Capítulo 2— Rebeldía: Pero no importaba, Yunho
estaba seguro que pronto lo haría doblegar. Pronto le enseñaría que con hombres
como él…
…no
se debe jugar.
La doncella
se acomodó el vestido y esperó a que su próximo prometido llegara al gran
salón.
Go Ara, ese
era su nombre.
Célebre
por su belleza, Go Ara era hija de una familia de nobles proveniente de otro
reino. De cabello negro y piel blanca, la muchacha era conocida por poseer unos
impresionantes ojos color verde claro, los cuales eran la envidia de todos. Se
contaban tantas leyendas sobre sus ojos, que hasta decían que con solo una
mirada podía hechizar a cualquier hombre. Muchos caballeros la pretendían,
muchos ansiaban convertirla en su esposa, pero ella ya estaba apartada. Sus
padres le habían arreglado un matrimonio con el flamante Coronel Jung, el
soldado más valioso del ejército del Rey. Ella no había puesto resistencia a
esa decisión, pensando que ser esposa de un Coronel era un puesto más que
satisfactorio. Y hoy sería el día en el que finalmente se conocerían, puesto
que en el pasado ninguno de los dos había tenido tiempo para reunirse.
Go Ara se
acomodó su cabello una vez más y le sonrió al Rey, el cual estaba sentado en su
trono. El propio Rey era el que había sugerido a Yunho como el prometido de la
doncella, por lo cual, además de ser el que los presentaría mutuamente, también
sería un participante activo de su matrimonio. El Rey se tomaba muy en serio
cosas como estas: no permitiría que no se casaran. No dejaría que nadie se
interpusiera entre ellos.
—Coronel
Jung, que bueno que llegó.
El
Rey dijo cuando por fin lo vio atravesar por la puerta, y la chica de inmediato
se volteó, queriendo averiguar como era su prometido. Una sonrisa radiante se
le formó en el rostro al ver que el tal Coronel era un hombre alto, apuesto y
con un semblante de autoridad.
Definitivamente
le gustaría ser esposa de ese hombre.
—Buenos
días, su majestad. —Yunho dobló una de sus piernas haciendo una reverencia y luego
se dirigió a la muchacha, también saludándola con una reverencia. —Espero que
disculpen mi tardanza.
—No hay
de que excusarse Coronel, incluso llegó a buena hora. —En seguida, el Rey señaló
a la muchacha con su brazo extendido. —Quiero presentarle a la doncella Go Ara.
Ella será su prometida.
La
doncella tomó ambos lados de su vestido y se agachó sutilmente. —Mucho gusto.
—Lo miró directamente esperando seducirlo con sus ojos.
Mas sin
embargo, Yunho no pareció muy impresionado, y solo se limitó a tomarla de la
mano y besarla con delicadeza. —Mucho gusto. —Respondió.
El
sonrojo de la chica fue más que notorio, muy al contrario de Yunho, quien solo mantuvo
su semblante serio, como si conocer a su futura esposa le fuera indiferente.
Y es que
a decir verdad al Coronel Jung poco le importaba casarse. Su vida giraba en torno
al ejército y a la guerra; tener esposa era un asunto que no tenía cabida
dentro de su mundo. No importaba cuan hermosa fuera la muchacha, Yunho no podía
estar más desinteresado con la idea. Si el Rey no hubiera sido el que hubiera
arreglado ese matrimonio, Yunho definitivamente se opondría a contraer nupcias.
—Go Ara ha
venido desde muy lejos a conocerlo Coronel, como se podrá dar cuenta es una
doncella de muchas virtudes. —El Rey continuó, haciendo que la chica sonriera
incomoda con los halagos.
Yunho
asintió con su cabeza. —Me da gusto que se haya tomado la molestia.
—No es
nada, —Ella dijo. —Después de todo vamos a vivir juntos como pareja ¿No?
Yunho
apretó la boca. —Claro doncella.
—Go Ara
se quedara unos días y luego regresara a su reino para dejar todo listo cuando
se tenga que mudar aquí definitivamente. —El Rey comentó, mientras recibía una
copa de vino de uno de sus sirvientes. —Pensé que sería bueno que le dieras un
paseo por el reino para que se conozcan mejor ¿No lo creen?
—Me
parece estupendo. —Ella sonrió.
Yunho
tuvo que hacer un enorme esfuerzo para no mostrar su descontento. —Sera un
placer. —Fingiendo una sonrisa, Yunho le ofreció su brazo a la dama para que se
colgara a él, mientras al mismo tiempo recibía una copa de la bandeja que el
sirviente le ofrecía, viendo como Go Ara hacia lo mismo.
A
continuación, el Rey se levantó de su trono levantando también la mano con la
copa. —Quiero brindar por la nueva pareja ¡Salud!
—¡Salud!
—Repitieron Yunho y Go Ara al unísono y se llevaron el líquido a la boca.
Tan
pronto terminaron, el Rey les dio una última bendición y no esperaron mucho
para salir del salón. La chica tampoco tardó en iniciar un parloteo incesante
acerca de su venida y lo maravilloso que sería su matrimonio, más sin embargo
Yunho no la estaba escuchando; estaba más interesado en seguir planeando su
estrategia para atacar el bosque, que en lo que tenía que decir su nueva
prometida.
..
Jaejoong subió
a la copa de un árbol aquella mañana soleada, para observar el paisaje y
asegurarse de que todo estuviera en orden. El ejército no había vuelto a poner
un pie en el lugar, y eso hizo a Jaejoong sentirse satisfecho, ya que creyó que
quizás ese Coronel había reflexionado que no era tan beneficioso enfurecer a
los protectores del bosque. Sin embargo, Jaejoong no debía sentirse tan
confiado. A veces la calma podía ser el inicio de una tormenta, y Jung no se
iba a quedar de brazos cruzados. De hecho, tramaba un plan. Un plan que sin
duda lo haría ganar esa guerra.
Saltando a otro árbol, Jaejoong
observó el cauce del rio Geumho que transcurría de manera tranquila por el
lugar. Dobló su pierna derecha y recostó su cara en la rodilla, admirando la
quietud del bosque a esas horas de la mañana. Sin embargo la paz no duro mucho,
porque a la distancia, Jaejoong pudo notar como un gran caballo negro se abría
paso entre los arbustos, llevando en su lomo al Coronel y a una joven doncella.
Ante eso, Jaejoong se puso alerta, siguiéndolos por entre los árboles. Ya hasta
podía oír la voz de su madre en su cabeza diciéndole que no se entrometiera,
pero como era costumbre, Jaejoong actuaba antes de pensar. Él no iba a permitir
que perturbaran aquella mañana tan tranquila en su preciado bosque. No señor.
—Es un muy hermoso bosque. —La joven
Go Ara dijo y apretó más fuerte el abdomen del hombre del cual estaba sujeta. Yunho
rodó los ojos ante ese comentario.
Él no hallaba la belleza de ese
lugar.
Como parte de su recorrido por el
reino, Yunho había llevado a la doncella a un paseo por el bosque. Al principio
no estuvo seguro de hacerlo, puesto que no tenía sentido recorrerlo si iba a
ser demolido, pero la doncella había insistido tanto en ir, que al final no le
quedó más remedio que aceptar.
Siguieron su camino unos minutos más,
sin notar que alguien detrás los venía siguiendo. A Yunho se le hizo extraño
que el bosque estuviera tan calmado con su presencia. Normalmente tanta
tranquilidad no era augurio de nada bueno.
Algo estaba a punto de pasar.
Y efectivamente, las sospechas de
Yunho quedaron confirmadas cuando de la nada, unas raíces de árboles se
enrollaron como si tuvieran vida propia en las patas de su caballo, haciendo que
este se tropezara y que tanto él como la doncella cayeran fuertemente al piso.
—¡¡¡Mierda!!! —Yunho levantó medio
cuerpo y se giró para revisar si la chica se había hecho daño. Aparte de un
golpe en la cabeza, la muchacha parecía estar bien. Yunho entonces miró hacia
todos los lados, convencido de que esto no podía tratarse de un accidente. Esto
había sido provocado por alguien.
Y en efecto, el Coronel encontró al responsable
de su caída sentado en una rama cercana, mirándolo con una media sonrisa de
satisfacción en el rostro. Se trataba de aquel muchachito insolente que le
había amenazado la otra vez. Las facciones de Yunho se endurecieron, nadie se atrevía
a burlarse de él.
—Levántate. —Tomando del brazo a la
chica de una manera no muy delicada, él la alejo un poco y de inmediato sacó su
espada, cortando las raíces que tenían apresadas las patas de su caballo.
—¡Coronel Jung, ¿Qué es lo que
pasa?! —Preguntó Go Ara asustada.
—Debes irte, rápido. —En cuanto
liberó al animal, Yunho montó a la doncella en él, y acto seguido golpeó el
muslo del caballo para que regresara de nuevo al palacio. Go Ara no tuvo ni
tiempo para replicar, porque ya estaba galopando a toda velocidad fuera del bosque.
A continuación, Yunho se volteó de
nuevo hacia donde vio al muchacho, solo
para descubrir que él ya no estaba ahí. Estaba jugando con su paciencia, Yunho
lo sabía, sin embargo él también tenía artimañas con que jugar.
Caminando por entre los arbustos a un
paso sigiloso, Yunho trató de pasar lo suficientemente inadvertido para poder
atacar al muchacho. Miró hacia todas las direcciones; arriba, abajo, a los
lados, pero no halló ningún rastro. Parecía como si el joven se hubiera
esfumado de un momento a otro. Cansado, Yunho razonó que no tenía caso, así que
se devolvió por el mismo camino, solo para encontrar al chico acurrucado detrás
de una gran piedra. Por su postura parecía como si estuviera escondiéndose de él,
mirando hacia el lado contrario de donde estaba el Coronel.
“Lo tengo” Yunho susurró para sí mismo
y cuando estuvo a punto de saltar encima de él para apuñalarlo por la espalda,
un sonido de un rugido lo hizo quedar estático. Volteándose, Yunho se llenó de
terror al ver un gran oso negro, que lo observaba a tan solo un metro de distancia.
Había pocas cosas que asustaran al Coronel Jung y una de esas eran las bestias
con grandes garras y dientes.
Tales como los osos.
Con mucho cuidado, Yunho caminó de
reversa lo más discretamente que pudo, tratando así que el animal no se
alterara con su presencia. Aun así el oso rugió aún más fuerte y se abalanzó
hacia donde estaba él. El hombre no hizo más que salir a correr como alma que
lleva el diablo. Por supuesto, Jaejoong no paso eso desapercibido y sin pensarlo,
salió corriendo detrás de ellos, queriendo averiguar qué pasaría si al Coronel
lo alcanzaba el oso.
“Vamos corre,
corre” El Coronel
se dio alientos en su cabeza, tratando que sus piernas aumentaran de velocidad
con cada zancada que daba.
Sin embargo, su huida no duro mucho,
puesto que se vio obstaculizado al llegar a una especie de esquina, la cual
estaba cercada por dos grandes árboles. Intentó regresar por donde había
entrado, pero cuando lo hizo, el oso llegó acechándolo contra los árboles. El animal
rugió tan fuerte que hizo que Yunho cayera de espaldas al piso. A Yunho no le
quedo de otra que arrastrarse por el suelo, incapaz de levantarse debido a la
angustia y al dolor resultante de la caída.
—¡Aléjate! ¡Aléjate bestia! —Yunho
tomó una rama suelta y trató de ahuyentarlo. No dio resultado, el oso estaba
decidido a atacar.
“Este es mi
fin”, pensó
Yunho, y lo pudo haber sido de no ser porque Jaejoong llegó justo en ese
momento, quedándose de pie frente al oso y Yunho.
—¿Qué…? —Sentimientos encontrados se
amontonaron en la cabeza de Jaejoong al ver a su enemigo al borde de la muerte.
Era cierto, en muchas ocasiones Jaejoong había dicho que quería ver muerto al Coronel,
pero ahora, ver convertido ese deseo no era algo que precisamente le gustara.
Jaejoong podía ser muy boca floja a veces, decir cosas a la ligera, pero eso no
significaba que en realidad las sintiera. De hecho, Jaejoong era alguien muy
sensible y presenciar la muerte, así fuera de su enemigo, no le complacía. Más
bien le provocaba repulsión.
—¡Oso tranquilo!
Así que contra todo pronóstico,
Jaejoong se puso frente al oso, tratando de salvarle la vida al Coronel. Quizás
se arrepentiría más adelante, pero ahora solo actuaba lo que su conciencia le
decía.
Y eso era que tenía que ayudar al Coronel
Jung.
—¡Oso, desiste por favor!
¡Tranquilo!
Por la interrupción, el oso dio unos
pasos hacia atrás, pero aun así no dejó su postura de agresión.
—¡Por favor, oso! ¡Vete! —Jaejoong
rogó al ver que el oso no estaba dispuesto a calmarse. Los animales raramente
le hacían caso y más los grandes como este. Si pudiera controlar sus poderes,
el oso se habría marchado, pero ese no era el caso e incluso podía ser posible
que el animal hasta quisiera atacarlo a él también. Estaba arriesgando
demasiado y no entendía porque se tenía que preocupar.
—¡Deja de tratar de razonar con él!
¡¿No ves que es un animal?!
El insensato de Yunho gritó a sus
espaldas, pero Jaejoong no le hizo caso e intentó concentrarse lo más que pudo
para hacer tranquilizar al animal.
“Por
favor, por favor, solo escúchame. No quiero hacerte daño, solo quiero que
desistas de esto, por favor”
Cerrando sus ojos, Jaejoong suplicó
en su mente, sin darse cuenta que el oso había dejado de gruñir y ahora se
encontraba más pacífico.
“Por
favor, no cometas una barbaridad, por favor”
Jaejoong continúo rogando y cuando
menos se lo esperó, el oso se acercó y junto su enorme rostro con el de él, en
un gesto totalmente sumiso. Ante eso, Jaejoong abrió ampliamente los ojos,
sorprendido de que el oso hubiera escuchado sus peticiones. Esta era la primera
vez que lograba domar una bestia de tales dimensiones. Al menos podía decir que
sus poderes habían funcionado esta vez.
Luego de un rato que el animal
estuvo junto a él, el oso por fin se marchó, pisando las huellas por donde
había llegado, sin rastros del temible animal que había sido hace tan solo unos
segundos atrás. A continuación, Jaejoong se volteó y observó como el rostro
incrédulo del Coronel le devolvía la mirada, aun sin dar crédito de lo que
había acabado de suceder. Se suponía que lo odiaba, ¿Por qué lo ayudó cuando
pudo haber dejado que esa bestia lo destrozara sin piedad?
—¿Por qué hiciste eso? —Preguntó
Yunho al levantarse del suelo y recobrar de nuevo la compostura.
Jaejoong desvió la mirada. —No podía
dejar que un inocente oso se manchara de sangre impura. —Justificó, aunque no
fuera la verdadera razón de sus acciones. —Ahora será mejor que se vaya antes
de que incite al oso a regresar. —Jaejoong trató de lucir amenazante, pero la
risa cínica de Yunho hizo que su actuación decayera.
—Me causa gracia tu valentía, lástima
que no te servirá de nada. Es más, te hunde cada vez más profundo.
—Creo que ya he dejado bastante
claro cuáles son mis objetivos. —Yunho se acercó un poco más. —Me parece que el
que debe aclararlos aquí eres tú, ya que lanzas amenazas de muerte y acto
seguido salvas mi vida de un oso. ¿A qué juegas muchachito?
—No estoy jugando a nada, solo no quería
que un oso hiciera lo que yo… tengo que hacer.
Yunho volvió a soltar una carcajada.
—¿Enserio? ¿Piensas matarme? Pues yo no lo creo. —Utilizando sus dedos, Yunho
tomó de la barbilla a Jaejoong para levantarle el rostro. —Lo puedo ver en tus
ojos, aun conservas aquella inocencia que yo hace mucho tiempo perdí. Tú no
serias capaz de matarme. Eres tan solo un muchachito sin mundo, pequeño ante
todo a su alrededor. A mi lado eres una insignificante cucaracha, sin
probabilidad de sobrevi…
Las palabras de Yunho de repente
fueron silenciadas, cuando el puño de Jaejoong se estrelló contra su cara,
dejándolo momentáneamente aturdido por lo inesperado que había sido. Estaba
claro que Jaejoong no iba a dejarse despreciar de un sujeto como ese, no iba a
dejar que le pisotearan el orgullo, por lo que un puñetazo directo a la nariz
fue lo único que se le ocurrió para silenciar a ese odioso hombre. Jaejoong podía
ser muy provocativo cuando se lo proponía, lástima que no supiera cuando era
prudente parar.
Llenó de ira, el Coronel jaló a Jaejoong
a su cuerpo y lo inmovilizó de espaldas, rodeando su antebrazo en el cuello del
muchacho. —¿Quisiste salvarme de un oso, eh?
Pues que mala decisión tomaste.
Jaejoong no alcanzó a comprender del
todo esas palabras, porque en seguida, Yunho comenzó a apretarlo tan fuerte,
que le hizo perder el conocimiento. A continuación, Yunho arrastró el cuerpo
lánguido de Jaejoong por el bosque, procurando haber sido lo suficientemente discreto
para que los demás guardianes no se hubieran dado cuenta, que su miembro más
joven había sido raptado.
..
El cuello le dolía. Las extremidades
también. Todo su cuerpo se estremecía de dolor al recobrar en sí, y encontrar
que estaba atado de pies y manos por unas cadenas que lo retenían contra el
ángulo de una pared. Se encontraba en un calabozo: oscuro, gris, y con solo una
pequeña ventana con barrotes ubicada en la parte superior de este. Jaejoong
trató de recordar porque estaba ahí, pero por más que intentaba, su mente no
parecía reaccionar.
Se encontraba totalmente perdido.
Repentinamente, un sonido de un
portón abriéndose y una luz enceguecedora llenó el cuarto, haciendo que
Jaejoong se sintiera más aturdido de lo que estaba.
—Vaya, vaya mira quien tenemos aquí.
Una voz familiar le habló y cuando
la luz por fin se apaciguó, Jaejoong pudo reconocer al Coronel Jung quien lo
miraba con una postura firme. Casi vencedora.
Al instante, Jaejoong se removió
inquieto, queriendo escapar de las cadenas que lo tenían a merced de ese
hombre. —¡¿Por qué estoy aquí?! ¡¡¡Déjeme salir!!!
—No, no lo harás. Eres mi rehén de
guerra y no saldrás hasta que se cumplan mis demandas.
—¡¡¡No me importa eso, déjeme salir
o le juro que habrá consecuencias!!!
Yunho se arrodilló ante el muchacho.
—¿Y qué harás? Si no te has dado cuenta estas fuera del bosque, bajo mi poder.
Tus poderes no sirven aquí, no puedes hacer nada para atacarme.
—Mi familia si lo hará. —Jaejoong
afiló su mirada. —Pronto sabrán que estoy aquí y actuaran contra su ejército.
—No si los puedo manipular. —El Coronel
dejó salir una sonrisa. —No se arriesgaran a atacar, sabiendo que te tenemos y
que te podemos hacer cualquier cosa que tengamos en mente, si se atreven a
provocarnos. No serían tan estúpidos.
Jaejoong se mordió la boca. Él sabía
que el Coronel tenía razón. —No se podrá salir con la suya...
—Ya lo hice y teniéndote aquí, el
bosque será nuestro.
—¡¡Eso nunca!! —Jaejoong gritó. —El
bosque no es de nadie, no puede tomarlo como si fuera algo de su posesión.
—Bueno, eso lo veremos. El ejército
tiene algo a su favor y es tenerme a mí como su líder. Tienes que saber que
nunca he fallado una misión. En mis diez años de servirle al Rey, nunca lo he
decepcionado. ¿Escuchaste?, Tú… ¿Cuál es tu nombre?
Jaejoong lo miró con odio ante esa
petición, definitivamente no le revelaría su nombre a ese hombre tan repulsivo.
—Eso no es de su incumbencia.
—¿Crees que estas en condiciones de
retarme? —Acercándose, Yunho tomó del mentón a Jaejoong haciendo que lo mirara
fijamente a los ojos. —Dime tu nombre, ahora. —Le exigió.
—No lo hare.
—Dímelo.
—No se lo diré.
—¡Dímelo maldita sea! —Yunho apretó
aún más su agarre.
Con evidente desagrado, Jaejoong
escupió directo a la boca del otro, en un intento de retarlo y hacerlo callar.
De inmediato, Yunho se llevó una mano a los labios, incrédulo de la insolencia
de ese joven. Definitivamente a ese muchacho le gustaba jugar con fuego. A continuación,
Jaejoong recibió una fuerte cachetada que le volteó el rostro e incluso hizo
sangrar la comisura derecha de sus labios.
Era obvio que Yunho no se dejaría
ofender.
—¡¿Acaso no sabes cuál es tu
posición?! ¡¿Acaso nunca has escuchado de mí y lo que me gusta hacer a las
personas que van contra mi voluntad?!
—Yunho le interrogó, mientras con sus manos tomaba los antebrazos del
otro y los presionaba contra la pared. Jamás en su vida se había topado con
alguien que fuera capaz de enfrentársele de esa manera, y esa rebeldía lo
estaba comenzando a exasperar.
—No… No me importa quien sea, ya le
dije que no le tengo miedo…
—Mentira, todos me temen. Hasta los
demás guardianes me temen. Debes ser el único a quien le falte una pieza de
raciocinio en esa cabeza.
—O debo ser el único que ve lo poco
hombre que en realidad es.
Yunho volvió a golpear a Jaejoong.
Esto de verdad lo estaba enojando. —Retráctate de eso en este mismo instante.
—No…no, no lo hare…
—¿Quieres morir cierto?
—Prefiero morir antes que doblegarme
ante usted.
—Pues tarde o temprano lo tendrás
que hacer. —Dejando ir los brazos de Jaejoong, Yunho se levantó y se paró
frente a él. —No podrás seguir jugando al esquivo por más tiempo. No ha habido
nadie nunca que se oponga a mi voluntad y quien lo hace, no vive para contarlo.
Y tú no serás el primero.
El Coronel Jung se dio media vuelta
para abandonar el encierro, pero la voz exhausta de Jaejoong lo dejo quieto.
—Yo salve su vida. Al menos debería tener algo de gratitud por eso.
—Y la tengo. —Yunho se volteó de
nuevo. —Date por bien servido que aún sigues con vida.
Diciendo esto último, el Coronel
abandonó el encierro, sintiéndose algo intranquilo por el hecho de que así ese
joven estuviera raptado, continuaba llevándole la contraria. Pero no importaba,
Yunho estaba seguro que pronto lo haría doblegar. Pronto le enseñaría que con
hombres como él…
…no se debe jugar.
..
Nota: Bueno segundo capitulo.
Feliz año a los que me leen y recuerden seguir el nuevo twitter que hice del blog para que esten pendientes de las actualizaciones. Nos vemos en el próximo cap!!
ahora si que Yunho se topo con la horma de su zapato y no creo que Jae se deje doblegar por Yunho ya como es bien sabido Jae es un chico fuerte y muy valiente y no creo que Yunho se salga con la suya el que terminara rendido a los pies de Jae sera Yunho pues del odio a el amor solo hay un paso y espero que Jae logre que Yunho lo de primero por que esa rebeldía de Jae y no temer le a Yunho espero que sean suficientes para que el odio que Yunho tiene en ese corazón duro logren doblegarlo y caer a los pies de el dulce y encantador Jae
ResponderBorrarGracias por compartirlo
una pregunta ya no piensas poner en esta pagina las actualizaciones por que yo no tengo twitter y me gustaría que sigas poniendo en donde mismo las actualizaciones para enterarme y volar a leer por que esta muy buena la historia
Si, voy a seguir poniendo las actualizaciones en esta pagina. El twitter solo es para la gente que no tiende a ver las actualizaciones de blogger y les queda mucho mas fácil verlas por una red social.
BorrarGracias por tu comentario.
Gracias por la actualización¡¡ me encanta ...el yunjae esta que arde ¡¡
BorrarOjala yunho no sea tan malo con jae ¡¡ :)
Muchas gracias por un nuevo capitulo, se esta poniendo muy interesante... Yo ya estoy siguiendo la cuenta de twitter.
ResponderBorrarGracias por actualizar.
ResponderBorrarPobrecito Jae :( ... Se pone interesante. Estaré esperando el proximo capitulo :)
Moraleja: no salves aún coronel malagradecido del ataque de un oso...XD
ResponderBorrarNoooooooo! Pero que testarudo es el Coronel Jung -.- JaeJoong va lo salva (demasiado inocente) y Yunho le rapta. Todo lo que estas haciendo tendrá sus consecuencias Jung, la naturaleza te lo cobrará <.<
ResponderBorrarMugre Yunho tan ingrato, después de que todo cobarde ante el oso, se pone muy valiente ante Jae que le salvo la vida.
ResponderBorrarGracias!!! ❤️💕💞