Capítulo 7— Actuar con el corazón: —¿Usted
tiene a Jaejoongie, cierto?
Yunho
no dijo nada, tan solo se mordió la boca.
—Y
usted está enamorado de él.
La mañana siguiente fue extraña.
Como si nada, Yunho se levantó, se alistó y salió de la habitación sin mediar
palabra. Ni siquiera se molestó en atar a Jaejoong para que no escapara,
simplemente actuó como si no estuviera ahí. Como si no existiera.
Algo cabizbajo, Jaejoong se levantó
del sillón y empezó a recorrer la habitación, intentando encontrar algo que
hacer para que no tuviera que pensar demasiado en el Coronel. Se sentía de
alguna forma triste. Triste por haber desperdiciado otra oportunidad que se le
presentó para huir, triste porque ahora las condiciones de su cautiverio iban a
regresar a lo que eran antes y triste por… haber decepcionado al Coronel. Era
estúpido, lo sabía, él no debía importarle lo que sintiera su secuestrador, aun
así no podía evitarlo. Él de verdad se sentía preocupado por lo que fuera que
le estuviera pasando a Yunho con respecto a él.
Trasladándose al bufete de Yunho,
Jaejoong empezó a curiosear los objetos que estaban sobre este. Examinó
brújulas, lupas, libros, cualquier invento extraño de los humanos, que llamara
la atención de un ente del bosque como él.
Tomó algunos pergaminos, tratando de
descifrar que estaban trazados en ellos, hasta que cayó en cuenta de que eran
estrategias que el Coronel había hecho para atacar el bosque. Ahora más
interesado, Jaejoong intentó entender que era lo que significaban esas
estrategias, pero por más que trataba, simplemente nada parecía claro para él.
Y es que los pergaminos tenían un montón de líneas, bosquejos y dibujos mal
formados que incluso para alguien que no conociera nada de guerra, era fácil
decir que no significaban nada. Era como si el Coronel no hubiera bien hecho su
trabajo, como si hubiera hecho un poco de rayones para aparentar que se
trataban de estrategias.
“Y si…”… A Jaejoong de repente se
le prendió el foco: Yunho no estaba tomando en serio su ataque al bosque. El Coronel
estaba fingiendo que planeaba estrategias, cuando en realidad lo único que
estaba haciendo era enredar más el accionar del ejército ¿Pero porque lo hacía?
¿Si él era el jefe del ejército empeñado en destruir el bosque, porque
intentaba sabotear su propio trabajo? ¿Sería que Yunho había desistido de su
misión… por él? Jaejoong trató de no emocionarse tanto con la idea, pensando
que debía tratarse de otra razón. Si, debía ser por algo más.
Dejó esos planos inservibles a un
lado y tomó otro puñado de pergaminos, que contenían letras sobre este. Leyó un
fragmento de ese escrito. Su entrecejo se arrugó al leer aquellas palabras:
“Yo
quiero protegerte, incluso tus malos hábitos
que
me hacen sonreír cuando estoy cansado
Aunque
pueda ser difícil, voy a decir que “te Amo”
hasta
el día que tu vengas a mis brazos”
Se trataba de un poema de amor que
el Coronel había escrito. A Jaejoong eso le resultó más extraño. Yunho no era
un hombre romántico, ni sensible, ni nada de eso. Era culto eso sí, leía un
montón y parecía saber de muchas cosas, pero ¿De ahí a que fuera capaz de
escribir un poema de amor? No, eso no parecía posible para Jaejoong. Yunho era
un hombre dedicado a la guerra y la violencia, no era un hombre que tuviera la
susceptibilidad para amar.
Instigado por el deseo de saber que
era lo que sucedía, Jaejoong leyó otro fragmento de otra hoja, encontrando algo
que lo hizo quedarse mudo:
“Tu
y tu cabello negro, que me enloquecen y me hacen calmar. Tu mirada salvaje pero
al mismo tiempo dulce, me obligan a querer descubrir tu mundo. A sentir y vivir
como tú lo haces. Cada vez que te miro siento que estas aquí para mí, aunque tú
no lo quieras, aunque tú no lo creas. Tu indomable ser quizásfue hecho para
alguien como yo, quien cree que puede controlar cualquier cosa…”
Jaejoong dejó de leer cuando las
emociones inundaron su corazón. ¿Acaso ese escrito se refería a él? ¿El Coronel
se había enamorado de él? Ahora comprendía porque el hombre lo obligaba a
besarlo y a cumplir sus caprichos sexuales. No lo hacía para saciar una
necesidad carnal ni para humillarlo, era porque de verdad sentía sentimientos
por él. Era porque de verdad el Coronel quería estar con él.
La puerta se abrió súbitamente
después, revelando al Coronel quien venía con algo de prisa, algo anormal
puesto que una vez que salía por la mañana, solo regresaba al comienzo de la
noche. En cuanto vio a Jaejoong con sus pergaminos, una expresión de pánico se
le formó en el rostro, corriendo hacia el muchacho con la intención de
arrebatarle los papeles. —¿Qué estás haciendo? —Yunho preguntó alarmado, al coger
los papeles y meterlos apresuradamente en uno de los cajones del escritorio.
—¿Qué eran esos papeles? —Inquirió
Jaejoong.
—Nada que te importe.
—Las estrategias para atacar el
bosque… no significan en realidad nada ¿Cierto?
Yunho lo volteó a ver ante esa
pregunta ¿Acaso se había dado cuenta de sus verdaderas intenciones? —¿De qué
carajos estás hablando? Claro que significan algo.
—No, en realidad son bocetos sin
sentido que ha estado trazando para encubrir que en realidad no quiere atacar
el bosque.
—¿De dónde sacas esa ridícula
historia? En primer lugar, yo soy el más interesado en acabar con ese bosque. Y
en segundo lugar, tu solo eres un muchachito salvaje que no conoce de
estrategias, ni de planes ni de nada.
—No soy estúpido.
—Parece. —Yunho se trasladó hacia un
mueble para alistar algunas armas, y dar con eso término a esa extraña
conversación.
Mas sin embargo, Jaejoong no estaba
dispuesto a olvidarla. —¿Qué eran esos escritos? —Preguntó directo, haciendo
que Yunho se descolocara por unos segundos.
—¿Cuáles escritos? —Optó por hacerse
el desentendido.
—Esos poemas y cartas de amor.
¿Acaso… se deben a mí?
“Mierda” Armándose de valor, Yunho se
acercó a Jaejoong, intentando verse (y sonar) lo más natural posible. —No son sobre
ti si eso crees. ¿Además porque serian sobre ti? ¿Crees que me he enamorado?
—N-no, no lo sé. Solo que…
—Mírate, eres un salvaje del bosque.
Jamás sentiría algo por ti más que ganas de cogerte.
Jaejoong mordió sus labios ante esas
palabras. Verdaderamente lo estaba lastimando. —Pues que idiota fui al pensar
que alguien tan inhumano como usted podría ser capaz de escribir algo como eso.
Apuesto que nunca ha sentido el amor.
—¿Quién dice que yo no lo escribí?
—Si usted lo escribió entonces debe
ser por alguien, nadie escribe así…
—Es sobre mi prometida, Go Ara.
—Yunho de repente interrumpió.
—¿Sobre su prometida? —Jaejoong
enrojeció. —¿Acaso tiene el descaro de ser así? —Se inclinó de puntillas,
tratando de enfrentar la cara del Coronel. —¿Piensa en su prometida cuando me besa?
¿O la pensó ayer cuando…?
Yunho se le acercó, tomándolo fuerte
por la nuca. —¿Cuándo qué? ¿Cuándo te cogí? No, no pensé en ella, pensé en lo
rico que se sentía cogerte. —Dijo sin filtros. —Aun así eso no significa que no
sienta nada por ella o que sienta algo por ti.
Jaejoong de inmediato lo empujó.
—¡Maldito cerdo pervertido!
En vez de responder a sus
provocaciones, Yunho solo respiró profundo y se dispuso a alistar sus cosas, no
permitiendo que Jaejoong le siguiera reprochando. Al sentirse ignorado,
Jaejoong tomó con rabia un reloj de madera que estaba en el escritorio, y lo
lanzó en dirección a Yunho, pegándole justo en la cabeza. Cuando Yunho se
volteó para enfrentar a Jaejoong, el sonido de alguien golpear la puerta le
impidió llegar a su objetivo.
De inmediato, Yunho empujó a
Jaejoong hacia el armario diciéndole que guardara silencio. Justo cuando cerró
las puertas del armario, la puerta principal de la habitación se abrió,
revelando a uno de los soldados a su mando.
—Coronel, le traigo excelentes
noticias. —El joven hombre le dijo con una sonrisa.
Yunho se recostó sobre las puertas
del armario. —¿Qué es?
—Al parecer algunos soldados
lograron capturar al guardián mayor del bosque. Lo tienen atado cerca del rio Geumho.
Ante esa noticia, Yunho frunció el
entrecejo y Jaejoong abrió los ojos en demasía. No, no podía ser. Su padre
corría gran peligro y lo peor es que él no podía hacer nada para evitarlo.
—Bien, bien soldado. En un minuto me
reuniré con el escuadrón. Dígales a los demás que me esperen en el punto.
—Yunho respondió, con ansias de sacarlo rápido de la habitación.
—Como diga Mi Coronel. —El soldado
hizo una leve reverencia y salió por la puerta que había entrado. En cuanto lo
hizo, Yunho sintió a Jaejoong empujarlo por detrás, al abrir con fuerza las
puertas del armario.
—¡¡Usted dijo que no lastimaría a mi
familia si lo obedecía!! —Replicó Jaejoong furioso.
—Ayer intentaste asesinarme, así que
no creo que te merezcas algo de mi compasión ahora.
—¡Es porque estoy cansado de estar
aquí! ¡Yo no pedí ser su prisionero!
—¡Tú te lo ganaste! Todo esto que
estás viviendo te lo ganaste por atrever a desafiarme. ¡Si no me hubieras
provocado tantos problemas, no estarías metido en este embrollo! Además
deberías ser más agradecido, ¡Te he dado comida y te he tratado mejor que a la
mayoría de prisioneros que han estado bajo mí trato!
—¡No se comporte como si fuera mi
salvador! Anoche… usted abuso de mí…
—No oí que te quejaras. —Yunho habló
con prepotencia. —Lo único que escuché fue tus gemidos debajo de mí…
—Cállese. —Jaejoong lo interrumpió.
No podía creer lo cínico que era ese hombre. —Sabe que no podía hacer nada al
respecto. Usted me tenía amenazado con lastimar a mí y a mi familia, si no
obedecía sus caprichos. Creí que al menos respetaría su palabra.
Yunho desvió su vista. —A veces hay
cosas que no puedes evitar. —Diciendo esto, Yunho tomó bruscamente del brazo a
Jaejoong y lo amarró contra una de las patas de la cama, evitándose así tener
más problemas.
—Si se atreve a lastimar a mi padre…
—No hay nada que puedas hacer.
Yunho lo interrumpió, mientras
enroscaba fuertemente la soga en la muñeca de Jaejoong. El más joven solo
exhaló hastiado.
—Te odio.
Fue lo que Yunho escuchó decir a
Jaejoong, quien le devolvió una mirada de total desprecio. Quiso hacerse el “oídos
sordos”, pero ya la fuerza de esas palabras había impactado profundo en su
mente. Decidiendo que lo mejor era no dejar que lo afectaran, Yunho no dijo
nada y tomó su armamento, cerrando fuertemente la puerta de su habitación.
Totalmente derrotado, Jaejoong dejó
caer su cabeza sobre el borde del colchón de la cama y empezó a llorar; de
rabia, impotencia y tristeza al saber que su padre pagaría por la obstinación
de aquel hombre. Creyó que sería capaz de ganar esa guerra, que tonto había
sido, había subestimado totalmente la crueldad del ser humano.
..
Montado en su flamante caballo negro
Taepoong, Yunho llegó al lugar, acompañado del soldado que le había dado la
noticia. Abriéndose paso entre los demás soldados, Yunho se bajó del caballo y
caminó hacia donde se encontraba el padre de Jaejoong, el cual estaba atado a
un tronco con un par de cuerdas. A pesar de su condición de rehén, el hombre
mantenía una calma envidiable, como si supiera que no le pasaría nada. Al
verlo, Yunho se aclaró la garganta, meditando cual sería la mejor decisión a
tomar.
—Lo estábamos esperando, Mi Coronel.
—El subteniente Choi le dijo. —Queríamos saber que debemos hacer con él.
Yunho regresó su vista al anciano y
de la nada, exclamó algo que los soldados nunca se imaginaron escuchar: —Libérenlo.
—¿Qué? —Replicó el subteniente. —Perdóneme
Mi Coronel pero creo que está equivocado.
—No, no lo estoy. —Yunho se dio
media vuelta. —Libérenlo.
—Me temo que no lo voy a permitir. —De
la nada, el Rey apareció y se instaló justo al frente, retando a Yunho con su posición.
Yunho apretó los puños y tenso su boca; ahora si de verdad no podía darse el
lujo de sabotear su propia misión de atacar al bosque. —Si me permite
preguntarle Coronel, ¿Por qué está dando tan absurda orden?
Yunho frotó sus manos y pensó en
alguna explicación, que sonara convencedoramente lógica. —El guardián mayor del
bosque nunca nos ha ocasionado ningún problema, así que no veo ninguna razón
por la que tengamos que ocuparnos de él.
—¿Pero por algo es el guardián
mayor, no lo cree? Él es el pilar de la familia del bosque, si lo eliminamos,
el resto de la familia flaqueara.
—Solo es un viejo hombre, dejémoslo
en paz.
—¿Desde cuándo tan compasivo Coronel
Jung? Desde que tengo memoria, usted nunca le ha importado tener que atacar
gente inocente.
—Quizá me he vuelto más razonable.
—O quizá se ha vuelto más blando.
—El Rey respondió y luego se dirigió a los demás soldados. —¡Lleven al guardián
al palacio, lo mataremos en la horca!
Los soldados asintieron ante las órdenes
de su majestad, pero inesperadamente Yunho, en un arrebato de desobediencia,
sacó su espada y se colocó en frente del padre de Jaejoong, amenazando a
cualquiera que se quisiera acercar. Él no iba a permitirlo, él no iba a
permitir que nada lastimara a un ser querido de Jaejoong.
El Rey arrugó profundamente su
rostro ante esa actitud. ¿Y ahora que le sucedía al Coronel? —¡¿Qué carajos te
pasa Yunho?! ¡¿Quién crees que eres para desafiar mi autoridad?!
—No dejare que le hagan daño.
—Eso lo decidiré yo, ¡Soldados
atáquenlos!
Inseguros, los soldados hicieron
amago de querer enfrentarse a Yunho, pero ninguno tuvo el valor de hacerlo.
Simplemente, Yunho era un hombre muy hábil y sabían que si se le enfrentaban,
probablemente no vivirían para contarlo.
—¡¿Qué es lo que les pasa?! ¡¡¡Atáquenlo!!!
Al ver que nadie tomaba la iniciativa,
el Rey tomó una de las espadas de un soldado a su lado y se abalanzó hacia
Yunho, el cual atajó diestramente cada uno de sus ataques, y lo dejó
completamente desarmado antes de que pudiera notarlo. A continuación, Yunho se
volteó y cortó con su espada las sogas que mantenían al padre de Jaejoong
amarrado. Luego montó al viejo hombre en su caballo, montándose él después.
—¡¡¡Nadie se atreva a seguirnos!!!
¡¡¿Entendido?!!
Amenazó con furia en su voz, y acto
seguido, golpeó con su pie el muslo del caballo para hacerlo correr velozmente.
Los soldados se quedaron como estatuas en su posición, mientras el Rey gritaba
furioso, viendo a Yunho salirse con la suya.
El caballo galopó unos cuantos
metros, en dirección al centro del bosque y cuando Yunho creyó que ya no había peligro;
detuvo su marcha, se bajó y ayudó al anciano a bajarse.
—Puede irse. —Le dijo con
indiferencia, pero, contrario a lo que pensó, el padre de Jaejoong no se marchó
sino que en su lugar, empezó a observar a Yunho muy detalladamente, como si lo
estuviera analizando con sus ojos. El guardián mayor era un hombre muy sabio,
el cual, además de controlar la naturaleza, también podía leer los pensamientos
de los humanos.
Yunho se empezó a sentir muy incómodo
con la mirada del viejo sobre él. —No me agradezca, no lo hago por compasión.
—Dijo con superioridad, cuando pensó que este tal vez quería agradecerle.
Mas sin embargo, el hombre no estaba
pensando en eso. —¿Usted tiene a Jaejoongie, cierto?
Yunho no dijo nada, tan solo se
mordió la boca.
—Y usted está enamorado de él.
Eso no fue una pregunta, fue más una
afirmación.
El Coronel se descolocó un poco por las
palabras. Quiso negarlo pero cuando lo iba a hacer, su lengua se enredó por sí
sola, como si su corazón le impidiera refutar lo innegable. ¿Acaso ese hombre tenía
razón? ¿Y si él…?
—Escúcheme, —Sorpresivamente el
hombre tomó una de sus manos y la acobijó con ambas manos, a punto de decirle
algo importante. —Solo pido que siga a su corazón, tal como lo hizo hoy.
Yunho endureció su rostro. —No sé de
lo que está hablando.
—Cuide de nuestro Jaejoongie y
tráigalo a casa sano y salvo. Sé que usted hará lo correcto. —Dejando ir su
mano, el viejo anciano se alejó, perdiéndose entre la espesura del bosque.
Yunho se quedó con la palabra en la
boca, no sabiendo ni que pensar. Algo dentro de si aceptaban las palabras del
hombre, algo dentro de si quería cumplir sus peticiones, sin embargo una cosa
que era cierta es que él no quería alejarse de Jaejoong. Él lo quería para sí
mismo, encerrado en su habitación para siempre.
Volviendo a su caballo, Yunho se montó
en él, dirigiéndose al reino. Sabía que estaba en graves problemas por lo que había
acabado de suceder; el Rey sin duda le cobraría cuentas por su rebelde accionar,
pero aun así, él se encontraba de alguna u otra forma tranquilo, puesto que no había
sido capaz de lastimar indirectamente el corazón de Jaejoong.
..
El atardecer de ese día llegó a su
fin.
Jaejoong no había querido dirigirle
la palabra al Coronel en cuanto lo vio llegar.
En la cena, se rehusó a recibir un
solo bocado de su parte, e incluso, le exigió que lo devolviera al calabozo,
pese a la terquedad de Yunho de quererse quedar con él. Y Aunque Yunho le
hubiera explicado una y otra vez, que su padre había logrado escapar de la
trampa que le habían colocado sus soldados, Jaejoong no había querido creerle.
Se encontraba enojado con él, más bien terriblemente triste con él. A pesar de
que no lo reconociera, Jaejoong si había alcanzado a desarrollar una especie de
cariño por el Coronel, pero ahora ese sentimiento había quedado enterrado y lo
que más ansiaba Jaejoong, era poder alejarse de ese hombre de una vez por
todas.
Mirando la luna llena que esa noche
alumbraba el cielo, Jaejoong se acomodó mejor en el sillón, preparándose para
dormir. El bosque se veía a la distancia y Jaejoong suspiró melancólico al
querer estar allí. Pensó en lo que debían sentir su madre y sus hermanas, al
enterarse de lo que fuera que le hubiera pasado a su padre… eso hizo agrietar aún
más su corazón.
Lleno de desconsuelo, Jaejoong echó
un vistazo de reojo a Yunho, quien leía un libro en su escritorio. Bufó
irritado ante esa imagen; le fastidiaba enormemente su presencia.
¡¡¡¡Praaa!!!!
De repente, el sonido de la puerta
abriéndose se escuchó, y cuando Jaejoong volteo a verificar que había sido ese
estruendo, pudo ver al Rey entrar a la habitación junto a unos cuatro guardias.
Sin esperar, los guardias agarraron al Coronel Jung de la camisa y lo arrojaron
bruscamente al piso. Jaejoong se acurrucó en el sillón, no dejando que los
recién aparecidos notaran su presencia.
—¡¡¡¿Me va a explicar Coronel, que
carajos hizo hoy?!!! —El Rey le exigió al tenerlo completamente bajo su poder.
Yunho se encogió en el suelo. Tarde
o temprano ese momento tenía que llegar. —Solo hice lo que me pareció correcto.
—¡¿Y desde cuando usted es el que
decide que es correcto y que no?!¡¿Desde cuándo usted toma las decisiones con
respecto a mi ejército?!!
Detrás del espaldar, Jaejoong arrugó
el entrecejo. ¿De qué carajos hablaba ese hombre?
—Puesto que soy el Coronel, yo soy
el jefe de ese ejército.
—¡Y yo soy el Rey y usted no está
por encima de mí! ¡Me hizo quedar en ridículo frente a todos mis soldados! —El Rey
se encontraba furioso, de verdad parecía con ganas de asesinar a alguien. —Dígame
Jung… ¿Por qué no permitió que el guardián mayor fuera encarcelado? ¡¿Por qué
ordenó que lo liberaran?!
“¿Qué?” Jaejoong se preguntó en su
mente “¿El Coronel liberó a mi padre?”
—¿Sabe lo que pienso? —El Rey
continúo, sin darle oportunidad a Yunho de que se explicara. —Lo que pienso es
que usted no está haciendo su trabajo. Usted ya no quiere atacar el bosque y
está estropeando todo para no conseguir su soberanía.
Yunho mordió sus labios, no debía
permitir que el Rey descubriera sus verdaderas intenciones. —Mi lealtad… esta
con usted. —Dijo, aunque ni el mismo se lo creyera. Desde hacía mucho tiempo su
lealtad había cambiado de persona.
—No, Yunho. Ya no me voy a creer ese
cuento. —El Rey hizo una seña a sus guardias y estos de inmediato formaron un
círculo alrededor de Yunho. A continuación, los hombres empezaron a
proporcionarle patadas y puños a un indefenso Yunho en el suelo. Jaejoong se
quedó estático en el asiento. Eso estaba doliendo y no sabía de qué forma parar
lo que esos horrendos hombres le estaban haciendo al Coronel.
Yunho intentaba a hablar, pero los
hombres lo golpeaban cada vez y cada vez más fuerte. Intentó levantarse, pero
un punta pie en el estómago lo hizo caer de nuevo. Recibió después una patada
en su espalda y otra en su cara, provocando que comenzara a sangrar. Así
duraron unos cuantos segundos más, hasta que el Rey decidió intervenir antes
que lo mataran.
Arrodillándose frente al maltratado
hombre, el Rey lo jaló del cabello para asegurarse de que lo viera bien. —Coronel,
Usted no es más que un tibio reflejo de lo que era su padre, jamás podrá
igualarlo. Jamás podrá convertirse en general. Si su padre estuviera vivo…
estaría muy avergonzado de usted. —Soltándolo, el Rey sonrió despiadadamente. —Agradezca
que solo fueron unos golpes. Déjeme decirle que la única razón por la que lo
dejo vivir, es porque le di mi palabra a la familia de la doncella Go Ara que
se casaría con usted. Si no fuera por eso, tenga por seguro que ya lo habría
matado. Seguirá con su posición de Coronel sin embargo, aunque no dude que estaré
encima de usted. Me asegurare que tan fuerte es su lealtad. Ah y espero que
haya matado a su prisionero, tal y como se lo ordené la última vez. —Sentenció
y luego se marchó junto a sus guardias, no sin antes darle otro golpe a Yunho
dejándolo en posición fetal.
La puerta se cerró y Jaejoong se
quedó quieto por unos segundos más, sin saber si debía auxiliar a Yunho o no. Creyó
que sería lo suficientemente fuerte para ignorarlo, pero
su conciencia lo traicionó y antes de que pudiera evitarlo, ya estaba corriendo
en dirección al cuerpo del hombre.
Si era cierto que Yunho había
enfrentado al Rey y a sus propios hombres por el bienestar de su padre,
entonces merecía algo de su compasión. Alguna recompensa por su acto de piedad.
Y Jaejoong sabía bien que le
gustaría recibir al Coronel de su parte.
..
Nota: Esta escena continuara...
Ahh ya Yunho está todo aclarado: Ama a Jaejoong y su lealtad es con él...Ahora sólo falta q escapen juntos xq el rey les hará la vida imposible
ResponderBorrarPobre Yunho recibir esa golpiza por hacer algo correcto, ahora sabe que ama a JaeJoong aunque no lo reconozca solo falta que Joongie también acepte su amor y puedan estar juntos.
ResponderBorrarPor fin se a enterado Jae de que Yunho no lastimo a su padre si no que el le ayudo a escapar y le a perdonado la vid a Jae mismo y no tardara en darse cuenta que Yunho esta loquito de amor por el y que lo que le dijo nada es verdad eso espero ponga muy feliz a Jae
ResponderBorrarGracias
Que pena que Yunho este sufriendo por estar con Jaejoong por que el si lo ama y no darse cuenta del error que el cometio al tenerlo encerrado ojalaque puedan escapar y poderse dar una oportunidad
ResponderBorrarese pinche rey 😡😡😡😡
ResponderBorrarYunho owwwww esta muy enamorado de Jae ❤❤❤❤❤
Muchas gracias me encantaaaa esta historia 😁😁😁😁😁
Estare esperando mas capitulos.
Madre mía cada vez se pone más interesante la historia. Muchas gracias, en la espera de ansias por el siguiente capítulo
ResponderBorrarEstúpido rey!!! X-(
ResponderBorrar