jueves, 9 de marzo de 2017

El bosque de Daegu - Capitulo 8

Capitulo 8—Tregua de paz: —La única razón por la que existimos mi familia y yo es para gobernar el bosque. Si desaparece, nosotros ya no tendremos razón de existir, por lo que desapareceremos con él.




—Coronel, Usted no es más que un tibio reflejo de lo que era su padre, jamás podrá igualarlo. Jamás podrá convertirse en general. Si su padre estuviera vivo… estaría muy avergonzado de usted…

Agradezca que solo fueron unos golpes. Déjeme decirle que la única razón por la que lo dejo vivir, es porque le di mi palabra a la familia de la doncella Go Ara que se casaría con usted. Si no fuera por eso, tenga por seguro que ya lo habría matado. Seguirá con su posición de Coronel sin embargo, aunque no dude que estaré encima de usted. Me asegurare que tan fuerte es su lealtad. Ah y espero que haya matado a su prisionero, tal y como se lo ordene la última vez.


La puerta se cerró y Jaejoong se quedó quieto por unos segundos más, sin saber si debía auxiliar a Yunho o no. Creyó que sería lo suficientemente fuerte para ignorarlo, pero su conciencia lo traicionó y antes de que pudiera evitarlo, ya estaba corriendo en dirección al cuerpo del hombre.

Si era cierto que Yunho había enfrentado al Rey y a sus propios hombres por el bienestar de su padre, entonces merecía algo de su compasión. Alguna recompensa por su acto de piedad.

Y Jaejoong sabía bien que le gustaría recibir al Coronel de su parte.

—Coronel ¿Está bien? —Jaejoong le preguntó preocupado mientras se arrodillaba a su lado.

Yunho apenas pudo levantar la mirada. —Creí que… ya no me hablarías. —Respondió al levantar medio cuerpo apoyado por su brazo. Se llevó una mano a la boca, sintiendo el sabor metálico de la sangre en sus labios.

—¿El Rey lo golpeó por liberar a mi padre? ¿Mi padre está bien?

—Sí, sí lo está. Nadie le puso un dedo encima, yo mismo me aseguré de que fuera así.

Jaejoong suspiró aliviado al enterarse. Entonces Yunho si le había dicho la verdad. —¿Por qué lo hizo? Creí que arremetería contra él por lo que yo… intente hacer la noche anterior.

—Simplemente… no quise hacerlo. —Levantándose del suelo, Yunho fue directo al tocador a revisarse sus heridas. Se formarían algunos moretones, tal vez una cicatriz en su cortada del labio, pero aparte de eso, no había ninguna herida de gravedad. Le dolía el cuerpo eso sí, pero eso sería temporal. Lo que de verdad lo había lastimado era lo que el Rey le había dicho. Esas palabras de decepción era el golpe más fuerte que había recibido y el que más tardaría en recuperarse.

Dejándose caer en la cama, Yunho intentó olvidar aquellas palabras para intentar descansar en paz. Sin embargo, su cuerpo le traicionó y dos diminutas lágrimas escaparon de sus ojos, las cuales inmediatamente limpió. Jaejoong se dio cuenta de eso y no dudó en sentarse a su lado.

—Coronel ¿Esta seguro que está bien?

El hombre no respondió, solo se tapó los ojos con su antebrazo. No quería que Jaejoong lo viera en un momento de debilidad, no quería mostrarse sensible ante su prisionero. —Vete. —Le ordenó.

—No. —Jaejoong desobedeció (como de costumbre). —Yo no me voy a ir hasta saber qué es lo que le pasa.

Ante eso, Yunho quitó su antebrazo de la cara, enfocando sus ya húmedos ojos en las orbes oscuras del muchacho. —Tú no podrías entender. Tu solo eres un muchachito sin mundo.

—¡Ya deje de tratarme como un ignorante! Sé que no pertenezco a su mundo, pero eso no quiere decir que sea un estúpido que no pueda entender los problemas.

—Es mejor que no te enteres de nada. Así son mejor las cosas.

Jaejoong bufó ante la terquedad de Yunho, pero su semblante enojado desapareció cuando vio al Coronel quejarse por las heridas de su cara.  Llevó sus dedos hacia el pómulo izquierdo del hombre, el cual empezaba a ponerse de un color morado. —¿Le duele? —Le preguntó al rozar la marca.

Yunho suspiró cansado. —Sí.

—¿Puedo hacer algo para que se sienta mejor?

Pensándolo por unos momentos, Yunho atrajo a Jaejoong a su cuerpo y pasó las cobijas de la cama por encima de los dos. —Solo recuéstate conmigo.

El pelinegro se dejó llevar por la situación y, antes de darse cuenta, ya su cuerpo se encontraba encima del cuerpo del Coronel. Su rostro también quedo muy cerca del rostro del Coronel. En esa posición, Jaejoong comenzó a acariciar con sus dedos la herida en el labio inferior de Yunho, mientras sentía como este lo abrazaba por la espalda. Sintió la cara de Yunho acercarse y sin pensarlo demasiado, dejó que el Coronel le plantara un suave beso en los labios.

Robándole un segundo y un tercer beso más, Yunho empezó a chupar los labios del muchacho, sin importarle que su herida aun estuviera doliendo. Sintió como Jaejoong abrió un poco más su boca y aprovechó esto para entrar su lengua y que se encontrara con la otra lengua. Sus dientes chocaron después y el beso se volvió tan húmedo, que tuvieron que parar para limpiar los restos de saliva que habían quedado alrededor de sus labios.

—¿Así está mejor? —Jaejoong preguntó de manera muy suave al notar que el ánimo del Coronel había regresado.

Pero Yunho aún no lo quería dejar ir. —No, necesito más.

Jaejoong enroscó entonces sus brazos por detrás del cuello de Yunho. —Enserio salvaste a mi padre, estoy muy complacido por eso. Si pudiera hacer algo para agradecerle…

A Yunho de repente se le prendió el foco, dándose cuenta que podía tomar provecho de la situación. Tomó la túnica de Jaejoong y la subió ligeramente, posicionando las manos que antes habían estado en la espalda baja de este, en sus glúteos. —¿Puedo cobrar una recompensa? —Preguntó esperanzado.

Las mejillas de Jaejoong se tornaron de un intenso color rojo al comprender que era a lo que se refería Yunho. —¿Quiere que lo recompense por lo de mi padre?

—Sí. —Yunho susurró deseoso, sin importarle que su cuerpo aun estuviera adolorido por la golpiza.

—Quiere… ¿Estar dentro de mi otra vez?

Yunho sonrió ante la pregunta y Jaejoong solo apretó los labios, comprendiendo que eso era un . Se sintió inseguro de continuar con el juego, no obstante, si eso hacía sentir mejor al Coronel, pues él haría lo que fuese necesario. Después de todo, el hombre había arriesgado su propio pellejo para salvar a su padre, y eso merecía cualquier sacrificio.

Sin dejar pasar más tiempo, Jaejoong se dejó besar nuevamente por Yunho, quien paso a paso fue bajando sus propios pantalones, para poder sacar su miembro. El pene de Yunho fue creciendo, hasta que quedó rozando justo en la mitad de los glúteos de Jaejoong. Queriendo complacer a Yunho, Jaejoong empezó a moverse contra este, simulando un acto de penetración.

A continuación, Jaejoong sintió como los dedos de Yunho masajearon su entrada, a la par que bajaba y comenzaba a mamar con dedicación sus tetillas. Jaejoong gimió ante la sensación de la lengua caliente de Yunho sobre su pecho. Se sacudió también cuando los dedos del moreno empezaron a penetrarlo uno a uno. Luego, cuando Yunho volvió a subir a la altura de la cara de Jaejoong, fue este último quien bajó e imitó lo que Yunho había hecho; chupando, lamiendo y besando las tetillas del Coronel que al igual que su pene, estaban erectos por la excitación.

Lo siguiente que paso fue que Jaejoong tomó el miembro de Yunho y lo insertó ligeramente en su entrada, obviando el dolor que le provocaba tener toda esa longitud en su cuerpo. Se quedaron unos momentos estáticos, mientras Jaejoong intentaba acostumbrarse. No paso mucho a decir verdad, antes de que Yunho pudiera advertirlo, Jaejoong ya se estaba moviendo encima de él, arriba hacia abajo a un ritmo muy, muy despacio, como si estuviera reteniendo el momento. Yunho razonó que quizá la otra vez había sido muy rudo con Jaejoong, teniendo en cuenta como se movía de despacio cuando se auto penetraba.

—Mmm… mmm. —Ambos comenzaron a gemir delicioso, casi al unísono.

Las manos de Yunho masajeaban los costados de la cadera de Jaejoong, mientras este mantenía el equilibrio, colocando sus antebrazos a cada lado del rostro del Coronel. Intentó ir un poco más rápido, aun así la velocidad todavía era bastante lenta comparado a lo que quería Yunho.

—¿Te ayudo?

Este le preguntó con una sonrisa y sin esperar respuesta, abrió un poco las piernas y se impulsó hacia arriba, haciendo que Jaejoong soltara un sonoro gemido por el movimiento. Las estocadas fueron tomando más ritmo y Jaejoong, presa de la ola de sensaciones que atacó su cuerpo, se dejó caer completamente sobre Yunho.

Todo parecía demasiado perfecto para Yunho. Jaejoong estaba a su disposición, encima de él, recibiendo con gusto sus besos mojados y sus estocadas profundas. Parecía que esa felicidad en cualquier momento se esfumaría, pero Yunho trató de no pensar mucho en eso. Trató de disfrutar mejor el momento, disfrutar la sensación de estrechez que era estar dentro del cuerpo de Jaejoong.

Luego de algunos minutos en esa posición, Yunho bajó a Jaejoong de su cuerpo y lo posicionó boca abajo en la cama, montándose él encima para volver a penetrarlo. Abrió las nalgas de Jaejoong y su pene entró con facilidad, por lo que pudo reanudar el ritmo anterior.

—Ah…Uhm…Coronel. —Jaejoong gimió extasiado con media cara pegada a la almohada. —…Coronel.

—Yunho... —Respondió el mencionado.

—¿Eh?

—Mi nombre es Yunho. Quiero que me llames Yunho.

Jaejoong alzó la cara, volteando ligeramente hacia atrás. —Yunho… —Susurró al abrir la boca para que Yunho lo besara.

Después de unas cuantas embestidas más, Yunho alcanzó su clímax y salió del cuerpo de Jaejoong. Lo volteó para besarlo, más sin embargo, el pene totalmente erecto de Jaejoong le hizo cambiar de planes. 

Tan ensimismado estaba Yunho en su propio placer que se olvidó que este era un juego de dos.

Jaejoong también necesitaba atención.

—Déjame…

Yunho bajó y tomó con su boca el pene, comenzando a mamarlo para que el otro pudiera también experimentar el orgasmo. Jaejoong mordió sus labios ante eso y apretó las sabanas, al sentir la boca caliente del Coronel sobre su miembro. Creyó que bastaba el placer de ser penetrado, pero no se imaginó que había otras formas de ser complacido. Gimió al sentir la lengua de Yunho pasar por la ranura de su punta y se estremeció cuando Yunho lo envolvió con toda su boca. El Coronel no estaba siendo brusco con su mamada, en realidad estaba siendo bastante gentil, queriendo tratar a Jaejoong con delicadeza para hacerle sentir bien.

Yunho consideraba que chupar un pene era un acto degradante, algo que solo hacían los esclavos o los que estuvieran por debajo de su escala social. Él consideraba que nadie de su calibre debía prestarse a esas bajezas, sin embargo, él quería satisfacer tanto a Jaejoong que no le importó dejar a un lado todos sus tontos prejuicios.

El abdomen bajo de Jaejoong de repente se tensionó y el muchacho no pudo evitar venirse en la boca de Yunho. Ante tal orgasmo, Jaejoong se mantuvo boca arriba en la cama, con su pecho subiendo y bajando agresivamente. Observó a Yunho subir y limpiarse los restos de su semen, antes de besarlo tan dulce que les fue difícil separarse.

—¿Se siente mejor ahora? —Jaejoong preguntó somnoliento cuando su respiración agitada al fin le permitió hablar.

—Mucho mejor. —Yunho respondió con sinceridad. —Procuraré siempre desobedecer al Rey para obtener este tipo de recompensas. 

Jaejoong no entendió muy bien esas palabras, y antes de que pudiera preguntar, Yunho lo acurrucó junto a él debajo de las cobijas. Ambos durmieron muy pegados, como si tuvieran miedo de que algo los separara.

Aun así, ellos sabían que no podían estar juntos.

Que en algún momento alguno de los dos debía tener el valor de renunciar al otro.




..




Jaejoong se levantó temprano en la mañana unos cuantos días después, trasladándose a las ventanas de la habitación, mientras el sol aparecía detrás de las montañas. El Coronel aun permanecía dormido en su cama.

Desde aquella noche que hicieron el amor, se respiraba un aire de paz entre ellos dos. Ya no había peleas y Yunho cada vez le ordenaba menos a Jaejoong. Parecía como si hubieran llegado a una especie de tregua, en el que ninguno de los dos quería imponérsele al otro. Jaejoong seguía siendo el prisionero de Yunho, sin embargo, Yunho ahora lo trataba con tanta libertad, que Jaejoong parecía más un invitado que un rehén.

Parecía como si el Coronel finalmente hubiera sucumbido al encanto de Jaejoong, y eso a su vez había hecho ablandar el corazón rebelde de Jaejoong.

“¿Sera que me he enamorado?” Se preguntó Jaejoong alguna vez, al analizar porque ahora le gustaba estar en compañía del Coronel, y porque cada vez más ansiaba poder compartir sus besos y caricias. Él no conocía nada del amor, el único amor que había sentido en su vida era el de sus padres y el de sus hermanas, nada más. ¿Estaría confundido acaso? Quizás. No estaba tan preocupado por eso, amar era algo natural que hasta él podía sentir. El dilema era que él no se podía enamorar de su verdugo, su propio orgullo se lo impedía… sin embargo, bien dicen por ahí que en asuntos del corazón…

…Nadie puede mandar.

Y eso era algo que Jaejoong había aprendido en estas semanas en que había estado secuestrado por su supuesto “amor”.

Los pensamientos de Jaejoong fueron interrumpidos, cuando de repente vio por la ventana a una docena de soldados acomodarse en fila, justo en la entrada del castillo. A continuación, un carruaje apareció y de el salió la joven Go Ara junto a sus sirvientes y demás acompañantes. Parecía estar inmensamente emocionada, trayendo todos los preparativos para la boda…

…Oh no, la boda.

Esa boda que tendría con Yunho.

A Jaejoong se le formó un nudo en la garganta.

—¿Qué sucede?

Yunho preguntó al levantarse y oír a la distancia un pequeño alboroto afuera de la habitación. Jaejoong abrió la boca para responderle, pero en ese preciso momento alguien golpeó la puerta, dejándole con la palabra en la garganta. En seguida, Yunho le hizo una seña para que se escondiera en el armario y en cuanto Jaejoong lo hizo, una de las sirvientas del palacio se asomó por la puerta, anunciándole a Yunho que el Rey y la doncella Go Ara lo esperaban en la entrada principal.  

—Estaré ahí en unos minutos.

Yunho le contestó y la chica asintió abandonando la puerta. En seguida, Jaejoong salió de su escondite, mostrando en su rostro un ceño fruncido y sus brazos cruzados. Yunho no pudo evitar sonreír por su expresión, ¿Acaso Jaejoong estaba celoso?

—¿Vas a ir con ella? —Jaejoong preguntó, tratando penosamente de no lucir enojado.

—Solo por un rato. —Dijo Yunho de la manera más simple. —No tardare en volver. Quédate en silencio. —Sin agregar más, se colocó unas cuantas prendas, arregló un poco su cabello y luego salió por la puerta. La expresión de desolación en el rostro de Jaejoong no se hizo esperar; el pensamiento de que el Coronel estuviera con su amada hizo que sus celos, los cuales fueron inexistentes hasta el momento, surgieran de lo más profundo de su corazón.

En seguida, Jaejoong se aproximó a la ventana, viendo a Yunho aparecer y saludar cortésmente tanto al Rey como a la doncella. Esta no demoró en anclarse al cuello del Coronel y besarlo en los labios. Jaejoong tuvo el impulso de saltar de rabia hacia la escena. Y es que no entendía, no entendía el porqué de su enojo.
Tal vez el Coronel le importaba más de lo que quería admitir.

—Coronel Jung ~ —Go Ara se aferró a su prometido. —Qué bueno que me hayas venido a recibir ¿Me extrañaste?

Yunho apretó su boca, viendo de reojo al Rey que esperaba su respuesta. —¿Tú lo hiciste? —Decidió esquivar la pregunta con otra pregunta.

—Mucho. —Ella contestó a la par que rozaba su rostro en el pecho de este. —Ya traje todo para nuestra boda. Mis padres también están ansiosos por conocerte, no tardaran en llegar.

Decir que el cuerpo de Yunho no se tensó al oír esas palabras, sería decir una mentira. Todo este tiempo había querido anular de su mente el asunto de su matrimonio arreglado, quería pensar que era una mentira, que no pasaría, sin embargo, ahora era el asunto era demasiado real como para seguir negándolo. Aparte de no amar a su prometida, el hecho que más le preocupaba era qué pasaría ahora con Jaejoong. Él ahora se sentía muy bien con su compañía, ¿Tendría que dejarlo ir para casarse con esa mujer?

—Me alegra ver a una pareja tan ideal. —El Rey interrumpió sus pensamientos y se acercó a ellos, colocando una mano en la espalda de la chica y otra en la espalda de Yunho, mostrándoles luego una inmensa sonrisa, que a Yunho le pareció más de advertencia que de complacencia. —En una semana llegara el gran día, por lo tanto hay que dejar listo hasta el más mínimo detalle. ¡Ah! Pero no se preocupen, yo mismo me ocupare de todo junto a la doncella Go Ara, para que por supuesto tú, Yunho, puedas encargarte de nuestros asuntos… pendientes. —Dijo esto mientras apretaba con fuerza la mano que estaba en la espalda de Yunho, como si le estuviera amenazando con esa oración.

—Muchas gracias su alteza. De verdad agradezco todo esto que hace por nosotros. —La joven sonrió y miró a Yunho esperando que este también agradeciera la ayuda, sin embargo Yunho no dijo nada, y tan solo inclinó un poco la cabeza, no queriendo soltar ni una palabra de gratitud por la aparente “benevolencia” de su Rey.

A continuación, todos los tres ingresaron al castillo, siendo seguidos por los demás acompañantes y sirvientes, que llevaban consigo las cosas que la doncella había traído. Antes de entrar por completo, Yunho levantó su rostro hacia su ventana, observando a Jaejoong mirarlo con un dejo de enojo, antes de darse media vuelta y desaparecer de su vista.




..




Estaba harto. Esto definitivamente era como una tortura para él.

En el almuerzo que el Rey organizó ese día, Yunho tuvo que presentarse ante los conocidos y parientes de la doncella, mostrándose como el amoroso prometido que claramente no era. Había tenido que además soportar charlas frívolas y felicitaciones vacías por su “feliz” compromiso.  Todo el asunto era extremadamente tedioso, lo único que quería Yunho era irse de allí y llegar a su cama junto a Jaejoong. Era lo único que deseaba hacer en esos momentos.

Cuando por fin encontró un espacio para escabullirse en la tarde, Yunho no dudo en subir hasta su habitación y encerrarse en ella lo más rápido que pudo. Suspiró contra su puerta y en cuanto se dio medio vuelta, descubrió a un molesto Jaejoong sentado en el alfeizar de la ventana, mirando con su ceño fruncido hacia el exterior.

Oh Dios, era obvio que estaba enojado. Yunho exhaló aire antes de enfrentarlo. —Ya regrese. —Le dijo esperando ver cuál sería su reacción.

Jaejoong no pareció sorprenderse ante la inesperada entrada del Coronel. —Te casaras con ella. —De la nada afirmó, sonando tanto disgustado como triste.

El más alto tardo un instante en responder. —Es mi deber. —Dijo extremadamente resignado.

—¿Es tu deber así como es tu deber destruir el bosque?

—¿Cómo? ¿Por qué me preguntas esto ahora?

—¿Por qué es tu deber Yunho? ¿Por qué te empeñas en hacer lo que el Rey te dice?

Jaejoong suspiró profundo y regresó su vista a la ventana, cuando se dio cuenta que si no se calmaba perdería los estribos. Él sabía desde hacía tiempo, que el Rey era el principal actor detrás de todo lo que hacia el Coronel. Yunho no actuaba por convicción propia, actuaba porque el Rey se lo imponía. Al parecer la obligación que el Coronel tenía con la realeza era más importante que otra cosa en su vida.

Sin embargo, también había descubierto que las estrategias que supuestamente Yunho había planeado para atacar el bosque no llevaban a nada, y que había preferido salvar a su padre por sobre los deseos del Rey. Eso parecía significar que Yunho tenía planes de revelársele al Rey, sin embargo, ahora las cosas volvían a parecer actos de sumisión.

—Jaejoong, siempre he estado en este reino. Mi abuelo y mi padre fueron generales del ejército, por lo tanto es mi obligación seguir con su legado. —Fue lo que le dijo Yunho momentos después, al verlo meditar por unos segundos.

—No porque tu familia lo haya hecho, tú también lo tienes que hacer.

—Son cosas de humanos Jaejoong.

—¿Entonces mataras a mi familia y a mi bosque por tu deber? —Jaejoong le preguntó con la voz casi quebrada. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero Jaejoong intentó no dejar que salieran. —¿Tu vas a continuar con la misión que te encomendó el Rey, no es así? —Le volvió a preguntar con un dejo de ansiedad en su boca. Quería quitarse la duda, quería saber la verdad. Quería ver si de verdad podía… podía mirar a Yunho con otros ojos, puesto que las intenciones que este tenía de destruir su hogar, lo estaban alejando de lo que estaba comenzando a sentir por él.

—No lo sé Jaejoong. Hace unas semanas lo único que quería era destruir ese bosque, era mi único objetivo, sin embargo ahora… el tenerte aquí conmigo… yo… —Yunho bajó su cabeza, no encontrando las palabras correctas para explicarse. —Quizás lo único que pueda prometerte es mantener el bienestar tuyo y el de tu familia.

—Pero Yunho, no comprendes. —Jaejoong suspiró cansado. —El bosque es mi esencia, si muere yo moriré con él.

El Coronel arrugó el rostro. —¿Qué?

—La única razón por la que existimos mi familia y yo es para gobernar el bosque. Si desaparece, nosotros ya no tendremos razón de existir, por lo que desapareceremos con él.

“No puede ser” Yunho negó en su cabeza. ¿Si destruía el bosque eso significaba que Jaejoong moriría y desaparecería de su vista para siempre? No, no quería pensar eso. No quería pensar ni siquiera en la posibilidad de perder a Jaejoong. Recordó que alguna vez egoístamente pensó que si quizá destruía el bosque, Jaejoong ya no tendría a donde ir y se quedaría con él, pero ahora sabiendo que el bosque y Jaejoong era prácticamente uno mismo, ese pensamiento estúpido ya no tenía validez. Lo perdería por su orgullo y sus ínfulas de poder. Así que, por mucho que se resistiera, debía tomar una decisión antes de que fuera demasiado tarde. —Debes regresar al bosque. Debes regresar con tu familia.

—¿Eh? —Jaejoong abrió sus ojos.

¡¡¡Amor!!! —La voz de Go Ara de repente se escuchó detrás de la puerta, interrumpiendo su conversación. —¿Estás ahí? Mis padres y los invitados te están esperando.

Yunho soltó un quejido fastidiado, molesto de la impertinencia de esa mujer. —En un momento bajo. Espérame allí. —Le dijo lo más sereno que pudo, escuchando un breve “De acuerdo” en respuesta. Volteó a mirar el rostro de Jaejoong, el cual parecía volver a esa inconfundible expresión de celos. —Ve, ella te está esperando. —Le dijo y se dio media vuelta para alejarse, pero Yunho logró retenerlo entre sus brazos.

—No quiero ir con ella. Quiero estar contigo.

—¿Qué? —Jaejoong refunfuñó. —No me utilices para engañarla. Es obvio que te casaras con ella, por lo tanto yo no tengo nada que hacer aquí.

—No es eso Jaejoong. Yo no la amo.

—¿Si no la amas porque…?

Jaejoong no alcanzó a completar su pregunta, porque Yunho lo besó de manera intensa, envolviéndolo en su abrazo, trasportándolo de un jalón a la cama. Todo sucedió tan rápido que incluso ya se encontraban sin ropa, comiéndose a besos como si la anterior discusión no hubiera tenido lugar. Jaejoong no pudo evitar reprocharse en su mente por ser tan débil y dejarse engatusar tan fácil de Yunho. Tal vez era el único que al fin había podido domarlo.

—Jaejoong-ah… —Yunho jadeó cuando se separó de sus labios. Su respiración era incontrolable. —Tú eres el único con el que quiero estar. Ella no importa, solo tú.

—No me importa eso. Tú me utilizas para engañarla y…

—¿Entonces quieres que vaya con ella? ¿Quieres que le haga el amor a ella?

El pelinegro se mordió los labios. —No… —Respondió entre dientes.

—¿Qué deseas entonces?

Jaejoong siguió sin responder, por lo que Yunho tomó eso como una señal de que podía proseguir, y se dispuso entonces a besar cada centímetro de la piel expuesta del menor. Jaejoong quiso resistirse, enserio estaba dando todo de sí para no caer ante los encantos varoniles del Coronel, sin embargo su cuerpo lo traicionó en un santiamén y antes de que lo pudiera evitar, ya estaba enredado entre las sabanas siendo penetrado por el cuerpo fuerte del moreno. Ni siquiera importaba que a Yunho lo estuvieran esperando abajo en el comedor real, las ganas de estar juntos sobrepaso cualquier obligación.

Sobrepaso cualquier discusión que aun no había terminado de resolverse.






—¿Por qué no bajara?

Go Ara se preguntó por enésima vez al mirar las escaleras y ver que Yunho no había bajado por ellas. Ya hasta la mayoría de invitados se habían ido a descansar, debido a que el anfitrión especial había decidido irse más temprano de la celebración. Algo enojada, Go Ara fue de nuevo a la habitación, queriendo averiguar qué tan importante era eso que hacia Yunho, como para no bajar a su cena.

Cuando de nuevo estuvo al frente de la puerta de la habitación, la golpeo con delicadeza, nadie le respondió. Lo hizo otra vez pero seguía sin recibir respuesta. Exasperada, Go Ara tomo la manija y la giro, abriendo la puerta tan solo unos cuantos centímetros. De inmediato, una serie de gemidos se escuchó del otro lado, acompañado de otros sonidos como choques de cuerpos y el rechinar de una cama, los cuales pusieron en alerta la mente de la doncella.

¿Qué estaba sucediendo?

Preocupada, la chica agudizó más su oído y pudo reconocer que una de las voces era la del Coronel, sonando como nunca antes lo había escuchado. Estaba jadeando, eso era seguro, extasiado como si estuviera haciendo la cosa más placentera del mundo. Pero esa no era la única voz que se escuchaba. Acompañado de esta, otra voz más aguda también estaba gimiendo al unisonó.

A Go Ara casi se le fue el aliento al sospechar que era lo que estaba sucediendo.

“¿Sera que…?”

Decidida a acabar con sus dudas, la doncella abrió la puerta y entró en la habitación, quedándose helada en el centro de esta al comprobar sus sospechas: En la cama, su prometido estaba metido entre las cobijas, besando desesperadamente a un chico debajo de él mientras lo penetraba con fuerza. Sus cuerpos sudando y su pelo despeinado era un indicio que lo habían estado haciendo desde hacía un buen rato. Incluso, estaban tan metidos en el acto, que ni siquiera se dieron cuenta de la presencia de la mujer.

Dentro de su shock, Go Ara se movió un poco para ver quién era la persona que descaradamente se había atrevido a meterse con su prometido. Aquella persona… ese chico… el descubrimiento de que ese chico era aquel sirviente que la ultima vez le había dado mala espina, casi hizo a Go Ara irse para atrás.

—¡¡¡¿Qué está sucediendo aquí?!!!

La chica gritó furibunda, y Yunho y Jaejoong de inmediato la voltearon a ver, luciendo entre sorprendidos y asustados por la repentina aparición de la mujer.

Ahora verdaderamente estarían en problemas.



..


Nota: Esta escena continuara....

Bueno, después de casi un mes al fin traigo el capitulo 8 de este fic. Como les dije al principio, este es un fic de 10 capitulos asi que ya solo quedan dos capítulos para finalizar. Digan en los comentarios que les parecio.

Nos vemos en la próxima actu. 




10 comentarios:

  1. Q bueno a volviste...esta muy buena la historia y aquí seguimos pendiente de su continuidad...
    Vaya q Yunho esta enamoradisimo de Jae aunque no sepa explicar sus sentimientos al igual q Jae...ay esa Go Ara...siempre rs la bruja mala del cuento...como me cae gorda...mira q llegar a interrumpir el lemon yunjae...y como Yunho no cierra con llave sabiendo q tiene a Jae de contrabando????

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    1. Yunho es estupido xD todo el mundo siempre le abre la puerta.

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    2. Jajajaja en serio q si....lo amo..pero es bastante tonto x lo regular...jajaja...gracias x seguir xon la historia...no te desanimes aquí estaremos echandote porras

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  2. ¿Yo me pregunto, cuando aprenderán a poner llave a las puertas, y por que hay gente tan chismosa, entrando a las habitaciones sin permiso?

    Que bueno que volviste, esta es una de mis historias favoritas... Se quedo muy emocionante, gracias por actualizar.

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  3. OMG!! los pillaron entregando su amor la tonta de Go Ara metes sus narices en donde no la llaman. Gracias x volver y a ver actualizodo esta gran historia.

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  4. Es una pena que hayan sido descubierto ahora que problemas tendran ya que Go Ara los vio que pasara con ellos principalmente con Jaejoong esta muy emocionante el capitulo esperare con ansias el siguiente

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  5. Que bueno que esa mujer se a dado cuenta de que Yunho esta con Jae y sepa que no la ama a ella pues el ya tiene a Jae y que le importa mas el que esa ridicula boda de ellos pues a el se la estan inponiendo y no tiene interes en ĺlevarla acavo asi es que mas le vale que se resigne a que no sera la esposa de Yunho pues el ya tiene pareja a quien amar
    Grqcias

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  6. Omg muchas gracias por el capitulo ❤❤❤❤❤❤
    :( el rey tiene tanto poder que puede acabar con Jae y Yunho en un abrir y cerrar de ojos :(
    Como se les ocurre hacerlo con la puerta abierta 😂 , lo peor go ara los encontro en pleno 😂
    Esa bruja que planeara ahora que lo sabe todo :(
    ❤❤❤💚💚💚💚💚💚

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  7. Que bueno que esta,que va a pasar con el Yunjae....gracias ❤

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  8. Go Ara porque interrumpes a la fogosa pareja!!! <.< ...jejeje
    Que horror!! Ahora ese bosque por nada debe desaparecer, JaeJoong y su familia están en peligro TT.TT

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