Capítulo 8 — 1:15 AM
Y
|
unho escuchaba atentamente las
indicaciones que el secuestrador le dictaba por teléfono mientras que Jaejoong
tan solo permanecía recostado en el espaldar de la cama con una mirada
expectante, intrigado por lo que sucedía.
Tal parecía ser, que ese maniático
se las había arreglado para secuestrar a Yoochun y Junsu, y que ahora pedía a
cambio a Jaejoong por la seguridad de sus dongsaengs, o eso era lo que Yunho
entendía. Rayos, ¿Por qué sentía que estaba en alguna película de acción? Todo
era tan irreal.
Tenía que actuar rápido, el
secuestrador le dijo que si llamaba a la policía o iba por ayuda los mataría, y
no podía darse el lujo de cometer el riesgo de que sus dongsaengs salieran
heridos (o muertos) por su culpa. Pero…tampoco permitiría que ese hombre
volviera a tener a Jaejoong a su disposición, por muy enojado que se encontrara
con el mayor en esos momentos no accedería a entregárselo a ese sicópata. Jamás.
Colgó el teléfono lentamente
enfocando su mirada en el piso, analizando toda la situación ¿Qué diablos iba a
hacer ahora?
—¿Qué pasa?- pregunto Jaejoong
levantándose de la cama.
—Tengo que irme- dijo decididamente Yunho
saliendo de su trance mientras buscaba su ropa que estaba desperdigada por todo
el cuarto de baño.
—¿Qué?- exclamo Jaejoong
estupefacto- ¿A dónde? ¿Con quién hablabas?- Jaejoong de alguna manera se oía
como una esposa celosa.
Yunho no contesto y solo se limitó a
seguir colocándose su ropa. Jaejoong se enfureció al ser ignorado y agarro
fuertemente a Yunho del brazo haciendo que lo mirara, por lo cual
inmediatamente Yunho se zafo bruscamente del agarre de Jaejoong. Ambos se
miraban fijamente, sus ojos destilaban fuego.
—Ese loco tiene a Yoochun y Junsu-
dijo finalmente Yunho- iré por ellos.
El rostro de Jaejoong en seguida
cambio, tornándose en una expresión de preocupación, estupefacción y angustia
mezcladas. Yunho no pudo evitar sentir un malestar en su estómago al ver el
cambio que había tenido la expresión de Jaejoong solo por la mención de los más
jóvenes.
—Yo también iré- afirmo Jae
comenzando a buscar también su ropa.
—No- dijo Yunho- aun no estás bien y
puede ser peligroso, es mejor que yo valla solo.
—No- reclamo Jaejoong- son mis
miembros y tengo que ir por ellos- su voz sonaba angustiada, como si estuviera
a punto de quebrarse.
—¡Ya te dije que no!- exclamo Yunho
irritado- quédate aquí, no llames a la policía y tan solo espérame ¿de
acuerdo?- daba lo mejor de sí para no explotar de nuevo contra Jaejoong.
Jaejoong hizo una mueca de fastidio
y cruzo los brazos, viendo como Yunho seguía alistándose para irse. Este ni
siquiera se molestó en despedirse al salir de la puerta, solo se limitó a decir
que se quedara ahí y no le abriera la puerta absolutamente a nadie.
Luego todo se quedó en silencio, un
inquietante silencio. Jaejoong se recostó en la cama pensando cómo es que la
situación había llegado hasta esos extremos.
No creía que pudiera soportar tanto
tiempo la ansiedad, necesitaba hacer algo, tenía que ir allá.
Era su deber.
..
Estaba nuevamente en un taxi rumbo a
su destino: la solitaria casa de ese demente. Su cabeza tenuemente inclinada
hacia atrás le permitía visualizar todo el paisaje que se presentaba a través
de su ventana. Estaba tan harto de todo, tan casado, tan molesto, tan…triste.
La discusión que había tenido hace unos minutos atrás con Jaejoong, había
dejado su estado de ánimo por el piso. No podía creer que Jaejoong pensara todo
eso de él, y eso que se había engañado a si mismo creyendo que Jaejoong lo
necesitaba solo a él y a nadie más que él. Que mentira.
Y para rematar las cosas, la
situación estaba peor de lo que se podría haber imaginado. Ahora Yoochun y Junsu
eran los que estaban secuestrados y otra vez iba él, a arriesgar su vida, su
integridad y su cuerpo por sus malagradecidos amigos. Se preguntaba si ellos
también pensarían como Jaejoong, estaba casi seguro de que lo hacían.
Pero luego pensó que a pesar de
todo, ellos eran sus hermanos, personas con las que había convivido casi toda
su vida, no podía abandonarlos a su suerte, tenía que protegerlos y cuidarlos,
tal como lo había prometido a la hora de convertirse en el líder de dong bang
shin ki.
Así tuviera que arriesgar su propia
vida para lograrlo. Luego sonrió.
—¿Qué pasaría si yo llegara a morir
hoy, Jae?- se dijo a sí mismo con una amarga sonrisa pintada en su rostro- ¿me
extrañarías…o en cambio…?
No alcanzo a completar su
frase ya que sentía como nuevas lágrimas invadían sus ojos. Se sentía tan
miserable.
..
Yunho llego al vecindario de ese
hombre por segunda vez y esperaba que fuera la última vez que tendría que ir
por esos lares. Eran aproximadamente las 3 de la mañana, tantas cosas habían
pasado en tan pocas horas.
Sabía que no podía llegar de frente
a rescatar a Junsu y Yoochun, tenía que idear un plan, entrar por un atajo y
llegarle de sorpresa al hombre y sus secuaces. Camino hasta la casa, que por
suerte no era difícil de identificar y entro a la vivienda continua, que
afortunadamente estaba sin seguro. Subió por las escaleras y salió por una
ventana del segundo piso, ideando entrar a la casa del secuestrador por una de
las ventanas.
Cuando por fin llego, luego de pasar
cuidadosamente las tejas que conducían hacia la otra casa, entro por la ventana
y se irguió tratando de mirar lo que había dentro de aquella vivienda. Le era
casi imposible, ya que estaba en total oscuridad pero en medio de toda esa
opacidad logro distinguir una luz amarilla que provenía de uno de los cuartos.
Se acercó ojeando por la rendija de la puerta y logro ver a Junsu y Yoochun
amarrados en el piso, mirando confundidos de un lado para otro. Se notaban que
estaban asustados y nerviosos. También noto que el secuestrador estaba en esa
habitación con ellos.
Intento apartarse dispuesto a buscar
otra forma por la cual penetrar en la habitación, pero sintió como una pistola
era puesta sobre su cien. Uno de los cómplices lo había encontrado. Mierda.
—¿A dónde crees que vas?- le susurro
al odio, para luego abrir la puerta de una patada revelándole al secuestrador
de que Yunho estaba ahí.
El cómplice empujo con fuerza a Yunho,
adentrándolo a la habitación haciendo que este trastabillara y cayera apoyando
ambas manos sobre el suelo.
—¡Hyung!- gritaron al mismo tiempo Junsu
y Yoochun, esperanzados y al mismo tiempo preocupados de que Yunho estuviese
ahí.
Los dos cómplices apuntaron con sus
armas a Yunho y el hombre se acercó a él jalándolo bruscamente del cabello,
haciendo que lo mirara.
—¿Dónde está?- pregunto seriamente,
era obvio que se refería a Jaejoong.
—El…esta…-tartamudeo. Tenía que
inventarse algo, ya que si decía que no había traído a Jaejoong consigo,
probablemente el hombre mataría a sus dongsaengs-…en la otra habitación-
mintió.
El hombre levanto su mirada y se
dirigió a uno de los otros hombres-¡Seok Young ve a buscarlo!- ordeno, el
mencionado asintió saliendo por la puerta en busca de Jaejoong.
Yunho sudaba frio, Jaejoong no
estaba por ahí, no sabía que les podría pasar a los tres si el hombre lo
descubría y ciertamente no lo quería ni averiguar. Junsu y Yoochun solo miraban
asustados y totalmente confundidos, no entendían ni una mierda de lo que
ocurría.
—No está- dijo el hombre asomando su
cabeza por la puerta.
Yunho cerró los ojos- Él debe estar
escondido en alguna parte, lo sé- mintió de nuevo intentando ganar un poco de
tiempo.
El hombre suspiro pesadamente, para
luego ordenarles a sus hombres que fueran a buscar a Jaejoong por toda la casa,
no sin antes obligarlos a darle una gran paliza a Yunho. Yoochun y Junsu
gritaban desesperados pidiéndoles que se detuvieran de pegarle a su hyung,
cerrando los ojos ante la horrible escena que presenciaban sus ojos. Yunho
quedo en el piso, sintiendo la sangre invadir su boca, se sentía tan débil. La disputa
que había tenido con Jaejoong lo había exprimido por completo, es como si ya no
tuviera las fuerzas ni las ganas para seguir luchando. Los hombres salieron en
busca de Jaejoong.
Después de unos minutos llegaron
nuevamente los cómplices diciendo que no lo habían podido encontrar y que
estaban casi seguros de que él no se encontraba en la casa.
El hombre volteo furioso hacia Yunho
y luego fue directo hacia donde se encontraban amarrados Yoochun y Junsu,
alzando su arma en el proceso.
Yunho sabía lo que el sicópata iba a
hacer.
—Morirán- dijo el hombre, apretando
el arma en su mano.
—¡Nooo!- Yunho grito y con la poca
fuerza que le quedaba trato de llegar hasta sus dongsaengs, intentando
arrastrarse por el piso.
El hombre apunto primero
a Junsu, poniéndole el arma en su frente, Junsu solo cerró los ojos.
..
Changmin se encontraba totalmente
perdido entre las calles que transitaba a esa hora de la madrugada. Lo único
que había hecho después de ver como sus hyungs eran raptados, era correr,
correr, correr en busca de ayuda, pero tal vez esa no fue una buena idea ya que
no tenía ni la menor idea en donde se encontraba y no veía alguna señal de otro
ser humano que lo pudiera ayudar a rescatar a sus hyungs. Ni siquiera veía
donde carajos estaba la avenida, se había adentrado mucho en ese vecindario
“fantasma”.
Seguía caminando y caminando,
esperando ver alguna casa con las luces prendidas o un negocio abierto, pero no
había absolutamente nada. Dejo de caminar para poder tomar un poco de aire, tenía
que pensar en algo, no se la podía estar todo el tiempo caminando mientras que
sus hyungs eran torturados por esos hombres.
No tenía su celular consigo ya que
lo había dejado olvidado en el asiento trasero de la camioneta de Yoochun,
gracias a que con toda la confusión, gritos y disparos se le había quedado y ahora
no tenía ningún teléfono por el cual poder comunicarse. Es más ni siquiera
encontraba un puto teléfono en aquellas calles que pudiera servirle para llamar
a la policía. Maldita sea.
¿Será que
esos hombres que secuestraron a Yoochun y Junsu son los mismos que tienen a Yunho
y Jaejoong?
Pensó Changmin mientras caminaba casi que sin ganas.
Repentinamente, escucho unos ruidos
provenientes de una casa que se encontraba en la esquina de la calle por la
cual estaba transitando. Se acercó y vio como una anciana aseguraba las rejas
de afuera de la gran casa. Era su salvación. Fue corriendo hacia ella y de
inmediato ella se asustó ajustando las rejas con rapidez y dispuesta a
encerrarse en la casa.
—¡Espere!- grito Changmin.
La señora lo miraba con
desconfianza, apretando fuertemente las rejas de su casa con ambas manos.
Parecía que no estaba acostumbrada a tratar con extraños.
—Necesito un teléfono- dijo con la
respiración agitada- ¿tiene alguno que me preste o sabe dónde puedo encontrar
uno?
La señora lo miraba pero no le
respondía, tan solo seguía inmóvil sosteniendo la reja y con todo su cuerpo
temblando. Changmin le devolvía la mirada con la esperanza de que la anciana le
respondiera. Luego la señora hizo una leve reverencia por lo cual Changmin
imito el acto, rayos por toda la adrenalina de la situación se le había
olvidado mostrar sus buenos modales.
La señora le indico con señas que
ella tenía un teléfono, parece que se le hubiera olvidado hablar o que tal vez,
sentía tanto temor de Changmin que las palabras no fluían por su boca. Changmin
asintió diciendo que si podía ingresar y la señora abrió la puerta
permitiéndole el paso.
“Gracias
al cielo”
pensó Changmin antes de adentrarse en la oscura casa.
..
El sonido de la puerta
inesperadamente abierta, fue lo que interrumpió la desgracia que se iba a
cometer en unos pocos segundos.
Era Jaejoong, quien angustiado y
temeroso de lo que le pudiera pasar a sus miembros decidió ir a esa casa y
entregarse el mismo. Todo esto había sido provocado gracias a él y ahora tenía
que enfrentar su destino. Tenía que ser valiente por la seguridad de sus
miembros.
El hombre al verlo sonrió,
olvidándose completamente de Junsu, y Yunho en cambio abrió los ojos en demasía
para luego entrecerrarlos furioso porque Jaejoong no había seguido sus
indicaciones.
—¡¿Qué haces aquí?!- grito Yunho
exasperado incorporándose lentamente del suelo- ¡Te dije que te quedaras en el
hotel!
Jaejoong pudo ver que Yunho se
encontraba herido. Había un hilillo de sangre saliendo por su boca, y además su
peinado y su ropa estaban toda demacrada y desarreglada. Camino hacia él pero
luego se detuvo percatándose de las dos personas que se encontraban amarrados
en el suelo, mirándolo fijamente con los ojos abiertos de par en par. Eran sus
amados miembros Yoochun y Junsu.
—Yo…- Jaejoong dudo ligeramente
antes de continuar con su respuesta, pero lo hizo- vine porque soy yo al que
realmente quieren- dijo esta vez decidido y seguro- a nadie más.
—Buen chico- dijo el hombre
acercándose a Jaejoong, este retrocedió unos pasos al ver como el hombre se le
estaba aproximando.
Yunho intento atacar al hombre, pero
uno de los maleantes lo apreso sosteniéndole fuertemente los brazos por detrás.
—¿Por qué no pudiste hacerme caso?-
pregunto Yunho agotado, su voz sonaba más baja pero con un matiz de tristeza y
decepción.
—Yunho ellos son mis miembros- dijo Jaejoong
señalando a Yoochun y Junsu- no podía permitir que les pasara algo malo por mi
culpa, nunca me lo perdonaría, nunca.
Jaejoong se oía tan contundente y
valiente que Yunho entendió lo que Jae sentía por sus miembros, un sentimiento
de amor y amistad tan grande que expondría su propia vida por el bien de sus
compañeros. Pero Yunho había hecho lo mismo por Jaejoong, al ir y enfrentarse
con esos criminales ¿Qué acaso no merecía un poco de reconocimiento también?
Incluso estaba arriesgando su vida ahora mismo por los tres miembros que
decidieron abandonarlo y dejarlo. Aunque muchas veces lo hubiera deseado o
hubiera tratado, él nunca podía odiarlos, nunca, porque los amaba tanto que su
corazón no daba cabida a ese sentimiento de odio, sobre todo a Jaejoong.
El hombre se abalanzo contra Jaejoong,
pero Jaejoong lo esquivo tratando de llegar hacia los dos que estaban amarrados.
Desafortunadamente no pudo, ya que el hombre lo sujeto del brazo impidiéndole
que corriera. Luego lo estampo violentamente contra una pared y se alejó
apuntándole con el arma.
—¿Te crees muy listo mi Joongie?-
dijo el hombre- no escaparas esta vez.
Jaejoong trato de moverse
disimuladamente hacia la dirección en donde se encontraban sus dongsaengs pero
el hombre elevo más el arma que tenía en su mano. Jaejoong opto por quedarse
quieto, recostado sobre esa pared, con ambas manos y cabeza pegadas totalmente
a esta.
Luego sus ojos se posaron en Yunho
quien lo estaba mirando con la cabeza gacha, tratando de expresarle con su
mirada que estaba cansado y que era mejor rendirse. Nunca había visto a Yunho
tan decaído, tan derrotado, tan vencido.
—¡Sun-woo lleve a estos bastardos a
la habitación de al lado y haga lo que quiera con ellos!- mando enfurecido a
uno de sus secuaces, refiriéndose a Yoochun y Junsu.
Yoochun y Junsu se aterrorizaron al
instante, preocupados por su futuro y lo que sería de ellos, y Jaejoong al ver
las muecas de angustia reflejada en sus rostros intento de nuevo correr hacia
ellos evitando que se los llevaran.
—Si te mueves lo matare- amenazo el
hombre esta vez refiriéndose a Yunho, apuntándolo con el arma.
Jaejoong entonces decidió ir hacia Yunho
pero el secuaz del secuestrador levanto a Junsu y Yoochun, guiándolos
brutalmente a la otra habitación para matarlos. Entonces se detuvo, no sabiendo
que hacer. Estaba contra la espada y la pared.
Vio como el hombre que estaba
llevándose a Yoochun y Junsu, los empujaba y pegaba cruelmente y no lo pudo
soportar. Sin pensarlo dos veces, ni medir las consecuencias de sus actos, fue
corriendo hacia ellos intentando protegerlos.
Yunho contuvo su respiración, así
que esa era la elección de Jaejoong.
¡Los
elegiría a ellos mil veces sobre ti!
Sus palabras eran ciertas, no
mentía, era verdad. Había preferido salvar la vida de Yoochun y Junsu antes que
la suya. ¿Todos esos años que habían estado juntos no contaban? ¿Todos esos
besos y caricias compartidas eran una simple mentira? ¿Las risas, los éxitos,
los fracasos todo lo que había experimentado juntos le valía una mierda? Se
sentía como el ser más desdichado del planeta entero, no podía ni articular
palabra. Jaejoong no lo había elegido y dolía, dolía demasiado.
Luego sintió como una bala
atravesaba su pecho seguida por otra. El hombre le había disparado observando
satisfecho como Yunho estaba herido. Jaejoong se detuvo en seco mirando el
doloroso hecho, viendo como el secuaz que sostenía a Yunho lo soltaba y este
caía de bruces contra el suelo.
—¡Noooo!- grito abrumado corriendo
hacia Yunho pero el otro de los secuaces lo retuvo por detrás impidiéndole avanzar.
Jaejoong se movía desesperado tratando
de zafarse del agarre del otro hombre, pero tal era la fuerza con la cual lo
sostenía que no podía librarse por más que luchaba batiendo sus piernas hacia
arriba y hacia abajo. Sus lágrimas se agolpaban en su ojos y sentía como su
corazón de partía pedazo por pedazo.
El secuestrador se reía a carcajadas
apoyando su cuerpo contra una de las paredes, al fin pudo derrotar a Jung Yunho.
Yunho tan solo se revolcaba de dolor
en el piso, mientras que un gran charco de sangre nacía debajo de su cuerpo. Luego
se quedó quieto mirando hacia Jaejoong con sus ojos entrecerrados tratando de
conseguir algo de aire para así poder exhalar su último aliento. Jaejoong paro
de luchar, con su rostro inundado de lágrimas mirando fijamente a Yunho.
El amor de su vida se le estaba
escapando y no podía hacer nada. Yunho estaba muriendo ahí mismo.
Junsu bajo la cabeza llorando
amargamente y Yoochun permanecía inmóvil, incrédulo a lo que sus ojos
observaban. Tan solo permanecían ahí, amarrados en el piso sin posibilidad de
poder ir hasta donde estaba Yunho.
Luego la puerta fue abruptamente
abierta, revelando a Changmin quien traía consigo a un grupo de policías. Los
secuaces alzaron las manos sorprendidos por la repentina visita de los policías
y eso le dio una oportunidad a Jaejoong para ir hacia donde se encontraba el
cuerpo moribundo de Yunho. Changmin enfoco su vista en la horrible escena que
presenciaban sus ojos.
—Hyung…- susurro con la voz apagada.
—Changmin…- alcanzo a decir Yunho
extendiendo sus brazos temblorosos para que el menor fuera por él.
Jaejoong llego finalmente hasta el
cuerpo de Yunho y trato de sostenerlo en sus brazos, pero Yunho lo aparto
torpemente, rechazando el agarre que Jaejoong ejercía sobre su cuerpo.
—No…- logro decir- …aléjate…t-te
odio- susurro y Jaejoong sintió como su mundo se destrozaba. Por más que intentaba
agarrar a Yunho este más lo rechazaba alejando sus brazos bruscamente de su
cuerpo.
—No…p-por favor…-Jaejoong
tartamudeaba ya que el dolor y las lágrimas no le dejaban hablar correctamente.
Changmin quien había estado
petrificado viendo la escena, se despertó y fue corriendo hacia su hyung, quien
lo recibió con los brazos abiertos, permitiéndolo acunarlo en su cuerpo.
—¡No hyung No!- gritaba Changmin
entre lágrimas- ¡Que alguien llame a una puta ambulancia!- se dirigió hacia los
policías que estaban atrapando a los tres delincuentes.
Jaejoong
al ver que Yunho permitió que Changmin lo abrazara, tan solo se quedó temblando
arrodillado al lado del cuerpo de Yunho, sintiendo como la sangre de este le
mojaba las piernas.
Sentía
tanto dolor, que no estaba seguro si podría soportarlo. No había medido las
consecuencias de sus actos y había corrido hacia sus dongsaengs sin siquiera
pensar en lo que le podría pasar a Yunho. Si moría nunca se lo perdonaría
porque todo había sido su culpa, su maldita culpa.
—Por
favor Yunho, no me dejes….te amo.
..
Que difícil situación y como dijo Jae entre la espada y la pared por quien se hiba era muy difícil... Que tragedia si muere Yunho y si se recupera no perdonara a Jae. A ver que pasa, a seguir leyendo... Gracias
ResponderBorrare.e jae se merece todo lo que le paso es un estupido merece que lo violen>. <
ResponderBorrarEspero q Yunho no muera u.u
jae no merece su amor fue muy injusto y cruel con Yunho
Que mal Jae es un mal agradecido Yunho fue a rescatar a Junsu y a Yoochun y el le paga mal desovedeciendolo eish esta vez si que se paso de la raya pobre Yunho el que iso de todo para salbarlos .
ResponderBorrar