Capítulo 2 — 7:02 PM
H
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abían
pasado varios minutos ya desde que ese hombre había abandonado la habitación.
No entendía por qué no lo había violado en ese momento y agradeció el que no lo
hubiera hecho. Luego pensó que tal vez estaba preparando cosas aún peores para
él y suplico para que sus pensamientos no se volvieran realidad.
Mantenía
la mirada fija en algún lugar de la pared, en alguna de las tantas fotos de él
que estaban pegadas en esa habitación.
Luego
observo su salvación. Dios, como no se había dado cuenta.
A
tan solo una pequeña distancia de él, yacía en el suelo su celular. ¿Ese hombre
había sido tan tonto para no quitarle su celular? Esperaba que fuera así.
Como
pudo se deslizo, ignorando su debilidad y dolor, y con sus manos atadas trato
de coger el celular en sus manos. Se las ingenió para ir a la lista de sus
contactos, tenía que llamar rápidamente a alguien…alguien…
Encontró
el número de Yoochun, oprimió el botón de llamada, rogando que le contestara.
—Hola-
era la voz de Yoochun.
—Yoochun,
ayúdame estoy en…- Jaejoong fue interrumpido.
—Soy
Yoochun, desafortunadamente ahora no estoy, pero puedes dejarme un mensaje después
del tono…piiii…- tan solo
era la contestadora. Jaejoong sollozo una vez más antes de encontrar el celular
de Junsu. Marco pero nadie le contesto.
Ahora
si estaba perdido.
De
pronto, vio su nombre en aquella lista de contactos “mi amado Yunho”…
~flashback~
Hace tan solo unas semanas había
comenzado de nuevo a hablar con Heechul. Pronto entraría al ejército y como Heechul
también estaba allí, sería conveniente por lo menos tener a alguien cercano en
ese ambiente. Así que se tragó su orgullo y empezó a otra vez tener contacto
con el mayor.
Ese día habían contactado para verse y
ahora se encontraban ambos en unos de los convertibles de Jaejoong, en una
calle solitaria de Seúl. Al principio había sido incomodo volver a hablarse
después de todo los problemas que habían pasado, pero luego fue como si nunca
hubiera sucedido nada en realidad. Heechul no cambiaba, era el mismo, y eso a Jaejoong
le hizo tranquilizarse aún más.
—Woahh,
pondré mi numero aquí- exclamo Heechul, agarrando el teléfono de Jaejoong que
se encontraba cerca del manubrio, antes de que el otro pudiera impedirlo. – mm
¿quiénes son todos estos desconocidos?, ¡no conozco a la mitad de gente que
tienes aquí!- dijo Heechul casi gritando, observando detenidamente la lista de
contactos del teléfono de Jaejoong.
Jaejoong negó con la cabeza, divertido
con las ocurrencias de Heechul. Definitivamente nunca cambiaba.
—¿No
tienes a Yunho y Changmin?- pregunto Heechul, mirando con ojos curiosos a Jaejoong.
Jaejoong tan solo volteo con una mirada seria en su rostro. Ese era un tema
delicado. Yunho y Changmin eran un tema delicado.
—No-
respondió- ¿Por qué habría de tenerlos? No los he visto en más de 2 años, y no
es como si ellos hubieran intentado acercarse a mí de todas formas- dijo Jaejoong
mirando a la calle con un ligero tono de resentimiento en su voz.
—Eso
fue fuerte- dijo Heechul, volviendo a mirar a la pantalla del celular- Yunho se
pondrá triste si le digo- menciono haciendo un puchero, por lo que Jaejoong se
volteo inmediatamente hacia la dirección en donde estaba Heechul.
Heechul siempre había sabido de los
sentimientos de Jaejoong hacia Yunho, pero con ese comentario que había hecho,
parecía que era de la otra forma.
—De
todas formas, los pondré acá- dijo Heechul, empezando a digitar los números de Yunho
y Changmin.
—Nooo-
dijo Jaejoong, tratando de quitarle el celular a Heechul. Fallando en el
intento. La verdad no es como si se hubiera esforzado mucho en quitárselo. No
se le hacía tan mala idea de tener los celulares de Yunho y Changmin
registrados en su agenda.
—Listo-
dijo después de un rato Heechul, alcanzándole el celular a Jaejoong para que
pudiera ver.
—¿soul-fighter?-Jaejoong
pregunto con una cara de confusión en el rostro- ¿mi amado Yunho?
—¿Qué
acaso no lo tenías así?
—Eso
era antes- respondió Jaejoong.
—Da
igual, yo sé que tú lo quieres tener así- dijo Heechul con una sonrisa pícara
en su cara.
Jaejoong no pudo evitar bajar la mirada
y sonrojarse. Maldito Yunho, con tan solo su mención ya lo hacía ponerse así.
—Vámonos
de acá- menciono Jaejoong, poniendo en marcha su automóvil- la gente nos puede
reconocer- dijo antes de arrancar, continuando hablando con Heechul sobre
trivialidades.
~fin flashback~
Con
los ojos llorosos y luego de meditarlo un tiempo, marco el botón de llamada
para llamar a Yunho. La verdad, él era la única persona en todo el mundo que
quería que viniera por él.
Agradeció
internamente a Heechul, por lo menos en ese momento.
..
Ya
casi se acercaba su presentación y él ni siquiera se había puesto su vestuario.
Había estado ocupado en su cabello y charlando con algunos colegas, y no se
había percatado que se le había hecho tarde para prepararse.
Entro
rápidamente al camerino a buscar su vestuario, pero una de las maquillistas,
quien buscaba algo en una maleta, lo interrumpió diciéndole- ¡Hey Yunho! por
fin apareces, tu celular esta que suena como un loco hace rato.
“¿Mi
celular?” pensó Yunho. ¿Quién podría haberlo estado llamando? Bueno, tal vez
era algún familiar o amigo que quería
desearle buenos éxitos en su come back. Si eso debía ser.
Contesto
su celular, saludando con un “hola”. Del otro lado de la línea se podía notar
una respiración débil y profunda hasta que alguien por fin respondió.
—¿Yunho?- se
escuchó una voz débil, y él sabía muy bien a quien pertenecía esa voz.
—¿Jaejoong?-
pregunto para sacarse de dudas. Era extraño que Jaejoong lo llamara, no podría
ser el.
La
maquillista que había estado hurgando en la maleta, rápidamente se volteo con
tan solo escuchar la mención del nombre. Yunho se percató de eso, e
inmediatamente salió, deseando tener un espacio tranquilo y a solas donde
pudiera hablar cómodamente.
—Sí,
soy yo- la voz sonaba aliviada,
como si hubiera de pronto un destello de felicidad, en medio de una gran
tristeza- Yunho, te necesito… estoy
asustado y adolorido….te necesito- sonaba como si estuviera a punto de
ponerse a llorar.
—¿Qué
pasa?- pregunto Yunho.
—Yunho…estoy
encerrado…tengo mis pies y mis manos atadas…-pareciera
como si le costara tan solo hablar- estoy
adolorido…por favor…ven por mi…
Era
extraño. ¿Acaso era un juego de Jaejoong?
—¿Estás
borracho?- pregunto Yunho, con las cejas fruncidas.
De
pronto oyó como Jaejoong empezaba a llorar. No podría estar fingiendo, era
real.
—Jaejoong,
Jaejoong ¿Dónde estás?-pregunto Yunho con voz preocupada.
—No
lo sé- Jaejoong estaba tratando
tan duramente de hablar correctamente. Pero las lágrimas, el dolor y la
debilidad mezcladas no le ayudaban en nada-
estoy en una especie de casa….antigua…veo desde aquí un letrero de arreglos
navideños….con un gran árbol…y colores rojos, verde y dorado….- su voz
comenzaba a desvanecerse- estoy encerrado
en una habitación….con una ventana…con barrotes pero sin vidrio….
Yunho
tenía alguna idea de donde podría estar Jaejoong. Había visto el letrero que Jaejoong
mencionaba a las afuera de la ciudad de Seúl, por la vía al aeropuerto de
incheon. Era un letrero famoso, desde que era niño ese aviso había estado ahí.
—Está
bien…voy por ti- dijo Yunho sin pensar en que era lo que estaba diciendo.
—No
demores….te necesito- oyó la última
palabra de Jaejoong quebrarse en llanto. Esto era serio.
Tan
pronto colgó el teléfono, se dio cuenta de lo que había hecho. Le había
prometido a Jaejoong que iría por él, pero…tenía su come back en unos minutos y
no podía abandonar a todo el staff y los fans que tan ansiosamente habían
estado esperando su regreso. ¿Y si a Jaejoong le pasaba algo por su culpa?
Dios, no sabía qué hacer. Estaba confundido.
—¡Yunho!-
oyó la voz femenina de la estilista, quien lo había estado llamando hace rato,
sacándolo de sus pensamientos- mírate tú, ¡sales en 15 minutos y ni siquiera te
has puesto tu traje!
Yunho
le devolvió la mirada, pero no la estaba escuchando. En lugar de eso, volteo,
caminando apresuradamente por el pasillo, yendo a la salida.
—¡Hey,
a dónde vas! ¡Espera!- grito la estilista, siguiendo a Yunho.
Empezó
a caminar más rápido, su mente no razonaba. Cuando sintió que la chica ya
estaba a un paso de alcanzarle, empezó a correr. Corrió lo más rápido que pudo
esquivando a toda la gente que se atravesaba por el pasillo.
—¡Hey!-
la chica también empezó a correr tratando de alcanzar a Yunho-¡ayúdenme! ¡Cójanlo!-
gritaba a la gente en los pasillos provocando un alboroto.
Yunho
volteo y se dio cuenta que 3 o 4 hombres, más la chica, estaban persiguiéndolo.
Mierda. Mierda. Mierda. Sus pies corrían
tanto como se lo permitían. Menos mal que siempre fue un chico atlético y
estaba en excelente estado físico, si no fuera así, ya lo habrían cogido hace
rato. Les superaba en grande.
Por
fin hallo una puerta y la empujo, golpeando al celador que cuidaba la puerta.
El celador se enojó por la brusca acción de Yunho y trato de agarrarlo, pero Yunho
fue más hábil y siguió corriendo hasta la salida. Tenía que llegar a la
avenida. Ahora lo perseguían alrededor de unas 10 personas. Dios, estaba metido
en un lio. En un gran lio.
Logro
llegar a la avenida, y para su suerte, estaba pasando un taxi. “Gracias al cielo” pensó. Estiro la mano
y el taxi paro. Como pudo se metió y le indico al taxista a donde quería ir.
—¡Arranque
ya!- Yunho exclamo al ver como toda la multitud de personas iban a alcanzar el
taxi.
El
taxi alcanzo a arrancar antes de que la gente llegara, y con un gran chirrido
empezó su marcha.
Miro
hacia atrás y vio como toda la gente lo miraba confusa y exaltada.
Su
respiración estaba agitada, su corazón latía como loco, toda la adrenalina de
su cuerpo estaba a flor de piel. Se recostó en el asiento para poder reponerse
y pensar claramente. Había hecho una locura, provocado un escándalo y
probablemente, un problema para sus superiores.
Pero
todo lo había hecho por él. -Espero que sea algo importante-susurro Yunho antes
de recostar la cabeza hacia atrás mirando las luces que iluminaban la ciudad en
esa oscura noche.
..
El
taxi no tardó mucho en llegar. Probablemente por que Yunho le dijo al taxista
que se diera prisa. Pago el recorrido y se bajó del taxi, mirando todo a su
alrededor. Era una zona a las afueras de la ciudad, habían varias casas pero en
su mayoría eran casas abandonadas. Estaba completamente solitario y oscuro, la
única luz fuerte era la que provenía de aquel letrero de arreglos navideños.
Distinguió
una casa, justo en frente del letrero, la cual tenía unos barrotes en la ventana
sin un vidrio en ella, justo como se lo había descrito Jaejoong. Abrió las
rejas de las afueras de la casa, que sorpresivamente estaban sin seguro. Iba a
golpear la puerta, pero se detuvo en seco. Si Jaejoong estaba realmente
raptado, no le convenía que sus “secuestradores” supieran que él estaba ahí.
Dio unos pasos atrás y observo la ventana.
—Tengo
que llegar allá- dijo.
..
Seguía
en la misma posición fetal observando algún punto en la pared. ¿Y si Yunho no
vendría y estuviera esperando en vano? ¿Y si le pasaba algo por su culpa?
¿Sería capaz de perdonar a Yunho, después de eso? La idea de alejarse
completamente de Yunho le asustaba más que el hecho de ser violado. Había
estado todos estos años sin la compañía de Yunho, pero siempre estuvo presente
en su mente. Siempre. Si Yunho le
fallaba, eso significaba olvidarlo para siempre y olvidar su amor por él. Era
doloroso.
Oyó
de pronto unos ruidos fuera de la casa y se asustó. Luego vio como un hombre subía
por la ventana y empujaba uno de los barrotes de la ventana entrando a la
habitación. Gracias a la oscuridad, no podía distinguir de quien se trataba. Luego
lo vio. Era el, era su Yunho, había venido a buscarlo y rescatarlo de toda esa
horrible pesadilla.
—¡Jaejoong!-
dijo Yunho, observando como este se encontraba en el piso de aquella habitación
amarrado de pies y manos. Se arrodillo volteando a Jaejoong boca arriba para
poder verlo bien.
—Yunho…-
de los ojos de Jaejoong salían lagrimas…-viniste, viniste por mi…
Yunho
observo detalladamente toda la habitación dándose cuenta de las miles de fotos
de Jaejoong que estaban pegadas en todo el espacio. Era aterrador. Un psicópata
obsesivo lo había encerrado ahí.
—¿Estás
bien?- Yunho pregunto al mismo tiempo que abotonaba los botones de la camisa de
Jaejoong que estaba abierta. Eso era una mala señal.
—No.
—¿Qué
te hicieron?- pregunto Yunho mirando a Jaejoong, temeroso de la respuesta que
podría recibir- ¿te golpearon?
—No.
—¿Te…violaron?-
esta pregunta le había resultado difícil de formular.
La
cara de Jaejoong cambio a una mueca de dolor y sufrimiento, soltando más lágrimas
de sus ojos, por lo que Yunho pudo deducir que la respuesta era sí. Incluso la
podría adivinar solo viendo su cabello despeinado, su camisa abierta y su cara
enrojecida. Malditos. Malditos. MALDITOS. Yunho sintió como su cuerpo se
llenaba de ira y enojo.
—Yunho…-
dijo Jaejoong antes de que Yunho pudiera decir algo- gracias por venir-
menciono esbozando una tierna sonrisa.
—Te
sacare de aquí- dijo Yunho al tiempo que intentaba desamarrar los nudos del
lazo atado a las manos de Jae.
Jaejoong
nunca pensó que ahí estuviera la persona que más deseaba ver en esos momentos.
Su cuerpo se llenó de una felicidad momentánea.
—El
me dio algo...- dijo Jaejoong en voz baja- …me siento muy débil y adolorido.
—Tranquilo-
dijo Yunho, deteniéndose de hacer lo que estaba haciendo para proceder a
acariciar el cabello de Jaejoong- yo te protege...- su frase fue interrumpida
por el sonido de la puerta abriéndose.
Era
el hombre, observando estupefacto como Yunho estaba ahí. Yunho alcanzo a
incorporarse antes de que un fuerte puño se estrellara en su mejilla,
haciéndolo caer de nuevo al piso.
—¡Yunho!-
Jaejoong grito desesperado.
El
hombre saco un cuchillo de su bolsillo trasero, abalanzándosele encima,
dispuesto a apuñalar a Yunho, pero Yunho fue más rápido, y alcanzo a detener
los brazos del hombre que iban hacia su dirección con el puñal.
Jaejoong
se retorcía tratando de desatarse. Pero era inútil. Si a Yunho le pasaba algo
nunca se lo perdonaría. Prefería morir con él.
Yunho
y el hombre luchaban en el piso, peleando por obtener el control de su
adversario. Yunho uso toda la fuerza que tenía y logro voltear al hombre,
quedando ahora el encima. Empezó a repartir puños a diestra y siniestra,
ocupándose de dejar a su rival bien lastimado, también vengándose del hombre por
el hecho de haberse atrevido a tocar a su Jaejoongie. ¿Su Jaejoongie?
Lo
dejo cuando vio que el hombre estaba lo suficientemente débil para poderse
levantar. Se incorporó, fue hasta donde Jaejoong, metiendo su cabeza entre las
manos atadas de este, una mano sosteniendo su espalda y la otra por debajo de
sus rodillas, levantándolo entre sus brazos para poder escapar.
Salió
de la habitación y diviso unas escaleras a un lado. Bajo las escaleras a toda
velocidad con Jaejoong en brazos. No supo cómo hizo para no caerse y mantener
el equilibrio.
Jaejoong
solo se mantenía aferrado a Yunho, apoyando la cabeza en el cuello de este. Su
mundo daba vueltas.
Yunho
oyó al hombre bajar a toda prisa, un gran miedo lleno su ser. Parecía como si
estuviera en alguna película de terror o suspenso, solo que esta vez…era real.
La
casa estaba en completa oscuridad, no le ayudaba en nada. De pronto logro
distinguir un gran corredor lleno de puertas. La abrió para luego ver que era
como una especie de armario. Como pudo entro, sentándose en el suelo con Jaejoong
en sus brazos. La puerta quedo entre abierta.
—Shhh
- Yunho intento calmar a Jaejoong quien respiraba agitadamente. Tratando de no
ser encontrados.
Vio
por la ranura de la puerta abierta, la silueta del hombre con el cuchillo en la
mano. Era simplemente una imagen espeluznante.
—Joongie,
amor ~ ¿Dónde estás? ~-
el hombre hablaba con un tono de voz melodioso- ¿Qué acaso no te encanto lo que
hicimos?
Jaejoong
escondió su cara entre el espacio del cuello y el hombro de Yunho, sintiéndose
avergonzando y desdichado al mismo tiempo. Yunho estaba furioso. De no ser
porque la situación era riesgosa, ya hubiera salido de ese armario y reventado
la cara a ese imbécil.
—No
se escondan más, no vale la pena- su voz había cambiado de ser una voz
casi-infantil a ser una voz sombría y oscura- los encontrare.
Yunho
vio como el hombre empezó a abrir las otras puertas, de a patadas o empujones,
como si de un juego se tratara. Un juego maquiavélico y enfermizo. No tardaría
en abrir en la que estaban ellos.
Era
el fin. Al despertar ese día, Yunho nunca se imaginó que al final de la
jornada, acabaría escondido en un armario con Jaejoong, ocultándose de un loco
maniático a punto de asesinarlos. O asesinarlo. Tal vez no mataría a Jaejoong,
pero si le haría otras cosas que Yunho no estaba dispuesto ni a pensar.
Mientras
el hombre seguía en su inquietante búsqueda, Jaejoong levanto su rostro,
mirando a Yunho. Yunho quien había estado mirando por la rendija de la puerta,
volteo hacia Jaejoong al notar la acción del otro chico. Sus miradas se
conectaron, y por un momento se olvidaron del resto del mundo y la peligrosa
situación en que estaban. Tan solo se quedaron observando a los ojos fijamente.
Estaban tan cerca, sus respiraciones chocaban en la cara del otro, casi podrían
besarse allí mismo…
Jaejoong
observaba detalladamente la cara del otro. Por dios, era tan apuesto, tan
hermoso…lo había extrañado tanto. Su corazón de una extraña manera se sentía
feliz. Claro, estaban en una situación de vida o muerte, tal vez la vida de
ambos acabaría esa noche, pero tan solo el hecho de que Yunho hubiera ido a
buscarlo, se hubiera preocupado por él y ahora el mismo este entre sus brazos,
lo hacía sentirse completo y afortunado.
Hace
tan solo unas horas se sentía el ser humano más infeliz sobre la tierra, pero
ahora en los brazos de Yunho, podía sentir la dicha que da el amor. No le
importaría morir esa noche si fuera en los brazos de Yunho.
El
hombre seguía buscándolos.
..
Que emoción, Yunho dejo todo por Jae, también logró encontrarlo y ahora tratando de salvarse ambos de ese maniático. Que te caiga un rayo mal nacido por haberle hecho daño al precioso Jae. Gracias.
ResponderBorrarWow esto es tan emocionante o.o Yunho fue a por el eso fue muy lindo espero q el maldito bastardo du su secuestrador no los encuentre u.u
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