miércoles, 30 de marzo de 2016

Lady Marmalade - Decimo tercera Entrega

Decimotercera Entrega

P
ese a los esfuerzos de los bomberos, el cuerpo de Junsu nunca fue encontrado. Las explicaciones que le dieron a Yunho fue que quizá las llamas consumieron hasta el cadáver, y dado a que nadie había sabido de Junsu y se encontraba desaparecido desde ese día, todo indicaba a que el joven si había muerto calcinado por el fuego esa noche.

Pese a la espera, no había quedado ninguna esperanza.

La vida de Yunho estas semanas había sido un tanto sombría; la tragedia había interrumpido completamente su rutina normal. Junto a Yoochun, pidió asilo en un edificio cercano puesto que la residencia había quedado tan maltratada, que sería mejor demolerla por completo antes que intentar repararla. Yoochun siguió trabajando en el restaurante donde previamente había conseguido empleo mientras que Yunho al verse privado de sus implementos para realizar los shows, consiguió trabajillos temporales, cualquier cosa que por lo menos le diera para comer tres veces al día.

El ánimo de Yunho era cambiante. A veces podía estar normal y luego se hundía en depresión. En ocasiones Yoochun lo veía reír y compartir como antes, pero en otras tan solo lo veía encerrado en el cuarto, escribiendo en su libreta o haciendo algún boceto. Yoochun pensaba que esto lo hacía como una forma de terapia, y estaba seguro que no duraría mucho hasta que Yunho se recompusiera totalmente. Él sabía que Yunho era fuerte.

Luego de tres semanas, Yunho al fin habían podido conseguir algo de dinero para poder ofrecerle una ceremonia similar a un entierro a Junsu, intentando con esto decirle el último adiós al amigo que por tantos años había sido su confidente, su apoyo y lo más parecido a un hermano. No organizo un funeral, fue más bien como un intento de “entierro” discreto con algunos conocidos, no muy frondoso puesto que tampoco tenía los medios.

Yunho se mantenía de pie frente a la tumba sosteniendo con sus manos un cofre en el cual había algunas cenizas que simbolizaban las cenizas del cuerpo de Junsu. Él cerró los ojos, incapaz de botar una lagrima más. Ya había botado las suficientes todos estos días. Luego miró al cielo, quizá buscando algún tipo de consuelo; cerrando sus ojos de nuevo para que la brisa le sanara sus heridas. Y cuando volvió a bajar su rostro, pudo observar a la distancia un automóvil color negro que se estacionaba casi a las afueras del cementerio. Se bajaron dos hombres y luego se bajó él… Jaejoong, luciendo también solemne, con ropas con las cual se va a un velorio.

Desde aquella vez en su suite, Yunho no había vuelto a ver a Jaejoong y ya se estaba comenzando a preguntar si lo volvería a ver de nuevo. Quizá Jaejoong considero prudente mantener distancia por un tiempo, permitiéndole afrontar el luto de una manera más tranquila. 

Yunho se apartó de los demás en la tumba y camino hacia él. —¿Qué haces aquí? —Le preguntó luego de quedar unos pasos al frente de su cuerpo.

—Me entere de que estarías aquí hoy. Despidiendo a tu amigo.

—¿Cómo te enteraste?

Jaejoong miró de reojo a uno de sus guardaespaldas. —De los vecinos de Montmartre.

Yunho asintió. —Bien, pero eso no me da un razón que me explique por qué te encuentras aquí.

—Solo quería venir a ver como estabas. —Jaejoong le dijo sin pausa, sin ni siquiera intentar disimular un poco sus intenciones. A estas alturas ya no había nada que ocultar. —¿Cómo te sientes?

—Mejor que aquel día supongo. Sin embargo el dolor siempre seguirá presente.

—Puedo entenderlo.

Un silencio sepulcral apareció. La quietud del lugar solo perturbada por la brisa ligera que golpeaba contra las lapidas y los arboles del cementerio. —Me parece extraño que te sientas con la inquietud de venir a preguntar cómo me siento, tomando en cuenta las veces en las que me dijiste que no sentías nada más que odio por mí. —Yunho le comentó luego de un rato.

—Tú también me dijiste que me odiabas y ya me has ayudado más de una vez. Sin contar los besos claro.

—Me permito recordarte que fuiste tú el que me besaste primero.

—Te dije que no me acuerdo de nada de lo que sucedió esa noche. Y de ser así, la razón es que estaba borracho. La gente hace locuras cuando esta borracha.

—Puede ser. —Yunho metió las manos a los bolsillos, sintiéndose de repente más cómodo. —Pero también es cierto que la gente expresa sus deseos cuando esta borracho, cosa que sobrio le avergüenza o le atemoriza hacer. ¿Era un deseo oculto acaso?

Jaejoong bajo la cabeza, buscando con su mirada algo que los hiciera cambiar de tema. —¿Y dónde estás viviendo ahora? Pase por allí y ya no es más que un edificio abandonado. Pronto se convertirá en una pila de escombros.

—Tengo suerte de tener amigos muy especiales, que siempre me brindan la mano cuando necesito. —Yunho le dijo, sonriendo un poco al ver a Jaejoong ponerse nervioso por su pregunta anterior. —Estoy viviendo cerca, por ahora.

—¿Y tus pertenencias?

—Perdí todo en el incendio.

—¿Y cómo estás trabajando?

—Jaejoong algo qué debes saber de mi es que soy un tipo que nunca se queda varado. Puedo realizar cualquier cosa, por muy pequeña que parezca. Así que conseguir dinero no es un problema.

Jaejoong lo escuchó y alzo su ceja ante las palabras tan seguras, recordando que la última vez cuando le hizo que le confiscaran sus cosas, Yunho le había un show demandándole que se las devolviera porque de lo contrario no tendría como trabajar. Bueno, quizá solo había sido una pataleta. —Y supongo que no has tenido como cambiarte, —Comentó rato después —Si mal no recuerdo esa ropa andrajosa que llevas, te la vi la última vez que nos vimos.

Yunho se miró de pies a cabeza. —Claro que me he cambiado, sin embargo solo me han prestado algunas pocas cosas. Con todo esto, no he tenido el tiempo ni el dinero de pensar en cosas tan banales como la ropa.

—Oh. Entonces debemos hacer algo al respecto.

Dándose la media vuelta, Jaejoong le ordenó. —Te espero en la tarde en mi Suite. —Aparto la mirada y le echo un último vistazo a la tumba, viendo a Yoochun quien se encontraba sentado al lado de esta.

Yunho noto eso. —Puedes ir a saludarlo si quieres. Tampoco está pasando por un  buen momento.

Jaejoong negó con la cabeza. —No, no es necesario. Dejáramos las cosas así. —Le hizo una seña a sus guardaespaldas y se metió dentro del auto, dispuesto a marcharse.

—¿Pensé que preguntarías que rayos hacia Yoochun aquí? —Yunho le preguntó recargando su codo en la ventana del auto la cual estaba abierta.

—Bueno ustedes se volvieron amigos ¿No? La verdad no entiendo cómo, pero a juzgar de cómo lo estabas acompañando aquel día en Montmartre, puedo concluir que se volvieron muy cercanos.

Yunho de repente dejó salir una sonrisa, de esas que no había mostrado en días. —¿Así que me recuerdas a mi junto a Yoochun en Montmartre? Que extraño pensé que no recordabas nada de aquella noche.

Jaejoong abrió los ojos en sorpresa cuando se dio cuenta de su error, pero fue demasiado tarde para excusarse ya que Yunho se alejó de la ventana y el chofer arrancó, escuchando a Yunho decir “Te veré en la tarde”. Jaejoong se dio un golpe mentalmente, pensando que aunque las circunstancias ahora eran diferentes, Yunho siempre se las ingeniaba para dar el golpe final.



..



Yunho se sintió un poco aturdido al ver la montaña de ropa que Jaejoong tenía almacenada sobre el piso de su habitación. Él agarro una prenda al azar: una camisa de seda color azul cielo que posiblemente su valor alcanzaría para alimentar a una ciudad entera.

—Esta es toda la ropa que te puedo brindar. Es mi ropa vieja y usada, pero al menos sirve.

—¿Y cuando la compraste? ¿El mes pasado?

—Me aburro fácilmente de las cosas.

Yunho tomo otra prenda. —Bueno al menos estás haciendo bien en obsequiarla en vez de tirarla. Me pregunto porque este arrebato inesperado de generosidad.

—Bueno…—Jaejoong se mordió la boca. —Solo te estoy devolviendo los favores que me hiciste en el pasado. Además, ya hasta estas comenzando a oler mal por no cambiarte la grosería esa que osas llamar atuendo. Ahora, ve.

—¿A dónde? —El moreno hizo una mueca.

—Pues al vestidor, debes probártelas para determinar si te quedan bien. —Tomando unas cuentas prendas en sus manos, Jaejoong las estrello contra Yunho y lo empujó hacia el baño, sin darle tiempo ni siquiera de replicar. Luego se sentó en su cama a esperar. Uno, cinco, diez minutos pasaron. Jaejoong se comenzaba a preguntar que tan difícil era ponerse un par de pantalones y una camisa.

Luego Yunho salió.

Y Jaejoong se quedó sin habla por un momento.

Usaba un traje negro con camisa blanca. Nada del otro mundo a decir verdad, pero había algo en Yunho, que incluso si tan solo fuera la camisa, la haría lucir impresionante.

—Te ves…muy bien… —Jaejoong susurró casi que embelesado con la vista.

Yunho fue hacia uno de los espejos de pie y se observó, conmocionándose por un instante por lo diferente que se veía. La fina ropa puesta en él lo hacía lucir más distinguido, como si fuera un importante hombre de negocios. No le quedaba tan apretado como pensó que le quedaría debido a que Jaejoong era un poco más bajo que él. Le quedaba ajustado pero perfecto.

Jaejoong fue hacia su lado, admirando el reflejo. —Vaya Yunho, hasta casi pareces como alguien de mi círculo social. Alguien respetable.

Hizo una mueca por el comentario. —¿Acaso no soy respetable así como soy?

—Eres un alocado. Nunca me imaginaria a alguien de mis allegados dando brincos por doquier, brindando espectáculos y comportándose de la manera en la que tú lo haces.

—Por eso es que te sientes atraído hacia mí, porque soy diferente a todo lo que has conocido.

Yunho le dijo a modo de broma y Jaejoong se apartó de su lado, no dejando que Yunho notara lo rojo que se ponía su rostro. Levanto del piso algunas prendas, procurándose mantenerse ocupado al doblarlas para así no tener que darle la cara a Yunho.

—A propósito Jaejoong —Yunho se acercó a él cuando se aburrió de verse en el espejo. —¿Qué haces tú aparte de ir al Molino rojo?

—¿Qué hago de qué?

—¿Qué haces con tu vida? No me digas que solo gastas la fortuna de tu familia sin aportar nada.

Jaejoong escondió su cabeza, obviamente evitando decirle que estaba en lo correcto. La verdad nunca se preocupaba el que dirían de él al saber que solo se dedicaba a desgastar en lujos, pero con Yunho era diferente. Con Yunho le daba vergüenza admitirlo y no sabía porque.

—Oh entonces es eso. —Yunho llego a la conclusión luego de ver como Jaejoong se rehusaba a soltar palabra. —Que lastima, alguien con tu dinero podría montar lo que quisiera. Un negocio, una empresa, algo por el estilo. Que poca visión tienes.

Eso había sonado duro, casi igual a las palabras que su padre le decía.

—Incluso para alguien como tú no sería difícil conseguir un buen puesto rápidamente, apuesto que debes tener muchos contactos. ¿Por qué no has conseguido empleo?

Jaejoong suspiró. —Simplemente algunos no son buenos para nada. —Jaejoong dijo como si quisiera dar por terminado ese tema y pasar la página. No quería ponerse a pensar en eso, no ahora. Yunho pudo sentir una leve irritación en esas palabras, por lo que decidió respetar los deseos de Jaejoong, al entender que quizás él castaño no quería conversar sobre aquello.

—Ya que tocas el tema del Molino rojo —Jaejoong volvió a su tono de voz normal —¿Has vuelto a ir?

—Con que ánimos, estoy aun de luto por la muerte de Junsu. No sería lo más acertado ir a ese lugar.

Jaejoong asintió.

—¿Y tú? —Le devolvió la pregunta.

Jaejoong lo volteo a mirar, analizando en su mente que tampoco él había vuelto a ir. La verdad todo esto del incendio y la muerte del mejor amigo de Yunho, lo había afectado de tal manera que se había olvidado completamente de su primera prioridad: Tener a Lady Marmalade. —No, no he ido. Tampoco he tenido ganas. —Dijo con sinceridad.

—Veo. —Se aclaró la garganta, ayudándole a Jaejoong a organizar la ropa que estaba toda desperdigada.

—Yunho…

—¿Si?

—¿Puedo preguntarte algo?

—Sí. —Yunho le dedico ahora toda su atención, curioso.

Jaejoong también lo hizo. —¿Tuviste algo con ella?... ¿Con lady Marmalade?

—¿Algo como qué?

—¿Fueron amantes? —Jaejoong le preguntó temeroso. Ya le había formulado la misma pregunta hace algún tiempo a la misma Lady Marmalade. Ella le había contestado que no había tenido nada con Yunho, pero tomando en cuenta de que ella también estaba tras de él, quizá le mintió para que él no retirara su interés.

Solo tenía intenciones de verificar, nada más.

—No. De hecho me he besado más veces contigo que con ella. —Sonrió —Pero ¿Por qué de repente me preguntas eso? ¿Acaso estas celoso? —Yunho vio como Jaejoong esquivo su mirada —Si ese es el caso entonces debe ser por mí, no por ella; ya que como sabemos, tú no tienes sentimientos por ella de esa manera.

Jaejoong soltó un quejido de frustración. —¿Vas a empezar de nuevo con eso? Si lo vas a hacer, te recomiendo que mejor te largues.

—Bien, porque lo iba a hacer.  —Yunho metió el gran tumulto de ropa en un gran saco de tela. —Ya se está haciendo noche y tengo que irme a trabajar. Por hoy estoy de barman en una taberna.

—¿Barman? ¿Eso fue lo que conseguiste? —Jaejoong hizo una mueca.

—Por estos días, sí. 

—Eso no es un trabajo de verdad —chasqueo con la boca —¿Acaso te alcanza para comer?

Yunho se cargó la bolsa a la espalda. —Lo necesario para mantenerme de pie ¿O es que acaso tienes idea de algo mejor?

—Bueno…—Jaejoong lo dudo por un momento y luego una idea se le vino a la cabeza. —Podrías ocupar el puesto que Yoochun dejó vacante. El de ser mi guardaespaldas.

Yunho no lo podía creer. —¿Quieres que trabaje para ti?

—Sí, no he podido conseguir alguien que llene su puesto. Y dado que tu estas desempleado y tomando en cuenta la manera en que me defendiste la otra vez con esos tipos, yo consideraría darte el puesto.

Yunho casi se quiso reír. Todo con Jaejoong había dado un giro de una manera muy extraña. —Estas siendo verdaderamente muy generoso hoy.  Y tu propuesta es tentadora, pero creo que tendré que decir que no.

—¿Por qué? —Jaejoong se inquietó.

—Ser el guardaespaldas de alguien la verdad se me hace el trabajo más aburrido del mundo.

—Pero podrías ganar mucho dinero.

—Ay Jaejoong —Yunho se le acercó —Ya te dije que para mí el dinero no es importante.

—¿Pero no ves que solo quiero ayudarte?

Al ver el rostro intranquilo del castaño, Yunho pudo comprender que Jaejoong estaba diciendo la verdad. Quizá esta era una de las pocas veces que Jaejoong había deseado hacer algo amable por alguien más, por lo que rechazarle su oferta, sería como rechazarle también ese lado bueno que Jaejoong ignoraba que tenía. —Está bien, lo acepto. Pero con mis condiciones.

—¿No se supones que yo deba poner las condiciones?

—Shh —Yunho lo calló —No voy a estar pegado a ti las 24 horas como si fuera una sanguijuela, trabajare medio tiempo. Tampoco viviré aquí y no pondré esa cara de amargura que siempre tienen tus guardaespaldas cuando están contigo.

Jaejoong bufó y se cruzó de brazos. —Bien, entonces yo también pondré mis condiciones. Nunca debes tratar de tocarme en público, ni tratar de hacerme quedar mal. Además, no te puedes volver a poner esos trapos harapientos. Usaras lo que te regalé. ¿Algo más Yunho?

—Sí. —Yunho caminó hacia la puerta —Trabajare contigo hasta que reúna el dinero suficiente para irme.

Jaejoong se sintió perdido. —¿Irte a dónde?

—Pues fuera de Paris. —Hizo una pausa, acercándose a la salida — Jaejoong, nunca me ha gustado estar en un lugar demasiado tiempo y dado a lo que paso con Junsu, no tengo deseos de permanecer aquí por mucho. Estaba planeando irme hacia finales de año, pero creo que tendré que adelantar el viaje.

—¡Pero no puedes irte de Paris! —Jaejoong exclamó, de repente muy exaltado —Creí que ustedes los artistas amaban esta ciudad.

—Sí, pero también amamos sentirnos libres. Estar más de seis meses en un mismo sitio me provoca sofocación.

—¡Pero Yunho! —Jaejoong se tomó la cabeza. Su corazón palpitando fuerte. —No te puedes ir… ¿Es debido a que no tienes un hogar ahora?

Yunho no entendía porque Jaejoong se había puesto tan angustiado. ¿Tanto así le acongojaba la idea de que él se marchara de Paris? —En parte. Pero no es la ra…

—¿Si vuelves a estar en la residencia te quedarías? —Lo interrumpió.

—¿Qué quieres decir?

Jaejoong se pasó una mano por la cara y recapacitó sintiendo que quizá debía controlar un poco mejor sus emociones. Estaba siendo demasiado obvio. —Nada, nada. Márchate mejor. Te espero en tres días a las nueve de la mañana.

Yunho asintió, acercándose a Jaejoong y abrazándolo con su brazo libre. —Está bien y gracias por la ropa. De verdad la necesitaba. —Le dijo y deposito un beso en su frente, lo que hizo a Jaejoong sonreír por unos instantes, antes de retirar bruscamente su rostro como siempre lo hacía.

Yunho se marchó y Jaejoong se quedó viendo la puerta, no sabiendo como sentirse en esos momentos. Estaba feliz porque Yunho había aceptado su propuesta de trabajo pero al mismo tiempo se sentía triste por lo último que le había dicho. Pero si él podía evitar que Yunho se marchara del país, entonces haría todo lo que estuviera a su alcance para evitarlo.

Luego otro sentimiento invadió su mente y su corazón: el de arrepentimiento por haberle fallado a su decisión de mantenerse alejado de Yunho. ¡Va!, pero él no tenía cabida para ese sentimiento ahora, él quería por los próximos días, que el remordimiento quedara encerrado en su mente.

Así como su plan de conquistar a Lady Marmalade.



..



El señor Kim recibió en sus manos un té caliente que su guardaespaldas le había traído desde la cocina del tren. Recién iniciaba la temporada de otoño por lo que el frio era algo que se podía esperar. Miró hacia su ventana, viendo el paisaje de montañas que la gran China podía ofrecerle.

A pesar de lo urgente de la situación, se había embarcado en el viaje hace cinco días debido a que tuvo que dejar primero algunas cosas resueltas con respecto a sus tierras. Llegar a Paris desde Corea no era un recorrido fácil. Primero, por medio de tranvías se tenía que llegar hasta la frontera con China, luego tomar un tren que lo llevara hasta la unión soviética y atravesar la mayor parte del país entre trenes y buses. A continuación se debía hacer lo mismo para atravesar los países húngaros y austriacos, hasta finalmente llegar hasta Francia. En el mejor de los casos el viaje duraba un poco más de dos semanas; en el peor, podría demorarse hasta un mes y medio. El señor Kim esperaba que se tratara del primero.

La decisión había sido tomada. No había querido hacerlo por doce años, pero al parecer el momento había llegado: Tenia que abandonar Corea, tal como su hijo lo había hecho tres años atrás. Las circunstancias ahora eran diferentes y seguir arriesgándose, le podría costar su vida. Antes de partir vendió todas sus tierras y recogió el dinero, lo suficiente para iniciar otra vida en otro sitio. Tenía que tener a Jaejoong consigo por lo que debía ir hasta Paris por él, para que juntos analizaran la idea de instalarse en otro lugar.

Esperaba que cuando llegara no fuera demasiado tarde.

—Le recomendaría algún país de Asia central señor. O quizás américa, la relación de ellos con los japoneses no es muy buena que digamos. —El señor Kwon, su hombre de confianza le aconsejó, luego de estar charlando por horas en ese tren de los últimos acordes que tenían que realizar para trasladarse a otro país.

—Está bien, supongo que cualquier lugar está bien. —Le contesto. —Solo espero que Jaejoong no se ponga de terco como siempre es.

El señor Kwon apretó la boca. —Y Señor, disculpe que me entrometa pero… ¿Qué hay de los planes que tiene para su hijo con esa mujer?

—No te preocupes por eso. Si Jaejoong ha seguido mis deseos como le dije, esa mujer ya debe estar entre sus manos.

El hombre se aclaró la garganta. —¿Y si no?

—Entonces yo tendré que forzar las cosas. —Bebió de su té —No permitiré que mi hijo se quede soltero o que vuelva a caer en malos hábitos. Lo mejor para él es que este con una mujer. Y rápido.

—Estoy de acuerdo señor. —Asintió y luego sonrió, pretendiendo para agradarle aún más a su jefe.

Ambos centraron su vista en la ventana, el sol ocultándose en el horizonte. —¿Cuánto cree que nos tome llegar? —inquirió el señor Kim.

—Esperemos que antes de mediados de Octubre, señor.

—De acuerdo. —El señor Kim terminó de beber su té en un gran sorbo y luego se acomodó en el asiento, sintiendo que tendría que dormir para afrontar todas esas largas horas de viaje que le esperaban.




Nota: Se que esperan mas accion por parte del Yunjae pero no se desesperen, todo llega a su momento.  Y pues ya, tratare de subir el proximo capitulo rapido asi que animenme con sus comentarios :D




11 comentarios:

  1. que bien que las cosas han mejorado con Yunho y Jae y como sera su guarda espaldas de Jae espero que no se separe de el cuando su padre por fin llegue y que mejor le ayude a salir de ese compromiso que su padre lo quiere obligar a que realice con esa mujer
    Gracias por compartirlo

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  2. Ánimo!!!
    Jajajajaja ok~~~
    Pues la verdad esto ya se esta poniendo cada vez más interesante quiero ver como se desarrollará la relación del Yunjae *0*/ jajajajaj me grada b ver esta faceta se jaejoong todo preocupado y enamorado de yunnie ❤

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  3. Jaejoong esta enamorado de Yunho, lo ayuda, le da rrabajo, no quiere que se vaya, y va ahacer hasta lo imposible porque se quede....wiiii junto a el.
    Por otro lado grrr el papa de Jae va a representar problemas.... a eso sumemosle Vhangmin, la lady esa.....y esos que quieren matarlos..... Ojala Yunho y Jae ya ya ya se acerguen cada vez mas....e inicien algo. Gracias!-.-.----- amo este fic y el nuevo que empezaste.

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  4. Yunho piensa que Junsu su amigo murió en el incendio, y eso le causa mucho dolor, y ¡oh! Ahora piensa irse de Paris :O y JaeJoong no le gusta un futuro sin Yunho, porque aunque lo niegue ha comenzado a enamorarse de él.

    No me da buena vibra que el papá de Jae ya este en camino de Paris, sin duda hará un revuelo su llegada, y más si sabe que JaeJoong ha perdido interés en Lady Marmalade U.U
    Y también deben mantenerse al pendiente de lo que puedan hacer los hermanos Changmin y Tiffany ese par tiene unas tuercas flojas XD

    Aaaaaw Yunho trabajará como guardaespalda de Jae, kyaaa!! Al menos asi Jae lo tendrá mas cerca ^w^

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  5. No me gusta el papá de Jaejoong... ojala se muera en el camino D:! quiero más Yunjae~ *-* me encantan, nos vemos en el próximo capítulo.Gracias!!! :)

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  6. Me encantó¡¡ esta super interesante casi nunca puedo comentar porque el teclado de mi lap esta malogrado pero esta vez tenía que hacerlo como sea xD esta buenísimo y espero el siguiente cap con ansias, gracias por este capitulo' :¨)
    PRIS.

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  7. Jaejoong cada vez demuestra mas sus sentimientos hacia yunho ** le regala ropa no quiere q se vaya ** pronto boo se sentira mas y mas enamorado y no podra negarlo mas.gracias por el cap ^^

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  8. Yunho abre los ojos jae no quiere estar lejos de ti. Ahhhh ya t quiere aunq su conciencia le dice otra cosa. Aggggg q p aparezca Susu pronto. Gracias x la actu besos :)

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  9. La relación entre Yunho y Jae por lo menos a mejorado y ahora incluso Yunho trabajara para él!! Bueno Jaejoong aprovecha la oportunidad y dale motivos a Yunho para no querer irse del pais. Gracias por el capitulo!!

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  10. Gracias por la actuuuuuu
    El papa de JJ me da tanta colera debe dejar a su hijo ser feliz u.u
    Poco a poco JJ ya se va interesando maa en Yunho owwwwwwwwww
    Gracias byyyy

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  11. Un gran cambio el comportamiento de Jaejoong hacia Yunho eso quiere decir que realmente siente algo por el y muy fuerte aunque no lo admita claramente ..y siii me muero de ganas que hayga mas Yunjae XD jejeje....y ahora lo peor su padre esta llegando aish eso sibsera un gran problema
    Gracias por la actu

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