Capitulo 8—Tregua
de paz: —La única razón por la que existimos
mi familia y yo es para gobernar el bosque. Si desaparece, nosotros ya no
tendremos razón de existir, por lo que desapareceremos con él.
—Coronel,
Usted no es más que un tibio reflejo de lo que era su padre, jamás podrá
igualarlo. Jamás podrá convertirse en general. Si su padre estuviera vivo…
estaría muy avergonzado de usted…
Agradezca
que solo fueron unos golpes. Déjeme decirle que la única razón por la que lo
dejo vivir, es porque le di mi palabra a la familia de la doncella Go Ara que
se casaría con usted. Si no fuera por eso, tenga por seguro que ya lo habría
matado. Seguirá con su posición de Coronel sin embargo, aunque no dude que
estaré encima de usted. Me asegurare que tan fuerte es su lealtad. Ah y espero
que haya matado a su prisionero, tal y como se lo ordene la última vez.
La puerta se cerró y Jaejoong se
quedó quieto por unos segundos más, sin saber si debía auxiliar a Yunho o no. Creyó
que sería lo suficientemente fuerte para ignorarlo, pero su conciencia lo
traicionó y antes de que pudiera evitarlo, ya estaba corriendo en dirección al
cuerpo del hombre.
Si era cierto que Yunho había
enfrentado al Rey y a sus propios hombres por el bienestar de su padre,
entonces merecía algo de su compasión. Alguna recompensa por su acto de piedad.
Y Jaejoong sabía bien que le
gustaría recibir al Coronel de su parte.
—Coronel ¿Está bien? —Jaejoong le preguntó
preocupado mientras se arrodillaba a su lado.
Yunho apenas pudo levantar la
mirada. —Creí que… ya no me hablarías. —Respondió al levantar medio cuerpo
apoyado por su brazo. Se llevó una mano a la boca, sintiendo el sabor metálico
de la sangre en sus labios.
—¿El Rey lo golpeó por liberar a mi padre?
¿Mi padre está bien?
—Sí, sí lo está. Nadie le puso un dedo
encima, yo mismo me aseguré de que fuera así.
Jaejoong suspiró aliviado al
enterarse. Entonces Yunho si le había dicho la verdad. —¿Por qué lo hizo? Creí
que arremetería contra él por lo que yo… intente hacer la noche anterior.
—Simplemente… no quise hacerlo.
—Levantándose del suelo, Yunho fue directo al tocador a revisarse sus heridas.
Se formarían algunos moretones, tal vez una cicatriz en su cortada del labio,
pero aparte de eso, no había ninguna herida de gravedad. Le dolía el cuerpo eso
sí, pero eso sería temporal. Lo que de verdad lo había lastimado era lo que el Rey
le había dicho. Esas palabras de decepción era el golpe más fuerte que había
recibido y el que más tardaría en recuperarse.
Dejándose caer en la cama, Yunho
intentó olvidar aquellas palabras para intentar descansar en paz. Sin embargo,
su cuerpo le traicionó y dos diminutas lágrimas escaparon de sus ojos, las
cuales inmediatamente limpió. Jaejoong se dio cuenta de eso y no dudó en
sentarse a su lado.
—Coronel ¿Esta seguro que está bien?
El hombre no respondió, solo se tapó
los ojos con su antebrazo. No quería que Jaejoong lo viera en un momento de
debilidad, no quería mostrarse sensible ante su prisionero. —Vete. —Le ordenó.
—No. —Jaejoong desobedeció (como de
costumbre). —Yo no me voy a ir hasta saber qué es lo que le pasa.
Ante eso, Yunho quitó su antebrazo
de la cara, enfocando sus ya húmedos ojos en las orbes oscuras del muchacho.
—Tú no podrías entender. Tu solo eres un muchachito sin mundo.
—¡Ya deje de tratarme como un
ignorante! Sé que no pertenezco a su mundo, pero eso no quiere decir que sea un
estúpido que no pueda entender los problemas.
—Es mejor que no te enteres de nada.
Así son mejor las cosas.
Jaejoong bufó ante la terquedad de Yunho,
pero su semblante enojado desapareció cuando vio al Coronel quejarse por las
heridas de su cara. Llevó sus dedos
hacia el pómulo izquierdo del hombre, el cual empezaba a ponerse de un color
morado. —¿Le duele? —Le preguntó al rozar la marca.
Yunho suspiró cansado. —Sí.
—¿Puedo hacer algo para que se
sienta mejor?
Pensándolo por unos momentos, Yunho
atrajo a Jaejoong a su cuerpo y pasó las cobijas de la cama por encima de los
dos. —Solo recuéstate conmigo.
El pelinegro se dejó llevar por la
situación y, antes de darse cuenta, ya su cuerpo se encontraba encima del
cuerpo del Coronel. Su rostro también quedo muy cerca del rostro del Coronel.
En esa posición, Jaejoong comenzó a acariciar con sus dedos la herida en el
labio inferior de Yunho, mientras sentía como este lo abrazaba por la espalda.
Sintió la cara de Yunho acercarse y sin pensarlo demasiado, dejó que el Coronel
le plantara un suave beso en los labios.
Robándole un segundo y un tercer
beso más, Yunho empezó a chupar los labios del muchacho, sin importarle que su
herida aun estuviera doliendo. Sintió como Jaejoong abrió un poco más su boca y
aprovechó esto para entrar su lengua y que se encontrara con la otra lengua.
Sus dientes chocaron después y el beso se volvió tan húmedo, que tuvieron que
parar para limpiar los restos de saliva que habían quedado alrededor de sus
labios.
—¿Así está mejor? —Jaejoong preguntó
de manera muy suave al notar que el ánimo del Coronel había regresado.
Pero Yunho aún no lo quería dejar
ir. —No, necesito más.
Jaejoong enroscó entonces sus brazos
por detrás del cuello de Yunho. —Enserio salvaste a mi padre, estoy muy complacido
por eso. Si pudiera hacer algo para agradecerle…
A Yunho de repente se le prendió el
foco, dándose cuenta que podía tomar provecho de la situación. Tomó la túnica
de Jaejoong y la subió ligeramente, posicionando las manos que antes habían
estado en la espalda baja de este, en sus glúteos. —¿Puedo cobrar una
recompensa? —Preguntó esperanzado.
Las mejillas de Jaejoong se tornaron
de un intenso color rojo al comprender que era a lo que se refería Yunho.
—¿Quiere que lo recompense por lo de mi padre?
—Sí. —Yunho susurró deseoso, sin
importarle que su cuerpo aun estuviera adolorido por la golpiza.
—Quiere… ¿Estar dentro de mi otra
vez?
Yunho sonrió ante la pregunta y Jaejoong
solo apretó los labios, comprendiendo que eso era un sí. Se sintió inseguro de continuar con el juego, no obstante, si
eso hacía sentir mejor al Coronel, pues él haría lo que fuese necesario.
Después de todo, el hombre había arriesgado su propio pellejo para salvar a su
padre, y eso merecía cualquier sacrificio.
Sin dejar pasar más tiempo, Jaejoong
se dejó besar nuevamente por Yunho, quien paso a paso fue bajando sus propios
pantalones, para poder sacar su miembro. El pene de Yunho fue creciendo, hasta
que quedó rozando justo en la mitad de los glúteos de Jaejoong. Queriendo
complacer a Yunho, Jaejoong empezó a moverse contra este, simulando un acto de
penetración.
A continuación, Jaejoong sintió como
los dedos de Yunho masajearon su entrada, a la par que bajaba y comenzaba a
mamar con dedicación sus tetillas. Jaejoong gimió ante la sensación de la
lengua caliente de Yunho sobre su pecho. Se sacudió también cuando los dedos
del moreno empezaron a penetrarlo uno a uno. Luego, cuando Yunho volvió a subir
a la altura de la cara de Jaejoong, fue este último quien bajó e imitó lo que Yunho
había hecho; chupando, lamiendo y besando las tetillas del Coronel que al igual
que su pene, estaban erectos por la excitación.
Lo siguiente que paso fue que Jaejoong
tomó el miembro de Yunho y lo insertó ligeramente en su entrada, obviando el
dolor que le provocaba tener toda esa longitud en su cuerpo. Se quedaron unos
momentos estáticos, mientras Jaejoong intentaba acostumbrarse. No paso mucho a
decir verdad, antes de que Yunho pudiera advertirlo, Jaejoong ya se estaba
moviendo encima de él, arriba hacia abajo a un ritmo muy, muy despacio, como si
estuviera reteniendo el momento. Yunho razonó que quizá la otra vez había sido
muy rudo con Jaejoong, teniendo en cuenta como se movía de despacio cuando se
auto penetraba.
—Mmm… mmm. —Ambos comenzaron a gemir
delicioso, casi al unísono.
Las manos de Yunho masajeaban los
costados de la cadera de Jaejoong, mientras este mantenía el equilibrio,
colocando sus antebrazos a cada lado del rostro del Coronel. Intentó ir un poco
más rápido, aun así la velocidad todavía era bastante lenta comparado a lo que
quería Yunho.
—¿Te ayudo?
Este le preguntó con una sonrisa y
sin esperar respuesta, abrió un poco las piernas y se impulsó hacia arriba,
haciendo que Jaejoong soltara un sonoro gemido por el movimiento. Las estocadas
fueron tomando más ritmo y Jaejoong, presa de la ola de sensaciones que atacó
su cuerpo, se dejó caer completamente sobre Yunho.
Todo parecía demasiado perfecto para
Yunho. Jaejoong estaba a su disposición, encima de él, recibiendo con gusto sus
besos mojados y sus estocadas profundas. Parecía que esa felicidad en cualquier
momento se esfumaría, pero Yunho trató de no pensar mucho en eso. Trató de
disfrutar mejor el momento, disfrutar la sensación de estrechez que era estar
dentro del cuerpo de Jaejoong.
Luego de algunos minutos en esa
posición, Yunho bajó a Jaejoong de su cuerpo y lo posicionó boca abajo en la
cama, montándose él encima para volver a penetrarlo. Abrió las nalgas de Jaejoong
y su pene entró con facilidad, por lo que pudo reanudar el ritmo anterior.
—Ah…Uhm…Coronel. —Jaejoong gimió
extasiado con media cara pegada a la almohada. —…Coronel.
—Yunho... —Respondió el mencionado.
—¿Eh?
—Mi nombre es Yunho. Quiero que me
llames Yunho.
Jaejoong alzó la cara, volteando
ligeramente hacia atrás. —Yunho… —Susurró al abrir la boca para que Yunho lo
besara.
Después de unas cuantas embestidas
más, Yunho alcanzó su clímax y salió del cuerpo de Jaejoong. Lo volteó para
besarlo, más sin embargo, el pene totalmente erecto de Jaejoong le hizo cambiar
de planes.
Tan ensimismado estaba Yunho en su
propio placer que se olvidó que este era un juego de dos.
Jaejoong también necesitaba
atención.
—Déjame…
Yunho bajó y tomó con su boca el pene,
comenzando a mamarlo para que el otro pudiera también experimentar el orgasmo. Jaejoong
mordió sus labios ante eso y apretó las sabanas, al sentir la boca caliente del
Coronel sobre su miembro. Creyó que bastaba el placer de ser penetrado, pero no
se imaginó que había otras formas de ser complacido. Gimió al sentir la lengua
de Yunho pasar por la ranura de su punta y se estremeció cuando Yunho lo
envolvió con toda su boca. El Coronel no estaba siendo brusco con su mamada, en
realidad estaba siendo bastante gentil, queriendo tratar a Jaejoong con
delicadeza para hacerle sentir bien.
Yunho consideraba que chupar un pene
era un acto degradante, algo que solo hacían los esclavos o los que estuvieran
por debajo de su escala social. Él consideraba que nadie de su calibre debía prestarse
a esas bajezas, sin embargo, él quería satisfacer tanto a Jaejoong que no le
importó dejar a un lado todos sus tontos prejuicios.
El abdomen bajo de Jaejoong de
repente se tensionó y el muchacho no pudo evitar venirse en la boca de Yunho.
Ante tal orgasmo, Jaejoong se mantuvo boca arriba en la cama, con su pecho
subiendo y bajando agresivamente. Observó a Yunho subir y limpiarse los restos
de su semen, antes de besarlo tan dulce que les fue difícil separarse.
—¿Se siente mejor ahora? —Jaejoong
preguntó somnoliento cuando su respiración agitada al fin le permitió hablar.
—Mucho mejor. —Yunho respondió con
sinceridad. —Procuraré siempre desobedecer al Rey para obtener este tipo de recompensas.
Jaejoong no entendió muy bien esas
palabras, y antes de que pudiera preguntar, Yunho lo acurrucó junto a él debajo
de las cobijas. Ambos durmieron muy pegados, como si tuvieran miedo de que algo
los separara.
Aun así, ellos sabían que no podían
estar juntos.
Que en algún momento alguno de los
dos debía tener el valor de renunciar al otro.
..
Jaejoong se levantó temprano en la
mañana unos cuantos días después, trasladándose a las ventanas de la habitación,
mientras el sol aparecía detrás de las montañas. El Coronel aun permanecía
dormido en su cama.
Desde aquella noche que hicieron el
amor, se respiraba un aire de paz entre ellos dos. Ya no había peleas y Yunho
cada vez le ordenaba menos a Jaejoong. Parecía como si hubieran llegado a una
especie de tregua, en el que ninguno de los dos quería imponérsele al otro. Jaejoong
seguía siendo el prisionero de Yunho, sin embargo, Yunho ahora lo trataba con
tanta libertad, que Jaejoong parecía más un invitado que un rehén.
Parecía como si el Coronel
finalmente hubiera sucumbido al encanto de Jaejoong, y eso a su vez había hecho
ablandar el corazón rebelde de Jaejoong.
“¿Sera que me
he enamorado?”
Se preguntó Jaejoong alguna vez, al analizar porque ahora le gustaba estar en
compañía del Coronel, y porque cada vez más ansiaba poder compartir sus besos y
caricias. Él no conocía nada del amor, el único amor que había sentido en su
vida era el de sus padres y el de sus hermanas, nada más. ¿Estaría confundido
acaso? Quizás. No estaba tan preocupado por eso, amar era algo natural que
hasta él podía sentir. El dilema era que él no se podía enamorar de su verdugo,
su propio orgullo se lo impedía… sin embargo, bien dicen por ahí que en asuntos
del corazón…
…Nadie puede mandar.
Y eso era algo que Jaejoong había
aprendido en estas semanas en que había estado secuestrado por su supuesto
“amor”.
Los pensamientos de Jaejoong fueron
interrumpidos, cuando de repente vio por la ventana a una docena de soldados acomodarse
en fila, justo en la entrada del castillo. A continuación, un carruaje apareció
y de el salió la joven Go Ara junto a sus sirvientes y demás acompañantes. Parecía
estar inmensamente emocionada, trayendo todos los preparativos para la boda…
…Oh no, la boda.
Esa boda que tendría con Yunho.
A Jaejoong se le formó un nudo en la
garganta.
—¿Qué sucede?
Yunho preguntó al levantarse y oír a
la distancia un pequeño alboroto afuera de la habitación. Jaejoong abrió la
boca para responderle, pero en ese preciso momento
alguien golpeó la puerta, dejándole con la palabra en la garganta. En seguida, Yunho
le hizo una seña para que se escondiera en el armario y en cuanto Jaejoong lo
hizo, una de las sirvientas del palacio se asomó por la puerta, anunciándole a Yunho
que el Rey y la doncella Go Ara lo esperaban en la entrada principal.
—Estaré ahí en unos minutos.
Yunho le contestó y la chica asintió
abandonando la puerta. En seguida, Jaejoong salió de su escondite, mostrando en
su rostro un ceño fruncido y sus brazos cruzados. Yunho no pudo evitar sonreír por
su expresión, ¿Acaso Jaejoong estaba celoso?
—¿Vas a ir con ella? —Jaejoong
preguntó, tratando penosamente de no lucir enojado.
—Solo por un rato. —Dijo Yunho de la
manera más simple. —No tardare en volver. Quédate en silencio. —Sin agregar
más, se colocó unas cuantas prendas, arregló un poco su cabello y luego salió
por la puerta. La expresión de desolación en el rostro de Jaejoong no se hizo
esperar; el pensamiento de que el Coronel estuviera con su amada hizo que sus
celos, los cuales fueron inexistentes hasta el momento, surgieran de lo más
profundo de su corazón.
En seguida, Jaejoong se aproximó a
la ventana, viendo a Yunho aparecer y saludar cortésmente tanto al Rey como a
la doncella. Esta no demoró en anclarse al cuello del Coronel y besarlo en los
labios. Jaejoong tuvo el impulso de saltar de rabia hacia la escena. Y es que no
entendía, no entendía el porqué de su enojo.
Tal vez el Coronel le importaba más
de lo que quería admitir.
—Coronel Jung ~ —Go Ara se aferró
a su prometido. —Qué bueno que me hayas venido a recibir ¿Me extrañaste?
Yunho apretó su boca, viendo de
reojo al Rey que esperaba su respuesta. —¿Tú lo hiciste? —Decidió esquivar la
pregunta con otra pregunta.
—Mucho. —Ella contestó a la par que
rozaba su rostro en el pecho de este. —Ya traje todo para nuestra boda. Mis
padres también están ansiosos por conocerte, no tardaran en llegar.
Decir que el cuerpo de Yunho no se
tensó al oír esas palabras, sería decir una mentira. Todo este tiempo había
querido anular de su mente el asunto de su matrimonio arreglado, quería pensar
que era una mentira, que no pasaría, sin embargo, ahora era el asunto era
demasiado real como para seguir negándolo. Aparte de no amar a su prometida, el
hecho que más le preocupaba era qué pasaría ahora con Jaejoong. Él ahora se
sentía muy bien con su compañía, ¿Tendría que dejarlo ir para casarse con esa
mujer?
—Me alegra ver a una pareja tan
ideal. —El Rey interrumpió sus pensamientos y se acercó a ellos, colocando una
mano en la espalda de la chica y otra en la espalda de Yunho, mostrándoles
luego una inmensa sonrisa, que a Yunho le pareció más de advertencia que de
complacencia. —En una semana llegara el gran día, por lo tanto hay que dejar
listo hasta el más mínimo detalle. ¡Ah! Pero no se preocupen, yo mismo me
ocupare de todo junto a la doncella Go Ara, para que por supuesto tú, Yunho,
puedas encargarte de nuestros asuntos… pendientes. —Dijo esto mientras apretaba
con fuerza la mano que estaba en la espalda de Yunho, como si le estuviera
amenazando con esa oración.
—Muchas gracias su alteza. De verdad
agradezco todo esto que hace por nosotros. —La joven sonrió y miró a Yunho
esperando que este también agradeciera la ayuda, sin embargo Yunho no dijo nada,
y tan solo inclinó un poco la cabeza, no queriendo soltar ni una palabra de
gratitud por la aparente “benevolencia” de su Rey.
A continuación, todos los tres
ingresaron al castillo, siendo seguidos por los demás acompañantes y sirvientes,
que llevaban consigo las cosas que la doncella había traído. Antes de entrar
por completo, Yunho levantó su rostro hacia su ventana, observando a Jaejoong mirarlo
con un dejo de enojo, antes de darse media vuelta y desaparecer de su vista.
..
Estaba harto. Esto definitivamente
era como una tortura para él.
En el almuerzo que el Rey organizó
ese día, Yunho tuvo que presentarse ante los conocidos y parientes de la
doncella, mostrándose como el amoroso prometido que claramente no era. Había
tenido que además soportar charlas frívolas y felicitaciones vacías por su
“feliz” compromiso. Todo el asunto era
extremadamente tedioso, lo único que quería Yunho era irse de allí y llegar a
su cama junto a Jaejoong. Era lo único que deseaba hacer en esos momentos.
Cuando por fin encontró un espacio
para escabullirse en la tarde, Yunho no dudo en subir hasta su habitación y encerrarse
en ella lo más rápido que pudo. Suspiró contra su puerta y en cuanto se dio
medio vuelta, descubrió a un molesto Jaejoong sentado en el alfeizar de la
ventana, mirando con su ceño fruncido hacia el exterior.
Oh Dios, era obvio que estaba
enojado. Yunho exhaló aire antes de enfrentarlo. —Ya regrese. —Le dijo
esperando ver cuál sería su reacción.
Jaejoong no pareció sorprenderse
ante la inesperada entrada del Coronel. —Te casaras con ella. —De la nada
afirmó, sonando tanto disgustado como triste.
El más alto tardo un instante en
responder. —Es mi deber. —Dijo extremadamente resignado.
—¿Es tu deber así como es tu deber
destruir el bosque?
—¿Cómo? ¿Por qué me preguntas esto
ahora?
—¿Por qué es tu deber Yunho? ¿Por
qué te empeñas en hacer lo que el Rey te dice?
Jaejoong suspiró profundo y regresó
su vista a la ventana, cuando se dio cuenta que si no se calmaba perdería los
estribos. Él sabía desde hacía tiempo, que el Rey era el principal actor detrás
de todo lo que hacia el Coronel. Yunho no actuaba por convicción propia,
actuaba porque el Rey se lo imponía. Al parecer la obligación que el Coronel
tenía con la realeza era más importante que otra cosa en su vida.
Sin embargo, también había
descubierto que las estrategias que supuestamente Yunho había planeado para
atacar el bosque no llevaban a nada, y que había preferido salvar a su padre
por sobre los deseos del Rey. Eso parecía significar que Yunho tenía planes de revelársele
al Rey, sin embargo, ahora las cosas volvían a parecer actos de sumisión.
—Jaejoong, siempre he estado en este
reino. Mi abuelo y mi padre fueron generales del ejército, por lo tanto es mi
obligación seguir con su legado. —Fue lo que le dijo Yunho momentos después, al
verlo meditar por unos segundos.
—No porque tu familia lo haya hecho,
tú también lo tienes que hacer.
—Son cosas de humanos Jaejoong.
—¿Entonces mataras a mi familia y a mi
bosque por tu deber? —Jaejoong le preguntó con la voz casi quebrada. Sus ojos
se llenaron de lágrimas, pero Jaejoong intentó no dejar que salieran. —¿Tu vas
a continuar con la misión que te encomendó el Rey, no es así? —Le volvió a
preguntar con un dejo de ansiedad en su boca. Quería quitarse la duda, quería
saber la verdad. Quería ver si de verdad podía… podía mirar a Yunho con otros
ojos, puesto que las intenciones que este tenía de destruir su hogar, lo
estaban alejando de lo que estaba comenzando a sentir por él.
—No lo sé Jaejoong. Hace unas
semanas lo único que quería era destruir ese bosque, era mi único objetivo, sin
embargo ahora… el tenerte aquí conmigo… yo… —Yunho bajó su cabeza, no
encontrando las palabras correctas para explicarse. —Quizás lo único que pueda
prometerte es mantener el bienestar tuyo y el de tu familia.
—Pero Yunho, no comprendes. —Jaejoong
suspiró cansado. —El bosque es mi esencia, si muere yo moriré con él.
El Coronel arrugó el rostro. —¿Qué?
—La única razón por la que existimos
mi familia y yo es para gobernar el bosque. Si desaparece, nosotros ya no
tendremos razón de existir, por lo que desapareceremos con él.
“No puede ser” Yunho negó en su cabeza.
¿Si destruía el bosque eso significaba que Jaejoong moriría y desaparecería de
su vista para siempre? No, no quería pensar eso. No quería pensar ni siquiera
en la posibilidad de perder a Jaejoong. Recordó que alguna vez egoístamente
pensó que si quizá destruía el bosque, Jaejoong ya no tendría a donde ir y se
quedaría con él, pero ahora sabiendo que el bosque y Jaejoong era prácticamente
uno mismo, ese pensamiento estúpido ya no tenía validez. Lo perdería por su
orgullo y sus ínfulas de poder. Así que, por mucho que se resistiera, debía
tomar una decisión antes de que fuera demasiado tarde. —Debes regresar al
bosque. Debes regresar con tu familia.
—¿Eh? —Jaejoong abrió sus ojos.
—¡¡¡Amor!!!
—La voz de Go Ara de repente se escuchó detrás de la puerta, interrumpiendo
su conversación. —¿Estás ahí? Mis padres
y los invitados te están esperando.
Yunho soltó un quejido fastidiado,
molesto de la impertinencia de esa mujer. —En un momento bajo. Espérame allí.
—Le dijo lo más sereno que pudo, escuchando un breve “De acuerdo” en respuesta.
Volteó a mirar el rostro de Jaejoong, el cual parecía volver a esa
inconfundible expresión de celos. —Ve, ella te está esperando. —Le dijo y se
dio media vuelta para alejarse, pero Yunho logró retenerlo entre sus brazos.
—No quiero ir con ella. Quiero estar
contigo.
—¿Qué? —Jaejoong refunfuñó. —No me
utilices para engañarla. Es obvio que te casaras con ella, por lo tanto yo no
tengo nada que hacer aquí.
—No es eso Jaejoong. Yo no la amo.
—¿Si no la amas porque…?
Jaejoong no alcanzó a completar su
pregunta, porque Yunho lo besó de manera intensa, envolviéndolo en su abrazo,
trasportándolo de un jalón a la cama. Todo sucedió tan rápido que incluso ya se
encontraban sin ropa, comiéndose a besos como si la anterior discusión no
hubiera tenido lugar. Jaejoong no pudo evitar reprocharse en su mente por ser
tan débil y dejarse engatusar tan fácil de Yunho. Tal vez era el único que al
fin había podido domarlo.
—Jaejoong-ah… —Yunho jadeó cuando se
separó de sus labios. Su respiración era incontrolable. —Tú eres el único con
el que quiero estar. Ella no importa, solo tú.
—No me importa eso. Tú me utilizas
para engañarla y…
—¿Entonces quieres que vaya con
ella? ¿Quieres que le haga el amor a ella?
El pelinegro se mordió los labios.
—No… —Respondió entre dientes.
—¿Qué deseas entonces?
Jaejoong siguió sin responder, por
lo que Yunho tomó eso como una señal de que podía proseguir, y se dispuso
entonces a besar cada centímetro de la piel expuesta del menor. Jaejoong quiso
resistirse, enserio estaba dando todo de sí para no caer ante los encantos
varoniles del Coronel, sin embargo su cuerpo lo traicionó en un santiamén y
antes de que lo pudiera evitar, ya estaba enredado entre las sabanas siendo
penetrado por el cuerpo fuerte del moreno. Ni siquiera importaba que a Yunho lo
estuvieran esperando abajo en el comedor real, las ganas de estar juntos
sobrepaso cualquier obligación.
Sobrepaso cualquier discusión que
aun no había terminado de resolverse.
—¿Por qué no bajara?
Go Ara se preguntó por enésima vez
al mirar las escaleras y ver que Yunho no había bajado por ellas. Ya hasta la
mayoría de invitados se habían ido a descansar, debido a que el anfitrión
especial había decidido irse más temprano de la celebración. Algo enojada, Go
Ara fue de nuevo a la habitación, queriendo averiguar qué tan importante era
eso que hacia Yunho, como para no bajar a su cena.
Cuando de nuevo estuvo al frente de
la puerta de la habitación, la golpeo con delicadeza, nadie le respondió. Lo
hizo otra vez pero seguía sin recibir respuesta. Exasperada, Go Ara tomo la
manija y la giro, abriendo la puerta tan solo unos cuantos centímetros. De
inmediato, una serie de gemidos se escuchó del otro lado, acompañado de otros
sonidos como choques de cuerpos y el rechinar de una cama, los cuales pusieron
en alerta la mente de la doncella.
¿Qué estaba sucediendo?
Preocupada, la chica agudizó más su
oído y pudo reconocer que una de las voces era la del Coronel, sonando como
nunca antes lo había escuchado. Estaba jadeando, eso era seguro, extasiado como
si estuviera haciendo la cosa más placentera del mundo. Pero esa no era la
única voz que se escuchaba. Acompañado de esta, otra voz más aguda también
estaba gimiendo al unisonó.
A Go Ara casi se le fue el aliento
al sospechar que era lo que estaba sucediendo.
“¿Sera
que…?”
Decidida a acabar con sus dudas, la doncella
abrió la puerta y entró en la habitación, quedándose helada en el centro de
esta al comprobar sus sospechas: En la cama, su prometido estaba metido entre
las cobijas, besando desesperadamente a un chico debajo de él mientras lo
penetraba con fuerza. Sus cuerpos sudando y su pelo despeinado era un indicio
que lo habían estado haciendo desde hacía un buen rato. Incluso, estaban tan
metidos en el acto, que ni siquiera se dieron cuenta de la presencia de la
mujer.
Dentro de su shock, Go Ara se movió
un poco para ver quién era la persona que descaradamente se había atrevido a
meterse con su prometido. Aquella persona… ese chico… el descubrimiento de que ese
chico era aquel sirviente que la ultima vez le había dado mala espina, casi
hizo a Go Ara irse para atrás.
—¡¡¡¿Qué está sucediendo aquí?!!!
La chica gritó furibunda, y Yunho y
Jaejoong de inmediato la voltearon a ver, luciendo entre sorprendidos y
asustados por la repentina aparición de la mujer.
Ahora verdaderamente estarían en
problemas.
..
Nota: Esta escena continuara....
Bueno, después de casi un mes al fin traigo el capitulo 8 de este fic. Como les dije al principio, este es un fic de 10 capitulos asi que ya solo quedan dos capítulos para finalizar. Digan en los comentarios que les parecio.
Nos vemos en la próxima actu.
Q bueno a volviste...esta muy buena la historia y aquí seguimos pendiente de su continuidad...
ResponderBorrarVaya q Yunho esta enamoradisimo de Jae aunque no sepa explicar sus sentimientos al igual q Jae...ay esa Go Ara...siempre rs la bruja mala del cuento...como me cae gorda...mira q llegar a interrumpir el lemon yunjae...y como Yunho no cierra con llave sabiendo q tiene a Jae de contrabando????
Yunho es estupido xD todo el mundo siempre le abre la puerta.
BorrarJajajaja en serio q si....lo amo..pero es bastante tonto x lo regular...jajaja...gracias x seguir xon la historia...no te desanimes aquí estaremos echandote porras
Borrar¿Yo me pregunto, cuando aprenderán a poner llave a las puertas, y por que hay gente tan chismosa, entrando a las habitaciones sin permiso?
ResponderBorrarQue bueno que volviste, esta es una de mis historias favoritas... Se quedo muy emocionante, gracias por actualizar.
OMG!! los pillaron entregando su amor la tonta de Go Ara metes sus narices en donde no la llaman. Gracias x volver y a ver actualizodo esta gran historia.
ResponderBorrarEs una pena que hayan sido descubierto ahora que problemas tendran ya que Go Ara los vio que pasara con ellos principalmente con Jaejoong esta muy emocionante el capitulo esperare con ansias el siguiente
ResponderBorrarQue bueno que esa mujer se a dado cuenta de que Yunho esta con Jae y sepa que no la ama a ella pues el ya tiene a Jae y que le importa mas el que esa ridicula boda de ellos pues a el se la estan inponiendo y no tiene interes en ĺlevarla acavo asi es que mas le vale que se resigne a que no sera la esposa de Yunho pues el ya tiene pareja a quien amar
ResponderBorrarGrqcias
Omg muchas gracias por el capitulo ❤❤❤❤❤❤
ResponderBorrar:( el rey tiene tanto poder que puede acabar con Jae y Yunho en un abrir y cerrar de ojos :(
Como se les ocurre hacerlo con la puerta abierta 😂 , lo peor go ara los encontro en pleno 😂
Esa bruja que planeara ahora que lo sabe todo :(
❤❤❤💚💚💚💚💚💚
Que bueno que esta,que va a pasar con el Yunjae....gracias ❤
ResponderBorrarGo Ara porque interrumpes a la fogosa pareja!!! <.< ...jejeje
ResponderBorrarQue horror!! Ahora ese bosque por nada debe desaparecer, JaeJoong y su familia están en peligro TT.TT