Capitulo V: —Es que me rompieron el corazón…
Y duele mucho.
El
sol estaba golpeando fuerte. Jaejoong se sentó en una esquina de la calle al
estar completamente deshidrato por el calor que estaba haciendo. No tenía que
beber, así que utilizo unas monedas que había acabado de conseguir para
comprarse una botella de agua. Después las repondría, Jaejoong pensó, no podía
darse el lujo de gastar dinero si al final del día tenía que responder con una
buena cantidad a su jefe.
Se
quedo mirando un rato a los transeúntes pasar su vida por las calles y luego
dirigió su vista a la otra acera, la calle que el otro bando ya había tomado como
suya. Vio a Yunho junto a Changmin quienes estaban intentando vender a los
conductores unos caramelos de chocolate. Jaejoong se quedo observando al mayor,
recordando aquella historia de la noche anterior. Realmente debía ser duro para
Yunho perder a su familia y estar ahora tratando de subsistir solo en las
calles. Para él, a diferencia de Yunho, era fácil. Él nunca había tenido
padres, por lo que nunca había probado la calidez de un hogar. Se preguntó que
era mejor: Haber sentido el amor y perderlo, o no haberlo sentido nunca.
Quizá
la segunda opción era más fácil de sobrellevar.
A
continuación, Jaejoong vio a Yunho tomar una botella de agua y verterla casi
toda sobre su cuerpo, muy probablemente por el bochorno que estaba haciendo.
Los pensamientos de Jaejoong se enfocaron ahora en el cuerpo de Yunho mojado
tanto por el agua como por el sudor. No pudo evitar morderse los labios ante la
imagen.
A
decir verdad, él no pensaba que Yunho fuera alguien apuesto: Tenía los dientes
torcidos, los cachetes un poco grandes y los ojos pequeños. Sin embargo había
algo que lo hacía parecer atrayente. Quizá era su altura, o su piel morena
bronceada o el lunar arriba de su labio. Quizá eran esos ojos que parecían
atravesarte cuando te miraban con atención. No lo sabía, pero pese a sus
defectos y su noble personalidad, Yunho emanaba un sex appeal que era difícil de explicar. Jaejoong se llevo una mano
a la entrepierna, sintiendo ahora una atracción extraña que no había sentido en
todo este tiempo que había estado hablando con Yunho.
Esto
podía ser problemático.
―¡¡Oiga,
¿Qué le pasa?!!
Jaejoong
escuchó a Yunho reclamarle a un hombre en un auto último modelo quien le había
arrojado muy groseramente los caramelos a la cara. Para Jaejoong ese tipo de
comportamientos despectivos no eran para nada ajenos. De hecho él ya estaba
acostumbrado; la gente normalmente era grosera, peyorativa e indiferente con la
presencia de un niño de la calle. Muchas
veces se había tenido que aguantar insultos o apatía por parte de las personas.
Se había habituado a eso, y probablemente para Yunho y Changmin las cosas eran
iguales.
―Yo
no tengo porque soportar a dos limosneros que vengan a molestarme con sus
problemas. ―El hombre arremetió, sin importarle ni un poco que ambos chicos
fueran menores de edad.
―Solo
estamos tratando de trabajar honradamente, no tiene porque tratarnos así. Si no
quiere que le ofrezcamos, simplemente puede decir que no. ―Yunho se defendió.
―¿Y
porque creen que ustedes se merecen algo de mi cortesía? Solo son mendigos de
la calle.
―Somos
personas también.
―Como
sea. ―El hombre se coloco unas gafas oscuras y subió la ventana de su coche.
―Muertos de hambre inmundos. ―Les escupió y cuando arrancó para seguir con su
camino, Yunho le pateo una de las llantas delanteras del coche, haciendo una
rotura en el rin de esta. Enfurecido, el hombre dio media vuelta y sin
importarle nada, le mandó el carro a Yunho por encima, provocando que el cuerpo
de este se elevara, rodara por el capo y cayera con fuerza al piso. En seguida
los chicos de su pandilla se aglomeraron para socorrerlo, y Jaejoong se levanto
del andén, totalmente alarmado.
―¿Estás
bien? ¿Estás bien? ―Todos le preguntaron al mismo tiempo.
Yunho
se toco la cabeza. ―Creo… ―Dijo con una mueca. ―No es nada. Ese estúpido ni
siquiera sabe como atropellar a alguien. ―Bromeó para que los demás no se
angustiaran, aunque no pudiera negar sentir dolor en sus piernas y en su
espalda baja. Realmente si se había lastimado.
―Hyung,
¿Quieres ir a un hospital? ―Le preguntó Changmin preocupado.
―No
tenemos dinero para eso pequeño, solo déjenme descansar. Ya se me pasara.
Siendo
alzado por sus compañeros, Jaejoong vio como los muchachos llevaban a Yunho
hasta un callejón y lo dejaban recostado en el ángulo entre la pared y el
suelo. Escuchó unos murmullos a su lado, oyendo como sus compañeros de pandilla
se burlaban de lo que le había pasado a Yunho. Le dio unas ganas inmensas de
callarlos.
―Mira
Jae, ―Se le acercó Kangin. ―A tu amorcito le pasó un carro encima, ¿Por qué no
vas a consentirlo? Quizás puedas convertirte en su enfermera. ―Kangin se burlo
de él y Jaejoong le otorgo una mirada dura, devolviendo su mirada hacia donde
estaba Yunho. Un muchacho (Probablemente amigo de Yunho) le estaba acariciando
la cabeza, como si lo estuviera consolando por lo sucedido. Jaejoong apretó la
boca por la escena.
Un
sentimiento de celos muy parecido al que sentía cuando alguien se le acercaba a
su jefe, se le poso en el corazón.
―¿Estás
bien?
Jaejoong
le preguntó a Yunho alrededor de media hora después del accidente, cuando todos
regresaron a sus actividades habituales. Yunho, quien había estado con los ojos
cerrados contra la pared, se despertó de inmediato al escuchar su voz. Era como
si lo hubiera estado esperando.
―Algo…
¡Ah! ―Yunho emitió un gemido al intentar sentarse correctamente. ―Quizás me
duela unos cuantos días pero no es nada. Estaré bien.
Jaejoong
asintió y se sentó al lado de Yunho, mirándolo con atención. Había algo en el
rostro de este que aunque quisiera decir que lo que había sucedido no había
sido gran cosa, la verdad era que si le importaba. Estaba como resentido,
irritado. Como decepcionado del mundo.
Jaejoong
tomo su mano, acariciándola por unos segundos. ―Estas enojado. ―Le dijo.
Yunho
frunció las cejas. ―No lo estoy.
―Sí,
se puede ver en tu mirada.
―No.
―Yunho negó y luego suspiró profundo. ―Solo es que me hierve la sangre cuando
la gente piensa que somos menos humanos por vivir en estas condiciones. La
gente piensa que tiene el derecho de insultarnos y trapear el piso con
nosotros. Nadie quiere vivir así, solo es lo que nos toca.
―Tranquilo,
te acostumbraras con el tiempo. Yo ya estoy acostumbrado.
―Nadie
se tiene porque acostumbrar a esto.
―Si
lo has experimentado desde que naciste, si. Ya ni siquiera me importa.
Yunho
se quedo callado ante las palabras de Jaejoong. Era muy triste que Jae pensara
que no merecía respeto, y utilizara el argumento que como las cosas siempre
habían sido así, las aceptaría sin renegar. Y aunque Jaejoong dijera que no le
importara y se hiciera el fuerte por su situación, Yunho presentía que eso no
era del todo cierto. Presentía que en realidad Jaejoong sufría mucho por la
vida que le había tocado.
―Ven.
―Yunho extendió su brazo para que Jaejoong se acercara a él. ―Tienes razón,
estoy enojado, pero que estés aquí conmigo hace que todo sea mejor. ―Le abrazó
con firmeza y Jaejoong se incomodo un poco al sentir como el cuerpo de Yunho lo
apretó con amor. La respiración caliente del moreno se sintió en su oreja.
Jaejoong tuvo deseos de apartarse.
―Yunho,
suelta… ―Cuando Jaejoong quiso alejarse de su abrazo, su rostro quedo a muy
pocos centímetros del de Yunho. Aquella atracción extraña que le dio cuando lo
vio con el agua correr por su cuerpo, volvió a él. Un calor penetrante se
instalo en su vientre bajo. Era claro que no podía dejar que aquellos
pensamientos lo envolvieran, debía alejarse lo más pronto posible. ―Yunho,
enserio, suelta.
Yunho
no le prestó atención a su petición y en cambio se quedo mirando un rato su
rostro, analizando sus facciones. Pese a que Jaejoong no se arreglara ni le
importara su apariencia, a Yunho le parecía más lindo que los cientos de
personas de mejor posición económica que veía día a día en la calle. Jaejoong
era un chico delgado, quizá demasiado debido a que su nutrición no era la más
adecuada. Tenía el cabello negro hasta la altura de la barbilla, tez blanca y
cejas pobladas la cual le daban una apariencia un tanto tosca. Algo desafiante.
Sus labios eran color durazno y sus ojos
grandes color negro. A Yunho se le hacía similar a alguien, aunque no sabía a
quién. ―Eres muy lindo, Jae… ¿Alguien te ha dicho eso? ―Yunho le susurró
mientras pasaba su pulgar por sus labios.
Jaejoong
alejo la mirada. ―No.
―Lo
eres, no sé porque te toco esta vida tan cruel.
―A
veces las cosas son así. A veces la vida es así.
―La
vida puede ser muy injusta. Más con las personas equivocadas.
―Lo
sé. ―Jae suspiró resignado.
―Pero
nos tenemos el uno al otro ¿Cierto?… ―Yunho dijo alentadoramente y luego tomo a
Jaejoong de la nuca con intención de acercarlo. Jaejoong pensó que Yunho
intentaría besarlo de nuevo, mas sin embargo lo que sucedió fue que Yunho acomodo
su cabeza sobre su pecho, permitiéndole escuchar su corazón. Jaejoong cerró los
ojos al sentir la agradable sensación de los latidos contra su oreja.. Esto era
muy pacifico. Sin esperar, Jaejoong rodeo con sus brazos el torso de Yunho y
Yunho a su vez, le comenzó a acariciar la cabeza.
A
pesar de que no estuvieran haciendo nada malo, este abrazo no solo se sentía
como algo amistoso. Se sentía romántico… como si estuvieran en una intimidad
extraña. El calor que emanaba el cuerpo de Yunho era reconfortante, muy
familiar; capaz de derretir hasta la más dura de las corazas. Jaejoong levantó
su rostro cuando sintió el corazón de Yunho latir más rápido y se quedo mirando
sus labios. “Un beso…” pensó en su
mente pero a centímetros de que algo mas pasara, súbitamente se detuvo.
La
imagen de su jefe se le paso por la cabeza.
―¡No!
―Jaejoong inesperadamente se alejó. ―Te dije que solo quería ser tu amigo.
Además, alguien nos puede ver. Alguien de tu bando o el mío... ―Advirtió
mirando a todas partes, aunque esa no fuera la única razón por la cual se
alejaba. La verdad no quería serle infiel a su jefe, no quería besar a Yunho sabiendo
que a quien realmente deseaba era a otro. Un sentimiento de culpabilidad lo
invadió de repente, nunca debió dejar que Yunho se acercara tanto.
Al
ver el disgusto reflejado en la expresión de Jaejoong, Yunho dejo ir su cuerpo,
cruzándose de brazos. No podía negar que se sintió molesto al ser rechazado.
¿Por qué Jaejoong jugaba de esa manera con él? ¿Por qué se dejaba consentir y
luego se apartaba? ―Lo siento, sé que aun no estás preparado para esto. ―Dijo
no evitando sonar un tanto frustrado.
Jaejoong
suspiró profundo. ―Lo mejor será que no lo intentes hacer de nuevo. Si mi jefe nos
llega a ver, me meteré en problemas. ―Argumentó como si quisiera poner una
excusa grave para impedirle volverlo a besar. No podía simplemente decirle que
no lo deseaba. Debía seguir con su juego de tira y afloja.
Yunho
se puso más irritado. ―¿Acaso tu jefe decide con quien debes estar?
―Yo
respeto las decisiones de mi jefe Yunho, más de lo que crees.
―Eso
no me contesta nada. Tu jefe no te debería prohibir a quien debes ver, además
si me preguntas, tú ni siquiera deberías darle todo el dinero que recoges al
terminar el día. Eso es injusto.
Al
escuchar eso Jaejoong no dudo en endurecer su expresión. Definitivamente no le gustaba
el tono que Yunho empleaba para referirse a su jefe. Yunho podía ser amable y
una muy buena persona, ¿Pero que se atreviera a hablar así de su jefe? No, eso
no se lo iba a permitir. ―Nadie te pidió tu opinión, y no quiero que te
refieras así de él.
―Es
un aprovechado.
―¡No
lo es!
―Lo
es, es obvio que solo los tiene para su beneficio.
―Al
menos él ha sido el único que me ha dado una oportunidad. Él pudo haber pasado
de mí y haberme dejado en la calle, al fin al cabo no era su obligación. Pero
no lo hizo. Él me ayudo, él me acobijo y lo mínimo que puedo hacer ahora para
agradecerle es pagarle con mi trabajo. ―Levantándose del suelo, Jaejoong
decidió irse antes de que dijera algo de lo que se pudiera arrepentir después.
No podía darse el lujo de que Yunho volviera a disgustarse con él, pero tampoco
seguiría escuchando tales idioteces. ―Tengo que irme a mi trabajo, espero que
te recuperes. Adiós. ―Indignado, Jaejoong se marchó, pisando fuerte cada paso
que daba.
Al
verlo alejarse, Yunho gruño con exasperación y golpeo su cabeza contra el muro,
sintiéndose incluso más enojado de lo que estaba hace unos minutos. Ese hombre,
el jefe de Jaejoong, realmente le estaba empezando a caer muy mal.
Demasiado
mal.
..
En
la madrugada, Jaejoong daba vueltas sobre su colchoneta, no pudiendo conciliar el
sueño. Sus pensamientos no lo dejaban olvidarse de Yuhno y las sensaciones que
comenzaba a sembrar él en él. Era ridículo, se suponía que no debía estar
trasnochándose por eso ¿Por qué le importaba tanto? ¿Por qué se enrojecía y abrazaba
a si mismo cada vez que recordaba el calor del tacto de Yunho? No podía negar
que su tacto no era placentero, y eso era lo que más lo tenía enconfitado. Él
no quería admitir que le gustaba cuando Yunho lo trataba cariñoso.
Jaejoong
se sentó en su colchoneta, prendiendo la lámpara de vela que estaba al lado de
su cama. Miró hacia su lado derecho: Junsu y Yoochun se encontraban envueltos
en sus cobijas ajenos a su insomnio. Miró entonces a su lado derecho,
encontrándose al pequeño Yunjae quien se había despertado debido a la luz. El
perrito, esponjado y blanco, se acerco a él y comenzó a lamerle los dedos
desnudos de sus pies.
Jaejoong
se rió por la sensación, sujetándolo por debajo de sus patas delanteras para
alzarlo a la altura de su cara. ―No entiendo Yunjae, no entiendo porque siento
esto. ―Dijo en un puchero.
El
perrito se le quedo mirando.
―Se
supone que él no me gusta… ¿Por qué entonces lo estoy comenzando a ver de otra…
manera?
Yunjae
saco su lengua para lamer la nariz de Jaejoong.
De
repente el portón principal de la casa sonó.
―¡El
jefe! ―Jaejoong dijo entusiasmado y el perrito empezó a gruñir.
Dejando
a Yunjae entre sus cobijas, Jaejoong salió como un resorte de su colchón y bajó
a toda velocidad las escaleras. Su insomnio no era solamente provocado por sus
pensamientos con respecto a Yunho, él por lo general no podía encontrar el
sueño si su jefe no llegaba a casa temprano. Está bien, lo sabía, sabía que era
ridículo preocuparse por su jefe el cual ya era un hombre adulto, sin embargo a
Jaejoong no dejaba de darle temor que su jefe estuviera solo en las calles a
esa hora.
Y
es que Jisung era un hombre que le gustaba el descontrol.
Todos
los fines de semana, sin falta, el jefe salía a gastarse el dinero que le traían
los chicos en alcohol, prostitutas y fiesta. Jaejoong la mayoría veces ignoraba
(o convenientemente ocultaba) la razón por la que su jefe llegaba en ese estado;
solo se mantenía despierto, esperándolo para corroborar que no le hubiera
pasado nada.
Cuando
Jaejoong llego a la planta baja de la casa, vio a su jefe ebrio hasta la medula
y gateando como si fuera un animal. Venia oliendo a cigarros y a sexo… pero eso
Jaejoong no lo pudo percibir.
—Jefe.
—Jaejoong se aproximó a su lado y lo ayudo a pararse.
El
jefe paso uno de sus brazos por sobre los hombros del chico. —Joongie ~—Susurró
totalmente ido.
—Vamos,
lo ayudare a irse a la cama.
Con
algo de dificultad, Jaejoong guió al hombre por las escaleras y cuando por fin
llegaron a la habitación de este, lo dejo caer sobre la cama, acomodándolo boca
arriba. Luego le quito los zapatos, la chaqueta y le coloco una cobija encima
para que no sintiera frio. Se sentó en el borde de la cama después,
debatiéndose si debía irse o quedarse por si acaso necesitaba algo más. Al ver
que el jefe tenia cerrados los ojos y que probablemente ya se había quedado dormido,
Jaejoong decidió que lo mejor era regresar a su cama, sin embargo, cuando iba a
levantarse, la mano del jefe sobre la suya le impidió su salida.
—Joongie~
¿A dónde vas?
Jaejoong
sonrió ante el tacto. —¿Me necesitas jefe?
—Si…
quiero que te quedes aquí.
Jaejoong
no pudo ocultar la felicidad en su cara. ¿Acaso estaba escuchando bien? —Está
bien, si usted me lo pide. Me quedare.
Unos
cuantos minutos transcurrieron después en donde ninguno de los dos hizo nada, más
que quedarse en la posición en la que estaban. Luego, recobrando un poco los
sentidos, el jefe levanto medio cuerpo y elevo su cobija, diciéndole a Jaejoong
que se acostara a su lado.
El
sonrojo de la cara de Jaejoong fue más que evidente. El jefe nunca le había
pedido algo así. —Si usted quiere. —Sin esperar, Jaejoong se acostó al lado de
jefe y coloco disimuladamente su mano sobre el pecho de este, sintiéndose como
si fuera su pareja. La emoción de Jaejoong creció al sentir como el jefe paso
el brazo por su espalda y ahora le acariciaba cariñosamente el pelo. Jaejoong
se sentía en el cielo, no quería que ese momento terminara. Pronto sus
pensamientos sobre Yunho quedaron relegados a un segundo plano.
—Joongie,
siempre has sido el mejor de todos. Eres mi chico más fiel. Él más especial. —El
jefe hablo de la nada, aun con sus ojos cerrados.
—Yo
te respeto mucho jefe. Yo te aprecio mucho.
—Yo
también te aprecio. —El jefe paso saliva. —Es por eso que nunca debes dejarme.
¿Dejarlo?
Eso ni siquiera entraba en discusión. ¿Cómo podría dejar al hombre que le había
dado asilo y del cual además estaba enamorado? No, ni en sus más locos sueños
pensaría dejarlo. La única forma que lo haría sería si muriera. En vida nunca
se iría de su lado. —No se preocupe por eso jefe. Yo nunca he pensando irme de
aquí.
—Eso
espero…
Diciendo
esto, el jefe se acomodo mejor y tomo con su mano libre el mentón de Jaejoong
haciendo que lo mirara, Jaejoong se sintió enrojecer por la acción. ¿Acaso su
jefe tendría pensado hacer algo con él? ¿El alcohol lo hacía comportarse de esa
manera? —¿Cómo te ha… ido con tu… amorcito? —El jefe se rió. —Ese…chico… Yunho.
Jaejoong
se mordió los labios. ¿Por qué mencionaba a Yunho en este momento? —Bien. Hice
lo que me dijo y él parece confiar de nuevo en mí.
—¿Él
está de nuevo… enamorado de ti?
—…Si.
Eso creo.
El
jefe se volvió a reír.
—¿Por
qué me pregunta sobre Yunho? —Jaejoong inquirió. Quizá el jefe estaba… no, eso
era ridículo. ¿El jefe estaría celoso?
—Solo
quiero… saber cómo va… nuestro plan…
—Oh.
—Jaejoong dijo algo desanimado. —Tampoco se tiene que preocupar por eso, jefe.
Yo le dije que estoy comprometido y no me importa lo que tengo que hacer para asegurar
el bienestar de nuestra pandilla.
Ante
eso, el jefe se rió y lo abrazó fuerte. Jaejoong sintió entonces como el hombre
lo acaricio de arriba abajo, tocándolo. Jaejoong estuvo convencido de que algo
raro estaba pasando ahí, por lo tanto, aprovechando el ambiente, tomo impulso y
se coloco encima del jefe, posicionando sus piernas a cada lado. Si el jefe
estuviera sobrio, Jaejoong lo habría pensado dos veces antes de hacer ese
movimiento, sin embargo ya que él hombre estaba ido y muy cooperador, decidió
no dejar pasar esta oportunidad.
Era
hoy o nunca.
—Jefe…
—Jaejoong musitó bajito, hablando de manera seductora. —Yo lo quiero mucho.
El
jefe arrugó el rostro al ver a Jaejoong tan cerca de él. ¿Y ahora que le había
dado a este muchacho? —¿Qué pasa… Joongie? —Canturreó en un tono gracioso, como
si se estuviera burlando de él.
—Yo…
Jaejoong
se quedo un segundo quieto. Miro los labios del mayor, sintiendo una punzada en
su abdomen bajo. Se lamio sus propios labios y recordó que ya no era virgen de
labios. Bueno, al menos eso le daba un poco de valor para intentar lo que haría
a continuación. Acercándose a la cara de su jefe, Jaejoong se detuvo a unos
pocos centímetros y saco su lengua, como si lo estuviera tentando.
El
jefe también saco su lengua y Jaejoong aprovecho esto para lamerla con la suya.
El jefe hizo una mueca extraña. —¡Joongie! —Le reclamó entre enojado y
divertido.
Sonriendo,
Jaejoong saco de nuevo la lengua y lamio los labios de su jefe como si fuera un
animal. El mayor abrió su boca y atrapo con sus labios la lengua juguetona,
haciendo que ambos se adentraran en un profundo beso. Era un beso extraño,
hambriento y desordenado, rayando en lo grotesco. La boca del jefe sabía a
trago y cigarros, y a Jaejoong no le importaba, con solo besar sus labios se
sentía como si fuera el beso más romántico del mundo. A diferencia de sus pocos
besos con Yunho, los cuales habían sido castos e inocentes, este beso era
diferente. Era húmedo y sexual. Era muy prohibido.
Jaejoong
no pudo seguir besando más a su jefe porque sintió como este alejó su boca y
soltó una gran carcajada, como si estuviera entretenido por la situación.
Jaejoong arrugo el entrecejo.
—Gracias
por… hacerme reír. —El jefe de la nada dijo.
—¿Eh?
—Jaejoong se sintió perdido. —Jefe, no te entiendo. Yo te beso, porque…—Jaejoong
paso saliva y tomo fuerzas para confesar lo que hace mucho tiempo había
guardado. —Yo lo amo… Yo estoy enamorado de usted.
El
jefe abrió los ojos como platos. La habitación quedo en silencio. Jaejoong
pensó que el jefe se quedaría callado o simplemente tomaría con aprecio sus
palabras, sin embargo lo que paso después fue que el jefe estallo en carcajadas,
como si le causara gracia esa confesión.
—¿Qué
dices Joongie? ¿Estás enamorado de mí?
—S-si.
—Jaejoong respondió inseguro. ¿Por qué al hombre le daba risa?
—Bien,
bien. ¿Y que estas esperando ahora? ¿Qué te diga que también te amo? Que iluso
eres…
Las
palabras fueron como una daga a su corazón. —¿Qué?
—Mírate
Jaejoong, no eres más que un pobre niño callejero. ¿Por qué crees que alguien
como yo sé enamoraría de un niñato como tú?
—Bueno,
es que yo… —Jaejoong entro en pánico, no sabía que responder.
—No
tienes familia, no tienes dinero, ni siquiera eres tan lindo. Eres un
pordiosero sin nada que esperar. Yo me acuesto con mujeres de verdad, no con
chicos como tú.
Jaejoong
sintió literalmente como alguien le arrancaba el corazón del pecho y lo pisaba
con sus zapatos. ¿Por qué su jefe lo estaba tratando tan cruel? ¿Acaso no le
importaban ni un poco sus sentimientos? Jaejoong pensaba que el jefe lo
apreciaba. Bueno, quizás se había equivocado. —Pensé que usted entendería.
—Pues
pensaste mal, yo nunca me enamoraría de ti. Es ridículo que si quiera lo
hubieras pensado. ¡Y quítate de encima! Me estas incomodando. —Empujándolo de
una manera poco gentil, el jefe alejo a Jaejoong de su cuerpo. Luego con su
mano retiro con brusquedad la saliva que había quedado en sus labios, mostrando
asco. —Joongie… realmente eres muy estúpido.
A
Jaejoong se le aguaron los ojos.
—En
vez de estar imaginando fantasías, deberías pensar en una manera de desterrar
al otro bando. Deberías pensar en cómo estar con ese Yunho, en vez de yo. Y yo
te recomendaría que aprendieras a besar, no lo vayas a asustar con uno de tus
besos. —El jefe se volvió a partir de risa y se recostó sobre la cama.
Ese
hombre definitivamente era un insensible.
Sin
poder soportarlo mas, Jaejoong salió corriendo de la habitación, no queriendo
que su jefe lo viera llorar. Si lo veía, seguramente se seguiría burlando de
él. Llegando a la habitación compartida con sus otros compañeros, Jaejoong se
recostó en el marco de la puerta. Su pecho le estaba doliendo, sus ojos
ardiendo. Vaya, así que así se sentía cuando te rompían el corazón. Siendo
sincero nunca pensó en confesársele al jefe, pero si lo hacía, pensaba que el
hombre lo tomaría con más cuidado, nada como esto. Las palabras de su “querido”
jefe habían sido más crueles de lo que hubiera imaginado. Realmente lo había
hecho sentir como una cucaracha que ansiaba ser un león.
Y
ahora se sentía tan… desdichado.
Necesitaba
consuelo. Necesitaba estar con alguien que lo valorara.
Cambiando
de dirección, Jaejoong se dirigió a la salida, sin importarle que fuera de
madrugada y por consiguiente, peligroso en las calles. Él ya no le importaba
nada, solo quería el abrazo amoroso de alguien.
De
alguien que de verdad lo amara.
..
—Yunho,
despierta. Levántate…
El
moreno oyó a la distancia. Una mano le sacudió el hombro.
—Yunho
despierta.
Él
seguía sin moverse.
—¡¡Yunho
despierta!!
El
más joven gritó en su oído provocando que Yunho se levantara asustado. En la oscuridad
vio el rostro de su pequeño Changmin, quien estaba encima de él. Yunho volteo a
ver la hora en el reloj de mesa: Eran las tres de la madrugada. —Changmin, vete
a dormir. ¿Qué haces molestando a esta hora? —Le dijo fastidiado.
—Alguien
está golpeando la ventana.
—Ignóralo,
quizás solo sea el viento.
—Creo
que es alguien. Creo que es ese chico Jaejoo…
Sin
dejarlo terminar, Changmin sintió como Yunho saltaba de la cama e iba hacia la ventana.
El más joven se cruzo de brazos al notar cómo lo único que hacía a Yunho salir
de su cama era Jaejoong. ¿Acaso podía ser más obvio?
Sin
esperar, Yunho abrió la ventana y saco la cabeza por esta. Y en efecto,
Jaejoong se encontraba en la calle lanzando pequeñas piedras contra la ventana.
A Yunho le invadió la preocupación. —¡¿Qué estás haciendo ahí?!
Jaejoong
levanto el rostro.—¿Puedo subir? —Preguntó con suavidad.
—¡Sube
antes de que te pase algo!
Teniendo
su aprobación, Jaejoong subió por las escaleras de metal y se adentro en la
habitación, siendo recibido por las manos cálidas de Yunho. Changmin, al ver
que su hyung se pondría “sensible”, se devolvió a su cama y se envolvió dentro
de las cobijas; no quería ser testigo de ese momento cursi.
—¿Por
qué sales a esta hora? ¿Cuántas veces te tengo que decir que es peligroso?
Yunho
le preguntó más sin embargo Jaejoong no ofreció respuesta. Solo se quedo
callado, mirando a algún punto en el piso. Cuándo Yunho tomo su rostro e hizo
que lo mirara, pudo ver como los ojos de Jaejoong estaban húmedos, su semblante
lleno de tristeza. —¿Qué sucede? —Le dijo al sentir también como su corazón se partía
con la mirada. A él verdaderamente no le gustaba ver sufrir a Jaejoong.
—¿Crees
que no valgo nada?
—¿Qué?
—¿Crees
que soy un estorbo?
Yunho
no podía comprender el porqué Jaejoong le estaba haciendo preguntas tan venidas
de la nada. —¿Crees que no eres valioso Jaejoong?
—Tal
vez. —Jaejoong bajo su vista. —Solo soy alguien de la calle, sin una familia ni
futuro. Yo no valgo nada.
—No
es así. Tú eres una persona, y por lo tanto, vales mucho.
Jaejoong
sonrío sin ganas. —Ese argumento no tiene sentido en el mundo real. Hay
personas que valen mucho más que otras. Hay personas que nacen para ser
estrellas y otros para pasar sin dejar nada importante atrás. Yo soy una de
ellas.
—No,
no pienses así. ¿Acaso alguien te dijo que no valías?
Jaejoong
cerró sus ojos, recordando las palabras de su jefe.
¿Por qué crees que alguien como yo sé
enamoraría de un niñato como tú?
No tienes familia, no tienes dinero, ni
siquiera eres tan lindo.
¿Y que estas esperando ahora? ¿Qué te
diga que también te amo? Que iluso eres…
Joongie… realmente eres muy estúpido.
Pronto
sus ojos se inundaron de agua.
—Escúchame,
Quien te haya dicho eso, si ese es el caso, es un idiota. Tú eres muy valioso
Jaejoong. Eres inteligente, eres agradable, eres astuto, eres… —Yunho acuno el
rostro de Jaejoong. —Muy lindo.
—Tú
no me conoces. —Jaejoong lo interrumpió. Era cierto, Yunho no lo conocía en
absoluto. Conocía lo que había decidido mostrarle de él, sin embargo, sus
verdaderas intenciones no las conocía. —Yo soy peor de lo que crees.
—No,
tú eres maravilloso.
—Deja
de decir eso.
—¿Por
qué? ¿Piensas que porque eres de la calle no tienes valor?
—No
se trata de eso. —Jaejoong desvió la mirada. —No soy tan honesto como crees.
—¿Cómo?
¿Acaso hay algo que me has ocultado?
Ante
la pregunta, Jaejoong miro los ojos de Yunho, teniendo el impulso de contarle
la verdad. Quizá Yunho entendería… o quizá lo odiaría para siempre. No, no
necesitaba más problemas. Yunho no tenia porque enterarse, era mejor que las
cosas se quedaran así. —No me hagas caso. —Jaejoong se aparto de él. —Solo
estoy diciendo estupideces. Como siempre lo hago. Incluso ahora te vine a
molestar solo por una estupidez mía…
Joongie… realmente eres muy estúpido.
—Yo
no creo que lo que digas son estupideces. A mi realmente me importa lo que
dices.
—¡Por
dios, deja de alabarme así! ¡¿Por qué piensas que soy perfecto?!
Yunho
se acerco. —Porque me gustas mucho.
El
rostro de Jaejoong enrojeció. —Pues tú no me gustas a mí. —Dijo y miro la cara
de Yunho. Este se encontraba serio. Recordó entonces como su jefe se había
burlado al abrir su corazón, y meditó que sería un maldito hipócrita si también
hería los sentimientos de Yunho. —Es decir… —Jaejoong se mordió la lengua. —No sé
si me gustas. —Quiso sonar un poco más ambiguo.
—Lo
sé, sé que tienes miedo. Y yo no espero que aceptes con totalidad mis
sentimientos. Como te lo dije, yo seré tu amigo.
Jaejoong
ahora no sabía que carajos quería. ¿Para qué había venido aquí en primer lugar?
¿No era para recibir un poco de amor de este chico? —No se tampoco si quiero
ser tu amigo. Yo no sé lo que quiero.
Yunho
suspiró. Jaejoong podía ser bastante contradictorio. —Ok, ¿Entonces qué esperas
que haga?
De
la nada a Jaejoong se le salieron unas lágrimas, en conflicto con su propio
corazón. El que su jefe le hubiera derrumbado en un segundo su ilusión de amor
lo tenía confundido, lo tenía en shock. Tal vez era por eso que no podía
aclarar su mente. —Soy patético. —Jaejoong sollozo. —¿Por qué creí… que él me
amaría? —Susurró como si Yunho no estuviera ahí.
—¿Qué?
¿De qué estás hablando?
—Que
el amor es una mierda.
¿Ahora
le hablaba de amor? —¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué no me lo dices?
Jaejoong
detuvo sus lágrimas, deseando exteriorizar lo que martirizaba su alma. —Es que
me rompieron el corazón.
Yunho
se quedo callado.
—Y
duele mucho.
Jaejoong
se acerco unos pasos y Yunho por inercia lo recibió en un abrazo. No entendía
muy bien a que se quería referir Jaejoong, ¿Acaso estaba enamorado de alguien
más? Yunho quiso averiguarlo pero decidió que lo mejor era no hacerlo. Por lo
menos no por el momento. Solo lo consolaría hasta que dejara de llorar. Jaejoong
se dejo envolver por los brazos del más alto y coloco su cabeza en el hombro de
este, sintiendo un alivio inmenso. Ahora se sentía más tranquilo, revitalizado,
como si Yunho le hubiera trasladado energía a través de su cuerpo.
—Gracias.
—Gimoteo sobre su hombro. —Gracias por escucharme.
—De
nada… para eso estamos los amigos ¿No?
Yunho
dijo con una expresión casi resignada y Jaejoong sonrió agridulce, volviendo a
abrazar su cuerpo.
Los
minutos pasaron mientras ellos seguían abrazándose. La quietud del cuarto
llenando el espacio. Changmin, quien había estado bajo sus cobijas ajeno a toda
la situación, se aventuro a ojear cuando noto que ninguno de los dos había
vuelto a decir algo. Con sus manos retiro la cobija de su cara, dejándola a la
altura de su nariz. De pie, con la luna iluminándolos, vio a su hyung y a Jaejoong
abrazándose en medio de la habitación. La imagen hizo enrojecer fuertemente las
mejillas del pequeño.
Tapándose
de nuevo con la cobija, Changmin se refugió en su cama, sintiéndose algo
avergonzado por la situación.
..
Nota: Creo que este ha sido mi capitulo favorito hasta el momento. Me gusta escribir al jefe LOL y de hecho, èl es el eje central de este fic, ya veran despues como tomara mas protagonismo.
Dejen sus comentarios, siempre es necesario para escribir.
Dejen sus comentarios, siempre es necesario para escribir.
Pobre Jae como sufre pero ya debería dejar a su jefe que no le traerá nada bueno e irse a vivir co Yunjo y Min pues con ellos será feliz y tendrá una vida cómoda con el amor de Yunjo el sera tratado como rey y no como un mendigo como es tratado por su jefe espero y ya tomé la desicion y se valla a vivir con Yunjo de una buena ves
ResponderBorrarGracias
Espero que Jaejoong ya con esto que le paso con el jefe abra los ojos y vea que el jefe solo lo utiliza y que se vaya con Yunho encima es que ya está sintiendo cosas por el.
ResponderBorrarGracias por la actualización
Que asco con el jefe!!!
ResponderBorrarJae ya esta sintiendo cosas por yh...
Que bonito!!!
Ojala eso que le paso sirva para que abra los ojos!!
Por favor actualiza pronto
Gracias
Me encantooo el capítulo ❤
ResponderBorrarQue bueno que jae ya se dio cuenta que el jefe no es la persona que creía! !!
Espero que los dos puedan ser felices y cambiar su destino !!!
Muchas gracias estare al pendiente de tus actualizaciones ❤❤❤❤❤
A pesar que no me gusta ver sufir a jae, es mejor asi que de una vez or todas se quite la venda de los ojos y vea que su jefe es unn hombre despreciable y por favor ja dile la vdd a yunho, cuando quieras decirla la vdd sera tarde , ahhhh esa situación me estresa
ResponderBorrarCasi me traumo con la escena del beso de jae y el jefe >~<
ResponderBorrarJajaja xD
Pobre Jae,cuando se dara cuenta realmente...u-u
Gracias por compartir. Esperare el siguiente.
Por una parte es bueno que Jae se desengañara de quien es realmente su jefe que tanto admiraba, ahora sólo que se de cuenta Jae de que ama realmente a Yunho.
ResponderBorrarGracias!!!
Se ha roto el corazón de JaeJoong, pero es mejor para él que saliera de esa ilusión que se formó U.U...solo espero que llegue el momento en que él y los otros chicos dejen de estar sometidos a ese tipo -.-
ResponderBorrarpobre jj, pobre yunho, jodida vida que les toco u.u muero por seguir leyendo... gracias <3
ResponderBorrarPobre mi niño espero que esto ayude a que abra sus ojos y vea la realidad de lo que es su jefe......gracias
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