Capítulo 3—Un
ser debil:—Al menos yo lucho por algo que amo,
usted…lucha por su ego. Es un ser que no conoce de amor ni de compasión, ni de
nada bueno en esta vida.
Los días pasaban lento para
Jaejoong.
Alrededor de una semana había
transcurrido desde el inicio de su secuestro, y las cosas no parecían querer
mejorar. Todos los días, el Coronel Jung lo visitaba para burlarse y torturarlo
sicológicamente. Decía que su familia no lo había buscado, que no le importaba,
por lo que no debía tener razones para defenderlos a ellos ni a su bosque,
puesto que ellos ni siquiera se preocupaban por su paradero. Pero Jaejoong no
le creía. Aunque él fuera la oveja negra de su familia, él sabía, muy en el
fondo, que sus hermanas y sus padres lo amaban. Sabía que las palabras de Jung
solo eran una táctica para hacerlo torcer, por lo que no le daría el gusto de
dejarse llevar por la tristeza.
No obstante el Coronel tenía otras
maneras de hacer debilitar a Jaejoong: Lo hacía pasar hambre, sed... incomodidades.
Le ponía labores inútiles, como limpiar todo su encierro con un diminuto
cepillo o contar el número de hebras de un monto de paja. Jaejoong por supuesto
no cumplía con las labores, y eso le significaba golpes o tener que aguantar
más hambre. Pero no le importaba. Así estuviera sufriendo, él no se daría por
vencido.
Él seguiría luchando.
Y eso aumentaba más la furia del Coronel.
—¡¡Arggg!!!
Yunho gritó colérico al llegar al
calabozo de Jaejoong y ver que este había dañado por completo sus sillas de
montar caballo. Le había encomendado el trabajo de limpiarlas, pero Jaejoong de
pura rabia, las había destrozado y llenado de barro y suciedad.
Enojado, Yunho acorraló a Jaejoong
contra una pared y tomándolo de ambos lados de la cara, lo presionó fuertemente
contra la pared de cemento. —¡¿Crees que es gracioso?! ¡¿Crees que esto es un
juego, cierto?!
Jaejoong no respondió nada. A veces
hacia eso; quedarse callado y solo enfrentar a Yunho con su mirada penetrante.
Eso a Yunho le daba más rabia.
—¡¿Por qué eres así eh?! ¡¿Por qué no te rindes de una buena vez?!
Jaejoong seguía sin responderle.
—¡¿Por qué solo me provocas coraje?!
Yunho le cuestionó y luego cerró sus
ojos, en un intento banal de calmarse y no dejar que Jaejoong viera que lo
tenía hasta la coronilla. Que su comportamiento de alguna u otra manera lo
afectaban. Y es que en un principio, había intentado mantenerse sereno ante la
terquedad del joven, pero ya la situación había avanzado hasta un punto en el
que no tenía control. Se sentía dominado y no le agradaba para nada sentirse
así.
Porque él era el victimario. No
debía ser de la otra forma.
No podía convertirse en la victima
de la obstinación de Jaejoong.
—Me das lastima.
De un momento a otro Jaejoong dijo,
haciendo que Yunho volviera a abrir los ojos. —¿Qué dices…? —Le preguntó
confundido. Eso realmente había sido inesperado.
—Porque es una persona totalmente
vacía.
Yunho seguía sin entender. —¿De qué
carajos hablas?
Jaejoong se aclaró un poco la
garganta y luego le dirigió la mirada. —Su único propósito en la vida al
parecer es causarle daño a los demás. No le importa nadie más que usted y eso
es muy triste. Porque está completamente solo. Así como a usted no le importa
nadie, a nadie le importa usted. Si muriera hoy mismo, nadie lloraría por
usted…
—Cállate. —Yunho de repente
interrumpió. —Cállate, tú no me conoces.
—Se cómo es por cómo actúa. Por eso
es que no me logra intimidar, porque su coraza solo esconde lo patético que es
por dentro.
—¡Cállate! —Yunho repitió de nuevo.
Las palabras de Jaejoong estaban calando dentro de sí.
—Al menos yo lucho por algo que amo,
usted… lucha por su ego. Es un ser que no conoce de amor ni de compasión, ni de
nada bueno en esta vida.
—¡Te dije que te callaras!
Sin poder evitarlo, dos lágrimas
escaparon de los ojos del Coronel Jung. Realmente se sentía atacado y aunque no
lo quisiera admitir, Jaejoong había dado en un punto muy profundo de él, el
cual ni siquiera le gustaba reconocer. Totalmente afectado, Yunho soltó a
Jaejoong y retrocedió unos pasos, huyendo del calabozo en busca de su refugio.
Cuando llegó a su dormitorio, se apoyó sobre su puerta y apretó fuertemente los
ojos, impidiendo que sus lágrimas abandonaran sus ojos. Lagrimas que querían
delatar lo roto que estaba por dentro.
Porque Yunho podía mostrarse fuerte
e indolente, pero él muy bien sabía lo débil que era por dentro. Que él en
realidad no era más que un espejismo y que su corazón se encontraba marchito de
tanto odio que había guardado, con la intención de no dejar que su tristeza lo
abarcara.
La realidad era que el Coronel
siempre había estado acomplejado por su soledad. A pesar de decir que no necesitaba a nadie y que lo único
que le importaba era su ejército, el Coronel, muy en el fondo, sabía que eso no
era cierto. Yunho no conocía el amor de una madre, y su padre, que en paz
descanse, solo se había ocupado de él para convertirlo en un hombre de guerra.
Para no dejar morir el buen nombre de la familia Jung. Sus hombres solo lo
seguían por temor, no por lealtad y el Rey… el Rey estaba dispuesto a
despedirlo si no cumplía su capricho.
Por años, él nunca había conocido
algo así como una amistad, mucho menos el amor y debido a eso, tal como ese
chico decía, no había nadie quien lloraría por él. No había nadie a su lado.
Yunho se tragó sus lágrimas y trató
de recomponerse, diciéndose a sí mismo que no dejaría que esos pensamientos
estúpidos lo torturaran.
—No me importa… —Susurró. —No me
importa si no tengo a nadie. Yo no necesito a nadie. —Se dijo lo que siempre se
decía, las palabras que utilizaba cada vez que su parte más profunda salía a
flote.
Por años había dado lo mejor de sí
para ocultarlo, un simple prisionero no haría que toda la coraza que se había
esforzado en formar, se destruyera tan simplemente.
No debía ser débil, él era fuerte e
insensible, y nadie lo haría pensar lo contrario.
..
Noches después, el Rey invitó a
Yunho y a su hermosa prometida a una cena en el comedor principal del castillo.
Era una velada amena; el Rey tomaba
champagne, Go Ara conversaba alegremente sobre el reino y Yunho… bueno Yunho
parecía más interesado en sus conflictos internos, que en lo que estuviera
pasando a su alrededor. Aun seguía pensando en la conversación que había tenido
con su prisionero, mas enojado ahora por permitir dejarse tratar así, que triste
por lo que sus palabras habían significado. Él sabía, él sabía que tenía que
superarlo, sin embargo cada vez que intentaba olvidarlo, la irritante voz de
ese muchachito volvía a su cabeza. ¿Qué iba a hacer para sacar de una buena vez
aquella desagradable conversación de su mente?
—El otro día el Coronel me llevó a
conocer el bosque…
De repente, el centro de la conversación
se enfocó en él y Yunho tuvo que lucir atento para que ellos no advirtieran que
en realidad no estaba prestando nada de atención.
—¿Enserio? —El Rey preguntó
interesado. —¿Y cómo fue?
—Fue un paseo agradable, nunca
imagine que este reino tuviera un bosque tan hermoso. Hubiera sido un recorrido
perfecto de no ser porque…—Go Ara hizo una pausa y dirigió su mirada a Yunho.
—Bueno, no sé si es prudente decirlo pero el Coronel me devolvió sola en su
caballo, después de que el animal se enredara y nos botara al suelo.
Ante eso, el Rey miró a Yunho con
una expresión de confusión y Yunho de inmediato esquivó su mirada. Se había
esforzado en evitar el tema todos esos días, pero al parecer ya no lo podía
seguir haciendo más. A excepción de algunos soldados bajo sus órdenes, Yunho no
le había avisado a nadie lo que había sucedido aquella mañana, y mucho menos
había dicho que tenía bajo su poder a un prisionero. Sencillamente, Yunho no
quería que nadie interviniera en sus planes, ni siquiera el mismo Rey, por lo
que había tenido la necesidad de ocultar todo lo referente a ese día.
Lástima que ahora la boca suelta de Go
Ara le estuviera arruinando el plan.
—Explíquese doncella porque no le
estoy entendiendo. —El Rey solicitó al no comprender nada de lo que le decía.
—Bueno, yo tampoco entiendo. No le
pregunte al Coronel sobre aquello en el momento, pero ahora teniéndolo
aquí le puedo preguntar: ¿Por qué hizo
que me marchara? ¿Por qué se quedó? —La doncella inquirió, mirando fijamente
los ojos del hombre frente a ella.
Por la pregunta, Yunho se acomodó
mejor en su puesto, tratando de sonar lo más natural posible. —Me quedé porque
quise buscar al responsable de hacernos caer del caballo. —Hizo una pausa. —Al
final no lo pude encontrar.
—¿Responsable? Creí que el caballo
se había enredado con unas raíces.
—Creo que ya se lo que sucede aquí.
—El Rey de pronto intervinó. —Coronel, ¿Acaso no le ha contado nada a su
prometida sobre el bosque?
Yunho negó con su cabeza.
El Rey entonces entrelazó sus dedos
y se dirigió a la muchacha, tratando de explicarle la complicada situación de
la manera más sencilla. —Doncella, debe saber que el bosque de Daegu es muy
especial. Está custodiado por unos seres mágicos, una familia para ser más
exactos, los cuales mantienen la dinámica del bosque.
Go Ara asintió ante la breve explicación
aunque aún siguiera confundida. —Entonces… ¿Ellos fueron quienes nos atacaron?
¿Por qué lo harían?
—Debe saber que los protectores no
son entes fáciles de tratar. Son nuestros enemigos, así que no somos muy bien
recibidos en su territorio. —Yunho volvió a tomar la palabra, sintiéndose un
poco más relajado.
—Tenemos formas diferentes de ver el
bosque simplemente. —El Rey añadió. —Ellos solo quieren el bosque para sí
mismos, nosotros en cambio pensamos en utilizar ese terreno para cosechas y
ganado. Ya sabe para nuestro pueblo. Para que incluso el campesino más pobre
pueda tener una tierra productiva. Nosotros pensamos en un bien común a
diferencia de ellos, que solo quieren mantener el bosque egoístamente.
Yunho tosió ante esas palabras, no creyendo
ni una pizca de lo que el Rey decía. Él muy bien sabía que al Rey poco le
importaba beneficiar a su pueblo, más bien lo que buscaba era poner esas tierras
a nombre de feudales y poder hacerse más rico de lo que ya era. Yunho debía admitir
que el descaro del Rey le asombraba, aun así él no estaba en condiciones de
juzgar lo que hacía. Después de todo, si estuviera en su misma posición, Yunho
probablemente actuaria igual.
—Ya veo, entonces esos “Guardianes”
son enemigos del reino. —Dijo Go Ara al comprender todo el asunto. —Lastima y
yo que pensé que el bosque era tan hermoso…
—No es así doncella. Hay que apropiarse
de él, hay que enseñarles a esos guardianes una lección de humildad. —El Rey dijo y luego señaló a Yunho. —Es por
eso que puse a mi mejor soldado a cargo de esta misión. Como veras doncella, Yunho
es un hombre fuerte, quien puede acabar hasta con el pueblo más subversivo.
Estoy seguro que muy pronto tendremos noticias buenas acerca de la destrucción
del bosque.
—Eso no lo dudo. —Go Ara sonrió y le
dedicó una mirada coqueta al hombre sentada en frente de ella.
Yunho se mantuvó en silencio ante
esos halagos. Aunque complacía a su ego que lo elogiaran, una parte de él
odiaba que lo hicieran. Ya se sentía lo suficientemente presionado, no
necesitaba oír más expectativas del Rey con respecto a su misión.
Él sabía lo que tenía que hacer.
Dejando de lado el tema, el resto de
la cena transcurrió de manera normal, con conversaciones triviales y falsas
cortesías, hasta que los tres decidieron que ya era hora de irse a dormir. El Rey
fue el primero en marcharse y no tardaron en seguirlo Yunho y Go Ara, quienes también
se levantaron en busca de su propia cama. No obstante, antes de ir a la suya,
Yunho acompañó a su prometida hasta la habitación de visitantes.
—Fue una magnifica velada, espero
que en el resto de mi visita tengamos más oportunidades para compartir así. —Go
Ara expresó al pararse al frente de la puerta de su habitación. Yunho tan solo
le dedicó una tibia sonrisa.
Go Ara supo entonces que Yunho al
parecer no estaba muy a gusto con su compañía. —Coronel… Yunho… ¿Puedo
preguntarle algo?
—Lo que desee. —Respondió Yunho sin
darle mayor importancia.
—¿Le molesta que nos casemos?
Ante esa inesperada pregunta, Yunho
solo paso saliva. —No, ¿Por qué lo dice?
—No sé, siento que su actitud es
extraña hacia mí.
—No soy una persona de expresar
emociones en realidad.
—Tal vez sea eso, pero algo me dice
que usted no quiere esto. Que usted lo que quiere es estar solo…
—….No
le importa nadie más que usted y eso es muy triste. Porque está completamente
solo. Así como a usted no le importa nadie, a nadie le importa usted…
Las palabras del prisionero de
repente retornaron a la cabeza de Yunho, al oír a la doncella. Trató de
silenciarlo, pero ya era tarde, ya las palabras estaban comenzando a afectarlo
de nuevo.
—Coronel, ¿Alguna vez se ha
enamorado? —Continúo la muchacha,
ignorando el semblante mortificado de Yunho.
—Nunca. —Yunho respondió rápido.
—…
Es un ser que no conoce de amor ni de compasión, ni de nada bueno en esta vida.
Otra frase regresó a su mente y
Yunho tuvo que dirigir su mirada hacia otro lado, para no dejar notar que algo
lo tenía perturbado. Tenía que hacer algo, tenía que convencerse a sí mismo que
lo que decía aquel jovencillo no era cierto. Si no lo hacía, las voces internas
de su cabeza seguirían jugando con él.
Ya lo había dicho, él no necesitaba
de amor ni de compañía, sin embargo le causaba rabia que ese guardián del
bosque creyera que era débil solo porque no tenía eso. De alguna u otra forma, Yunho
quería demostrar que era capaz de tener a alguien que se preocupara por él, de
tener a alguien que lo amara. Que sin esforzarse mucho, él tendría compañía,
para así hacerle saber que no era un miserable solitario.
Así conseguiría al fin dejarse de
atormentar.
—Oh, l-lo siento, creo que no fue
prudente preguntar. —Dijo Go Ara después de un rato, al notar que Yunho se había
quedado de repente muy callado. —Creo que mejor iré a dormir.
Girándose, la chica estuvo a punto
de entrar a su habitación, hasta que sintió el brazo de Yunho voltearla de
nuevo hacia él. A continuación, Yunho colocó su mano detrás de su nuca y la
atrajo a un beso brusco, impidiendo que se escapara de su alcance. La chica tardó
en responder debido a la agresividad con la que Yunho le estaba besando. Fue
tan inesperado que ni él mismo se lo creyó.
Sus bocas se separaron después y
ambos jadearon debido a lo intenso que había sido.
—Vaya, se lo tenía muy escondido. —Go
Ara comentó mientras intentaba calmar los latidos de su corazón. —No creí que
sintiera tanto deseo por mí…
Yunho no contestó ante esa
afirmación. En realidad, el deseo carnal de sentir el calor de un beso y la
motivación de querer demostrar que tenía afecto, fue lo que lo impulsó a actuar
de esa manera, no otra cosa. No le importaba si la chica se convencía
ilusamente de que él estaba interesado en ella, sin embargo, no le seguiría la
corriente a sus palabras.
—Debe dormir. Es muy tarde. —Él le
sugirió al querer irse de una buena vez a su habitación.
—Si eso hare. —La chica abrió la
puerta y le dedicó una última mirada a su prometido. —Nos veremos en la mañana.
—En cuanto la cerró, Yunho no dudo pasarse una mano por los labios. Había comprobado
lo que ya sabía: el beso no le había movido ni una fibra de su ser. Su alma no
era capaz de amar, sin embargo ahora podía decir que al menos tenía a alguien
que le correspondía de esa manera.
No estaba tan solo como aquel odioso
jovencillo decía, y eso hizo sentir al corazón frio del Coronel Jung un poco más
tranquilo.
Caminando lejos del recinto de Go
Ara, Yunho se dispuso regresar al fin a su habitación. Había sido un día
extenuante y lo único que quería era recostarse en su cama. Lástima que al
parecer no sucedería así, por lo menos no en ese momento.
—¡¡¡Coronel!!! ¡¡¡Coronel Jung!!
Uno de sus soldados gritó a sus
espaldas, y debido a su apariencia agitada y a la vez preocupada, tal vez no
traía consigo buenas noticias.
—¿Qué sucedió? —Le preguntó Yunho al
ver su rostro alarmado.
—Mi Coronel… el prisionero escapó….
Todos los músculos de Yunho se
tensionaron ante esa noticia. —¡¿Qué?! ¡¿Pero cómo sucedió?!
—Me engañó mi Coronel. Cuando fue a
darle de comer él… —El soldado bajó el rostro, culpable. —…Lo siento mucho.
Una fuerte cachetada fue lo que
recibió después el soldado de la mano austera de Yunho. —¡No puedo creer lo
incompetentes que son mis soldados! ¡¿Cómo dejo escapar a un muchachito débil
como ese?! ¡¿Quiénes son ustedes!? ¡¿Una manada de ineptos?! —Furibundo, Yunho
golpeó al soldado con su cuerpo, dispuesto a continuar con su camino.
—¡Espere! —El hombre lo interceptó.
—No paso hace mucho. Es probable que aún se encuentre en el castillo.
Visiblemente más tranquilo por esas palabras,
Yunho suspiró fuerte y se dirigió de nuevo a su subordinado. —Entonces
búsquelo. Despierte a los demás oficiales y entre todos encuéntrenlo. Recuerde
que nadie aparte de ustedes debe saber que tenemos a ese muchachito de rehén
aquí, menos si se trata del Rey.
Asintiendo con fuerza, el soldado se
marchó a cumplir las demandas de su líder, mientras Yunho se ajustaba su
uniforme y sacaba su flamante espada, dispuesto también a emprender la búsqueda
de aquel escurridizo jovencillo.
No lo iba a dejar irse. Si ya lo tenía
entre sus garras, sería un desperdicio dejarlo escapar.
Definitivamente no lo iba a
permitir.
..
Jaejoong corrió y corrió por los oscuros
pasillos hasta que llegó a un muro y se recostó sobre el, tratando de regular
la respiración de su pecho. Llevaba alrededor de diez minutos intentando hallar
una salida, pero por más que buscaba, no lograba encontrar la puerta hacia su
libertad. Escapar del calabozo había sido fácil, solo le bastó con engañar al
soldado que le llevaba comida, diciéndole que no podía comer correctamente si
estaba encadenado. Ahora, encontrar la salida del castillo era lo que realmente
se le estaba dificultando.
Para empezar, el palacio era inmenso,
con un montón de corredizos y escaleras que iban en todas direcciones. La
oscuridad también era otro problema. A excepción
de unas cuantas antorchas ubicadas en los pasillos, no había nada más que
iluminara el oscuro castillo, por lo que encontrar la puerta de salida era casi
misión imposible. Además de eso, Jaejoong debía ser lo suficientemente silencioso para pasar
inadvertido a los guardias. Tenía más de una razón para sentirse angustiado,
pero él muy bien sabía que no podía dejarse sobrepasar, ya que esta era la
primera oportunidad de huida que había tenido en días.
El breve descanso de Jaejoong de
repente fue interrumpido, cuando escuchó a unos cuantos soldados a sus espaldas
trotar hacia la dirección contraria. Jaejoong se mordió los labios, al parecer
ya habían dado aviso de su fuga. Caminando sigilosamente hacia la otra
dirección, Jaejoong intentó alejarse lo más discretamente que pudo de ellos,
sin notar que al otro lado también venían soldados hacia él. A Jaejoong no le
quedo de otra que entrarse a la primera puerta que estuvo a su alcance, sin
meditar lo arriesgado de esa decisión.
Se mantuvo unos instantes dentro de
la oscura habitación, y cuando pensó que ya estaba fuera de peligro, una voz
gruesa le habló.
—¿Quién anda ahí?
Se trataba del Rey, quien producto
del alboroto que habían ocasionado los soldados, se había despertado en su
cuarto. Si, al parecer aquella puerta conducía nada más ni nada menos que a los
aposentos del Rey. Ahora Jaejoong si estaba en problemas.
—¿Quién está ahí?
El Rey repitió, esta vez más
demandante. Al recibir no respuesta, el Rey tomó una de sus candelabros y lo prendió,
revelando al intruso que se había atrevido a molestarlo esa noche en su habitación.
Al verlo, el Rey quedo más
confundido. —¿Quién eres tú?
En vez de contestar, Jaejoong solo retrocedió
unos pasos, mirando a todos lados en busca de una salida. Divisó a unos cuantos
pasos un balcón que daba a los jardines del palacio. Si podía bajar por el,
quizá daría con el portón principal del castillo.
Y por fin saldría de toda esa
pesadilla.
Así que, ignorando al hombre frente
a él, Jaejoong se dispuso a ir hacia ese balcón, sin embargo el Rey se le
interpuso, no permitiendo que se saliera con la suya. —¿Por qué osas a
inmiscuirte en mis aposentos y más eso ignorarme? ¿Eres acaso un pordiosero del
pueblo? ¿Has venido a robarme?
Jaejoong siguió estático, sin saber
exactamente qué tipo de respuesta dar.
—Si no me respondes tendré que
avisar a los guardias… ¡Guardias! ¡Guardias!
Debido al bullicio que el Rey estaba
propiciando, Jaejoong caminó de reversa y tropezó contra una mesa, la cual tenía
una jarra con agua. Sin pensarlo dos veces, Jaejoong tomó la jarra y arrojó todo
el agua sobre el Rey. El hombre de inmediato retrocedió y Jaejoong aprovechó
esto para ir directo hacia el balcón. Sin embargo, cuando llegó a la orilla y se
dio cuenta de la altura real que estaba este con respecto al piso, meditó si
realmente era buena idea escapar por ahí. Claro podía saltar, no obstante la
probabilidad de romperse unos cuantos huesos en la caída era bastante alta.
—¡¡¡¿Cómo te atreves?!!!
Jaejoong se volteó asustado al ver
como el Rey se recomponía de su ataque y corría directamente hacia él con una
ira abrumadora. De inmediato, Jaejoong se montó al barandal, razonando si debía
saltar o dejar que el Rey lo atrapara. Cualquiera de las dos opciones parecían
malas para él.
—¡¡¡Ven aquí, no te escaparas!!!
El Rey estiró su mano para agarrarlo
y debido a eso, Jaejoong perdió el equilibrio y resbaló de aquel barandal. No
alcanzó a caer porque hábilmente logro sujetarse del borde del balcón. Se había
medio salvado, sin embargo la dificultad de no tener ningún apoyo y el dolor en
sus brazos al tener que soportar el peso de su cuerpo amenazaban por hacerlo
caer. Y tan ensimismado estaba Jaejoong en su propia sobrevivencia que no se
dio cuenta que abajo, en el piso, alguien ya se había dado cuenta de su
presencia y corría directamente hacia él.
A continuación, Jaejoong sintió la
mano del Rey tomar bruscamente una de sus muñecas y luego arrojarla con fuerza,
haciendo que finalmente se soltara de la estructura.
Lo único que pudo pensar Jaejoong en
ese momento, fue en su cuerpo estrellándose violentamente contra el asfalto,
sin embargo, lo que menos esperó fue que alguien abajo evitara su golpe. Y
efectivamente cuando Jaejoong aterrizó, un par de brazos fuertes lo recibieron
en el aire. De inmediato abrió los ojos, encontrándose con el rostro indescifrable
del Coronel, quien lo miraba con rabia pero al mismo tiempo con alivio.
Se quedaron un momento en silencio,
con solo sus miradas hablando por ellos.
—Coronel Jung. —El Rey llegó unos segundos
después, acompañado por unos guardias. Al verlo, Yunho bajó a Jaejoong de sus
brazos y lo sujetó fuertemente de su camisón, cerciorándose que no volviera a
huir. —¡Oh! Tal parece que ha atrapado al fisgón que osó perturbar mi sueño.
—El Rey le dijo una vez estuvo en frente de ellos.
—¡Guardias arréstenlo!
El Rey se acercó a Jaejoong y antes
de que este pudiera siquiera decir algo, Yunho tomo la palabra: —No hay necesidad
señor, es mi esclavo. —El Coronel contestó.
Jaejoong lo volteó a mirar
confundido y cuando quiso negar esas palabras, el agarre de Yunho se hizo mucho
más fuerte, como si estuviera diciéndole que no era favorable revelarle al Rey
la verdad.
—Si es su esclavo Coronel, entonces
¿Por qué estaba merodeando a media noche en mi habitación e incluso se atrevió a
echarme agua?
“¿Y ahora que
mierda hizo este mocoso?” Yunho
trato de ocultar su malgenio y controlar la situación de la mejor manera posible,
para que al Rey no se le ocurriera tomar cartas en el asunto. Eso arruinaría
todo su plan. —No se preocupe su majestad, a este esclavo le daré un buen
escarmiento. Yo mismo me asegurare de eso.
—Pues eso espero. Por esta vez lo
dejare pasar pero si vuelve a pasar un episodio tan desagradable como este… no tendré
misericordia. Y eso es una amenaza. —Escoltado por unos cuantos guardias, el Rey se marchó a sus
aposentos, dejando a Yunho, Jaejoong y dos soldados más de pie en el jardín.
En cuanto vio desaparecer al Rey,
Yunho empujó a Jaejoong contra sus soldados, haciendo que estos lo retuvieran.
—Llévenlo al calabozo y asegúrenlo bien, no quiero que esto vuelva a pasar.
Mañana pensare en un castigo ejemplar para él.
Sus oficiales le obedecieron, más
sin embargo Jaejoong parecía resistente a irse sin una última palabra. —Yo
nunca seré su esclavo. —Jaejoong escupió con fuerza esas palabras, y aunque esperó
que Yunho respondiera algo de vuelta, el Coronel simplemente lo miró con
arrogancia y luego se fue, extremadamente cansado de todo el asunto. Jaejoong
quedó con las ganas en la boca ¿Por qué el Coronel lo había ignorado así? No es
que le importara, sin embargo algo de él
le gustaba causarle rabia.
A Jaejoong no le quedó de otra que
pelear consigo mismo, culpándose una y otra vez por desperdiciar la única
oportunidad de escape que había tenido.
…
Nota: Bueno, tercer cap de esta historia. Debo admitir que se me esta haciendo dificil escribir puesto que estos ultimos dias me he sentido algo deprimida con respecto al Yunjae.
Les explicare:
No se porque siento que a pesar de que Yunho y Jaejoong se rencontraron en el ejercito, cada uno va por su camino aparte. Como si hubieran decidido que lo mejor es no estar juntos (siendo amigos, amantes, novios, lo que fueran que hayan sido en el pasado). Quizas me equivoque, quizas un dia jejung nos sorprenda con una foto de ellos o que los podamos ver relacionandose de nuevo. Pero por ahora me siento triste porque es como si esa ilusion de volverlos a ver juntos ya no existiera mas. Como si esa ilusion que he creido ya hace seis años se estuviera esfumando. Y se que todas nos imaginamos una resolucion tipo cuento de hadas, pero al final la vida no es un fic. No todos tienen el final feliz que esperamos. No se, cosas emo mias xD
Ademas jaejoong parece bastante "Cercano" a alguien estos dias...
Una parte de mi se estresa al no saber que onda con sus vidas y sentimientos, y me refiero a los 5....
Ok, lo se, no me hagan caso XD Tal vez solo sean paranoias mias. Solo son pensamientos que he tenido un tiempo para acá. Traten de dejar un comentario alentandome...
Nos vemos en la proxima actu en cuanto pueda terminar el otro capitulo. A pesar de mi bajo animo con respecto al tema, nunca me gusta dejar nada sin terminar, asi que no se preocupen.
Hola. Entiendo q a veces pensemos así sobre el yunjae si saldrá algo nuevo a la luz o será solo nuestra imaginación q queremos verlos juntos como en estos fic...Pero uds las escritoras nos mantienen con la esperanza..No decaigas por favor...Y lo otro dices q Jae está cercano a quién??
ResponderBorrarhablo de no Minwoo. Ultimamente he sentido que algo pasa entre ellos dos. Ha sido un poco obvio en instagram. Aunque tambien puede ser que jaejoong tenga una novia bien escondida...quien sabe...
BorrarNo...Yo me resisto..Se q el yunjae existe y siempre habrá amor o cariño...Pero de q existe, existe..No te pongas triste esperemos q Yunho salga y cómo siempre Jae saque fotos con atuendos similares...Verás q así será
BorrarBueno es que ese es el problema... ya no quiero suposiciones ni "atuendos similares" quiero pruebas veridicas: quiero fotos, que se mencionen, que vayan a los eventos del otro. Y no solo Yunjae, sino de los 5.
BorrarNo se, me siento muy emoshinki estos dias, a veces pienso si vale la pena seguir esperando. Ya ha pasado tanto tiempo... me provoca tristeza pensar en esto T.T
a Yunho si que le dolieron las palabras de Jae y lo dejaron pensando ahora es´pero que cambie su actitud y sea mas tratable y se le quite ese anhelo de poder tener todo para el y que sea mas axcesible y tolerante con los de mas que no lastime a Jae ni a su familia que los deje tranquilos y que se enamore y deje a un lado a el ser amargado que solía ser
ResponderBorrarGracias y no desanimes Yunho y Jae siempre serán el uno para el otro y quizás Jae se refugia en esa persona por que extraña a su Yunho y cuando salga sera olvidado ese personaje por que regresara a los brazos de Yunho eso espero y eso quiero pensar
Hola soy nueva en esto de los comentarios, pero ya llevo un tiempo leyendo tus fanfics; los cuales son hermosos.
ResponderBorrarVoy a esperar ansiosa tu próxima actualización, esta cada vez más interesante. pobre Yunho Jaejoong es capaz de ver a través de él y su apariencia de hombre fuerte .
Respecto a la situación actual del yunjae creo que si bien hay muchas cosas que nos hacen dudar, siento que hay muchas más que nos hacen creer en ellos, asi que no te desanimes y sigue escribiendo por favor, que lo haces genial ^_~
Pobre JJ :(
ResponderBorrarEse rey es un tonto que pena que sea el que le da las ordenes a Yunho :(
Jaejoong debe ser mas inteligente actuando asi no ganara nada .
Gracias por el capitulo ❤❤❤❤❤
No sos la única que piensa así,pero mi corazón Yunjae todavía guarda la ilusión de verlos juntos no hay manera que mi alma los separé,pero quiero pedirte que no dejes de escribir ya que los fic son mi alegría tengamos fe,ese amor que ellos nos transmitieron con sus miradas,toques no puede haber acabado.......gracias ❤
ResponderBorrarAbuuuuuuuu!! Y.Y la oportunidad de JaeJoong para escapar se diluyó.
ResponderBorrarA Yunho las palabras de Jae le han afectado, y espero que esa coraza se rompa pronto -.-
Arriba los ánimos cmila! A veces nos podemos sentir asi por ellos dos; pero también hay que recordar que tipo de sociedad es la de su país...seguiré leyendo tu historia!
Lastima, Jae no logro escapar, pero que pasa con su familia, porque no lo han rescatado?.
ResponderBorrarGracias!!! ❤️💕💞