POV Yunho
Confusión
C
|
reo
que he creado a un monstruo. A un monstruo hablador. Estamos a mediados de
julio, con un calor impresionante y tengo tantas ganas de tirarme a una piscina
en este momento, pero en lugar de eso, estoy aquí con Jaejoong en el jardín
trasero viéndolo hablar sin parar. Es
difícil creer que el Jaejoong que esta aquí, hablándome sin cesar, es el mismo
que hace unos meses tan solo respondía con una palabra. Como cambian las cosas.
No
es como si no me gustara hablar con Jaejoong, solo que siento que se extiende
demasiado en los temas. Me habla y me habla acerca de sus libros, de la trama,
los personajes, la acción y todo eso. Hasta ya me ha recomendado unos libros y
me ha dado unos para que los lea, pero yo todavía no lo he hecho. Ya saben,
leer no es lo mío.
Verlo
hablar de esos libros de “novelas” no es tan aburrido pero verlo hablar de
libros educativos por minutos y minutos, en realidad es bastante estresante.
Justo ahora, me está contando sobre una planta que se encuentra a nuestro lado
en el jardín, diciendo que le gusta y que leyó acerca de esta en algún libro de
botánica. A veces ni le pongo atención a lo que dice, solo me dedico a observar
su rostro emocionado cuando me cuenta todas esas cosas. Sea como sea, Jaejoong es
tan adorable que es imposible enojarme o aburrirme de él.
Y
a pesar de que parece una maquina con exceso de energía cuando está conmigo,
con los demás sigue siendo tan parco como siempre. Bueno creo que estoy
exagerando, en realidad ha mejorado bastante su relación con los demás y ya
hasta opina cuando nos juntamos todos a charlar, pero de todas formas, aun
queda un largo camino por recorrer. Por lo menos ahora trata de jugar con
nosotros y se sienta en la misma mesa que nosotros, eso es un avance.
—¿Yunho?
¡Yunho! —Me grita sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué?
—Le respondo imitando el tono con el que me grita.
—¿Me
estas poniendo atención?
—Mmmm…
—¡Yunho!
—Me reprocha. —A veces no sé porque gasto tanto mi saliva contigo. —Desvía la
mirada y cruza los brazos enojado.
—No
te pongas así. —Trato de animarlo retirándole un mechón de la cara. Él me
evita.
Nuestra
atención se desvía a un chico que sale de la casa, gritando algo acerca de que
su familia ha vuelto y que ahora puede largarse de aquí, o eso es lo que
alcanzo a comprender. Hablando de familia, no he recibido ninguna noticia de mi
madre o de mi hermana en meses, y eso ya me está comenzando a inquietar. No me
preocupo tanto por mi madre, ella se sabe defender, me preocupo por mi hermana
menor, la cual está en un orfanato femenino, tal vez asustada o triste.
—¿Qué
te pasa Yunho? —Me pregunta Jae ya que creo que notó mi semblante triste.
—Pienso
en mi hermana. —Le respondo sinceramente jugando con la hierba verde debajo de
mis dedos. —Me pregunto cómo estará.
—Si
es como tú, estoy seguro de que estará bien. Tú eres fuerte. —Me dice
tratándome de animar.
Le
dedico una sonrisa al ver como intenta subir mi ánimo. Jaejoong se preocupa
mucho por mí y eso me hace feliz. —Tengo
miedo de que la adopten. —Digo después de un rato de silencio.
—¿La
adopten?
—Sí.
—¿Cuántos
años tiene ella?
—Doce.
—Le respondo mirando hacia al frente.
—No
creo que la adopten. —Me dice y yo volteo a mirarlo. —Ya está muy grande para
que la adopten, además sin ninguna autorización de la madre no pueden hacer
eso.
Bueno
supongo que tiene razón. Sus palabras me tranquilizan aunque sea un poco. —¿Jaejoong ah… —Pregunto lo que tengo
en mente hace ya bastante tiempo. —…Por que a ti no te adoptaron?
Veo
que se tensa ante mi pregunta. Esto debe ser un tema muy difícil para él. Baja
la mirada y comienza a responderme del modo en que lo hacía unos meses atrás,
con voz bajita y casi como balbuceando.
—Bueno,
no sé, cuando bebé, —Dice mientras que con sus dedos roza el césped debajo de
nosotros. —Supongo que era demasiado feo.
Me
rió ante su comentario ¿Quién consideraría a Jae feo? Espera… ¿Por qué estoy
pensando en eso? Silencio a mi mente y más bien, vuelvo a poner atención a su
explicación.
—Luego
cuando niño no me gustaba salir afuera y en lugar de eso me quedaba en los
rincones más recónditos jugando con mis amigos imaginarios. —Dice esto y se
tapa la boca riéndose como si estuviera recordando aquellas épocas tan
vergonzosas. —Los padres siempre adoptaban a los niños más vivaces, a los que
veían jugar o a los que se les acercaban a hablarles. A mí nunca me notaron
porque yo no hacía nada de eso así que nunca me tuvieron en cuenta. Luego me
volví demasiado viejo…
—¿Demasiado
viejo? —Pregunte. ¿Un chico de 16 años
dice que está demasiado viejo?
—Los
padres siempre quieren bebes o niños muy pequeños, no les atraen los más
grandes. —Me explica y yo pronuncio un fuerte “ahhhh” señalando que entendí. —Así
que por eso no fui adoptado. —Finalmente levanta su rostro terminando su
historia.
—Uhm
veo. —Le digo. —Pero que estúpidos. —Jaejoong me mira con ojos asombrados al
ver que digo eso. —Si yo pudiera, yo te adoptaría mil veces. —Le digo de forma
divertida y salto encima de él haciéndole caer de espaldas en el césped
mullido.
—¡Yunho!
—Se ríe tratándome de alejar. Yo le agarro los brazos impidiéndole que se
mueva.
El
se queda quieto y yo lo miro más detalladamente. Jaejoong tiene una cara
hermosa, eso he notado. Si fuera más espontaneo seguro que sería un hit entre
las chicas gracias a su aspecto de “Flower boy”. Bueno, de todos modos, no es
como si tuviéramos chicas acá. Pensándolo bien, no he visto una en un largo
tiempo. Lo único cercano a una chica que tenemos acá es a Jaejoong. Es delicado
y frágil, cuidadoso y gentil, delgado y apuesto, muchas de las cualidades que
una chica posee.
—Yunho
me aplastas quítate de encima. —Me dice Jaejoong y me doy cuenta de que me
había quedado mirándolo como un tonto por lo menos 15 segundos.
Me
quito de encima avergonzando y él se incorpora, sentándose en cruz, limpiando
su ropa de verano con ambas manos.
—¡Yunho!
—Me grita Sun woo (otro de mis tantos amigos aquí) y se acerca corriendo,
bajando la velocidad de sus pasos cuando ya está a una distancia cercana a mí. —¿Quieres
ver una película esta noche?, los chicos y yo nos reuniremos, así que... —Hay
algo en su voz que me parece extraño pero de todas formas lo dejo pasar.
—Sí.
—Le contesto de inmediato. —¿Quieres venir Jae? —Me volteo hacia Jae y él
tartamudea no logrando encontrar la palabra que desea. Dirijo mi mirada de
nuevo a Sun woo y él hace un gesto como si no quisiera que Jaejoong fuera, no
entiendo el porqué.
—Está
bien. —Logra decir.
—Biiienn.
—Sun woo corre las palabras. —Los espero entonces esta noche en la sala de tv.
Le
asiento con una sonrisa y él se va.
—¿No
te gustan las películas? —Le pregunto a Jae apenas Sun woo se va.
—
Si. Pero no hay nada como un libro.
Sonrió
y le espicho afectuosamente la mejilla. Ese Jae y sus libros. Creo que eso
nunca se lo podre quitar, aunque, pensándolo bien, no quiero que cambie eso
tampoco. Él es tan educado y sabe sobre tantas cosas gracias a los libros, que
lo hace una persona diferente y única.
Me recuesto en la hierba con ambas
manos apoyadas detrás de mi cabeza y Jae se recuesta a mi lado, contándome de
nuevo sobre aquella plata que tanto le gusta.
..
Cuando
mencionaron “película” jamás imaginaria que se trataba de una película porno.
Ahora sé porque Sun woo no quería que Jae viniera. Jae a pesar de saber tantas
cosas de tantos temas diferentes, es todavía muy ignorante en esto del sexo y
las parejas, y temo que se pueda asustar o traumar viendo esta película. Si lo
sé, lo trato como si fuera un niño, pero es que quiero cuidarlo y no quiero que
sus inocentes ojos se manchen viendo esto.
—¿Esta
o esta? —Pregunta uno de los chicos levantando dos películas para que elijamos
cual queremos ver. Honestamente las dos se ven igual de peores.
—Esta.
—Elije Yong. —Las americanas son mejores.
—Listo.
—Entra el disco en el DVD y le da play. —Silencio, recuerden que nadie sabe que
estamos acá y mas viendo una película porno. —Supongo que la metieron al
orfanato a escondidas, como otras cosas que meten tales como el alcohol o los
cigarrillos.
Me
tenso al ver que comienza la película y miro disimuladamente a Jaejoong quien
está sentado junto a mí, ambos en el suelo, apoyados en la parte delantera del
sofá que no da abasto para más gente. Jaejoong no parece del todo incomodo, tan
solo mira y mira sin mencionar ni una sola palabra. Arrrgg ¿por qué lo traje aquí?, pienso.
La
película se pone más caliente, mostrando a dos chicas completamente desnudas
teniendo sexo (anal y vaginal) con un hombre. Los gemidos se escuchan por toda
la sala y yo no puedo evitar sentirme más incomodo. Palabras obscenas también
se dejan escuchar.
Luego
se presenta una orgia de todos teniendo sexo con todos. Esto no es una
película, más bien es como una tanda de videos sacados de alguna página de
internet. No es que no me guste el porno, lo disfruto mucho y ya me hacía falta
ver uno, pero verlo con Jaejoong me parece muy vergonzoso.
Otra
vez lo volteo a mirar y veo que él se está casi que comiendo la uña de su
pulgar con las mejillas totalmente rojas.
Su mirada sigue fija en la TV.
Luego
se presenta una escena gay y no comprendo de donde llego tal escena entre un
montón de videos heterosexuales. Son dos
hombres teniendo sexo oral y anal en una especie de cama. Mirando bien, uno de
ellos se parece a Jaejoong, bueno por lo menos en el pelo y la contextura.
—¡Oigan
quiten eso! —Dice molesto Kyhyun desde el otro lado de la sala. Él y yo ya no
nos volvimos a hablar desde nuestro incidente hace unos meses en el comedor.
El
chico encargado trata de quitar los videos pero no puede así que no queda más
remedio que seguir viendo la escena. Veo la escena y no dejo de pensar que el
que está ahí es Jaejoong. Eso lo hace aun mas incomodo.
—Mmmmmm yeahhh. —El chico salta desesperado encima
del otro chico mientras veo como su pene entra en el ano de este.
De
un momento a otro Jaejoong se recuesta en mi hombro apoyando una de sus manos
cerca a mi entrepierna. Esto me hace perder el control. Sentir a Jaejoong tan
cerca me descontrola, no lo sé, una repentina erección aparece en mis partes
bajas. Trato de ocultarla agarrando un cojín y poniéndolo en mi regazo. Sigo y
sigo mirando la escena hasta que me imagino que somos Jaejoong y yo teniendo
sexo en aquella cama. Espera… ¿Por qué pienso esto? Debo estar demasiado
necesitado para imaginarme haciéndolo con Jaejoong.
Pasa
la escena gay y todos se alegran aliviados, al igual que yo, ya que no
soportaba tener que aguantar todo ese calor recorrer mi cuerpo. ¿Me estaré volviendo gay aquí encerrado?
Un pensamiento estúpido atraviesa por mi cabeza.
Las
escenas siguen y siguen, algunas más asquerosas que otras pero todas igual de
calientes. Miro a Jaejoong por enésima vez y veo como se muerde los labios.
Voltea a mirarme ya que siente que lo estoy observando y yo me pongo rojo como
un tomate.
Luego
de unas escenas más apagamos la tv y nos vamos a nuestras respectivas
habitaciones. Es algo aburrido mirar porno sin tocarse y creo que más de uno
pensó igual que yo, así que todos acordamos en dejarlo hasta ahí por hoy.
Subo
a la habitación de Jaejoong obviamente con Jaejoong junto a mí y nos adentramos
a su dormitorio. Jaejoong no dice nada sino solamente se sienta en cruz en su
cama mirando por la ventana hacia afuera. La única luz que nos ilumina es la de
su pequeña lámpara ubicada al lado de su cama.
—Bueno,
¿Te gusto? —Intento entablar una conversación de la manera más natural posible.
—Estuvo
entretenido. —Me responde Jaejoong pero no se oye muy convencido. Tal vez no le
agrado del todo.
Me
siento en su cama al no tener más que decir, es la primera vez que me pasa
esto.
—¿Yunho,
alguna vez has tenido novia? —Me pregunta de repente. Su pregunta me parece
extraña.
—Sí,
¿Por qué?
—No
por nada.
Se
calla y vuelve ese silencio incomodo que no se cómo apagar.
—¿Alguna
vez hiciste “eso” con ella? —Vuelve a preguntar y yo me sonrojo.
—Si…
Bueno… con dos en realidad. Con la que tuve mi primera vez y con la última que
estuve. —Digo y Jaejoong abre los ojos sorprendido ante mi declaración. Es
demasiado inocente.
—¿Las
besaste también? —Por Dios, si es demasiado inocente.
—Pues
claro. —Le contesto riéndome de su pregunta.
Se
queda callado de nuevo y temo que mi risa lo haya ofendido. —Yunho yo quiero aprender. —Me dice
con voz lastimera.
Arrugo
la frente. —¿Qué?
—Aprender,
enséñame a besar. —Me pide y yo no sé qué contestar. —Por favor. —Ruega
agarrando mi camisa.
—¿Por
qué? —Le pregunto confundido.
—Por
favor, no quiero ser un desastre.
—Pero, tú eres…
—Por
favor.
Jaejoong
es tan irresistible que no puedo decirle que no a lo que me pida. Bueno solo
será un beso, Jaejoong es lindo y delicado, no será difícil imaginar que se
trata de una mujer. ¿Acaso lo hare? —Bueno.
—Me acerco levemente. —¿Quieres que te bese? —Le pregunto para confirmar si eso
es lo que quiere o en realidad me está pidiendo una clase teórica.
Él
abre los ojos y ante eso me hace pensar que más bien se trata de la segunda
opción. Luego entrecierra los ojos, acerca su rostro y susurra cerca de mis
labios. —Sí.
Bueno
aquí voy. Pego mis labios con los suyos moviéndolos lentamente intentando abrir
su boca mas sin embargo Jaejoong es demasiado inexperto. Me aparto y me acerco
de nuevo intentándolo otra vez pero esta vez pongo mi pulgar entre sus labios
para así poder sorber sus labios. Succiono lentamente su labio inferior
indicándole a Jaejoong que así es como se hace. Él parece comprenderlo ya que
succiona mi labio superior con la misma armonía con la que lo hago yo. Esto es
rico, ya necesitaba sentir un beso así de nuevo.
Nos
separamos mirándonos a nuestros ojos y enrollo a Jaejoong entre mis brazos,
abrazándolo acercándolo más a mí. El hace lo mismo. Parece que ambos queremos
esto y no podemos detenernos de hacerlo. Yo no puedo. Volvemos a besarnos esta
vez más intensamente y aunque Jaejoong todavía es muy novato en esto, en
realidad no lo hace para nada mal. Sus besos son muy húmedos pero me gustan.
Nos
recostamos en la cama, con el debajo de mí, y nos abrazamos más fuertemente
como si no quisiéramos tener ningún espacio entre nosotros. El beso se vuelve
más desesperado y frenético, lo sé porque la cama se empieza a mover y
comenzamos a movernos justo encima de ella. Nos separamos por un poco de aire y
luego volvemos a retomar el ritmo. Estar con Jaejoong aquí en esta cama,
abrazándonos y besándonos me hace sentir eufórico. Me hace sentir bastante
adrenalina en el cuerpo ya que las circunstancias son extrañas. Ambos somos
hombres, en un orfanato, yo con el chico más tímido y cerrado que he conocido
en mi vida, creo que a cualquiera eso le excitaría, o eso pienso yo. Comenzamos
a medio gemir entre besos y me pregunto si Jaejoong esta imitando a los actores
de la película porno.
Pareciera
como si estuviéramos desesperados ya que el beso comienza a tornarse salvaje. Jaejoong
me aprieta muy duro desde la espalda y yo hago lo mismo. Adentro mi lengua en
su boca y él acaricia con su lengua la mía a pesar de que no ha hecho esto
antes. Solo hace lo que sus instintos le mandan.
En
medio de esta rica y apasionante sesión de besos, oigo unos pasos acercarse a
la puerta. Jaejoong y yo nos separamos asustados, y yo me levanto quedándome
parado en el suelo. Si descubren que estoy aquí estaremos en problemas. Los
pasos se alejan y suspiramos sabiendo que no hay peligro, pero de todos modos
decido que es mejor irme a mi propia habitación.
—Chao.
—Le digo rápidamente no queriendo hacerle frente de lo que acaba de suceder y
salgo por la puerta sin decir nada más.
¿Qué paso aquí?
..
Me
levanto la mañana siguiente con un mar de confusiones en mi cabeza. Sé que no
soy gay, me gustan las mujeres, mas sin embargo el beso que compartí con Jaejoong
fue uno de las mejores que tuve en mi vida. Es muy confuso. No sé cómo darle a Jaejoong
la cara hoy, me siento muy apenado por lo que paso ayer.
Trato
de respirar lo mas tranquilamente cuando el entra por la puerta del comedor,
preparado para tomar su desayuno. Lo miro y él me mira pero no me saluda. Se
sienta otra vez solo en aquella mesa alejada de todas las demás. ¿Estará
enojado? Pero si él fue quien me pidió que hiciera eso. Tal vez me excedí
mucho, debe ser eso.
Jaejoong
parece desayunar a la velocidad de la luz ya que se traga prácticamente toda la
comida frente de él y sale apresuradamente del comedor. No quiere enfrentarse a
mí, estoy seguro.
Cuando
voy a buscar a Jaejoong a su habitación (ya que no lo encuentro ni en la
biblioteca ni en los jardines de la casa) me abordan en el pasillo Jeon guk y Yong,
justo en frente de la puerta de la habitación de Jaejoong.
—Yunho…
—Me dice Yong. —¿Recuerdas esa vez que te dijimos que hacíamos un trato con uno
de los encargados de acá?
Acá
me hablan de tantas cosas que no logro recordar a que exactamente se refieren.
La puerta del cuarto de Jaejoong se abre relevando a un tranquilo Jaejoong,
quien al verme justo frente a su puerta se tensa y se queda petrificado en su
lugar.
—El
encargado dijo que hoy llevaría a un grupo de chicos al burdel que queda cerca.
—Deja salir Jeon guk con una sonrisita en el rostro. —¿Quieres venir?
Ah
era eso. Me habían contado eso recién llegue acá y yo siempre me preguntaba
porque durante todo este tiempo nunca hicimos “ese” tipo de salida.
—¿Y
bien? —Me pregunto Yong al ver que no decía nada.
Volteo
hacia Jaejoong queriendo ver su reacción ante esto, él solo baja el rostro en
el momento en que lo miro. Obviamente había escuchado eso. ¿Le molestaría? ¿Por
qué debería? Jaejoong solo es un amigo. Un amigo hombre. Y lo que paso ayer
nunca debió haber pasado. Tal vez ir a un burdel me convenza de que no soy gay
y que en verdad me gustan las mujeres. Ahora me parece una buena idea llegada
en el momento justo.
—Si
iré. —Digo decidido, ellos sonríen.
Jaejoong cierra su habitación y sale
de ahí no se adonde. Tengo el impulso de seguirlo pero me parece que es mejor
dejar que las cosas se calmen. Alejarme un tiempo de Jaejoong para poder
ordenar mis pensamientos.
..
Por
la noche vamos el encargado, Jeon guk, Yong, otros dos chicos y yo, al tan
hablado prostíbulo. Al salir tenemos cuidado que nadie se dé cuenta y montamos
el auto del encargado.
No
sé porque me siento un poco mal por Jaejoong. No debería.
Llegamos
al famoso burdel, entrando por la puerta delantera. La sala principal tiene una
especie de recepción donde se encuentran las llaves de todos los cuartos.
También hay un enorme sofá de terciopelo rojo puesto justo en la pared
principal de la sala. Todo se ve rojo, tal vez por las luces y las paredes
cubiertas de terciopelo rojo que hacen que el ambiente se torne de ese color.
Nuestro encargado llega y saluda, como si ya estuviera más que familiarizado
con el lugar. Escoge a una chica (que supongo es su favorita) y sube con ella a
uno de los cuartos. Algunos chicos también escogen una chica y a los demás nos
dan como una especie de catalogo para que elijamos cual queremos.
—Esta.
—Le indico a la recepcionista, (que ya esta pasadita de años y kilos), la chica
que deseo.
La
manda a llamar y ella aparece. En realidad creo que se veía más bonita en la
foto pero no está nada mal. Tiene buena delantera y trasera, el cabello largo y
una cara pequeña, está bien. Nos dan la llave de la habitación y subimos a
esta. Entramos a la habitación y yo me acuesto en la cama. Diciendo la verdad
jamás había estado con una prostituta, no lo necesitaba, pero ahora viendo las
condiciones en las que vivo, encerrado en una casa con un poco de chicos, creo que
ahora si lo necesito.
Ella
tiene una especie de “Baby doll” que le deja al descubierto las piernas, los
brazos y parte del pecho.
—¿Qué
quieres? —Me pregunta.
—Todo.
—Le respondo no sabiendo bien que decir.
—¿Eres
menor de edad? —Me pregunta.
No
le quiero responder pero ella se da cuenta de que la respuesta es sí, gracias a
mi falta de respuesta. De todas formas no le interesa y va a lo suyo.
Se
trepa sobre mi cual gata en celo y empieza a lamerme el cuello. Yo la cojo de
las cinturas posicionándola bien sobre mí. Luego baja mis pantalones y pone al
descubierto mi pene. No estoy nervioso, en vez de eso estoy muy ansioso. Ella
comienza a chuparlo y yo me retuerzo ante sus caricias.
Pero
de repente algo extraño pasa. Una imagen de Jaejoong viene a mi cabeza. Abro
los ojos y me concentro de nuevo en ella pero la misma imagen de Jaejoong sigue
apareciendo. Jaejoong leyendo un libro, Jaejoong comiendo, Jaejoong durmiendo, Jaejoong
dándome un beso, ni siquiera son imágenes tan provocadoras pero me hacen
excitar a niveles imaginables.
Bajo
la cabeza mirando hacia mi entrepierna pero en vez de verla a ella, veo a Jaejoong
haciéndome una felación. Me remuevo y ella se detiene, pero vuelve a comenzar
de nuevo cuando ve que me tranquilizo.
¿Qué
me está pasando?
Trato
de relajarme y dejar de pensar en el, pero es imposible. Luego hago todo el
esfuerzo para pensar en ella pero me doy cuenta que no es tan placentero como
parece. Vuelvo a pensar en Jaejoong y me excitación vuelve a subir. Sin tratar
mas de pelear con mi cabeza, dejo que el invada mi mente, ya que su imagen y la
boca de ella me están dando un placer inigualable.
Me
vengo en su boca con un sonoro gemido pronunciado el nombre de Jae. Ya ni
siquiera me importa si estoy pensando en un hombre, eso me hace sentirme bien y
eso es todo lo que importa.
Siento
que ella se sube en mí nuevamente pero algo no me hace sentir bien. No quiero estar
con ella, yo quiero estar… con él. La aparto diciéndole que no puedo, ella hace
una mueca de confusión y yo salgo por la puerta. Bajo a la sala y me siento en
el sofá, tratando de oxigenar mi mente mientras que espero por los otros
chicos.
—¡Vaya!
Eso fue rápido… —Murmura entre dientes la señora de la recepción y yo me ofendo
ante su comentario con doble sentido.
Pasa
media hora, 40 minutos y por fin van saliendo los chicos, sudados y con cara de
felicidad de cada una de las habitaciones.
—¿Come
te fue? —Me pregunta uno pasando un brazo por mis hombros.
No
le respondo. De alguna manera me siento enojado conmigo mismo por ser tan
homosexual y rechazar a una mujer. Esto no debería ser así.
El
último en salir es el encargado quien gentilmente paga por todos en el cuarto y
salimos juntos de nuevo hacia la casa hogar.
Al
llegar cada uno se va con una mueca de satisfacción a sus respectivas
habitaciones. Yo voy a la mía pero algo me sorprende en cuanto llego. Jaejoong
se encuentra sentado en el piso frente a la puerta de mi cuarto, y por su
apariencia cansada y somnolienta deduzco que ha estado esperando ahí por mucho
tiempo.
—¡Yunho!
—Rápidamente se levanta asustado viéndome a la cara.
—Hola.
—Le contesto fríamente. De alguna manera estoy enfadado con el por provocarme
estas cosas.
—¿Cómo
te fue? —Pregunta en una posición temerosa. Al parecer de dio cuenta de mi
estado de ánimo.
—Me
fue bien. —Le respondo no encontrado otra respuesta que ofrecer.
Él
asiente y mira el piso. Yo abro mi habitación y espero a que él se largue. La
verdad no tengo ganas de hablar, solo quiero acostarme a dormir.
—Bien,
hasta mañana Yunho. —Se despide y antes de que yo pueda encerrarme en mi
cuarto, se cuelga a mi cuello y deposita un beso justo en mis labios. Luego se
va corriendo.
¡Maldita sea! ¿Por qué
hace eso? ¿Por qué me quiere confundir más?, cierro la puerta de mi cuarto y me echo sobre la cama
sin ni siquiera molestarme en cambiarme la ropa.
..
Andale Yunho por enseñarle a besar y ver peliculas porno ahora tu estas confundido porque Jae no... Como dicen Jae es capaz de volver a un heterosexual en homosexual. Jajajaja...
ResponderBorrarConfusion? Yunho si es mas que obvio lo que pasa ahi.....solo tiene ojos y pensamiento para Jae ^^
ResponderBorrar