Capítulo
19 —La reja: —Porque tú eres malo, feo,
despreciable y nunca serás nada más que un cruel ser.
La
rutina era la misma. Todos los días sin faltar. El alma no lo notaba.
Por
la mañana abría sus ojos y rodeaba los pastizales verdes que en ocasiones se
llenaban de flores; amarillas, rojas, azules de todos los colores, las cuales
contrastaban con su grisáceo espíritu. Luego paseaba un poco por el bosque, sin
adentrarse realmente ya que no estaba seguro si encontraría el camino de nuevo
para regresar. En ocasiones, iba a aquella vieja casa ubicada al lado del
campo, aquella casa de la que se escuchaban tantos rumores, como ese de que
hace años en ese lugar se había cometido un horrendo asesinato y que un
fantasma merodeaba la zona, aunque él en realidad nunca había visto alguno por allí.
Normalmente
su espíritu era solitario y solo algunas pocas veces recibía la visita de un
tierno ángel con risa tan encantadora, aunque al alma siempre se le olvidaba el
rostro y el nombre de ese bello ángel…
¿Junchan?
¿Junsa?
Ni
idea, las almas en pena no tenían la característica de recordar y si lo hacían,
lo hacían de forma monótona, como automática sin estar conscientes en realidad
porque y para que recordaban. También existía otro ángel, uno más hermoso y magnifico,
con alas doradas y un cetro, quien lo observaba a la distancia pero nunca se le
acercaba. El alma no sabía porque.
Al
ocultarse el sol y caer la noche, el alma siempre volvía al mismo sitio,
siempre al mismo lugar…a esa oscura mancha negra ubicada en medio del pastizal
de flores, que parecía perturbar con la uniformidad de todo el lugar. No lo entendía
pero acurrucarse y oler las flores marchitas y quemadas, lo hacían sentirse en
paz, casi como si recordara un aroma familiar y hogareño. Era un tanto irónico
que unas cuantas flores dañadas lo hicieran sentirse de esa manera. A veces
soltaba lamentos, lloraba, pero no entendía porque, era como si hubiera perdido
algo pero no recordara exactamente que había sido. Nunca encontraba consuelo,
por años no había experimentado ningún alivio que le calmara su espíritu, así
que después de todo esta si era un alma
en pena.
Y
hoy era otro día, otro día gris, en el cual la vieja alma demacrada y
esquelética volvía a repetir su rutina. Como todos los días…parecía que su
destino era estar condenado a vagar por el mundo sin propósito alguno, sin
tener la capacidad de poder superar algo
y siempre llevar la incertidumbre en su espalda.
Con
sus ojos caídos levanto la mirada al cielo y se incorporó de su lecho, avanzando
con sus pies pálidos por la espesa pradera. De repente, a los lejos en un área
cercana al pueblo, el alma vio una sombra negra que transitaba por el lugar.
Parecía ser la silueta de otra alma. Un poco atraído por la sombra, el alma
camino hacia la dirección, adentrándose lentamente en el sitio con aroma a
tristeza en la que se encontraba el otro ser.
Algunas
paredes de cemento, estatuas, flores, tumbas…se trataba de un cementerio, un
cementerio vacío y sin vida el cual estaría completamente solo… si ellos dos no
estuvieran ahí.
El
alma siguió buscando al dueño de la sombra, transitando por los lúgubres
pasillos de tal cementerio hasta que una tumba en especial, lo hizo parar y
desistir de su búsqueda. Era una tumba sencilla que estaba algo maltratada,
como si a propósito la hubieran dañado sin que les importara ofender la memoria
de quien fuera que estuviera allí enterrado.
El
alma leyó el nombre tallado en la piedra.
Shim
Changmin
Fecha
de muerte — 18 de febrero de 1988
Shim Changmin…
—Fue
un asesino que murió condenado a morir en la silla eléctrica hace ya varios
años.
Hablo
de repente la otra alma, sobresaltando a la primera. Vestía una túnica negra,
un gran sombrero negro y una especie de tapabocas, que le cubría casi todo el
rostro. Apenas y se le podían notar los ojos. Ante eso el alma con túnica
blanca trastabillo hacia atrás, observando con detenimiento y curiosidad al
recién llegado. Era inusual encontrarse con otra alma en pena y era aún más
inusual poder comunicarse entre sí, ya que por lo general, las almas se
comportaban un poco incoherentes a la hora de relacionarse con otros seres.
—¿Entonces
por eso esta tumba esta tan maltratada? ¿Por qué fue una persona que fue capaz
de cometer tal acto? —se aventuró a preguntar.
—¿Ves
esa casa de allí? —el alma de vestimenta negra señalo hacia la casa a la
distancia, la misma a la cual la otra alma solía frecuentar —Allí, hace un par
de años, el hombre se volvió loco y acorralo a su joven novia, 27 puñaladas fue
más de lo necesario para acabar con su vida.
El
alma paso saliva, mirando ahora con miedo la tumba a sus pies —¿Cómo sabes eso?
—Lo
escuche de los humanos. Al parecer el amor te puede llevar a cometer locuras…y
en este caso, tal vez, fue por una locura
de amor.
El
alma se abrazó los brazos, dándole una última mirada a la cripta mientras se
desplazaba a la siguiente. Ya no quería estar ahí. —¿Cuál es tu nombre?
—pregunto en cuanto se detuvo en la otra tumba que a diferencia de la anterior,
estaba llena de rosas, flores, peluches y cualquier objeto de amor que pudiera
caber allí.
—Alma,
me llamo alma. —le respondió el alma con vestimenta negra mientras lo seguía a esa
tumba.
—¿Alma?
Eso no es un nombre…
—¿Cómo
es el tuyo entonces? —inquirió el otro.
Él
se detuvo un momento, pensando
en la pregunta. Mirando el nombre tallado en su brazo, el alma le respondió.
—Yunho, me llamo Yunho.
—Yunho…—susurro —Significa, maravilloso hijo
mayor, según los caracteres hanja.
—¿Y cómo sabes eso?
El alma de color negro resoplo, contestando
de nuevo “lo escuche de los humanos”.
Unos cuantos segundos de puro silencio
pasaron después, la brisa les movía sus desgastadas túnicas mientras el
ambiente grisáceo y oscuro seguía matizando el lugar. Lo único colorido era
aquella tumba en frente, aquella tumba tan diferente a las demás.
—La
persona de esta tumba debió ser alguien a quien querían mucho. —dijo de pronto
el alma quien se hacía llamar Yunho, mientras melancólicamente acariciaba el
borde de la cripta.
—Debió
serlo para que después de tantos años le sigan dejando flores en su lecho de
muerte… —le respondió el alma de color negro, agachándose y leyendo el nombre
inscrito en el cemento.
A
nuestro amado Kim Jaejoong, papa y mama nunca te olvidaran.
Fecha
de muerte — 4 de febrero de 1986
—…Alguien
lo debió amar locamente. —soltó de repente, alejándose del lugar, dejando a la
otra alma con un sentimiento de incertidumbre en su ser. —Mira aquí hay una con
tu nombre —Dijo en cuanto llego a la tumba más alejada de todas, ubicada en una
de las esquinas del cementerio. De inmediato, el alma con túnica blanca fue
hacia donde estaba el otro, mirando ahora una tumba abandonada, olvidada entre
la maleza y la vegetación. Al contrario de las dos últimas tumbas, esta no
parecía despertar ningún tipo de sentimiento hacia la persona que se encontraba
allí enterrada, es más ni siquiera lucia ser parte de ese cementerio.
Jung
Yunho
Fecha
de muerte — 6 de febrero de 1986
Era
lo que estaba escrito en aquella lapida. Dejándose caer de rodillas, el alma de
túnica blanca rozo con sus dedos el nombre de la cripta, tal vez el único que
se había detenido en aquella tumba. Luego, con la misma mano, rozo igualmente
la cicatriz en su antebrazo, sintiendo que lentamente las cosas empezaban a
tener sentido. De repente, tuvo el impulso de voltear su mirada hacia el alma
de vestimenta negra que lo acompañaba de pie a su lado, mirando sus oscuros
ojos en el proceso.
—Y
a esta persona nadie le debió importar realmente. —él escucho.
..
“Él
sinceramente odiaba las peleas, de verdad las detestaba. Su padre había llegado
borracho otra vez a su casa y se la había emprendido contra su madre, quien le
había reclamado por el evidente estado en que se encontraba. Los gritos,
insultos y golpes no se hicieron esperar y Yunho no espero para salir de su
casa, intentando huir del infierno que ahí comenzaba.
Usualmente
en esas escapadas, él iba a un parque cerca de su casa que se encontraba casi
en la salida del pueblo. Botaba piedras, jugaba con las ramas o simplemente
esperaba a que las cosas en su hogar volvieran a la normalidad. Esa vez no
había sido la excepción y Yunho había llegado al sitio, visualmente molesto por
todas las cosas que pasaban en su hogar. Por todas las cosas que pasaban en su
vida.
El
empezó a caminar por el lugar y no se dio cuenta cuando de la nada una pelota
de beisbol salió volando directo a su cabeza, pegándole en el proceso.
—¡Ahhh,
maldita sea! —Yunho echo una maldición siguiendo el ejemplo del vocabulario de
su padre en su casa. Se tomó la cabeza y la apretó contra su cuerpo, intentando
con esto disminuir el dolor —¡Auuu! —el chillo de dolor sintiendo como un
chichón se formaría en el lugar.
—¡Niño,
Niño, ¿Qué te paso?! ¡¿Dónde está la pelota?!
Yunho
alzo el rostro y vio a través de una reja ubicada en un la parte lateral del
parque, a un niño como de su edad de tez pálida y cabello negro quien lo
observaba preocupado, sosteniendo las rejas con sus dos manos.
—¡¿Es
tuya esta pelota?! —Yunho se agacho y tomo la pelota en su mano, preguntando
con enfado.
—¡Si,
si! —El otro niño asintió enérgicamente, extendiendo sus brazos a través de la
reja —Por favor, dámela, si no la llevo me castigarían.
Yunho
tuvo el impulso de lanzar la pelota y estrellarla contra la cara de ese niño,
pero se contuvo de hacerlo y en lugar de eso, camino hacia la reja,
entregándole de mala gana la pelota.
—¡Gracias!
—dijo el otro entusiasmado dejando escapar una sonrisa de su boca. Él observo
como Yunho seguía presionando fuertemente su cabeza así que sin meditarlo una
vez, extendió sus brazos y jalo a Yunho hacia la reja, haciendo que se
inclinara para poder revisar su cabeza. El moreno se sorprendió de sobremanera
por la acción y trato de alejarse del agarre, sin embargo este era persistente,
y no lo dejaría hasta que revisara que si su cabeza estaba bien. —Uhh se ve muy mal… —susurro arrugando sus
pequeñas cejas para luego con sus dedos acariciar tenuemente el chichón de la
frente. Luego de una pequeña mochila que tenía colgada a un lado, saco unas
curitas, poniendo una justo donde estaba la herida. Yunho no dijo nada, tan
solo se quedó viendo lo que el niño le hacía.
—Listo.
Ahí está. —menciono el niño emocionado mientras que se las arreglaba para, a
través de las rejas, poder depositar un tierno beso pequeño en la herida del
otro. Yunho de inmediato se apartó, no gustándole lo que el otro había hecho.
—¿Así
está mejor, Yunho?...Ves, ya sé cómo cuidarte.
No
sabía que sus besos tuvieran tales poderes curativos.
—Lo
siento por golpearte con la pelota, prometo que la próxima vez seré más
cuidadoso.
Ante
la disculpa, Yunho solo asintió con la cabeza y se volteó dispuesto a irse de
nuevo a casa.
—¡Espera!
—el pelinegro lo tomo del brazo, impidiendo que se fuera —Nunca te había visto
por aquí, ¿Eres del pueblo?
—S—sí.
—¿Cómo
te llamas?
Él
bajo la cabeza, respondiendo entre dientes. —Yun-ho. —Normalmente el no solía
hablar con otros chicos, desde esa edad era realmente un antisocial.
—Yunho
—repitió el otro —Bien, mi nombre es Jaejoong —extendió su mano esperando que
le devolviera el gesto, pero Yunho solo lo ignoro, observando detenidamente la
mano extendida en su dirección.
—¡Jaejoong!¡Jaejoong!
—Ambos escucharon los llamados de una señora a la distancia y el pelinegro se
sobresaltó en su puesto, alejándose levemente de la reja para volver a donde
tenía que estar. —Me tengo que ir. Pero prométeme que nos veremos otro día ¿Si?—el
pelinegro pregunto pero el otro no le
respondió nada, y sin ni siquiera darles las gracias por la cura que le había
puesto, salió huyendo como venado despavorido por el bosque, regresando de
nuevo a casa.
El
joven Jaejoong se quedó mirando el camino que había trazado Yunho y luego se
rio con ternura, pensando en lo gracioso que había sido el otro niño.
Y
así fue, como por primera vez, se conocieron Jung Yunho y Kim Jaejoong a la
tierna edad de 8 años…y todo por medio de una reja.
..
Las
otras veces que había ido al parque, se había encontrado de nuevo a Jaejoong y aunque
al principio se hubiera sentido un poco incómodo por la presencia del otro niño,
lentamente el miedo iba desapareciendo y el sentimiento de amistad se iba
forjando. Se había enterado que las rejas que lo separaban de Jaejoong eran
propiedad de una escuela primaria, una escuela costosa del pueblo. Ese fue el primer
indicio que le dijo a Yunho que probablemente Jaejoong no era un niño como él y
que de hecho, la vida de Jaejoong era completamente distinta a la suya.
Nacido
en una familia acomodada, Jaejoong era el único hijo de una pareja de esposos
provenientes de la ciudad. Era un niño alegre, tierno, hablador, que le gustaba
jugar y compartir con los niños de su edad…muy diferente a Yunho. En ocasiones
y cuando se encontraba aburrido, Yunho se escapaba de clases e iba hacia la
escuela de Jaejoong, encontrándose con el susodicho por medio de la reja llena
de arbustos, misma en la que se habían encontrado por primera vez. Ahí jugaba y
escuchaba todos los disparates que él otro le decía, entreteniéndose por las
ocurrencia del pelinegro. También, de vez en cuando, Jaejoong compartía su
comida de la lonchera con él, debido a
que casi siempre los padres de Yunho lo mandaban a la escuela sin nada para
comer.
Muchas
veces, Yunho se había metido en un montón problemas por ir a visitar a Jaejoong
y se había tenido que aguantar los golpes que su madre le había propinado cada
vez que se enteraba de las quejas de las profesoras del menor debido a sus
escapadas. Yunho sabía que su madre no le pegaba para disciplinarlo, él sabía
que su madre le pegaba de pura frustración, de puro odio…como una forma de
desquitarse con él por la vida que le había tocado. Porque él fue uno de los
errores que ella había cometido y que nunca pudo borrar.
Los
padres de Yunho se habían casado por obligación, ya que su padre había dejado
embarazada a su madre cuando ella tan solo tenía 15 años. Ingenua, había creído
que las cosas con un hombre mayor serian mejor, que él la sacaría de la pobreza
y que tendría una vida más estable y más feliz, pero se había equivocado. El
hombre resultó ser un fracaso, tanto en el dinero como en su relación, además
de un alcohólico y un abusador. Ella se había tenido que aguantar, ya que no tenía
a donde ir pero en secreto lo odiaba…tanto a él como al hijo que compartían,
porque Yunho era una de las razones que la mantenían atada a ese matrimonio.
Por tal razón, el hogar de los Jung era un caos, las peleas era el pan de cada
día y el joven Yunho siempre terminaba como el perjudicado en todo el asunto.
Por eso prefería escaparse unas cuantas horas para verse con su amiguito
Jaejoong…aunque fuera al menos a través de esa reja.
..
La
primera vez que fue a la casa de Jaejoong fue alrededor de después de un año de
conocerse, a pesar de que Jaejoong lo había invitado incluso pocas veces
después de que se habían visto por primera vez.
La
casa no era tan grande como se había imaginado, pero era bonita y se notaba que
los padres de Jaejoong tenían la estabilidad económica suficiente para
sustentar una casa de aquellas cualidades. En cuanto entrabas una agradable
atmosfera se comenzaba a sentir y la palabra “hogar” realmente se ajustaba a su
descripción. La habitación de Jaejoong, por otra parte, era grande y tenía un
montón de cosas que Yunho pensó nunca podría llegar a poseer. Carros, muñecos,
figuras de acción…todo era como estar en el paraíso de un niño.
—Deberíamos
encontrarnos un día para jugar con nuestros juguetes favoritos, tal vez en tu
casa la próxima vez. —Dijo entusiasmado Jaejoong mientras deslizaba algunos
carros en el piso.
—Si…—le
respondió Yunho sin ganas, pensando que no quería que Jaejoong fuera a su casa,
porque comparada a la casa de Jaejoong, la suya parecía una pocilga. Además, no
es que poseyera tantos juguetes, y la mayoría estaban tan viejos y descuidados
que le daría vergüenza tan solo mostrarlos.
—Joongie
amor, ¿Quién es tu amiguito?
Y
en esa ocasión, también fue la primera vez que conoció a los padres de
Jaejoong. Su madre era una señora de hogar que se vestía y se arreglaba como si
fuera una mujer de negocios. Su padre lucia como alguien respetable, bien
uniformado y lustroso, aun así parecía ser cálido con Jaejoong, sin duda el
trabajo no le era impedimento para compartir con su hijo.
—Es
del colegio. —Jaejoong respondió a la pregunta en voz baja mirando con el
rabillo del ojo a Yunho. Seguramente si les decía que Yunho era un niño de
estrato bajo a quien había conocido en la calle, sus padres no aceptarían su
amistad.
—Qué
raro nunca lo había visto. —La señora Kim hablo mirando por sobre el hombro a
Yunho. —¿Eres nuevo en la escuela?
Yunho
le devolvió la mirada a Jaejoong, sintiéndose nervioso. —S—sí.
—¿En
que trabajan tus padres?
El
menor se mordió los labios, no queriendo revelar eso a la impecable madre de
Jaejoong —Mi mama….mi mama no trabaja y mi papa trabaja en un taller mecánico
—dijo, esperando una reacción de ella.
—Veo.
—ella le respondió después, recorriéndolo de arriba hacia abajo. Algo en su mirada intimido a Yunho y aunque el
resto de la tarde ella fue amable, él pudo percibir algo de hostilidad de su
parte, como si ella presintiera que él no era adecuado para su hijo.
—Vaya
Jaejoong tienes tantas cosas bonitas…nunca podría tener nada de esto. —le dijo
Yunho a Jaejoong cuando la hora de marcharse estuvo cerca.
—No es nada, hay muchas cosas con las que no juego ya.
—No es nada, hay muchas cosas con las que no juego ya.
—Ya
veo.
Jaejoong
pudo notar el tono de tristeza en la voz de otro y sin pensarlo mucho, fue
hacia su colección de soldaditos de plomo, misma con la que habían estado
jugando las últimas horas y que a Yunho le había gustado mucho, según lo que
había llegado a percibir.
—Toma.
—Extendió sus brazos mostrándole el regalo a Yunho —para ti.
—¿Para
mí? —Yunho abrió los ojos, sin poder creérselo. Jamás había recibido un
obsequio tan valioso.
—Sí,
quiero regalártelos. La verdad es uno de mis favoritos pero no importa si lo
tienes tu…puedes llevarlos a la reja para que juguemos juntos.
Con
sus manos temblorosas, el pequeño Yunho tomo el juguete en sus manos, admirando
el fino material con el que las figuritas estaban hechas. —Gracias. —dijo de
forma casi inaudible mientras que una tenue sonrisa se curvaba en su rostro.
Gesto que casi nunca sucedía.
..
Por
desgracia, aquellas figuritas no duraron mucho en sus manos porque en cuanto su
madre las descubrió, se las arrebato y las quemo en la estufa, alegando que no
era posible que Yunho tuviera aquella clase de juguetes caros y que
probablemente el menor se los había robado. Luego, con la misma llama de la
estufa con la que había quemado las figuritas, tomo las manos de Yunho y las metió
en el fuego, dándole así un escarmiento por haber supuestamente hurtado el
juguete.
Cuando
la pesadilla termino, Yunho fue corriendo a su pequeño cuarto, encerrándose en él,
echándose en su cama y llorando con todas sus fuerzas. No era justo. No era
justo que el regalo que había recibido de Jaejoong le hubiera sido arrebatado
de esa manera. Su madre era malvada, definitivamente la estaba comenzando a
odiar.
—La
gente es mala, toda, toda. —Yunho sollozo en su cama mientras frotaba sus
manos, tratando de curarlas.
Él
cerró los ojos, intentando imaginar estar en la casa de Jaejoong. Era
deprimente el pensar como allí había tenido buena comida, muchos juguetes y la
más placida de las compañías, mientras que ahí, en su hogar, solo tenía dolor,
sufrimiento y hambre.
—Los
odio, los odio a todos…—Yunho abrió los ojos de nuevo, sosteniendo un soldadito
chamuscado que había logrado recuperar del fuego —Menos a ti.
..
Yunho
fue feliz cuando en secundaria, Jaejoong y él terminaron en la misma escuela.
No había muchas en su pueblo de todos modos, por lo que era de alguna manera
predecible que estarían juntos esos años. Ahora podrían verse todo el tiempo
sin que una reja los separara. Aun así, no
es como si de verdad pudieran estar TODO el tiempo juntos ya que para
desgracia de Yunho, Jaejoong se había convertido en un muchachito popular,
poseedor de muchas amistades mientras que Yunho cada vez se había vuelto más
hostil con las personas, prefiriendo estar solo o a solas únicamente con
Jaejoong. Por tal razón, Yunho se había ganado la imagen de extraño frente a
sus otros compañeros, ya que el moreno destilaba por cada poro de su ser, una
atmosfera antipática y hasta a veces sombría.
—Yunho-yah
—Jaejoong alcanzo a Yunho, quien caminaba cabizbajo por uno de los corredores
de la escuela. —Los chicos de nuestra clase van a tener un partido con los
chicos de otra escuela y estará interesante. Ven con nosotros. —Jaejoong tomo
la mano de Yunho pero este la retiro, respondiéndole con voz severa.
—No
tengo ganas de ir a ver a todas esas personas, me iré a casa.
—Pero…—Jaejoong
se quedó con la palabra en la boca mientras observaba alejarse a Yunho por los
pasillos. Y a pesar de que Yunho hubiera preferido decir “No vayas con ellos Jaejoong, ven conmigo a casa” algo dentro de si
no se lo permitió, algo dentro de sí le dijo que Jaejoong escogería estar con
ellos por sobre él.
..
—Dame
el dinero de tu almuerzo. —el matón del curso acorralo a Jaejoong en los
casilleros y lo estrello contra ellos, tomándolo de su ropa fuertemente, casi que
levantándolo del suelo.
—¡No,
no! —Jaejoong intento zafarse pero la fuerza con la que el matón lo apretaba
era mucho mayor de la que él tenía para alejarse.
—Dámelo
o te rompo la cara. Tú eliges.
Jaejoong
cerró fuertemente los ojos cuando vio como él que lo acorralaba levanto el puño
en dirección a su cara pero otro brazo lo detuvo de hacerlo, mandándolo lejos
en el acto. Era Yunho, y pese a que él normalmente no se metía en ese tipo de
peleas, de solo ver como casi lastiman a Jaejoong, algo dentro de si se activó.
Un sentimiento protector que nunca había sentido antes hacía alguien.
—Vete
rata o no respondo de mis actos. —Yunho saco valentía de donde no tenía y le
grito al otro chico, recibiendo un golpe de regreso.
—¡Yunho!
—Jaejoong se aproximó a su lado cuando el matón se escabullo por los pasillos
luego de darle una tanda de golpizas a Yunho. Quizá no había sido el superhéroe
que había intentado ser, pero por lo menos Jaejoong estaba a salvo y eso era
todo lo que importaba. —Fuiste muy valiente, gracias. —Jaejoong le acaricio la
cara y acto seguido lo abrazo contra su cuerpo, sintiendo como Yunho se tensaba
por su acción.
Eso…se
sintió tan bien. Tener a Jaejoong en sus brazos se sintió tan bien, que a Yunho
no le importó y le devolvió el abrazo, aspirando el aroma del cabello de
Jaejoong con su nariz.
Después
de todo, había valido la pena la golpiza que había recibido.
..
Luego
de eso y de unas cuentas cosas más, Yunho había comenzado a ver de una forma
diferente a Jaejoong. Ya no solo disfrutaba de su compañía, lo extrañaba a
horrores cuando se encontraba en su casa o cuando Jaejoong estaba con sus demás
amigos de la secundaria. En clase, había comenzado a desconcentrase más de la
cuenta, ya que siempre se mantenía admirando a Jaejoong desde su puesto, viéndolo
reírse, hablar, estudiar o simplemente mirar atentamente al tablero. Los
simples toques que Jaejoong le daba de vez en cuando lo hacían sentirse
nervioso y sus ojos observando los suyos lo ponían a sudar más de lo necesario.
Y es que los gestos de Jaejoong hacia él tampoco ayudaban a aligerar el
repentino flechazo que había comenzado a sentir por su amigo. Mientras que las
demás personas solo lo trataban con indiferencia y rechazo, Jaejoong siempre se
mantenía atento de él, cuidándolo cuando estaba enfermo, ayudándolo cuando
tenía dudas sobre algún tema, ofreciéndole su almuerzo cuando Yunho no tenía
nada para comer…definitivamente Jaejoong era un ángel. Jaejoong era el tipo de
persona que podía dejar de lado todos los prejuicios y ayudar a alguien a quien
los demás consideraban “malo” o “raro”. Ver más allá de lo que las apariencias
le decían. Eso era sin duda encantador.
—Jaejoong
¿Te ayudo con tus libros? —Y Yunho se encontraba a si mismo siendo más amable
con Jaejoong, queriendo complacer todo lo que necesitaba Jaejoong si con eso
lograba sacar una sonrisa del muchacho.
Oh todo era tan momentáneamente perfecto. A pesar de que los problemas en su casa persistían y las cosas en la escuela no es que fueran del todo bien, sentirse enamorado hacia Jaejoong era tan emocionante y tan aliviador al mismo tiempo.
Oh todo era tan momentáneamente perfecto. A pesar de que los problemas en su casa persistían y las cosas en la escuela no es que fueran del todo bien, sentirse enamorado hacia Jaejoong era tan emocionante y tan aliviador al mismo tiempo.
Nada
podía arruinarlo…
…hasta
que una persona tiro todo su mundo hacia abajo de nuevo.
Shim
Changmin, un nuevo estudiante proveniente de la ciudad llego para nunca volver
a irse. Él era un muchacho tranquilo, inteligente pero no muy sociable, aun así
parecía caerle bien a todo el mundo a pesar de que no era del tipo de persona
graciosa y ocurrente con la que la demás gente prefería estar. Jaejoong y él se
habían vuelto amigos en muy poco tiempo, y lentamente el cariño que antes el
pelinegro manifestaba por Yunho, ahora comenzaba a trasladarse al recién
llegado. Y Yunho lo odiaba. Odiaba cuando Jaejoong ya no notaba que estaba
enfermo debido a Changmin, odiaba cuando Jaejoong ya no pasaba tanto tiempo con
él y que sus atenciones amorosas ya no era dirigidas hacia él.
No
entendía. No entendía por qué Changmin era amado siendo un muchacho callado
cuando él toda su vida había sido así y nadie aparte de Jaejoong, se le había
acercado. Era deprimente. Quizá la razón era porque Changmin provenía de una
familia de bien, una familia de recursos que encajaba con todo el ambiente
social en que se movían. Tal vez era eso. Changmin parecía ser un muchacho sin
problemas en su vida mientras que Yunho ya estaba manchado por el maltrato que
había recibido a lo largo de su existencia. Tal vez era eso.
Que
injusto.
..
—¿Oíste
eso? Para el cumpleaños de Jaejoong oppa, sus padres le ofrecieron que podía
llevar a 5 amigos para pasar el fin de semana en la isla de jeju.
—¿Enserio?
Qué envidia. Los padres de oppa son muy generosos.
—Sí
que lo son.
Yunho
escucho hablar a unas compañeras en el pasillo y se sintió sorprendido de saber
que Jaejoong aún no le había comentado eso. ¿5
amigos, eh?
Aprovechando
que Jaejoong se encontraba sacando las cosas de su casillero en el mismo
pasillo, Yunho fue hacia él, queriendo averiguar qué tan ciertos eran los
chismes que había escuchado de sus dos compañeras.
—¿Así
que te vas de viaje el próximo fin de semana?
—¿Eh?
—Jaejoong hizo una mueca, un poco desubicado por la pregunta. —Ah, si…mis
padres me ofrecieron un viaje…ya sabes por mis 17 años.
—Ya
veo. —Yunho se mordió la boca. —Espero que te vaya bien, a ti y a tus padres…
—Ah,
no, no voy con mis padres —Jaejoong lo interrumpió, tratando de no mirar a
Yunho directamente a los ojos —ellos dijeron que podía invitar a unos amigos.
Iré con Changmin y con otros amigos…
Eso
fue como recibir una cubeta de agua fría en la cabeza. ¿Jaejoong había invitado
a personas que había conocido hace poco más de un año y a su amigo de la
infancia lo había dejado de lado? Y no es que le interesara ir a compartir con los
amigos de Jaejoong unas vacaciones de lujo, pero le dolía que Jaejoong no lo
hubiera tenido en cuenta en su invitación.
—¿Por
qué no me lo dijiste? —Yunho se las arregló para preguntar, intentando que la
ira y tristeza que sentía en esos momentos no se notara en su voz.
—Bueno,
suponía que no te agradaría la idea, ya que como nunca sales con nosotros…
—Pero
me hubiera gustado ir contigo.
Jaejoong
se quedó callado cuando vio la decepción latente en los ojos de Yunho, y cuando
estuvo dispuesto a decir algo, Changmin apareció en escena, diciéndole a
Jaejoong que se tenían que apurar para terminar la tarea de matemáticas que
había quedado pendiente.
—Oh,
Hola Yunho, ¿Cómo estás? —Changmin saludo cortésmente a Yunho, ofreciéndole la
mano para que la estrechara pero Yunho no lo correspondió y en lugar de eso,
solo le mostro una mueca de fastidio por haber interrumpido su conversación con
Jaejoong.
—Yunho,
no seas grosero. Salúdalo. —Jaejoong le hablo entre dientes, un tanto
avergonzando con Changmin por la actitud del otro. Sin poderlo soportarlo más,
Yunho se alejó caminando apresuradamente por el pasillo en dirección al baño,
empujando a Changmin con el hombro en el proceso. Cuando entro en él, se
encerró en un cubículo y apretó sus puños, intentando que las lágrimas de
frustración no escaparan de sus ojos. Pero era tarde y en menos de un
santiamén, toda su cara ya se encontraba bañada de agua. Él había aprendido a
esconder sus emociones, desde pequeño cuando recibía maltrato de sus padres, él
había aprendido a no llorar y a intentar ser fuerte, pero ahora no lo podía soportar
más. El desplante de Jaejoong había sido lo suficientemente cruel como para
hacerle romper esa regla.
—¡Yunho!
¡¿Yunho, estas ahí?! ¡¿Estas bien?! —Jaejoong llego unos minutos después, luego
de que la calma por fin llegara a Yunho. —Por favor, ábreme —Jaejoong suplico
golpeando la puerta del cubículo, haciendo que Yunho limpiara sus lágrimas
restantes y saliera apresuradamente de él, ubicándose en frente del tocador del
baño.
—Yunho…—Jaejoong
se acercó a su lado, notando como el otro había estado llorando. —Lo lamento
tanto, te juro que no quería hacerte sentirte mal, solo creí que no te
divertirías en un viaje de esos. Perdóname. —Abrazo a Yunho por la espalda,
recostando su cabeza en la parte trasera del hombro de este.
Yunho
se mordió los labios, luchando con el impulso interno de voltearse y abrazar a
Jaejoong entre sus brazos. —No es nada, no estoy enfadado por eso. —Mintió.
—¿Estás
seguro?
—Sí,
seguramente si fuera a ir, te aburrirías conmigo…
—Eso
no es así.
Hizo
el intento de creerle pero sabía que eso no era verdad.
—¿Sabes
qué? —Jaejoong hablo alejándose momentáneamente del cuerpo del más alto —Cuando
regrese te prometo que viajare contigo a alguna parte. No será a la isla de
Jeju, pero será a algún lugar que tenga playa…solo nosotros dos.
—¿De
verdad?
—Sí.
—¿Me
lo prometes? —Yunho pregunto emocionado, sus ánimos repentinamente mejorados.
Jaejoong
asintió con la cabeza.
Ante
eso, Yunho esbozo una pequeña sonrisa desde el fondo de su corazón, pese a que
algo en la proposición no dejaba de saber a lastima.
Aun así, no le importó y abrazo a Jaejoong por los hombros, aun teniendo
presente lo que le había hecho Jaejoong antes. La triste verdad era que él para
Jaejoong tan solo era un simple amigo, mientras que Jaejoong para él podía
significar todo su mundo.
..
A
pesar de haberle hecho una promesa, Jaejoong nunca le cumplió a Yunho y el
resto del año escolar para el moreno se había convertido en una auténtica
pesadilla. Jaejoong ahora andaba más distante con él y la única comunicación
que tenían ahora era apenas el saludo. Debido a eso, Yunho había caído en una
depresión profunda; faltaba más a clases, se encerraba todo el tiempo en su
casa y las peleas con sus padres se habían vuelto cada vez más serias. Incluso
en el colegio, varios rumores circulaban entre profesores y alumnos, acerca de
que Yunho era una persona mala, que era un criminal o que incluso era alguien
de quien se tenía que tener cuidado, porque en cualquier momento explotaría y
sabe dios que llegaría a ocurrir. Y eso no estaba tan alejado de la realidad. Su
odio por las personas había incrementado tanto, que hasta le fastidiaba
intensamente ver a alguien reír o hablar. Sentía envidia, sentía celos de que
todos fueran normales excepto él.
Se
había enterado además como los mismos amigos de Jaejoong hablaban mal de él y
le reclamaban a Jaejoong de por qué lo saludaba, y aunque Yunho sabía que
Jaejoong no compartía su opinión, también sabía que él no hacia mayor esfuerzo
para defenderlo.
Para
el mundo Yunho era una manzana podrida, un chico sin futuro que terminaría
metido en una cárcel.
Y
ahí fue, producto de su aislamiento de la sociedad, que Yunho comenzó a
inmiscuirse en cosas pocas sanas. Cosas ocultas y malévolas, cosas que no eran
de este mundo. Para él ya no existía un Dios, Dios lo había abandonado y él
haría lo mismo con él. Empezó a coger gusto por las cosas paranormales; la
brujería, el ocultismo, ritos que tenían que ver con seres del más allá. Su
apariencia también fue cambiando con el tiempo. Se dejó crecer el cabello hasta
los hombros y la ropa oscura se convirtió en su vestir diario.
Para
él las cosas bonitas y felices no existían en este mundo, excepto una, una luz
radiante que en ocasiones hacia derretir su oscuro corazón. Y es que a pese a
que Jaejoong hubiera cambiado con él, Yunho seguía tan enamorado de
Jaejoong…era un fascinación que casi rayaba en la obsesión. Era mortificante y
masoquista pensar que Jaejoong no lo amaba de la misma manera pero no le
importaba, con tan solo recibir una mirada de su amor, Yunho se contenía de
hacer tantas cosas malas que tenía en mente.
Era
como si Jaejoong fuera una cadena de iluso amor, que contenía a la bestia que
habitaba en el interior de Yunho.
..
La
graduación de pronto llego y sus caminos inevitablemente se separarían… a menos
de que él hiciera algo. Cuando cumplió 18 años, Yunho no espero para largarse
de su casa y empezar a vivir solo, alquilando un pequeño cuarto en un edificio
de apartamentos. Sus padres no le dijeron nada, quizá también estaban deseosos
de deshacerse de él de una vez por todas. Para poder mantenerse, comenzó a
trabajar como asistente en un taller de mecánicos, el cual servía para cubrirle
las necesidades básicas: Transporte, comida y alquiler.
Se
enteró que tanto Jaejoong como Changmin tenían planeado entrar a la misma
universidad, una universidad algo costosa, ubicada no muy lejos de donde
vivían. Yunho no lo podía permitir, no podía permitir que los dos estuvieran
juntos y que él no pudiera volver a ver a Jaejoong nunca más. Por tal razón, él
se propuso una meta: Conseguir una beca para esa universidad, costara lo que
costara. Así que motivado por el deseo de estar siempre con Jaejoong, Yunho
empezó a estudiar, estudiar como nunca lo había hecho, día y noche, para poder
pasar el examen de la beca el cual sería el boleto de ingreso a la universidad.
Sabía que sería difícil, él nunca había sido bueno en los estudios y habían
estudiantes que obviamente estaban mucho mejor preparados que él, pero Yunho no
se rendiría. Su espíritu competitivo empezaba a salir a flote.
Y
lo logro. Logro pasar el examen y aplicar para la beca, ingresando a la
universidad al mismo tiempo que Jaejoong y Changmin lo hicieron. Incluso
Jaejoong lo había buscado para felicitarlo por su logro, abrazándolo
cálidamente como hace mucho tiempo no lo hacía. Ese gesto fue como la
recompensa suficiente para que Yunho dijera que el esfuerzo entregado había
valido la pena.
..
Pero
a pesar de su espíritu anormalmente optimista, las cosas en la universidad no habían
cambiado mucho. Jaejoong y Changmin se la pasaban de arriba a abajo pegados
todo el día, y hasta habían rumores de que ellos dos estaban saliendo, aunque
Yunho nunca quiso creerlo hasta que lo comprobara con sus propios ojos.
Como
nunca tenía tiempo de compartir con Jaejoong, Yunho había desarrollado la
extraña costumbre de espiar al pelinegro: cuando estaba en clases, en las horas
de receso y cuando salía a tomar transporte hacia su casa. Yunho no soportaba
ver como Jaejoong tenía que embutirse en algunos de esos buses para lograr
llegar a su destino, por lo que considero que tal vez, conseguir un medio de
transporte para Jaejoong, sería un gesto lindo y útil para el pelinegro. Algo
que los haría acercarse después de todo ese tiempo de nula relación.
Empezó
a ahorrar, a ahorrar de la plata que no tenía, a pasar hambre y necesidades
solo para poder conseguir aquella moto que había visto en una venta de segunda
mano. Podía ser vieja y usada, pero cumplía su propósito y gracias a la
perseverancia de Yunho, no tardo mucho hasta que pudo estar en sus manos.
—¿Jaejoong
te llevo?
Fue
una tarde cuando Yunho encontró el valor para mostrarle a Jaejoong su nueva
moto y ofrecerle llevarle a su casa todos los días.
—Wow,
Yunho, no te hubieras molestado.
—No,
no es una molestia. Por ti no es una molestia.
Y
Jaejoong había aceptado, y ahora todas las tardes Yunho se sentía dichoso al
sentir a Jaejoong recostarse en su espalda, envolviéndolo con sus brazos
mientras transitaban por la ciudad con destino a la casa de Jaejoong. En
ocasiones, tenía que esperar hasta 3 o 4 horas hasta que Jaejoong terminara
clases, pero no le importaba con tal de que el pelinegro llegara cómodo a su
hogar. Si estaba de suerte, Jaejoong lo invitaba a cenar en su casa, sin
embargo la mirada extraña que le propiciaba la madre de Jaejoong, era algo poco
acogedor, por lo que siempre se terminaba marchando antes de lo que deseaba.
Poco
a poco sentía como su relación con Jaejoong iba volviendo a ser lo que era,
hasta que Shim Changmin volvió a arruinarlo todo de nuevo. Una tarde, Yunho había
llegado a la puerta con su moto para descubrir a un montón de gente amontonada
sobre el carro nuevo del estudiante Shim, el cual sus padres le habían regalado
por sus buenas calificaciones en la universidad. El carro se veía caro sin
embargo se podía ver la cara de
incomodidad de Changmin al tener toda esa gente reunida ahí. Él era del
tipo de personas sencillas, que a pesar de tener recursos le gustaban las cosas
humildes, por lo que llamar la atención con su regalo no era algo que
precisamente le gustara.
—¡Yunho,
Yunho! —Llego corriendo de repente Jaejoong, saliendo de entre toda la gente
—Tengo buenas noticias. Como ahora Changmin tiene carro y él vive más cerca de
mí, ya no tienes que llevarme a mi casa todos los días. ¿No es eso genial?
Yunho
no alcanzo a responder, tan solo soltó una mueca de incredulidad mientras veía
a Jaejoong despedirse animadamente de él con su mano.
—¡Ya cállate! ¡No
puedo creer que prefieras a un insulso humano en vez de a mí! ¡Yo soy más
poderoso, yo soy más fuerte….Yo soy mucho mejor que él! ¡Yo soy mejor que él!
Sin
nada que hacer, Yunho se montó en su moto, detestando ahora el pedazo de
chatarra que había conseguido con tanto sacrificio.
..
La
noticia de la muerte de su padre había llegado alrededor de un mes después. Se
especulaba que lo habían asesinado debido a negocios turbios, pero nada se había
confirmado aún y la policía no parecía tener intenciones de aclarar el asunto.
Pese
a que la relación con su padre había sido igual de mala que con la de su madre,
Yunho no pudo evitar sentir un sentimiento de melancolía ante la noticia de su
muerte. Sabía que tenía que ir al velorio al menos a despedirse del hombre con
el que había compartido 18 años de su vida y ya que no quería afrontar ese momento
solo, le había pedido a Jaejoong que lo acompañara. Jaejoong le dijo que sí y
acordaron encontrarse en una gasolinera para partir juntos en la moto de Yunho
al sitio de la velacion.
Sin embargo, ese día, Jaejoong no apareció y Yunho se preocupó pensando que quizá algo malo le había ocurrido. En la noche llegando a la casa de Jaejoong para revisar su estado, Yunho comprobó con sus ojos lo que sus oídos no habían querido creer. Changmin y Jaejoong se besaban en las afueras de la casa de Jaejoong, y a Yunho casi le da un paro cardiaco al tener que presenciar esa cruel escena.
Esto
no podía ser posible.
Trastabillando
un poco, Yunho se escondió en unos arbustos ubicados en el lugar, mirando con decepción
y tristeza como la única fuente de amor en su vida, le daba a alguien más lo
que tenía que ser para él. No paso mucho antes de que la pareja entrara a la
casa y en un ataque de rabia, Yunho los siguió detrás, golpeando la puerta,
decidido a enfrentar de una vez por todas a Jaejoong.
La
puerta de pronto se abrió ante sus golpetazos pero la persona que lo recibió no
era la que esperaba.
Era
la madre de Jaejoong.
—¿Se
puede saber qué hace aquí joven? ¿Golpeando la puerta a esta hora como si fuera
un loco?
—Necesito
hablar con Jaejoong.
—Lo
siento, él está ocupado.
—Si
ya lo sé, pero necesito hablar con él.
La madre de Jaejoong respiro profundo y miro hacia atrás, cerciorándose de que nadie los estuviera viendo. Luego cerró la puerta tras de sí y miro a Yunho con ojos severos, cruzándose de brazos.
—Mire
joven Jung, no crea que no se dé usted y que clase de persona es usted. En el
colegio se decían muchas cosas, muchos rumores acerca de su familia y sus
andadas, y en realidad yo no confió en usted. Yo no confió que usted sea bueno
para mi hijo.
Yunho
no dijo nada ante las palabras, sabía que no tenía con que defenderse.
—Cuando
ingresaron a la universidad pensé que al fin libraría a mi hijo de usted pero
para mí mala fortuna, usted llego a parar a la misma universidad, frustrando
todos mis planes.
—¿A
qué quiere llegar señora?
La
señora Kim tomo aire, imponiéndose ante el muchacho —Quiero que se aleje de
Jaejoong, porque usted no es buena compañía, usted es un muchacho desviado y
extraño, malo, que no le traerá nada bueno a Jaejoong si sigue con usted. Por
favor, váyase de mi casa y no vuelva más.
—Porque
tú eres malo, feo, despreciable y nunca serás nada más que un cruel ser.
Ante
las palabras, Yunho trago saliva duro, evitando derrumbarse frente a la mujer.
Sin nada más que decir, él se dio medio vuelta, volviendo a su moto, sabiendo
que una parte de las palabras que le habían dicho eran ciertas.
Con
una última mirada de advertencia, la madre de Jaejoong cerró la puerta,
volviendo a su mundo de comodidad al lado de su hijo. Por otra parte, Yunho,
con el alma y el corazón hecho añicos, tomo su moto y empezó a caminar junto a
ella por una avenida vacía, mientras los carros alumbraban el camino
intermitentemente cada vez que pasaban.
Con
sus lágrimas rodeando su cara y su pecho respirando entrecortadamente, él se
dio cuenta lo que su corazón había intentado ocultar:
Él
no era digno para Jaejoong.
Jaejoong
nunca lo escogería a él y por más que se esforzara, Jaejoong nunca seria para
él.
—Oh
que tenemos aquí a un universitario con su moto…
Sin
verlos antes, un grupo de 4 muchachos se le atravesó en el camino, trayendo consigo no muy buenas intenciones. Exigieron
que le entregaran la moto y Yunho no opuso resistencia, ya no tenía ganas de
nada, ni siquiera de defenderse. Aun así, los maleantes, no complacidos de
robar a un pobre chico, empujaron a Yunho hacia la avenida justo cuando un bus
de servicio público venia en su dirección.
El
bus lo atropello y los maleantes se marcharon riéndose con la moto en sus
manos.
Yunho
pudo comprobar de nuevo como este mundo estaba completamente podrido.
..
Tuvo
suerte. Una llanta del bus que lo estrello solo paso por una de sus piernas, fracturándola,
aun así el resto de él permaneció intacto, no sufriendo ninguna lesión de
gravedad. Definitivamente tuvo suerte.
Se
había despertado en el hospital alrededor de 4 horas después del accidente y
hoy se cumplía el segundo día, y nadie lo había visitado aun. Ni siquiera sus
padres. Hasta las enfermeras se extrañaron de eso, preguntándose entre sí
porque nadie había venido ya a preguntar por el muchacho. Desganado, adolorido
y muy deprimido Yunho se recostó una vez más en la camilla, pensando que daba
igual si hubiera muerto o no. A nadie le importaba.
—¿Puedo
pasar? —Escucho una voz familiar fuera de su recamara y no estuvo seguro de
reconocerla hasta que su rostro apareció por la puerta, sosteniendo un ramo de
flores.
Era
Jaejoong y aunque Yunho quisiera odiarlo en esos momentos, fue difícil evitar
que su corazón no palpitara ante el rostro preocupado de su amigo.
—Yunho…¿Qué te paso? —en cuanto dejo el ramo de flores en una mesa cercana, Jaejoong se precipito hacia la cama, acariciando levemente el cuerpo malherido del más alto. Yunho desvió la mirada, no permitiendo que la debilidad por rendirse por Jaejoong lo atacara. —Dime que no es nada serio.
—No
lo es —Yunho respondió con frialdad —Solo me rompí la pierna.
—¿Cómo
paso esto? ¿Por qué…que estabas haciendo?
El
moreno lo miro fijo. —El viernes, por la avenida, mientras volvía de tu casa.
Jaejoong
se mordió la boca, recordando como había faltado a su cita y le había fallado a
Yunho. No tuvo el valor para encararlo, por lo que bajo la cabeza, mirando cómo
se entrelazaba los dedos.
—Yo…
De
repente, alguien azoto la puerta casi rompiendo el vidrio de la entrada. Se
trataba de la mama de Yunho la cual traía consigo un papel en las manos.
Jaejoong se inquietó en su puesto, sintiendo la ira de la madre de Yunho
recorrer su cuerpo.
—¡Lo
que me faltaba! ¡Primero tu padre y ahora tú! ¡Pero que hice yo para merecer
esto!
Ella
se acercó a la cama, botándole el papel casi en la cara —¡Me llego una cuenta a
la casa de 100.000 won por gastos de hospitalización! ¡Incluso fuera de casa
sigues causando problemas!
Jaejoong
no podía creer que la razón del malgenio de la señora Jung fuera a causa de un
recibo del hospital, en vez de la noticia de que a su hijo casi lo había matado
un bus. Nunca había visto a la madre de Yunho así pero ahora que lo recordaba
pocas veces se había encontrado con la madre de Yunho. Yunho casi nunca le
hablaba de ella, solo le había comentado que tenía una personalidad difícil,
pero esto, sin duda, no era una personalidad difícil. Parecía como si a la
señora Jung ni siquiera le importara el estado en que se encontraba Yunho.
—¡No
creas que pagare por esto, ahora que tu padre no está y que me dejo con un poco
de deudas, esto es lo menos que necesitaba! ¡Y como ya eres un hombre
mayorcito, es hora de que pagues por tus cosas! ¿Entendiste?
—Yo
pagare por esto señora. —De repente Jaejoong se levantó, intentando con eso
parar el escándalo.
—¡No
me importa quien pague, solo espero que no me vuelvan a molestar con estos
nimiedades ¿Entendido?! —ella camino hacia la puerta, volteándose por última
vez —Y recuerda Yunho que ya no soy responsable de ti, así que para la próxima
que no me llamen. —diciendo esto último, ella cerró la puerta, tan fuerte como
la había abierto.
En
shock por lo sucedido, Jaejoong se llevó una mano al pecho, respirando con agitación.
Volteo a mirar a Yunho y se sorprendió al ver la cara casi que inexpresiva del
otro, como si este ya estuviera acostumbrado a ese tipo de reclamos.
—Hubiera
sido mejor si hubiera muerto. —Yunho soltó de repente mirando a la nada.
Ante
eso, Jaejoong se aproximó de nuevo hacia él, acunando su rostro. —Por favor, no
digas eso.
—Yo
no sirvo en este mundo, yo no sirvo en esta vida. Tal vez necesito otra.
—Sollozo, sus lágrimas mojando tanto sus mejillas como las manos de Jaejoong.
—No,
Yunho, no digas eso me haces sentir triste…
—¿Qué
sabes tú sobre la tristeza Jaejoong? ¿La has experimentado alguna vez?
Jaejoong apretó la boca, mirándolo fijamente. —Cuando lloras me siento así.
Yunho
se quiso burlar. —Claro, como me has visto llorar tantas veces…apenas y tengo
suerte de que me dirijas la palabra por tu propia cuenta.
—Yunho,
¿Pero qué dices?
—Me
empujas Jaejoong —susurro, casi ahogándose —Me empujas lejos de ti y no puedo
hacer nada. No me importaría si fuera alguien más, pero tú…
—No
entiendo lo que dices, yo no…—Jaejoong se detuvo, sintiendo como también tenía
ganas de ponerse a llorar.
—¿Por
qué eres así conmigo? ¿Por qué lo haces sin intención no permitiendo que me
enoje? —Yunho le reclamo, su voz sonando como una súplica.
De
repente y sin que Yunho pudiera evitarlo, Jaejoong empezó a llorar histérico,
abrazando a Yunho con todas sus fuerzas. —Lo siento, siento no haberte avisado
y que hallas tenido que ir a mi casa…Pudiste haber muerto y todo esto es mi
culpa, mi culpa. —dijo entre sollozos. Yunho lo arropo entre sus brazos, sintiendo
el cuerpo de Jaejoong palpitar tan rápido y sus lágrimas mojar el camisón del
hospital.
—No,
no llores…—Yunho trato de consolarlo, sintiéndose de pronto culpable por haber
hecho entristecer a Jaejoong. Parecía
como si él fuera lo único que provocaba tristeza en el mundo de felicidad de
Jaejoong, mientras que tratándose de él, era todo lo contrario. Y Pese a que
Yunho intento de todo para que Jaejoong recobrara la compostura y dejara de
sollozar, Jaejoong no paro en toda la noche.
..
—¿Puedo
pasar? Traje comida.
Dos
semanas habían pasado desde su accidente. Jaejoong lo había ido a visitar a su
habitación casi todos los días. Las cosas estarían más que bien si su mente no
reprodujera a cada segundo, el beso que habían compartido Changmin y Jaejoong.
Era una imagen que quería borrar, pero que lastimosamente no lo había podido
lograr.
—Si
sigue. —Yunho se acomodó para abrir la puerta, permitiéndole el paso al más
bajo.
—Gracias,
¿Te acabas de levantar?
—Sí.
—Yunho mintió. En realidad había estado despierto desde hace como una hora
arreglando su habitación para que Jaejoong no se sintiera como si estuviera en
una prisión. Además sus libros de ocultismo y demás cosas relacionadas no
podían estar a la vista. No quería que Jaejoong se enterara de qué tipo de
cosas le gustaba hacer en su tiempo libro. No quería asustarlo.
—Ven
vayamos a la azotea, traje kimbap y un poco de soju para compartir. —Jaejoong
lo tomo de la mano y juntos subieron por las escaleras, entrando a la azotea
que estaba inundada con el frio de la noche. Ellos se acomodaron en una
esquina, recostando sus espaldas en una pared de cemento y mirando hacia las
estrellas, observando la vista. Yunho se sintió de pronto incomodo, pensando en
lo horrible que se veía su barrio desde el punto en que estaban, pero a Jaejoong
no le pareció importar, sus ojos estaban clavados al cielo.
—Qué
lindo es, ¿No? A veces quisiera tener alas para recorrerlo. —Jaejoong suspiro,
anhelando el firmamento encima de sus cabezas.
—¿Alas?
—Yunho repitió —¿Cómo un ángel?
Jaejoong
lo volteo a mirar. —Si, como un ángel.
“Si, de verdad pareces
un ángel” Yunho
pensó, admirando el perfil de Jaejoong.
—Como
dos Ángeles. —Jaejoong hablo después, interrumpiendo el ensimismamiento de
Yunho en su persona.
—¿Dos?
—Cuando
fallezcamos, ambos seremos Ángeles. Y podemos pasear por el cielo.
“No” Yunho pensó, Jaejoong estaba
equivocado, él no podía ser un ángel. Ni siquiera creía en ellos. Un ser tan
inadaptado y extraño como él no podía si quiera a imaginar convertirse en un
ángel, en cambio Jaejoong…Jaejoong era
incluso ya un ángel al creer que Yunho podría convertirse en uno.
—¿Y
Changmin? —Yunho pregunto de pronto, tratando de desviar el tema.
—¿Qué pasa con él?
—¿Changmin
no estaría contigo también, siendo un ángel?
—Ah
sí, Changmin también…los tres.
Por
la respuesta Yunho bajo la cabeza, pensando que aunque le doliera admitirlo,
Changmin tenía más cualidades para llegar a ser un ángel que él. El siempre
honrado y humilde Changmin…y siempre detestable a su vista.
—¿Yunho
escuchas? Es música —Jaejoong hizo un gesto con la mano, tocándose la oreja.
Yunho
agudo su oído y escucho la prominente música vals que provenía de alguno de sus
vecinos, quizá alguno que estuviera lo suficientemente sordo como para darse
cuenta que todo el vecindario estaba escuchando su alboroto.
—¿Tu
pierna está bien? —le pregunto incorporándose y antes que pudiera responderle,
Jaejoong ya lo había levantado posicionándolo en frente a él, tomando ambas de
sus manos.
—Espera
—Yunho hizo el amago de alejarse, comprendiendo ahora las intenciones de
Jaejoong —No se bailar.
—No
importa, yo te enseñare. ¿No fuiste acaso a nuestra graduación?
Yunho
desvió la mirada. —No tenía con quien. Además, no me gusta ese tipo de eventos.
—Mmm
—Jaejoong murmuro mientras guiaba a Yunho con sus pies lentamente, esperando a
que el más alto se ajustara su ritmo —Yunho, ¿Por qué no te gusta estar con la
gente? —vino su pregunta segundos después, provocando una reacción seria de
parte del mayor.
—Quizá…les
temo. —le respondió con honestidad, sin inmutarse en ocultar sus miedos.
—¿Temes
a qué?
—A
que me hagan daño.
El
pelinegro lo pensó por un momento. —Yo nunca te haría daño.
—Porque
mi ser es tan contradictorio… Sin querer yo podría lastimarte.
—Yo
nunca quisiera lastimarte, Yunho.
Aun así lo haces.
Yunho
detuvo sus pasos, pensando en lo triste que podían llegar a ser esas palabras.
Jaejoong lo lastimaba sin proponérselo y él no lo podía culpar por eso. Lo
lastimaba cuando prefería a otros, lo lastimaba cuando no lo escogía, lo
lastimaba cuando amaba a Changmin. Jaejoong parecía ser la única persona que le
provocaba sentimientos de felicidad y tristeza al mismo tiempo. Yunho estuvo a
punto de detener el baile y salir corriendo cuando la repentina invasión de sus
negativos pensamientos atacaron su mente, pero las manos de Jaejoong lo
detuvieron, acariciándole la cara, llevando su andrajoso pelo hacia atrás.
—Yunho…eres
muy apuesto. —Jaejoong susurro con cariño y Yunho casi se sintió explotar por
el acumulo de emociones que esas simples palabras le hicieron sentir.
—De...de
que hablas…Yo no soy…
—Es
todo este pelo que no deja ver tu cara. —Con sus manos, el menor traslado todo
el pelo hacia tras, sujetándolo con una coleta —así está mejor.
—No
deberías decir eso cuando no es verdad.
—Pero
es la verdad. Para mí…
—Basta…No
me describas así, yo no soy así. Yo solo soy un demonio. Nadie considera
hermoso a un demonio.
—Yo
lo considero así. Para mis ojos lo eres.
…tú pareces ser hermoso hasta en el interior.
…es la verdad.
Ante eso, Yunho soltó una breve sonrisa,
terriblemente tocado. Nadie nunca le había dicho eso y oírlo de la boca de
Jaejoong era una satisfacción que sería difícil de superar.
—Yunho…—Jaejoong suspiro —significa
maravilloso hijo mayor, de acuerdo a sus caracteres hanja.
—¿Ah sí? No lo sabía.
—Pues es así…eres mejor de lo que crees.
Yunho le devolvió la caricia a Jaejoong en su
cara, sintiéndose ahora
más cómodo con su presencia.—Tú ya eres mejor de lo que crees.
—¿Si?
—Sí.
De
repente, el tiempo se detuvo, solo la música siguió sonando al fondo mientras
que sus pasos se acoplaron a un ritmo tranquilo, casi que coordinadamente. Sus
ojos fijos y la brisa helada, Yunho solo cayo en cuenta de lo que pasaba cuando
sintió los suaves labios de Jaejoong en su boca, chupando dulcemente, robando
todo su aliento.
—Lo
siento, creo que estoy mareado…—Jaejoong se alejó, riendo con picardía. Luego sus ojos se volvieron a
encontrar y el acto se repitió por unos segundos más hasta que Jaejoong volvió a
separarse, incapaz de controlar su risa. Se encontraba demasiado nervioso.
—¿Esto
solo es un juego Yunho, cierto? ¿Solo estamos jugando, cierto?
—Claro.
Jaejoong
se volvió a reír, descansando su rostro en el cuello del más alto, cerrando sus
ojos mientras continuaban bailando lentamente con la música.
Y ahí fue cuando inicio el principio del fin. Yunho lo había probado, había probado el cielo con Jaejoong y estaba seguro que esa clase de sensación no la volvería a experimentar jamás en su vida. No importaba, no importaba si Jaejoong estaba con alguien más, no importaba si Jaejoong no lo amaba de la misma manera. Jaejoong seria para él y en eso no había discusión. Lo conseguiría, costara lo que costara.
Así
tuviera que pasar por encima de quien fuera.
—Estoy
feliz de que volvamos a ser amigos. Como en los viejos tiempos—Escucho hablar a
Jaejoong en su cuello y Yunho solo le acaricio la cabeza, cambiando su mirada,
planeando lo que tendría que hacer para que Jaejoong fuera suyo…
Esta
vez para siempre.
..
A
situaciones desesperadas, medidas desesperadas…eso dicen.
Luego
de probar la boca y el cariño de Jaejoong, Yunho estuvo más que convencido que
tenía que hacer algo. Tenía que hacer algo para cambiar su destino. Ya no solo
bastaba que Jaejoong fuera su amigo como en los viejos tiempos, ya no, él
quería algo más y no estaría satisfecho hasta que lo consiguiera. No quería
pasar el resto de su vida sufriendo por un amor no correspondido y puesto que
Jaejoong no se enamoraría de él así de la nada, él tendría que forzar las
cosas. Debía actuar pero primero debía ocuparse de algo. O más bien de alguien.
Y
claro está, él no se mancharía las manos.
Organizando
el espacio para el ritual, Yunho estuvo listo para recibir la visita. La visita
del ser que sería la solución a todos sus problemas. Agitado pero sin miedo, su
espíritu estaba tan decidido que no le importaba lo que tendría que pasar o ver
para hacer el pacto que lo llevaría a la felicidad.
Y
así fue, ayudado por un libro antiguo y por sus conocimientos recogidos en los últimos
años, Yunho invoco a ese ser. A esa criatura de las profundidades del abismo,
temida por siglos y respetada por muchos. El
diablo.
No
tardó mucho en aparecer y no fue tan aterrador como pensaba, ya que su mente se
volvió débil y sus ojos se nublaron ante la presencia. Lo único que podía ver
con claridad era su garra derecha, grande y robusta, esperando ser estrechada.
—Dime Jung Yunho,
¿Para qué me has invocado?…¿Acaso es para hacer un trato?
—Quiero
su amor, el amor de Kim Jaejoong, quiero que me ame con locura y que solo yo
sea la única persona que exista para él. —empezó sin rodeos, hablando sin
temor.
—Amor eso es lo que casi todos piden…—se
burló el diablo, dejando escapar su voz carrasposa. —Está bien lo tendrás, pero
debes darme un sacrificio, una vida buena que pueda cobrar.
—Lo
tengo —Yunho sonrió —Shim Changmin, de 20 años, él es el sacrifico que ofrezco.
El
diablo se volvió a burlar, atando los cabos de esta historia. —Y bien Yunho ¿Qué harás tu a cambio?
—Yo…—Yunho
trago saliva, tratando de mirar al frente a pesar de lo borroso de su vista —Te
serviré cuando muera, por el resto de mi existencia. Yo seré tu sirviente, tu
secuaz…un demonio.
Si,
tal vez era ofrecer demasiado, pero para Yunho nada era demasiado cuando se trataba
de Jaejoong. Cuando se trataba de tener la atención de Jaejoong. Además convertirse
en demonio tampoco sonaba como una mala idea. Los demonios causaban
sufrimiento… ¿Por qué él no podía causarlo si siempre lo había recibido? Quería
estar al otro lado de la mesa.
Ante
la determinación del muchacho, el diablo se irguió en su puesto mostrándole a
Yunho ahora su verdadera forma. Extendió su mano y Yunho la tomo, sellando así
su destino. —Está bien, Jung Yunho. El 26
de enero Kim Jaejoong se enamorara de ti y Shim Changmin perderá su vida. Yo te
daré eso y a cambio tú te convertirás en mi demonio. Si incumples este trato, yo
cobrare un alma y tú te convertirás directamente en mi sirviente. ¿Es todo esto
lo que quieres?
Yunho
se inclinó, mostrando toda su obediencia. —Sí, amo.
Y
cuando se selló el pacto, Yunho oficialmente perdió la cabeza. El sabor de los
labios de Jaejoong había sido un veneno, intoxicándole el alma y condenándolo
para siempre. Yunho se había vuelto loco, tan loco para impedir darse cuenta
que el diablo no tiene ese nombre de pura coincidencia. El diablo es viejo y
sabio, pero también cochino, y Yunho comprobaría el juego sucio que le haría
cuando llegara ese día, el domingo 26 de enero de 1986.
..
Un
mañana anormal para tener clases. Definitivamente lo era. Debido a la perdida
de clases la última semana, los estudiantes habían tenido horario un domingo de
enero, cuando la nieve apenas y se estaba comenzando a derretir.
Yunho
estaba nervioso, nervioso y ansioso por lo que vendría, no podía esperar para
que su futuro se cumpliera. Jaejoong y Changmin compartían comida en una banca
del último piso del edificio, y Yunho los miraba a la distancia, esperando el
suceso. Jaejoong se reía lindamente viendo a Changmin imitar a un conejo, y
Yunho sonrió al ver la expresión de felicidad de su amor.
—¡Oh
Yunho, ven! —Jaejoong lo llamo de pronto, descubriendo su ubicación. Yunho no
tuvo más remedio que obedecer el llamado de su amigo.
—Changmin
y yo iremos a tomarnos un café al pueblo después de clase, me pregunto si
quieres venir con nosotros. —le comento luego de que Yunho llegara a sentarse a
su lado. Changmin se retiró por un momento, yendo a beber a un bebedero que
estaba cerca.
—B—bien,
iré con ustedes. —dijo sin saber con exactitud que responder, era extraño ser
invitado a planes.
—Bien,
en serio quiero que Changmin y tú se relacionen mejor. Los dos son muy
especiales para mí y deseo que en el futuro puedan ser buenos amigos.
Yunho
aparto su mirada. —Si, en el futuro…
—Quizá
en el pasado las cosas no hayan salido como lo esperaba pero ahora las cosas
serán mucho mejor, mucho mejor. Contigo y con Changmin a mi lado, nada podrá
salir mal.
Observando
el entusiasmo en el rostro de Jaejoong, algo dentro de Yunho sintió moverse
fuertemente. ¿Habría tomado la decisión
correcta? —Jaejoong… —titubeo por un momento, sin estar seguro de preguntar
lo que iba a preguntar —¿Tu estas muy enamorado de Changmin?
Ante
la pregunta, el rostro de Jaejoong enrojeció, apretando las manos —Creo que
si…¿Se nota mucho? La verdad no estoy muy seguro.
—¿Por
qué te enamoraste de él? —Yunho volvió a preguntar, du mente curiosa de saberlo
todo.
—No
lo sé. Tan solo fue así. Creo que es lo bonito del amor, que uno nunca sabe de
quien se va a enamorar…solo lo haces…naturalmente.
Eso…eso
fue como una bofetada en la cara.
Cayendo
en cuenta de sus acciones, Yunho paso saliva, meditando lo que iba a pasar.
Forzaría a Jaejoong a enamorarse de él por causas externas, Jaejoong no se
enamoraría de él por su personalidad o por sus acciones, Jaejoong se enamoraría
por un maldito pacto conseguido por la sangre derramada de una persona
inocente. No era justo, no era justo quitarle la felicidad a su amor con tal de
tener la suya. Jaejoong merecía seguir siendo feliz, pleno y bello, junto a la
persona que amaba.
¿Por
qué?
Porque Jaejoong verdaderamente era un ángel. Una persona buena, cariñosa y amable que a pesar de no poseer alas ni una aureola, tenía las cualidades de un verdadero ángel.
Él
no podía arrancarles las alas a su ángel.
No tenía derecho.
—Jaejoong,
—Changmin se acercó —Bajare al último piso por mi morral, así que te veo en un
rato en la entrada.
—Bien,
no te demores —Jaejoong se despidió con un beso y Changmin camino en dirección
al ascensor, apretando el botón de bajada. De repente, un terrible mareo azoto
el cuerpo de Yunho, el presentimiento de que la fase 1 de su pacto estaba por
comenzar invadió su corazón.
Corriendo
hacia él, Yunho detuvo a Changmin cuando este estuvo a punto de subir al elevador,
argumentando que necesitaba aclarar unos temas y que tenían que devolverse al salón.
Tan ensimismado estaba Yunho tratando de convencer a Changmin que no se dio
cuenta cuando Jaejoong se montó al elevador, gritando que entonces el iria por
el morral del Changmin.
Yunho
sintió su alma salir.
—¡No!
—Casi que resbalando, Yunho se precipito hacia las puertas, tratando de impedir
que se cerraran pero era tarde, las puertas ya se habían cerrado y el ascensor
ya había comenzado su recorrido en dirección al primer piso. —¡No,
No!¡Jaejoong! —Yunho gritaba mientras golpeaba con furia las puertas del
ascensor.
Esto
no podía estar pasando.
—Yunho,
¿qué te pasa? ¿Por qué te comportas así? —Changmin lo retuvo pero Yunho lo
alejo, tirándose al piso.
Luego
hubo un bajón de energía, el sonido del ascensor cayendo estrepitosamente hizo
eco por todo el edificio y finalmente, un gran estallido resonó al final,
haciendo temblar el piso. El Ascensor había fallado y había caído hasta el
primer piso, con Jaejoong dentro de él.
Oh,
Yunho había incumplido con la primera parte del trato al detener a Changmin y
el alma que el amo había cobrado no era nadie más que la de su amor, Jaejoong.
..
9
días pasaron pero Jaejoong no lo logro. A pesar de permanecer en estado crítico
luego del accidente del ascensor y que pese a la gravedad de sus heridas
hubiera logrado salir con vida, el noveno día, el 4 de febrero de ese mismo
año, Jaejoong murió. Yunho ni siquiera tuvo fuerzas para ir a su velorio y
durante su estancia en el hospital, no se pudo ni acercar a él. La madre de
este no lo había dejado, parece que su instinto maternal sospechaba algo.
Completamente
destrozado, Yunho se había refugiado en su cuarto, adolorido por haber perdido
lo único que le importaba en su vida.
—No
puedo, no puedo vivir sin ti…—Yunho sollozo sosteniendo una foto de Jaejoong en
las manos, sintiendo toda la culpa por su perdida. —¿Y si tal vez aun estas por
ahí? ¿y si tal vez aun pueda verte? —Yunho entonces miro un lazo en su cuarto,
pensando que si moría y se convertía en demonio, quizá podría buscar a Jaejoong
en la otra vida. Jaejoong convertido en un ángel, como siempre lo había sido.
Dos
días después de la muerte de Jaejoong, Yunho se colgó en su cuarto en la tarde
del 6 de febrero. Su cuerpo no lo encontraron sino hasta después de 3 días y al
contrario del funeral de su amor, lleno de personas, amor y cariño, el suyo fue
muy discreto, solo fue su madre y algunos pocos familiares que él nunca conoció
en vida. Changmin también estuvo presente, a pesar de todo.
Y
así fue como el Yunho demonio nació ese día, un Yunho mejor, un alter ego de su
persona, un ser más poderoso. El Yunho demonio no era como aquel muchachito
callado y extraño que fue en vida, no señor, el Yunho demonio era fuerte, respetado
y temido por otros demonios, el Yunho demonio no tenía miedo de nada ni de
nadie, el Yunho demonio había logrado lo que el Yunho humano nunca había
conseguido.
Enamorar al ángel Jaejoong.
Porque
Jaejoong se habida convertido en un Ángel y había regresado a tierra, guardando
consigo parte de su pasado encadenado a su alma a pesar de que no pudiera
recordar nada. Al igual que Yunho.
Y
si, el demonio había vuelto a encontrar al Ángel pero Shim Changmin otra vez se
había entrometido sin proponérselo en el camino, como siempre lo había hecho. Afligido
por la perdida de Jaejoong, el humano se había refugiado en una cabaña
cerca a la pradera, una humilde como de su estilo, y se había enamorado de una
muchacha de cabello negro llamada Seohyun, quien le enseño a creer de nuevo en
el amor. Y Jaejoong se había sentido
atraído hacia él por sus sentimientos del pasado y había jurado cuidarlo, pero
nada le pudo advertir que Yunho cambiara sus sentimientos, que ese ser le
mostraría un lado que él nunca conoció en su vida como humano y que lograra que
sus emociones ocultas del pasado salieran a flote.
Por
eso cuando Yunho descubrió que Jaejoong aun “amaba” a Changmin y pese a que
todo lo que había hecho, el Ángel seguía guardando sentimientos por el humano, él
reaccionó violentamente. Sus sentimientos del pasado y presente se acumularon y
lo hicieron explotar en rabia e ira. Porque Changmin siempre fue esa molesta piedra en el zapato que
Yunho nunca pudo sacar.
Y
bueno, después de todo, Yunho logro deshacerse de Changmin al hacer que matara
a su novia y luego provocar su muerte dos años después de que había abandonado
el mundo en su forma humana. Logro manchar por siempre su reputación, dejarle
como un asesino, probar que el “amable y recto” Changmin no era lo que se
especulaba. Porque sin querer admitirlo, él siempre tuvo celos del otro, puesto
que Changmin sabia ser una persona buena y correcta, y el no. Él siempre estuvo
desviado, por culpa de sus padres, él siempre estuvo desviado.
Por
eso Changmin se merecía el amor de Jaejoong mas que él, porque aunque le
doliera, él nunca había podido ser lo suficiente digno para Jaejoong. Aunque
viviera mil vidas, Yunho nunca seria digno del amor de Jaejoong, porque le había
causado desgracia tanto en su vida humana como en su vida espiritual.
Jaejoong siempre un Ángel y él siempre un
demonio.
Sin embargo, él se había arrepentido al
final de sus vidas y había tratado de enmendar las cosas para que Jaejoong
estuviera con el correcto. En su vida humana, evitando que Changmin subiera al
ascensor en camino a su muerte y como demonio, devolviéndole el alma del humano
a Jaejoong luego de que este hubiera ido a parar al infierno. Yunho había
demostrado tener bondad y arrepentimiento en sus dos vidas, pero…
¿Eso
era suficiente para estar con Jaejoong?
¿Yunho
era lo suficientemente bueno para Jaejoong?
Y no, el amo no le había cumplido. Cuando
le dijo que él había cumplido su parte del pacto señalando a Jaejoong y
Changmin, el amo mentía porque aunque Jaejoong si se hubiera enamorado de Yunho
y Changmin eventualmente hubiera muerto, eso no lo había hecho el amo, lo había
logrado Yunho por su propia cuenta. Sin trucos, Yunho derritió el corazón del
tierno Ángel y consiguió que lo amara a pesar de su naturaleza. El pacto se había
roto hace mucho tiempo, cuando Yunho impidió la muerte de su sacrificio.
Pero ahora las cosas habían terminado mal
para los dos, por su amor a Yunho, Jaejoong había terminado como un alma en
pena y el espíritu de Yunho se había extraviado. Y volvían como al principio,
como siempre lo habían estado, separados por una reja que no les permitía estar
juntos, en su vida humana por sus diferencias sociales y sus personalidades,
como Ángel y demonio por pertenecer a dos mundos completamente diferentes y ahora,
por perderse el uno al otro, sin posibilidad de volver a encontrarse.
La reja del principio, cuando niños, en realidad nunca había desaparecido y ellos estarían condenados a estar sin el otro, hasta que se probara que pudieran estar juntos.
Que su amor seria lo suficientemente fuerte
como para romper esa barrera y que esta vez, pudieran lograr su unión para
siempre.”
..
Recobrando sus sentidos, el alma de túnica
blanca abrió sus ojos, completamente en shock por todo lo que había visto.
Él miro a su lado.
El alma de vestimenta negra había
desaparecido.
..
Nota: Uff, capitulo largo.
Pido perdón por no actualizar antes, pero es que no tenía ganas de escribir y
además tenía muchas cosas que hacer. Aun así, la espera valió la pena ¿No es así?
Les cuento que el capítulo
que viene ya es el capítulo final y aún quedan cosas por descubrir así que
espérenlo, en ese no demorare.
Espero que les haya gustado y
que hayan entendido todo (también que les haya tocado su corazoncito T.T), las cosas
en este capitulo sucedieron rápido pero era como un flashbak mas que nada. Espero
recibir comentarios.
Ah y pongan un comentario si
captaron el guiño de las fechas…jajajaja y ¿ustedes creen que Yunho si merece
el amor de Jaejoong?
Tal vez el YunJae en esta historia no nació para estar junto XD
ResponderBorrarAunque yo creo que es JaeJoong quien no merece el amor de Yunho, lo sentí un tanto frívolo y superficial en esta parte de la historia, el Jaejoong humano de ángel no tiene nada, el prefirió a Changmin que era rico, guapo, perfecto, y ni siquiera notó a un humilde y martirizado Yunho y su corazón desinteresado y todos los sacrificios que hizo porque amaba a JaeJoong
Por cierto, me hizo llorar la parte de la moto ;_; Yunho haciendo el esfuerzo de comprarla solo para llevar a Jae y en cuando Changmin consiguió su coche Jae lo mandó a volar :'(
también lloré en la parte que Yunho ve a JaeJoong y a Changmin besándose afuera de la casa de Jae y para rematarlo las palabras crueles de la madre de JaeJoong
Todo le pasa a Yunho, llevó una triste vida y miserable hasta el final de sus días y encima la persona que amaba le da el golpe final demostrando que no vale nada al preferir a alguien que aparentemente se mostraba mejor que en muchos aspectos que él
Eso fue lo que lo llevó a aislarse cometer todos sus errores, pero aún así se arrepintió y al final prefirió la felicidad de JaeJoong, desafortunadamente no logro que Jae se salvara.
Y conociendo esta parte de la historia, el supuesto amor del ángel JaeJoong hacía el demonio me parece completamente obligado, el volvió a la tierra guiado por sus sentimientos hacia Changmin, y no creo que se hubiera enamorado de Yunho si Changmin hubiera sido parte de su mundo sobrenatural, o si de alguna manera hubieran estado en contacto, seguramente habrían sido los sentimientos de Jae y Min los que se habrían desarrollado
Incluso en esta segunda vida es Yunho quien a pesar de cagarla completamente trató de arreglar las cosas a pesar de su naturaleza demoníaca!
Ah, este capítulo me sacó muchas lagrimas por los sentimientos no correspondidos de Yunho, y bueno en resumen, desde mi perspectiva es Jae quien no merece a Yunho
Gracias por compartir este capítulo.
Lloré :c, Yunho olvídate de Jae y quédate conmigo ¡Él no merece tu amor!
ResponderBorrarGracias por el capitulo
TT.TT mi corazón esta afligido TT.TT
ResponderBorrarEn verdad Yunho no le toco una vida nada facil U.U, en contraparte JaeJoong siempre estuvo una vida llena de comodidades, y quizas aunque él no lo planeara lastimó a Yunho con sus acciones.
No se que tangas pensado para el final, pero creo que ahora es el turno de JaeJoong de demostrar cuanto realmente ama a Yunho. Yunho y JaeJoong es eterno, si no pudieron tener nada cuando eran humanos, y descubrieron sus sentimientos cuando uno era un ángel y el otro un demonio, quizás entonces deban tener una nueva oportunidad en una nueva vida?
abuuuu extrañaré esta historia TT.TT
gracias por actualizar!
pobre YH sufrio tanto en su vida T.T , el y JJ no merecieron todo lo que les paso :(
ResponderBorrarespero que YH pueda tener lo unico que ha deseado siempre a JJ u.u , siento que JJ cuando era humano tambien tenia sentimientos por YH ,pero tambien por changmin u.u
espero que estos tres terminen felices ......
gracias por la actu me encantooooooo <33333
Creo es de las pocas historias que han hecho que odie a Jaejoong y eso que no hizo nada directamente malo, siempre, así sea un maldito, lo apoyo a él en las historias, pero aquí no o no del todo.
ResponderBorrarSe me hizo muy cruel lo que sufrió Yunho y tan humana la actitud de Jae, porque no era un ángel, solo una persona buena que comete errores y se va por lo que mejor le conviene, pero aún así no creo que sea para Yunho, como ya dijeron, esta vez Jaejoong necesita luchar por ellos ;;_;;
Gracias por compartir esta historia tan llena, triste y hermosa.
si que le a tocado sufrir a yunho desde niño o mejor dicho desde que nació
ResponderBorrary jae no se daba cuenta de lo mucho que lastimaba a yunho con su indiferencia cuando apareció min en sus vidas
pero la mama de jae si fue muy cruel con yunho al tratarlo así y decirle todas esas cosas horribles de el que no eran ciertas
lo hizo sentir poca cosa y creo que después de muerto lo seguía sintiendo pero si el demonio no cumplió con el trato no pueden hacer nada los arcángeles para lograr rescatar las almas de yunho y jae y convertirlos en ángeles y tenerlos con ellos en el cielo para que por fin puedan ser felices y estar juntos ya es junto que sea feliz yunho pues ya a sufrido bastante y creo que las fechas de cuando se los iba a llevar el demonio es el nacimiento de ellos en la vida real no
GRACIAS por el capitulo y si que valió la pena la espera y estaré al pendiente del siguiente hasta pronto bye
las dos primeras fechas son cuando dice que nació jae 26 de enero de 1986 la verdadera el 4 de febrero y la que le pusieron al registrarlo y la tercer fecha es cuando nació yunho 6 de febrero creo no
BorrarExacto, no es que sea muy relevante en la historia pero me parecio curioso ponerlo. La fecha de la muerte de changmin (18 de frebrero) tambien es su fecha de nacimiento en la vida real, dos años despues del yunjae...
BorrarEspere tanto este capitulo t la espera valio la pena. Hoy con este cap aclare muchas dudas q tenia, yunnie tuvo una vida dura y a pesar d todo amo y dio todo por jaejoong, sin querer jae lo hacia sufrir, pero vamos.... jae me diste colera como vas a dejar d lado a yunho, no invitarlo a tu viaje, no cumplir tu promesa d viajar ambos luego, plantarlo cuando lo acompañarias a despedir a su mal padre. Inconcientemente tu orillaste a yunho a todo esto.
ResponderBorrarMe muero por saber q pasara. Que pena q llegue a su fin este magnifico fic, me gusto muchisimo. Muchas gracias por actualizar^^
Valio la pena?? la verdad si la valio.....^^
ResponderBorrartenia varias teorias respecto a Yunho y Jaejoong con el pasado, le atine a la tercera........xD
Aunque de seguro, cuando termines de aclarar las cosas de seguro me alejare mas, porque si la historia de JJ y YH es asi, no se como encajar a siwon en esta historia.....=P ya lo averiguaremos. Respecto a las fechas, asumo que te refieres al hecho que el dia de sus muertes, son las fechas de su nacimiento real, tanto de JJ como YH y utilizaste el nacimiento legal de JJ, para desencadenar toda la historia, me gusto...........=)
Respecto a la historia en si, concuerdo con muchas que JJ no se merece a YH, el a pesar de todo nunca fue malo, siempre se mantuvo en lado correcto, lo unico bueno del mundo para él era JJ y se aferro a ello para seguir del lado correcto. Sin embargo JJ siempre se alejo, regresaba, pero se volvia a ir. Todo esto se desencadeno por el beso de Yh con JJ, pero la pregunta es si JJ realmente no sentia nada por él, porque lo hizo?, no besas a tus amigos por accidente, si en aquella ocasion JJ hubiera visto los sentimientos de YH e incluso los suyos propios nada de eso hubiera ocurrido. Pero una vez mas JJ decidio ver a un lado y hacer como si nada pasara. No se le puede echar la culpa realmente a JJ, pero es indiscutible que si el hubiera abierto un poco mas sus ojos, hubiera visto lo que hizo YH, hubiera visto ese cariño y no lo hubiera lastimado como lo hizo y lo peor de todo es cuando Yh a pesar de ir para el lado oscuro, siempre regresaba al lado correcto y salvaba a JJ, incluso renunciando a su felicidad. La verdad si se quedan juntos que bueno por YH, el merece el amor que tanto anhela, solo por eso debe de quedar en YJ.
Sabes sin importar las cosas que sucedan siempre he sido partidaria de YJ a morir, no me gustan donde los Fics no terminan en YJ......u.u pero en esta historia quisiera que acabara diferente.
Sabes incluso en la historia mas macabra que lei y YH era el peor ser que pudiese existir, cuando la autora dejo la posibilidad abierta que YH podria estar con JJ a pesar de sus pecados, dije merecen estar juntos. Sin embargo en esta historia a pesar que JJ es buena gente y todo lo que quieras, no se preferiria que YH encontrara a alguien mas y fuera feliz; pero el amor de Yh hacia JJ fue tan grande que llego hasta el 7mo cielo y solo por eso YH debe estar con JJ, para ser realmente feliz, ya que a pesar de no recordarse JJ el Angel pudo ver al YH Demonio y dejar de lado el sentimiento ensombrecedor que le brindaba Ch, Solo por eso deben estar Juntos, porque el angel cometio errorres pero no fue tan tonto como el humano. En fin, Al final de toda esta ola de pensamientos, tu ya tienes la historia pensada y a pesar de todo los puntos a favor o encontra que tengamos, tu ya decidiste como terminar esta historia y de seguro sera genial........^^
Nos vemos en el siguiente capitulo......=)
Es una pena que acabe, pero todo lo que empieza debe acabar........T^T pero igual siempre fue un gusto leer esta historia. Nos vemos....:3
Dios que cosas, todo ese dolor por el que paso Yunho, ahora entiendo por que las personas se hacen como se hacen. Creo que han pasado por tantas cosas que solo espero se queden juntos.
ResponderBorrarLloré .. y odie a Jaejoong!! ... para mi el ángel era Yunho... lo sentí tan desprotegido y perdido... Jaejoong no se merece a Yunho... definitivamente... espero que cosas buenas le pasen a Yunho y también a Jaejoong... sobre todo que puedan ser felices... Yunho pensaba mucho en la felicidad de Jaejoong creo que es momento de que cosas buenas le pasen a él
ResponderBorrarDespues de mucho vuelve y nos dejas en shock...imaginaba que se habían conocido lo s tres antes
ResponderBorrarme gusta mucho saber que paso.
Ahora que ya sabemos una parte creo que Jaejoong no fue tan buen amigo porque el nunca supo el infierno que vivía Yunho y lo que me deja muchas dudas es por que beso a Yunho si no tenia sentimientos por el.
Quiero saber si realmente amo a Yunho o solo fue un reflejo del cariño que le tuvo cuando eran humanos?
Siwon debió ser el angel guardián de uno de ellos el conocía a Yunho de todos modos.
Siento que ahora le toca a Jaejoong salar eso que los unio en su vida pasda y en la actual...Yo si quiero que queden juntos YJ♥
Omg!!! Odie a Jaejoong è.é disque amigo de Yunho leda esperansas y luego lo deja como si nada hubiera pasado ....
ResponderBorrarYunho sufrio mucho y tuvo unos malditos bastardos por padres ...el solo queria cariño y amor u.u pero al parecer se enamoró de la persona equivocada Jaejoong no merece su amor >. < lloré cuando Yunho se compro su moto que con tanto esfuerzo y dias sin comer solo para poder llevar a JJ a su casa y a si pasar un tiempo juntos pero en cuanto Min se apareció con su auto JJ enseguida corrio asia el fue muy cruel aunque creo que fue amigo de Yunho solo por lastima ..porque los amigos verdaderos te ayudan y te apoyan en todo y sobretodo estan ahí cuando los necesitas y no te dejan en cuanto ven algo mejoror (?) No me gustó la actitud de jj
Yunho sufrio mucho y nadie supo conprenderlo y por eso hizo todo eso u.u pero al final se arrepintió y su amor por jj fue mas fuerte ..aunque fue demasiado tarde
Bueno yo pienso que el que no merece el amor de Yunho es Jaejoong al parecer el destino no los quiere juntos y aunque Yunho hizo cosas malas no fue su culpa el vivió atormentado prácticamente desde que nació ohhh~~ es tan triste
es jae el qt no merece el amor de Yunho !!!
por cierto odie mas aun la madre de Jae e.e esa pinche vieja solo lastimo mas Yunnie
Buen la espeea de un mes valió la pena ;) me encantó el cap .. aunque llore TwT
gracias por compartir el fic ..espero el final con ansias :)
Pobre de Yun......su vida fue un desastre, las personas que mas debían amarlo lo aborrecían y Jaejoong fue como una luz en su mundo de oscuridad, como su esperanza.....la única persona que lo hacia sentirse querido.
ResponderBorrarFue cruel lo que Jae le hacia inconsientemente. Yunho le daba todo de el, hasta lo que no tenia, todo todo porel, y Jae lo cambiaba o lo dejaba de lado...ni siquiera en el funeral de su padre pudo acompañarlo, eso se me hizo lo mas feo de todo, se supone que era su amigo......
Creia que Yunho solo estaba obsesionado por Jae al no poder tenerlo, pero viéndolo bien, veo que no es asi, su amor si era sincero, un amor de verdad, lastima que Jaejoong no lo haya visto.
Se me hizo raro lo de los besos en la azotea, puede ser que Jaejoong si hubiese llegado a sentir algo por Yunho?...solo que no lo quería aceptar?----ya que todos le decían que Yunho no era un amigo adecuado para el.
En si creo que Yunho fue el que mas amo, tanto en su vida humana como en su vida como demonio, en las dos quiso tener a Jaejoong, y quiso ser egoísta, pero su amor por el pudo mas, el deseo de que Jaejoong fuese feliz aunque no sea con el pudo mas.
Jaejoong en la vida como angel si se llego a enamorar de Yunho, aun habiendo conocido a Changmin, por eso me pregunto que hubiese pasado si Jaejoong no moria, si tal vez hubiese visto de otra forma a Yunho, si compartiron esos besos, algo habia ahi, tal vez algo mas adelante podia sentir, pero no se le dio la oportunidad.
Ademas de que haria falta saber que era lo que pasaba por la mente de Jaejoong, ya sabes que es lo que sentia Yunho, pero no sabemos que era de Jae.
En conclusion sospecho que Jaejoong si sentia algo por Yunho, pero trataba de convencerse de que no lo hacia
Creo que ya es momento de que se den una oportunidad ellos, claro la lucha de Jaejoong debe seguir, creo que debe sufrir un poquitin en compensación a lo que sufrio Yunho en vida. Yunho se merece el amor de Jae y Jaejoong tienen el derecho de hacer feliz a Yunho...y que los dos sean felizces, creo que ya les toca, tuvieron que pasar dos vidas?----humana y espiritual, y el amor siguio-
Perdona por el desorden de las ideas, pero es que lo lei ayer y no tengo muy claro el orden de lo que queria decir. Solo que bueno Jae no era un angel y como todo ser humano se equivoca y si lastimo a Yunho ahora es cuando puede retribuir el amor.
Gracias.
Queria decir mas, pero perdi el hilo.
uffff, fue un capítulo muy triste y desgarrador... el maltrato tan tremendo que sufría Yunho con su madre, quemándole las manos por unos juguetes..... fue desgarrador eso. y cómo no volverse un ser oscuro y sin fe después de todas estas vivencias ??? Yunho fue una víctima de las circunstancias.... su único pecado fue nacer... de ahí en más fue maltrato y desamor toda su vida. no entendí por qué Jae no se enamoró de ese Yunho necesitado de amor... pensé que eran dos mitades de un todo.. pero solo Yunho sintió amor... después de muertos , Jae sí logra enamorarse del demonio, pero al principio de la historia estaba irremediablemente atraído por Min... veremos cómo siguen estas almas en pena y si podrán tener su final feliz.
ResponderBorrargracias por el mega capítulo. me encantó y sí entendí lo de las fechas... un toque muy bueno en la escritura al mencionarlas.
hasta el próximo capítulo
Por favor que tenga un final feliz :(
ResponderBorrarMi amor en esta historia está eternamente con Yunnie... Jae puede ser todo lo bueno que quieras, pero viendo bien friamente la historia fue un mal amigo, hizo lo que suelen hacer los niños chiquitos, cambiar lo conocido por la novedad, no digo que sea malo, pero lo mas justo es que hubiera mantenido la amistad de ambos, siento que a Yunho si lo discriminó un poco y aunque no justifico su pacto con el coludo y todo lo demás el pobre de Yun estaba tan solo y Jae fue muy ciego, asi que es justo que ahora sufra un poquito y lo busque (y se de cuenta que quien lo amó realmente desde siempre y con todos los tipos de amor habidos y por haber fue Yunho), espero que el final sea hermoso sobre todo para él. Y con respecto a las fechas nunca he entendido que tiene de malo el 4 en Corea Jae nació el 4 de Febrero del 86 y lo adoptaron el 26 de enero del 90, pero le celebran esa fecha como su fecha de cumple, no se, yo entiendo que sea una fecha simbólica, pero al mundo llegó el 4 de Febrero... y Yun apenitas 2 días después y son tan extremadamente distintos.
ResponderBorrarEn fin los amo a los dos, como digo siempre, que viva el YunJae! juntos, separados o revueltos siempre los voy a querer.
Hasta el próximo y por fisssss piensa en un EPILOGO ¿si? gracias ^^
waaa como llore con este capitulo
ResponderBorrartodo cobra sentido ahora estoy tan triste!!!!!!
me encanta como escribes sigue adelente.
Diooosh qur capitulo!!!
ResponderBorrarLa vida de yunho fue tan triste, esta vez lo lograste, me has hecho llorar con este capitulo...
Lo unico que puedo pensar es que changmin fue desafortunado al final quedo manchado por los celos de yunho, aunque es un tanto comprensible la forma de actuar de yunho, suendo jj el unico que le demostro amor en la vida era algo logico que lo quisiera para el
Aaah que emocion ya casi acabo de leer esta historia
Bueno a seguirle n.n
Se descubrieron muchos misterios en este capítulo, y uno de ellos era la conexión entre Changmin, Jaejoong y Yunho :c Ay Yunho, la has pasado tan mal desde un principio como para seguir sufriendo en la muerte T^T parece como si el amor le fuera negado para él eternamente ;;
ResponderBorrarSu historia es tan triste. Creció en el maltrato, y cuando vio una pequeña luz de cariño ante sus ojos, este poco a poco se le escapa T.T Si hubiera expresado sus sentimientos sin temor a nada quizá la historia sería otra... quizá.
Pero como es el destino, que les volvió a dar una segunda oportunidad en la otra vida pero poniendole un sin fin de dificultades, ahí es donde se vería la gran magnitud de su amor, uniendolos a pesar de que sus mundos sean tan opuestos.
waaa, autora-ssi, si su propósito era hacernos moquear, dejeme decirlo que lo ha conseguido T.T/ por lo menos conmigo sí! hay veces en que amo leer sufrir a Yunho pero, esto fue desgarrador ;_;
Gracias por regalarnos tan bello capítulo, en verdad gracias! ahora voy por el siguiente... ya estoy preparada emocionalmente para el que sigue... eso espero...
Pobre Yunho que fea y triste vida llevaba, pero a pesar de ello aprendió a querer aunque en esa vida no fue correspondido, estando en el infierno si...
ResponderBorrarGracias