jueves, 7 de abril de 2016

Lady Marmalade - Decimo cuarta Entrega

Decimocuarta entrega


Y
unho se vistió con uno de los muy elegantes trajes que le había regalado Jaejoong y se miró en un espejo. En verdad se veía muy bien así, pero honestamente no era su estilo. Él prefería algo un poco más bohemio, con personalidad; no una copia de los cientos de hombres que caminaban por las calles de Paris.

—¿Yunho crees que me vas a poder engañar? —Le dijo Yoochun a sus espaldas también vistiendo una prenda de las que había traído.

—¿De qué hablas?

—Esta ropa no te la ganaste en un bazar, esta ropa es de Jaejoong ¿Crees que no la reconocería? Por favor, Yo era él que mandaba a lavar su ropa. Además, prendas tan finas no las sortean en un bazar ¡Y hasta huele como él! Pudiste inventarte algo mejor.

Yunho apretó la boca, sintiéndose atrapado. —Bien, me descubriste. Jaejoong me la obsequio por agradecimiento de haberlo recogido borracho en la calle y también dada las circunstancias, claro está.

—Qué raro viniendo de él. Hacer caridad nunca fue uno de sus intereses. Menos hacia alguien como tu… ¿O es que me estoy perdiendo parte de esta historia?

Yunho lo volteo a ver.

—¿Le estas gustando a Jaejoong acaso?

Suspiró profundo y se recostó en la cama que ahora compartían. —Sinceramente no lo sé. A veces me ayuda pero parece que lo hiciera de mala gana. Otras veces me ignora y en ocasiones me insulta. Jaejoong es confuso.

—Bueno así es la forma de decir que le gusta alguien supongo.  —Yoochun hizo una pausa y se acercó a él —Mira Yunho la verdad no me interesa mucho como es que ustedes pasaron del odio a este intento de romance, y sé que esto no tiene que ser de mi incumbencia pero… por tu bien, creo que es mejor que no sigas con eso. Es mejor que no sigas tratando a Jaejoong.

Ante esas palabras, Yunho se mordió el labio, no comprendiendo porque esa postura del otro. —Yoochun sé que Jaejoong y tu tuvieron problemas en el pasado, sé que no lo miras con buenos ojos, pero algo dentro de mí me impulsa a…querer… —Su convicción de repente se frenó. El siempre seguro Yunho no supo explicar lo que sentía.

—¿Estas enamorándote?

Ni una palabra salió de sus labios. De verdad había algo en Yoochun que lo intimidaba. —Quizás. —Respondió segundos después.

A continuación, Yoochun soltó un gran suspiro profundo y luego se acomodó en una silla cercana, analizando quizás que sería lo siguiente que diría. No había sido amigo de Yunho por mucho tiempo a decir verdad, por lo que era un poco atrevido meter su opinión donde nadie la estaba pidiendo; sin embargo, dada las condiciones y el aprecio que en poco tiempo le había tomado al artista, su conciencia le decía que tenía que advertirle. —Está bien, no tienes por qué explicarme, es tu vida después de todo. Aun así, solo quiero que sepas que sea cual sea tu decisión…. Tendrás que enfrentar las consecuencias. No diré nada más.

Esas palabras fueron demasiado confusas, Yunho no sabía a qué exactamente Yoochun se estaba refiriendo pero debido a la seriedad en el rostro del otro, decidió no preguntar más.

—Entonces… —Luego de unos minutos, Yoochun dejo su semblante y volvió a su tono normal. —¿A dónde vas tan elegante? No te toca trabajar sino hasta la noche.

—Renuncie.

—¿Qué? ¿Por qué?

Yunho pensó si sería prudente decirle la verdad o no, pero ya que Yoochun había dicho que no iba a opinar más del tema…pues ya nada tenía que perder. —Voy a trabajar con Jaejoong de ahora en adelante. Seré su nuevo guardaespaldas.

La expresión en la cara de Yoochun fue confusa. Yunho no supo decir si era de enojo o de asombro o de un disimulada ironía. Resulto ser un poco de los tres. —¿Así que te dio mi empleo? —Yoochun negó con una medio sonrisa amarga. —Oh dios…

—No te preocupes, no será por mucho. Dos semanas como máximo. —Yunho se levantó de la cama y fue hasta la puerta. —¿Algún consejo? —dijo esto mientras la abría.

—Te diría que no trates de contradecirlo y que cumplas todos sus caprichos. Pero ya que al parecer a Jaejoong le gusta cuando tú lo retas, entonces te recomiendo que hagas exactamente lo contrario.

Yunho sonrió leve por el comentario y cerró la puerta después. Luego, salió del edificio en donde estaban temporalmente acogidos y caminó por las calles del vecindario, en dirección hacia la parada del tranvía.

Sin darse cuenta, paso por la calle que tanto había estado evitando las últimas semanas. La calle en donde quedaba el Bateau-Lavoir. De solo pasear por ahí, recuerdos con Junsu emergían en su mente y él quería evitarse un dolor innecesario. Más cuando en estos últimos días, sentía que lo estaba sobrellevando mejor. Sin embargo cuando cayó en cuenta, no dio un paso atrás, al contrario, siguió recorriendo pensando que sería una buena auto-terapia.

Pero de repente, vio algo que le hizo detener su camino.

Frente a él, en la propiedad estaban unos cuantos obreros con máquinas trabajando en el edificio. A unos cuantos pasos se encontraba también la excéntrica Madame Bordeu, propietaria de la residencia desde hacía unos veinte años. Yunho se acercó a ella, con ganas de saber que era lo que estaba sucediendo.

—¡Oh Mi Yunho, tiempo si verte! ¿Cómo has estado cariñó? —Le sonrió inusualmente feliz, algo extraño para una señora que había acabado de perder su casa.

—Estoy…mejor. Me he sobrepuesto a la perdida.

Ella acaricio su mejilla. —Entiendo.

—¿Y qué pasa aquí? ¿La están demoliendo por completo? —Yunho interrogó rato después, posando su mirada de nuevo en la edificación.

Ella se comenzó a reír, dándole una inhalación a su largo cigarrillo. —Oh no, claro que no. De hecho la están reconstruyendo.

—¿Reconstruyendo? —repitió. —¿No me diga que consiguió el dinero?

Ella se volvió a reír. De verdad estaba muy feliz. —No seas tonto muchacho. No conseguiría de nuevo el dinero ni porque volviera a nacer. Más bien fue un donativo.

Yunho arrugó el entrecejo. —¿De quién?

—De un donante anónimo endemoniadamente rico quien al parecer se conmovió con la historia del incendio y decidió dar el dinero para la reconstrucción del edificio. Incluso contrató a los obreros ¿No es eso fabuloso?

Yunho se perdió en sus pensamientos por un instante y se le vino a la mente la única persona que conocía que tenía los medios para realizar eso. Antes, por supuesto, ni se le habría pasado por la cabeza pero ahora, con lo generoso que el sujeto en cuestión estaba siendo, estaba seguro que podría ser una posibilidad más que certera.

—Tu…—Susurró con anhelo y una sonrisa se le formo en ambos: El rostro y el corazón.

—¿Te pasa algo corazón? —Le preguntó Madame Bordeu al ver a Yunho tan metido en su mente.

Él sacudió su cabeza—Nada. —Le sonrió —Tengo que irme ahora. La veré luego.

—Espera no puedes irte sin algo antes.

Ella fue detrás de algunas pilas de cemento, y luego salió trayendo consigo una caja mediana de metal color rojo la cual llevaba sus iniciales. Yunho abrió los ojos al verla.

—Esto lo encontraron los obreros entre los escombros de tu habitación, tiene tus iniciales por lo que supongo que es tuyo cariño.

Yunho la recibió entre sus manos. —Sí, ya me había acostumbrado a la idea de que le había perdido.

—Entonces debe ser algo valioso para que haya sobrevivido a las llamas.

—En parte, —Yunho dijo con honestidad —Pero lo que puede hacer tiene un significado más importante. Gracias por devolvérmela, ahora si me tengo que ir.

—Bien y no olvides que cuando la casa este lista puedes volver a vivir aquí.

Yunho la miro y le sonrió con indecisión, antes de marcharse definitivamente hacia la estación del tranvía.


..



—Llegas tarde.

Le dijo Jaejoong sin mirarlo mientras revisaba algunas cartas en su escritorio. Yunho chasqueo la lengua. No había pasado ni 5 segundos siendo el empleado de Jaejoong y ya comenzaba a fastidiarlo. —Para mí es muy importante la puntualidad. —Jaejoong continúo.

—No sabía que teníamos horario de ingreso. —Yunho le contesto en un modo casi altanero y Jaejoong solo hizo una mueca. Luego este se levantó y llamó a sus otros dos guardaespaldas, quienes entraron y se pararon firmemente como si se trataran de soldados entrenados. Yunho arrugó el entrecejo, él definitivamente no haría eso.

Señalándolos, Jaejoong se los presentó —Son Lee Dohyun y Choi Jiwan, ellos serán tus compañeros.

Sincronizados ellos le hicieron una reverencia mientras que Yunho extendió su mano, dándoles un fuerte apretón. —Soy Jung Yunho.

Ambos guardaespaldas compartieron miradas. Era una situación incómoda puesto que obviamente ya lo habían visto infinidad de veces y sabían perfectamente quien era. La cuestión aquí era porque Jaejoong lo contrataba ahora como su guardaespaldas, si con este hombre había tenido encuentros no muy cordiales. Aun así ellos decidieron callar y tratar de actuar lo más normal posible, pensando que no era de su incumbencia lo que su jefe decidía o no decidía hacer.

—Bien ya pueden retirarse. —Jaejoong les hizo un gesto con la mano y ambos salieron de la misma manera de la que habían entrado. A Yunho le provoco reírse.

Luego Jaejoong levanto su mirada. —Esa orden tambien iba dirigida a ti.

—No lo creo. —Yunho negó y se sentó cómodamente en la silla al frente del escritorio. Jaejoong solo pudo abrir los ojos de incredulidad al notar el nivel de confianza con la que Yunho se comportaba. Como si estuviera en su casa. —Pareciera como si tú me hubieras contratado más para que te hiciera compañía que para protegerte, así que eso es lo que voy a hacer.

Jaejoong chasqueo la lengua. —¿Y a ti quien te dijo eso?

—Lo puedo leer en tus ojos.

Ante eso, el castaño desvió su mirada haciendo a Yunho reír al comprobar lo indefenso que lo podía volver. —Entonces…—Yunho jugó con un lapicero que había en el escritorio. —¿Qué haremos hoy jefe? ¿No me diga que vamos a quedarnos todo el día aquí encerrados? Si ese es el caso, sería mejor renunciar ya.

—En la noche habrá una cena con… mis amigos.

—¿Una cena aburrida? —Yunho se rió.

Jaejoong quiso decir “si” pero decidió mejor dejar eso en silencio. —Una cena de ricos. Así es que es mejor que no me avergüences.

—¿Y yo cuando te he avergonzado? —Yunho se le aproximo en un tono casi coqueto y recordó aquella vez en que lo había puesto en ridículo en la calle frente a todo el mundo. Esa vez sí que se había divertido. 

—No me hagas recordarlo Yunho. Cada vez que apareces frente a mí, solo puedo sentir que algo inesperado pasara.

Yunho se volvió a reír y se recostó de nuevo en el asiento, disfrutando ver a Jaejoong hacer sus cosas. —Así que no vamos al Molino rojo... ¿Qué pasara cuando vuelva a ir y Lady Marmalade se dé cuenta de que yo ahora te sirvo como tu guardaespaldas? Va a ser algo muy incómodo ¿No crees?

Jaejoong desvió la mirada.

Puesto que él había decidió dejar indefinidamente el asunto de Lady Marmalade a un lado, él por supuesto no tenía motivos para regresar a ese lugar. Pero Yunho no podía saber eso, oh no, Yunho tenía que seguir convencido de que tenía el mismo plan. —Iremos otro día. —Se excusó y siguió en la tarea de revisar los papeles.

—¿Entonces vas a seguir con ese tonto plan de tenerla, así en realidad no la quieras?

El castaño le dio una mirada desafiante. —Sí.

Yunho se aproximó de nuevo, recostando ambas manos en el escritorio para darse apoyo. —Eso significa que tendré que competir ahora contra ella.

Jaejoong frunció las cejas.

—Porque te quiero a ti. —Le susurró bajito casi llegando a sus labios. Jaejoong dio un brinco imperceptible y bajo la mirada, odiando como Yunho lo hacía sentir. La manera en la que Yunho lo hacía torcer y hacerle bajar la guardia. 

—A propósito…—Yunho comentó después sin alejarse de Jaejoong —¿Fuiste tú el donante del edificio, no es así?

Jaejoong lo miro. —No sé de lo que hablas.

—Yo creo que si sabes. Jaejoong, tengo un sexto sentido para estas cosas y este me dice que no hay otra persona que pueda hacer eso más que tú.

—¿Yunho, Puedes retirarte? Me estas desconcentrado. —Jaejoong le dijo sin prestarle mayor atención.

—No, sin que antes admitas que fuiste tú el que dio el donativo.

—De verdad no fui yo.

Yunho le mostro una mirada picara. —Miénteme y te besare.

Jaejoong se relamió los labios, encarándolo. —NO LO HICE.

A continuación, Yunho estampo un beso intenso en sus labios que duro alrededor de diez segundos. Luego se alejó, murmurándole. —Esa era la única prueba que necesitaba.

Dejándose de recargar en la mesa, Yunho le dio una última mirada antes de salir del estudio, yendo quizás a recorrer su nuevo lugar de trabajo. Jaejoong suspiró fuerte y reflexiono si haber contratado a Yunho había sido una buena idea después de todo.

Tratando de enfriar su rostro el cual había tomado un leve color rosa, Jaejoong siguió revisando su correspondencia, estando de repente de muy buen ánimo para comenzar el día.

Cuando llego al último sobre se extrañó un poco de que este no tuviera ninguna estampilla ni tuviera nada escrito en él. Abriéndolo, Jaejoong despego una hoja de papel en la cual estaban escritas unas cuantas palabras en letras exageradamente grandes con tinta roja. No, Jaejoong revisó, eso no era tinta…estaba escrita con sangre.

Sintiendo como el ritmo de su respiración aumentaba, Jaejoong comenzó a leer lo que las palabras decían. Estaba escrita en japonés.

“NO PIENSE QUE LO HEMOS DEJADO DE BUSCAR O QUE NOS HEMOS OLVIDADO DE ESTE ASUNTO. USTED Y SU PADRE SERÁN ACORRALADOS, Y NO IMPOTA LO QUE PIENSE HACER O A DONDE PIENSE HUIR, NOSOTROS DESDE HACE MUCHO TIEMPO HEMOS ESTADO UN PASO DELANTE DE USTED PARA SABER COMO OBSTRUIR SUS SALIDAS.

NO PODRÁ BURLARSE DEL IMPERIO DEL JAPON”

Jaejoong arrojó la carta lejos y se levantó de su asiento completamente sobresaltado. Un millón de cosas pasando en su cabeza.

Realmente todo este tiempo había sido demasiado descuidado. Saliendo a donde fuera incluso a veces sin guardaespaldas, no cambiando de residencia, visitando los mismos lugares… era estúpido su comportamiento sabiendo que dos hombres antes lo habían intentado abordar, los cuales era obvio que habían sido mandados por la familia imperial japonesa. Pero más confuso que su comportamiento despreocupado, era el accionar de ellos, ya que al parecer tenían todo para llegar hasta él y plantarle una bala en la cabeza, y simplemente no lo hacían. Sabían su nombre falso, sabían dónde vivía, sabían cómo lucia… ¿Qué esperaban? ¿Querían volverlo loco? ¿Querían que entrara en pánico y se volviera un paranoico? ¿Hasta cuándo seguirían con esto? Jaejoong no lo entendía. ¿Por qué si ya lo tenían se demoraban tanto en accionar?

¡¡¡¿Por qué incluso le mandaron una nota de advertencia tomando el riesgo de poder alertarlo para que pudiera escapar de sus garras?!!!

No, no los seguiría el juego. Si su objetivo era asustarlo para volverlo loco entonces no lo lograrían. Seguiría comportándose como un  negligente con su vida, si eso significaba no darles el gusto. Simplemente haría como si no se hubiese enterado de nada. Después de todo, si ya había pasado todo este tiempo desde su último encuentro y no había ocurrido nada, entonces probablemente ellos no tendrían intenciones de algo más. 

A continuación, Jaejoong tomo la carta en el piso y la destrozo con sus manos, votándola al basurero después. Decidió que no se iba a dejar alarmar por tal amenaza. Seguiría con su vida, con sus planes, con todo… antes de mostrarse pequeño por alguien quien posiblemente solo le quería jugar una broma de muy mal gusto.


..



Por la noche, Yunho junto a Jaejoong entraron al restaurante donde Jaejoong tenía la dichosa cena con sus amigos. Se trataba de un restaurante ubicado en el primer distrito, exclusivamente reservado para la clase más alta. Estaba adornado con grandes candelabros de oro que colgaban de los altos techos, mientras que en el piso se encontraban mesas atiborradas de vajilla lujosa y ramos de flores por doquier. Al instante Yunho se sintió como mosca en sopa, pensando que nunca tendría como pagar si quiera el valor de sentarse en uno de sus asientos.

Jaejoong tomó puesto en una de las mesas donde ya otros habían llegado, y Yunho se quedó de pie a sus espaldas, sin saber si tomar asiento o simplemente quedarse de pie.

—Tú quédate ahí. —Jaejoong le despejo sus dudas al susurrarle desconsideradamente y Yunho bufó. ¿Si solo lo iba a observar comer para que había venido?

Cuando hubieron llegado todos los invitados, los meseros llenaron la mesa con exquisitos platos; otra vez, demasiados para el número de personas presentes. ¿Por qué los ricos siempre exageraban en todo?

A continuación vinó una serie de conversaciones intranscendentes de gente creída quien al parecer solo iba allí a jactarse de su fortuna y las muchas cosas que podían comprar. Yunho observó a Jaejoong estar completamente en silencio, solo comiendo de su plato y enviando miradas las cuales parecían juzgar cada palabra que sus “amigos” decían. Yunho se sintió de repente muy exasperado, rogando para que los minutos pasaran rápido y pudieran irse de aquel lugar, y sobre todo, alejarse de aquellas personas tan desagradables.
Él creía que Jaejoong era la persona más engreída que conocería jamás, pero al parecer se había equivocado.

—Así que Jaejoong, —Habló uno de los asistentes llamado Dukhwa, robando la atención del mencionado al instante, puesto que el joven solo se había ocupado los últimos 10 minutos en revolver la comida en su plato —No nos has explicado sobre el bochornoso incidente de hace unas semanas.

—Oh sí, todos tenemos curiosidad del porque ese hombre llego tan irrespetuosamente y te enfrento de esa manera. —Una mujer también sentada allí agregó.

Yunho al instante ladeo su cabeza, rogando que estas personas no reconocieran que él había sido el hombre que había protagonizado tal escandaloso incidente. Probablemente ni se habrían aprendido su cara.

—Solo fue un malentendido —Les contestó Jaejoong luciendo tranquilo —Ya se aclaró eso.

—¿Ese hombre te culpo de haber iniciado un incendio, cierto? —El hombre se empezó a reír —Si supiera…que no tienes las agallas suficientes.

La gente se burló por el comentario y Jaejoong escondió su rostro, lo que llamo la atención de Yunho. 

—A propósito no te hemos vuelto a ver en el Molino rojo.

Jaejoong se aclaró la garganta. —He estado ocupado.

—¿En qué? ¿En malgastar en tonterías la fortuna de tu padre? —Inquirió —¿O es que te aburriste porque Lady Marmalade no te hizo caso?

—Eso no es asunto tuyo.

—¡Oh! —El hombre fingió lucir ofendido —¿Así que te asusta que te digan las verdades en la cara, no es así?

—No es eso lo que le asusta a Jaejoong, Dukhwa —murmuró otro —Quizá es que se la gano un muerto de hambre y no lo quiere reconocer.

—Ah sí, ese artista de quinta que se la pasaba merodeándola, ¿Entonces me dices que aquel pobretón te la arrebato Jaejoong? —El hombre se empezó a reír a carcajadas y Yunho paso saliva fuerte, viendo como Jaejoong era ridiculizado ante toda la mesa.

—No tengo porque hablar de esos asuntos con ustedes. —Jaejoong respondió tiempo después, luciendo levemente afectado.

—No tienes porque no puedes reconocer tu derrota. —Refuto el hombre —Dime, ¿Con que la pensabas conquistar? ¿Con el dinero que indirectamente nos restriegas en la cara? ¿Acaso eso no es suficiente?

Yunho empezó a sentirse inquieto, no gustándole para nada el tono e voz con el que ese hombre se dirigía a Jaejoong.

—Pfff ni siquiera con dinero la pudiste conquistar, no me imaginó como conseguirías que te mirara si no lo tuvieras. Que tan poca cosa eres.

Escupió con odio como si realmente tuviera algo contra Jaejoong. Tal vez se sentía en desventaja por el dinero del castaño y encontró este momento, como la oportunidad perfecta para mofarse de él delante de todos. Por el comentario, Jaejoong se tensó y los demás sonrieron entretenidos por el espectáculo que el tal señor Dukhwa les estaba brindando.

Pero Yunho no pensaba así, Yunho no estaba entretenido.

—Hablando de porquerías, —El moreno de repente interrumpió provocando que todos los comensales voltearon su cara a verlo. Jaejoong también lo hizo, rogando internamente que la gran bocota de Yunho no dijera algo que pudiera meterlo en problemas. Pero ya era tarde, Yunho parecía dispuesto a dejar salir lo que había en su mente. —¿Por qué en vez de burlarse de los asuntos de los demás, no ve sus propios defectos? Apuesto que aunque intentara conquistar incluso a la mujer más ordinaria de la ciudad, no podría.

De repente todos se miraron asombrados entre si al no dar crédito de la insolencia de ese guardaespaldas. ¿Quién le daba el derecho? Inconscientemente, Jaejoong tomo con fuerza el brazo de Yunho incitando con su mirada que parara pero los planes de Yunho no eran quedarse callado. No señor.

—¡¿Y usted quien se cree para decirme esto?! —El hombre retornó las palabras de Yunho, no dejándose hundir de un empleaducho.

—Por suerte, no me creo tanto como usted. Más bien la pregunta es: ¿Quién se cree usted para hablar por encima de todos como si fuera el maldito dueño del lugar? —Yunho dijo sin filtros, sin impedimentos. Al parecer ya se le estaba convirtiendo en deporte el pelear con prepotentes ricachones.

—¡Cállese en este mismo instante! ¡Conozca su lugar! —Una mujer al lado del hombre le gritó. —¡No le hable así a mi prometido!

—¿Ah, usted es la prometida? Pues que lastima siento por usted al estar con esta clase de hombre. Ni se imagina la clase de cosas que hace en el Molino rojo.

La mujer abrió la boca y se llevó una mano al pecho. En serio, Yunho estaba pasándose de la raya. El hombre de inmediato se levantó, señalándole la salida. —¡Váyase de aquí en este momento!

—¡No! —De improvisto Jaejoong también se levantó —Yo voy a ser el que me vaya.

Dándoles una última mirada, Jaejoong abandono la mesa a pasos agigantados, seguido de Yunho. Cuando llegaron a un punto ciego del restaurante, Jaejoong confronto a Yunho, luciendo enojado. —¿Qué crees que estabas haciendo? —Le demandó.

—¿A eso llamas tú tus amigos? —Le respondió con otra pregunta, no permitiendo que Jaejoong se enojara por defenderlo del mal trato que toda esa gente estúpida le estaba dando.

—No…—Jaejoong guardo silencio —Solo… Yunho no les hagas caso. Simplemente ellos son así.

—No Jaejoong, No puedes dejar que ellos te traten así.

—A mí no me importa lo que me digan.

—¿Y por eso te dejaras tratar de esa manera?

Jaejoong se mordió la boca. —Yunho debes aprender que en este mundo las amistades no son algo que signifiquen de verdad. Un día pueden invitarte a una copa y al otro apuñalarte por la espalda. Eso lo sé muy bien desde hace mucho tiempo, por eso no me deja afectar lo que ellos opinen de mí. Por qué para mi esas personas no significan nada.

—¿Entonces porque sales con ellos? ¿Es por qué no tienes con quien más salir?

Jaejoong de repente bajo la cabeza, un sentimiento pesado recargándose en el corazón. Yunho vio el semblante de Jaejoong cambiar y decidió tratar la situación con más suavidad, viendo que en realidad a Jaejoong si le afectaba todo esto. —No tienes que estar mal acompañado para no sentirte solo. No vale la pena. —Yunho le dijo con delicadeza mientras sus manos acunaban el rostro del otro.

—Es que no tengo a nadie más aquí. —Jaejoong dijo con resignación.  

—Me tienes a mí ahora.

Jaejoong se estremeció por el comentario y dejo escapar una leve sonrisa. Poco a poco su armadura dura y impenetrable, se iba rompiendo con la presencia de Yunho.

—Tienes una linda sonrisa. Creo que nunca te la había visto.

Sonrió más fuerte.

Abrazándole cálidamente, Yunho rodeo sus brazos por el cuello de Jaejoong y trató de darle ánimos, sintiendo algo muy fuerte en su pecho en ese momento. Luego se separaron, suspirando un poco mientras veía a Jaejoong arreglarse su cabello que se había desordenado por el abrazo.

—La noche aun es joven —Murmuró Yunho —¿Qué tal si vamos a otra parte y nos olvidamos de este lugar?

Sin esperar respuesta, el moreno tomo la mano del otro y salió de prisa del restaurante, teniendo una idea en mente.



..


10 comentarios:

  1. Que lindo yunho diciéndole palabras tan bonitas a jae. Lo malo ahora es q lo tienen en la mira a jae . Su padre me da colera :/
    Ya quiero saber q pasaria con mi nalgon. Gracias por actualizar

    ResponderBorrar
  2. claro Yunho tiene razón si lo tiene a el no necesita de esos hipócritas que nomas quieren burlarse de el y con Yunho Jae se divertirá mas y el cuidara para que nada ni nadie lo lastime tampoco esos mafiosos que lo quieren acabar de enloquecer
    GRACIAS por compartirlo

    ResponderBorrar
  3. Me encanto~ es genial que ambos esten cada día más cerca, Jaejoong al fin está dejando caer su armadura, todo gracias a Yunho. No creo que Yunho demore mucho tiempo en reconocer sus verdaderos sentimientos por Jaejoong, en cambio a Jaejoong le costará más, aunque espero que no sea así :3 Te agradezco mucho el capítulo, está muy bueno~ ¡me encanto! esperaré ansiosa el próximo, saludos!!! :D

    ResponderBorrar
  4. Ame el capitulo, solo que fue muy corto!!!! Esperaré ansiosa la próxima actualización
    Gracias por compartir!

    ResponderBorrar
  5. Oghhhh cielos bien hecho Yunho así se defiende a tu hombre jejeje. Opss m altere. Q bien q yun esta ahí creyendo en Jae y dándole buenos consejos jejeje. Q le despeje y lo proteja sobre todo. Q aunq el no lo vea esta en peligro. No entiendo aun bien xq lo quieren matar. Ahhhh mi cabeza está loca jejeje. Nos vemos pronto gracias x la actu. Besos

    ResponderBorrar
  6. Yoochun ha descubierto la movida entre Yunho y JaeJoong, no se le escapa nada XD
    Aja!! Yunho como era de esperarse no es como cualquier guardaespalda jejeje se comporta distinto con su sexy jefe. Por Dios!! Bien dicho Yunho! Esos disque amigos de JaeJoong son solo unos envidiosos, unos flojos que no hacen nada productivo; al menos Jae aunque lo niegue esta ayudando a reconstruir el edificio que se quemó.

    Y la amenaza latente contra la familia de JaeJoong Y.Y tarde o temprano les encontrarán, espero JaeJoong no resulte herido U.U

    ResponderBorrar
  7. Me encanto como Yunho defendio a Jae y todo lo coqueto que se comporta a su alrededor me gusta que Yunho tenga las cosas claras y sea asi de decidido y Jae cada vez me parece mas tierno esta mostrando su verdadero rostro a Yunho y siento que la barreras entre ellos son cada vez menos .... solo es muy preocupante lo de la amenaza ojala encuentren una manera de mantenerse a salvo.
    Gracias por el capitulo!!

    ResponderBorrar
  8. OMG!!!! Jaejoong cuando quiere es muy tierno. Muy lindo.......se deja mimar y querer por Yunho.....u.u sin darse cuenta o queriendo o no......se estan uniendo de una manera muy fuerte. Y Yunho ahora le va a enseñar lo q de verdad va a hacerlo feluz. Me muero en como Yunho le dice. "me tienes a mi ahora" KYAAAAAAAAAAAAAAAAA! Y como le toma sus preciosas mejillas y hace que Jae sonria.....waaaaaa..... Me gusta q hagan feliz a mi baby. Jae es bueno......nomas miren como va a reconstruir el edificio q se incendio. Lo unico q me preocupa es la ambicion desmedida de mi chango, y ESOS MAFIOSOS! Que amenazan a mi bebe...u.u Gracias!!!!! Tambien estoy esperando la actuuuuu de Hyung.... Gracias!!!!!

    ResponderBorrar
  9. Que personas para mas insoportables nk puedo creer que solo los escuche pero que bueno que estuvo Yunho ahí y los puso en su sitio tsk ahora tienes a Yunho Jaejoong molestas solo creo que el te puede enseñar muchas cosas podrías ser mas tu mismo pero lo que si en preocupante es la carta ya saben todo de él y es cierto es muy raro que aun no hallan vuelto a actuar mmm y peor es que su padre también esta llegando omg que pasara ...
    Gracias ^^

    ResponderBorrar
  10. Ellos se aman pero las advertencias de Yoochun me preocupan mucho. Además el papá de Jaejoong se ve muy cruel, gracias por compartir!!!!

    ResponderBorrar