POV Yunho
Emociones – Parte 1
M
|
e odio a mí mismo, creo que he llegado a esa
conclusión. No entiendo como mi gusto hacia Jaejoong fue cambiando hasta
convertirse en esto, que ni siquiera sé exactamente que es. Me he sorprendido a
mi mismo masturbándome en medio de la noche y aunque me cueste admitirlo, la
causa es solo él. ¿Cómo fue que me llego a gustar? ¿Me gusta o es solo un capricho?
Me frustro al no encontrar respuestas a esas preguntas.
Jae,
Jae, Jae ¿Qué me has hecho?
Incluso
verlo sentado leyendo ya me está comenzando a hacer mal.
Me
ha estado ignorando los últimos días, pero yo se que le duele tanto como a mí
me duele. Lo he pillado observándome durante largos ratos como cuando como,
hablo o juego, es tan obvio. En cambio yo, aprovecho cualquier descuido de su
parte para echarle una mirada. No sé porque pero pareciera como si me privara a
mi mismo de hacer algo que quiero. Como si me mente me estuviera diciendo que
está mal pero mi cuerpo lo desobedeciera.
Y
aunque no lo parezca (Por lo menos a mis amigos) su ausencia ya me está
comenzando a calar hondo. Me siento mal sin él y al mismo tiempo me siento mal
con él. Me siento mal porque lo extraño y quiero oírlo de nuevo hablándome de
sus innumerables libros, y me siento mal ya que sé que si el está a mi lado
probablemente quiera hacerle cosas no muy sanas ni inocentes. ¿Qué puedo hacer?
No es como si estuviera enamorado de él o algo así ¿o sí? ¿De un hombre? Ya
hasta me doy asco.
Mis
pensamientos quedan enterrados en lo más profundo de mi mente cuando escucho
los pasos característicos de Jae por las escaleras. Sentado en uno de los
últimos escalones de la escalera me volteo para poder verificar si se trata de
el, y tal parece que mis oídos y mi intuición no están tan mal, ya que
efectivamente se trata de Jaejoong.
Él
mantiene la mirada fija en los escalones, sin ánimos de levantar el rostro. Al
parecer no me ha visto. Me levanto inmediatamente de mi puesto, no sabiendo si
dejarlo pasar o enfrentarlo para hablar las cosas.
—Jae.
—Susurro con la voz ahogada. Siento que ha pasado semanas desde queno he
hablado con él a pesar de que solo han
pasado unos cuantos días.
Él
levanta el rostro un poco sorprendido haciendo que uno de sus pies tropiece al
pisar el siguiente escalón, haciéndole caer. Sin siquiera pensarlo extiendo mis
brazos para dejar que caiga entre ellos. Nuestras caras quedan a poco
centímetros de distancia, ya que el posa ambas manos sobre mis hombros
apoyándose. Al verlo más fijamente puedo ver como su rostro se sonroja y sus
ojos se abren más de lo normal. No puedo evitar pensar que se ve de cierta manera
lindo.
—Yo…
—Logro decir sin aun soltarlo. Mis ojos bajan de sus ojos a su boca. Dios. En
que estoy pensando. Su boca… se ve… tan…
A
continuación, siento como él se aparta bruscamente de mi agarre queriendo
escapar de la escena, pero yo no quiero escapar más. Quiero hacerle frente a
esto que sucede. Él sale corriendo en dirección hacia el jardín trasero y yo lo
sigo también, corriendo.
—¡Jae!
—Le grito pero él parece decidido a no dejarse agarrar.
Aun
así lo atrapo por detrás.
—¡No!
—Grita tratando inútilmente de zafarse.
—Jae
no hagas un escándalo... —Logro decir ya que su incesante movimiento no me deja
ni hablar bien.
—¡No!
Sin
más luchas, lo agarro firmemente, y al ver que no hay ningún otro lugar, lo
adentro a aquella caseta en la cual le hicimos la broma hace unos cuantos meses
atrás. Menos mal que de aquella caseta sucia y enlodada ya no queda nada ya que
ahora es una pequeña granjita de madera en donde el orfanato guarda algunas
herramientas, paja, chucherías, entre otras cosas. Ahora tiene piso, está
relativamente limpia y ya no viven animales asquerosos en ella.
Al
entrar y cerrar la puerta, noto como Jaejoong se tensa, tal vez evocando malos
recuerdos.
—No
Yunho, aquí no, déjame salir. —Dice tembloroso y se dispone a ir hacia la
puerta. No lo dejo salir.
—Tenemos
que hablar. —Le digo firme aunque por dentro me este muriendo de nervios. La
verdad no sé porque me pasa esto, ni con una chica me había pasado esto.
—No…
Yunho aquí no. —Casi como ignorándome agacha la cabeza y balbucea esas
palabras. Creo que este lugar verdaderamente le hace daño, pero sé que si lo
dejo ir probablemente escape de nuevo.
—
Si aquí sí. —Empiezo con mi discurso. —No sé exactamente que decirte pero lo
único que… —Me detengo al verlo lloriquear bajito, escondiendo la cabeza en el
pecho, una postura muy característica de Jaejoong.
No
puedo evitar que la escena me dé lástima. Me ha abalando el corazón.
Acercándome
un poco más a su cuerpo, lo envuelvo entre mis brazos y él me acepta, ya que se
deja abrazar. Bueno eso es un paso más. —Shhh, shhh. —Trato de calmarlo
acariciándole la cabeza.
—Yunho
yah. —Por fin eleva su rostro para poder verlo. Argg, Jaejoong porque eres tan
hermoso, me haces dudar y odio sentir eso. Odio sentirme vulnerable.
Odio
no tener el control. Quiero tener el control de esto y la única manera es… deposito
un beso sobre sus labios. Él me mira sin decir nada y al ver que no se rehúsa
le planto otro. La única manera de solucionar esto, es que yo tenga control sobre
mis sentimientos y que los use como yo quiera. No pienso reprimirme más, no lo
pienso hacer.
—Yunho…
dijiste que no querías esto. —Jaejoong dice entre besos con los ojos cerrados.
Agarro
su rostro. —Lo quiero. No sé porque pero lo quiero.
Dando
un gran suspiro de resignación, Jaejoong se acerca y tímidamente mueve sus
labios sobre los mios. Ahora se porque dicen que la reconciliación es la mejor
parte de las peleas, si es que a “esto” se le puede llamar reconciliación.
—Te
extrañe. —Me dice melancólicamente.
—También
yo.
—Yunho
este lugar….
—Te
hare olvidar todo lo malo que te paso aquí. —Procedo entonces a encerrarlo más
fuertemente entre mis brazos, succionando sus labios con pasión. Me siento tan
eufórico que siento como si quisiera comerlo aquí mismo. La sensación de
besarlo se siente tan bien que ya no me importa si se trata de un hombre o no.
Todo va perfectamente bien hasta que mi parte de abajo empieza a doler. Rayos. Mi
mente me hace una mala jugada, mostrándome los pensamientos pervertidos que he
soñado con Jaejoong todas estas noches. ¿Ahora lo tengo aquí, besándome y no
puedo hacer nada? Creo que sería ir muy lejos….pero sin duda es algo que deseo.
Definitivamente es algo que deseo y puesto que ahora soy el que tiene el
control, lo voy a hacer.
—¿Yunho
que…? —Se aparta de mí bajando su mirada y notando mi estado. Al contrario de
lo que supuse, Jaejoong se ríe bajito y se vuelve a pegar a mí, como si se
estuviera burlando de mi condición.
—¿Por
qué te ríes? —Le pregunto algo avergonzado.
—Porque
es chistoso.
—No
le veo lo chistoso.
—Es
raro. —Admite.
—Yo
te deseo. —Le confieso. —¿Tu no me quieres a mi?
Duda
por un momento, yo se que le da vergüenza decirlo.
—Te
hare sentir muy bien, ya lo veras. Esto es algo que quiero desde hace algún
tiempo, solo déjame hacerlo. Deja probarlo.
Procedo
a quitarle la ropa, lenta y sensualmente. Él no hace nada sino tan solo se
queda ahí parado mirando hacia el suelo. Luego de despojarlo de toda la ropa de
la parte superior de su cuerpo, lo arrastro y lo estrello contra un pilar de
madera que se encuentra en la caseta. Le lamo los pezones y todo el pecho, el
se retuerce ante mi tacto. Lo dejo y
desesperadamente me quito la camisa, los zapatos y me bajo los pantalones
dejándolos un poco mas debajo de mis rodillas. Estoy muy ansioso por esto.
Le
bajo los pantalones y agachándome, tomo su virilidad en mi boca. Siento como
esta crece y se hace más grande dentro de mi boca. El se inquieta un poco ya
que es la primera vez que lo hago. Pensé que me daría asco hacer esto pero es todo
lo contrario, es como esa sensación de satisfacción al estar hambriento por
mucho tiempo y luego brindarte un gran banquete, algo como eso.
—Yunho…
—Se queja Jaejoong suspirando levemente. —Alguien puede entrar.
Lo
ignoro. Me levanto y lo guio de una manera algo brusca a un sofá viejo y polvoriento
que hay en la caseta. Él duda en acostarse ahí (por lo sucio que esta) pero yo
lo empujo haciéndole caer en el sofá.
Termino
de quitar los pantalones, a él y a mí, quedando completamente desnudos. Jaejoong
entrecierra los ojos. —¿Qué… haremos Yunho? —Me pregunta temerosamente.
¿Qué
haremos Yunho? Mi propio subconsciente me lo repite como si estuviera hablando
conmigo mismo. —Te lo hare aquí y ahora, y no me importa si alguien nos ve. —Le
digo decidido mirándole fijamente a los ojos.
Puedo
ver que Jaejoong se sonroja y se pone nervioso. Sé que la idea le asusta y le
inquieta un poco. No te preocupes, a mi me pasa igual, pero al carajo con todos
esos estúpidos miedos e inseguridades. Me muero por hacértelo y ya no quiero
esperar más. Bato mi pene y lo humedezco con mi saliva para hacer mucho más
fácil la penetración. Él me mira asustado.
—Voltéate.
—Le ordeno y él obedece, girando su cuerpo y posicionándose en cuatro. No puedo
evitar lamerme los labios al ver su postura y su ano rosado provistos a mi
disposición. Esto será muy bueno.
Me
acerco a él, tomando su trasero y lamiendo mis dedos para introducirlos en su
agujero. Supongo que es como el sexo heterosexual, también se tiene que
preparar a la mujer, aunque supongo que esto es más complicado ya que el ano no
es tan expandible como la vagina. Dejando eso de lado, me entretengo metiéndole
los dedos a Jaejoong. Primero uno, luego otro y más tarde otro. Siento como Jaejoong
gime bajito y se retuerce de dolor ante esto.
—No
Yunho no. —Trata de alejarme pero no lo dejo.
Cuando
siento que no puedo aguantar más, agarro mi pene ya erecto y palpitante hacia
su entrada. Empiezo a introducirlo. Dios esto duele pero se siente muy bien. Jaejoong
gime aun más alto. Trato de impulsarme aun más dentro de él para lograr meter
todo mi pene en su cavidad anal. Cuando finalmente lo logro, me detengo unos
segundos para calmar mi respiración y dejar que Jaejoong se acostumbre un poco
a mi tamaño.
Dios,
ahora sé porque dicen que el ano se siente 1000 veces mejor que la vagina. Es
muy apretado y caliente, siento como me aplasta, pero me encanta sentir esto.
Estoy impaciente por comenzar a moverlo.
—¡Argg
Yunho duele! —Jae se queja.
—Shhh
tranquilo.
Comienzo
a moverme, penetrándolo lentamente y luego tornándome más violento. Coloco
ambos manos a cada lado de su cintura para poder guiar las embestidas de una
manera mucho más coordinada. Siento como si quisiera romperlo, esto me excita
mucho y no puedo evitar pensar que la posición en que estamos es demasiado
erótica. Jae lloriquea un poco ante lo brusco que soy.
—Mmmmm
Jae… —Gimo ante el placer que su cuerpo me está dando. Esto es tan
indescriptible.
Oigo
el sonido de mi cuerpo chocando contra su trasero, oigo el sonido de sus
respiraciones. Oh dios Jae, siento que te quiero tanto.
A
pesar de que esta posición es muy cómoda y me permite entrar de una manera más
profunda en su cuerpo, quiero verle la cara, por ello, salgo de su cuerpo y me
siento en el sofá, Jae me mira y entiende que es lo que quiero. Colocándose a
horcajadas sobre mí, yo empiezo a meter nuevamente mi pene en su trasero
mientras que el se desliza suavemente apoyándose de mis hombros. Ahora sí le
puedo ver el rostro. Esta sudado y con una marcada expresión de sufrimiento en
sus facciones, aunque yo se que a pesar del dolor lo está disfrutando. Ver como
penetro a Jae, ese tímido muchacho con cara femenina me hace sentir mucho más
caliente.
Empezamos
otra vez el ritmo, pero esta vez Jae me ayuda, saltando sutilmente sobre mi
pene, mientras yo posiciono mis manos en sus caderas ayudándolo a penetrarse.
Esta posición nos permite besarnos, sintiendo el aliento del otro en nuestras
caras.
—Ohhh
Jae esto es muy rico ¿Verdad bebe?
—Si…
—Me responde con los ojos cerrados.
Luego
de unos minutos de sexo suave y lento, empezamos a hacerlo de una manera más
rápida y salvaje. Su ano se ha expandido por completo facilitándome el acceso
para entrar en él de una forma más fluida. El sofá empieza a rechinar y
nuestros gemidos a aumentar de volumen.
Luego
pasa una cosa que me deja boquiabierto. Jae de un momento a otro empieza a
gritar bajito, entrando en un estado de éxtasis que no había visto nunca en mi
vida. Parece que he encontrado justo su punto, así que concentrado en golpear
ahí, lo enrollo bien entre mis brazos, procurando que mi pene siempre presione
en ese punto. Jae parece poseído, no abre sus ojos pero su boca está
completamente abierta. Su libido se queda abandonado en algún lugar de esta
caseta.
Jae
me abraza fuerte y yo lo abrazo a él, no dejando nuestro ritmo intenso de
penetración. Sus manos se ciñen fuertemente a mi espalda. Luego siento como un
líquido caliente moja mi abdomen y Jae suelta un último gemido de su boca, el
más memorable de todos. Se vino sin ni siquiera tocarse. Debió haber
experimentado un orgasmo anal y parece que fue genial.
No
le prestó más atención a Jae porque siento como mi orgasmo está a punto de
llegar. Dando unas últimas estocadas en su trasero, me vengo llenando tosa su
cavidad con mi líquido blanco. Todo me da vueltas, el calor es insoportable y
su estrechez me enloquece, pero no me importa ha sido lo más espectacular que
he experimentado en mi vida.
Me
dejo caer completamente en el espaldar del sofá con él en mis brazos. Tengo la
sensación de que todo el orfanato escucho nuestra loca faena. Luego de unos
minutos de respirar y ordenar nuestros pensamientos, siento como Jae se
incorpora un poco dándome la cara.
—Eres…
lo mejor que me ha pasado en la vida. —Dice y se vuelve a caer rendido en mi
pecho.
Yo
lo abrazo más fuerte, complacido de que a él le haya gustado tanto como a mí me
gusto.
..
Por
la noche parece que todo ha vuelto a la normalidad… relativamente. Regreso a la
cama de Jaejoong como si de la mía se tratara, acomodándonos para dormir juntos
por el resto de la noche, pero tal parece que esos no son los planes de Jae, ya
que presiento que hay algo que le inquieta, y de cierta forma a mi también.
—Yunho,
Yunho. —Atrapado entre mis brazos, él me tambalea para despertarme a pesar de
que yo ya estoy despierto. Hago un sonido gutural fingiendo que todavía estoy
dormido, la verdad no tengo ganas ni de abrir los ojos. —Yunho, despierta. —Repite,
tambaleándome más fuerte esta vez.
—¿Qué
pasa? —Le respondo con voz somnolienta resignándome a dejarme levantar.
—Tenemos
que hablar.
Prendo
la lámpara y miro la hora en el reloj de mesa. —¡Son las 4 de la mañana Jae! —Protesto
y me vuelvo a arrunchar, apretándolo más fuerte. Logra zafarme de mis brazos
como puede, sentándose en la cama con los brazos cruzados indicándome que está
hablando en serio. Lo comprendo enseguida e imito su movimiento, recostando mi
espalda en el espaldar de la cama. Estamos lado a lado.
—Ahora
¿De qué quieres hablar?
Se
queda callado como pensando en la mejor manera de decirme lo que piensa. —Yunho…
¿Qué sientes por mí? —Me pregunta.
Arrugo
la mirada. —Te quiero, eres de los mejores amigos que tenido en mi vida. —Le
digo y siento que esa no es la respuesta que quiere escuchar.
—¿Acaso
los amigos se besan y hacen… esas cosas? —Me pregunta un poco ruborizado.
Un
gran suspiro sale de mis labios. Mi cara se pone seria y veo que la de Jae se
asusta como si temiera de lo que le fuera a decir. —No.
—¿Entonces?
—¿Entonces
qué?
No
le ayudo para nada.
—¿Entonces
que sientes por mi? —Exclama frustrado por las respuestas que le doy.
—Ya
te lo respondí —Le digo con el mismo tono de voz que uso anteriormente.
Bufa
enojado inflando los cachetes volviendo a cruzar los brazos, con la vista hacia
adelante. Sé que puedo ser muy estresante a veces, pero que más da, así soy yo.
Yo soy el que debo tener control de la conversación, así que hare un pequeño
cambio. —La pregunta es… —Le digo después de un rato como si le estuviera
hablando al aire. —¿Tú que sientes por mi? —Volteo hacia él, agarrando su
mentón para que me mire. Ahora si tengo el control.
Se
zafa bruscamente, obviamente sintiéndose un poco herido por mi actitud. Lo
vuelvo a tomar del mentón pero esta vez más fuerte. Sé que lo estoy lastimando.
—No sé qué es lo que me pasa contigo. —Mis ojos se fijan en los suyos. —No sé
si te quiero como amigo o si quiero tener algo más contigo. Siento que me
vuelves loco. No he dejado de pensar en lo que hemos hecho, y al verte caminar,
hablar o sonreír, siento que me gustas cada día más.
Su
mirada se suaviza y un destello de disimulada felicidad se filtra en sus ojos.
—La
cosa es… —Suelto su mentón, apartando mi mirada de él. —No sé si quiero
enamorarme de ti. Es decir, eres un chico, nunca me han gustado los chicos y esto
podría traer muchos problemas.
Quiero
continuar pero al mismo tiempo quiero parar. No es sano.
—Pero
algo de lo que si estoy seguro. —Otra vez tomo su mentón pero de una manera más
delicada, susurrándole casi en los labios. —Es que me siento feliz contigo, tú
me haces feliz. Cuando hablas sin parar acerca de tus libros, cuando me dejas
quedarme en tu cama a pesar de que te incomodo, cuando me cuidas cuando estoy
enfermo, cuando me animas cuando estoy deprimido, eres de las personas más
especiales que he conocido en toda mi vida, y le doy gracias al cielo por
aquella noche en que te encontré en la cocina a punto de suicidarte, porque
gracias a eso pude ser tu amigo, conocerte mejor y ahora…
Me
callo, mis labios están muy cerca de los suyos. No sé ni de donde provinieron
esas palabras pero me alegra el haberlas dicho. Se siente como si confesándome
a él también estuviera sincerándome conmigo mismo. Veo como mira alternamente a
mis ojos y a mis labios, yo hago lo mismo.
Compartimos
un beso gentil y suave, explorando nuestros labios como si fuera la primera vez
que lo hacemos. Bueno, en realidad es la tercera. Llevo la cuenta.
Al
diablo todo, quiero a Jaejoong y él me quiere a mí, no quiero que nada se
interponga.
—¿Y
ahora tú me dirás lo que sientes por mi? —Le pregunto apenas separamos nuestros
labios.
—Yo…
también te quiero. —Me dice rápidamente y se voltea hacia el otro lado,
cubriéndose con las sabanas de la cama. Le da pena confesarme sus sentimientos,
es tan adorable.
—¿Ehh?
¿Yo te abro mi corazón y tu solo me dices un simple “Te quiero”? —Pretendo falsa
indignación y comienzo a esparcir cosquillas por todo su cuerpo con la meta de
hacerlo salir de su escondite. Se
resiste ante mis tácticas.
—¡Yunho!
—Me grita sacando su cabeza ya que no puede aguantar la risa.
—¡Jaejoong!
—Lo imito y acerco su rostro al suyo. —¿Así que….te gustaría intentarlo?
Eso
suena raro a mis oídos. Nunca me había idealizado en una relación con un hombre,
pero ahora tengo la oportunidad de tenerla con la persona más maravillosa que
se ha cruzado en mi camino.
—Sí.
—Me contesta sonriendo.
Me
acerco y junto mi nariz con la suyo, frotándola como un gesto afectuoso. Ahora
si se siente que todo ha regresado a la normalidad, la confianza entre él y yo.
—Ahora
a dormir. —Le digo luego de darle un pequeño beso. —Tengo mucho sueño.
Apago
la luz y me vuelvo a acomodar con él en la pequeña cama y como es de costumbre,
me despliego en la cama como si yo fuera el único en ella. Se me coloca encima
cuando ve que casi no tiene espacio para dormir. Se acomoda bien colocando
ambas piernas a mis costados y apoyando su cabeza en mi pecho.
—Lo
dicho, eres un calientapollas. —Le susurro riéndome levemente, a sabiendas que
probablemente no tenga idea de lo que quiero decir. Él refunfuñe.
Pasan
unos minutos. Cuando estoy a punto de dejar que el sueño me lleve. Él levanta
su cara para revisar si efectivamente ya estoy dormido. —Yunho… —Me llama
asegurándose de que este dormido y por segunda vez finjo que lo estoy, abriendo
mi boca a todo lo que da, un claro signo de que ya estoy más que profundo. —Yo
creo que te amo. —Continua suavemente, suspirando y volviendo a recostar su
cabeza sobre mí pecho.
Me
falta la respiración por un segundo sintiendo una desconocida sensación
instalarse en mi pecho, eso sonó tan cálido y extraño que hizo que mi corazón
diera un brinco de sorpresa. Yo…. también te amo contesto en mi mente, dejando
de pelear conmigo mismo y dejando que el sueño venga por mí.
..
Waaa~~que hermoso *w* me encanto el capii se Aman!! jijiji tan lindos ~~
ResponderBorrarMe mata la inocencia de Jae :3 es un amosrhhh ♥♥♥
Gracias por compartir el fic...!!!!!
por cierto el lemon estuvo genial *q*
Ohh este capitulo es el mejor.....bueno.....fue romantico y Hard....lo que me gusta convinado ^^
ResponderBorrarMe da gusto que al menos Yunho ya acepte lo que siente....que importa que no este bien visto por los demas...si no se trata de complacer a los demas si no a el mismo y si su felicidad esta con esa persona que importa si los demas no lo aceptan ...o lo ven mal...eso no debe importar...jamas se le dara gusto a todos....eso lo he aprendido...alguno estaran bien con una descicion que se tome pero siemnpre va a ver alguien que este inconforme...siempre......date gusto a ti mismo y a las personas que amas...asi de simple
Gracias por el Capitulo...faltan muy pocos crei que me tomaria mas tiempo acabarlo pero lo voy a acbar en un dia...asi leo otros.....^^
No que no Yunho, es lo mejor a ser felices y enfrente a quien sea por defender su amor.
ResponderBorrarGracias