POV Jaejoong
Tristeza
M
|
e
duele terriblemente la cabeza, la vista se me nubla a ratos y mi cara está
totalmente petrificada debido al llanto. En mi mano derecha reside un cuchillo
de la cocina que esta propuesto a quitarme la vida. No hay marcha atrás.
A
veces quisiera pensar en las cosas buenas que ha habido en mi vida, pero cuando
me pongo a pensar en eso, me doy cuenta de que no ha existido ni una sola. No
ha existido ni una sola persona por la cual yo recapacitaría de hacer esto. Tal
vez leer sea la única cosa que extrañare hacer. Tal vez solo eso.
Cierro
mis ojos, dispuesto a enterrarme aquel cuchillo en el vientre cuando siento que
alguien entra abruptamente a la cocina.
Abro
mis ojos asustado.
—¡Espera!
—Me grita. Es ese chico nuevo, el
cual se burlo de mí diciéndome que por fin iba a ser adoptado. Es tan malo como
los demás. Supongo que los otros le enseñaron lo ridículo que soy, así que
también empezó a odiarme.
No
digo nada y tan solo me quedo mirándolo. El se me acerca y yo retrocedo, no quiero
que me perturbe en mi muerte. La única luz que se ve es la de la farola que he
traído y que ahora esta posada en el mesón de la cocina.
—No
te me acerques… ¡Aléjate! —Le
grito.
—¿Qué
estás haciendo? ¿Estás loco?
Si
no lo hago caeré en la locura.
—Aléjate….
—¡Baja
ese cuchillo!
—No.
—¡Baja
ese cuchillo! —Repite.
—¡No!
Otra
vez intenta acercárseme pero yo retrocedo otra vez.
—Si
te acercas lo hare. —Amenazo.
—¡No
espera! –Él parece entenderlo ya que retrocede más y alza las manos en señal de
temor.
Mis
lágrimas comienzan a bajar lentamente. Estoy tan cansado de llorar.
—No
llores. —Me dice en
tono conciliador. Como puede ser tan insensible…
—Como
dices que no llore… —Le
digo casi en un susurro, con la cabeza totalmente mirando hacia abajo. —… No lo entiendes.
Nadie
lo entiende.
—
¿Qué estás haciendo?
¿Acaso no era obvio?
—¿Te
estás tratando de suicidar? ¿Por qué? —Pregunta
él.
Me
mantengo en silencio con la misma posición de antes.
—¿Es
acaso por la broma que te hicimos hoy? No es nada…
¿Qué? —¡¿No es nada?!¡No lo entiendes!
¡Nadie me quiere, es mejor que me vaya! —Levanto
la cara, aprieto los puños, grito dejando que mi corazón hable por sí solo. El
parece sorprenderse ante mis gritos.
—¡No!
—Sí.
—Vuelvo a bajar la mirada. —A nadie le importo, nadie me quiere,
no importaría si desaparezco o no.
—No
digas cosas tan feas.
—Nunca
he tenido nadie que me ayude, nadie que me brinde su mano. Estoy solo y sé que
siempre lo estaré.
—No
es cómo crees.
—¡Ni
mis padres me quisieron! —Vuelvo
a gritar dejando que mis ojos se deshidraten. —Ni
ellos… y se supone que ellos me tenían que querer, aunque sea solo por
obligación.
Elevo
otra vez el cuchillo, dispuesto esta vez a enterrarlo en mi abdomen, pero
siento como su mano aprieta mi muñeca.
—No
lo hagas, por favor. Sé que estas sufriendo, se que crees que nadie te querrá,
pero eso no es así. —Su
voz se está quebrando ¿Por qué hace esto?
Me
zafo de su agarre bruscamente, él vuelve a retroceder por enésima vez. —Tú qué
sabes, hasta apenas llevas una semana aquí, no sabes por todo lo que he pasado.
—Hay
muchas cosas buenas porque vivir.
—¿Cuáles?
—Enserio
quiero saber.
—Bueno…—Parece dudar. —Está… la música… ¿Te gusta la
música?
Fruncí
el ceño, este chico no tiene idea de que decir.
—Está
la familia. Compartir tiempo con tu familia.
—Yo…
no tengo familia.
—Puedes
formar una en el futuro, Con una buena esposa y unos adorables hijos.
Me
quedo en silencio. Ese chico estaba dando casi todo de sí para hacerme cambiar
de opinión, aunque las cosas que decía y como las decía lo hacían ver tan
torpe. —Dudo que pueda formar una familia. Dudo si alguna mujer se quiera casar
conmigo. No tengo dinero ni tampoco tendré estudios, no podre mantener una
familia. —Digo con voz
apagada mirando hacia otro lado.
—Una
familia no solo es con la que compartes un lazo de sangre. No solo son tus
padres, hermanos, tíos, abuelos, también son las personas que tu amas y las que
te aman a ti, las personas que te cuidan, que comparten contigo en los momentos
de alegría y las que te apoyan en los momentos de tristeza, eso es el
significado de una familia.
Bueno
es lo más inteligente que ha dicho hasta el momento, pero de todos modos no
aplica a mi caso. —Aun así… —Trate
de respirar ya que las lágrimas no me dejaban hablar. —Nadie está a mi lado nunca. No tengo
ni una familia de sangre ni una de mentiras. Yo… no tengo nada.
—Yo
seré tu familia. —Dice y se
calla de inmediato.
Yo
también me callo. ¿Qué?
—Yo
seré tu amigo, tu primer amigo. —Su
voz tiene un matiz de decisión que jamás había escuchado. —Te enseñare las cosas buenas por la
que hay que vivir. Sé que las palabras no causan nada, pero cuando lo vivas yo
se que te harán recapacitar.
No
sé qué decir, sus palabras de alguna manera me tocan. Mis brazos están
posicionados a cada lado de mi cuerpo y mi cabeza hacia al frente mirándolo
detenidamente. Trato de retener las lagrimas de mis ojos, sorbiendo mi nariz y
deteniendo al agua de salir.
—¿Lo
prometes? —Un sollozo
sale de mi boca. Eres mi última esperanza.
—Lo
prometo. —Me dice.
El
cuchillo en mi mano se resbala cayendo al suelo y bajo mi cabeza dejando que
algunas lágrimas escapen de mis ojos.
Siento
como se acerca y me abraza. Me está abrazando. Rodea ambos de sus brazos por mi
cuerpo y aprieta mi espalda. Yo escondo mi cabeza en su pecho y el apoya su
cabeza en la mía. No me atrevo a mover los brazos, ellos tan solo se mantienen
sin vida al lado de mi cuerpo.
—Perdóname.
—Dice después de un rato —Por lo que te hice hoy.
No te disculpes, yo ya he
perdonando. Yo soy así.
..
Me
despierto al día siguiente con una sensación extraña en mi cuerpo. Ahora tengo
la cabeza fría para poder pensar bien. Me levanto sentándome en el borde de la
cama, todavía con los ojos adormilados, mirando algún punto aleatorio en el
suelo de madera.
Recapitulando
lo que había pasado ayer: me habían hecho la broma más cruel de mi vida, me
había intentado suicidar a la mitad de la noche y ese chico llamado Yunho me
había hecho recapacitar prometiéndome que de ahora en adelante él sería mi
amigo. Pensándolo bien tal vez lo dijo para que yo no me apuñalara y no me
matara anoche. Tal vez solo fue una cosa momentánea y ya después se olvide de
su promesa. Creo que es lo más probable.
Suspiro
frustrado.
Me
pongo mis pantuflas y salgo de la habitación sin siquiera arreglarme un poco.
Normalmente siempre cuido bien de mi imagen, aunque no lo crean, pero hoy me
siento raro además que tengo demasiada hambre. Ayer por la noche no comí
absolutamente nada.
Llego
al comedor y evito todas las miradas que se posan sobre mí, no quiero verles la
cara a todos esos matones. Cuando estoy
a punto de recibir mi desayuno, siento que alguien me coge por los hombros y me
voltea. Abro los ojos por la repentina acción.
Es
Yunho.
—Hola.
—Me saluda con una sonrisa en la
cara.
—Hola.
—Le respondo en voz baja y me volteo
para recibir mi desayuno.
—¿Cómo
dormiste? —Me pregunta susurrando
cerca de mi oído.
—Bien.
—Le respondo.
Agarro
la bandeja que contiene mi tan anhelado desayuno y me dirijo a la mesa que
siempre voy a comer. Tomo asiento y comienzo a comer un pedazo de tostada. Él
se sienta en el asiento libre frente a mí.
—No
le dije a nadie lo que sucedió ayer por la noche, relájate. —Me dice.
Yo
asiento. De alguna manera Yunho me hace sentir nervioso, no sé qué decirle. —¿Ya comiste? —Pregunté después de un rato como
para no quedarme callado.
—Estoy
en eso. —Dice y señala
la mesa en la cual están todos sentados, incluyendo a Kyhyun y Jin.
—Ah.
—Dejo salir un suspiro.
Luego
se comienza a reír, yo levanto la mirada. —¿No
te peinaste hoy? Tienes la cabeza hecha un desastre. —Se ríe mientras se tambalea en su
asiento.
No
le hago caso y vuelvo a comer mi comida. No es que me haya molestado su
comentario, solo que no se que responder.
—¿Tienes
hambre cierto? —Me dice
levantando una ceja. Creo que es por el hecho de que estoy comiendo demasiado
rápido.
Asiento
con la cabeza.
—Bien. —Se
ríe de nuevo. —Iré a
terminar mi desayuno, te veré luego. —Dice
y se levanta corriendo hacia su mesa.
Bueno,
eso fue incomodo. Muy incomodo.
Veo
como llega a su mesa y varios chicos le hablan como preguntándole porque estaba
hablando conmigo, o eso creo, no lo sé no puedo oír desde acá. El les responde
sonriendo.
Me
siento algo aliviado de que se haya ido con sus amigos. Sé que no soy la mejor
compañía, y tal vez se haya aburrido al hablar conmigo. En verdad desearía ser
un poco más interesante pero no tengo nada interesante que decir.
Tal
vez con el tiempo Yunho se aburra de intentar ser mi amigo, pero no quiero que
eso pase, no quiero quedarme solo de nuevo. Me esforzare por ser un poco más
abierto pero sé que es difícil. Me es muy difícil.
..
Durante
toda la mañana me dedico a organizar mi habitación, así que no veo a yunho
durante todo ese lapso de tiempo. Aseo,
limpio el polvo, trapeo, boto algunas cosas, y me dedico a limpiar mi colección
de libros que guardo cuidadosamente en una estantería.
En
realidad no son mis libros, son de la biblioteca, pero a veces me quedo con
ellos y nadie se da cuenta de que los tengo yo, así que por eso están aquí
conmigo.
Cojo
el trapo con el que he estado trabajando, lo remojo en agua enjabonada y lo
paso sobre el viejo espejo que está colgado en mi pared. De repente, me veo en
el reflejo.
Aparte
de cuando me alisto, no suelo mirarme mucho en el espejo, no me parece que sea
algo tan necesario. Pero ahora mirando mi reflejo en este viejo espejo puedo
detallar mi rostro más detalladamente. Me doy cuenta que no soy para nada feo,
en realidad estoy bastante bien, bueno creo que por lo menos en eso no soy un
desastre. Mi cabello no es el mejor pero está bien, mis facciones son correctas
y mi piel blanca no tiene ninguna imperfección. Creo que me estoy volviendo un
poco presumido. Basta. Estoy seguro
de que si fuera tan solo un poco menos tímido, sería bastante popular por mis
rasgos.
—Hola.
—Me digo a mi mismo frente al espejo.
No sé porque lo hago.
—¿Es
una linda mañana, no? —Vuelvo
a decir.
¿Acaso
estoy practicando que decir frente a mi espejo? Que patético soy.
—
Me gustan muchas cosas en realidad, pero creo que esta es la que más me gusta. —Suelto alguna frase al azar viendo
como me veo reflejado en el espejo.
No
entiendo porque estoy haciendo esto. Tal vez es porque como ahora yunho está
intentando ser mi amigo, debo por lo menos poner algo de mi parte. Si eso es.
Si
tan solo fuera tan fácil como lo estoy haciendo en estos instantes. Sé que
hablando conmigo mismo frente al espejo, mi conversación es bastante fluida
pero cuando lo intento en frente de una persona real de carne y hueso
simplemente me quedo pasmado. No se cómo actuar. Es tan frustrante.
Practico
otro par de veces hasta que me canso de ver lo ridículo que soy. Termino de
limpiar algunas cosas de mi cuarto y me siento en la cama sin saber qué hacer.
En ratos como estos un buen libro seria mi mejor compañía, pero ya no tengo
nada más que leer. Ya me leí todos los libros que hay en la biblioteca y ya me
los he vuelto a releer por lo menos unas 3 veces por libro. A pesar de eso camino
perezosamente hasta el estante de libros y cojo uno de mis favoritos.
—Bueno este será de nuevo. —Me
digo a mi mismo, suspirando mientras salgo de mi cuarto en dirección al patio.
..
Veo
que el patio está ocupado (otra vez) por los muchachos jugando baloncesto.
Viendo el escándalo que hacen me pregunto si sería mejor leer en la biblioteca,
pero algo en mi me detiene y decido quedarme a leer afuera. Busco un espacio
cómodo en el cual pueda leer y procedo a leer el libro que ya me he leído yo
creo que unas 100 veces. Bueno no importa, es hermoso de todos modos.
—¡Oye!
—Llega un sudado Yunho con el aliento
demacrado y la respiración agitada.
Otra
vez él. No es como si me incomodara o molestara, solo que yo soy muy malo en
esto de relacionarme. —Hola. —le
respondo en voz baja. Creo que este sería un buen momento para poner en
práctica lo que ensaye frente al espejo.
—¿Qué
haces? —Me pregunta.
Creo que la respuesta es bastante obvia.
Me
rehusó a contestar lo evidente a riesgo de sonar sarcástico.
—Ah
claro, leer un libro. —Se
contesta sentándose a mi lado.
Yo
volteo mi mirada de nuevo al libro, pero no me puedo concentrar. Él me
desconcentra.
—¿Cuál
es? —Me pregunta y
sin ningún tipo de vergüenza agarra el libro acercándolo dejándole ver la portada
de este, luego lo suelta. —¿Esta
entretenido?
—Es
lindo. Es mi favorito en realidad. —Digo
queriendo aumentar más la conversación.
—¿Tu
favorito? Pero si hasta apenas lo estás leyendo.
—No,
ya lo he leído antes. Esta es como mi octava vez leyéndolo. —Digo y me rio bajito al instante.
Él
sonríe ante mi risita. —Bueno, para que te lo hayas leído tantas veces, debe
ser realmente muy bueno.
—Lo
es. Pero en realidad lo he leído muchas veces porque ya no tengo nada más que
leer.
Él
frunce el ceño confundido. —No hay muchos libros en esta casa, así que...
Bueno
eso me hizo sonar como un desocupado.
—Uhm
veo. —Asiente con
la cabeza y se aprieta los labios en señal de entendimiento.
Yo
hago lo mismo y otra vez vuelvo a mi lectura.
—En
ese caso, tengo que encontrarte un nuevo hobby. —No
acaba de decir su frase cuando ya me está jalando de la mano, haciéndome levantar
del piso con todo y libro.
Trato
de oponer resistencia pero él me sigue jalando.
—Ven.
—Me dice.
—¿A
dónde? —Pregunto
asustado. No tengo un buen presentimiento.
—Te
enseñare algo.
—¿Qué?
—Chillo y retrocedo mas intentándome
zafar de su agarre.
Yunho
parece rendirse soltándome haciendo que yo trastabille unos pasos atrás debido
a la repentina acción. —Jaejoong-ah estas demasiado flacucho. —Me dice casi en un puchero y yo no
puedo creer que sea tan atrevido como para decirme eso. —Necesitas ejercitarte, salir, todo
el día leyendo libros no es saludable para tu cuerpo.
Veo
a donde quiera llegar con todo esto.
—Ven
vamos a jugar baloncesto. —Me
agarra de nuevo la mano jalándome para que lo siga.
—
No… —Logro decir
con la cabeza gacha.
Nunca
me han gustado los deportes y creo que nunca me gustaran. Soy pésimo en eso,
siempre me lo recalcan, además con tan solo pararme en una cancha ya me siento
perdido y mareado. No conseguirá que yo juegue, no lo hará.
—¿Por
qué no? —Me pregunta
mientras que con su mano libre agarra mi brazo para seguirme jalando.
—No
quiero… —Digo haciendo
un mohín.
—¿Qué?
—Me pregunta ya que no puede escuchar
bien lo que digo. Esa es mi intención.
—No
quiero… —Repito.
—
¿Qué? —Vuelve a
preguntarme con una sonrisa y me doy cuenta de que me está tomando del pelo.
—No
se jugar. —Digo la
verdad.
La
razón por la cual no me gusta es porque no lo sé hacer.
—Te
enseñare. —Afirma
decidido y me jala una vez más hacia la cancha. Me dejo llevar al ver el
espíritu inquebrantable de ese chico. Llegamos y veo que la cancha está
totalmente vacía ¿A dónde se fueron los demás? —Perfecto tenemos la cancha para
nosotros solos. —Dice
soltándome del brazo y recogiendo un balón de baloncesto del suelo.
Se
voltea hacia mí y me lanza rápidamente el balón, riéndose cuando el balón
rebota en mis manos y cae al suelo. Yo me avergüenzo ante mi falta de reflejos.
Sin
nada más que hacer lo recojo y me quedo con el balón en las manos.
—Pásalo.
—Dice Yunho con las manos extendidas
esperando a que le pase el balón.
Yo
se lo lanzo y él lo coge hábilmente. Bueno por lo menos puedo lanzarlo.
—¿Alguna
vez has jugado? —Me pregunta
driblando el balón.
—Lo
he intentado.
—¿Sabes
hacer esto? —Hace una
maniobra confusa ante mis ojos y encesta el balón en la canasta.
—No.
—Bien
entonces comenzaremos con eso. —Se
acerca a donde se encuentra la canasta y yo lo sigo no muy aminado con esto. —Jugaremos canasta. Ambos tendremos
diez oportunidades, quien logre encestar el balón el mayor número de veces,
tendrá el postre de la cena del otro.
Yo
no sé qué decir, no me gusta mucho la idea de jugar pero por lo menos él está
intentando acercarse a mí. Tengo que agradecerle por eso.
—Yo
empiezo. —Dice
agarrando el balón, posicionándose en un punto frente a la canasta y dando un
pequeño brinco lanzando el balón directamente al aro. El balón cae justo en el
aro.
Yo
tan solo me quedo inmóvil mirando como un tonto el lugar por donde el balón
pasó.
—Te
toca. —Me pasa el
balón gentilmente guiándome hacia el punto donde él había lanzado
anteriormente.
Trato
de calcular con la mirada el punto donde tiene que encestar el balón y sin más
preámbulos lanzo el balón hacia la canasta. El balón llega a todos lados menos
a la canasta. Falle.
—No,
no. —Yunho niega
con la cabeza, corrigiéndome. —Es
así. —Recoge el
balón del suelo, pasándomelo y posicionándose detrás de mí colocando sus brazos
alrededor de los míos. Me tenso al sentir su cercanía. Puedo sentir su caliente
respiración en mi cuello.
Nunca
he sentido tan cerca a una persona y eso hace que me incomode. —Te arrodillas
así. —Flexiona un
poco las piernas y yo lo arremedo. —Dando
un pequeño salto así. —Con
sus brazos aferrados a los míos hace que lance el balón hacia la cesta. Da en
el punto y yo sonrió débilmente al ver que por lo menos lo logre, aunque creo
que fue mas merito de Yunho que mío.
Luego
de eso, comenzamos el juego. Cada vez que voy a lanzar, Yunho me mira divertido
cruzando los brazos en su pecho. Debo verme como un total inexperto, pero eso
es lo que soy. Tan solo sigo los consejos que él me da. Jugamos por una media
hora aproximadamente. Él logra con éxito encestar el balón en el aro 9 veces de
las 10 oportunidades que teníamos cada uno. Yo con suerte logro encestar 3.
Terminamos
de jugar dándonos un apretón de mano como signo de amabilidad. Fue más
divertido de lo que pensé el jugar baloncesto, no fue tan malo como creí que
seria. Claro no fue tan placentero como quedarme a leer un buen libro, pero no
fue un desastre. No me sentí un perdedor, me sentí bien conmigo mismo.
—Perdiste
pero te perdonare esta vez ya que eres un principiante. —Dice recogiendo el balón del suelo. —Puedes quedarte con el postre de mi
cena por esta noche. —Deja
el balón en una esquina del patio y se va.
Yo
me quedo observando su espalda. No puedo comprender a este chico, es tan amable
y cómodo, tal vez me llegue a acostumbrar a él, espero que sea así.
Me
doy la vuelta sintiéndome en un estado de ánimo del cual no había estado en
mucho tiempo.
..
Después del casi intento de suicidio de Jae, Yunho logra hacersesu amigo yque desista de lo que pretendía hace. Es lindo Yunho al querer integrar a Jae, aunque muy difícil pienso lo lograra... Gracias
ResponderBorrarEl primer amigo de jae *0* espero que yunho logre integarlo al grupo aunque los malditos que mo lestan a jae siempre no merecen ser amigos de jae hummmm
ResponderBorrarO bien Yunho lo arreglo un poco...sere tu primer amigo eso sono...ahhhh.....me aleegra que intente ayudar a Jae.....recuperara las ganas de vivir++++
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