—¡Y no los
quiero ver por aquí cerca!
Fue lo último
que les grito su jefe antes de cerrar fríamente la puerta.
Sin nada más
que discutir, las tres almas en pena comenzaron a deambular por las calles casi
desiertas de aquel abandonado vecindario, esperando que la noche se comportara
calmada y misericordiosa con ellos.
“El jefe… ¿Por
qué me hizo esto? ¿Por qué a mí?” Jaejoong se preguntó en su cabeza, todavía
incrédulo de lo que había acabado de suceder.
“¿Sera
que solo le importo si llevo dinero a sus manos?”
..
Capitulo II: Porque con un niño de la calle nadie nunca es misericordioso.
Yunho terminó de organizar su
pequeña cama y se acomodó en el alfeizar de la ventana, mirando el cielo que
hoy parecía estar un poco más oscuro. Abrió una lata de refresco y observo al
pequeño Changmin sentarse frente a él, admirando también lo calmado que estaba
el cielo.
Esa era su rutina de todas las
noches, observar la ciudad mientras esperaban que viniera el sueño a ellos.
—Yunho…—Lo llamo Changmin, sacándolo
de su ensimismamiento. —¿Los chicos del otro bando no son una amenaza, cierto?
—Preguntó con un dejo de intranquilidad en su voz.
Yunho solo le sonrió a medias. —No
te preocupes Changmin, yo te cuidare. Nada pasara. —le dijo para calmarlo sin
estar convencido enteramente de sus palabras. Obvio, él sabía que la otra
pandilla tarde o temprano estaría dispuesta a desterrarlos de la zona pero no
podía decirle eso a su pequeño Changmin de once años. No podía ponerle más
sufrimiento a aquel niño que había sido abandonado.
—Si tú lo dices. Estoy seguro de que
tú podrás con ellos. Tú eres muy fuerte. Además, no creo que quieran meterse
con nosotros de nuevo.
—¿Y por qué no? —Yunho le sonrió,
divertido del repentino arrebato de confianza del pequeño.
—Porque tengo esto. —Orgulloso,
Changmin saco de su bolsillo la bolsa de ganancias que le había robado a Junsu
y a Yoochun.
Yunho se sintió perdido por un
momento. —¿Eso es…?
—Sip, es su dinero.
La expresión que se formó en el
rostro de Yunho confundió por un segundo a Changmin. Él creía que iba a recibir
una felicitación o que tal vez Yunho solo se reirá divertido de su osadía, pero
la cara que hizo Yunho en ese momento parecía estar muy alejado de todo lo que
él esperaba. —¡¿Qué hiciste qué?! ¡¿Por qué hiciste eso?!
—B-bueno…—Changmin balbuceó. —Ellos
se burlaron de nosotros.
—Pero no puedes ir robando así como
así a la gente. —Arrebatándole la bolsa de dinero, Yunho agarró fuertemente la
muñeca de Changmin haciendo que este se retorciera por la presión. —Prométeme
que no volverás a robar.
—¡Hyung me lastimas!
—Prométemelo.
—¡Te lo prometo!
Yunho lo soltó y Changmin de
inmediato se llevó la mano a su muñeca, sobando la marca que había quedado
impregnada. —¡Auu!, no sé porque te enfadas tanto. Solo estaba defendiendo
nuestro honor. —Le dijo una vez vio a Yunho tranquilizarse por la situación.
—Tenía que hacer algo, ya que tú obviamente no nos quisiste defender.
—No creí necesario iniciar una
pelear.
—Si claro. —Changmin rodo los ojos.
—Tú solo te detuviste porque ahí estaba ese chico de cabello negro, el que
quiso robarme mi panqueque el otro día.
Ante eso, Yunho volteo a mirarlo.
—¿Qué?
—Sip, ¿Sabes hyung? Ayer no fue la
primera vez que vi a ese niño, lo he visto rondar varias veces por aquí cerca.
Y también he notado como no le quitas los ojos de encima. ∿Eh Hyung∿ —Changmin sonrió. —¿Acaso
te gusta?
El sonrojo en el rostro de Yunho fue
tan evidente que hasta Changmin le provoco gracia. —¿De qué carajo estás
hablando? Ni siquiera lo conozco.
—No, pero yo sé que te gusta.
—Ni siquiera se su nombre.
—♪Yunho
y… ese niño, sentados en un árbol, dándose besitos y♪…¡Auu! —Changmin se detuvo
cuando la mano de Yunho le golpeó fuertemente el brazo.
—Solo estás diciendo tonterías,
Changmin. —Yunho regreso su vista a la ventana. —A mí no me gusta nadie.
—Lo que digas. —El pequeño murmuró
incrédulo. Por más que Yunho lo negara, el hecho estaba claro para él. Porque
él podía ser pequeño pero no era estúpido, y era más que seguro que su hyung
esta vez había caído ante el amor. ¿No era eso muy gracioso? —Pero si me lo
preguntas, yo pienso que… —sus palabras quedaron a medio camino porque noto
como Yunho había dejado de prestarle atención y ahora se encontraba mirando
fijamente un punto en la calle, luciendo totalmente ajeno a su conversación.
Changmin siguió su vista y notó como aquellos tres chicos del otro bando se
encontraban acurrucados contra un muro luciendo como tres gatos asustados.
Era peligroso estar rondando por
aquellas horas en la calle ¿Por qué estaban ahí? —¡Hey! —Yunho abrió la ventana
y les grito desde su puesto —¡¿Qué hacen ahí?! ¡Vengan!
—¡¿Qué?! —Changmin abrió los ojos.
—¿Por qué les dices que vengan?
—No los vamos a dejar en la calle.
—Pero son nuestros enemigos.
—Por una vez que los ayudemos no
quiere decir que sean nuestros amigos. —Yunho saco de nuevo la cabeza por la
ventana ignorando el evidente puchero de desagrado de la cara de su dongsaeng.
—¡Vengan, no se queden ahí! ¡Suban!
Algo precavidos, los tres chicos se
levantaron del suelo y fueron hacia la ventana donde les gritaba Yunho,
subiendo hasta ella por unas escaleras de metal que se encontraban afuera de la
edificación. Ya dentro, Yoochun, Junsu y Jaejoong se sentaron en el piso,
reconociendo al fin quien había sido el que amablemente les había ofrecido
asilo.
Se trataba de los dos chicos de la
pandilla contraria.
Bueno, cualquier cosa era mejor que
quedarse en la calle.
—¿Acaso no saben lo peligroso que es
quedarse fuera a estas horas? —Yunho les preguntó mientras se sentaba frente a
ellos. —Los escuadrones pueden estar rondando.
—Obvio que lo sabemos, no somos
idiotas. —Yoochun le contestó. —Es solo que el dinero no nos alcanzó para
quedarnos en la residencia.
Al oír eso Yunho le arrojó una
mirada acusadora a Changmin haciendo que el más pequeño bajara el rostro
sintiendo arrepentimiento.
—No podemos regresar a nuestra
residencia. Por lo menos no por esta noche. —Junsu agregó.
Yunho suspiró. —En ese caso, lo
mejor es que pasen la noche aquí.
Yoochun, Junsu y Jaejoong
compartieron una mirada, confundidos. Changmin abrió la boca para protestar
pero fue callado por la mirada dura de Yunho que le indico que lo mejor era
guardar silencio.
—Como supongo que no han comido
nada, les traeré algo para que puedan pasar la noche. Espérenos aquí. —Diciendo
esto, Yunho salió de la habitación junto a un muy molesto Changmin quien aún no
entendía porque a su hyung le había dado tal arrebato de amabilidad.
—¿Y estos porque nos ofrecen su
ayuda? —Preguntó Yoochun a Junsu una vez los vieron salir. —¿Sera que traman
algo?
—No lo sé, —Respondió Junsu. —Pero
al menos no correremos el riesgo de pasar la noche en la calle. ¿Qué dices
Jaejoong?
El mayor, quien había estado metido
en su propio mundo, no contesto la pregunta y en cambio se limitó a recorrer
con su mirada la habitación, detallando cada cosa. Al parecer el jefe de esta
pandilla los dejaba tener cuartos individuales con camas, muy diferente a los
viejos colchones en el piso de una inmensa habitación que ellos tenían que
compartir. Además también parecía que les dejaba tener otras pertenencias
aparte de su ropa, tales como libros, balones y demás cosas. Quizá este jefe era
un poco más flexible, pensó Jaejoong.
Yunho y Changmin llegaron luego de
unos cinco minutos, sosteniendo en sus manos unos sándwich que habían sacado de
la cocina.
Junsu abrió sus ojos. —¿Acaso su
jefe les deja sacar comida de la cocina?
Por la pregunta Yunho se le quedo
mirando un buen rato, tal vez tratando de entender a qué se refería. —Nosotros
no tenemos jefe. Solo somos nosotros. Todos nos ayudamos y aportamos para el
bienestar de la pandilla.
—¡¿No tienen jefe?! —Yoochun y Junsu
preguntaron al unísono, tan sorprendidos que hasta resulto gracioso mirarles
las caras.
Yunho asintió y le paso su sándwich
a cada uno.
—Nuestro jefe nunca nos deja comer
más de lo que nos ofrece. —dijo Yoochun mientras recibía su porción. —Es un
tacaño. —Se burló, provocando que Jaejoong le otorgara una mirada de no muchos
amigos.
—El jefe hace lo mejor para todos.
—le dijo Jaejoong al sentirse ofendido con sus palabras.
—Ay si, tu como siempre defendiendo
a tu amado jefe. —Junsu lo molesto y
Yunho solo se mordió la boca al escuchar la palabra amado. Fijo su mirada en Jaejoong, notando como este parecía
terriblemente triste y decepcionado, sin una pizca de ganas de querer tener una
conversación.
¿Acaso ese jefe era el causante de su tristeza?
—Así que ustedes sobreviven sin un
jefe. Me pregunto cómo funciona eso… —Continuo Yoochun haciendo que Yunho
alejara su vista de Jaejoong.—Debo admitir que hasta me da un poco de
envidia...
Yunho no dijo nada y devolvió su
vista a la cara de Jaejoong, más interesado en saber que le ocurría a ese chico
que en la conversación que le hacia Yoochun. Por supuesto, Jaejoong no dejo
pasar eso desapercibido y se estremeció en su puesto, sintiéndose de repente
extremadamente incómodo con la mirada de Yunho sobre él. —¿Qué? ¿Tengo monos en
la cara o qué? —Le preguntó de manera desafiante haciendo que Yunho alejara la
vista avergonzando y que Changmin soltara una risotada.
—Jaejoong, no hace falta que seas
tan malo. —Junsu le dijo mientras le pasaba un brazo por los hombros.
—Déjalo Junsu, solo está enojado por
lo que paso con el jefe. —Yoochun explicó.
“Así que si es
por él…”
Yunho acepto su mano. —Yunho y él es
Changmin. —Apunto con su dedo al pequeño que estaba escondido detrás de
él.
—Yo soy Junsu. —El chico imitó a
Yoochun, apretando igualmente la mano de Yunho.
Hubo un breve momento en que los
cinco se quedaron completamente callados. Luego Yunho se armó de valor. —¿Y tú?
—Le pregunto a Jaejoong al ver que este no tenía amago de querer decir su
nombre.
Jaejoong le devolvió la mirada.
—Jaejoong. —Secamente dijo.
—Yunho.
Jaejoong asintió leve y regreso su
mirada al piso.
—Hyung ya vayamos a dormir, tengo
sueño. —Changmin fue el que tomo la palabra después, abrazando sutilmente el
cuello del mayor.
—Sí, creo que ya es hora. —Dándole
la razón, Yunho se levantó del suelo. —Pero antes quiero darles algo.
—Caminando hacia una mesa, Yunho abrió uno de los cajones y fingiendo que
sacaba algo de ellos, él disimuladamente tomo la pequeña bolsa que le había
arrebatado a Changmin y saco el dinero de ella, dejando la bolsa dentro del
cajón.
A continuación fue hasta Jaejoong y
se arrodillo frente a él, ofreciéndole con ambas manos el dinero que era de
ellos. —Toma, para que no vuelvan a pasar necesidad como hoy.
Jaejoong abrió los ojos y se quedó
erizado, no sabiendo exactamente qué postura tomar. ¿Acaso debía agradecerle?
—¿Por qué me ofreces esto?
—Tómalo como un acto de generosidad.
El muchacho chasqueo. —No lo
necesitamos, sabemos perfectamente cómo conseguir nuestro dinero.
—Por favor, no lo tomes como una
ofensa.
—Jaejoong, solo acéptalo. —Se
entrometió Junsu sin pensar demasiado en la inesperada generosidad de Yunho. —Quizás
ese dinero nos pueda ayudar más adelante.
Un poco inseguro, Jaejoong tomo el
dinero de mala gana y se alejó de Yunho, tomando asiento junto a sus dos
dongsaengs en una de las camas que estaba en la esquina de la habitación.
Suspirando profundamente, Yunho hizo lo mismo y se acurruco junto a Changmin en
la otra cama, sintiendo un sentimiento liviano en el corazón que no supo cómo
describir.
—Yunho estas feliz.
Le susurró Changmin unos minutos
después cuando creyó que los otros ya se había rendido al sueño.
—¿Qué? ¿Por qué lo dices? —Le
preguntó Yunho sonando confundido.
—Porque al fin supiste su nombre.
Changmin se dio medio vuelta y Yunho
se quedó pensando en sus palabras.
Bueno, quizá su pequeño “hermanito
menor” estaba esta vez en lo correcto.
..
Jaejoong podía ser muy insensato,
eso aprendió Yunho cuando lo vio una tarde encaramado encima de un tejado de un
pequeño edificio, tratando de rescatar a un perrito callejero que había quedado
atrapado en una teja. Junsu había sido el que lo había incitado a rescatar al
pobre animal, y no tardó mucho en aparecer toda su pandilla, animándolo a
realizar la heroica maniobra sin importarles lo peligroso de la situación.
Yunho se mordió los labios al observarlo desde el suelo, esto no le estaba gustando.
—Ven perrito, ven aquí… —Tratando de
mantener el equilibrio, Jaejoong llamo al perrito que se encontraba acurrucado
en la esquina del tejado, incapaz de siquiera mover una pata. Llegando a la
conclusión que el perro no se movería por sí solo, Jaejoong caminó un poco más
hacia él sintiendo las tejas hundirse con cada paso que daba. Decidió entonces
que lo mejor era gatear para tener un mejor control del terreno y así evitar
una caída segura.
—¡¡¡Vamos Jaejoong tu puedes!!!
Yunho escuchó a un chico gritarle
desde la acera y en su mente solo se le ocurrió golpearlo ¿Por qué todos lo
alentaban a cometer esa locura? ¿Acaso él era el único que estaba preocupado?
¿Qué pasaría si Jaejoong resbalaba y se caía? No quería imaginarlo.
—¡¡¡Lo tengo!!!¡¡¡Lo tengo!!!
—Jaejoong gritó emocionado cuando por fin pudo llegar hasta el perrito y
sostenerlo en sus brazos. Intentó arrastrarse por el tejado para llegar al
alfeizar de la ventana más cercana y empezar a bajar por la fachada, pero una
teja corrida lo engaño e hizo que perdiera el equilibrio, deslizándose por el
tejado y aterrizando en una especie de balcón de metal en la fachada que no
parecía completamente estable.
De inmediato el corazón de Yunho se
estremeció y todos sus músculos se tensaron al presentir que Jaejoong caería.
—¡¡Jaejoong!! —Yunho escuchó a Junsu
gritar de preocupación al ver a su amigo en peligro. —¡¿Estás bien?!
Jaejoong levanto medio cuerpo y se
sobo la cabeza. —¡No lo sé! —De repente su cuerpo se puso rígido al sentir como
el balcón empezaba a tambalear con su peso. La estructura no resistiría.
—Tenemos que hacer algo, alguien
debe ir por él. —Yoochun manifestó nervioso haciendo que todos se miraran entre
todos.
“¿Por qué se
demoran tanto?”
Yunho masculló en su cabeza al ver que ninguno tomaba la iniciativa de ayudar a
Jaejoong. Él no era de la misma banda de Jaejoong, él no tenía por qué
ayudarlo, sin embargo si se quedaba esperando que alguno de sus amigos se
decidiera, Jaejoong caería del balcón.
Él era el que tenía que ir.
Así que, escabulléndose entre la
gente y esperando que nadie se lo impidiera, Yunho empezó a escalar la pequeña
edificación, aprovechando los alfeizares y los pequeñas cornisas que
sobresalían de la fachada. En menos de un santiamén logro estar a casi el mismo
nivel de Jaejoong, apoyando sus pies en una estrecha cornisa salida que se
encontraba a solo unos cuantos centímetros del balcón.
—¿Y él que hace ahí? —Yoochun se
preguntó al caer en cuenta que el que había subido no había sido uno de los
suyos.
Era aquel otro chico de la otra
pandilla. Yunho.
—¡Oye, oye, Jaejoong! —Yunho llamo
la atención de Jaejoong y se estiró para alcanzarlo.
Jaejoong arrugó el entrecejo. —¡¿Y
tú qué haces aquí?! —¿Y este aparecido porque estaba ahí?
—Eso no importa. Ven, —Yunho se
estiró aún más. —Déjame ayudarte.
Jaejoong estiro su brazo libre ya
que su otro brazo estaba sosteniendo aun al animal. —No…alcanzo… —Aun se
encontraban demasiado lejos y si no utilizaba su otro brazo para ayudarse,
nunca conseguiría alcanzar a Yunho.
Yoochun decidió intervenir.
—¡Jaejoong! —Le llamo desde el suelo y extendió sus brazos. —¡Lánzame al perro
para que puedas sostenerte!
Inseguro, Jaejoong tomo al perrito
con ambas manos y dedicándole una última mirada, lo lanzo directamente a los
brazos de Yoochun, cayendo este exitosamente en su objetivo. Jaejoong suspiró
aliviado al ver al perrito a salvo pero luego su expresión se inquietó al
sentir como el balcón cada vez se iba desprendiendo más de la pared.
Tenía que salir de ahí lo más pronto
posible.
—¡Jaejoong! —Yunho lo volvió a
llamar. —Trata de acercar tu cuerpo para que pueda sostenerte.
Jaejoong hizo lo que le pedía Yunho
pero cuanto más se movía, el balcón más se desprendía. Yunho entonces llego a
la conclusión de que lo único que podía hacer Jaejoong era saltar a sus brazos
para que el balcón no lo llevara consigo. Incluso si Yunho lo recibía y perdía
el equilibrio no importaba mucho, porque desde esa posición ellos caerían al
jardín delantero cuyas hierbas no habían sido cortadas en años, al contrario de
la posición en donde estaba Jaejoong donde caería a las escaleras principales
hechas de cemento.
Yunho se acomodó mejor en la
estrecha cornisa y abrió sus brazos. —Salta, yo te recibo.
—¡Estás loco! ¡No lo voy a hacer!
—¡Tú eres el loco por encaramarte al
tejado de un edificio abandonado!
Jaejoong frunció el ceño. —¡¿Y a ti
que te impor…?! —Su frase quedo a medias cuando sintió el balcón ceder un poco
más.
No había de otra, tenía que hacer lo
que Yunho le decía, por lo que armándose de valor y en un movimiento rápido,
Jaejoong se levantó completamente y se impulsó hacia delante, sintiendo como el
balcón finalmente se desprendía y caía al piso. Los chicos abajo se asustaron
por la caída abrupta del balcón no alcanzando a ver como Yunho logro atrapar a
Jaejoong en el aire y abrazarlo a su cuerpo. Sin embargo el movimiento y lo
estrecho de la cornisa hizo que perdiera el equilibrio y cayera abrazado a
Jaejoong. Para la suerte de ambos el colchón tupido de pasto aminoro el golpe
de su caída, tal como Yunho predijo.
Yunho fue el que cayó de espaldas,
con un Jaejoong encima abrazado a su cuerpo. Sintió la respiración agitada de
Jaejoong y luego lo vio erguirse un poco quedando ambas caras a muy pocos
centímetros. Sus miradas se encontraron, sus narices se estaban tocando.
—¿Estas…?
Su pregunta no pudo ser continuada
ya que Jaejoong se levantó con rapidez y salió del pastizal en rumbo a donde
estaba Yoochun, arrebatándole el perro. —¡Rápido, tenemos que ir a dejarlo en
la residencia antes de que llegue el jefe! —Les dijo a los otros chicos y luego
se fue corriendo sin siquiera voltearse a verificar como estaba Yunho.
El otro se quedó de espaldas en el
pasto, sin saber qué hacer.
—¡Yunho, ¿Estás bien?! —Escuchó a
Changmin atravesar la hierba y arrodillarse a su lado.
—Si… ¡Ah! —Yunho se irguió poco a
poco, sintiendo ahora un corrientazo de dolor en la espalda. Claro, estaba
herido sin embargo no creía que se hubiera roto algo.
A continuación llegaron Yoochun y Junsu,
ofreciéndole sus manos para ayudarlo a levantar. —Fuiste muy intrépido, no
tenías que hacer eso. No era tu obligación. —Le dijo Yoochun.
—Lo sé, pero ninguno se atrevió a ir
por él.
—Entonces eres una buena persona.
—Continuo Yoochun. —Quizá demasiado. —Esto lo susurró como si estuviera
burlándose de la ilusa bondad de Yunho. Junsu se rió por el comentario.
Yunho capto de inmediato la
indirecta y solo les dedico una breve mirada antes de caminar lejos para buscar
la salida de la hierba.
—Yunho no es tan bondadoso. —Les
dijo Changmin mientras se levantaba del suelo. —Solo que le gusta tanto ese
Jaejoong que está dispuesto hacer todo por él. —luego de decir esto, se alejó
siguiendo sus pasos sin ni siquiera meditar lo imprudente que habían sido sus
palabras.
De inmediato Yoochun y Junsu
compartieron una mirada, no pudiendo comprender del todo lo que había querido
decir ese niñato.
¿Entonces a ese Yunho le gustaba su
Hyung Jaejoong?
..
En la noche de ese mismo día, el
jefe los invitó a ver un poco de televisión en su recamara, suceso que casi
nunca sucedía. La habitación del jefe quedaba en el altillo de la casa y era la
única con electricidad, calefacción y agua caliente. Además estaba equipada con
una gran cama mullida, una televisión grande y demás cosas que el jefe compraba
con el dinero que le conseguían los chicos. Nadie podía estar en esa habitación
a no ser que el jefe los invitara y si los descubría husmeando por ahí sin su
permiso, el castigo seria el destierro total de la casa.
—¡Ha, ha que idiotas! —El jefe se
rió escandalosamente al mirar un extraño programa japonés que ponía a personas
a realizar cosas denigrantes por dinero. No era un programa muy agradable a
decir verdad. —¿Divertido, cierto? —El jefe les preguntó y los chicos solo
asintieron al unísono.
Nadie nunca se atrevía a
contradecirlo.
—Uhm hoy fue un día agotador para
mí. Tengo ganas de un masaje en los pies… ¿Quién me lo quiere dar?
Ante la petición, todos los chicos
alejaron la mirada y pretendieron no haber escuchado a excepción de Jaejoong,
quien emocionado volteo medio cuerpo procurando no verse demasiado ansioso.
—Tú, Joongie. —El jefe le apuntó y
Jaejoong se levantó feliz del suelo, corriendo al baño a buscar un balde para
llenarlo de agua caliente. Luego se ubico justo al frente donde estaba sentado
el hombre y remojando un paño dentro del agua, él comenzó a masajear los pies
desnudos de su líder. Jaejoong pensaba que él era el único apto para realizar
esa actividad, no le gustaba cuando otros lo hacían. Le provocaba celos.
—Señor, ¿Le gusta así? —Preguntó de
manera inocente y sus ojos brillaron al ver como su jefe asintió con la cabeza.
Junsu hizo una mueca ante la escena, era obvio lo que estaba sucediendo:
A
su hyung Jaejoong le gustaba el jefe.
Su rostro iluminado y su sonrisa que
combatía por no dejarse ver lo delataban todo. Junsu suspiró, le daba hasta un
poco de vergüenza ajena. Sin duda era algo incomprensible para él. Para
empezar, el jefe no era un hombre apuesto, es más, estaba lejos de ser
encantador. Era grosero, sucio y corriente. Se jactaba de comprarse ropa según
él “costosa”, pero tenía tan mal gusto que igual se veía ordinario. No tenía la
más mínima idea de que era tener modales, y sus chistes… Dios sus chistes. Su
sentido del humor era tan bajo que él era el único que se reía de sus
comentarios.
Bueno, aparte de Jaejoong.
Junsu no podía entender cómo es que
a su hyung se le enrojecían las mejillas cada vez que el jefe lo veía. Era
absurdo. De todas las personas de este mundo, el jefe era sin duda la menos
especial. ¿Por qué a Jaejoong le gustaba tanto? Bueno, era sencillo de
explicar: La fuente de su gusto se basaba en que Jaejoong sentía agradecimiento
por el jefe, ya que después de todo, el hombre era el único que le había dado
algo así como un hogar. El único que le había brindado la mano así esperara
algo a cambio. Y Jaejoong, siendo un chico abandonado que nunca conoció el amor
familiar, se sentía altamente conmovido por la aparente “bondad” de su jefe.
Porque con un niño de la calle nadie
nunca es misericordioso.
Los chicos habían aprendido eso en
sus escasos catorce años de vida.
—Así que… —El jefe mencionó después
de un buen rato en que Jaejoong se entretuvo con sus pies. —Me entere de que
hoy salvaste a un perrito.
Jaejoong se detuvo abruptamente.
—Si… estaba acorralado en un tejado. —Dijo sin levantar la mirada.
—Y me imagino que se lo devolviste a
su dueño ¿No?
Jaejoong se mordió la boca, buscando
con el rabillo del ojo el apoyo de alguno de sus amigos. La verdad después del
heroico rescate, él había decidido adoptar al perro como su mascota. No sabía
porque pero quizás el hecho de que se tratara de un perro callejero le había
hecho sentir algo de empatía por el pobre animal. Este vivía prácticamente su
misma vida, la de las calles, por lo que era inhumano no prestarle su ayuda
cuando el mismo sabía lo doloroso que era no tener un hogar. Pero obvio no
podía tenerlo sin la aprobación de su jefe…
…y conociéndolo como era, estaba más
que seguro de que no lo dejaría conservarlo.
Aunque al menos podía intentarlo.
—Señor…—Jaejoong alzo la mirada, esperando que sus ojos pudieran convencerlo.
—El perrito no tiene dueño, vive en la calle. Es como nosotros, es como yo…
—Jaejoong dejo escapar un pequeño suspiro y el jefe ya se pudo imaginar a que iba
todo esto. —Me preguntaba si… ¿Puede quedarse a vivir con nosotros?
—No.
La respuesta fue rápida, segura;
incluso aunque no hubiera terminado la pregunta el jefe de todas formas la
hubiera contestado. Jaejoong quiso decir algo más sin embargo no se atrevió a
objetar; él sabía que no tenía formas de ganar. Tanto tiempo de convivencia con
el jefe le habían enseñado lo imposible que era de persuadir. “Tendrá sus razones” Jaejoong pensó,
tratando con eso ocultar la desilusión de saber que por más que se convenciera
que al jefe le interesaban sus deseos.
En realidad no le importaban.
—Además, me tienes ofendido
Jaejoong.
Ese fue el comentario que salió
después de sus labios y Jaejoong se sintió perdido. —¿Por qué?
El jefe se acomodó un poco mejor en
su asiento y tomo un cigarro que estaba en la mesa de al lado. Tomo una inhalación.
—Me entere de que uno de los del otro bando te rescató cuando estuviste a punto
de caer del tejado. Sabes que no pueden interactuar con alguien que no sea de
la “familia”, ¿No estarás relacionándote con ellos cierto?
Diablos, ¿Cómo supo eso su jefe?
¿Quién había sido el chismoso? —No señor, le juro que no sé quién es.
—¿Entonces por qué te ayudó?
—Eso se lo puedo contestar yo jefe.
—De repente Yoochun interrumpió, mostrando una mueca que solo hacia cuando
estaba a punto de molestar a alguien. —Ese chico está enamorado de Jaejoong.
Jaejoong lo volteo a ver. “¿Cómo?” —¿De dónde sacas eso?
—Ese niño que siempre anda con él,
Changmin, nos lo dijo después de que te fuiste ¿No es Cierto, Junsu?
Junsu asintió.
Ante eso el jefe dejo escapar una
risotada, ahora divertido con la situación. —Entonces nuestro Joongie tiene un
admirador secreto.
—No, eso no es cierto. —Jaejoong
trato de negarlo. La idea no le gustaba.
—Sí lo es, —Continuo Yoochun. —Y
ahora que me pongo a pensar, ese chico siempre se la pasa mirando a nuestra
dirección cada vez que estamos en la calle. Creo que es seguro decir que ahora
ya sabemos porque es.
—¡No es cierto!
Disgustado, Jaejoong lo negó en un
intento de disminuir el asunto; y es que de verdad no entendía de donde
provenía aquel disparate ¿Acaso ese chico se había enamorado de el? ¿Pero cómo?
Si recordaba bien ellos dos no habían cruzado mayor palabra y la verdad él no
lo tenía muy presente para sentir que el otro hubiera desarrollado sentimientos
por él. Debía ser un juego de Junsu y Yoochun para molestarlo. Si, debía ser
eso.
—Vaya Joongie, no creí que tus
encantos fueran hasta ese punto. —Jaejoong escuchó a su jefe decirle luego de unos
minutos en que los demás chicos no pararon de hacerle bromas con ese tal Yunho.
—Hasta podría ser beneficioso.
—¿A qué se refiere?
—Bueno, —El jefe arrojo el cigarro
que estaba fumando y prendió otro más. —Si a ese chico le gustas entonces será
más fácil para ti acercarte a él. Sera fácil para ti acercarte a la otra
pandilla y averiguar sus planes.
El menor arrugó el entrecejo, eso no
le estaba gustando. —¿Quiere que yo…?
—Sí, ve y hazte su amigo. Dale lo
que quiere. Y de paso, infórmate de cómo opera el otro bando, para así poder
saber cómo desarmarlos.
Jaejoong se quedó erizado ante esa
orden. No, él no quería eso. No tenía el tiempo ni las ganas de hacer eso.
¿Acaso al jefe no le importaba? ¿Acaso el jefe no le importaba de que él fuera
a intentar… coquetear con otra persona? —Pero señor, yo…
—Joongie, es por todos. Es por
nosotros. ¿Estás diciendo que no puedes hacerlo? Tú eres experto para el
engaño.
—No es eso, es que…
—¿Me quieres ver triste? —El jefe le
hablo con voz suave, acercándose a su cara y rodeándola con ambos manos. —No te
lo pediría si no fuera importante. Sabes lo mucho que te aprecio. —Junto su
frente con la del menor. —Hazlo por mí ¿Si lo harías por mí, cierto? —le sonrió
dulcemente y Jaejoong no pudo evitar sentirse derretido por esa expresión. Le
costaba. Le costaba mucho resistirse a lo que pedía su jefe.
—Yo...No lo sé.
—Si lo haces dejare que el perrito
se quede con nosotros…
Jaejoong abrió la boca ante tal
oferta. Definitivamente se la estaba poniendo muy difícil. —Está bien, lo
intentare. —Resignado, Jaejoong por fin dio su brazo a torcer, observando cómo
su jefe formaba una sonrisa de victoria.
—Ese es mi Joongie.
Le dijo al alborotarle
juguetonamente el cabello, volviendo a recostarse completamente en el espaldar
de su silla.
Pensativo, Jaejoong volvió a sus
pies y Junsu, desde el otro lado de la habitación, se quedó mirando la
tonalidad rojiza que resplandecía furiosamente en las mejillas del mayor.
Sip, definitivamente su hyung tenía
muy mal gusto.
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ahhhhh no lo puedo creer, en serio jaejoong porque te fijas en este tipo desagradable , el no te quiere solo los usa para su beneficio y jamas te querra, no lo hagas eso a yunho, plisss que jae en el proceso se arrapienta y cuando lo averigüé yunho no se desilusione y lo termine odiando, ahhhh siento que morire lentamente en cada capitulo
ResponderBorrarQue pena que Jaejoong no se de cuenta que ese hombre lo esta utilizando solo para que le consiga dinero y deberia de darse cuenta que Yunho si lo quiere gracias por el capitulo se esta poniendo interesante esperare con ansias el siguiente
ResponderBorrarComo es posible que después de que los echó a su suerte regresarán y dejarán de lado a Yunho y Min que les dieron la mano ni los pela y ahora les ara espionaje para satisfacción de su jefe y traicionar más si es posible a los chicos que quieren ayudarlos y yo que creí que se quedarían con ellos por siempre espero que en el camino a su destrucción se de cuenta de lo noble y bueno que son Yunho y Min y se queden a el lado de ellos y el que salga del juego sea ese jefe malo que tienen ahora y que Jae se fije en Yunjo y se enamoré de el y no de ese vividor que tiene por jefe
ResponderBorrarGracias
Una pregunta por que no lo puedo habrir en mi compu el capítulo sólo en el cel
Porque Jaejoong se fijo en el feo de su jefe, Junsu tiene razón tiene mal gusto, cuando se acerque a Yunho cambiará y cuando menos lo espere estará perdidamente enamorado de su Yunnie.
ResponderBorrarGracias por la actualización
Me esta gustando mucho!!
ResponderBorrarYa quiero el actu del capitulo 3
Gracias ^^
Pobre Jaejoong, que mal gusto tiene al estar interesado en ese tipo. Se nota que su soledad y sufrimiento no le deja ver más allá de las acciones de este.
ResponderBorrarPor favor por favor actualiza pronto
ResponderBorrarSiiiii...
^^
Noooo Jae no hagas eso espero que recapacites , si lo haces vas a herir mucho a yunho :(
ResponderBorrarMuchas gracias estare al pendiente de las actualizaciones .
jajaja pobre Jae ojala no le haga caso a ese viejo o por lo menos que se arrepienta antes de hacerle daño a Yunho gracias x compartir
ResponderBorrarJae confunde amor con agradecimiento, que es lo que realmente siente por ese viejo, que lo único que hace es aprovecharse de él, pero ahora que se va ha acercar a Yunho espero se enamore y conozca lo que es el verdadero amor.
ResponderBorrarGracias!!!
Jajajaja Changmin y su inocencia.
ResponderBorrarRealmente JaeJoong tiene un pésimo gusto, pero es verdad que él no ha conocido el amor.
Hay no, jaejooong.... ¿por qué?, mientras más leo más siento que esta historia destrozará alguna parte de mi corazón... gracias por el cap :D
ResponderBorrarNo me gusta ese jefe abusador......espero que no sufra mi Jae y pueda descubrir el amor pero me imagino que va traer mucho dolor a mi angel
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