nuevo. —No lo
digas. —Suspiró sobre sus labios, abriéndolos más para poder compartir un beso
abierto.
Y ahí estaban, pese al dolor, las
adversidades y la moral, ahí estaban besándose, burlándose de lo que el destino
les había deparado, como si no quisieran aceptar que compartían la misma
sangre. Había pasado mucho tiempo también, se extrañaban a horrores, extrañaban
el calor de sus besos y su amor ser correspondido.
Cuando
Yunho por fin dejo ir la boca de Jaejoong, se posicionó frente a él y bajo a su
entrepierna, acariciando con su aliento el tumulto que sobresalía debajo de los
bóxers. Levantó su mirada, viendo que Jaejoong lo observaba con la respiración
irregular. —¿Puedo…? —Le preguntó titubeante.
Jaejoong
sonrió por la delicadeza con la que Yunho lo trataba. —Sí.
Obteniendo
su consentimiento, Yunho se devolvió a los bóxers y los bajó para que el pene
de Jaejoong pudiera salir. Ya estaba medio duro, así que comenzó a chuparlo, queriendo
que Jaejoong olvidara lo que le estaba atormentado. No fue difícil, Jaejoong
pronto comenzó a gemir y a retorcerse por las lamidas de Yunho sobre su pene.
Antes
de que pudiera venirse, Yunho se alejó y los envolvió a ambos dentro de las
cobijas. Su ropa sobraba, así que se la quitaron y siguieron besándose a la par
que sus cuerpos se amoldaron; reconociendo cada pedazo y cada ángulo de piel
que habían extrañado.
—Yunho…
—Jaejoong jadeó cuando por fin pudo hablar. Su excitación había subido a
niveles inimaginables. —Eres diferente… eres diferente al que conocí. —Dijo al admirar sus músculos ahora
perceptibles. Le resultaba extraño ese nuevo cuerpo, el Yunho de antes era un
niño, el de ahora... —Eres
un hombre ahora, tan apuesto.
Yunho
sonrió por el comentario, acercándose para compartir otro beso más.
—¿Quieres
que te confiese algo? No he estado con nadie desde que nos separamos. No he
querido hacerlo con nadie. —Dijo
Jaejoong al separarse.
—¿En
serio?
—Sí,
tú eres el único con quien lo he hecho. El Jefe te mintió al decirte que…
—Yo
tampoco he estado con nadie. —Yunho
se apresuró a decir al ver que Jaejoong se había detenido por la mención de ese
sujeto.
Volviéndose
a besar, ambos dejaron sus dudas atrás y solo quisieron entregarse en cuerpo y
alma, unirse sin que nadie los juzgara, sin que nadie pudiera decirles que no
debían hacerlo porque eran hermanos. En ese momento no querían pensar en las
implicaciones, solo se dejarían llevar.
—¡Uhm!
Jaejoong
gimió ligero al sentir como la virilidad de Yunho pidió permiso y se enterró
lento en su entrada. Se acostumbró a su tamaño y antes de que el otro pudiera
moverse, Jaejoong ya lo estaba haciendo con ganas de ser embestido. A eso se estaba
refiriendo, a sentir tanto placer que le hiciera olvidar hasta su nombre
Si
se sentía bien, entonces no importaba que estuvieran cometiendo un pecado.
Abrazándolo
completamente para sentirlo más cerca, Yunho empezó con el vaivén, primero
lento y después tomando ritmo. Estando bajo las cobijas, la temperatura de
ambos aumentó y sus cuerpos comenzaron a sudar. Sus jadeos también se hicieron más
altos, sin tener presente que los demás inquilinos los podían escuchar, como si
el mundo se hubiera acabado y ellos dos fueran los únicos existentes sobre la
faz de la tierra.
A
Yunho se le había olvidado lo delicioso que era hacer el amor, lo delicioso que
era sentir esa presión en su abdomen bajo y el placer de estar unido a la
persona que se ama. Cerró los ojos y reposó su cara sobre la sien de Jaejoong.
Estando así podían sentirse, podían escuchar los quejidos y las palabras del
otro cada vez que sus cuerpos se afianzaban.
Sus
pechos estaban comprimidos uno contra el otro, las piernas de Jaejoong
enroscadas arriba de los glúteos de Yunho para no permitir que se alejara.
Gemía indefenso, dejando que Yunho lo penetrara a su antojo, incluso algo
brusco para su estado.
—Mi
amor, Te extrañe. —Suspiró cuando Yunho se enderezó por un momento para poder moverse
con más vigor. Rodeó con sus manos los brazos de Yunho que se habían apoyado a
ambos lados de su rostro y lo miró con una lujuria, con un amor, que Yunho no
pudo resistirse a hacérselo más rápido.
A
continuación, cambiaron de posición, ahora con Yunho abajo y Jaejoong arriba
montándolo. Parecían no afectados por la revelación y por el desagradable
encuentro con Lee Sooman, su mente ahora solo estaba enfocada en darse placer
mutuamente.
El
ángulo de penetración cambió y cuando el pene de Yunho rozó aquel punto en el
interior de Jaejoong, este no pudo evitar venirse sin siquiera haberse tocado. Yunho
lo hizo algunos segundos después, recibiendo entre sus brazos el cuerpo
sudoroso de Jaejoong que penosamente estaba tratando de recomponerse de su
orgasmo.
Se
quedaron así, evitando cruzar miradas, con la angustia de no saber si esta sería
la última vez que harían el amor.
Horas
más tarde, los dos aun seguían despiertos, abrazados desnudos bajos las cobijas
mientras reflexionaban mirando al techo. Ninguno de los dos había querido hablar
de lo que harían una vez salieran de la cama, ninguno quería arruinar el
momento. Tal vez era mejor dejarlo para después.
—¿Recuerdas
nuestra primer vez?
Lo
inesperado de la pregunta hizo a Yunho fruncir las cejas. —¿Y porque tan
repentinamente?
—Bueno,
es que lo recordé. Ambos éramos muy inocentes y estábamos muy nerviosos.
—Es
verdad. Ni siquiera sabía lo que hacía, creo que me deje llevar por el instinto.
Éramos tan jóvenes.
—Aun
lo somos, solo que, la vida nos ha hecho madurar más temprano.
—Quizás.
Un
silencio vino después. Jaejoong jugueteó con los dedos de Yunho antes de
entrelazar sus manos y llevarlas hasta su pecho. —¿Sabes lo que extrañe mas de
ti? Tu bondad, ese modo tan dulce de tratarme. Es algo que envidio, porque es
algo de lo que yo carezco.
La
frase tan negativa de Jaejoong hizo a Yunho enderezar su torso y mirarlo a los
ojos. —Eso no es
verdad, tu eres de las personas más dulces que conozco.
—No,
a mí me crio el Jefe, no puedo ser alguien bueno si él me crio…
—No
te atrevas a compararte con ese animal.
Yunho
se apresuro a interrumpirlo y Jaejoong se quedo callado.
—No
debes nunca pensar que él y tu comparten algo más que la sangre. Él es un malnacido,
tú eres una persona que ha sufrido. No tienen nada que ver.
Reconfortado
por esas palabras, Jaejoong suspiró profundo, mirando de nuevo al techo. Había una
inquietud bailando en su boca, pero no sabía si era prudente preguntarla justo
ahora que habían acabado de hacer el amor. Tal vez no era correcto, aun así la
iba a averiguar. —¿Entonces no soy parecido a él pero si a mama?
Yunho
no escuchó correctamente. —¿Uhm?
—Yunho…
¿Cómo era mama?
La
pregunta lo descolocó totalmente. “¿Qué?”
“¿Tienes que preguntar eso justo cuando tienes mi semen escurriendo por tus…?”
—Jae… ahora no, por favor.
—Lo
quiero saber, quiero saber cómo era ella.
—No
es el momento.
—Tengo
derecho de saberlo.
—¿En
este preciso instante?
—Sí.
Sin
ánimos de discutir, Yunho se posicionó mejor en la cama, terriblemente incomodo.
—Ella era… una mujer muy especial.
Siempre se preocupó por mí, por sacarme adelante, porque yo fuera algo más que
el hijo de una simple vendedora de la calle. Me faltaban muchas cosas, pero
nunca su amor.
A
decir verdad no fue reconfortante para Jaejoong escuchar aquello, por el
contrario, dolió. —¿Alguna vez
te habló de mi? ¿Preguntó por mí? —Inquirió
teniendo miedo de la respuesta.
No
quería escuchar algo que lo hiriera.
—No
que yo recuerde.
Eso
fue decepcionante. Decepcionante y triste. —Oh…
—Sin
embargo, ahora que hago memoria… —Yunho
continúo viendo la cara de expectación de Jaejoong. —Ella siempre me hablaba de un ángel.
De un ángel que estaba en el cielo y que nos cuidaba a los dos. Creo que se
refería a ti, creo que pensaba que estabas muerto y por eso nunca me hablo de
ti. Tal vez así era más fácil para ella.
Lagrimas
salieron de los ojos de Jaejoong al pensar el dolor que pudo haber sentido su
madre al verse despojada de él. Por años pensó que su madre solo había sido una
cobarde que lo había dejado a su suerte, ahora sabía que no era así; y conocer
exactamente qué fue lo que paso, era más desgarrador que cualquier otra
realidad. Lo peor, ya nada podía hacer, ella había muerto y nunca se podrían
volver a encontrar.
—Yunho…
—Jaejoong lloró al apretar a Yunho contra si. —No podre nunca estar con mi
madre, nunca podre tener su amor ni sus cariños, ¿Entiendes lo que digo? Saber
quien fue no me reconforto para nada, es más, ahora estoy sintiéndome peor que
cuando creía que solo me había abandonado.
—Jae…
—Yunho correspondió el abrazo y cerró los ojos. —Las cosas pasan por algo. Si
los tres hubiéramos crecido juntos, tú y yo… nos amaríamos como hermanos y…
—Pues
hubiera preferido eso. Hubiera preferido crecer con mama.
Eso…
fue como una daga al corazón. Aunque sabía que estaba siendo egoísta, Yunho no
podía evitar sentirse devastado al saber que Jaejoong prefería una familia que
su amor. Si Jisung nunca hubiera intervenido, ellos estarían como hermanos, y
esa realidad era algo que Yunho no podía ni siquiera imaginar. Él no amaba a
Jaejoong como hermano, lo besaba, lo adoraba y le hacía el amor, ¿Cómo podría
sentir algo solamente fraternal? Era impensable e incluso repulsivo a su
parecer.
Definitivamente
no se obligaría a sentir otra cosa que amor.
—Jaejoong,
creo que ya deberíamos dormir.
Espetó
firme al concluir que esa extraña charla debía terminar. No se sentía cómodo
hablando de su madre estando en la cama con Jaejoong, no se sentía cómodo
hablando sobre el vínculo que compartían.
Quizá
lo mejor era dejar el tema a un lado.
Zafándose
de su abrazo, Yunho se dio media vuelta y se acurrucó frente a la pared a sus
espaldas. Quería estar a solas, no quería seguir aferrado a ese cuerpo que ya
no podía tener. Sin prestarle atención al repentino malestar de Yunho, Jaejoong
se acomodó al otro lado y se quedo pensando boca arriba, cerrando los ojos, tratando
de soñar con su madre para decirle en sus sueños: Lo siento.
..
Al
abrir sus ojos en la mañana, Jaejoong vio como Yunho ya estaba de pie, vestido
y listo para empezar el día. Se volvió a recostar sobre la almohada, desperezándose
y mirando al techo: el recuerdo de lo que había pasado la noche anterior lo heló
como si hubiera recibido un baldé con agua fría.
—¿A
dónde iras ahora? —Yunho preguntó cuando Jaejoong por fin tuvo el valor de
salir de las cobijas. Ver que su cuerpo estaba desnudo le provocaba una sensación
desagradable.
—Supongo
que debo ir al apartamento por mis cosas y a buscar a mis dongsaengs. —Le respondió cabizbajo. —Después no lo sé.
—¿Enfrentaras
a tu Jefe?
—No.
Ya no tiene caso, sé lo que dirá y no tengo fuerzas para escuchar sus excusas.
No quiero volver a verlo, ni dirigirle la palabra.
La
respuesta tranquilizó a Yunho. Se trasladó al armario y saco de él unas cuantas
prendas para que Jaejoong pudiera vestirse. —Entonces te acompañare hasta allí.
No quiero dejarte solo con ese sujeto.
Asintiendo,
Jaejoong recibió la ropa y se dispuso a vestirse, procurando mantenerse ocupado
para no tener que hablar con Yunho. Se sentía de alguna forma sucio por haber
hecho el amor con él conociendo la verdad. No era su culpa, pero lo pudo haber
evitado. ¿Sería bueno seguir con su romance sabiendo lo que eran? ¿Sabiendo que
si su madre estuviera viva eso seguro la heriría? ¿Cómo podrían continuar?
¿Cómo
podrían continuar conociendo que eran hermanos?
Jaejoong
sacudió su cabeza para sacarse ese montón de preguntas. Después se dirigió al
baño y cuando regresó para arreglar la cama, notó aquel vestido azul que su
Jefe le había hecho usar el día anterior. No fue el vestido lo que llamo su
atención, sino las hojas que sobresalían del corpiño. “Esto… esto fue lo que me dio Sooman” Dijo en su mente al agacharse
para recoger los papeles.
—¿Listo?
—Yunho de repente preguntó a sus espaldas. Jaejoong rápidamente se escondió el
papel en el tiro de su pantalón. “Listo”
le contestó.
No
prestándole atención a su extraño nerviosismo, Yunho salió de la habitación junto
a Jaejoong rumbo al apartamento, con este pensando que podrían significar aquellas
escrituras que ese hombre le había hecho firmar.
..
Junsu
mordió su uña que ya estaba molida de tantos mordiscos. Yoochun se lamió los
labios una vez más, aun intranquilo. Ni su Jefe, ni Jaejoong habían regresado a
dormir, y, sabiendo que probablemente habían ido a la residencia del tal Lee
Sooman, era posible que ambos estuvieran metidos en problemas.
¿Y
si les había pasado algo? ¿Y si Sooman era alguien peligroso?
Sus
preocupaciones tuvieron que ser olvidadas porque de repente, alguien golpeó la
puerta. Corrieron como ráfagas de viento para abrirla.
Pero
no era quien esperaban. —¿Usted? ¿Qué hace aquí? —Preguntaron coordinados, casi
en el mismo tono.
La
mujer se abrió paso entre ellos.
—Vengo
a buscar a mi nieto de una vez por todas.
Les
dijo mientras se instalaba en el apartamento. Ya no podía esperar, ya no podía
seguir retrasando las cosas. Si ya sabía dónde estaba Jaejoong, ¿Por qué dejar
que su oportunidad pasara? No le importaba lo que Jisung hiciera, ella solo
quería que Jaejoong supiera la verdad.
Que
supiera que tenía a alguien que lo estaba buscando.
—Escuche
señora, —Yoochun se le
aproximó, tocándole los hombros. —Aun
no le hemos contado a Jaejoong lo que nos reveló la última vez. Si se entera de
esta forma va a ser muy fuerte para él, debemos pensar en cómo decirle que…
—¿Decirme que?
Una
voz y todos se voltearon hacia la puerta donde estaban Yunho y Jaejoong,
quienes habían acabado de llegar. La señora Jung se tocó el pecho, mirándolo
con estupefacción. —¿Jaejoong?
—Preguntó incrédula al acercársele. —¿Eres tú?
—Sí.
—Jaejoong respondió confundido. —¿Quién es usted?
Sin
poderle responder, la señora solo negó entre lagrimas. —Eres idéntico a ella…
Por
sus palabras, a Jaejoong se le aguaron los ojos. —¿Qué es lo que sucede? —Les preguntó
a sus dongsaengs, aunque ya tuviera una idea de lo que sucedía.
Al
parecer las sorpresas no acababan.
—Es
una historia larga Jaejoong, siéntate para poder…
—Lo
sabemos. Jisung es el padre de Jaejoong y yo soy su hermano. Mi mama es madre
de los dos. —Yunho interrumpió de la forma más directa que encontró.
Junsu
se quedo con la palabra en la boca, ¿Cómo se habían enterado?
—¿Tu
eres el otro hijo de Seojin? —La
señora Sooyun preguntó al escuchar decir que Yunho era el hermano de Jaejoong.
Se acercó esta vez a él, también tomándole el rostro. —¿Eres tu… mi otro nieto?
—¿Nieto?
—Yunho abrió grande los ojos. —¿Usted es…?
—Si
cariño, yo soy la madre de Seojin.
Abriendo
la boca, Yunho retrocedió unos pasos, no dando crédito a como estaban
sucediendo las cosas. Ayer no tenía familia, ahora se enteraba que tenía un
papa, un hermano y encima una abuela. ¿Cuándo iba a parar esta tanda de revelaciones?
—¿Pero como…? ¿Cómo es que…? —Ni siquiera pudo articular palabra,
así que cerró la boca, dejando que la anciana se explicara.
—Antes
de que nacieran, Seojin y yo vivíamos en un vecindario invasor en las afueras
de Gongju. Un día conoció a Jisung y con él tuvo su primer hijo, Jaejoong. Al
poco tiempo quedo otra vez embarazada y tuvo una fuerte discusión con Jisung,
por lo que decidió escapar hacia Gwanju.
Yunho
asintió ante eso. Concordaba con lo que les había dicho el desgraciado ese.
—Cuando
Seojin escapó, yo fui desalojada por las autoridades del vecindario, por lo que
perdí toda comunicación con ella. No sabia donde estaba y ella tampoco podía
encontrarme. Después de unos años, me entere que había muerto en un atraco en
el metro y que el único hijo que estaba con ella había escapado de los
servicios infantiles. También supe que Jaejoong se había perdido hace muchos
años, por lo que emprendí en su búsqueda, sin éxito, hasta que un día, un conocido de la policía me
informó que lo habían detenido en una estación de esta ciudad. Entonces vine
hasta aquí e hice todo esto para poderlo encontrar.
—Nosotros
le ayudamos. —Junsu añadió, colocándose a su lado. —Cuando ella llegó al
apartamento preguntando por Jaejoong, el Jefe se puso como loco, como si
hubiera visto a un fantasma. Fue una reacción extraña, así que sospeché que quizá
ella era alguien importante. Con Yoochun, tratamos de contactarla y cuando por
fin pudimos lograr que confiara en nosotros, ella nos conto lo que les está
contando ahora. Por eso el otro día queríamos hablar contigo Hyung, para decirte
todo esto y ponerte en contacto con ella. Aunque supongo que ya te habías enterado…
¿Cómo lo hiciste?
Jaejoong
ni siquiera escuchó la pregunta de Junsu, en su cabeza solo estaba el asombro de
saber que tenía una abuela. —Entonces… ¿Tú eres mi abuela? —Dijo mientras se
acercaba a la señora, tomándole las manos.
—Si
mi amor, he venido para llevarte a casa conmigo.
Unas
simples palabras y el mundo de Jaejoong comenzó a reconstruirse. Por siempre lo
soñó, siempre soñó que un día mágicamente alguien llegaba y le decía que era
parte de un hogar y que ya no tenía que preocuparse por estar trabajando en la
calle. Siempre pensó que se trataba de una tontería, incluso su mismo Jefe se le
burlaba, sin embargo ahora era una realidad.
Ahora
alguien lo estaba reclamando como parte de su familia.
Abrazando
a la señora, Jaejoong se dejó consolar en sus brazos, sintiendo el calor
materno que siempre había añorado. La señora Jung también comenzó a llorar,
recordando como su propia hija buscaba su abrazo cuando se sentía sola o
derrotada. Era como si se hubiera cerrado un ciclo, como si el final de esta
triste historia hubiera terminado en felicidad.
Bueno,
al menos por ahora.
—Entonces
usted es la mama de mi mama.
Yunho
afirmó luego de atar todos los cabos. La señora Jung, quien había estado
abrazando a Jaejoong, se alejó de este al escucharlo y se aproximó esta vez a
su lado. —Así es amor,
yo también soy tu abuela. —Le
confirmó, acunándole el rostro. —Nunca
tuve oportunidad de conocerte. Cuando naciste, Seojin ya había escapado de la
casa. Veo que te has convertido en un joven de bien. —Se volteó hacia Jaejoong
y le extendió la mano para que se acercara. —Me alegra mucho que los dos estén
juntos, no creí que lo estuvieran, pero ahora veo que se mantuvieron unidos,
como buenos hermanos que son. —Dijo y los volvió a abrazar, llorando una vez más.
La
última frase quedo retumbando en los oídos de Yunho.
“Como buenos hermanos
que son”
“Como buenos hermanos
que son”
“Como
buenos hermanos que son”
Sin
poder soportarlo, Yunho se desligó del abrazo, luchando consigo mismo para no
mostrar la cara de desagrado que le provocó escuchar aquello. Jaejoong no lo
notó, Junsu y Yoochun si: ¿Qué harían
ahora que su abuela había regresado y los quería juntos como familia?
Nadie
podría saber la respuesta.
—Rápido,
tienen que alistarse. Tenemos que irnos lo más pronto posible.
Cortando
el entrañable momento, la señora Sooyun los
alertó, palmeándoles la espalda para que se apuraran.
Jaejoong
lució confundido. —¿Eh? ¿Irnos a donde?
—Quiero
que vuelven conmigo a Gongju. Ahí tengo una casa, no es pudiente, ni grande ni
muy bonita, pero es suficiente para los tres. Estoy dispuesta a darles el amor
que su madre, por las circunstancias, no les pudo brindar.
Emocionado
con la idea, Jaejoong la volvió a abrazar y se precipitó a alistar sus maletas
rápido. No obstante Yunho no se veía tan complacido. Aprovechando al alboroto,
Yunho se escabulló por la puerta, quedándose en el pasillo de la entrada
mientras sus manos se apoyaban en el barandal para aspirar un poco de aire.
Para meditar que era lo que debía hacer.
—¿Yunho?
Jaejoong
no tardo en salir, aproximándose con cuidado. Realmente sentía que estaba
pasando algo malo. —¿Qué te sucede? ¿No estás feliz por esto?
Yunho
suspiró con pesadez. —No lo sé.
—¿Por
qué no lo sabes?
—Porque…
—Estuvo dispuesto a decirlo pero en un segundo se retractó. —Es solo que no
puedo ir a Gongju. Aquí tengo mi vida, estoy con Changmin y le debo mucho a mi
general. No puedo abandonar todo para ir con ustedes.
—Pero
Yunho, —Jaejoong se acercó más y le hablo con suavidad. —Se trata de nuestra
abuela, la mama de nuestra madre, ¿No quisieras rememorar lo que era sentir
tener una madre?
—No
digas nuestra madre, no era tu madre.
La
afirmación sonó más dura de lo que Yunho quiso. Se retractó cuando vio como los
labios de Jaejoong temblaron ante su crueldad. —Es decir… es que... la abuela
quiere que seamos una familia y eso no puede ser.
—¿Por
qué no?
—¿Por
qué no? ¿Acaso olvidaste lo que paso anoche? ¿Acaso olvidaste que estuvimos
juntos y que nos besamos hasta el amanecer? ¿Crees que eso es ser una familia?
Al
saber sus verdaderos motivos, Jaejoong solo se cruzó de brazos, tratando de abordar
el asunto de la manera más madura. —No, no te veo como un hermano. Yo siento lo
mismo que tu, sin embargo no voy a dejar que eso se interponga en lo que
siempre quise, que es tener una mama.
Yunho
no podía creer lo que estaba escuchando. —¿Entonces vas a ocultar que me amas
solo para fingir que tienes una familia?
—Aunque
sea difícil, si. La abuela me estuvo buscando por mucho tiempo y no la voy a
defraudar.
—Pues
yo no lo voy a hacer. —Decidido Yunho bajó un peldaño de las escaleras,
dispuesto a irse. —Dile que lo siento, dile que ella no tiene la culpa, que yo
no puedo estar con ustedes. Yo no puedo vivir contigo como si fuéramos hermanos
cuando lo único que deseo es…
Su
boca se cerró cuando vio que Jaejoong bajó el rostro y se mordió los labios,
tremendamente herido por sus palabras. Yunho de inmediato corrió a abrazarlo y a
tocarle la cabeza, sintiéndose culpable por ser tan directo y comportarse como
un maldito egoísta. Jaejoong estaba ilusionado, estaba feliz con la idea y él
solo pensaba en su inmoral amor.
¿Qué
malo tenía que Jaejoong quisiera recibir el amor de una mama?
¿Qué
malo tenia querer tener una familia?
—Entonces
es una despedida.
Jaejoong
llegó a la conclusión luego de estar unos minutos aferrado a Yunho. Viera por
donde lo viera, nada podían hacer, el destino había decidido que ellos dos no
eran aptos para estar juntos. No podían ir contra lo inevitable. Aunque
quisieran, su abuela terminaría afectada y ella no se merecía eso después de
todo lo que había sufrido al estar lejos de ellos. Separándose del abrazo,
Jaejoong miró al suelo, convencido de su decisión. Yunho también entendió lo
que les esperaba, así que empezó a caminar por las escaleras, tratando de asimilarlo,
sin embargo, cuando volteó por un momento y Jaejoong le devolvió la mirada, él
se acerco de nuevo y lo atrajo en un abrazo que terminó con la unión de sus
bocas.
Yunho
lo envolvió por la cintura y Jaejoong enlazó sus manos por detrás de su cuello,
disfrutando aquellos pequeños segundos en los que podían decirse adiós. Fue un
beso sensual, profundo y entregado, muy parecido a los de la noche anterior
cuando habían hecho el amor.
De
repente, la señora Jung abrió la puerta, quedándose boquiabierta ante la vista.
Ellos
se separaron, lento, como si no tuvieran afán de querer ocultar lo que estaban
haciendo.
Sin
que nadie dijera nada, Yunho los miró a ambos y luego bajó por las escaleras,
caminando despacio. Jaejoong miró una vez más a su abuela y esta solo cerró la
puerta, tremendamente confundida. Tremendamente consternada.
Un
suspiró agotado salió de los labios de Jaejoong cuando regresó al apartamento a
alistar sus maletas. Su abuela no le pidió explicaciones, ni lo cuestionó.
Solo
se le quedo observando.
..
—Listo,
creo que es todo.
Yoochun
dijo al ayudar a bajar el equipaje de los tres a la planta baja del edificio.
Luego de haber conversado, habían decidido que Junsu y Yoochun también se
devolverían a Gongju para vivir con la señora Jung. Los cuatro mantendrían la
casa y serian como la familia que siempre habían deseado. Jaejoong les dijo que
Yunho no iría y les pareció extraño cuando la señora Jung no protestó por ese
hecho.
Como
si no tuviera problemas en dejar a uno de sus nietos atrás.
Esperando
el taxi que habían pedido, los chicos se sentaron en el andén de la calle.
Junsu se dirigió a Jaejoong. —¿Entonces
el Jefe huyó cuando mató a ese hombre? —Le
preguntó luego de haber sido informado de todo lo que había pasado con Lee
Sooman y lo que el Jefe había hecho para vengarse.
Jaejoong
asintió con su cabeza. —Así es y no tengo ni idea de donde pueda estar metido.
—Debe
estar escondiéndose, el cobarde ese. —Yoochun
dijo a su lado.
—Lo
sé, siempre escapando de sus errores.
Los
tres se quedaron en silencio, no pudiendo creer todo lo que había sucedido
hasta ese punto. Junsu y Yoochun sabían que el Jefe no era un hombre bueno, no
obstante no se imaginaron todo lo que había sido capaz de hacer con tal de
salirse con la suya. Por años siempre jugó al hombre caritativo, al salvador, nunca
tuvo la decencia de revelar que él era en verdad el padre de Jaejoong. Personas
como él solo podían sentir maldad.
—Creo
que tendremos que caminar hasta la avenida.
La
señora Sooyun dijo después de esperar unos minutos al taxi que no llegaba. Los
tres chicos se levantaron para tomar sus maletas y emprender así camino, sin
embargo cuando lo iban a hacer, un sonido de llantas chirriando contra el
asfalto hizo que se quedaran estáticos en su posición.
Un
auto se había detenido frente a ellos.
De
él salió su Jefe.
Maldición.
—¿A
dónde creen que van?
Les
exigió mientras se acercaba y antes de que pudiera llegar a ellos, la señora
Jung se interpuso. —Alto
ahí Jisung, no permitiré que siga dañando a estos niños.
El
Jefe hizo una mueca al verla. —¿Usted
que hace aquí? ¿Qué no recuerda que le dije que si la volvía a ver la mataría?
—Ya
no importa eso, Jaejoong sabe la verdad y se irá conmigo.
El
Jefe abrió la boca para refutar esas palabras pero Jaejoong de inmediato alzó
la voz, enfrentándose a él. —¿Qué
quiere? ¿Qué acaso no dijo que si le ayudaba con lo de Lee Sooman me dejaría en
paz?
—La
policía me está buscando. Encontraron a Sooman muerto y al parecer tienen un
sospechoso. Tengo que escapar a China y tú me vas a ayudar. —Tomándolo del
brazo, el Jefe intentó arrástralo. Jaejoong rápidamente se zafó de su mano.
—¡Yo
no voy a ningún lado con usted! ¡Yo no le seguiré ayudando más! ¡¿Qué acaso no
tiene vergüenza?! ¡¿Qué acaso no entiende que yo no lo quiero ni ver?!
—Vamos,
solo ayúdame a pasar la frontera y luego te dejare ir.
—¡¿Y
cómo se si es verdad?! ¡¿Cómo puede creer que confiare en usted si desde el
primer día de mi vida me está mintiendo?!
Ante
ese grito, Jisung se quedo callado, perdiendo la paciencia. —Bien, no lo quería
hacer pero creo que no tengo alternativa. —Sacando la pistola de su pantalón,
Jisung le apuntó a Jaejoong, hablándole con dureza. —No tengo tiempo para tus berrinches,
así que cállate y metete al auto. Ahora.
—¡No lo permitiré!
La
señora Sooyun se armó de valor e intentó empujar a Jisung; este en seguida
levantó una de sus piernas y le propinó una patada tan fuerte que le hizo volar
y caer en el asfalto. Junsu corrió en su auxilio, Jaejoong gritó desesperado.
—¡¡¡Abuela!!!!
Quiso
ir a su lado, pero Jisung volvió a apuntarle. Yoochun, al ver el peligro
inminente al que se enfrentaba su Hyung, decidió interponerse entre ellos,
protegiendo a Jaejoong con su cuerpo. —¡Si
le va a disparar entonces tendrá que dispararme a mi primero! —Gritó con todas sus fuerzas.
El
Jefe se mordió la lengua. —Saben
que no lo quiero hacer, no quiero herir a ninguno de ustedes, así que no me
hagan cometer una estupidez.
—¡¿De
qué habla?! ¡Siempre nos ha herido, siempre ha jugado con nosotros! ¡Que nos
dispare no es diferente a todo lo que nos ha hecho! —Jaejoong gritó desde detrás
de Yoochun.
—Vamos
Jaejoong, no quieres que en verdad le dispare a Yoochun… o a Junsu… o a tu
abuela. Sé inteligente, ayúdame esta vez y te dejare ir.
Jaejoong
bajó su rostro, luciendo derrotado. —No lo hará…
—Te
lo prometo, si lo hare esta vez.
Sabiendo
que eso era mentira, Jaejoong empujó sutilmente a Yoochun hacia un lado y
caminó desganado hasta su Jefe, resignado a cumplir con sus demandas. —Está bien, iré con usted. No quiero
arriesgar a nadie a su estupidez.
El
Jefe sonrió por sus palabras. —Mi
buen chico, —Lo felicitó
al acariciarle los cabellos y luego lo guió hacia el auto, metiéndose él también
en el asiento del piloto para ponerlo en marcha.
—¡Espera!
—Yoochun corrió hacia ellos pero
Jaejoong lo detuvo con su mirada, explicándole que estaría bien y que solo
tendrían que esperar. Era obvio lo que estaba haciendo, se estaba sacrificando
para evitar que más personas salieran heridas por su culpa.
Sin
poder hacer nada mas, el auto arrancó y Yoochun se quedo mirando el polvo que
se desprendió del suelo al irse a toda velocidad. Se volteo hacia Junsu, quien
lo miraba angustiado con la abuela de Jaejoong adolorida entre sus brazos. —Tenemos que llevarla a un hospital, está
muy mal. —Le dijo.
Yoochun
se llevó las manos a la cabeza. —Hay
que ayudar a Jaejoong, el Jefe no lo dejara irse aun cuando atraviesen la
frontera.
—¿Y
qué podemos hacer?
Desesperado
y con la mente trabajándole a mil, Yoochun se dirigió de nuevo a Junsu,
hablándole con firmeza:
—Lleva
a la señora Jung a un hospital. Yo iré por ayuda.
..
Nota: Sip, se que de nuevo me demore. No tenia nada escrito, estuve ocupada y ademas enferma. Sorry, espero que les haya gustado el capitulo, ya solo faltan dos para finalizar. La historia esta para morderse las uñas *.*
Comenten y nos vemos en el otro cap.
Omg!!! en serio odio a jisun, por dios que ya deje en paz a jae, ya le hizo mucho daño, yunho por favor ve a ayudar a jae, se que estar mas que dolido por desicion de jae pero trata de entenderlo un poco jamas sintió el amor de una familia, ahhhhhh esto me esta desesperando, porque tuvieron que ser hermanos, ohhhh mi corazón esta sufriendo ...
ResponderBorrarNo se algo no me cuadra en esto de jis... :/
ResponderBorrarYh salva a jj no te enojes con el..
Me tienes con el pendiente en esta historia...por favor ya no tardes en actualizar quiero ver que mas va a pasar!! :* <3
Gracias
que triste Jae encuentra por fin a su familia y resulta que una de ellas es yunho imposible de creer pues se aman con locura y ese amor no podrá ser que pase algo que uno de ellos no sea hijo de la madre así podrán estar juntos sin remordimiento alguno ahora el Jae esta de nuevo en las garras de su padre y es tan ruin ese hombre que solo la escritora sabe que posara con ellos pobres a seguir sufriendo
ResponderBorrarGracias
What!!! Pero que fastidio con Jisung, no deja de joderle la vida a JaeJoong, ya no conforme con todo lo que le hizo en su niñez, ahora quiere usarlo para escaparse X-( acaso su cerebro no le da para hacerlo solo?
ResponderBorrarY ahora Yunho se vuelve a separar de Jae U.U
Aaaash que complicado esta todo Y.Y gracias por el capítulo!
Oh cielos lo dejaste en la mejor parte; quiero el siguiente capítulo y a la vez no lo quiero, ya que la historia está a solo un par de capítulos de finalizar
ResponderBorrarRealmente todo está tan catastrófico que no tengo ni idea de como podrá terminar.
Mi Jae y Yunho esto es algo tán dificil para ellos, solo tienen que pensar y sentir cual es realmente su felicidad.
Muchas gracias por el capítulo
Que pena yo queria que Yunho y Jaejoong no fueran hermanos ya que ellos dos se aman y que pasara con Jae podra escapar de su padre para que no le siga haciendo mas daño podran ser felices gracias por este capitulo esperare el siguiente con ansias
ResponderBorrar